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SISTEMATIZACIÓN DE EXPERIENCIA DE ACOMPAÑAMIENTO

PSICOSOCIAL CON MUJERES EN SITUACIÓN DE DESPLAZAMIENTO DE


LA ORGANIZACIÓN PASTORAL SOCIAL DE MEDELLIN

PAULA ANDREA ARCILA MONTES


DIANA CAROLINA FORONDA MEDINA
YANETH YIRLEZA PALACIOS RENTER

UNIVERSIDAD COOPERATIVA DE COLOMBIA


FACULTAD DE PSICOLOGIA
SEMINARIO DE INVESTIGACION I
SEDE MEDELLIN-ENVIGADO
2011
SISTEMATIZACIÓN DE EXPERIENCIA DE ACOMPAÑAMIENTO
PSICOSOCIAL CON MUJERES EN SITUACIÓN DE DESPLAZAMIENTO DE
LA ORGANIZACIÓN PASTORAL SOCIAL DE MEDELLIN

PAULA ANDREA ARCILA MONTES


DIANA CAROLINA FORONDA MEDINA
YANETH YIRLEZA PALACIOS RENTERIA

Anteproyecto de investigación para optar al titulo de psicólogas

Asesora:
Esp. Ángela Maria Martínez Chaparro

UNIVERSIDAD COOPERATIVA DE COLOMBIA


FACULTAD DE PSICOLOGIA
SEMINARIO DE INVESTIGACION I
SEDE MEDELLIN-ENVIGADO
2011
CONTENIDO

1. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

2. JUSTIFICACION

3. OBJETIVOS

4. MARCO REFERENCIAL

4.1 REFERENTES INSTITUCIONALES

4.2 REFERENTES LEGALES

4.3 REFERENTES CONCEPTUALES

5. METODOLOGIA
TIPO
ENFOQUE
ALCANCE
METODO
POBLACION: FUENTES PRIMARIAS Y FUENTES SECUNDARIAS
MUESTRA: NO PROBABILISTA CRITERIOS DE INCLUSION Y EXCLUSION
PROCESOS METODOLOGICOS (CUADROS)

6. REFERENTES BIBLIOGRAFICOS
1. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

Colombia ha vivido uno de los conflictos armados más largos y complejos de


la historia latinoamericana, caracterizado por las reiteradas prácticas violatorias
de los Derechos Humanos y la vinculación de la población civil como principal
víctima del conflicto, el conflicto armado en Colombia de origen rural en sus
inicios ha ocasionado la muerte de miles de personas al margen del conflicto; el
exterminio de partidos políticos, grupos y líderes de oposición; la desaparición
forzada de más de cuatro mil personas; el secuestro masivo, prácticas de
tortura, abusos sexuales y de intimidación. El desplazamiento forzado, en la
última década ha dejado cerca de tres millones cuatrocientas mil personas
desplazadas y ha ocasionado la huida de colombianos hacia el exterior. En
efecto la violencia política se fue extendiendo a lo largo del territorio nacional
afectando de manera particular a cada región del país, dejando como gran
efecto devastador de la guerra el fenómeno del desplazamiento forzado.
(AVRE, 2005)

En el Valle de Aburra la violencia responde al efecto de una situación nacional


que se ha exacerbado de manera significativa en el contexto antioqueño. Los
antecedentes de esta se encuentran en el desplazamiento de campesinos
procedentes de otros municipios y departamentos que desarraigados por la
violencia sociopolítica 1, se vieron en la obligación de llegar a las grandes
ciudades como Bogotá y Medellín en busca de oportunidades y protección ;
sin encontrar en ocasiones una efectiva respuesta a su situación de
desamparo, considerando que estructuralmente y políticamente no existían
políticas públicas para el manejo y atención de la población desplazada(Vargas
2008). Dentro de las grandes ciudades la población desplazada ocupo las
periferias de la ciudad donde establecieron sus hogares que inicialmente fue
temporal, pero con el paso del tiempo y con la difícil situación de orden público

1
Violencia sociopolítica: Aquella violencia ejercida como medio de lucha político - social, ya sea con el fin
de mantener, modificar, sustituir o destruir un modelo de Estado o de sociedad, o también para destruir o
reprimir a un grupo humano con identidad dentro de la sociedad por su afinidad social, política, gremial,
étnica, racial, religiosa, cultural o ideológica, esté o no organizado. Tal tipo de violencia puede ser
ejercida: Por agentes del Estado o por particulares que actúan con el apoyo, tolerancia o aquiescencia de
las autoridades del Estado y en este caso se tipifica como Violación de Derechos Humanos (AVRE, 2005)
en sus lugares de procedencia tuvieron que considerarlo como su único hogar,
las periferias de Medellín o también llamados “barrios populares” son
reconocidos como las franjas vulnerables y es en estas donde nacen y
desarrollaron los grupos delincuenciales (Rozema, R 2007) para los
desplazados su situación de desempleo y la presión de suplir necesidades
básicas llevaron a que se vincularan ilícitamente a las nacientes
organizaciones al margen de la ley.

“Desde la década de los ochenta los grupos armados en los barrios periféricos han
desempeñado un papel dominante. A lo largo de los años en las ciudades surgieron bandas,
combos, milicias, narcotraficantes, grupos de limpieza social, guerrilleros, paramilitares y las
llamadas “oficinas”, estructuras de alta criminalidad donde se podía contratar a un sicario. Los
grupos armados formaron una intrincada red de relaciones de poder” (Rozema R ,2007, p 535).

En estas organizaciones el sicario era quien aparte de controlar las nacientes


plazas de expendio de drogas y armas, vigilaba las comunidades de posibles
intentos de denuncias públicas que expusieran la situación de orden público
que se vivía en esos barrios, ejecutaba homicidios como estrategia de
silenciamiento o demostración de poder de las llamadas fronteras invisibles
entre barrios o comunas , esto conllevo a que la tasa de homicidios subiera en
Medellín, por lo cual fue catalogada como la ciudad más peligrosa de
Colombia según (Rozema, 2007), comparada bajo las mismas características
de cualquier Fabela brasilera.

Desde la década de los ochenta la violencia se ha tornado dentro de la


sociedad medellinense como un síntoma de orden político, cultural, urbano y
psicosocial, la constitución de los grupos delincuenciales en barrios y comunas
generó una ola de delimitación de territorio y con ello las organizaciones se
nombraron “propietarias” de estos sectores o comunidades , estas barreras
suponían una guerra o un conflicto armado donde la sociedad no vinculada
directamente a esta situación estaba de por medio. Esta delimitación de
territorio trajo consigo los llamados “bloques”, estos últimos serían la
denominación general de todos los actos y vinculados a un solo cabecilla o
capo. En cuestión de orden político, se consideró durante las décadas de los
80 y los 90 que la situación obedecía a un problema de orden público, se
reconocían los antecedentes y se plantearon estrategias de seguridad
ciudadana, pero no existió un esclarecimiento de la situación de violencia que
se presentó; según Münkler, H. (2005)

Si bien se ha analizado generalidades de la situación, es preciso considerar la


población implicada en esta; los procesos migratorios acelerados y
desordenados a raíz de la violencia, generó en Medellín un crecimiento
demográfico y físico el cual las autoridades no contaron con orientaciones
claras, según Ceballos 2000 citado por (Vargas, 2007, p. 383). Esto propago
las condiciones de desigualdad, marginación, violencia intrafamiliar,
segregación, deserción escolar, problemas de inseguridad, desnutrición, bajo
cubrimiento en salud, temor, invasiones, Estas situaciones derivadas del
conflicto conllevaron a una serie de consecuencias dentro de la población
civil como por ejemplo el fenómeno del desplazamiento forzado.

El Desplazamiento forzado emerge en el marco de la guerra como uno de los


efectos más deteriorantes del tejido social y complejos de la violencia
sociopolítica que se vive en el contexto, el desplazamiento constituye una de
las más graves problemáticas por las que atraviesa el país, trayendo consigo la
afectación de la población civil con mayores repercusiones en los niños, niñas,
mujeres y adultos mayores.

En Colombia, la violencia política provocó entre 1985 y 2003 el desplazamiento


forzado de 3.090.123 personas, de las que el 74% eran menores de edad y el
56%, mujeres. El 50% de las familias desplazadas están encabezadas por una
mujer, cifra que dobla el promedio del país, en el que el 24% de los hogares
son sustentados por mujeres2.

Según el sistema de información CODHES (Consultoría para los Derechos


Humanos y el Desplazamiento) durante el año 2009, alrededor de 286.389

2
Cifras tomadas del informe de 2006 sobre la situación de
desplazamiento y derechos humanos CODHES, (Consultoría para los
derechos humanos y el desplazamiento)
personas fueron desplazados en el marco del conflicto armado y otras
manifestaciones de violencia, entre los años 2000 y 2010 dieron como
resultado un desplazamiento de 3.101.978 personas que dejaron sus lugares
de forma violenta y forzada. Estas cifras corresponden a conteos puros de los
datos reales, además el reporte por género, en este caso como línea de
estudio las mujeres ocuparon un 7.5% del total de la población desplazada en
Antioquia.

El desplazamiento forzado interno en el Valle de Aburrá tiene un gran impacto


en las mujeres, quienes generalmente son viudas o huérfanas de la guerra,
convirtiéndose de la noche a la mañana en jefes de sus hogares y en las
responsables del sostenimiento económico y afectivo de sus familias. Las
mujeres perciben la guerra y los efectos de la misma de manera diferente a los
hombres, así como sienten de manera distinta el terror, el desarraigo y el
rompimiento de su tejido social. Su trauma psicológico puede ser mucho
mayor, dado que a la viudez, la pobreza, la desnutrición, el deterioro físico, el
miedo, el chantaje y, en ocasiones, el abuso sexual, se agregan la
responsabilidad de sobrevivir y garantizar la supervivencia de sus hijos en su
entorno que le es desconocido. Este fenómeno interno vulnera derechos
específicos de las mujeres dentro de los cuales se perpetúan los crímenes de
género y la practicas de violencia sexual. (Meertens y Segura-Escobar, 1996:
171-175).

