C. Padre nuestro, tú eres nuestra fortaleza en la adversidad.

Que todos los afectados por las lluvias sientan tu amparo en medio
del desastre. Mientras tormentas, inundaciones y tragedias
desafían nuestros corazones, abrázanos con tu amor y bondad.
Ten misericordia de nosotros y alivia nuestras angustias y haz que
nuestra fe sea cada vez más fuerte, para que confiemos siempre
en tu cuidado paternal. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro
Señor. Amén.

BENDICIÓN CON EL SANTÍSIMO SACRAMENTO

C. Nos diste Señor, pan del cielo.

T. Que contiene en sí todo deleite.

Oremos. Oh Dios, que en este sacramento admirable nos

dejaste el memorial de tu pasión, te pedimos nos concedas
venerar de tal modo los sagrados misterios de tu Cuerpo y de tu
Sangre, que experimentemos constantemente en nosotros el fruto
de tu redención. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

Canto: BENDITO, BENDITO

BENDITO, BENDITO, BENDITO SEA DIOS,
LOS ÁNGELES CANTAN Y ALABAN A DIOS. (2)
Yo creo Jesús mío, que estas en el altar
Oculto en la hostia, te vengo a adorar (2)

ACLAMACIONES
Bendito sea Dios.
Bendito sea su santo Nombre.
Bendito sea Jesucristo, verdadero Dios y verdadero Hombre.
Bendito sea el Nombre de Jesús.
Bendito sea su Sacratísimo Corazón.
Bendita sea su preciosísima Sangre.
Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar.
Bendito sea el Espíritu Santo Consolador. HORA SANTA:
Bendita sea la excelsa Madre de Dios, María Santísima. “Maestro, ¿no te importa
Bendita sea su santa e Inmaculada Concepción.
Bendita sea su gloriosa Asunción.
Bendito sea el Nombre de María, Virgen y Madre.
que nos hundamos?”
Bendito sea San José, su castísimo Esposo.
Bendito sea Dios en sus Ángeles y en sus Santos.

