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Apicultura: Manejo, Nutrición,


Sanidad y Flora apícola
William Cetzal-Ix

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Caract erización de la act ividad apícola en los principales municipios product ores de miel en C…
William Cet zal-Ix

La apicult ura en Campeche: import ancia económica y ret os para increment ar su produycción
William Cet zal-Ix

LA APICULT URA EN CAMPECHE: IMPORTANCIA ECONÓMICA Y RET OS PARA INCREMENTAR SU PRODU…


Noel Gonzalez
PRÓLOGO

La apicultura tecnificada en México se remonta al año 1920, iniciando la


modernidad para 1950, con el manejo de cajas con cuadros móviles y las
primeras exportaciones de miel. Sin embargo, podemos señalar la gran
tradición en el manejo de abejas nativas americanas que existía en México,
principalmente de los géneros Trigona y Melipona, de esté ultimo la región
de la Península de Yucatán, el cual tuvo un gran desarrollo en el cuidado
de la especie M. beecheii, por los antiguos Mayas, quienes consideraban a
las abejas deidades, por haber sido dejadas para su cuidado por sus
dioses.
Actualmente, la zona de mayor producción de miel en México, se ubica
en la península de Yucatán (Campeche, Yucatán y Quintana Roo) a pesar
de los diversos factores que han afectado el desarrollo, como lo fue el
proceso de africanización, que demandó a los apicultores una mayor
atención a sus colmenas. Aunado a esto, otro factor de riesgo que
disminuye la producción apícola es el ácaro Varroa destructor, del cual los
productores desconocían la biología y los tratamientos para su control, trajo
consigo la pérdida de muchas colonias de abejas. En abril del 2015, se
detectó por primera vez, en territorio campechano, el pequeño escarabajo
de la colmena, el cual ha creado inquietud entre los apicultores del estado,
por desconocer como lo deben de manejar para evitar el daño a sus
colmenas, debido a las noticias de la afectación que esté ha causado en los
Estados Unidos.
Cabe resaltar que esto no ha ocurrido, ya que las abejas que se
manejan en la región, hasta ahora presentan una conducta de limpieza y
remoción de los desperdicios del interior de la colmena, lo que
probablemente evita la reproducción del escarabajo dentro de la misma.
Además, la práctica de la apicultura en el estado de Campeche se ha
caracterizado por ser sedentaria en casi todo el territorio y que los
conocimientos sobre manejo y cuidado de las abejas se trasmitan de
generación en generación (el apicultor más antiguo enseña a los jóvenes).
Por lo antes mencionado, el presente libro constituye el primer esfuerzo
de investigadores de diversas disciplinas e instituciones educativas en el
estado de Campeche, para elaborar un documento formal, que proporcione
las bases para un buen manejo de las colonias de abejas en la región de la
península de Yucatán, para lo cual, se realizó una extensa revisión
bibliográfica enriquecida por experiencias propias adquiridas en el campo
durante más de 18 años de trabajos con los apicultores de la Península de
Yucatán, y a nivel nacional con la Organización Nacional de Apicultores
(ONA). Cabe mencionar que este libro servirá como documento soporte
para los alumnos que cursen la unidad de aprendizaje (Apicultura), desde
el nivel bachillerato hasta la licenciatura, en el estado o la Península de
Yucatán.

Lic. Gerardo Montero Pérez


Lic. Gerardo Montero Pérez
Rector, Universidad Autónoma de Campeche

Mtro. Fernando Medina Blum


Secretario General, Universidad Autónoma de Campeche

Ing. Mario Pérez Cervera


Director General de Planeación y Calidad, Universidad Autónoma de
Campeche

Lic. Manuel Sarmiento Morales


Coordinador General de Asesores, Universidad Autónoma de Campeche

Dr. Benjamín Otto Ortega Morales


Director General de Estudios de Posgrado e Investigación,
Universidad Autónoma de Campeche
Como citar:

Martínez-Pérez de Ayala L. R., Martínez-Puc J. F. y Cetzal-Ix W. R. (2017),


Apicultura: Manejo, Nutrición, Sanidad y Flora Apícola, Universidad
Autónoma de Campeche, Campeche. 112 p.

Arbitraje: Realizado por tres revisores anónimos, dos especialistas en


apicultura y uno especialista del área de la Salud y perteneciente al
Sistema Nacional de investigadores, nivel II.

© 2017 Universidad Autónoma de Campeche.


Av. Agustín Melgar s/n entre calle 20 y Juan de la Barrera.
Col. Buenavista. San Francisco de Campeche, 24039,
Campeche, México
http://www.uacam.mx/

Primera edición 2017

ISBN 978-607-8444-32-8
D.R. Todos los derechos reservados conforme a la ley.
AU T ORES

Clarissa Canul-Heredia
Tecnológico Nacional de México, Instituto Tecnológico de Chiná, Calle 11
entre 22 y 28, Colonia Centro Chiná 24050, Campeche, México.

Donají Zúñiga-Díaz
Tecnológico Nacional de México, Instituto Tecnológico de Chiná, Calle 11
entre 22 y 28, Colonia Centro Chiná 24050, Campeche, México.

Eliana Noguera-Savelli
Catedrática CONACYT, Colegio de Postgraduados Campus Campeche.
Carretera Haltunchén-Edzná Km. 17.5, Sichochac, Champotón, Campeche.
C.P. 24450.

Gustavo D. García-Juárez
Tecnológico Nacional de México, Instituto Tecnológico de Chiná, Calle 11
entre 22 y 28, Colonia Centro Chiná 24050, Campeche, México.

Jesús F. Martínez-Puc
Tecnológico Nacional de México, Instituto Tecnológico de Chiná, Calle 11
entre 22 y 28, Colonia Centro Chiná 24050, Campeche, México.

Julissa Rosado Carrasco


Tecnológico Nacional de México, Instituto Tecnológico de Chiná, Calle 11
entre 22 y 28, Colonia Centro Chiná 24050, Campeche, México.

Luis R. Martínez-Pérez de Ayala


Dirección General de Estudios de Posgrado e Investigación, Universidad
Autónoma de Campeche.

Manuel J. Cuevas
Tecnológico Nacional de México, Instituto Tecnológico de Chiná, Calle 11
entre 22 y 28, Colonia Centro Chiná 24050, Campeche, México.

Maria I. Nah-Naal
Tecnológico Nacional de México, Instituto Tecnológico de Chiná, Calle 11
entre 22 y 28, Colonia Centro Chiná 24050, Campeche, México.
Marisela Leal-Hernández
CENID Microbiología Animal INIFAP, Cuajimalpa, Ciudad de México.

Milca E. Coh-Martínez
Tecnológico Nacional de México, Instituto Tecnológico de Chiná, Calle 11
entre 22 y 28, Colonia Centro Chiná 24050, Campeche, México.

Noel A. González-Valdivia
Tecnológico Nacional de México, Instituto Tecnológico de Chiná, Calle 11
entre 22 y 28, Colonia Centro Chiná 24050, Campeche, México.

Wilbert S. Poot-Pool
Tecnológico Nacional de México, Instituto Tecnológico de Chiná, Calle 11
entre 22 y 28, Colonia Centro Chiná 24050, Campeche, México.

William Cetzal-Ix
Tecnológico Nacional de México, Instituto Tecnológico de Chiná, Calle 11
entre 22 y 28, Colonia Centro Chiná 24050, Campeche, México.
CON T EN I DO

Antecedentes e historia de la apicultura …………………………... 8


L.R. Martínez-Pérez de Ayala, J.F. Martínez-Puc

Biología de la abeja ……………………………………………………. 17


J.F. Martínez-Puc, L.R. Martínez-Pérez de Ayala

Productos de la colmena ……………………………………………... 30


L.R. Martínez-Pérez de Ayala, J.F. Martínez-Puc, W. Cetzal-Ix, N.A.
González-Valdivia

Manejo de la colmena …………………………………………………. 45


J.F. Martínez-Puc, L.R. Martínez-Pérez de Ayala, W. Cetzal-Ix

Nutrición de la colmena ………………………………………………. 60


L.R. Martínez-Pérez de Ayala, J.F. Martínez-Puc, W. Cetzal-Ix

Sanidad de la colmena ………………………………………………… 67


J.F. Martínez-Puc, L.R. Martínez-Pérez de Ayala, W. Cetzal-Ix, M.
Leal-Hernández

Multiusos de plantas melíferas: una alternativa económica


para los productores de Campeche, México ……………………… 90
M.E. Coh-Martínez, W. Cetzal-Ix, D. Zúñiga-Díaz, W.S. Poot-Pool,
E. Noguera-Savelli, J.F. Martínez-Puc, M.J. cuevas

Importancia del rescate y la conservación de la


meliponicultura en la Península de Yucatán, México .……...…… 104
C. Canul-Heredia, M.I. Nah-Naal, J. Rosado-Carrasco, J.F.
Martínez-Puc, W. Cetzal-Ix, G.D. García-Juárez
Ant e c e de nt e s e hist oria de la a pic ult ura

Luis R. Martínez-Pérez de Ayala, Jesús F. Martínez-Puc

Existencia de las abejas en la tierra

El hallazgo más antiguo de los orígenes de las abejas en la tierra,


pertenece a una abeja obrera encontrada atrapada en ámbar de la era
Mesozoica en New Jersey, hace 65 millones de años, clasificada
taxonómicamente como Trigona prisca (Michener y Grimaldi 1988).
Estudios posteriores efectuados por Engel en el 2000, la reclasifica en un
nuevo género y misma especie Cretotrigona prisca, por presentar pelos
cortos y puntiagudos en el rastrerum, así como, pelos simples en la tibia
media y sin pelos simples en la corbícula.
“… La abeja melífera apareció en Europa por primera vez, en el eoceno
hace 53 millones de años (Ma), en presencia de su precursora Electrapis
sp. …”. Posteriormente, en el mioceno con Sinapis 26 Ma (sic) y, finalmente
tras la presión de cambios climáticos del pleistoceno-plioceno, dio lugar a la
abeja Apis mellifera (siete Ma), que es la mayor conocida actualmente
(Engel 2010, Michener y Grimaldi 1988).
Una de las evidencias más antiguas de la apicultura se encuentra en un
jeroglífico grabado sobre la tumba de Abysos, en Egipto en el año 5,510 a.
C., donde se ilustra una abeja. Otro ejemplo de la importancia de las abejas
en la antigüedad se encuentra en el templo de Sun en Abusir, construido
alrededor de 2,600 años a. C., donde existen bajorrelieves que ilustran la
extracción de miel por medio del prensado. Por otro lado, se han observado
inscripciones Hititas del año 1,300 a. C. que describen un sistema de
apicultura organizado con un código de leyes y multas para los ladrones de
colmenas, lo cual sugiere una apicultura antigua (Philippe 2008).