Se estima que la población desplazada entre enero de 2000 y junio de 2001, el


50% eran mujeres, y el 74% estaba conformado por mujeres, niños y niñas
(Ramirez,).

Entre los principales efectos negativos de las mujeres en situación de


desplazamiento han encontrado las siguientes experiencias:
Enfrentar una nueva manera de vivir en una ciudad desconocida y hostil, que
no ofrece condiciones favorables para su integración, el desarraigo ocasionado
por la violencia ha producido la perdida del entorno social y familiar al que
estaban acostumbradas y por ello se ven obligadas aprender a desenvolverse
en espacios públicos, inherentes a las ciudades receptoras para los que no
están preparadas, enfrentar en muchos casos, su nueva situación de jefes o
cabezas de hogar por diversos motivos, entre ellos, la viudez u orfandad como
consecuencia del conflicto armado, incluso buscan los medios de subsistencia
en el sector informal o en el servicio doméstico, o ejerciendo la prostitución, sin
garantías mínimas para una vida digna , en este proceso las niñas y
adolescentes asumen la responsabilidad de las tareas domésticas y el cuidado
de los niños pequeños, para que las madres puedan salir a trabajar. Esto
impide a las niñas a asistir a la escuela, perder la identidad cultural ligada al
territorio y a la comunidad. (Ramirez,

Investigadores han planteado que en Colombia el desplazamiento se presenta


de forma diferente entre las mujeres, hombres, niños y grupos étnicos; desde
la destrucción de vida hasta la reconstrucción de la misma, así mismo se
“diferencian en cuanto a la especificidad de sus vulnerabilidades, necesidades
de protección y atención, y potencialidades para la reconstrucción de sus
proyectos de vida”. En el marco de la década del 2000 al 2010 el Valle de
Aburra ha presenciado por una parte el aumento de recepción de población
desplazada, la proliferación de bandas criminales causantes de expulsión de la
zonas urbanas y su ulterior efecto el aumento del desplazamiento intraurbano.
(Meertens, D, 2000).

Frente a esta situación de marginación social, exclusión y deterioro de la


calidad de vida de las mujeres en condición de desplazamiento, durante las
últimas décadas en el Valle de Aburra se han venido construyendo
experiencias3 de atención y acompañamiento psicosocial a las mujeres
víctimas de este delito de guerra, cada una con un matiz particular de acuerdo
a la entidad que lidera y acompaña el desarrollo de la misma. Dentro de estas
propuestas se encuentran y diseñaron tres estrategias de abordaje orientadas
a la reconstrucción del tejido social y la recuperación emocional de las víctimas;
que han sido potencilizadoras de los procesos de restablecimiento

3
La experiencia se asume como lo plantean investigadores sociales como Oscar Jara que plantea la
concepción de la experiencia desde una perspectiva histórico-critica “las experiencias son procesos socio-
históricos dinámicos y complejos, individuales y colectivos que son vividas por personas concretas. No
son simplemente hechos o acontecimientos puntuales, ni meramente datos. Las experiencias, son
esencialmente procesos vitales que están en permanente movimiento y combinan un conjunto de
dimensiones objetivas y subjetivas de la realidad histórico-social”.
socioafectivo de las mujeres en condición de desplazamiento del Valle de
Aburrá. (Morales, Hincapié, & Martínez, 2009)

Estas experiencias se sitúan en los contextos institucionales de Pastoral Social


de la arquidiócesis de Medellín, Corporación Avre y Proyecto de Victimas de la
Alcaldía de Medellín, que le han apostado históricamente a la reinividicación de
los derechos humanos y en el caso de las mujeres en situación de
desplazamiento han apoyado con ayuda de cooperación internacional la
reconstrucción de los proyectos de vida, sus programas en esta línea han sido
referentes para los procesos de trabajo comunitario con mujeres en el marco
de la ciudad.

La posibilidad de experiencia durante estos procesos de intervención


psicosocial se constituye en una fuente constructora de conocimientos y
práctica reflexiva sujeta de investigación que permitiría avanzar en la
construcción de modelos metodológicos desde la praxis misma, atender de
manera contextual al fenómeno del desplazamiento y sus efectos en las
mujeres víctimas de esta situación de guerra. Desde ahí se plantea como
intención investigativa la sistematización de estas experiencias de intervención
psicosocial con mujeres en contextos de desplazamiento en el Valle de Aburrá
durante la década 2000-2010 con el propósito de caracterizar las experiencias
emergentes desde el análisis de sus contenidos, acontecimientos,
componentes y cambios suscitados.

Frente a las experiencias de intervención psicosocial con mujeres en condición


de desplazamiento en el Valle de Aburrá durante la última década. Emerge la
inquietud como investigadoras por aproximarse desde la teoría crítica a la
recuperación de estas prácticas que han tenido efectos en la reconstrucción de
los proyectos de vida de las mujeres, en esta línea se plantean como pregunta
orientadora: ¿Cuáles han sido las características emergentes de las
experiencias de intervención psicosocial de las organizaciones Pastoral social,
Corporación Avre y Proyecto de Victimas de la Alcaldía de Medellín con
mujeres en situación de desplazamiento en el Valle de Aburrá durante la
década 2000-2010?
2. JUSTIFICACCION

“la sistematización, más que una alternativa a la evaluación o a la


investigación, constituye una expresión particular de investigación de la
acción social en el marco del cambio de paradigma que caracteriza a
esta época” (Martinic, 1998)

Este proyecto de sistematización, buscará caracterizar los acontecimientos,


conceptos, componentes y cambios suscitados en la práctica, con el propósito
de recuperar las experiencias emergentes en la acción desde las narrativas de
los participantes (comunidad y profesionales), asumiendo que la reflexión sobre
la experiencia se convierte en un fundamento para la construcción de
conocimientos, revisión de metodológicas, recuperación de discursos y
narrativas del proceso, asuntos claves en la construcción crítica de una
disciplina, de igual forma permitirá aportar elementos claves para la
intervención psicosocial con mujeres víctimas de violencia sociopolítica desde
la praxis reflexiva. Siguiendo Marta Nubia Bello (2004) :(RELEVANCIA
DISCIPLINAR)

La reflexión sobre experiencias concretas ofrecen una gran riqueza para orientar el
diseño y la ejecución de operaciones: es imperativo hacer seguimiento, evaluar y
dificundir aprendizajes de modelos integrales de atención, para redefinición de
identidades y el fortalecimiento de sujetos de derechos.

Revisando la literatura existente sobre este problema se observa como la


noción de intervención psicosocial en escenarios de víctimas de la violencia
aparece como un lugar común, desde el cual se intenta agrupar, bajo un mismo
concepto, una serie de prácticas y de procesos de intervención heterogéneos
sobre las dimensiones psicológicas y sociales de la violencia sociopolítica.

El resultado es que, en la mayoría de los casos, el análisis de los Efectos


Psicosociales y los diseños de intervención social terminan entendiendo lo
psicosocial como la sumatoria de dos unidades que comprenden, por un lado,
la atención psicológica individual y, por el otro, la atención social. Esta
confusión conceptual disuelve el punto de vista de la Psicología Social y
bloquea, en consecuencia, cualquier intento por explorar el objeto de estudio a
la luz de los planteamientos conceptuales y metodológicos de esta disciplina
que, en la práctica, se verían reflejados en el diseño de nuevos mecanismos de
intervención y de atención a las víctimas, ocasionado por la violencia política y
articulados específicamente a las realidades de las mujeres. Este
planteamiento surge en la investigación Teoría y praxis sobre los efectos
psicosociales del desplazamiento forzado en Colombia: Un estado crítico del
arte (Morales, Hincapié y Martínez, 2008), en donde emerge la necesidad de
aprender a partir de las experiencias, para los investigadores se convierte en
un reto la producción teórico -metodológica a partir de la praxis, desde allí
sistematizar lo que se hace se convierte en una posibilidad para la construcción
de nuevas modelos de abordaje de la realidad social.

De igual forma investigadores que han centrado su investigación en el marco


de la sistematización plantean que: La intervención de procesos de
reconstrucción vital de la población victima de la violencia es una urgencia y
tarea para las instituciones y un aprendizaje que se construye desde la realidad
y circunstancias, a partir de la mirada crítica sobre lo que se hace, de ahí la
necesidad de sistematizar las experiencias, para aprender de ellas.

Reflexionar sobre las prácticas profesionales se convierte en un imperativo en


la construcción de conocimientos y revisión de las metodologías de
intervención, acciones que deben partir de las experiencias que los
profesionales van adquiriendo en esa relación con las comunidades y que se
desarrollan por la participación e involucramiento de las mismas en los
procesos de investigación e intervención. Los aprendizajes que surgen en esa
interrelación entre profesionales y comunidad se convierten en fuente del
desarrollo científico de una disciplina.

Sistematizar estas experiencias de intervención psicosocial con mujeres en


situación de desplazamiento en el Valle de Aburrá durante la última década
2000-2010 permite revisar las aproximaciones de atención clínica que surgen
en el marco de la participación comunitaria y que nacen como experiencias
intersubjetivas, que si bien no están conceptualizadas desde un modelo teórico
clásico se convierten en experiencias que pueden estar generando impactos
significativos en la reconstrucción de proyectos de vida, tejido social y
recuperación emocional de las víctimas. En esta línea se busca analizar
críticamente las experiencias con la finalidad de reflexionar sobre la práctica del
psicólogo social en contextos de guerra y aproximarse a la reconstrucción
critica de un proceso de acompañamiento psicosocial que contemple la
posibilidad de asumir lo terapéutico como una construcción social de la realidad
y que reconozca al sujeto de intervención como un agente de cambio y
generador de conocimientos. (Ghiso, 1998)

La dificultad de caracterizar y reflexionar sobre lo que se sabe de una práctica


es lo que se identifica como problema de sistematización (Jara, 2001). Para
explicar esta dificultad se subrayan tres aspectos. Uno de ellos es que en los
equipos de trabajo psicosocial, en muchas ocasiones no hay tiempo para
escribir y reflexionar sobre la práctica, en la siguiente se destaca la falta de
caracterización de las dinámicas, categorías y metodología particulares
emergentes en las acciones de intervención psicosocial y por último las
dificultades para reflexionar sobre los efectos de dichas intervenciones. Estas
razones remiten a pensar en un problema de orden metodológico. Detrás de la
primera razón una preocupación por la reflexión desde el hacer; en la segunda
aparece una inquietud por la caracterización de modelos de intervención desde
lo emergente en la práctica que reconozcan las categorías y marcos
interpretativos desde los cuales se fue constituyendo esa práctica y la tercera
una búsqueda por esos efectos de la intervención en relación con las
comunidades, personas y escenarios con quienes se interviene.

