Artículo original

Desviación positiva y diversidad alimentaria en niños de una

comunidad rural de Hidalgo

Zaragoza-Cortes Jessica, Trejo-Osti Luis Eduardo,

Maldonado-Vargas Laura, Ocampo-Torres Moisés
Coordinación de Investigación en Salud,
Servicios de Salud de Hidalgo.

RESUMEN
Objetivo: Evaluar la desviación positiva a través de la diversidad alimentaria (DA), consumo de alimentos no recomendables
y talla para la edad en niños de una comunidad rural de la Huasteca hidalguense. Material y método: Estudio cuasi
experimental de intervención en diadas madre-hijo de 1-13 años en Pachiquitla, Xochiatipan, Hidalgo. Se calculó DA como:
baja, 1-3 grupos de alimentos; media, 4 grupos, y alta, 5-9 grupos. Los alimentos no recomendables para su consumo se
calcularon así: baja, 1-2 grupos, media, =3 y alta, =4-6. Se aplicaron dos recordatorios de 24 horas del niño: antes y después
de la intervención. Se determinaron indicadores de crecimiento Talla Edad (T/E) e IMC. La desviación positiva fue definida
como: DA alta, bajo consumo de grupos no saludables y niños con T/E adecuada. Se intervino con cuatro talleres dirigidos
a las madres de los niños. Resultados: La media de edad fue 7.1 años (±3.44), 50% mujeres y 50% hombres. 50% tuvo DA
baja, 45% media y 5% alta. El consumo de alimentos no recomendables fue de 65.0% bajo, 15% medio y 20% alto, siendo
el grupo “Bebidas lácteas no endulzadas” el más consumido (95%), seguido de “Cereales dulces” (80%) y de “Botanas
dulces y postres” (55%). Los niños con talla adecuada tuvieron una media de consumo de 2.0 grupos de alimentos no
saludables, los de Riesgo de baja talla 2.4, y con baja talla 2. (p=0.57); en la medición final la media fue de 2.6, 2.9 y 1 grupo,
respectivamente (p=0.001). La media de puntuación Z T/E fue de -1.35 ± 0.85 en la medición basal y de -1.12 ±0.91 en la
final (p<0.05). Conclusiones: La cifra de niños con DA alta pasó de 5 a 30% y el consumo de alimentos no saludables en
niños de baja talla pasó de 3 a 1 grupo. Hubo un cambio de niños en riesgo de baja talla a talla adecuada (25 a 35%).

Palabras Clave: Desviación positiva, Diversidad alimentaria, Grupos no saludables, Baja talla.

I NTRODUCCIÓN
Un régimen de alimentación debe contener idealmente
todos los nutrimentos que el individuo necesita de forma
equilibrada y variada. En el caso de los niños debe ser
capaz de cubrir las necesidades para el crecimiento y el
desarrollo óptimo,1 adecuándose a los gustos, la cultura
y los recursos económicos.2 Debido a una constante y
deficiente ingesta de energía y nutrimentos de la dieta, uno
de los grandes problemas en México es la desnutrición
infantil crónica.3 Al mismo tiempo, nuestro país ocupa
el primer lugar mundial en obesidad infantil,4 originada
en edades muy tempranas y asociadas a la baja talla (una
de la manifestaciones de la desnutrición).5, 6 De acuerdo
con los datos de la última Encuesta Nacional de Salud
y Nutrición (ENSANUT, 2018) la prevalencia de talla
baja en Hidalgo en menores de 5 años registró un 20.3%,
toda vez que en 2012 había reportado 12.9%, con mayor
prevalecia en el medio rural (14.4%) en comparación con
el urbano (11.1%).7
Diversos estudios concuerdan en que una dieta más
diversificada está correlacionada con una mayor adecuación
calórica de micronutrientes y de proteínas,8–10 y en que una
reducción en la diversidad alimentaria (DA) es un fuerte
predictor de baja talla en niños de zonas rurales, sobre
todo en los países de ingresos bajos.11, 12 La DA puede ser
medida a nivel familiar o individual, lo que hace posible
analizar la seguridad alimentaria o bien la adecuación
de nutrientes en la dieta.8, 13, 14 Un estudio realizado en
México logró observar que la DA disminuía gradualmente
conforme aumentaba la gravedad de la inseguridad
alimentaria en los hogares evaluados y viceversa, a medida
que aumentaba el ingreso y el gasto destinado a la compra
de alimentos en el hogar, se favorecía la elección de una
variedad más amplia de alimentos.15 Ello sugiere que una
estabilidad o mejoría en el ingreso posibilita diversificar
el perfil de alimentos, sin embargo, no necesariamente
será de alimentos saludables.16 Por ejemplo, de acuerdo
con la última ENSANUT en 2016, el grupo de bebidas
no lácteas endulzadas fue el grupo más consumido por
los mexicanos (85%), lo que muestra que el acceso y
el consumo de alimentos procesados es un problema de
salud pública. Cabe resaltar que la gran mayoría de los
alimentos procesados son pobres en nutrientes esenciales
y que afectan negativamente la calidad de la dieta,