L.R. Martínez Pérez de Ayala ()


Dirección General de Estudios de Posgrado e Investigación, Universidad Autónoma
de Campeche.
Email: lrmartin@uacam.mx

J.F. Martínez-Puc
Tecnológico Nacional de México, Instituto Tecnológico de Chiná, Calle 11 entre 22 y
28, Colonia Centro Chiná 24050, Campeche, México.

Universidad Autónoma de Campeche, Campeche. 2017


Martínez-Pérez de Ayala L. R., Martínez-Puc J. F. y Cetzal-Ix W. R. (Eds.), Apicultura: Manejo,
Nutrición, Sanidad y Flora Apícola.
8
Colmenas en la antigüedad

Investigaciones arqueológicas han demostrado que en el año 2,400 a. C.


en la Isla de Creta, Italia, la abeja Apis mellifera ya estaba domesticada,
utilizando para ello colmenas de tierra cocida para alojarla. En el norte de
Europa, para el año 100 a. C., se utilizaban colmenas de paja en forma de
cestos o varas trenzadas, las cuales se cubrían de barro (Figura 1).
Al inicio de la era cristiana, en la región mediterránea, las colmenas eran
construidas de la corteza del tronco del alcornoque (Corcho). Para el año
27 a. C., Varrin describe una colmena hecha de bambú la cual era
extensible y de estructuras móviles. Los modelos antes descritos fueron los
precursores de la colmena de madera de cuadros móviles creada por
Langstroth en 1851 (Philippe 2008).

Apicultura en México

El cuidado y el aprovechamiento de productos de las abejas en México, se


remonta a épocas prehispánicas, donde las diferentes culturas existentes:
la Maya, la Tarasca, Lacandona, Olmeca y Populuca cultivaban a las
abejas nativas sin aguijón (Meliponinos), con fines alimenticios, medicinales
y religiosos (Echazarreta et al. 2002). Su mayor desarrollo lo alcanzó
durante el siglo IV D. C. cuando la cultura Maya logró cultivar las diversas
especies de los géneros Trigona y Melipona, teniendo una importancia
particular la especie M. beecheii. Estas dos especies eran mantenidas en
troncos huecos y móviles llamados jobones (Figura 1), dispuestos uno
sobre otro en forma triangular y protegidos con un techo de hoja de palma
(Figura 2) (Coronado 1996).
Las abejas del género Apis fueron introducidas a la Nueva España entre
1760 y 1770, provenientes de Florida, Estados Unidos, pasando por la isla
de Cuba, entrando por la parte central del altiplano (Coronado 1996). A la
región de la Península de Yucatán, México se introdujo a fines del siglo XIX
(Villanueva-Gutiérrez 1994) y principios del siglo XX, denominándosele
abeja americana por proceder de los Estados Unidos, a pesar de su origen
Europeo (Calkins 1975). La diferencia entre las fechas de introducción a
México con respecto a la Península de Yucatán, se debió principalmente al
gran desarrollo y arraigo que presentaba la meliponicultura en la región y
aunado a la resistencia de los indígenas en aceptar una abeja que
aguijoneara (Villanueva-Gutiérrez y Colli-Ucan 1996).
La apicultura tecnificada se inició en 1920, basándose principalmente en
el uso de cubos de madera, marcos móviles, cera estampada, técnicas de
manejo estacional, industrialización de los productos de la colmena, así
como, la introducción de otras subespecies de abejas más productivas, lo
cual volvió más rentable está actividad (Coronado 1996). Por otro parte, la

9
apicultura moderna se desarrolló a partir de las primeras exportaciones de
miel alrededor de 1950, para estas fechas se establecieron dos regiones
productivas en México, una en el altiplano donde se instaló la empresa Miel
Carlota y la otra en la Península de Yucatán con la empresa Miel Yucatán,
S.A., aunado a otras empresas familiares (Echazarreta et al. 2002) (Figura
3).

Figura 1. Colmenas tradicionales y Jobón. A-B. Colmenas tradicionales. C.


Jobón de la abeja Melipona beecheii. Foto: A-B. W. Cetzal-Ix. C. F.
Martínez-Puc.

10
Figura 2. Meliponario protegido con techo de hoja de la palma de huano.
Foto: G. Catzin Ventura.

Figura 3. Apiario tradicional en la Península de Yucatán, México. Foto: C.


Canul Hernández.

11
Los apicultores en México pertenecen a diversas asociaciones de
apicultura. Sin embargo, una de las más conocidas en el país es la
Organización Nacional de Apicultores (ONA). No obstante, los productores
especializados se han integrado en agrupaciones como La Unión Nacional
de Polinizadores y Productores Migratorios A.C., La Asociación Nacional de
Exportadores de Miel de Abeja (ANEMA) y La Unión Nacional de
Envasadores de Miel de Abeja Mexicana A.C., El Consejo Regulador de la
Miel de Abeja y La Asociación Nacional de Médicos Veterinarios
Especialistas en Abejas (Cajero Avelar 1999).

Geografía de la apicultura mexicana

México posee una gran diversidad de climas y tipos de vegetación, lo que


influye en la composición de flora que posee recursos nectapoliníferos. En
este sentido, el país se divide en cinco regiones apícolas con diferente
grado de desarrollo y variedad de tipos de mieles en cuanto a sus
características fisicoquímicas (humedad, contenido de azúcar) y
organolépticas (color, aroma y sabor). Estas cinco regiones se localizan en
el Norte, Centro y Altiplano, Pacífico, Golfo y la Península de Yucatán
(Figura 4).

Norte

Esta región se caracteriza por presentar una vegetación xerófila y con


amplias zonas de pastizales, bosques espinosos y de coníferas. Asimismo,
incluye zonas agrícolas de riego destinadas a productos de exportación, lo
que ha facilitado el desarrollo de la polinización con abejas. La producción
de miel de esta región se considera de excelente calidad y se produce de
marzo a mayo y de agosto a octubre (Echazarreta et al. 2002).

Centro y Altiplano

Esta región posee vegetación variada, aunque, predomina el matorral


xerófilo, bosque espinoso, pastizal y bosque de coníferas. Además, incluye
zonas con bosque subtropical y zonas agrícolas. La producción de miel de
esta región es considerada de excelente calidad y clasificada de color
ámbar clara, su producción se realiza de abril a mayo y de septiembre a
noviembre. La producción de miel es demandada en muchos países por la
suavidad de su sabor (Echazarreta et al. 2002).

12
Pacífico

Esta se región se caracteriza principalmente por poseer bosque tropical


caducifolio y subcaducifolio, además de zonas con bosques espinosos y de
coníferas. El periodo de floración y de producción de miel más importante
para esta región se lleva a cabo de octubre a diciembre (Echazarreta et al.
2002).

Golfo

Esta región ser caracteriza por poseer bosque tropical perennifolio y


bosque tropical caducifolio. Además, incluye extensas zonas de cultivos de
cítricos, lo que permite la producción de miel de azahar, la cual es
considerada de excelente calidad (Echazarreta et al. 2002).

Península de Yucatán

Esta región se caracteriza por la dominancia de selvas tropicales


caducifolios, subcaducifolios y perennifolias, con periodos de floración que
van de noviembre a julio. En la península de Yucatán se concentra el
mayor número de apiarios en el país, motivo por el cual su participación en
la producción del total nacional equivale al 30 o 35%. La miel de esta región
se destina principalmente a exportación (Echazarreta et al. 2002).

Figura 4. Regiones apícolas en México. Modificado de Echazarreta et al.


(2002).

13
Relevancia socioeconómica de la apicultura en México

En México la apicultura es realizada por aproximadamente entre 41,000


(2008) y 45,000 (2017) productores, los cuales tienen alrededor de
2,000,000 colmenas distribuidas en pequeños apiarios de entre 20 y 30
colonias cada uno, mismos que se encuentran dispersos en todos los
estados del país (SIAP 2017).
El apicultor en el país se clasifica en dos grandes grupos: el primero
conformado por el 95% de los productores que son campesinos de bajos
recursos, en su mayoría indígenas y quienes representan el 80% del
inventario apícola del país. La tecnología utilizada por este grupo de
apicultores es limitada, por lo tanto, les representa una actividad secundaria
que se realiza con otras actividades del campo, como la agricultura de
autoconsumo. Lo anterior impide que una considerable cantidad de divisas
que ingresan al país por la venta de la miel sean destinados a la economía
familiar de estos grupos de productores rurales.
El segundo grupo lo conforman apicultores medianos y empresarios
completamente integrados a la producción de miel, quienes cuentan con
tecnología moderna, lo que representa su principal actividad económica a
través de la apicultura y la comercialización de los productos de la colmena,
(Echazarreta et al. 2002).

Tecnificación de la producción

De acuerdo a Echazarreta et al. (2002), los diferentes esquemas bajo los


cuales los apicultores llevan a cabo sus actividades se pueden englobar en
tres niveles de tecnificación.

Tecnificado

Los apicultores de este grupo incorporan a la actividad apícola equipos


modernos o innovaciones para incrementar la producción de miel acorde a
condiciones medioambientales de su región. Por ejemplo, productores que
realizan la apicultura diversificada practican el movimiento de los apiarios
en diversos tipos de vegetación para obtener mejor calidad de néctar a
través de la abundante floración, lo que le permite tener mayores
rendimientos de miel al año. Las explotaciones de este tipo se realizan en
todas las entidades, pero usualmente se llevan a cabo en el centro y norte
del país, donde los productores obtienen en promedio de producción de
miel por colmena entre 60 y 70 kg (Echazarreta et al. 2002).

14
Semitecnificado

Los apicultores de este grupo presentan diferentes grados de tecnificación,


sus niveles de producción son menores y generalmente poseen entre 60 y
100 colmenas. Estos productores en su mayoría venden su miel a
empresas nacionales que posteriormente lo comercializan y exportan al
extranjero (Echazarreta et al. 2002).

Tradicional

Los apicultores de este grupo se ve en todo el país, cuentan entre 10 y 60


colmenas, y practican la apicultura como actividad complementaria a otras
labores, motivo por el cual comúnmente no incorporan tecnología, los
niveles de producción son bajos, promediando entre 25 y 30 kilogramos de
miel por colmena por año (Echazarreta et al. 2002).