La relevancia disciplinar de la sistematización que se pretende realizar radica


en la necesidad que tiene la psicología social Latinoamérica (Montero, 2004)
de sistematizar y reconstruir sus practicas, este elemento se constituye en un
reto para los investigador de los problemas sociales; en este línea se pretende
aportar elementos desde la investigación que promuevan las practicas
reflexivas orientadas la construcción de saberes y aprendizajes desde las
mismas experiencias.

Revisar una experiencia desde la práctica contextualizada se convierte en un


elemento para construir escenarios de acompañamiento psicosocial a víctimas
de la violencia que trasciendan la atención clínica tradicional y las perspectivas
clásicas de la psicología, máxime cuando las situaciones de catástrofe social
generan no sólo cambios en el orden individual sino impactos en la base de
las relaciones sociales: “el efecto más deletéreo de la guerra en la salud mental
del pueblo hay que buscarlo en el socavamiento de las relaciones sociales, que
es el andamiaje donde nos construimos históricamente como personas y como
comunidad humana” (Martín Baró, 1984, p 508). Desde este enfoque, los
procesos de acompañamiento a víctimas de la violencia tienen que situarse
en relación a los efectos en los cimientos de la convivencia social y los
procesos psicosociales; y desde allí construir estrategias que permitan
reconocer asuntos claves para la reconstrucción del tejido social y la
recuperación emocional de las víctimas.

Frente a la relevancia social de la propuesta investigativa se busca promover a


la recuperación de la memoria colectiva sobre el desplazamiento en Colombia
como herramienta para la concienciación sobre nuestra propia realidad. Así
mismo se pretende aportar a la discusión nacional sobre la reparación de la
victimas en el marco de la revisión de la ley que se estudia actualmente en el
congreso de la republica.

En relación a los aportes internos a las instituciones y comunidades


participantes de los programas sujetos a sistematización, la actual propuesta
posibilita el fortalecimiento de los vínculos y lazos comunitarios a partir de
encuentros con la misma experiencia, la reflexión sobre las propias prácticas y
el intercambio de conocimientos.

A nivel institucional, sistematizar permitirá encontrarse con los impactos a largo


o mediano plazo de su intervención desde una mirada externa, organización
de la información y profesionales logren revisar desde la experiencia sus
propias prácticas y fortalecer los procesos metodológicos que se vienen
desarrollando con el fin de generar acciones de cambio. En esta línea la
sistematización permitirá que los profesionales logren revisar desde la
experiencia sus propias practicas y discursos, para cualificar y análisis los
aprendizajes en el quehacer profesional.

3. OBJETIVOS

3.1 OBJETIVO GENERAL

Caracterizar la experiencia de intervención psicosocial con mujeres en


situación de desplazamiento de la organización Pastoral Social de la
arquidiócesis de Medellín.

3.2 OBJETIVOS ESPECIFICOS

3.2.1. Recuperar (historia, participantes, tiempos, dificultades, fortalezas) la


experiencia de trabajo, desde el diálogo entre los diferentes actores que han
participado.

3.2.2. Describir los componentes y contenidos de intervención psicosocial con


mujeres en situación de desplazamiento de la organización Pastoral Social.

3.2.3 Indagar sobre cómo se está dando la apropiación y articulación del


enfoque psicosocial en el marco del trabajo que adelantan la organización

3.2.4 Develar las características de la experiencia de intervención psicosocial


con mujeres víctimas de desplazamiento en Medellín a partir de los
constructos teóricos.
4. MARCO REFERENCIAL

4.1 REFENTES INSTITUCIONALES

4.1.1 PROGRAMA VICTIMAS DE LA VIOLENCIA DE LA PASTORAL


SOCIAL DE MEDELLIN

En el proceso de sistematización es fundamental acercarse a los referentes


institucionales que permiten la construcción de los procesos de intervención
psicosocial, en el caso de pastoral social los referentes sobre la descripción
son tomados de formulación del proyecto y los textos finales para la agencia
internacional cooperante. En el año del 2005 el equipo de la pastoral social
elabora una propuesta de intervención denominada “Victimas de la violencia
Sociopolítica en la ciudad de Medellín, exigen Derechos para la Reconciliación
y la Reparación” (Pastoral social, 2005, p 1-13) propuesta que se desarrollo
durante los años 2006 y 2009 en dos municipios del valle de aburra (Bello y
Medellín) con la participación de un grupo de profesionales del áreas de las
ciencias sociales.

En relación a la población el proyecto de pastoral considero como población


objetivo de este proyecto a las comunidades y personas victimas de la violencia
sociopolítica habitantes de tres sectores del valle de aburrá: comuna 13 sector
el salado, comuna uno de Medellín sector la avanzada y vereda Granizal del
municipio de Bello. En esta línea de reflexión se explícito desde el equipo de la
pastoral social que para el encuentro con ese otro sujeto del proyecto se partía
del fundamento de la dignidad humana.

La caracterización de la población objeto del proyecto se asumió desde un


enfoque diferencial, reconociendo que lo primordial era promover en cada
colectivo los procesos de reivindicación y reparación de sus derechos desde el
respecto a su dignidad y el fomento de la inclusión social. Dentro de esta
población se priorizo en el proyecto los grupos poblaciones de. Mujeres, afro
descendientes, y los Adulto Mayor- quienes representan una población
altamente sensible entre las victimas de la violencia sociopolítica, por las
limitaciones que existen para reintegrarse a circuitos de producción y
generación de capitales, se suma la escasa posibilidad de solucionar sus
necesidades primarias (salud, alimentación, vestido, etc.) representando un
singular problema para sus familias. Son los que pasan mas rápidamente de
ser desplazados a excluidos. La población atendida de manera directa fueron
1200 personas, asociadas a las características ya expresadas sobre las
mismas, considerando también las acciones indirectas la población puede
extenderse a más personas.

Dentro de los finalidades planteadas en el proyecto se presento como objetivo


la meta de propiciar que en el 2008 las víctimas del conflicto armado
(violencia sociopolítica) de la ciudad de Medellín atendidas por el
programa de la Pastoral Social, a través del apoyo psicológico, jurídico y
organizativo, lograrán fortalecer sus capacidades de resiliencia, gestión
y promoción de la organización social como impulsadores de respeto, el
reconocimiento y la reivindicación de sus derechos.

Pastoral Social asume el acompañamiento psicosocial como “el proceso de


encuentro entre personas que busca, a partir de relaciones significativas y de
legitimación de la alteridad, la instauración, la promoción o la restitución de
procesos de transformación en la convivencia, entendida como desarrollo
humano integral4. (Pastoral Social, 2006, p.23)

En el caso particular de la Pastoral Social y de acuerdo a los lineamientos de la


Iglesia, el Acompañamiento Psicosocial se dirige a víctimas de la violencia
sociopolítica y la exclusión social en primera instancia, y a la transformación de
las relaciones que las producen en segunda instancia. El abordaje se realizará
desde los siguientes enfoques:

Social-comunitario: pone énfasis en las relaciones colectivas que la


persona construye y en las que se inscribe, por ejemplo: familia, grupo y
4
Ver Lineamientos del Acompañamiento Psicosocial de la Pastoral Social, Pastoral Social, Medellín,
2006. Allí se definen las dimensiones y características específicas del Desarrollo Humano Integral.
redes sociales. Su cometido de este enfoque es reconstruir las redes y
las organizaciones sociales.

Inclusión social: busca agenciar procesos de inclusión social desde una


perspectiva del desarrollo humano.

Salud mental: más que una praxis netamente terapéutica, el


Acompañamiento Psicosocial ha de ser una praxis de empoderamiento,
que dinamice los factores resilientes y permita la instauración de
acciones o procesos de afrontamiento, creativos y afirmativos, que
apunten al bienestar integral.

Diferencial: es un enfoque que pone el énfasis en la diferencia de cada


persona. Se centrara en las categorías de género, edad y territorio.

De derechos: busca empoderar actores sociales, ciudadanos que se


desarrollen en el marco de la exigibilidad, promoción, restitución y
garantía de sus derechos y deberes.

El Acompañamiento Psicosocial siguiendo los lineamientos institucionales se


plasmó en once componentes: (Pastoral Social, 2006, p.23)
Componente 1
Elaborar y
asimilar su
experiencia e
Componente 11 instaurar relación Componente 2
Formación y empática. Incrementar
promoción al capacidad de
mejoramiento de intercambio con
sus condiciones el otro, mejorar
básicas de vida. convivencia.

Componente 10 Componente 3
Fortalecimiento Generación y
de la atención promoción de
directa a los propuestas de
usurarios de desarrollo
Pastoral Social. comunitario.
PASTORAL
SOCIAL
ACOMPAÑAMI-
ENTO
PSICOSOCIAL

Componente 9 Componente 4
Empoderamiento Articulación de
desde la redes sociales y
perspectiva de constitución de
derechos y fuerza
deberes sociales. comunitaria.