2
Gaceta Hidalguense de Investigación en Salud / vol. 7, No. 2, octubre-diciembre de 2019
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generando además un desuso de alimentos locales.17 De
acuerdo con esta misma encuesta, las verduras fueron el
grupo alimentario menos consumido (42.3%).3
Históricamente, el patrón de consumo tradicional en
México se ha conformado de frijol, maíz, tomate, chile,
pocas verduras y frutas, y, ocasionalmente, pequeñas
cantidades de carne o grasa; con modestas diferencias
repecto al medio urbano, donde en función del acceso
incluye leche y pocos productos industrializados, como
refrescos y carnes frías. Posteriormente, con el aumento
de las agroindustrias se fue favoreciendo el cambio de
una dieta tradicional por una occidentalizada, sobre
todo en la clase media y alta, mientras que en el sector
de bajos ingresos se inclinó a sustituir el maíz y el frijol
por pan blanco, pastas y arroz.16 El desplazamiento de los
patrones de alimentación tradicionales resulta de interés
debido a que se asocian con un aumento en el riesgo para
desarrollar obesidad y enfermedades crónicas.
La desviación positiva (DP) es una metodología
propuesta en los años 90 por Marian Zeitlin18 cuyo
propósito fue alcanzar la rehabilitación comunitaria de la
malnutrición moderada y severa en niños en un país en la
posguerra. Con el uso de DP, expone, es posible encontrar
soluciones exitosas antes de afrontar y entender todas las
causas que componen un problema; en el cual las personas
o familias que se desvían positivamente del resto pueden
llegar a ser modelos de comportamiento y estrategias, a fin
de promover su adopción por el resto de su comunidad. 19
De esta manera, el objetivo principal del presente estudio
fue evaluar la desviación positiva a través de la diversidad
alimentaria, consumo de alimentos no recomendables y
talla para la edad, en niños de una comunidad rural de
la Huasteca hidalguense. Secundariamente, se aplicó una
intervención de cuatro talleres en los que se compartió la
desviación positiva y la orientación alimentaria general
para posteriormente evaluar su efecto.
Material y método
Estudio de tipo cuasi experimental de intervención en
una muestra a conveniencia de niños de 1-13 años en
la comunidad de Pachiquitla, Xochiatipan, Hidalgo.
La DA se determinó a partir de dos recordatorios de
24 horas (R24) del niño, uno antes y otro después de la
intervención, de acuerdo con las recomendaciones de la
Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación
y la Agricultura (FAO).8 El puntaje potencial fue de 9
grupos: 1) cereales y tubérculos blancos; 2) verduras
de hoja verde obscuro; 3) otras frutas y verduras ricas
en vitamina A; 4) otras frutas y verduras; 5) carne de
vísceras; 6) carne y pescado; 7) huevos; 8) legumbres,
nueces y semillas; 9) lácteos y productos lácteos. Los
platos mixtos como guisados se clasificaron en los
grupos de acuerdo a su ingrediente principal. Dividido
el puntaje en terciles con 33% de los hogares cada uno,
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Gaceta Hidalguense de Investigación en Salud / vol. 7, No. 2, octubre-diciembre de 2019
la diversidad más alta correspondió al tercil superior (5-9
grupos), la baja al tercil inferior (1-3 grupos) y la media al
33% restante (4 grupos).
El consumo de alimentos no recomendables para su
consumo cotidiano descrito por la ENSANUT 20163
se obtuvo de los mismos R24 horas. La clasificación
de grupos fue: 1) carnes procesadas, 2) comida rápida
y antojitos mexicanos, 3) botanas dulces y postres, 3)
cereales dulces, 4) bebidas no lácteas endulzadas y
5) bebidas lácteas endulzadas. La clasificación de su
consumo fue de la siguiente manera: bajo= 1-2 grupos,
medio=3, alto=4-6 grupos.
Adicionalmente se pesó y midió a los niños para
determinar los indicadores de crecimiento talla para
la edad (T/E) e índice de masa corporal (IMC) puntaje
Z-score, con el fin de obtener su relación con la DA antes
y después de la intervención. Las mediciones se realizaron
por personal capacitado y estandarizado. Se usó una
báscula de plataforma marca SECA® 874 con función
tara y el estadímetro SECA® 217. Se solicitó información
sobre el número de integrantes de la familia y asistencia
de programas en materia de seguridad alimentaria y
nutrición o de intervenciones agrícolas.
Intervención
Consistió en 4 talleres de orientación alimentaria enfocados
en grupos de alimentos dirigidos a las madres de los
niños. Los temas fueron 1) Grupos de alimentos (usando
el plato del bien comer), 2) Combinaciones efectivas, 3)
Alimentos procesados y no nutritivos (no recomendables),
y 4) Evaluación de alimentos y platillos de la región.
Se usó el salón de usos múltiples de la comunidad y el
material didáctico Nutrikit®, con el cual las participantes
expusieron sus prácticas positivas. La desviación positiva
fue definida como: DA alta, bajo consumo de grupos no
saludables y niños con T/E adecuada.
El protocolo fue aprobado por los Comités de Ética
e Investigación de los Servicios de Salud de Hidalgo.
Se contó con la autorización de los representantes de
la comunidad y con el consentimiento informado por
escrito de las madres. Los miembros del comité de salud
participaron como traductores por ser una comunidad de
lengua náhuatl.
Resultados
El total de la muestra fue de 20 niños, con una media de
edad de 7.1 años (±3.44); 50% fueron mujeres y el resto
hombres. Se determinó un promedio de DA de 3.4 grupos,
y 5% registró una DA alta (5-9 grupos consumidos),
porcentaje constituido por los sujetos con desviación
positiva al confirmarse un bajo consumo de grupos no
