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ESCUELA DOMINICAL

Domingo 26/04/2020
LECCIÓN
Mateo 5: 27 al 32
TEMA
El Adulterio y el Divorcio
TEXTO DE MEMORIA
Santiago 1: 13
Texto de memoria
Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque
Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie; Santiago 1: 13

INSTRUCCIONES PREVIAS
Como ya es habitual, cada domingo antes de comenzar el tema de hoy, es
recomendable hacer un repaso de la lección estudiada y aprendida la semana
pasada. Consulte a los asistentes de su clase ¿Dónde estuvo la lección
pasada? y ¿De qué se trató?
Recuerde este consejo, mire a cada uno de sus alumnos atentamente,
esperando recibir una respuesta ojalá de cada uno de ellos, sin forzar ni
obligar a nadie a responder. Estimule cada respuesta con una reacción
positiva de su parte, y felicite cuando reciba una respuesta. También
pregunte por el texto de memoria, quién o quién lo recuerdan. En lo posible
intenté repasar otros textos aprendidos en lecciones anteriores.
Este ejercicio, si se realiza cada semana, ayudará a que sus alumnos se
preparen para enfrentar una nueva clase, y así poder responder las
preguntas del profesor. Además esto ayuda a retener y reforzar las
enseñanzas aprendidas.
Es muy importante que usted como profesor, entienda que este estudio es
sólo un bosquejo o una guía de apoyo, que le ayudará a desarrollar su clase.
Pero la mejor guía y el mejor estudio lo encuentra usted en su Biblia, por lo
tanto antes de enseñar
"LEA SU BIBLIA"
INTRODUCCIÓN Después de concluir con el tema anterior acerca de la ira o el
enojo permanente, Jesús vuelve a tocar otro, relacionado con un
mandamiento que todos conocían muy bien, pero una vez más lo llevará a
otro nivel.
TEMA Cuando Jesús les dice “Oísteis que fue dicho: No cometerás adulterio.
Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya
adulteró con ella en su corazón”. Mateo 5:27-28
Se está refiriendo al séptimo mandamiento dado por Dios a Moisés
mencionado en Éxodo 20:14.
Desde tiempos muy antiguos hasta los tiempos de Jesús, la poligamia
era una práctica muy común entre los pueblos, de allí que Dios decidió
regularlo a través de uno de sus mandamientos. Sin embargo, los judíos
creían que el adulterio consistía solamente en consumar el acto sexual; pero
viene Jesús y les dice que con el solo hecho de mirar y codiciar en su corazón
a otra persona que no es su esposa (so) ya adultero.
¿Qué es poligamia? “permitido de tener más de una esposa, por lo que
no se consideraba que cometían adulterio”
¿Qué es el Adulterio? Es el acto sexual que una persona casada
comete con otra persona que no es su cónyuge.
En la lección de hoy, Jesús hace una mención del séptimo
mandamiento
“NO COMETER ADULTERIO”.
Jesús les recuerda la ley a partir de la intención que tenía Dios al
proclamarla, en el Monte Sinaí, siglos atrás. Retoma y defiende los grandes
valores de la vida humana que están por detrás de cada uno de los Diez
Mandamientos.
Insiste en el AMOR, en la FIDELIDAD, la MISERICORDIA, la JUSTICIA y
la VERDAD. Jesús va en contra del deseo perverso, y nos lleva a buscar el bien
y el amor en nuestras relaciones.
¿Con que espíritu acojo y vivo los mandamientos?
El pecado que entra por los ojos