Problemática de la apicultura en México

La problemática en el sistema de producción apícola en México, es la


presencia de la abeja africanizada en territorio nacional en 1986; y
posteriormente en 1992 la detección del ácaro Varroa destructor, debido a
que no es posible su erradicación de ninguno de ellos en el país. El
gobierno y los apicultores tomaron acciones para minimizar los efectos
adversos de estas especies en la apicultura mexicana. Esto trajo consigo el
incremento de los costos de producción, por la adquisición de equipo de
protección para contrarrestar la alta defensividad de esta especie de abeja,
aunado al cambio de abejas reinas con características genéticas deseables
en forma anual.
Por otra parte, la presencia de la varroosis favoreció una mayor
presencia de enfermedades en la colmena, acompañado que los
apicultores en su afán de controlarlo, recurrieron al uso indiscriminado de
productos de procedencia dudosa o remedios caseros; incluso
acompañado del uso de medicamentos o hasta el empleo de sustancias
prohibidas por su alta toxicidad, todo esto se reflejó en la contaminación de
la miel por antibióticos, principalmente el asuntol entre otros productos, lo
que pone en riesgo la comercialización en el extranjero y aún peor en la
salud de quienes consuman estos productos (Cajero Avelar 1999).
A pesar de lo anterior, la producción de miel en México en los últimos
cuatro años ha superado las 56 mil 300 toneladas aproximadamente, de las
cuales han sido exportadas un promedio de 26 mil 606 toneladas,
representando de un 40 a un 50% de la producción nacional. Los
principales países consumidores de la miel mexicana son Alemania,
Inglaterra y los Estados Unidos, los cuales generan ingresos anuales de

15
aproximadamente 32.4 millones de dólares, se confirma con esto que la
apicultura es la actividad pecuaria que más divisas trae al país (SENASICA
2004).

Referencias

Cajero-Avelar S. 1999. Situación Actual de la Apicultura Mexicana y sus


Perspectivas. In: Echazarreta C, Arellano-Rodríguez, JA (eds.),
Memorias del Primer Foro de Proyectos Integrales: Sistema Producto
Miel, CONACYT-UADY, Mérida. pp. 20–28.
Calkins CF. 1975. Introducción de la abeja Apis mellifera a la Península de
Yucatán. Apicultura en México 5: 13–17.
Coronado E. 1996. Historia de la Apicultura en México. Apitec 1: 8–9.
Echazarreta GC, Arellano RA, Pech MC. 2002. Apicultura en Mesoamérica.
Ediciones de la Universidad Autónoma de Yucatán, Mérida. 72 p.
Engel M. 2000. A new interpretation of the oldest fossil bee (Hymenoptera:
Apidae). American Museum Novitates. 3296: 1–11.
Michener CD, Grimaldi DA. 1988. A Trigona from Late Cretaceous amber of
New Jersey. American Museum Novitates 2917:1-10
Philippe JM. 2008. Guía del Apicultor. Mundi-Prensa, España. 376 p.
SENASICA. 2004. Manual de Buenas Prácticas de Producción de Miel.
Programa de Inocuidad Alimentaria. SAGARPA. Recuperado de:
www.senasica.sagarpa.gob.mx /miel/mbpp.pdf
SIAP [Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera] 2017. Abejas,
población apícola 2006 – 2015. Colmenas. Recuperado de:
https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/165992/abeja.pdf
Villamar ME. 1996. Cría y explotación de meliponinos (Scaptotrigona
mexicana) en la sierra norte de Puebla. 3er. Congreso Internacional de
actualización apícola, Asociación Nacional de Médicos Veterinarios
especialistas en abejas A.C. México D.F.
Villanueva GR. 1994. Nectar sources of European and Africanized honey
bees (Apis mellifera L.) in the Yucatán Peninsula, Mexico. Journal of
Apicultural Research 33: 44–58.
Villanueva GR, Collí-Ucan W. 1996. La apicultura en la Península de
Yucatán, México y sus perspectivas. Folia Entomológica Mexicana 97:
55–70.

16
Biología de la a be ja

Jesús F. Martínez-Puc, Luis R. Martínez-Pérez de Ayala

Insectos sociales

De los grupos de abejas existentes en el mundo, únicamente los


meliponinos y las especies del género Apis son consideradas altamente
sociales, debido a que viven en colonias perennes con dos tipos de castas
(reinas y obreras), mismas que presentan una división de labores dentro de
la colmena, siendo ésta de forma cooperativista. Además, conviven con
más de una generación simultáneamente (Jaramillo-Monroy et al. 1992).
A diferencia del género Apis que es considerado cosmopolita, los
meliponinos se encuentran restringidos a las zonas tropicales y
subtropicales del mundo (Ayala et al. 1993, 1996). Este grupo de abejas
son un importante componente de la comunidad de polinizadores de las
selvas tropicales (Vergara et al. 1994).

Ubicación taxonómica

Actualmente existen aproximadamente 20,000 especies de abejas


distribuidas a nivel mundial (Michener 2007). Las abejas melíferas se
clasifican en el Reino Animal, Phylum Arthropoda, Clase Insecta, Subclase
Pterygota, División Endopterygota, Orden Hymenoptera, Suborden
Apoidea, Familia Apidae, Género Apis y Especie mellifera (Figura 1)
(Coronado y Márquez 1986).
Es importante destacar que en la Península de Yucatán se cuenta con la
presencia de la abeja africanizada, que es el producto de la cruza de la
abeja europea y la abeja africana.

J.F. Martínez-Puc ()


Tecnológico Nacional de México, Instituto Tecnológico de Chiná, Calle 11 entre 22 y
28, Colonia Centro Chiná 24050, Campeche, México.
Email: froyitovarroo@hotmail.com

L.R. Martínez-Pérez de Ayala,


Dirección General de Estudios de Posgrado e Investigación, Universidad Autónoma
de Campeche.

Universidad Autónoma de Campeche, Campeche. 2017


Martínez-Pérez de Ayala L. R., Martínez-Puc J. F. y Cetzal-Ix W. R. (Eds.), Apicultura: Manejo,
Nutrición, Sanidad y Flora Apícola.
17
Figura 1. Relaciones taxonómicas dentro la familia Apidae. Redibujado de
Graham (1992).

En 1956 un grupo de investigadores brasileños importaron del


continente africano abejas reinas de Apis mellifera scutellata con la
intención de mejorar la producción de apiarios, hasta entonces formados
por colonias de abejas europeas por medio de un programa de
mejoramiento genético (Kerr 1967). Las abejas de origen africano (Figura
2) se sometieron a un proceso de selección, pero ese mismo año
escaparon de manera accidental iniciando el proceso de africanización
(Camazine & Morse 1998).

18
Figura 2. Distribución de algunas especies de abejas melíferas en el
Continente Europeo y Africano. Tomado de Fletcher (1991).

Origen y dispersión de la abeja africanizada por el continente


Americano

La abeja africanizada es el resultado del cruzamiento de la subespecie del


continente Africano, A. mellifera scutellata y de subespecies de razas
europeas, como: A. m. melifera, A. m. ligustica, A. m. caucásica y A. m.
carnica (Winston 1987). Las abejas africanas fueron introducidas a Brasil,
en 1956 como parte de un programa de cría de abejas, para obtener una
abeja mejor adaptada a las condiciones tropicales e incrementar la
producción de miel, considerando que una abeja adaptada a las
condiciones tropicales de África podría sobrevivir y desarrollarse en forma

19
más adecuada que las razas europeas en las regiones tropicales de
Sudamérica (Kerr 1967).
Desafortunadamente, un año después, 26 de estas colonias
experimentales, escaparon accidentalmente (Kerr 1967), las cuales
hibridaron con la población de abejas de origen europeo, iniciando así el
proceso de africanización (Echazarreta et al. 1997). El avance de la abeja
africanizada en América del Sur se vio limitado en regiones con bajas
temperaturas y hacia el Sur su avance se limitó por la barrera climática de
Argentina y al Oeste por la barrera física y climática de la cordillera de los
Andes (Kerr et al. 1982), desplazándose a una velocidad de 300 a 500
km/año (Winston 1992). La abeja africanizada se registró en 1974 en la
Guayana Francesa, en Paraguay en 1965, en Bolivia en 1967, en Argentina
en 1969, en Uruguay en 1971, en Venezuela y Perú en 1977, en 1978 en
Colombia (Crane 1990). La población de abejas africanizadas avanzó a
América Central ingresando a Panamá en 1982 y a Costa Rica en 1983
(Buchman 1982). En 1985 ingresó al Sur de Honduras y a la región Oriental
de El Salvador (Winston 1987, Crane 1990), a Guatemala en 1985 (Fierro
et al. 1987, Crane 1990).
En México, la abeja africanizada se reportó por primera vez en 1986, en
la frontera Sur del estado de Chiapas (Fierro et al. 1987, Crane 1990). En
Yucatán, los primeros enjambres africanizados se detectaron en la parte
Sur del estado en 1987, para 1990 ya se encontraba distribuida en toda la
entidad (Quezada-Euan et al. 1996). May-Itzá (1995) demostró que a pesar
de que la abeja africanizada se encontraba distribuida en todo el estado,
únicamente 16 de cada 100 colonias establecidas en apiarios comerciales
se encontraban africanizados, asimismo, observó un gradiente de
africanización del sur-este del estado disminuyendo hacia el oriente con un
rango que va de 4 % hasta un 44 % de africanización por localidad, un
muestreo realizado durante 1992 demostró que el 40 % de los apiarios
comerciales se encontraban africanizados (Vivas 1995), ese mismo año, el
porcentaje de colonias en estado silvestre africanizados en el estado de
Yucatán fue de un 80 %, para 1993 el porcentaje de enjambres silvestres
africanizados aumentó a un 97 % (May-Itzá 1995).

El proceso de africanización

La liberación accidental de las abejas africanas en Brasil en 1956 fue la


consecuencia del inicio del proceso de africanización (Rinderer & Hellminch
1991). Sin embargo, una las principales causas del proceso de
africanización, se debe a que las reinas europeas generalmente son
fecundadas por zánganos africanizados manteniendo de esta manera dicho
genotipo. Se ha observado que existe una ventaja de los zánganos

20
africanos sobre su contraparte europea, ya que presentan un ancho y largo
en las alas anteriores y posteriores mayores a la de los zánganos
europeos, y un mayor número de hámulos, lo que proporciona una ventaja
en la competencia por las reinas vírgenes sobre los zánganos europeos
(Goncalves 1970).
Otro factor importante, es el parasitismo reproductivo social asociado a
las abejas africanizadas, ocurre cuando un enjambre de abejas
africanizadas incluyendo a la reina fecundada, invaden una colonia
europea, las abejas del enjambre eliminan a la reina de la colonia atacada,
por lo cual las abejas de la colonia tienen que aceptar a la reina
africanizada, al parecer las colonias sin reina son más atractivas para los
enjambres africanizados (Rinderer & Hellmich 1991). Existe una serie de
características desarrolladas por las abejas africanizadas debido al
ambiente extremo en el que evolucionaron lo que les proporcionó una serie
de ventajas sobre las abejas europeas en el continente americano. Las
colonias en estado silvestre de abejas de clima templado y clima tropical,
difieren principalmente en tres aspectos: tamaño del nido, cantidad de miel
almacenada y los lugares elegidos para la construcción de este (Winston et
al. 1983).
Las abejas europeas ocupan cavidades con un volumen mayor en
comparación con las abejas africanizadas (Seeley & Morse 1976, Seeley
1977). Las colonias africanizadas ocupan cavidades con un volumen
promedio de 22 litros y con áreas de panal de 8,000 cm2 (Winston et al.,
1983). Las colonias de abejas africanizadas se pueden encontrar en
lugares abiertos, particularmente en climas secos (Fletcher 1978). Las
colonias se pueden encontrar suspendidas en árboles, rocas, agrupadas en
alguna rama, alcantarillas o en neumáticos abandonados (Winston et al.
1983). Las abejas africanizadas pueden reaccionar frente a un intruso tres
veces más rápido que las abejas europeas y perseguir a sus agresores
hasta distancias superiores a un kilómetro y luego retornar a sus nidos
permaneciendo agitadas por varios días (Camazine & Morse 1988). El
comportamiento altamente defensivo puede haberse desarrollado en
respuesta a niveles más grandes de en sus sitios de origen (Schneider &
McNally 1992).