saludables y niños con T/E adecuada. El promedio de
consumo de grupos no recomendables fue de 2.4, y 65.0%
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de la muestra registró un bajo consumo de estos (Tabla
1). 25% presentó talla adecuada (Tabla 2). De acuerdo
con los criterios establecidos (DA alta, bajo consumo
de grupos no saludables y niños con T/E adecuada), tres
niños fueron idenfiticados con DP.
Para una mejor comprensión del consumo de los nueve
grupos de la DA y de los seis grupos no recomendables para
su consumo, se presenta la tabla 3. En nuestro trabajo, las
“Verduras de hoja verde obscuro” fueron consumidas por
15% de los niños en la medición final (p<0.08), toda vez
que en la basal se registró cero consumo. El grupo “Frutas
y verduras ricas en vitamina A” (las de color amarillo
oscuro o anaranjado como zanahoria, mango, papaya, etc)
tampoco fue consumido en la primera medición, pero sí
en la final, en un 15% de los niños. El grupo, “Otras frutas
y verduras” fue consumido por el 65% en la medición
basal y 85% en la final, siendo los alimentos registrados:
naranja, sandía, uvas, elote, aguacate, pagua, nopales y
jitomate. Del grupo de “Carne de vísceras”, alimentos
ricos en hierro, no se registró consumo en ninguna
medición. Las “Carnes, pescados y mariscos” fueron
consumidas por 30% de los niños en la basal y 40% en
la final, incluídos los productos elaborados o curados
como embutidos: carne de res, de cerdo y de pollo, atún y
pescado fresco o seco. Respecto al consumo de “Huevo”
15% de los niños lo comieron en la medición basal y 25%
en la final. El grupo “Legumbres, nueces y semillas” fue
de 80% en la medición basal y 70% en la final. El grupo
“Leche y productos lácteos” tuvo un consumo del 40% en
la medición basal y del 50% en la final.
Respecto al conjunto de grupos de alimentos no
recomendables, el de “Bebidas lácteas no endulzadas” fue
el grupo mayormente consumido por los niños, con 95%
en ambas mediciones, seguido de “Cereales dulces”, con
el 80% en medición basal y 70 en la final, incluídos el pan
dulce y el atole de maíz. El tercer grupo más consumido
fue el de “Botanas dulces y postres”, con 55% en la basal y
45 en la final. “Comida rápida” fue consumido por el 40%
en la medición inicial y por 30 en la segunda. Finalmente,
los grupos “Carnes procesadas” y “Bebidas lácteas”
reportaron 20% de consumo en la medición basal, y 5% y
20% en la final, respectivamente.
La tabla 4 muestra el promedio del número de grupos
consumidos de acuerdo con los indicadores T/E e IMC. Los
Tabla 1. Características y distribución porcentual del consumo de grupos de alimentos.
Primera medición
Media Rango
Diversidad alimentaria 3.4 2-5
No recomendables 2.4 1-5
X2 diferencias entre primera y segunda medición p<0.05
Nivel individual; bajo = 1-3 grupos, medio=4, alto=5-9
No recomendables; bajo= 1-2, medio=3, alto=4-6
Gaceta Hidalguense de Investigación en Salud / vol. 7, No. 2, octubre-diciembre de 2019
niños con talla adecuada reportaron un consumo promedio
de 3.4 grupos de DA, los que están en riesgo de baja talla
3.3 grupos y los de baja talla 4.0 (p<0.58). La medición
final tuvo una media de 3.6 grupos en la categoría talla
adecuada, de 4.1 en la de riesgo de baja talla y de 3.8 en la
de baja talla (p=0.12). El promedio del número de grupos
no recomendables para su consumo regular, de acuerdo
con las categorías del indicador T/E, indicó que los niños
de talla adecuada para su edad tuvieron una media de 2.0
grupos, los que están en riesgo de baja talla de 2.4 y los de
baja talla de 3.0 (p=0.57). La segunda evaluación registró
2.6, 2.9 y 1 grupo, respectivamente (p=0.001). Cabe
señalar que al finalizar la intervención este indicador pasó
de 65% clasificado con riesgo de talla baja a 55% post
intervención; mientras que en la baja talla, la proporción
de la categoría permaneció igual, con 10% en ambas
mediciones. Dicho de otra forma, la media de puntuación
Z del indicador T/E fue de -1.35 ±0.85 en la medición
basal y de -1.12 ±0.91 en la final (p<0.05). (Tabla 2)
Para el indicador IMC, la puntuación Z media fue de
0.46 (±0.83) en la primera medición y de 0.43 ±0.22 en
la final. No se encontraron niños con bajo peso. 75% tuvo
peso normal, 20% sobrepeso y 5% obesidad.
Discusión
La DA hace referencia a la cuantificación del número
de grupos de alimentos consumidos en la dieta,
independientemente de la cantidad consumida y durante
un período de referencia.8, 9 Su medición ha permitido
evaluar la dieta de una forma rápida, fácil y a bajo costo,
ayudando a obtener información detallada sobre la
adecuación nutricional (adecuada a los requerimientos
de cada individuo). De acuerdo con el primer objetivo de
nuestro estudio, se realizó una medición basal de DA para
identificar la desviación positiva junto con el consumo de
grupos no recomendables y con la medición del indicador
antropométrico talla para la edad. Como resultado se
obtuvo que la mitad de la muestra (50.0%) presentó una
DA baja (entre 1-3 grupos) y que únicamente un 5%
registró una DA alta (5-9 grupos). Diversos estudios han
documentado que el puntaje de DA que se correlaciona
con la adecuación nutricional es de por lo menos 4
grupos;20–22, 21 puntaje que ha demostrado un adecuado
aporte de fibra dietética y de antioxidantes, además de
asociarse con un mejor estado antropométrico en niños.23,
24
En nuestro estudio se reportó que menos de la mitad
Segunda medición
Bajo Medio Alto Bajo Medio Alto p-valor
Media Rango
% % % % % %
50.0 45.0 5.0 3.8 2-7 45.0 25.0 30.0 0.09
65.0 15.0 20.0 2.6 0-5 40.0 35.0 25.0 0.23
4
Artículo original