Increíblemente nuestros ojos juegan un papel muy importante en


cuanto a la consumación del pecado. En 1 Juan 2:15-17 el apóstol Juan nos
advierte que uno de los medios por donde somos tentados son los ojos y lo
llama los deseos de los ojos. Fue a causa de los deseos de los ojos que el rey
David cometió el pecado de adulterio y posteriormente el de homicidio (“Y
sucedió un día, al caer la tarde, que se levantó David de su lecho y se paseaba
sobre el terrado de la casa real; y vio desde el terrado a una mujer que se
estaba bañando, la cual era muy hermosa”, 2 Samuel 11:2).
También Acán cayó en pecado por los deseos de los ojos (“Pues vi
entre los despojos un manto babilónico muy bueno, y doscientos siclos de
plata, y un lingote de oro de peso de cincuenta siclos, lo cual codicié y tomé;
y he aquí que está escondido bajo tierra en medio de mi tienda, y el dinero
debajo de ello”, Josué 7:21)
Eva fue cautivada por el fruto porque veía “que era agradable a los
ojos”,(Génesis 3:6)
Y nuestro Señor Jesús nos advierte que cualquiera que mira a una
mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón.
El apóstol Santiago advierte que antes que el pecado sea consumado
éste es concebido en el corazón de la persona por su propia concupiscencia y
obviamente una forma en la cual la tentación puede entrar a nuestra vida es
por medio de nuestros ojos. “Sino que cada uno es tentado, cuando de su
propia concupiscencia es atraído y seducido. Entonces la concupiscencia,
después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo
consumado, da a luz la muerte”.
Santiago 1:14-15

El problema con esto, no es ver, sino codiciar lo que vemos.


Codiciar es el deseo o anhelo de tener, poseer algo de una manera
desmedida y especialmente cuando las cosas que deseamos pertenecen a
otras personas.
En el caso específico del texto que estudiamos; es el deseo intenso de
estar con alguien para tener contacto sexual. El problema no está en mirar,
uno puede mirar. El problema está en codiciar, anhelar a la otra persona para
estar con ella. Eso para Jesús ya es adulterio, con solo tener un deseo en el
corazón ya es pecado. Finalmente nuestro Señor Jesucristo recalca que el
pago para los tales es el infierno, por tanto, mejor les seria perder un
miembro del cuerpo tan importante como los ojos, las manos o piernas; pero
salvarse del castigo eterno, que irse al infierno con todo su cuerpo.

Versos 31 y 32 este es otro tema delicado en la actualidad


31 También fue dicho: Cualquiera que repudie a su mujer, dele carta de
divorcio.
32 Pero yo os digo que el que repudia a su mujer, a no ser por causa de
fornicación, hace que ella adultere; y el que se casa con la repudiada, comete
adulterio.