Anatomía y fisiología de la abeja melífera

El cuerpo de la abeja adulta se divide en tres secciones: cabeza, tórax y


abdomen (Figura 3). La cabeza se encuentra unida a la próxima división del
cuerpo, el tórax por un cuello fino y flexible. El tórax y la tercera sección del
tronco, o abdomen, se componen de una sucesión de anillos, llamados
segmentos. En la mayoría de los insectos el tórax se compone de tres

21
segmentos, pero en la abeja e insectos relacionados incluye cuatro
segmentos, que son el protorax, el mesotorax, el metatorax y el propodeo.
El propodeo de la abeja es el primer segmento de la mayoría de los demás
insectos.

Figura 3. Principales partes del cuerpo de la Apis mellifera. A. Cuerpo. B.


Cabeza. C. Ala anterior y posterior. D. Tercera pata. (Redibujado de Dade
1994).

La cabeza del insecto adulto posee los ojos, las antenas y los órganos
de la alimentación. La cabeza se compone de cuatro pares de apéndices,

22
estos son las antenas, las mandíbulas, las maxilas y el labio. En las abejas
los maxilares y el labio forman en conjunto la probóscide, un órgano que
facilita la alimentación con líquidos. La cabeza también tiene un par de
grandes ojos compuestos laterales y entre estos hay tres ojos simples
llamados ocelos. También tiene un par de antenas.
Las alas del insecto son chatas finas, prolongadas desde dos capas de
la pared del cuerpo y reforzadas por engrosamientos tubulares, llamados
nervaduras. Estos apéndices se insertan a los costados del mesotórax y el
metatórax.
El insecto posee tres pares de patas pero cada uno se divide en seis
partes principales o segmentos. El segmento básico de las patas es el
coxa, segundo segmento el trocánter, el tercero el fémur, el cuarto es la
tibia, el quinto el tarso y el ultimo es el pretarso.
La larva de la abeja tiene diez segmentos abdominales, pero en la abeja
adulta y otros himenópteros relacionados, el abdomen esta reducido a
nueve segmentos por la transferencia del primer segmento al tórax. Las
características externas de mayor interés en el abdomen es la presencia de
las glándulas de la cera, las glándulas de Nasanov y el aguijón.

Desarrollo de la abeja

El desarrollo ontogénico de las abejas es similar al de otros insectos con


metamorfosis completa. En la abeja obrera, el ciclo comienza con la
postura del huevo que tarda 3 días y 5 horas en emerger y pasar así al
estado larval o de “cría abierta”. Este periodo dura 6 días hasta que es
operculada la celda y pasa al tercer estadio de prepupa y pupa. Este
estadio dura 12 días, durante el cual va tomando forma la abeja hasta
emerger. El ciclo biológico de la abeja obrera desde que es ovipositado el
huevo hasta que emerge de la celda dura 21 días. Cada individuo pasa por
las etapas de huevo, larva, pupa y adulto (Figura 4). La larva es el estadio
de crecimiento, la pupa es el estadio de diferenciación y formación de las
estructuras de los adultos (Michener 1974) (Cuadro 1). El huevo de la abeja
es de color blanco y subcilíndrico con uno de los extremos alargados, pesa
aproximadamente 0.1 mg. La reina deposita el huevo en una celda y éste
se adhiere en el fondo por su extremo angosto. El periodo de incubación
dura de 76 a 78 horas (Espina Pérez & Ordetx 1983).

23
Figura 4. Estadios sucesivos de la abeja, desde huevo hasta abeja adulta.
(Dibujado por V. Castellot).

Cuadro 1. Etapas de desarrollo de los tres miembros de una colonia de la


abeja melífera (basado en Philippe 2008).

Estadio Reina Obrera Macho


(en días) (en días) (en días)
Huevo 3 3 3
Larva 5 6 7
Pupa 8 12 14
Emergencia del imago 16 21 24
después de: 3 a 6 (años) 28 a 180 15 a 60
Longevidad

Miembros de la colmena y sus funciones

Una colonia de abejas está compuesta por tres clases de individuos: la


reina, millares de obreras y decenas de zánganos (Figuras 5, 6). Además
de las abejas adultas, normalmente cada colonia tiene abejas en diferentes
estados de desarrollo: huevos, larvas, pupas, que colectivamente se
designan como cría (Espina Pérez & Ordetx 1983).
La reina es la única hembra completamente desarrollada sexualmente
en la colonia, capaz de poner huevos que producirán obreras y zánganos,
su única función es ovopositar. La reina es la abeja más grande de la
colmena, su tórax y sus extremidades son de mayor tamaño en

24
comparación a las obreras. Existe una sola reina en la colmena, aunque en
periodos de reemplazo pueden estar presentes dos reinas (madre e hija),
ambas ovopositando por un periodo breve. Una buena reina pone entre
1,500 a 2,000 huevos al día; una reina fecunda puede ovopositar
satisfactoriamente durante dos o tres años. La duración de su vida depende
de factores genéticos, así como de la eficiencia de su fecundación, las
condiciones en las que haya sido criada y la totalidad de huevos producidos
(Espina Pérez & Ordetx 1983).

Figura 5. Apis mellifera. A. Celdas reales durante el proceso de cría de


abejas reinas. B. Abeja reina. Fotos: L.R. Martínez-Pérez de-Ayala.

25
Figura 6. Apis mellifera. A. Abeja obrera. B. Zángano de abeja. Fotos: L.R.
Martínez-Pérez de-Ayala.

Las obreras son hembras, pero están incapacitadas para aparearse,


aunque pueden asumir la función de ovopositar en las colonias que se han
quedado sin reinas, sus huevos no fecundados sólo producen zánganos.
Como su nombre lo indica, la abeja obrera es la encargada de hacer todos
los trabajos dentro y fuera de la colmena: limpieza de celdas, alimentan a
las larvas, secreción de la cera y construcción de los panales; crían reinas
cuando es necesario, limpian y protegen la colmena, la refrescan mediante
ventilación, recolectan néctar, polen, agua y propóleos, y convierten el
néctar en miel. Además, alimentan a la reina con jalea real y obtienen el
alimento que necesitan los zánganos. La duración de la vida de las obreras
depende de la cantidad de trabajo que realizan. Durante la época de
cosecha, debido al exceso de labores, viven aproximadamente seis
semanas. En los países fríos, donde quedan recluidas en la colmena, casi
inactivas durante parte del año, suelen vivir hasta unos seis meses (Espina-
Pérez & Ordetx 1983).
El zángano es el macho de las abejas, su única función consiste en
fecundar a las reinas. En una colmena donde exista una reina se
encuentran numerosos zánganos, los cuales son aceptados por cualquier
colonia que tenga una reina virgen. La fecundación tiene lugar en el aire y
el zángano muere al terminar ésta. Los zánganos se pueden distinguir
fácilmente de las obreras y la reina, por tener el cuerpo más voluminoso
que el de las obreras, pero más corto que el de la reina. Los zánganos
carecen de aguijón (Espina-Pérez & Ordetx 1983).

26
Comunicación

La comunicación entre los miembros de una colonia está muy desarrollada;


algunos aspectos, como los de la danza de orientación, colocan a las
abejas aparte de otros insectos sociales (Figura 7). Al danzar la abeja
ejecuta semicírculos a la derecha y a la izquierda con una línea recta que
corre entre los dos semicírculos, mientras recorre la línea recta la abeja
sacude el abdomen emitiendo pulsaciones audibles. Las abejas usan el
ángulo solar y la luz polarizada como medio de orientación (Ruppert &
Barnes 1996).

Figura 7. Esquema de los dos tipos de danzas principales utilizados por


las abejas para su comunicación (Modificado de Jean-Prost 1995).

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29
Produc t os de la c olm e na

Luis R. Martínez-Pérez de Ayala, Jesús F. Martínez-Puc,


William Cetzal-Ix, Noel A. González-Valdivia

Miel

La miel es una sustancia dulce producida por las abejas y disfrutada por el
humano como endulcorante y por sus propiedades dietéticas y
terapéuticas. La miel puede definirse como una sustancia dulce natural
producida por abejas de A. mellifera, a partir del néctar de las plantas o de
secreciones de partes vivas de estas o de excreciones de insectos
succionadores de plantas que quedan sobre las partes vivas de las mismas
y que las abejas recogen, transforman y combinan con sustancias
específicas propias, y depositan, deshidratan, almacenan y dejan en el
panal para que madure y añeje (CODEX STAN 12 1981).

Miel orgánica

Es la miel que se obtiene mediante técnicas que garantizan su inocuidad o


pureza y que se produce en zonas donde el impacto ambiental es mínimo:
las abejas beben agua que proviene de manantiales; arroyos, lagos limpios
y libres de contaminación, se alimentan principalmente de flores silvestres o
flores de cultivos orgánicos, certificados que están fuera de áreas urbanas;
de agricultura convencional o de zonas ganaderas cuyos agroquímicos y
medicamentos pudieran contaminar la miel (Castañón 2009). Sin embargo,
existen diferencias en los criterios usados por la United States National
Honey Board, que define “miel orgánica” como aquella producida,
procesada y empacada de acuerdo a regulaciones Estatales y Federales

J.F. Martínez-Puc (), W. Cetzal-Ix, N.A. González-Valdivia


Tecnológico Nacional de México, Instituto Tecnológico de Chiná, Calle 11 entre 22 y
28, Colonia Centro Chiná 24050, Campeche, México
Email: froyitovarroo@hotmail.com

L.R. Martínez-Pérez de Ayala,


Dirección General de Estudios de Posgrado e Investigación, Universidad Autónoma
de Campeche.

Universidad Autónoma de Campeche, Campeche. 2017


Martínez-Pérez de Ayala L. R., Martínez-Puc J. F. y Cetzal-Ix W. R. (Eds.), Apicultura: Manejo,
Nutrición, Sanidad y Flora Apícola.
30
de miel y productos orgánicos, certificada por organismos oficiales y/o
organizaciones independientes.