de los niños (45%) consumió 4 grupos; es decir, una DA Tabla 3. Distribución porcentual de consumidores por grupo de ali-
media, lo que podría estar relacionado con el alto porcentaje mento, antes y después de la intervención.
de menores en riesgo de baja talla (65%) registrado en la 1ª Medición 2ª Medición
p-valor
medición basal. La prevalencia de baja talla reportada en Si % No % Si % No %
el último informe estatal para Xochiatipan, municipio al 9 grupos de alimentos (FAO, 2013)
que pertenece la comunidad de Pachiquitla, fue de 15.0%,
Cereales y Tubérculos 100.0 0.0 100.0 0.0 1.00
valor que lo clasificaba como zona de atención prioritaria. 25
Verduras de hoja verde obscuro a 0.0 100.0 15.0 85.0 0.08
Frutas y verduras ricas en vitamina A 15.0 85.0 0.0 100.0 0.08
Tabla 2. Medias de puntuación Z y distribución porcentual de la
población por indicadores de crecimiento talla-edad e IMC. Otras frutas y verduras 65.0 35.0 80.0 20.0 0.18
Carne de vísceras 0.0 100.0 0.0 100.0 1.00
Medición Basal Medición 2 P-
Carnes, pescados y mariscos 30.0 70.0 40.0 60.0 0.48
Media DE % Media DE % valor
Huevo 15.0 85.0 25.0 75.0 0.41
Talla para la edad
Leguminosas, nueces y semillas 80.0 20.0 70.0 30.0 0.48
Talla adecuada -0.52 0.37 25 -0.28 0.59 35
Leche y productos lácteos 40.0 60.0 50.0 50.0 0.57
Riesgo de talla baja -1.37 0.27 65 -1.30 0.21 55
Grupos no recomendables para su consumo
Talla baja -3.35 0.97 10 -3.05 0.70 10
Carnes procesadas 20.0 80.0 5.0 95.0 0.18
Total -1.35 0.85 100 -1.12 0.91 100 0.05
Comida rápida y antojitos mexicanos 40.0 60.0 30.0 70.0 0.48
Índice de Masa Corporal
Botanas dulces y postres 55.0 45.0 45.0 55.0 0.56
Peso Normal 0.07 0.77 75 0.10 0.73 80
Cereales dulces 80.0 20.0 70.0 30.0 0.32
Sobrepeso 1.34 0.44 20 1.72 1.01 20
Bebidas NO lácteas endulzadas 95.0 5.0 95.0 5.0 1.00
Obesidad 2.88 / 5 / / 0
Bebidas lácteas endulzadas 20.0 80.0 20.0 80.0 1.00
Total 0.46 0.23 100 0.43 0.22 100 0.83 Wilcoxon IC95%
Prueba de Wilcoxon IC 95% Prueba de Wilcoxon IC 95%