Componente 7 Componente 5
Mejoramiento del Fortalecimiento
entorno familiar, de la capacidad
brindar de respuesta
herramientas para Componente 6 institucional
la convivencia. Apoyo al equipo Pastoral Social.
institucional,
fortalecer
metodologías
psicoafectivas.
4.2 REFERENTE LEGAL

4.2.1 CONVENIO DE GINEBRA

Los Convenios de Ginebra o Convenciones de Ginebra constituyen una serie


de normas internacionales para humanizar la guerra. El conjunto de los
distintos Convenios dan como resultado la normalización del Derecho
Internacional Humanitario. La Convención de 1864 contiene propuestas
humanitarias de Jean Henri Dunant, creador de la Cruz Roja. Están formadas
por una serie de tratados internacionales firmados en Ginebra, Suiza, entre
1864 y 1949 con el propósito de minimizar los efectos de la guerra sobre
soldados y civiles. Dos protocolos adicionales a la convención de 1949 fueron
aprobados en 1977.

Los Convenios de Ginebra y sus Protocolos adicionales, son tratados


internacionales que estipulan las principales normas y medidas para prevenir o
poner fin a la barbarie de la guerra.
Esto principalmente en beneficio de las personas que no participan en las
hostilidades (civiles, personal sanitario y religioso, miembros de organizaciones
humanitarias) y a los que ya no pueden luchar (heridos, enfermos, náufragos,
prisioneros de guerra).
Los Convenios y sus Protocolos estipulan que se ha de tomar medidas para
prevenir o poner fin a lo que se conoce como "infracciones graves". Los autores
de infracciones graves deben ser sancionados".
Además forman parte del Derecho Internacional Humanitario, un conjunto de
normas jurídicas que regulan las formas en que se pueden librar las guerras y
garantizan la protección de las personas.
El primer Convenio de Ginebra, celebrado el 22 de agosto de 1864 y firmado
por 16 países, se refería exclusivamente al cuidado de los militares heridos de
los ejércitos de campaña. Pero más adelante, las normas estipuladas en ese
instrumento se adaptaron para abarcar también la guerra marítima y el trato
debido a los prisioneros de guerra.
Con este propósito se inició una nueva Conferencia el 12 de abril de 1949.
Durante cuatro meses más sus participantes discutieron la ampliación y la
aprobación de los Convenios de Ginebra. Finalmente el 12 de agosto de 1949,
los Convenios fueron revisados y ampliados.
En la actualidad los convenios vigentes son:
• I. Convenio de Ginebra: Aliviar la Suerte que Corren los Heridos y los
Enfermos de las Fuerzas Armadas en campaña.
• II. Convenio de Ginebra: Aliviar la Suerte que Corren los Heridos, los
Enfermos y los Náufragos de las Fuerzas Armadas en el Mar.
• III. Convenio de Ginebra: trato debido a los prisioneros de guerra.
• IV. Convenio de Ginebra: protección debida a las personas civiles en tiempo
de guerra.

Años posteriores surgen los Protocolos Adicionales para llegar a reforzar áreas
que los mismos Convenios no incluían, "las disposiciones de los Convenios de
Ginebra del 12 de agosto de 1949 y del presente Protocolo deben aplicarse
plenamente en toda circunstancia a todas las personas protegidas por esos
instrumentos, sin distinción alguna de carácter desfavorable basada en la
naturaleza o el origen del conflicto armado o en las causas invocadas por las
Partes en conflicto" menciona el Preámbulo del Protocolo I.
En caso de los protocolos Adicionales son los siguientes:
• Protocolo adicional a los Convenios de Ginebra del 12 de agosto de 1949
relativo a la protección de las víctimas de los conflictos armados
internacionales (Protocolo I)
• Protocolo adicional a los Convenios de Ginebra del 12 de agosto de 1949
relativo a la protección de las víctimas de los conflictos armados sin carácter
internacional (Protocolo II).
• Protocolo adicional a los Convenios de Ginebra del 12 de agosto de 1949
relativo a la aprobación de un signo distintivo adicional (Protocolo III).
Los Convenios de Ginebra, los cuales fueron ratificados por 194 Estados y
gozan de aceptación universal, son un mecanismo legal y universal que
permite poder extender el servicio humanitario. CITAR POR K SON
EXTRAIDAS DE INTERNET

4.2.2 LEY DE DESPLAZAMIENTO 387 DE 1997

Por la cual se adoptan medidas para la prevención del desplazamiento forzado;


la atención, protección, consolidación y estabilización socioeconómica de los
desplazados internos por la violencia en la República de Colombia.
Ley 387 de 1997 artículos 13 (parágrafo) y 18 (parágrafo). Se adoptan medidas
para la prevención del desplazamiento forzado; la atención, protección,
consolidación y estabilización socio económica de los desplazados internos por
la violencia de la república de Colombia. De la atención humanitaria de
emergencia y de la cesación de la condición de desplazado forzado. Los
demandantes consideran que la norma acusada viola los artículos 1, 2, 5, 11,
13, 21, 22, 25, 42 43, 44, 46, 47, 48, 49, 50, 51, 90 y 93 de la constitución
política. Obligaciones del estado colombiano frente al desplazamiento forzado.
Fuerza vinculante de los principios rectores del desplazamiento. Derechos
constitucionales que resultan amenazados o vulnerados por las situaciones de
desplazamiento forzoso. Respuesta institucional del estado colombiano y
resultados de la política pública en materia de desplazamiento forzado. El
estado de cosas inconstitucional. La atención humanitaria de emergencia será
prorrogable hasta que el afectado esté en condiciones de asumir su auto
sostenimiento.
El imperativo cooperara de la norma pone una carga desproporcionada al
desarraigado, pues lo hace responsable de la obtención de su restablecimiento,
desmontando así al estado de su deber primario de garantía y olvidando que se
trata de sujetos de especial protección. Inexequible las expresiones máximo y
excepcionalmente por otros tres meses más del parágrafo del artículo 15 de la
ley 387 de 1997 y exequible el resto del parágrafo, e inexequible el parágrafo
del artículo 18 de la ley 387 de 1997.

4.2.3 ARTICULOS COSNTITUCION POLITICA DE COLOMBIA

En la constitución política de Colombia, como tal no se trata o no hay un


artículo que respalde o protege los derechos de las personas desplazadas del
país. En el artículo 1, 2 y 13 encontramos sobre fines del estado a la
comunidad.

ARTICULO 1. Colombia es un Estado social de derecho, organizado en forma


de República unitaria, descentralizada, con autonomía de sus entidades
territoriales, democrática, participativa y pluralista, fundada en el respeto de la
dignidad humana, en el trabajo y la solidaridad de las personas que la integran
y en la prevalencia del interés general.

ARTICULO 2. Son fines esenciales del Estado: servir a la comunidad,


promover la prosperidad general y garantizar la efectividad de los principios,
derechos y deberes consagrados en la Constitución; facilitar la participación de
todos en las decisiones que los afectan y en la vida económica, política,
administrativa y cultural de la Nación; defender la independencia nacional,
mantener la integridad territorial y asegurar la convivencia pacífica y la vigencia
de un orden justo.

Las autoridades de la República están instituidas para proteger a todas las


personas residentes en Colombia, en su vida, honra, bienes, creencias, y
demás derechos y libertades, y para asegurar el cumplimiento de los deberes
sociales del Estado y de los particulares.

ARTICULO 13. Todas las personas nacen libres e iguales ante la ley, recibirán
la misma protección y trato de las autoridades y gozarán de los mismos
derechos, libertades y oportunidades sin ninguna discriminación por razones de
sexo, raza, origen nacional o familiar, lengua, religión, opinión política o
filosófica.

El Estado promoverá las condiciones para que la igualdad sea real y efectiva y
adoptará medidas en favor de grupos discriminados o marginados.

El Estado protegerá especialmente a aquellas personas que por su condición


económica, física o mental, se encuentren en circunstancia de debilidad
manifiesta y sancionará los abusos o maltratos que contra ellas se cometan

4.2.4 AUTO 092 DEL 2008

Mediante este auto la Corte Constitucional adopta medidas especiales de


protección para las mujeres víctimas de desplazamiento forzado por causa del
conflicto armado.
La sala segunda de la corte constitucional adopta medidas para la protección
de los derechos fundamentales de las mujeres desplazadas por el conflicto
armado en el país y la prevención del impacto de género del conflicto armado y
del desplazamiento forzado.

4.2.5 SENTENCIA T- 025 DE 2004

En la sentencia no se produce derecho como en las leyes constitucionales,


pero no se limita a ejercerla como tal. CITAR
En la sentencia T-025 de 2004, la Corte Constitucional declaró la existencia de
un estado de cosas inconstitucionales en materia de desplazamiento interno en
el país, e impartió una serie de órdenes complejas dirigidas a varias
autoridades de los niveles nacional y territorial, encaminadas a superar dicha
situación.
Dentro de las falencias de la política detectadas y descritas en dicha sentencia
se encontraron algunas relacionadas con el registro de la población
desplazada, y con la información que de ella se recoge para nutrir el diseño y la
ejecución de programas dirigidos a la satisfacción del goce efectivo de los
derechos de los desplazados.
En relación con el registro y la caracterización de la población desplazada, la
sentencia T-025 mencionó como falencias que la población desplazada no
contaba con “información oportuna y completa acerca de sus derechos, oferta
institucional, procedimientos para acceder a ella e instituciones responsables”,
que los sistemas de información no incluían “la totalidad de las ayudas
otorgadas ni los bienes inmuebles abandonados”, que se constataba un su
registro de personas desplazadas (especialmente en desplazamientos menores
o individuales), que el Sistema Único de Registro no incluía información de
ayudas provistas por entidades distintas a la Red de Solidaridad Social (ahora
Acción Social), que los sistemas de información no eran sensibles a la
identificación de necesidades específicas de grupos con un mayor nivel de
vulnerabilidad, y que dichos sistemas no identificaban las posibilidades de
generación de ingresos en zonas de recepción.
En consecuencia, en la sentencia se ordenó, al Consejo Nacional para la
Atención Integral a la Población Desplazada “precisar la situación actual de la
población desplazada inscrita en el Sistema Único de Registro, determinando
su número, ubicación, necesidades y derechos según la etapa de la política
correspondiente.”
El derecho al habeas data de las personas desplazadas
La Corte empieza por reiterar que todas las personas desplazadas tienen un
derecho fundamental al habeas data, tanto en su dimensión negativa como en
su dimensión positiva. Dentro de esta dimensión positiva se destaca el
concepto de habeas data aditivo, acuñado por la Corte Constitucional, que
comprende el “derecho a la inclusión de los datos personales del sujeto
interesado en el banco de datos de programas” sociales. En el presente auto
no se repite lo que ya ha dicho la Corte sobre este derecho fundamental y se
parte de la jurisprudencia general para aplicarla a la situación de los
desplazados, dentro de las premisas sentadas en la sentencia T-025 de 2004.
4.3 REFERENTE CONCEPTUAL