Canto. TU REINARÁS REINE JESÚS POR SIEMPRE

Tú reinarás, este es el grito REINE SU CORAZÓN
que ardiente exhalan nuestra fe //EN NUESTRA PATRIA,
Tú reinarás, oh Rey Bendito EN NUESTRO SUELO
pues tú dijiste ¡Reinaré! QUE ES DE MARÍA LA NACIÓN//
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 HORA SANTA Del salmo 106, 23-24. 25-26. 28-29. 30-31
“Maestro, ¿no te importa Demos gracias al Señor por sus bondades.
que nos hundamos?” Coro 1. Los que la mar surcaban con sus naves,
por las aguas inmensas negociando,
Guía. Hermanos, como comunidad el poder del Señor y sus prodigios
Samaritana nos reunimos hoy para en medio del abismo contemplaron.
ofrecer esta Hora de Adoración a Dios
Padre todopoderoso para que, con su inmenso poder y Coro 2. Habló el Señor
Misericordia, auxilie y proteja a todas las familias afectadas por las y un viento huracanado
fuertes lluvias que han azotado a nuestro amado Estado de las olas encrespó;
Tabasco, especialmente le pedimos por los hermanos que están al cielo y al abismo eran lanzados,
padeciendo en las diferentes comunidades de nuestro Municipio sobrecogidos de terror.
de Paraíso. C1. Clamaron al Señor en tal apuro
En estos momentos de oración fijemos la mirada en Jesús y Él los libró de sus congojas.
Sacramentado que está en la Custodia irradiando amor, pero, Cambió la tempestad en suave brisa
también desde aquí, y sin dejar de mirarlo a Él, miremos a todos y apaciguó las olas.
nuestros hermanos con sus necesidades, incertidumbres y
temores, para que en estos momentos de tribulación se sientan C2. Se alegraron al ver la mar tranquila
fortalecidos en la fe y abrazados por su amor misericordioso. y el Señor los llevó al puerto anhelado.
(Puestos de rodillas adoremos al Señor). Den gracias al Señor por los prodigios
que su amor por el hombre ha realizado.
Canto. CANTEMOS AL AMOR DE LOS AMORES
Cantemos al amor de los amores, T. ¡Demos gracias al Señor por sus bondades!
cantemos al Señor, Dios está aquí, Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu santo…
venid, adoradores, adoremos Canto.
a Cristo Redentor.
GLORIA A CRISTO JESÚS, PRECES
CIELOS Y TIERRA G. Confiados en que Jesús, a quien los vientos y los mares
BENDECID AL SEÑOR, obedecen, se ha quedado con nosotros y escucha el clamor de su
HONOR Y GLORIA A TI, Iglesia unida en oración, pidamos que tenga clemencia de nuestros
REY DE LA GLORIA. hermanos que sufren a causa de las inundaciones. A cada
AMOR POR SIEMPRE A TI, invocación respondemos a una voz:
DIOS DEL AMOR. R. ¡Escucha a tu pueblo, Señor!
Por nuestro amor oculta en el Sagrario L1. Para que a través de este tiempo de tragedia en nuestro
su gloria y esplendor; para nuestro bien, municipio de Paraíso, los más afectados y quienes más han
se queda en el santuario esperando perdido, sientan la presencia de Dios y el consuelo del Espíritu
al justo y pecador. Santo, oremos...
L2. Para que nuestras autoridades sepan responder con
Celebrante. En los cielos y en la tierra, sea por siempre generosidad y prontitud ante las necesidades de nuestro pueblo,
bendito y alabado. especialmente a los más desprotegidos, oremos…
Todos. El Corazón amoroso de Jesús Sacramentado.
L1. Para que todos los Cristianos recuerden a sus hermanos y
C. Creemos, Señor, que tú nos invitas a tener un corazón hermanas en dificultad y contribuyan con su tiempo o recursos
capaz de amar, sensible al dolor de nuestros hermanos. Este para ayudarles en su continua necesidad, oremos...
corazón que nos entregaste nos impulsa a renovarnos en la L2. Por toda la creación de Dios que ha sido arrancada o
fraternidad. destruida por el viento y la lluvia, para que la belleza natural de la
Padrenuestro, Avemaría y Gloria. tierra sea restaurada con el tiempo, oremos...
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confiando en el Señor y acrecentando la fe. En nuestra vida Canto: DIOS ESTA AQUÍ
cristiana, la fe probada está llamada a crecer, madurar y vencer el DIOS ESTÁ AQUÍ, TAN CIERTO
miedo. COMO EL AIRE QUE RESPIRO
TAN CIERTO COMO LA MAÑANA SE LEVANTA
L2. Ahora bien, aunque todavía los discípulos en este pasaje TAN CIERTO COMO YO TE HABLO
no tienen fe, la pregunta que se hacen al final de la tempestad Y ME PUEDES OÍR. (2)
calmada: “¿Quién es éste, a quién hasta el viento y el mar
obedecen?” indica que ya están descubriendo que Jesús es el Hijo C. Alabemos y demos gracias a cada instante y momento,
de Dios, que tiene el poder de Dios y por esto el viento y el mar le T. al Santísimo y Divinísimo Sacramento.