Tabla 4. Media de grupos de alimentos consumidos por indicador talla-edad, diversidad alimentaria, alimentos saludables y no saludables.
Media Primera Medición Media Segunda Medición
Riesgo Riesgo
Talla p- Baja p-
Adecuada de baja Total Adecuada de Baja Total
Baja valor Talla valor
talla talla
Diversidad
3.4 3.3 4.0 3.4 0.58 3.6 4.1 2.5 3.8 0.12
alimentaria
No recomendables 2.0 2.4 3.0 2.4 0.57 2.6 2.9 1.0 2.6 0.001
Nivel individual, valor máximo 9; No saludables, valor máximo posible 6
*ANOVA de un factor p<0.05

Encontrando una proporción de 10% de niños con talla
baja, en nuestro trabajo se halló también la presencia de
sobrepeso y obesidad26 que, juntos, acumularon un 25%,
notándose así la doble carga de malnutrición.
La desnutrición y la obesidad son condiciones con
grandes comorbilidades asociadas. Por un lado, las
infecciones empeoran la desnutrición y esta aumenta la
gravedad de las enfermedades infecciosas; y por el otro,
la obesidad es considerada un factor de riesgo para el
desarrollo de enfermedades crónico-degenerativas.27, 28
No obstante, al interior de los hogares, ambas condiciones
tienen como componente común la dieta y los hábitos de
alimentación. En el análisis por grupo de alimentos, los
tres más consumidos fueron el de "Cereales" (100%),
"Leguminosas" (80%) y "Otras frutas y verduras" (65%);
mientras que el de “Verduras de hoja verde obscura”
y “Frutas y verduras ricas en vitamina A” fueron los
grupos menos consumidos, junto con los de aporte
proteico. Actualmente la OMS considera la deficiencia
de vitamina A como un grave problema de salud pública,
ya que este micronutriente juega un rol preponderante
en la función inmune y en el metabolismo del hierro,
además de prevenir complicaciones oculares como la
xeroftalmía y la ceguera nocturna. Aunque en México la
deficiencia de esta vitamina ha mostrado una reducción
en su prevalencia, debido posiblemente a las campañas
nacionales de suplementación con mega dosis de
vitamina A, no deja de ser un problema de salud que debe
atenderse, sobre todo en la población infantil.29 En este
sentido, una dieta diversificada que incluya el consumo
de frutas y verduras ricas vitamina A puede constituir un
factor protector. Por ejemplo, un estudio llevado a cabo
en Etiopía, donde se evaluó la diversidad alimentaria
mediante un recordatorio de 24 horas, reveló que tan
solo el 2.49% (n=764) de los niños en edad escolar había
consumido algún alimento de este grupo; posteriormente,
al evaluar la presencia de micronutrientes en sangre, se
pudo evidenciar una elevada prevalencia de deficiencia de
vitamina A (29.3%).30