4.3.1 DESPLAZAMIENTO MUJERES Y EFECTOS

La Ley 387 de 1997, define:


“Es desplazado toda persona que se ha visto forzada a migrar dentro del
territorio nacional abandonando su localidad de residencia o actividades
económicas habituales, porque su vida, su integridad física, su seguridad o
libertad personales han sido vulneradas o se encuentran directamente
amenazadas, con ocasión de cualquiera de las siguientes situaciones: conflicto
armado interno, disturbios y tensiones interiores, violencia generalizada,
violaciones masivas de los Derechos Humanos, infracciones al Derecho
Internacional Humanitario u otras circunstancias emanadas de las situaciones
anteriores que puedan alterar o alteren drásticamente el orden público” como
se cita SI ES UNA LEY

En Colombia el desplazamiento forzado se ha constituido en uno de los


efectos más inminentes del conflicto sociopolítico, las personas que se
encuentran a esta situación llegan a las ciudades receptoras en situaciones
económicas precarias, y además con secuelas de vulnerabilidad no solo física
sino mental como lo menciona algunas de las investigaciones, artículos y
compilados referidos para la construcción de esta investigación:

“las personas desplazadas son vulnerables en cuanto a su salud mental, ya


que presentan sufrimiento emocional y en algunos casos trastorno emocional,
así como al ruptura de su tejido social, debido al impacto de los hechos
violentos vividos” está en lo psicomental de avre, como se cita

El reconocimiento y caracterización de la población desplazada, hombres,


mujeres, niños, niñas y adultos mayores ha permitido establecer que la
experiencias del desplazamiento afectan de diferente modo a hombre y
mujeres, tanto psicológica como económicamente (Meertens y Segura-
Escobar, 1996: 171-175). Pero dentro de las estadísticas del 2001 la mujer
representa la cifra más alta de la población desplazada el 42 % son mujeres
Ibáñez y Vélez (2003a: 13-14). En su condición de desplazadas las mujeres
presentan muchas pérdidas entre esas la red social, y su estructura familiar,
Meertens y Segura-Escobar (1996: 171) refieren que la fragmentación familiar
es considerada un efecto del desplazamiento y por ello se ha encontrado que
las mujeres asumen la jefatura del hogar siendo las únicas proveedoras de
ingresos , los cuales son inferiores con relación al género masculino; otra de
las incidencias del desplazamiento en la mujer es la viudez , y la separación de
sus compañeros como efecto del desplazamiento , pues se considera que el
traumatismo y vulneración de derechos ejercidos por dicha situación , debilita el
tejido social encantándose con bajas herramientas de resolución de la
situación.

4.3.3 Intervención psicosocial

Intervenir no es ensayar sobre el papel la posibilidad de que determinados


modelos teóricos funcionen, sino ponerlos en marcha para aproximarse a una
determinada realidad y generar iniciativas tendientes al cambio : “los objetivos
planteados en la intervención psicosocial se orientan a reducir o prevenir el
riesgo social y personal, y contribuir al desarrollo de acciones cuya intención es
la solución de problemas concretos que afecta a individuos, grupos y
comunidades” (Hernández y Valera, 2001, p. 55)
Cuando se hace referencia a la Intervención, se está hablando de una
actividad dirigida a la solución de un problema práctico que se aborda con la
ayuda imprescindible de una estructura conceptual que en el caso de la
perspectiva psicosocial debería privilegiar la participación de los sujetos con
los agentes externos en la construcción de cambio social y emancipación.
Como señala Blanco y Rodríguez (2007, p. 30): la intervención psicosocial se
acerca a una psicología social aplicable, retomando los términos definidos por
Mayo y La France, este modelo debería estar basado en tres elementos,
enlazados a su vez por distintos aspectos que facilitan la circularidad de uno a
otro:
- Una psicología social aplicable ha de relacionarse con la mejora de la
calidad de vida, entendida desde un punto de vista positivo, es decir, más
proactiva que reactiva.

- La construcción del conocimiento en una psicología social aplicable


apunta hacia la predicción, se focaliza en las consecuencias y expande el
rango de variables bajo consideración, ha de tender a ser más predictiva
que explicativa. Centrarse más en lo efectos que sobre las causas, y
ampliar el rango de variables micro a variables macro sociales.

- El tercer elemento es propiamente la intervención o aplicación del


conocimiento. La utilización del conocimiento y la intervención requieren
una consideración activa y una planificación deliberada. Para pasar al
análisis de la situación y la definición del rol adoptado por el psicólogo
social aplicado (mediados, activista, planificados, acompañante,
organizador)

Sin embargo las perspectivas y enfoques de intervención psicosocial varían de


acuerdos a los constructos epistemológicos, teóricos, ontológicos,
metodológicos éticos y políticos, a partir de los cuales cada equipo,
organización o institución acompañante va definiendo desde sus lineamientos e
intereses particulares. Según Montenegro (2001) existen tres vertientes de la
Intervención social, la dos primeras aluden a los modelos bajo los cuales se ha
venido acompañando a las comunidades (intervención dirigida e intervención
participativa) y el tercero es una propuesta que plantea la autora como enfoque
de intervención al cual denomina enfoque “situado”.

Las intervenciones dirigidas están relacionadas con un marco funcionalista y


asistencialista de aproximarse a la realidad social, no buscan transformaciones
en el conjunto de las estructuras sociales sino intervenir sobre aquellos
aspectos que son vistos como problemáticos desde la posición del experto
(profesionales, instituciones y agentes externos acompañantes del proceso) ,
“de modo que se puedan equilibrar los desperfectos ocasionados por el
sistema a través de mecanismos e instituciones sociales preparadas y
legitimadas para realizar esta intervención” (Montenegro 2001). En esta línea el
propósito de las intervenciones dirigidas es “incidir en los espacios y colectivos
que tienen problemas (según la definición que quien está en posición de
legitimidad para hacer esta definición: políticos/as y técnicos/as). Es como una
reforma en la que se ajustan las partes disfuncionales al sistema” (Montenegro,
2001).

En las intervenciones participativas se define al grupo o comunidad afectada


por un problema social como actor e interlocutor privilegiado para generar el
proceso de cambio. Este tipo de intervención enfatiza su carácter participativo
al involucrar a los miembros de las comunidades en la solución de sus
problemas, participando, desde el inicio en los procesos planeación, diseño,
ejecución y evaluación de la propuesta de acción. En esta perspectiva no se
busca la adaptación del las personas o miembros de un grupo a las situaciones
dominantes del sistema, sino que buscan generar procesos de emancipación
y transformación en aspectos relevantes de la vida de las personas para lograr
mayores niveles de control y concientización sobre la propia realidad.
(Montenegro, 2001).

A partir del análisis crítico sobre las perspectivas de intervención social y la


reflexión de las mismas desde la literatura socio critica, Marisela Montenegro
plantea una forma alternativa de intervención, a la cual denomina intervención
situada. Una intervención “situada debía dar cuenta de los aspectos de las
vidas de las personas, de las relaciones, discursos y prácticas sociales que es
necesario transformar. Esto implicaría acciones colectivas que buscan un
objetivo” (Montenegro, 2001) desde allí la definición de los problemas deberían
realizarse no sólo desde el conocimiento del experto, sino también desde las
vivencias de los sujetos y colectivos, en especie de alianza y negociación e
interlocución entre diferentes agentes sociales. En este proceso se privilegia la
reflexión por las diferentes posiciones de sujeto que se van asumiendo desde
los grupos de bases hasta la transformación en la posición del profesional o
institución. Se utiliza la noción de conocimientos situados de Haraway (1991)
citado por Montenegro (2001) para proponer que en las articulaciones entre los
diferentes agentes y la posiciones de sujeto en relación con las otras se
construyen una especie de saber situado que luego es transformado por esta
interrelación y articulación entre agentes sociales.

La Intervención psicosocial desde la Psicología social comunitaria: La


psicología social comunitaria, siguiendo Prilleltensky (Montero, 2004) 5,
entendida como la proyección o aplicación de las herramientas conceptuales y
metodológicas de la psicología social a los contextos comunitarios, mantiene la
concepción de que los procesos psicológicos individuales y colectivos son
configurados o construidos por una permanente interdependencia entre la
mente y los marcos históricos, sociales y culturales específicos en los cuales la
persona concreta se encuentra anclada. Por tanto, hablar de procesos
psicológicos como la identidad, el recuerdo, el olvido, los afectos, las
percepciones, la agresión, la salud mental, la inteligencia, entre otros, significa
para la psicología social comunitaria teórica y aplicada la necesidad de leer e
interpretar en situación social a los actores sociales sujetos de dichos procesos

En consonancia con el anterior presupuesto, hacer un análisis situado de la


subjetividad humana implica reconocer que en la vida cotidiana ninguna
experiencia individual existe por fuera de un orden histórico-social concreto
(orden social antioqueño, colombiano, latinoamericano, occidental), el cual se
convierte en el escenario objetivo donde las personas construyen sus
identidades. Es por ello que se hace necesario involucrar la presencia, de por
lo menos, tres fuerzas o necesidades a la hora de analizar la configuración de
la mente humana: las fuerzas personales, las fuerzas relacionales y las fuerzas
colectivas.
Las fuerzas personales tienen que ver con los componentes y necesidades
derivadas de las propensiones de tipo orgánico y las derivadas de la historia
individual de cada persona. Las fuerzas relacionales aluden a mediaciones y
necesidades derivadas de las interacciones establecidas con los marcos

5
Relatoría construida en el 2006 por los miembros del semillero de
psicología social “interacciones” sobre el prólogo de Isaac
Prilleltennsky al libro introducción a la psicología comunitaria de
Martiza Montero (2004)
sociales próximos (reconocimiento social, apoyo social). Las fuerzas colectivas
involucran las instituciones sociales, las producciones culturales y simbólicas,
las organizaciones y normas sociales. Fuerzas o nutrientes que es necesario
comprenderlas como registros interdependientes no sólo en su existencia
sino también en su funcionamiento.

