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contra la depresión
Stephen Hawking ha sido, sin duda alguna, una de las mentes más privilegiadas de
nuestra época. Más allá de sus importantes aportes al mundo de la física y del origen
del universo, la suya es una historia que tiene tintes de leyenda.
”No importa cuán difícil la vida pueda parecer porque pierdes toda esperanza si no
puedes reírte de ti y de la vida en general”.
-Stephen Hawking-
Su mensaje ha tenido un enorme valor. No solo porque pertenece a uno de los cerebros
más lúcidos de nuestro tiempo, sino principalmente porque él mismo ha sido un
ejemplo. Vivió una vida mucho más difícil que la del promedio. Sin embargo, se
mantuvo firme en la lucha por sus objetivos y sueños. De ahí que el discurso de
Stephen Hawking sobre la tristeza no sea uno más, él tenía suficiente autoridad para
hablar sobre este tema.
Stephen Hawking nació en una familia que apreciaba profundamente el valor del
conocimiento. Se padre era un prestigioso biólogo. Stephen fue el hijo mayor y tuvo
además dos hermanas y un hermano adoptado. De niño fue un buen estudiante, pero
nunca de los más brillantes. Terminó estudiando ciencias naturales en Oxford y se
especializó en física.
Pese a todo, Hawking llevó una vida feliz y productiva. Recibió 24 galardones por
su trabajo. Entre ellos, la Medalla Albert Einstein y el premio Príncipe de Asturias. Sus
principales aportes a la física están relacionados con la conceptualización y descripción
de los agujeros negros.
El mensaje de Hawking
La vida no fue fácil para Stephen Hawking. Se vio obligado a nadar contra la corriente,
debido a su enfermedad. Sin embargo, la progresiva pérdida de sus facultades no le
impidió continuar con su trabajo, con su vida familiar y con su papel como gran faro en
el mundo científico y humano. Se le veía feliz. Bromeaba y se mostraba interesado
por la suerte de los demás.