5
Gaceta Hidalguense de Investigación en Salud / vol. 7, No. 2, octubre-diciembre de 2019
Artículo original
Respecto a los grupos con aporte proteico, las
proporciones de niños que no los consumieron se
encontraron por arriba del 60%. En algunos grupos el no
consumo fue mucho más alto, como el de “Carne, pescados
y mariscos”, con 70%, y el de “Huevo”, con 85%. Por
su parte, el grupo de “Leche y productos lácteos” no fue
consumido por el 60%. En cuanto al grupo “Vísceras”
nuestro estudio reportó que, a pesar de su bajo costo, no
fue consumido. Cabe señalar que este último grupo fue
incluido en el puntaje diversidad porque es representativo
de la ingesta proteica para grupos vulnerables.8
Los alimentos de origen animal (AOA) proveen al
organismo de proteínas de alto valor biológico y de micro
nutrimentos como el hierro, el zinc y las vitaminas, entre
ellas la B12. Es por ello que su consumo deficiente ha
sido asociado con deficiencias de estos nutrientes y
con problemas del desarrollo físico, con el deterioro
cognitivo y con la alta mortalidad y morbilidad durante
el ciclo de vida.31 Así lo demostró Herrador, et al32
en un estudio en el que encontró que una dieta rica en
frutas y verduras, además del consumo de cualquier
carne o pescado (consumo medido 24 horas previas a la
aplicación de un cuestionario para evaluar DA), se asoció
con una menor prevalencia de malnutrición crónica en
niños de entre 4-15 años. Asimismo, el estudio mostró
que el consumo de cualquier alimento de origen animal
tuvo una asociación negativa significativa con retraso en
el crecimiento; señalando además que en la población
rural el consumo de este grupo de alimentos fue bajo
18.1% (n=711).
Del consumo de grupos no recomendables, en nuestro
trabajo fue el de “Bebidas no lácteas endulzadas” el
grupo más consumido (95% de niños), donde el café
con azúcar o piloncillo fue la bebida más frecuente.
El segundo grupo más consumido fue “Cereales
dulces” (80% medición basal). Cabe mencionar que la
combinación de un bajo consumo de grupos saludables
y tradicionales con el aumento o la simple presencia
de consumo de alimentos procesados ha sido objeto de
estudio, ya que de acuerdo con la FAO, en los últimos
decenios en todo el mundo se ha observado un aumento
paralelo y más rápido del consumo de alimentos con alto
grado de elaboración, como las bebidas azucaradas y
la carne procesada, junto al consumo de alimentos más
nutritivos, como frutas, hortalizas, granos integrales y
mariscos.33 Al respecto, resulta importante señalar que
en estos cambios de alimentación, la accesibilidad, el
bajo precio y la popularidad de alimentos procesados y
ultra procesados, han sido pieza clave para su expansión.
Esta “transición nutricional” se observa especialmente
en los países de ingresos bajos y medianos, donde no se
han producido mejoras generales en términos de hábitos
alimentarios más sanos. En nuestra investigación destaca
la disminución del promedio de grupos de alimentos no
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Gaceta Hidalguense de Investigación en Salud / vol. 7, No. 2, octubre-diciembre de 2019
recomendables en los niños con baja talla en la segunda
medición (de 3 a 1 grupo) (p=0.001).
La DP fue constituida por 4 diadas madre-hijo. Una
obtuvo una DA alta, un bajo consumo de grupos no
recomendables para su consumo y un riesgo de talla
baja para la edad. Las otras tres diadas fueron niños
reportados con talla e IMC adecuados y un bajo consumo
de alimentos no recomendables, con quienes se trabajó
en los talleres junto con las demás familias. Como se
menciona en la introducción, la DP tiene como objetivo
identificar a las personas con ventajas nutricionales que, a
pesar de vivir bajo las mismas condiciones desfavorables
y ambientales que los demás pobladores, adoptan
comportamientos alimentarios diferentes (patrones y
hábitos de alimentación, elección de alimentos especiales
y nuevas formas de aprovechar los recursos disponibles)
que resultan ser más eficaces y que culturalmente son
accesibles y aceptables dentro de su comunidad. El
ambiente de nuestro sitio de estudio, Xochiatipan, está
descrito como desfavorable dados los bajos salarios, la alta
migración y una escasa red carretera interna. Se encuentra
a 3 horas a pie (forma habitual de traslado) de la cabecera
municipal.25 En nuestra investigación, la DP identificó
las siguientes practicas adecuadas: 1. Inclusión del
grupo de “frutas y verduras ricas en vitamina A” (15.0%),
2. Combinación de cereales con leguminosas, y 3. No
consumo de embutidos (80%) ni de bebidas no lácteas
endulzadas (5%).
Uno de los resultados que destaca después de la
intervención fue la proporción de niños clasificados con
DA alta, la cual aumentó de 5% a 30% (p=0.09); y aunque
la media de consumo de grupos se mantuvo similar (3.4
y 3.6 final), el rango aumentó de 5 grupos (el máximo
reportado en toda la muestra) a 7. De forma similar, el
valor medio del puntaje Z de talla para la edad tuvo un
cambio positivo al pasar de -1.35 a -1.12, valores de
normalidad (p=005). Por categorías, mientras que la talla
adecuada aumentó su proporción de 25 a 35%, el riesgo
de baja talla pasó de 65 a 55%. Respecto a la evaluación
(antes y después de la intervención) del número de grupos
consumidos de acuerdo al estado antropométrico del
niño no se encontraron diferencias significativas entre
las categorías de la medición basal (p<0.58) y final.
Sin embargo, en la categoría de riesgo de talla baja, el
promedio de consumo de grupos pasó de 3.3 a 4.1; cambio
que resulta importante porque un estudio realizado en
áreas con elevada prevalencia de desnutrición aguda
y severa en Nepal asoció el aumento de la diversidad
alimentaria por 1 grupo de alimento con el incremento de
0,09 cm en el indicador talla para la edad, considerándose
entonces como un fuerte predictor de baja talla.11
Respecto a los grupos no recomendables para su
consumo, de acuerdo con las mismas categorías del
Artículo original