Miel de melipona

La Norma Europea y el CODEX ALIMENTARIUS especifican que la miel


debe provenir del género Apis, específicamente de A. mellifera, motivo por
el cual la miel de melipona está considerada como producto. Sin embargo,
este caso está en discusión, debido a que las abejas meliponas son en
realidad abejas autóctonas de México y del continente americano y su
producto es realmente miel (Castañón 2009).
La miel de melipona fue utilizada por los mayas como moneda y también
fue objeto de un intenso comercio que realizaban por mar desde Tabasco
en México hasta Honduras y Nicaragua, así también con el Imperio Mexica,
a cambio de la miel y cera, los mayas probablemente recibían semillas de
cacao y piedras preciosas (Labougle & Zozaya 1986). Posteriormente, con
la llegada de los españoles y debido a las actividades religiosas católicas
surgió una fuerte demanda de cera de abeja utilizada para fabricar velas,
por lo cual los españoles exigieron a los mayas cera como tributo (Ruz
1980).

Clasificación de las mieles

La Norma Mexicana NMX-F-036-1997 ALIMENTOS-MIEL-


ESPECIFICACIONES Y MÉTODOS DE PRUEBA, clasifica la miel en tres
modalidades:

Miel en panal

Es la miel que no ha sido extraída de su almacén natural de cera y puede


consumirse como tal.

Miel líquida

Es la miel que ha sido extraída de los panales y que se encuentra en


estado líquido, sin presentar cristales visibles.

Miel cristalizada

Es la miel que se encuentra en estado sólido o semisólido granulado como


resultado del fenómeno natural de cristalización de los azúcares que la
constituyen.

31
La miel producida por Apis mellifera de acuerdo a la FAO-OMS (1985)
se puede clasificar como:

a) monofloral

Es aquella en la que predomina un solo origen botánico, por lo que dará a


esa miel un olor y sabor característico.

b) multifloral

Presentando varios orígenes botánicos y de los cuales ninguno es


predominante.

c) miel de mieladas

Procede principalmente de secreciones de las partes vivas de las plantas,


su color varía del castaño muy claro o verdoso, al castaño oscuro.

La diferencia entre una miel y otra depende sobre todo de la calidad y


cantidad de las plantas que florecen y producen néctar en el mismo
periodo. En muchos casos, existe una fuente principal que predomina
netamente sobre las demás y confiere a la miel sus peculiares
características. Se hace referencia de mieles monoflorales o multiflorales
(Piana et al. 1989).

Proceso de maduración de néctar a miel

La transformación del néctar a miel inicia en el momento que la abeja liba el


néctar de la flor y lo almacena en su buche melífero, agregándole la enzima
invertasa, la cual desdobla los azúcares disacáridos (sacarosa)
transformándolos en azúcares simples (glucosa y fructosa). Las abejas
forrajeras al completar su carga de néctar lo transportan a su nido y la
entregan a las abejas nodrizas, éstas lo depositan en celdas vacías de
diferentes formas, en pequeñas gotitas, en forma de una película delgada
del dulce, con el fin de favorecer la pérdida de agua, una vez alcanzado el
porcentaje de humedad requerido, las abejas la toman y depositan en la
celda que la almacenará hasta su total maduración como miel, en la celda
llena y operculada (De Araujo-Freitas et al. 2010).

Composición química

La miel de abeja está compuesta principalmente por agua, carbohidratos


(fructosa, glucosa, maltosa y sacarosa), proteínas, aminoácidos, vitaminas

32
(tiamina, riboflavina, niacina, ácido pantotenico, B6 y C) y minerales (calcio,
cobre, hierro, magnesio, manganeso, fósforo, potasio, sodio y zinc) (Cuadro
1).

Cuadro 1. Composición de la miel de abeja en 100 g (National Honey


Board’s 1997).

Nutrientes Promedio en 100g Rango


Energía 304 kcal.
Agua 17.1 g 12.2 – 22.9
Proteínas, aminoácidos, 0.50 g
vitaminas y minerales.

Calidad de la miel. Contenido aparente de azúcar reductor expresado en


% (g/100g) de azúcar invertido: Mínimo 63.83, máximo sin límite. La
variación de estos valores puede deberse a adulteraciones, así como al tipo
de alimentación que recibe la colmena y a su cosecha prematura.

Humedad. Expresada en % (g/100g): Máximo 20%. Existen diversas


razones por las que puede incrementarse el porcentaje de humedad, la
más común es la cosecha de la miel antes de que alcance la humedad
adecuada (falta de maduración de la miel en panal), aunque con cierta
frecuencia también puede atribuirse al almacenamiento de la misma en
condiciones inadecuadas. Un alto porcentaje de agua favorece el desarrollo
de mohos y levaduras, por lo que la miel con altos porcentajes de humedad
se fermenta fácilmente.

Cenizas (minerales). Expresado en % (g/100g): Máximo 0.60. Esta medida


se relaciona con problemas de higiene (tierra y arena). La miel adulterada
con melaza también puede presentar un alto porcentaje de cenizas. No se
admiten metales pesados que superen los máximos permitidos por los
alimentos en general.

Sólidos insolubles en agua. Expresada en % (g/ 100g): Máximo 0.30. La


miel es sometida a un proceso de filtración para eliminar restos de insectos,
granos de arena, trozos de panal, restos de cera, polvo y otros sólidos
insolubles. Un valor que supere el máximo de sólidos insolubles puede
deberse a un filtrado inadecuado y/o problemas de higiene.

Acidez. Expresada como miliequivalentes de ácido/kg: Máximo 40.00. La


acidez indica el grado de frescura de la miel. Se relaciona también con la
probable fermentación por desarrollo de microorganismos. Este parámetro

33
también es importante porque en el caso de haberse usado ácido láctico o
fórmico para combatir la Varroa la acidez de la miel aumenta. El
sobrecalentamiento es otro factor que se refleja en un alto valor de acidez.

Índice de diastasa. En escala de Gothe: Mínimo 8,0. Miel con bajo


contenido enzimático: mínimo 3 escala Gothe, con HMF no mayor a 15
mg/kg.

Hidroximetilfurfural (HMF). En miel envasada de más de 6 meses.


Expresada en mg/kg: 80.00. Hidroximetilfurfural (HMF) en miel envasada
de menos de 6 meses. Expresada en mg/kg: 40.00. Tanto la actividad
distásica como los valores de HMF indican el grado de frescura de una
miel. Estos dos últimos indicadores también se ven alterados por la acción
del calor y el almacenamiento por tiempo prolongado.

Cera

La cera es la sustancia grasa segregada por las glándulas cereras de las


abejas obreras jóvenes (Jean-Prost 1995). Las cuatro pares de glándulas
se encuentran ubicadas entre los externitos abdominales de las abejas,
sobre los segmentos IV y VII (Sepúlveda-Gil 1986). La producción de la
cera se lleva a cabo mediante la formación de pequeñas escamas de cera,
las cuales son recolectadas con las mandíbulas de las abejas moldeadas y
adicionadas con polen y propóleos (Jean-Prost 1995).
La cera es tan antigua como la propia historia de las abejas y su
explotación es conocida desde tiempos remotos, fue usada como pago de
tributos, tasas y multas, encontrándose bloques de cera inalterados en
tumbas egipcias y navíos naufragados. Esto es posible debido a que la
cera es estable por mucho tiempo, ya que se oxida lentamente a menos
que sea atacada por la polilla de la cera (Graham 1992).
Las abejas consumen miel, y en el intestino se absorben las moléculas
de los azúcares (de 6 carbonos). De allí pasan al interior de su cuerpo,
donde son transformados en fragmentos pequeños (de 2 carbonos). Luego,
en las glándulas cereras, se recombinan de diferente manera para formar
por un lado los ácidos grasos y los hidrocarburos (de entre 14 y 41
carbonos), y por otro los esteres y los alcoholes de la cera (de entre 28 y 54
carbonos). La mezcla de estos productos es lo que conocemos como cera
de abejas (Gómez-Pajuelo 2002).

34
Figura 1. Estampadora y diversas presentaciones de la cera de Apis
mellifera. A. Estampadora de cera tipo rodillo. B. Hoja de cera estampada
colocada en un marco de madera. C. Panal labrado. D. Cera de opérculo
lista para elaborar una marqueta. E. Marquetas de cera de diferentes
pesos. Fotos: J.M. Martínez-Puc.

35
La cera recién producida por las abejas es de color blanco, pero va
adquiriendo un color amarillento característico, a medida que entra en
contacto con las abejas, la miel, polen y propóleos (Figura 1). Los matices
amarillos son causados por los pigmentos de caroteno solubles en grasa
provenientes del polen.

Composición de la cera

La cera de la abeja A. mellifera se compone aproximadamente de 16% de


hidratos de carbono, 31% de alcoholes monohídricos de cadena simple, 3%
de dioles, 31% de ácidos grasos, 13% de ácidos hidróxicos y 6% de otras
sustancias (Philippe 2008).

Propiedades fisicoquímicas de la cera

La cera se funde a una temperatura entre los 62.5º y los 65ºC. Es insoluble
en agua, ligeramente soluble en alcohol frío, y soluble a temperatura
ambiente en éter, benceno y bisulfito de carbono (Philippe 2008).
Por sus características peculiares, entre las que puede destacar no ser
cristalizable y ser sumamente resistente a la acción de la humedad, la cera
de abejas es muy valiosa para el humano.

Polen

Etimológicamente, la palabra polen proviene del latín pollen, que significa


flor de harina (Sepúlveda-Gil 1986), y se define como las microesporas o
gametófitos masculinos de las que contienen las anteras de las flores de
las plantas fanerógamas (Tanus 1990).
Las abejas forrajeras recolectan el polen de las flores gracias a la ayuda
de los pelos de su cuerpo cargados de electricidad estática. Lo humedecen
con néctar formando pequeñas aglomeraciones, las cuales son
depositadas en las cestillas del último par de patas y transportadas a la
colmena para alimentar a las abejas obreras (Figura 2) (Polaino et al.
2006).

Características sensoriales del polen

Tamaño: varía de menos de 5 a más de 200 micras de diámetro.

Color: son de una amplia variedad de colores tanto como las del espectro
solar, rojo, naranja y amarillo son los más comunes, pero el azul, verde y
purpura suelen ser típicos de algunas regiones.

36
Olor: característico de las especies vegetales de las cuales provenga.

Sabor: según las especies vegetales de las cuales se origine.

Forma: triangulares, alargados y hexagonales.

Figura 2. Charola de la trampa tipo piquera para la recolecta de polen.


Foto: J. Irigoyen Santos.

Composición química del polen

La composición media del polen en una muestra seca es de un 5 a 6% de


agua, un 25% de proteínas, azúcares o glúcidos un 40%, lípidos 4.5%,
cenizas (minerales) 5%, vitaminas (A, B1, B2, B3, B5, B6, B7, B8, B9, B12, C, D
y E) 0.015%, pigmentos trazas, enzimas trazas, rutina 0.017% y
flavonoides, flavonas, diglicósidos, entre otras sustancias antibióticas
activas 20% (Philippe 2008).

Cuadro 2. Especificaciones físicas y químicas del polen.