obedecen. En otras palabras esto significa que la fe está
germinando, los discípulos están comprendiendo que Jesús C. Creemos, Jesús Eucaristía, que tú eres la vid y nosotros los
resucitado no duerme y cumple su Palabra: “Yo estaré con ustedes sarmientos y que debemos estar plenamente unidos a ti para poder
todos los días hasta el fin del mundo” (Mt 28, 20). Por tanto, si dar frutos a nuestro alrededor, para que nuestro compromiso como
Jesús ha vencido la muerte por eso tiene poder sobre la naturaleza, creyentes, no sea estéril.
¡Él es el Señor!
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
C. Hermanos, Jesús resucitado no sólo tiene poder sobre las
fuerzas de la naturaleza, sino también sobre la muerte y el pecado Canto: MI JESÚS SACRAMENTADO
en nosotros, si creemos en él y lo hacemos Señor de nuestras MI JESÚS SACRAMENTADO,
vidas. Cuando sintamos las fuerzas adversas, no pensemos que YO TE ADORO Y TE BENDIGO,
Cristo duerme, lo que pasa es que quiere que creamos más en él y PORQUE OCULTO EN EL SAGRARIO,
le pidamos su ayuda. Así pues, sabiendo que él es el Señor, que HAS QUERIDO ESTAR CONMIGO.
hasta el viento y el mar le obedecen, digámosle: “Maestro, ¿no te
importa que nos hundamos?”. Les aseguro que si lo hacemos nos C. Santísimo Sacramento, Hijo del Eterno Padre,
escuchará y atenderá ¡Que así sea! (cf. Homilía en el Domingo XII del T. alumbra mi entendimiento para que mi alma se salve.
tiempo ordinario, J. Trinidad Zapata Ortiz, Obispo de Papantla).
C. Creemos en ti Señor y en tu presencia eucarística, fuerza
Canto. renovadora de la faz de la tierra. No nos dejes, quédate con
Reflexión nosotros para que amemos lo que es noble, justo y recto.
Enséñanos el camino de la verdad.
C. Al calmar la tempestad y el viento, Jesús nos manifiesta que
él es Dios, nos muestra cómo su poder es más fuerte que una Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
tormenta amenazadora. Por eso, en primer lugar, podríamos decir
que este episodio nos vuelve a llamar a poner nuestra confianza en Canto. TAN CERCA DE TI
el Señor, pues aunque en nuestra vida, pasemos por situaciones TAN CERCA DE TI, Le hablaré sin miedo al oído;
difíciles o turbulentas, debemos saber que, en medio de ellas, el TAN CERCA DE MÍ le contaré las cosas
Señor está presente, contra lo cual esas amenazas decaen. En QUE HASTA LO PUEDO TOCAR que hay en mí
segundo lugar, se nos invita a que como Iglesia, ante las olas que JESÚS ESTÁ AQUÍ. y que sólo a Él, le interesarán.
golpean nuestra barca, sepamos responder con nuestra vida y Él es más que un mito para mí.
No busques a Cristo en lo alto
nuestras acciones a la pregunta “¿quién es este?” Ante el Señor, es ni lo busques en la oscuridad
más acertado admirar, adorar y actuar guiados por la fe en Cristo muy dentro de ti, en tu corazón
Jesús. puedes adorar a tu Señor.
G. Preguntémonos ahora: ¿Podemos sentirnos abandonados,
solos, indefensos, cuando sabemos que Jesús es más fuerte que C. Señor, Tú eres el Dios de los pobres, el que siembra
todo lo que pueda dañarnos? esperanzas, el que entrega su amor. Eres el Dios solidario, el
Eterno, el gran Yo Soy. Tú eres Dios con nosotros, Dios abrazo,
(Meditamos en silencio) Dios caricia, Dios esfuerzo, Dios entrega, Dios acción.
G. Movidos por el agradecimiento, nos adentramos en las palabras T. Por cada uno de nosotros y nosotras, por nuestra
del salmista que nos invita a la confianza en Dios: (A dos coros) solidaridad, servicio y acción, clamamos solidarios, oh Señor.
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Venga tu reino al doliente, venga tu oído al clamor, vengan tus
hijas e hijas, a mostrar tu rostro fraterno, Oh Solidario Señor.
¡Gracias por ser Dios con nosotros, en nosotros y a través de
nosotros, Señor!
C. Padre Santo, Tú nos diste a tu Hijo que siempre nos
escucha en la aflicción, por Él te pedimos de todo corazón que nos
concedas la gracia de un tiempo tranquilo y sereno, de modo que
las poblaciones inundadas regresen a la vida normal, los campos
se puedan recuperar para las cosechas y tengamos en las
carreteras un tránsito seguro y en las faenas en el mar normalidad.
T. Danos entrañas de solidaridad y caridad para que podamos
socorrer a los hermanos damnificados. Acoge, Señor Jesús,
nuestra plegaria, como tantas veces has respondido positivamente
a los ruegos de tu pueblo suplicante. Ven en auxilio de estos tus
hijos que ahora sufren, con quienes quiso quedarse la Santísima