indicador talla para la edad, solo se observaron diferencias Limitaciones

significativas en la última medición (p .001), donde
los niños con talla baja redujeron el consumo de estos
alimentos de 3 a 1 grupo.
Conclusiones
En los reportes de intervenciones basadas en desviación
positiva, generalmente se da evidencia de un amplio
rango de tasas de rehabilitación de desnutrición en los
programas y sitios de aplicación, con visibles mejoras
en los niños que participaron.18,19 En nuestro trabajo,
después de la intervención, se identificó un aumento de
5% a 30% de niños que pasó de DA media a DA alta, una
disminución del consumo de grupos no recomendables
en niños de baja talla (de 3 a 1 grupo), así como un
cambio de la proporción de niños que pasó de riesgo de
baja talla a talla adecuada (25 a 35%). De acuerdo con lo
observado, estos cambios parecen motivar a las madres
y a los voluntarios a continuar con intervenciones de DP.
La disponibilidad de los alimentos del campo puede variar
en función del ciclo agrícola estacional, por lo que la DA
pudo verse modificada. Así también, los R24, a través de
los cuáles se obtuvo la DA, tienen entre sus desventajas
el depender de la memoria de la madre, lo que posibilita
sesgos. Otra barrera fue que los niños se encuentran en
constante crecimiento, razón por la cual sus indicadores
de crecimiento pudieron verse influenciados por alguna
enfermedad o por eventualidades familiares. Una última
limitación fue que no se midió el ingreso socioeconómico,
y es que a pesar de asumir que los niños comparten el
ambiente en general, existe siempre la posibilidad de
que algunas familias tuvieran un ingreso económico más
elevado y que, por lo mismo, tuvieran una mejor calidad
y cantidad de alimentos.

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