Parámetro Valor mínimo Valor máximo


Humedad 4.5 8
Cenizas 1.5 2.2
Proteína cruda 12 18
Grasa cruda 2.5 6.5
Fibra cruda 0.27 0.70

37
Propóleo

El término propóleo es derivado de dos palabras griegas, Pro, que significa


antes y Polis, ciudad, y es empleada en el sentido de defensa de la
colmena “ciudad de las abejas” (Rosa-Agostinho 1996). El propóleo es una
mezcla de sustancias resinosas, gomosas y balsámicas, cuyo color varía
del pardo-rojizo al amarillo-verdoso, de sabor amargo y consiste
básicamente de exudados de diferentes plantas que las abejas combinan
con secreciones mandibulares y cera (Franco & Kurebayashi 1986; Aga et
al. 1994; Meda & de Mattos-Meda 1994; Bracho et al. 1996; Malaspina &
Palma 1998). Esto último es soportado por recientes descubrimientos, en
cuanto al contenido de ácidos grasos de origen animal, en muestras de
propóleo fresco (Palma & Malaspina 1999).

Recolecta del propóleo por las abejas

La recolecta del propóleo se efectúa por un número reducido de abejas (de


más de 15 días de vida) durante las horas más calientes del día, por lo
regular de las 10:00 a las 15:30 horas (Morse 1975; Dos Santos 1996).
Cada abeja después de haber localizado con sus antenas la partícula más
adecuada de resina en alguna planta, procede a desprenderla valiéndose
de sus mandíbulas y del primer par de patas, auxiliándose con la secreción
de sus glándulas mandibulares (ácido10-hidroxi-2-decenoico), le permite el
ablandamiento de la goma. Posteriormente, la abeja tritura y moldea con
sus mandíbulas el pedazo arrancado y utiliza una de las patas del segundo
par, para transferirlo a la corbícula del tercer par de patas, esta acción la
puede efectuar en el lugar de colecta o en pleno vuelo. Para completar una
carga de propóleo (llenar las dos cestillas de su tercer par de patas), una
abeja puede ocupar de 15 minutos a una hora en realizar dicha labor,
dependiendo principalmente de la temperatura ambiente (Donadieu 1980;
Machado de Morales et al. 1995). Cabe mencionar que Dos Santos (1996),
señala que temperaturas por abajo de los 21ºC y por arriba de los 28ºC,
parecen inhibir este comportamiento.

Utilización del propóleo dentro de la colmena

Las abejas utilizan el propóleo dentro de la colonia con diversos fines,


como son: embalsamado de los intrusos muertos dentro de la colmena,
tapar grietas o hendiduras de la colonia, disminuir el acceso de la piquera,
alisar asperezas dentro de la colmena, esterilización de la colmena y las
celdas donde la reina pondrá los huevos, aislante térmico, fijar los panales
a los cuadros o ramas de los árboles, evitar la vibración de los panales y

38
darle impermeabilidad a la colmena (Asís 1989; De la Cuétara et al. 1988;
Negri et al. 1998).

Composición del propóleo

Estudios efectuados en las últimas décadas enfocados a determinar la


composición del propóleo, mencionan que su composición genérica se
encuentra de la siguiente manera: 55% de resinas y bálsamos, un 10% de
aceites volátiles, cerca de un 30% de cera y un 5% de polen (Borcic et al.
1996). En lo referente a su composición química, aún no se logra conocer
la totalidad de sus componentes. Algunos autores señalan que el propóleo
contiene más de 150 elementos (Bankova et al. 1993; Basnet et al. 1996;
Matsushige et al. 1996), otros mencionan que su contenido está formado
por más de 160 constituyentes (Bankova et al. 1995; Cunha et al. 1998).
Por último, Sforcin et al. (1995) señalan la presencia de más de 180
componentes para esta resina. Cabe señalar que el propóleo se encuentra
constituido principalmente por flavonoides, flavonoles, flavononas flavonas
y ácidos orgánicos como el ferúlico, cinámico, cafeico y benzoico (Rojas et
al. 1990).

Propiedades físico - químicas del propóleo

El propóleo presenta una densidad mayor que la cera de abeja, se disuelve


fácilmente en éter y cloroformo, parcialmente soluble en alcohol, a
temperaturas de 15ºC es duro y quebradizo. A temperaturas más elevadas
se ablanda y se vuelve pegajoso. Esta resina se funde entre 60º y 69ºC
(Bojñanski & Kosljarova 1975).

Jalea real

La jalea real está constituida por la secreción de las glándulas


hipofaríngeas y mandibulares de las abejas obreras de 5-15 días de vida,
utilizando polen como producto base y miel. Se presenta como una
sustancia viscosa, de aspecto lechoso, color amarillo pálido, su sabor es
ácido y ligeramente amargo con olor levemente acre (Philippe 2008).

Composición de la Jalea Real

De acuerdo a SAGPyA, (2003) la jalea real está compuesta por: Agua: 60-
70%, Azúcares 10-15%, Proteínas 11-15%, Lípidos 5-7% y Cenizas 0.8-
1%. Tiene un pH cercano a 3.6.

39
Posee las siguientes vitaminas: Titamina (vitamina B1), Riboflavina
(vitamina B2), Piridoxina (vitamina B6), Ácido pantoténico (B5) es la más
abundante, Biotina (B8), Ácido fólico y Vitamina E (activa el funcionamiento
de los órganos sexuales y tiene efectos sobre el aparato cardiovascular).
Inositol: vitamina del grupo B. Indicada para trastornos del metabolismo
hepático, estimula el crecimiento, activa el corazón y los intestinos.
Contiene, además, antibióticos, un principio hiperglucemiante y los
siguientes microelementos: hierro, oro, calcio, cobalto, silicio, magnesio,
manganeso, níquel, plata, azufre, cromo y cinc.
También se encuentran en su composición algunas hormonas como el
estradiol, la testosterona y la progesterona. Tiene también gammaglobulina,
no correlacionada en cuanto a antigenicidad con la gammaglobulina del
plasma humano. Además de albúminas, grasas, azúcares, vitaminas,
microelementos y los otros compuestos mencionados, contiene los 20
aminoácidos esenciales: arginina, valina, histidina, insoleucina, leucina,
lisina, metionina, treonina, triptofano, fenilalanina, prolina, ácido aspártico,
serina, ácido glutámico, glicina, alanina, cistina y tirosina.

Veneno

En la actualidad en México no existen registros oficiales sobre la


producción de la apitoxina (SIAP 2017). Sin embargo, se tiene
conocimiento de productores que se encuentran iniciando el
aprovechamiento de este producto de la colmena en diversos estados del
país, el cual es utilizado para la elaboración de manera artesanal de
ungüentos, cremas, geles, entre otros, para la aplicación tópica en
dolencias musculares principalmente. Asimismo, existen diversos equipos
de colecta de la apitoxina en el mercado, los cuales se basan en pequeñas
descargas eléctricas, que estimula a las abejas a aguijonear, eyectando el
veneno el cual se deposita en un cristal de donde es recolectado. Esta
técnica evita el sacrificio de las abejas.
La apitoxina es utilizada para el tratamiento de diversas dolencias como
la artritis degenerativa a pacientes con pie diabético, mal de Parkinson,
hipertensión arterial, neuralgias e inflamación prostática (Delgado-Sánchez
2012). Por otro lado, también se ha registrado para el tratamiento de
pacientes con lupus eritematoso sistémico (Wied 2008). Actualmente
existen métodos para la obtención de veneno puro de abeja para la
elaboración de soluciones inyectables de apitoxina de alta calidad para el
tratamiento de estas enfermedades (Litwin 2008).
El veneno de abeja es un líquido transparente de olor pronunciado y
sabor acre, es producido por glándulas situadas en la parte posterior del
abdomen de las obreras y de la reina. Químicamente está compuesto por
agua, ácido fórmico, ácido clorhídrico, ácido fosfórico, melitina, histamina,

40
apamina, metionina, cistina, sales minerales y enzimas (fosfolipasa e
hyaluronidasas), su reacción es ácida (Philippe 2008).

Recolecta de propóleo

La recolección de propóleo se lleva a cabo por diversos métodos, desde los


más simples como el raspado hasta la utilización de mallas o rejillas
plásticas o métodos promotores de cortinas, tales como el brasileño o
campechano. Estos métodos son considerados los más productivos por la
cantidad de propóleos recolectados (Figura 3).

Figura 3. Recolecta de propóleos. A. Cortado de propóleo. B. Tiras de


propóleo. Fotos: J.M. Martínez-Pérez de-Ayala.

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44
M a ne jo de la c olm e na

Jesús F. Martínez-Puc, Luis R. Martínez-Pérez de Ayala,


William Cetzal-Ix

La colmena

La colmena moderna consta de seis partes, fondo o piso, cámara de cría,


bastidores, alza, entretapa y tapa. Este modelo nos permite incluir diversos
aditamentos como trampa para recolecta de polen, alimentadores internos
o externos, entre otros. El principal material usado en la Península de
Yucatán para la elaboración de las colmenas lo constituye principalmente
maderas duras tropicales, entre las que se destacan especies de la familia
Fabaceae, tal como Enterolobium cyclocarpum (Jacq.) Griseb.) (pich),
Piscidia piscipula (L.) Sarg. (jabín), Lysiloma latisiliquum (L.) Benth.
(tzalam), y también de la familia Combretaceae, Bucida buceras L. (pucté),
etc.

Tipos de colmenas usadas en México

La colmena tipo Jumbo es usada principalmente en el centro y norte de


México. La característica principal es que la cámara de cría en colmenas
jumbo es de 50.5 cm de largo, 42 cm de ancho y 29.5 cm de alto y las alzas
de 14.5 cm de alto, casi la mitad que la cámara de cría. Por su parte, la
colmena tipo Langstroth es usada principalmente en la región sur del país,
son del mismo tamaño la cámara de cría y las alzas de 50.5 cm de largo,
42 cm de ancho y 24 cm de alto (Figura 1).

J.F. Martínez-Puc (), W. Cetzal-Ix


Tecnológico Nacional de México, Instituto Tecnológico de Chiná, Calle 11 entre 22 y
28, Colonia Centro Chiná 24050, Campeche, México.
Email: froyitovarroo@hotmail.com

L.R. Martínez-Pérez de Ayala,


Dirección General de Estudios de Posgrado e Investigación, Universidad Autónoma
de Campeche.

Universidad Autónoma de Campeche, Campeche. 2017


Martínez-Pérez de Ayala L. R., Martínez-Puc J. F. y Cetzal-Ix W. R. (Eds.), Apicultura: Manejo,
Nutrición, Sanidad y Flora Apícola.
45
Figura 1. Equipo para actividades melíferas. A. Colmenas tipo Jumbo. B.
Colmenta tipo Langstroth. C. Bastidor tipo Langstroth y Jumbo,
respectivamente. Fotos: A. B. L.R. Martínez-Pérez de-Ayala. C. J.F.
Martínez-Puc.