Una intervención psicosocial, pensada en simetría con los planteamientos


anteriores, implica el diseño de programas, proyectos y metodología de
intervención que sean capaces de leer los problemas sociales de manera
compleja donde se hagan entrar de manera simultánea las fuerzas constitutivas
de la subjetividad humana. Lo cual en la práctica exige que un problema que
aparece anclado en el nivel individual de la persona deba ser interpretado a la
luz de las realidades objetivas e intersubjetivas de naturaleza relacional o
colectiva. El enfoque de intervención debe así asegurar el principio de que toda
mente es social pero también toda sociedad es mental.

Para Isaac Prilleltennsky, la intervención social del psicólogo comunitario


debe ser articulada a otro plano reflexivo (complementario e inseparable del
plano epistemológico anteriormente señalado) el plano ético y político. El cual
asume que toda intervención social y psicosocial alberga una concepción
moral sobre qué es lo bueno, lo deseable, lo correcto para construir una
sociedad. Por tanto, es inevitable que toda intervención social esté cargada
densamente de valores que lanzan el orden y las prácticas sociales en
direcciones autoritarias o emancipadoras, hacia sociedades con estructuras de
inequidad o hacia estructuras sociales de vida digna. Esto implica renunciar a
posiciones heredadas que reivindican la neutralidad axiológica y el
reconocimiento de tener que elegir y explicitar los valores que orientarán
nuestra intervención profesional. Valores que promuevan la construcción de
una sociedad menos autoritaria y más democrática, más justa, más igualitaria,
más incluyente y con más calidad de vida para todos.

Ser explícito en las apuestas y elecciones éticas es a su vez asumir


responsabilidad política en la intervención psicosocial, puesto que según
Maritza Montero, toda actuación psicosocial tiene efectos políticos por acción o
por omisión. Lo cual quiere decir que con lo que hacemos alguien gana y
alguien pierde en las relaciones de poder en las que inevitablemente estamos
inmersos.
El nivel de intervención comunitaria que plantea Montero (2010, p. 215):

“Se dirige a la catalización de la organización y fortalecimiento de grupos interesados


dentro de la comunidad; a la detección de necesidades y la reflexión de las mismas; a
la conciencia de que la salud mental no está centrada en los individuos aislados, sino
en su entorno y que es posible transformar, no sólo al medio ambiente inmediato sino
también a las personas”.

En esta línea, Maritza Montero señala algunos desafíos al intervenir


comunitariamente en el sentido de:

Cambiar las normas sociales existentes desarrollando otras nuevas y contrarrestar y


cambiar pautas culturales negativas patógenas. Algo más fácil de de decir que de
hacer. Se propone además atacar la indiferencia y la resignación allí donde se las
perciba. De su lado comunitario le viene la orientación hacia la acción, que además se
quiere reflexiva y concientizadora. Razón por la cual se deberán crear programas
preventivos que promuevan efectos sinérgicos (esto es la integración y solidaridad
social) y busquen la modificación de las fuerzas contrapuestas. Esto se propone en el
sentido de lograr efectos sobre las instituciones sociales complejas, influyendo en sus
valores, o en las leyes que las rigen, o en sus objetivos; ya que no es suficiente influir
en los individuos, si bien esto también es necesario. Otro aspecto básico es asumir
una visión holista de los problemas sociales. No verlos de manera aislada, ya que a
veces actuar sobre aspectos aparentemente distantes produce cambios más extensos
e intensos. Derivado de, o en consonancia con lo anterior: tener un enfoque ecológico
de acuerdo con el cual los diferentes aspectos que forman un sistema comunitario no
se vean alterados, perturbando al todo (Montero, 2010, p.216)

5 DISEÑO METODOLOGICO

El actual proceso de investigación retoma la metodología cualitativa, la cual se


enfoca a comprender y profundizar los fenómenos, explorándolos desde la
perspectiva de los participantes en en relación con el contexto.
La investigación de tipo cualitativo se selección porque permitirá comprender y
profundizar desde a perspectiva de los participantes (individuos y grupos) sus
experiencias, perspectivas, opiniones y significados, a partir de las vivencias en
los procesos de intervención psicosocial, es decir permite indagar por las
formas en que los participantes perciben subjetivamente su realidad. (Sampierí,
Fernández & Baptista, 2010) .

La propuesta plantea un nivel de investigación de tipo descriptivo, el cual


permita aproximarse a las características del fenómeno (de las experiencias de
intervención psicosocial), la experiencia de los grupos y las mujeres
construidas durante las prácticas de trabajo comunitario. En esta línea el valor
de la investigación descriptiva es útil para mostrar las dimensiones de los
procesos psicosociales realizados con las mujeres en situación de
desplazamiento.

El diseño del proceso de investigación se sitúa desde la fenomenológica,


asumiendola como la ciencia que estudia la relación que hay entre los hechos
(fenómenos) y el ámbito en que se hace presente esta realidad.

La fenomenología se enfoca al estudio científico–humano de los fenómenos de


la experiencia vital, de la cotidianidad, de las vivencias, que siendo descritos y
analizados pretenden llegar a conocimientos esenciales y no fijados al
determinismo o al psicologismo .Rogriguez.G&Gil.J(1996)pág. 41

El método fenomenológico en el campo de la investigación se desarrolla en


seis pasos :

• Descripción del
fenómeno Intuición

• Búsqueda de múltiples Análisis


perspectivas
Observación
• Búsqueda de la esencia
y la estructura Lográndolo
Exploración
• Constitución de la por medio Espacialidad
significación
• Suspensión de Corporeidad
enjuiciamiento
Temporalidad
• Interpretación del
fenómeno
El proyecto retoma este diseño porque se ajusta a los propósitos de la
investigación y a los intereses de las investigadoras: el acercamiento a lo
experiencial.

METODO:

“El dilema está en no quedarnos sólo en la reconstrucción de


lo que sucede sino pasar a realizar una interpretación crítica”. Oscar Jara
(2001)

Se asume la sistematización como “un proceso teórico y metodológico que a


partir de la recuperación e interpretación de la experiencia, de su construcción
de sentido y de una reflexión crítica sobre la misma, pretende construir
conocimiento” (Carvajal, 2006, p. 20) y cualificar las prácticas sociales.

Partiendo de las finalidades y objetivos del actual ejercicio investigativo se


retoma la siguiente concepción de Oscar (1999) “la sistematización es aquella
interpretación crítica de una o varias experiencias que, a partir de un
ordenamiento y reconstrucción, descubre o explicita la lógica del proceso
vivido, los factores que han intervenido en dicho proceso, cómo se han
relacionado entre sí, y por qué lo han hecho de ese modo”.

La sistematización de experiencias permite la reflexión critica de la práctica


como fuente para generación de conocimientos, de igual forma se convierte en
proceso vital para develar aquellas acciones, narrativas y emergencias del
proceso, es así como la sistematización es un proceso de investigación que se
sitúa en el orden de “procedimiento heurístico que, apelando a la reflexión de
la experiencia como fuente de conocimientos sobre prácticas contextuadas,
descubre los pedazos de los discursos y de las acciones que habían sido
acallados, permitiendo abrir las compuertas que reprimían y concentraban la
información sobre las decisiones y operaciones, dejando brotar lo que es
posible comprender, comunicar, hacer y sentir” (Ghiso, 1998, p 5).
Siguiendo la idea anterior, la sistematización sirve en este ejercicio
investigativo para tres asuntos fundamentales: comprender cómo se desarrollo
la experiencia durante la practica profesional revisando los aprendizajes que
surgieron, también permiten compartir con otros actores sociales, colectivos y
organizaciones lo vivido en la experiencia, las categorías y conceptos
emergentes que permitirán la reconstrucción critica de procesos de
acompañamiento psicosocial, aportando al debate teórico-metodológico al
interior de la disciplina y el ámbito de intervención social comunitario. Por otra
parte este proceso permitirá reorientar la práctica para futuras acciones,
tomando como base lo aprendido en la experiencia particular para diseñar, re
direccionar o construir propuestas cada vez más contextualizadas de
intervención psicosocial a víctimas de la violencia.

La sistematización de experiencias así como cualquier otro proceso


investigativo varia en enfoques y concepciones sobre la misma, estas
diferencias y la apuesta por un tipo de sistematización, depende de los
objetivos del proceso particular; sin embargo las bases comunes en esta
modalidad de investigación se asienta en las propuestas de la educación
popular y se ubican en el marco de la investigación social cualitativa. Si bien
se encuentran diferentes perspectivas de sistematización, hay elementos que
pueden identificarse como comunes o nucleares de los enfoques de
sistematización, dentro de estos aspectos, Alfredo Ghiso nos plantea los
siguientes:

- A toda sistematización le antecede una práctica. A diferencia de


otros procesos investigativos a éste le antecede un "hacer", que puede
ser recuperado, recontextualizado, textualizado, analizado y reinformado
a partir del conocimiento adquirido a lo largo del proceso.

- Todo sujeto es sujeto de conocimiento y posee, una percepción y un


saber producto de su hacer. Tanto la acción, como el saber sobre la
acción que posee son el punto de partida del los procesos de
sistematización.
- Todo proceso de sistematización es un proceso de interlocución
entre sujetos en el que se negocian discursos, teorías y construcciones
culturales. Durante la práctica existen múltiples lecturas que tienen que
hacerse visibles y confrontarse con el fin de construir un objeto de
reflexión y aprendizaje común.