Basándose en el mandamiento anterior: No adulterarás, comenta otro


dicho que los antiguos habían enseñado durante generaciones, y es la carta
de divorcio para una mujer que ha sido repudiada. El tema del divorcio ha
sido muy controversial a lo largo de los tiempos, y en la era actual no es la
excepción. Dios instituyo el matrimonio allá en Génesis 2:24, donde después
de formar a la mujer de la costilla de Adán dijo: “Por tanto, dejará el hombre
a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne”. De
igual forma las Escrituras hablan acerca de lo honroso que es el matrimonio
sin mancha delante de Dios.
“Honroso sea en todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla; pero a los
fornicarios y a los adúlteros los juzgará Dios”.
Hebreos 13:4
Lamentablemente un gran porcentaje de matrimonios fracasan y ven
en el divorcio la única salida de escape. Pero, ¿aprueba realmente Dios el
divorcio? Veamos lo que las Sagradas Escrituras dicen.
Por tal motivo Jesús les aclara que la única cosa indecente por la cual el
hombre podía darle carta de divorcio a su mujer, Jesús advierte que el
divorcio por otro motivo que no sea adulterio, crea una situación pecaminosa
para la mujer si ella vuelve a casarse: comete adulterio. Pese a esta
enseñanza la voluntad de Dios es que el matrimonio sea para siempre, como
lo dice Jesús en Marcos 10:9 “Por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el
hombre”, lamentablemente la dureza del corazón del hombre sigue
provocando la finalización del contrato matrimonial que un día realizó la
pareja delante de Dios y las leyes terrenales. Aunque en este versículo
aparece una causa para divorciarse, la Biblia deja claro la posición
predominante de Dios en cuanto al matrimonio y el divorcio. En Malaquías
entre los pecados de los cuales acusa al pueblo estaba el haber roto el trato
matrimonial con la mujer de su juventud:
“Y está otra vez haréis cubrir el altar de Jehová de lágrimas, de llanto, y
de clamor; así que no miraré más a la ofrenda, para aceptarla con gusto de
vuestra mano. Mas diréis: ¿Por qué? Porque Jehová ha atestiguado entre ti y
la mujer de tu juventud, contra la cual has sido desleal, siendo ella tu
compañera, y la mujer de tu pacto. Malaquías 2:13-15
El apóstol Pablo exhorta a los creyentes que por causa de las
fornicaciones cada uno tenga su propia mujer y que deben luchar por
mantenerse unidos en el santo estado del matrimonio; y si se separan, que se
queden sin casar:
8 Digo, pues, a los solteros y a las viudas, que bueno les fuera quedarse como
yo;
9 pero si no tienen donde continencia, cásense, pues mejor es casarse que
estarse quemando.
10 Pero a los que están unidos en matrimonio, mando, no yo, sino el Señor:
Que la mujer no se separe del marido;
11 y si se separa, quédese sin casar, o reconcíliese con su marido; y que el
marido no abandone a su mujer.
12 Y a los demás yo digo, no el Señor: Si algún hermano tiene mujer que no
sea creyente, y ella consiente en vivir con él, no la abandone.
13 Y si una mujer tiene marido que no sea creyente, y él consiente en vivir con
ella, no lo abandone.
14 Porque el marido incrédulo es santificado en la mujer, y la mujer incrédula
en el marido; pues de otra manera vuestros hijos serían inmundos, mientras
que ahora son santos.
15 Pero si el incrédulo se separa, sepárese; pues no está el hermano o la
hermana sujeto a servidumbre en semejante caso, sino que a paz nos llamó
Dios.
16 Porque ¿qué sabes tú, oh mujer, si quizá harás salvo a tu marido? ¿O qué
sabes tú, oh marido, si quizá harás salva a tu mujer?
1 Corintios 7:8-16
Todo matrimonio debe luchar por cultivar el amor entre la pareja y no
llegar al divorcio, esta es la voluntad de Dios y nunca deberíamos ver el
divorcio como la mejor opción. En Oseas se nos ofrece un buen ejemplo de
cómo a pesar de la infidelidad conyugal, el perdón y reconcilio pueden salvar
el matrimonio, y aunque el tema principal gira alrededor de como Dios está
dispuesto a perdonar a su pueblo Israel el cual ha cometido adulterio
espiritual con otros ídolos, también puede aplicase a nuestra vidas, y así
como Dios ha perdonado nuestra infidelidad, cada matrimonio debería estar
dispuesto a perdonar y buscar el reconcilio.
Que corresponde a nosotros como cristianos frente a una situación de
adulterio o divorcio en nuestra iglesia o de algún hermano nuestro. No es
juzgar, ni condenarlo, Hebreos 13: 4 Honroso sea en todos el matrimonio, y
el lecho sin mancilla; pero a los fornicarios y a los adúlteros los juzgará Dios.
¿Será guardar silencio, o ignorar la situación? No de ninguna manera,
la biblia nos da la respuesta
2 Timoteo 4 1 y 2 Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo,
que juzgará a los vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino,
2que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo;
redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina. Debemos
hacerlo con paciencia, con amor,
Finalmente debemos considerándonos a nosotros mismos, no sea que
también seamos tentados

Gálatas 6
1 Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros que
sois espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre, considerándote a
ti mismo, no sea que tú también seas tentado.
2 Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de
Cristo.
Recuerde que Dios también es un Dios de misericordia recuerde como
David pedía misericordia a Dios, esa misma misericordia no tuvo con Urías
sin embargo Dios lo perdono, y si el perdona, ¿Quién soy yo para condenar?
El que tiene oídos para oír que oiga.

CUESTIONARIO
¿Qué es la poligamia?
Es un régimen familiar que permite tener más de una esposa al mismo
tiempo
¿Qué es el Adulterio?
Es el acto sexual que una persona casada comete con otra persona que no es
su cónyuge.

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