46
Figura 1A. Colmenas tipo Jumbo con medidas (Tomado de SAGARPA
2015).

47
Figura 1B. Colmenas tipo Langstroth con medidas (Tomado de SAGARPA
2015).

48
Equipo de protección

Parte fundamental en el equipo de protección para el manejo de abejas son


los velos, mismos que pueden ser sencillos que solo cubren la cabeza o
tipo chamarra o de los que vienen integrados al overol. Por último, los
guantes pueden ser combinados con piel o de materiales sintéticos,
integrados con mangas de manta o lona (Figura 2).

Figura 2. Equipo de proteción apícola. A. Velo. B. Guantes. Fotos: W.


Cetzal-Ix.

Equipo de manejo básico

El equipo basico de manejo esta conformado por las cuñas o alzaprimas y


el ahumador (Figura 3).

Ubicación e instalación del apiario

El área seleccionada para la ubicación de un apiario, representa un factor


de suma importancia ya que esta localización deberá de contar con
abundante flora nectaropolinifera que garantice un buen flujo de néctar y
polen durante las floraciones. No se debe establecer una elevada cantidad
de colonias en el apiario, ni varios apiarios en una misma zona que lleguen

49
a saturarla, para las condiciones de la península de Yucatán, se
recomienda mantener de 25 a 30 colonias por cada uno de los apiarios.

Figura 3. Equipo basico de manejo. A. Alzaprima en forma de gancho. B.


Alzaprima clásica. C. Ahumador de acero inoxidable. D. Ahumador con
rejilla de protección. Fotos: W. Cetzal-Ix.

Asimismo, se deberá tener en cuenta que una abeja vuela hasta 3 km a la


redonda, si se establecen varios apiarios cercanos, el néctar de las flores
disponibles disminuirá, por tal motivo lo ideal será instalar apiarios a una
distancia de 3 km entre si. Se debe evitar establecer apiarios en lugares
muy húmedos, o donde sean susceptibles de sufrir inundaciones o debajo
de árboles que sean de fácil quebramiento corriendo así, el peligro de caer

50
sobre las colonias del apiario. También se debe minimizar el riesgo de que
entre ganado al apiario con el riesgo de tirar las colonias.
Además, se debe considerar que el apiario se encuentre alejado de
fuentes de contaminación de actividades agropecuarias o industriales y
como mínimo a 200 mts de zonas urbanas o caminos (SAGARPA 1994).
También deberá poseer agua potable cerca al apiario, si no fuera así habrá
que proporcionársela en un recipiente limpio. Por su parte, la Ley Apícola
del estado de Campeche señala en su artículo 20, que la distancia entre un
apiario y otro, deberá ser de 2,000 mts, como mínimo, pudiendo existir
excepciones dependiendo de la zona; en tanto su artículo 21, señala que
los apiarios familiares y escolares, tendrán preferencia en su ubicación si
están situados dentro de un radio no menor a 2,000 mts, a partir de los
límites de la población.
Las colonias de abejas podrán ser colocadas individualmente o en
conjunto, considerando que se encuentren a 20 cm del suelo para evitar el
exceso de humedad, debiendo presentar una ligera inclinación hacia la
piquera para evitar se acumule agua durante las lluvias. Del mismo modo,
evitar que las piqueras de las colmenas se encuentren bloqueadas por
ramas, árboles o muros, evitando con ello el libre vuelo de las abejas
(Figura 4, 5).

Figura 4. Diversos tipos de bases para colmenas utilizados por los


apicultores en la Península de Yucatán. A. Base individual sobre piletas de
cemento. B. Base conjunta de vigas de metal. Fotos: J.F. Martínez-Puc.

Limpieza

Después de la revisión del apiario y cuando se detecte una colonia con cría
enferma, debe flamearse el alza prima (la cuña) en el ahumador para evitar
la diseminación de enfermedades a otros apiarios o colonias del mismo
apiario. Al terminar las actividades diarias, el equipo y utensilios (cuña,

51
cepillo, cubetas, etc.) utilizados deberán lavarse y almacenarse en sitios
donde no se ensucien o contaminen.
Además, debe de realizarse la limpieza de la maleza del apiario. Sin
embargo, no se debe aplicar herbicidas que puedan causar mortalidad de
las colonias del apiario o contaminar los productos de la colmena.

Figura 5. Piquera de una colmena obstruida por un muro. Redibujado de


Ward (1981).

Cómo encender el ahumador

Antes de encender el ahumador debemos de contar con una buena


cantidad de combustible para el mismo, el cual debe de ser de origen
natural (madera, cartón, bacal u olote según se le conozca “centro del
elote”) y no derivado de hidrocarburos o de tapas de huevo por contener
resinas tóxicas (Figura 6).

52
Figura 6. Encendido del ahumador. A. Colocación de cartón encendido en
el ahumador. B. Colocación de madera seca en el ahumador. Fotos: L.R.
Martínez-Pérez de-Ayala.

Para encenderlo debemos de cortar unos pedazos de cartón o papel,


prendiéndolos y depositándolos en el interior del ahumador, aplicándole
aire suavemente con el fuelle del mismo para avivar la flama, seguidamente
se le agregará poco a poco el combustible a utilizar hasta llenar el
ahumador y que el humo sea denso, teniendo esto cerramos el ahumador y
procedemos a entrar los apiarios, teniendo el cuidado de aplicar unas
bocanadas de humo a todas nuestras colmenas para evitar con ello se
alteren.

Inspección de la colonia

Las colonias de abejas melíferas se deben revisar por las siguientes


causas:



Saber si la colonia cuenta con reina.


Determinar la calidad de la reina y de ser necesario su cambio.
Identificar la presencia de enfermedades de las crías y de las


abejas, así como la necesidad de aplicar algún tratamiento.


Saber si es necesario dar alimentación.


Falta de espacio en cámara de cría y falta de alzas


Reducir el peligro en enjambrazón
Saber si existe la posibilidad de cosechar

53
Método de inspección de la colmena

La revisión de las colmenas se debe efectuar rutinariamente cada 7 u 8


días, con el fin de asegurarnos del buen desarrollo y funcionamiento de la
misma. Cuando estemos en nuestro apiario debemos de tener el cuidado
de no pararnos enfrente de la piquera (Figura 7), ya que obstruiremos la
salida y llegada de las abejas forrajeras y alertaremos a las guardianas
incentivando su ataque. La forma correcta de inspeccionar una colonia es
la siguiente:

1) Aplicar humo en la piquera (tres o cuatro bocanadas a lo largo de la


misma).
2) Levantar la tapa o entretapa y aplicar humo (de afuera hacia dentro, no
meter el pico del ahumador a la colmena).
3) Colocar la tapa hacia arriba en el suelo y posteriormente con la cuña
separar el alza aplicando humo para calmar a las abejas.
4) Retirar el alza y colocarla sobre la tapa de forma atravesada en el suelo
para evitar aplastar abejas.
5) Revisar la cámara de cría observando que haya postura de la reina,
reservas de alimento y sanidad de la cría, aplicando bocanadas de humo
para controlar la salida de abejas.
6) Subir el alza sobre la cámara de cría y revisarla.
7) Tapar nuestra colmena (Figura 8).

Figura 7. Nunca debemos de pararnos frente a la piquera de la colmena.


Tomado de Ward (1981).

54
Figura 8. Pasos para revisar una colonia de abejas. Redibujado de Ward
(1981).

Distribución de los panales dentro de la cámara de cría

El arreglo adecuado de los bastidores dentro de la cámara de cría,


considerando que debe contener 10 bastidores, en la siguiente disposición:
numerando la disposición de los panales dentro la cámara de cría del
número 1 al 10, los panales 1 y 10 deberán de contener reservas de miel,
el 2 y el 9, reservas de miel y polen, el 3 y el 8 cría madura operculada, el 4
y el 7 larvas grandes, y finalmente el 5 y 6 larvas jóvenes y huevecillos,
siendo esta la disposición ideal. Cabe señalar que de acuerdo al flujo de

55
néctar y polen la reina buscará los espacios disponibles para realizar la
postura de huevecillos (Figura 9). Por el contrario, al dejar demasiado
espacio disponible en la cámara de cría al reducir el número de bastidores,
da como consecuencia la construcción de panales falsos por las abejas.

Figura 9. Disposición de los panales en la cámara de cría. Fotos: L.R.


Martínez-Pérez de-Ayala.

Fusión de la colmena

La unión o fusión de colmenas (Figura 10) se realiza cuando tenemos una


colmena huérfana y débil, la unimos con una fuerte para evitar perder
abejas o cuando está empezando el flujo de néctar y nuestras colmenas
están bajas de población las fusionamos con el fin de poder cosechar más
miel, teniendo el cuidado de horfanizar una de las colmenas para evitar la
lucha de las reinas, dejando la mejor de ellas. Para lo cual nos ayudaremos
con un pliego de papel que colocaremos sobre la colmena que recibirá a la
otra colonia haciéndole unos pequeños orificios al papel que ayudará a
mezclar los olores de ambas colmenas evitando que luchen entre ellas.

División de colonias

Cuando una colonia se encuentra con una elevada población de abejas, y


si las condiciones ambientales son adecuadas, es importante realizar la
división de colonias, esto con la finalidad de prevenir la enjambrazón de las
colonias. Existen diversos métodos como por unión, por núcleos, o por
mitad. El método más conocido es denominado división por mitad., el cual
consiste en dividir una colmena fuerte, con abundante cría y provisiones de
miel y polen en dos.

56
Procedimiento de la división de colonias

1) La colmena fuerte la llamaremos colmena A (colmena madre) y la


colmena que obtendremos será la colonia B (división).
2) Se procederá a colocar el equipo vacío necesario para la colmena B (un
piso, una caja, una tapa), a un costado de la colmen A.
3) Se procederá a colocar la mitad de la cría (abierta y cerrada) y de
reservas (miel y polen) de la colonia A en la colonia B, hasta completar la
cámara de cría (10 bastidores).
4) Posteriormente la colonia A se traslada a otro lugar del apiario y la
colonia B se queda en el lugar original de la colonia A. Esto es con la
finalidad de que las abejas que se encontraban en el campo, al momento
de regresar se incorporen en la colonia B (división).
5) Es importante que en la división se cuente con cría abierta, ya que las
abejas que regresan de campo detectaran la falta de reina, y por tanto
procederán a construir celdas reales.

Figura 10. Fusión de colmenas.

57
Normatividad aplicable

Es importante registrar las actividades realizadas en el apiario en la


bitácora de producción del apiario la cual podemos consultar en el Manual
de buenas prácticas pecuarias en la producción de miel (Figura 11) y las
instrucciones del llenado de la bitácora (Figura 12) (SAGARPA 2015).

Figura 11. Bitácora de trazabilidad (Tomado de SAGARPA 2015).