virgen de Guadalupe, nuestra amada Morenita. Que Ella te
encomiende nuestra oración, Aquella a quien Tú, como en las
Bodas de Caná, nada le niegas (Jn 2, 1-11). Amén.
LA PALABRA DE DIOS NOS ILUMINA
G. Ahora, ante Jesús Eucaristía, dejémonos iluminar por su
Palabra y contemplemos la situación que como Pueblo de Dios
estamos enfrentando. Escuchemos con atención. (De pie)
C. Del santo Evangelio según san Marcos 4, 35-41
Un día, al atardecer, Jesús dijo a sus discípulos:
“Vamos a la otra orilla del lago”. Entonces los
discípulos despidieron a la gente y condujeron a
Jesús en la misma barca en que estaba. Iban
además otras barcas. De pronto se desató un fuerte
viento y las olas se estrellaban contra la barca y la
iban llenando de agua. Jesús dormía en la popa,
reclinado sobre un cojín. Lo despertaron y le dijeron:
“Maestro, ¿no te importa que nos hundamos?” Él se despertó,
reprendió al viento y dijo al mar: “¡Cállate, enmudece!” Entonces el
viento cesó y sobrevino una gran calma. Jesús les dijo: “¿Por qué
tenían tanto miedo? ¿Aún no tienen fe?” Todos se quedaron
espantados y se decían unos a otros: “¿Quién es éste, a quien
hasta el viento y el mar obedecen?” Palabra del Señor.
(Breve momento de meditación)
G. Queridos hermanos, en este pasaje del Evangelio, podemos
contemplar el poder de Dios sobre las fuerzas de la naturaleza.
Lector 1. Sin decir para qué, Jesús dice imperativamente a sus
discípulos: “Vamos a la otra orilla del lago”. Pues bien, los
discípulos obedecen, despiden a la gente y, llevando consigo a
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Jesús, se lanzan a la otra orilla del lago y: “De pronto se desató un
viento fuerte y las olas se estrellaban contra la barca”.
Paradójicamente Jesús dormía y lo despiertan con la pregunta:
“Maestro, ¿no te importa que nos hundamos?”. Como respuesta
Jesús: “Se despertó, reprendió al viento y dijo al mar: ¡Cállate,
enmudece! Entonces el viento cesó y sobrevino una gran calma”.
Este es el motivo por el que los discípulos se preguntan: “¿Quién
es éste, a quién hasta el viento y el mar obedecen?”.
Lector 2. La palabra de Jesús y la obediencia del mar a su
palabra suscita la pregunta: “¿Quién es éste?” y no sin razón pues
en el Antiguo Testamento Dios es el único que puede hacer eso.
Por ejemplo, separó las aguas del Mar Rojo para que su pueblo
escapara del Faraón; de manera que cuando aquí los discípulos se
preguntan quién es esté, en cierto modo están dándose la
respuesta, es Dios, o más en concreto es el Hijo de Dios, pues sólo
Dios tiene poder sobre las fuerzas de la naturaleza.
C. En el Antiguo Testamento el mar aparece como una fuerza
hostil a nosotros porque no es nuestro hábitat natural. Nosotros no
tenemos la capacidad de vencer las fuerzas de la naturaleza, pero
sí de dañarla lo cual trae graves consecuencias, como nos ha dicho
el Papa Francisco en su encíclica “Laudato si”. Las fuerzas de la
naturaleza no dependen de nosotros, sino nosotros de ellas y
debemos respetarlas. Somos nosotros los que debemos
adaptarnos a ellas, no ellas a nosotros. Nosotros no somos dueños,
no somos señores de la creación. Sólo Dios es el dueño, sólo Dios
es el Señor, por eso, dice en el libro de Job: “Yo le puse límites al
mar… y le dije: Hasta aquí llegarás, no más allá. Aquí se romperá
la arrogancia de tus olas”.
L1. En los evangelios, la barca es el símbolo de la Iglesia y el
lago o el mar representa el mundo que la Iglesia, es decir la barca
de Cristo, tiene que atravesar, a lo largo de la historia, hasta llegar
a la otra orilla, es decir hasta el día final cuando Dios venga en su
gloria. Mientras esto sucede los discípulos están llamados a creer
en el Señor que va con ellos. Aunque parece que duerme no es
así, sino que quiere suscitar la fe de sus discípulos, fe que, en este
caso, todavía no tienen, pues les dice: “¿Por qué tenían tanto
miedo? ¿Aún no tienen fe?”. Este evangelio es un llamado para
que nosotros, ante los problemas y las situaciones difíciles,
confiemos en el poder de Jesús que no nos deja solos, pero nos
invita a fortalecer nuestra fe en su presencia.
C. El seguimiento de Jesús no nos va a librar de las pruebas,
Jesús mismo dijo que había que tomar la cruz; además en los
evangelios una y otra vez repite a sus discípulos: “No tengan
miedo”. Esto no significa que el miedo, en cuanto tal, desaparezca
totalmente del discípulo del Señor en los momentos difíciles. Se
trata más bien de vencer todos los obstáculos, incluido el miedo,