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“El nuevo amigo”

Había una vez, un bosque bellísimo, con muchos árboles y flores de todos colores que
alegraban la vista a todos los que pasaban por ahí. En ese bosque vivía una pequeña
conejita, un día que salió a caminar a disfrutar del hermoso paisaje vio brillar algo entre el
césped.

-¿qué podrá ser esto que brilla ante mis ojos?, ¡Ay! Está atorado, bueno, solo hay que
jalarlo con un poquito de fuerza – se dijo la conejita

Después de luchar un poco la conejita vio que el tesoro que había encontrado era ni más
ni menos que un cascabel con un hermoso listón rojo. La conejita estaba muy feliz por
haberse encontrado la moneda, pero se sentía preocupada ya que no sabía a quién se le
había perdido así que fue con su amigo el pato.

-pato, ¡mira lo que me he encontrado caminando por el bosque!- le enseño el cascabel


que brillaba como el sol- ¿acaso es tuyo?- la conejita le pregunto

- no conejita, no es mío, pero si quieres te ayudo a preguntar-

-gracias amigo, solo que mejor nos separamos para no tardar, que ya mero obscurece y
no quiero que algo malo nos pueda pasar- y así los dos amigos salieron a preguntar

Junto a un lago se reencontraron algo tristes por no haber encontrado al dueño del
cascabel, el pato ya cansado decidió remojar sus plumas en el lago

-¿conejita, no quieres nadar? ¡El agua esta deliciosa! – dijo el patito

La conejita le dijo que no moviendo la cabeza, fue entonces que vio a un gatito sentado
no muy lejos de ella contemplando el lago, él era nuevo por el bosque, era muy tímido y
asustadizo, así que con mucho cuidado se acercó.

- hola, me llamo conejita-

-hola- dijo muy apenado el gatito

- solo quería saber, si este cascabel te pertenece, cuando caminaba por el bosque lo
encontré y no he encontrado a su dueño-

El gatito se sorprendió y se emocionó

- ¡es mí cascabel! hace días que lo perdí y no lo había podido encontrar el bosque es muy
grande, no lo conozco y con frecuencia me pierdo, aparte soy muy penoso por lo que no
había podido preguntar por él y como no tengo amigos- su cara se puso triste otra vez

La conejita le devolvió el cascabel y le dijo: no te preocupes que de ahora en adelante


seré tu amiga

El gatito muy feliz la abrazó fueron a reunirse con el pato y juntos jugaron felices por el
bosque.

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