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INFORME PARA UNA EVALUACIÓN NEUROPSICOLÓGICA

¿Cuándo se deriva a una evaluación neuropsicológica?

La evaluación neuropsicológica se da cuando el estado cognitivo, afectivo, conductual


se ve afectada, se debe identificar las áreas cognitivas alteradas en los niños sanos y en
los niños que tienen algún daño cerebral o disfunción neurológica sospechada como los
niños de alto riesgo biológico, los accidentes cerebrovasculares, las endocrinopatías y
las cromosopatías para ello se deben aplicar los modelos teóricos como el uso de las
bacterias neuropsicológicas apropiadas, como las tes, entrevistas, cuestionarios y escalas
psicológicas. La tests es una técnica no invasiva, tiene una ventaja de ofrecer un perfil
neuropsicológico ya que esto detecta los puntos débiles y fuertes de cada niño, la
memoria auditiva esto nos permite valorar aspectos no cognitivos como las
conductuales, contextuales, emocionales, familiares y sociales, lo que favorece un
diagnóstico más preciso.

Todas las funciones neuropsicológicas se encuentras integradas en escala de desarrollo


que integran apartados de la motricidad, sensopercepción, cognición comunicación y
escalas de comportamiento ya que hay muchos tests y bacterias para la evaluación
neuropsicológica de lactantes, niños y adolescentes.

Lo niños que suelen ser remitidos a evaluaciones neuropsicológicas son aquellos de los
que se sospecha daño cerebral o disfunción neurológica. Pueden ser de casos donde se
presente alteración neurológica en las pruebas de neuroimagen, alteraciones
metabólicas, cromosomopatías y en general en casos de niños con problemas de
aprendizaje, déficit de atención, dificultades visoperceptivas o problemas en la función
ejecutiva.

Entre las principales fuentes de información sobre el funcionamiento cerebral podemos


encontrar a las baterías neuropsicológicas.

Dentro de las ventajas de las baterías neuropsicológicas encontramos su capacidad para


ofrecer un perfil neurológico del niño, ser una técnica no invasiva que puede repetirse
en diferentes ocasiones, identificando así la evolución del paciente. Otra de sus ventajas
es su flexibilidad, pudiendo enfocarse a evaluar aquello de lo que se requiere conocer.
Además de evaluar también de evaluar otras áreas aparte de lo cognitivo, como las
conductas, la emociones, como el contexto familiar y social.

Por otro lado, dentro de las limitaciones de este tipo de escalas, se encuentra el hecho de
que en ocasiones estas pruebas valoran una aptitud diferente a la que pretendían. Dentro
de las limitaciones también encontramos la validez ecológica, esto quiere decir que
tanto el estado de ánimo o salud del niño influye en la prueba; así como los baremos de
las pruebas y el nivel cultural y educacional del niño.

Áreas fundamentales de exploración neuropsicológica:


 Anamnesis: Es la información sobre el niño recogida a través de entrevistas que
complementan la evaluación.
 Funciones cognitivas: exploración del cociente intelectual, memoria, atención,
razonamiento, cálculo y funciones ejecutivas.
 Funciones sensoperceptivas: identificando posibles problemas que interfieran
con el aprendizaje.
 Funciones motoras: Incluye motricidad gruesa y fina, tono muscular, fluidez
motora y equilibrio.
 Lenguaje y lateralidad: El lenguaje aporta información sobre el grado de
madurez lingüística. Mientras que la laterización puede indicar lesión cerebral.

Se deriva a una atención neuropsicológica cuando existen síntomas o quejas


relacionados con la memoria, la atención, o el razonamiento. Algunos signos que
requieren una evaluación neurocognitiva son cambios en la concentración, la
organización, el razonamiento, la memoria, el lenguaje, la percepción, la coordinación o
la personalidad. El cambio puede deberse a cualquiera de muchas causas médicas,
neurológicas, psicológicas o genéticas.

cuando un niño presenta inmadurez o ha tenido algún tipo de daño o disfunción


cerebral durante la etapa prenatal, perinatal o posnatal. Normalmente los niños
derivados a neuropsicología son los que han sufrido alguna disfunción neurológica o
con riesgo biológico como accidentes cerebrovasculares, las endocrinopatías y las
cromosomopatías, ya que necesitan un seguimiento especial.

En casos como los traumatismos craneoencefálicos (TCE), la leucomalacia


periventricular, la epilepsia, enfermedades desmielinizantes o la hidrocefalia, también es
conveniente obtener un perfil cognitivo preciso para orientar la intervención.

La principal herramienta en estas evaluaciones son las baterías neuropsicológicas y los


test.

Los test detectan los puntos débiles y fuertes de cada niño es una técnica no invasiva,
nos permite valorar diferentes aspectos como: conductuales, contextuales, emocionales,
familiares y sociales, lo que favorece un diagnóstico más preciso. es importante tener en
cuenta que, en niños más pequeños, los baremos van cambiando en función de los
meses, pero a partir de los 6 años de edad la mayoría de las pruebas se bareman por
años naturales, lo que conlleva un margen de error mayor.

En las demencias el aporte de la neuropsicología es decisivo ya desde la etapa


diagnóstica, al punto que el National Institute of Neurological Diseases exige como
criterio diagnóstico la inclusión de una evaluación neuropsicológica. En el caso de la
demencia cortical más frecuente, la enfermedad de Alzheimer, pueden describirse
cuatro utilidades básicas de dicha evaluación: a) detección precoz; b) diagnóstico
diferencial (demencia cortical vs demencia subcortical, pseudodemencia u olvidos
benignos de la senectud) c) valoración de la severidad y d) valoración de la progresión
(mediante evaluaciones periódicas para observar su curso). Hay baterías específicas
como el ADAS (Alzheimer Disease Assessment Scale) desarrolladas especialmente para
la detección de este tipo de demencia, que permiten diferenciarlas claramente de otro
tipo de deterioros cognitivos.

Bibliografía

Méndez, P. (2009). Evaluación Neuropsicológica. Anales de pediatría Continuada, 7


(1), Pp. 50-54.

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