- La sistematización como proceso de construcción de conocimiento


sobre una práctica social, no es neutro; por el contrario el interés que lo
direcciona y los principios éticos que lo enmarcan son eminentemente
emancipadores y transformadores. La sistematización hace parte de las
propuestas socio-críticas de construcción de conocimiento.

- En la sistematización interesa tanto el proceso como el producto. El


proceso vincula múltiples componentes uno de ellos es el pedagógico;
nos formamos para sistematizar y sistematizando nos formamos.
Estamos hablando aquí de aprendizajes altamente significativos para los
que participan. (Ghiso, 1998, p 7):

Sobre el enfoque de la sistematización

Teniendo en cuenta los elementos presentes en el proceso de sistematización,


tomaremos como enfoque epistemológico de la misma los aportes de la teoría
crítica, los cuales orientan tanto la metodología que contempla esta
sistematización, como las reflexiones y los análisis posteriores.

La teoría critica como paradigma orientador de la sistematización asumen una


concepción ontológica y epistemológica de un sujeto agente y constructor de
realidad, reflexivo y sujeto de la experiencia, concepciones en las cuales se
inscriben los intereses del ejercicio de sistematización por su carácter
emancipatorio y transformador que van en consonancia con los referentes
conceptuales y discursivos desde la psicología social comunitaria que guían el
proceso. Siguiendo a González:

La investigación socio crítica parte de una concepción social sobre la


cual los seres humanos son creadores de su propia realidad, en la que
participan a través de su experiencia, su imaginación e intuición, sus
pensamientos y acción; ella constituye el resultado del significado
individual y colectivo. Asumiendo la investigación no como descripción e
interpretación, sino en su carácter emancipativo y transformado,
mediante un proceso en el que la reflexión crítica sobre el
comportamiento de esa realidad determina su redireccionamiento, su
circularidad. (2003, p. 133)

Sobre la experiencia

Ahora bien, uno de los componentes fundamentales de la sistematización,


es precisamente el concepto de experiencia, para ello el investigador debe
definir con claridad qué se asume por esta categoría. Desde este presupuesto
y acorde con el actual proceso investigativo se parte de lo citado por Oscar
Jara sobre la experiencia: “las experiencias son procesos socio-históricos
dinámicos y complejos, individuales y colectivos que son vividas por personas
concretas. No son simplemente hechos o acontecimientos puntuales, ni
meramente datos. Las experiencias, son esencialmente procesos vitales que
están en permanente movimiento y combinan un conjunto de dimensiones
objetivas y subjetivas de la realidad histórico-social” (Jara, 2001).

La categoría experiencia ha servido durante siglos para pensar la relación


entre conocimiento y vida cotidiana, por la función mediadora que cumple, sin
embargo es importante aclarar que la experiencia como concepto mediador
era vigente cuando ni conocimiento6, ni vida significaban lo que ahora se
comprende de ellos. Volver sobre la experiencia es fundamental para
comprender lo constitutivo de la existencia humana, de sus relaciones y la
construcción de conocimientos; durante siglos el saber humano se entendió
como un aprendizaje en y por el padecer, en y por aquello que le pasa al
sujeto. Ese es el saber de la experiencia: el que se adquiere en el modo como
se va respondiendo a lo que pasa en la vida y el que va conformando lo que el
sujeto y las sociedades son. Este saber es finito, ligado al desarrollo del
sujeto, que revela al hombre su propia camino (vida-muerte), es también un
6
El paradigma dominante en la modernidad concibió la esencia del conocimiento
en la ciencia y la tecnología, por otra parte la vida se redujo a su dimensión
biológica de la supervivencia de los individuos y las sociedades.
saber relacional e intersubjetivo que se representa y significa de manera
particular por eso no se puede desligar del sujeto o sociedad que lo
experimenta. (Larrosa, 1996)

La palabra experiencia viene del latín experiri, que significa probar. La


experiencia es en primer término un encuentro o una relación con algo que se
prueba. La experiencia “es lo que nos pasa, lo que nos acontece, lo que nos
llega” (Larrosa, 2003, p. 168). Larrosa plantea que la experiencia no se reduce
a lo que pasa, al hecho específico sino que implica un procesos de
interiorización de eso que acontece, desde allí nombra la experiencia como lo
que nos pasa, sin embargo advierte que la experiencia cada vez es más rara,
pues el mundo se organiza para que cada vez más nada nos pase, en primer
lugar por el exceso de información que no es sinónimo de experiencia, la
información no deja lugar a la experiencia es casi contrario a la experiencia. El
mundo contemporáneo se ocupa de construir sujetos informados e informantes,
este sujeto cada vez pasa más tiempo en busca de información, su
preocupación se centran en tener y acumular saber7 , en medio de esa
obsesión lo que consigue es que nada le pase. En este sentido la experiencia
se separa de la información en la medida que el saber cosas no implica
necesariamente sentir, dejar atravesar lo que acontece (Larrosa, 2003)

En segundo lugar, la rareza de la experiencia también reside en el exceso de


opinión, el sujeto moderno es un sujeto informado que además opina, dice
tener un opinión personal sobre cualquier cosa que se presente, este tener
opinión se convierte en un imperativo para la sociedad, como lo señala Larrosa,
después de la información viene la opinión, pero la obsesión por estos juicios
sobre los hechos cancela también las posibilidades de la experiencia. En la
contemporaneidad los medios de comunicación se convierte en las industrias
de información y opinión, ocupando todo el espacio de los acontecimientos y
desde allí el sujeto no es ya otra cosa que el sujeto informado de la opinión
individual y el sujeto colectivo no es más que soporte informado de la opinión

7
El saber asumido en este párrafo no entendido en términos de la sabiduría sino en el sentido
de estar informado
pública, siguiendo a Larrosa (2003, p 170) “un sujeto fabricado y manipulado
por los aparatos de información y opinión, un sujeto incapaz de experiencia”.

Otros aspecto clave para aproximarse a lo difícil de la experiencia es la falta


de tiempo, todo lo que sucede pasa muy rápido, la velocidad del acontecer 8 es
cada vez más deprisa, y esto reduce el acontecer a un estímulo fugaz que es
rápidamente reemplazado por otro. La velocidad en que se dan los hechos y
situaciones así como la necesidad en el mundo contemporáneo por la novedad,
impide una conexión significativa, dado que el sujeto esta en ansias de ser
informado, opinar pero también en ser consumidor voraz de sucesos, noticias;
circulo vicioso que lo hace insatisfecho. Esta búsqueda incontrolable hace que
no se detenga a vivir la experiencia misma. (Larrosa, 2003).

La experiencia es cada vez más estraña para los sujetos, por la cantidad de
trabajo. suele ocurrir que se alude al trabajo y experiencia como sinonimos, sin
embargo señala Larrosa (2003, p. 173) la experiencia no tiene nada que ver
con el trabajo. el sujeto moderno se encargo de traducri su necesidad de
confomar el mundo, la naturaleza (interna y externa) desde su poder, voluntad
y pretension, en este afán el sujeto se relaciona con el aconteciminto desde la
acción, desde el hacer, todo se torna en actividad bajo el prespuesto de
cambiar las cosas. En ese siempre vivir activos, atareados, movilizados no se
para, el no detenerse impide que algo pase, impide la misma experiencia.
(Larrosa, 2003)

Para que la experiencia surga es necesario una interrupción , asunto casi


imposible en la sociedad de la velocidad; que algo nos pasa requiere
“detenerse a sentir, a mira, a escuchar, a pensar y escuchar más despacio,
demorarse en los detalles, suspender la opinión y el juicio, suspender el
automatismo de la acción, abrir los ojos y oidos, hablar de lo que nos pasa,
aprender de la lentitud, escuchar a los demás, cultivar el arte del encuentro,
callar mucho, tener paciencia y darse tiempo y espacio” (Larrosa, 2003, p. 174)

8
El acontecimiento se nos da en forma de shock, del choque, del estímulo, de la sensación
pura, en la forma de la vivencia instantánea, puntual y desconectada.
De estos planteamientos sobre la experiencia retomo cómo las prácticas
profesionales, los escenarios laborales del psicólogo social, los mismos
proyecto intervención y acompañamiento a comunidades, en muchos casos
operan y funcionan en el sentido de hacer imposible que alguna cosa pase,
dificultan y entorpecen, por el afán de la inmediatez, la emergencia de la
experiencia misma y su consecuente construcción de conocimientos desde la
reflexibilidad de la práctica.

El sujeto de la experiencia seria algo así como un pasaje de sensibilidad en la


que lo que pasa afecta de algún modo, produce afectos, inscribe marcas, deja
huellas y produce cambios. El sujeto de la experiencia se define no por su
actividad sino por su pasividad, por su receptividad, por su disponibilidad, por
su apertura. La experiencia es el pasaje de la existencia, el pasaje de un ser
que no tiene esencia, razón o fundamento, sino que simplemente existe de una
forma particular, finita y contingente. “El sujeto de la experiencia tiene algo de
ese ser fascinante que se expone atravesando un espacio peligroso,
poniéndose a prueba él y buscando en él su oportunidad” (Larrosa, 2003, p.
176)

POBLACION Y MUESTRA
El criterio de selección de la muestra no tiene como propósito representar una
población a partir de la cual se puedan generalizar resultados. La muestra es
intencional y su selección estará determinada por la amplitud, variedad e
integración de las diversas realidades que convergieron en esta experiencia de
acompañamiento psicosocial. En este sentido la muestra será una muestra
cualitativa no probabilística, entendida como “un subgrupo de la población, en
la que la elección de los elementos no depende de la probabilidad, sino de las
características de la investigación” (Hernández, Fernández y Baptista, 2006 p.
249). En este tipo de muestra se involucran una serie de criterios previamente
establecidos por las investigadoras para la elección, criterios que dependen
de las características del estudio. (Pineda y otros, 1994) para seleccionar los
criterios se tiene en cuenta las diferentes características de la investigación y la
población participante de los proyectos de intervención psicosocial, por una
parte se convocará a un grupo de profesionales encargados de la ejecución y
por otro lado a la comunidad beneficiaria de la intervención, identificando los
colaboradores idóneos de acuerdo a los criterios de inclusión y exclusión
previamente establecidos con el equipo de investigación, en los cuales son
fundamentales:

Criterios de inclusión y exclusión

Criterios para los profesionales Criterios para las comunidades


• Haber sido agente externo en • Haber sido participante en los
los proyecto de intervención proyecto de intervención objeto
objeto de sistematización de sistematización durante el
durante el periodo de 2000 a periodo de 2000 a 2010 por lo
2010 por lo menos durante seis menos durante seis meses.
meses.

