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1.- NOS HABLA HASTA QUE TIEMPO DEBEMOS SER PACIENTES. Stg. 5:7.
La segunda venida de Cristo marca el fin del tiempo en que debemos tener paciencia,
solo hasta entonces ya no será necesaria tenerla.
a) Tenemos que ser pacientes en medio de los problemas. “Por tanto, hermanos,
tened paciencia hasta la venida del Señor.” Esto por supuesto no sería algo fácil para
la iglesia, el contexto de la lectura que hemos hecho nos habla de las injusticias, y de
los maltratos de los ricos hacía los pobres, sin embargo el mandamiento es para
todos. Nuestro señor Jesucristo dijo: “Y tardándose el esposo, cabecearon todas y se
durmieron.” Mateo 25:5. El hecho de que diga que el esposo se tardaría en regresar
llega a repercutir en algunos hermanos de la iglesia, que andan descuidados
espiritualmente; muchos se han salido del camino de Dios, por no esperar en el Señor,
como los de la parábola del sembrador “Los de sobre la piedra son los que habiendo
oído, reciben la palabra con gozo; pero éstos no tienen raíces; creen por algún tiempo,
y en el tiempo de la prueba se apartan.” Lucas 8:13.
b) Tenemos que ser pacientes trabajando en la obra del Señor. Tener paciencia no
significa estar con los brazos cruzados, hay una paciencia que puede correr:
LA PACIENCIA QUE PUEDE CORRER
Hebreos 12:1 nos dice que debemos de correr “con paciencia la carrera que tenemos
por delante”. George Matheson escribió, “Nosotros comúnmente asociamos la
paciencia con el “acostarse o arrimarse”. Lo tenemos como un ángel que guarda el
sofá de una persona inválida. Pero hay una paciencia que es aún más difícil – la
paciencia que puede correr. El descansar en tiempos de angustia, el ser quieto
mientras que estás bajo a golpe de la fortuna adversa implica una gran fuerza. Pero
yo conozco a algo que implica una fuerza mayor: es el poder continuar trabajando bajo
la tensión; el tener una gran pesar sobre tu corazón y aun así, seguir corriendo; el
tener una angustia profunda en tu espíritu y, a la vez continuar cumpliendo con tus
tareas diarias. Esto es lo que es ser como Cristo. La cosa más difícil para la mayoría
de nosotros hacer es ejercitar nuestra paciencia, no en la cama de los enfermos, sino
en la calle.” El esperar es cosa dura; es esperar con buen valor es aún más difícil. La
paz que Jesús nos ofrece no es la falta de problemas, sino la confianza de que Él
siempre estará contigo.
c) Se necesita la paciencia para cuidar de la iglesia de Dios. Todos hemos tenido que
lidiar con hermanos difíciles de sobrellevar.
ABRAHAM Y EL VIEJITO
De acuerdo a una historia hebrea tradicional, Abraham estaba sentado afuera de su
tienda una noche cuando vio a un hombre viejo, cansado por su edad y jornada,
caminando hacia él. Abraham se levantó y corrió para saludarle y le invitó a llegar a
su tienda. Allí Abraham lavó los pies del viejo hombre y le dio comida y bebida. El
viejito inmediatamente empezó a comer sin orar o declarar una bendición alguna. Así
que Abraham le preguntó, “¿No adora usted a Dios?” El viajero viejo le respondió
diciendo, “Yo adoro solamente al fuego y no tengo reverencia hacia ningún otro dios.”
Cuando Abraham escuchó esto se molestó bastante y agarró al viejo por los hombros
y lo echó fuera de su tienda al aire frío. Cuando el viejito había partido del lugar, Dios
llama a su amigo Abraham y le pregunta donde estaba el viejo extranjero. Abraham
replicó, “Yo le eché fuera porque no te adoraba”. Dios contesta, “He sufrido a este
viejito por unos ochenta años a pesar de que me deshonra. ¿No pudiste tu aguantarle
una sola noche?” - Thomas Lindbergh
Santiago nos dice que miremos como el labrador espera el precioso fruto de la tierra.
‘No es posible que un campesino tenga más paciencia que un pastor.’