• Ser profesional de cualquier • Ser mujer en situación de


área de ciencias humanas o desplazamiento, mayor de edad.
sociales, técnico o practicante
universitario durante los
procesos de intervención
• Ser miembro o haber sido de la • Ser miembro de una de las
institución participantes en el familias beneficiaras de un
proceso de sistematización. proyecto de acompañamiento
psicosocial a victimas de la
violencia de lo sectores de
impacto.
• Consentimiento y deseo de • Estar inscrito en las bases de
participar libre y voluntariamente datos de los proyecto objeto de
en el proceso de investigación. sistematización que han decidió de
manera voluntaria participar
• Pertenecer y habitar en la
actualidad en la comunidad sujeto
de los proyectos de
acompañamiento.
• Consentimiento y deseo de
participar libre y voluntariamente
en el proceso de investigación.

Respecto al tamaño de la muestra poblacional con la cual se desarrollará la


investigación es preciso establecer que será una muestra de sujetos
disponibles, teniendo en cuenta que por el objetivo de la investigación, se
espera reunir un mínimo de cinco experiencias de intervención psicosocial
sujetas de revisión y cinco miembros por experiencia (entre profesionales y
participantes) que permitan acercarse al proceso de recuperación.

TECNICAS DE RECOLECCION DE LA INFORMACION

A partir de este interés socio crítico en la investigación, se utilizarán técnicas


interactivas buscando que los participantes en este proceso se reconozcan
como sujetos sociales en un marco de acción particular y se promueva entre
ellos espacios que posibiliten su encuentro para la reconstrucción crítica de la
experiencia. En estos espacios los miembros de la comunidad, así como los
profesionales participantes de la experiencia de acompañamiento psicosocial
podrán dialogar, intercambiar las vivencias, recordar acontecimientos,
recuperar formas de hacer, reflexionar sobre la experiencia, recrear los
momentos y realizar un análisis de la práctica misma.

Las técnicas Interactivas en los diseños metodológicos para la investigación


social cualitativa, son entendidas como dispositivos que activan la expresión de
las personas, facilitando el hacer ver, hacer hablar, hacer recuperar, hacer
recrear, hacer análisis, lo cual es lo mismo que hacer visibles o invisibles,
sentimientos, vivencias, formas de ser, creer, pensar, actuar, sentir y relacionar
de los sujetos para hacer deconstrucciones y construcciones, (Ghiso, 2001)
generando de esta manera, procesos interactivos que promuevan el
reconocimiento y el encuentro entre los sujetos, propiciando la construcción
colectiva del conocimiento, el diálogo de saberes, la reflexividad y la
recuperación de la memoria colectiva (García Chacón, Gonzáles, Quiroz, &
Velásquez, 2002, p.70)

Fuentes primarias

Se realizaran 6 entrevistas semi-estructuradas con actores claves


poblacionales (profesionales, practicantes y técnicos operarios de los procesos
intervención) siguiendo los criterios mencionados anteriormente. Se realizaran
6 talleres utilizando las técnicas interactivas señaladas en los cuadros
metodológicos con 45 mujeres, 15 mujeres participantes por cada proceso de
intervención psicosocial. Se espera que participen un promedio de 51
participantes promedio.

Fuentes secundarias

Se realizar una recopilación, ordenamiento y análisis de la información


disponible sobre las experiencia de intervención con mujeres en situación de
desplazamiento desarrolladas por lo programas y las instituciones objeto de la
sistematización. Información recolectada de los centros de documentación de
las instituciones participantes.

MOMENTO METODOLOGICOS

Los momentos metodológicos son los pasos a seguir en el desarrollo de la


investigación (es importante aclarar que son pasos flexibles que permiten
orientar el desarrollo de la investigación con rigurosidad), en el caso del actual
proceso, se contemplaron tres momentos teniendo en cuenta los objetivos
específicos; de igual forma cada uno de los tres momentos metodológicos dan
cuenta de una o varias estrategias a partir de las cuales se busca cumplir con
los objetivos y las preguntas de investigación correspondiente.

Momento 1
Objetivo: Recuperar (historia, participantes, tiempos, dificultades, fortalezas)
la experiencia de trabajo, desde el diálogo entre los diferentes actores que han
participado.
Acciones Técnicas/ Actividades de Registro
recolección de la
información
Contacto inicial con Dialogo con las Convenio interinstitucional
las instituciones instituciones
participantes del
proceso.
Recuperar Entrevista Diarios de campo
experiencia desde semiestructuradas guion
los profesionales de entrevista
Recuperar la Mapa parlante o Grabación en audio
experiencia de las cartografía social Diarios de campo
mujeres Firma de asistencia

Momento 2
Objetivo: Describir los componentes y contenidos de intervención psicosocial
con mujeres en situación de desplazamiento de la organización Pastoral
Social.
Acciones Técnicas/ Actividades de Registro
recolección de la
información
Revisión Fichaje Fichas documentales
documental
Documentos de
pastoral sobre
intervención
psicosocial
Mujeres Grupo focal Grabación en audio
participantes del Diarios de campo
programa Firma de asistencia
Institución Registro documental Fichaje
(documentos, videos,
artefactos)
Momento 3
Objetivo: Indagar sobre cómo se está dando la apropiación y articulación del
enfoque psicosocial en el marco del trabajo que adelantan la organización
Acciones Técnicas/ Actividades de Registro
recolección de la
información
Revisión Fichaje Fichas documentales
documental
Documentos de
pastoral sobre
intervención
psicosocial
Mujeres Sociodrama Video, lista de asistencia y
participantes del memoria
programa

Momento 4
Objetivo: Develar las características de la experiencia de intervención
psicosocial con mujeres víctimas de desplazamiento en Medellín a partir de los
constructos teóricos.
Acciones Técnicas/ Actividades de Productos
recolección de la
información
Interlocución entre Análisis de contenido Articulo que recoja la
las experiencias (el experiencia investigativa
equipo investigador)
Divulgar la Ponencia Cartilla que recoge la
experiencia con la caracterización del proceso
comunidad de acompañamiento
participante. psicosocial emergente en
la práctica.

ANALISIS DE LA INFORMACION
Luego de recoger la información se procederá a la transcripción de cada una
de las entrevistas, grupos focales y actividades realizadas con sus respectivos
grupos para su estudio, procesos que se realizará utilizando la estrategia de
análisis de contenido privilegiando el análisis de tipo categorial o temático que
busca resaltar los tópicos más importantes y las narrativas emergentes u
ocultas en los textos producidos. Las categorías serán elaboradas en función
de las dimensiones del problema de investigación. Se tendrán en cuenta los
pasos básicos del procedimiento de análisis contenido categorial en el sentido
que plantea Montero siendo coherentes y pertinentes con los referentes
conceptuales de la investigación (2006, p 279):

- Preparación del material obtenido: elaboración sistemática de las


narraciones y relatos a partir de las lecturas repetidas de la transcripción
hecha después de haber escuchado varias veces las grabaciones, videos y
revisado los productos graficas elaborados en las diferentes técnicas.

- Preparación y ordenación de temas: preparación del material y archivos


de la información recogida sobre los diversos aspectos que aportan a la
reconstrucción critica de la experiencia de acuerdo a los objetivos de
investigación.

- Selección de unidad de análisis: elección de párrafos, frases, gráficos


tomados el material obtenido que den cuenta de la emergencia de
elementos claves para recuperar la experiencia de acompañamiento.

- Codificación de unidades de análisis: esto se refiere a la atribución de un


código para las frases, palabras, textos o elementos gráficos que se
refieren a un mismo tema o hecho. El proceso de codificación “trata de
expresar los datos y los fenómenos en forma de conceptos, con este fin,
primero se desenmarañan los datos, luego se clasifican las expresiones por
sus unidades de significado (palabras individuales, secuencias breves de
palabra) para asignarles anotaciones y sobre todo conceptos y códigos”
(Flich, 2004, p.193).
- Construcción y definición de categorías: Agrupación de todos los
códigos que se relacionan entre sí configurando un tópico o subtema
tratado en la narración. La codificación y la categorización llevan la
organización del contenido en temas, etapas o secciones. En tal sentido son
parte del análisis de contenido de las narraciones obtenidas

- Preparación de matrices de análisis: que permitan poner de relieve los


aspectos emergentes predominanentes, y las tendencias emergentes sobre
la experiencia

Luego de revisar y organizar la información en la matriz, se dará paso a la fase


interpretativa que permiten dar cuenta del análisis y la reflexión de la
información obtenida (Álzate y Arango, 2008), de los núcleos temáticos, de las
categorías emergentes y su reconstrucción interpretativa como miras a la
caracterización desde el relato de los participantes sobre su experiencia de
acompañamiento psicosocial. La respectiva clasificación en categorías y
subcategorías permitirá restablecer algunas relaciones entre las mismas y
leerlas bajo el foco de los referentes teóricos.

Para el proceso de análisis de información en este tipo de investigación es


fundamental la participación de la población así como de las instituciones
sujeto de la experiencia a sistematizar, ellos serán quienes validen y legitimen
los hallazgos. En primer momento se revisar críticamente con los sujetos de
investigación los resultados y las variables emergentes para realizar la
posterior devolución a la comunidad académica desde y con la población
participante.

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