58
Figura 12. Instructivo para el llenado de la bitácora de producción del
apiario (Tomado de SAGARPA 2015).

Referencias

SAGARPA. 1994. NORMA Oficial Mexicana NOM-002-ZOO-1994,


Actividades técnicas y operativas aplicables al Programa Nacional para
el Control de la Abeja Africana. Disponibles en:
http://www.dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=4691348&fecha=28/04/
1994 (Consultado: 20 Octubre 2016).
SAGARPA. 2015. Manual de buenas prácticas pecuarias en la producción
de miel. Programa Nacional para el Control de la Abeja Africana,
Secretaría de Agricultura Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y
Alimentación (SAGARPA) y el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad
y Calidad Agroalimentaria SENASICA. 93 p.
Ward B. A. 1981. Beginning in Bees. New South Wales, Department of
Agriculture. 23p.

59
N ut ric ión de la c olm e na

Luis R. Martínez-Pérez de Ayala, Jesús F. Martínez-Puc, W.


Cetzal-Ix

Requerimientos nutrimentales

La alimentación de las abejas está compuesta por carbohidratos que se


encuentran en el néctar y que se transforman en miel. Las proteínas,
ácidos grasos y vitaminas se encuentran en el polen de las flores que
visitan y el agua que recolectan (Argüello-Nájera 2010). Las abejas se
alimentan de azucares simples (glucosa y fructosa), los cuales provienen
de la miel como alimento natural a partir del néctar. El néctar es
primordialmente sacarosa y agua, al ser recolectadas por las abejas y al
agregar enzimas invertasa y glucosa oxidasa, desdoblan la sacarosa por
hidrólisis, dando como resultado miel (primordialmente monosacáridos
como glucosa y fructuosa) (Quezada-Euan 2010). Cuando se proporciona
azúcar comercial para la alimentación artificial de las abejas, esto implica
un costo energético al tener que desdoblar los azucares. En la época de
escasez de néctar, debido a la ausencia de floración de las plantas, las
abejas no pueden cubrir requerimientos nutricionales de la colmena, por
tanto el apicultor debe proporcionar alimentación suplementaria (Vaquero y
Vargas, S/Ab). El alimento puede ser de diversas composiciones, en función
de los resultados esperados en la colmena, tales como:

Alimentación energética de sostén

Esta se prepara en proporciones de 1:2 en relación con el agua y azúcar,


respectivamente.

J.F. Martínez-Puc (), W. Cetzal-Ix


Tecnológico Nacional de México, Instituto Tecnológico de Chiná, Calle 11 entre 22 y
28, Colonia Centro Chiná 24050, Campeche, México
Email: froyitovarroo@hotmail.com

L.R. Martínez-Pérez de Ayala


Dirección General de Estudios de Posgrado e Investigación, Universidad Autónoma
de Campeche.

Universidad Autónoma de Campeche, Campeche. 2017


Martínez-Pérez de Ayala L. R., Martínez-Puc J. F. y Cetzal-Ix W. R. (Eds.), Apicultura: Manejo,
Nutrición, Sanidad y Flora Apícola.
60
Se utiliza en situaciones de intensa escasez de néctar y polen, para evitar
que la población de la colonia disminuya (De Araujo-Freitas et al. 2009).
Está proporción en la formulación del jarabe, se asemeja al bajo contenido
de humedad de la miel y la alta concentración de azúcares, lo que la abeja
relaciona con las reservas que acumula en sus panales (Vaquero y Vargas,
S/Aª). Se recomienda siempre hervir el agua antes de preparar el jarabe,
retirando del fuego el recipiente con el agua antes de agregar el azúcar,
revolviendo la mezcla hasta lograr la dilución total de la azúcar (SAGARPA,
2015).

Alimentación energética de estímulo

En este caso las proporciones serán de 1:1 de agua y azúcar


respectivamente y se debe de aplicar en precosecha para estimular la
postura de la reina e incrementar la población de abejas en la colmena
(Dewey 2010). Cuando se suministra este jarabe debe de proporcionarse
de acuerdo a la fortaleza poblacional de la colonia, esto simula el inicio del
flujo de néctar en el campo, por la similitud con la concentración de
azucares y humedad del néctar (Vaquero y Vargas S/Aª). La preparación es
la misma que la recomendada para el jarabe de sostén. Sin embargo, estos
jarabes pueden ser enriquecidos con vitaminas para uso apícola
(autorizadas por SAGARPA), haciéndolo más nutritivo para las abejas.

Suplemento proteico/energético

Los suplementos proteico/energético se recomiendan proporcionarlo a la


colmena cuando existe escasez de polen en las flores o cuando de bajo
contenido proteico, se puede suministrar simultáneamente con jarabe de
estímulo para mejores resultados, que se reflejaran en el incremento de la
postura de la reina (Cuadro 1). Se recomienda proporcionarlo a las abejas
45 días antes del flujo de néctar, si se realiza el cambio de reina deberá ser
a los 60 días de la floración, con el fin de contar con colmenas bien
pobladas de abejas y aprovechar al máximo la recolecta de néctar
(SAGARPA 2015).

Cuadro 1. Fórmula para la elaboración del suplemento proteico/energético.


Ingredientes Cantidad
Levadura de cerveza 500 gr
Azúcar 500 gr
Vitaminas 2 gr
Miel 100 mL
Agua la necesaria

61
Existen diversas fórmulas para la elaboración del alimento proteico,
harinas con elevado en proteínas (evitar las de origen transgénico), azúcar,
aceite vegetal, vitaminas, entre otros compuestos. Actualmente se está
utilizando la levadura de cerveza mezclada con azúcar y agua con
excelentes resultados (Cuadro 1).

Procedimiento

Se mezcla en seco la levadura, el azúcar y la vitamina, ya estando


integrados los polvos se le agrega miel y después poco a poco agua,
amasándola hasta lograr la consistencia deseada (no recomendable que
sea de consistencia pegajosa), contando con la masa preparada, se cubre
con papal encerado y se aplana uniformemente más o menos de un
centímetro de grosor (Figura 1).

Figura 1. Elaboración del suplemento proteico/energético. A. Inicio de la


medición los insumos (levadura de cerveza, azúcar, vitaminas, miel y
agua). B. Amasando la torta proteica. C. Cortando el papel encerado para
tortear la masa y proceder a efectuar los cortes para dosificar las raciones
para las colonias. Fotos: L.R. Martínez-Pérez de-Ayala.

62
Posteriormente, se cortan los pedazos con un cuchillo o cúter limpio 150
a 250 gr, dependiendo la fortaleza de las colmenas que vayamos a
alimentar, o se hacen bolas de masa las cuales se colocaran en cuadros de
papel encerado para un mejor manejo, en caso de no contar con este papel
se puede usar plástico delgado, cubriendo la masa por ambos lados
procediendo a aplastarlas para hacer una tortilla. Esta se colocará en la
parte superior de la cámara de cría (Figura 2).

Figura 2. Colocación de la torta proteica. A. Corte de la torta proteica. B.


Deposito en un recipiente plástico para el transporte al apiario. C.
Colocación de una torta proteica. Fotos: L.R. Martínez-Pérez de-Ayala.

63
Tipos de alimentadores

Existen diversos tipos de alimentadores para proveer de jarabe de azúcar


a las colmenas los hay de piquera, internos tipo bastidor, que pueden ser
de plástico o hechos de madera o botes de plástico (Figura 3).
La utilización de la enzima Invertasa en la elaboración del jarabe de
azúcar invertido, ha causado grandes expectativas, por los resultados
obtenidos en la alimentación apícola, ya que como mencionamos
anteriormente las abejas se alimentan de azucares simples (glucosa y
fructosa), siendo estos los compuestos obtenidos al agregarle la enzima
invertasa al jarabe de azúcar, a continuación se describe el proceso de
elaboración.

Jarabe de azúcar invertido 1:1:1ml agua, azúcar, invertasa

Se calienta un litro de agua a punto de ebullición, se apaga o se retira el


recipiente del fuego, se agrega el azúcar y se agita hasta lograr la total
dilución, cuando el jarabe está a 60º C, de temperatura se le adiciona un
mililitro de la enzima invertasa, se agita el mayor tiempo posible y se deja
reposar durante 24 horas para mejores resultados. Pasado este tiempo se
llena los alimentadores en de las colmenas (ENMEX 2015).

Consideraciones

1) Se recomienda alimentar con jarabe de azúcar a las abejas en lugar de


proporcionar alimentación energética sólida (azúcar sólida), debido a que la
abeja posee una probóscide (órgano especializado para succionar
alimentos). Al proporcionarlo de manera sólida a la abeja se le dificulta
asimilar el alimento.

2) Al utilizar la enzima invertasa, se debe respetar la dosificación


recomendada por el fabricante y extrapolarla a los litros de jarabe que se
desean preparar. La enzima se debe conservar en refrigeración a 5º C para
un aprovechamiento óptimo.

64
Figura 3. Alimentadores externos e internos. A-B. Alimentadores externos.
C-D. Alimentadores internos. A. Alimentador de plástico. B. Alimentador de
madera. C. Alimentador de plástico. D. Alimentador de plástico con salva
abejas. E. Alimentador de madera. F. Alimentados con envases de
plástico. Fotos: L.R. Martínez-Pérez de-Ayala, excepto D. J.F. Martínez-
Puc.

65
Referencias

Argüello-Nájera O. 2010. Manual de nutrición apícola y apicultura


migratoria, BID, FOMIN, Swisscontact y PIMERural, Universidad
Autónoma de Nicaragua, León, Nicaragua. 37 p.
http://mapioccidente.com/mapio_doc_pdf/Nutrici%F3n%20Ap%EDcola.pdf
De Araujo-Freitas JC, González-Acereto JA, Marrufo-Olivares JC. 2010.
Apicultura práctica en la Península de Yucatán. Ediciones de la
Universidad Autónoma de Yucatán, Mérida, Yucatán México. 248 p.
Dewey MC. 2010. Manual práctico de apicultura. Sustainable Harvest,
EEUU. 66 p.
food4farmers.org/wp-content/uploads/2012/08/MANUALDEWEY1.pdf
Enzimas Mexicanas. 2015 Ficha técnica de la invertasa. ENMEX.
www.enmex.com.mx
Quezada-Euan JJ. 2010. Biología y diversidad de la abeja melífera.
Ediciones de la Universidad Autónoma de Yucatán, Mérida, Yucatán
México. 124 p.
SAGARPA. 2015. Manual de buenas prácticas pecuarias en la producción
de miel, 3ra. Edición, SAGARPA-SENASICA, México.
www.senasica.gob.mx
Vaquero J, Vargas P. S/Aa. Guía técnica de nutrición apícola. In: Galeano E,
Vásquez M (Eds.), Proyecto apícola Swisscontact. FOMIN-BID,
Honduras. 30 p.
http://teca.fao.org/sites/default/files/resources/nutricionapicola.pdf.
Vaquero J, Vargas P. S/Ab. Guía práctica sobre manejo técnico de
colmenas. In: Galeano E, Vásquez M (Eds.), Proyecto apícola
Swisscontact. FOMIN-BID, Honduras. 86 p.
http://teca.fao.org/sites/default/files/resources/manejocolmenas.pdf.

66
Sa nida d de la c olm e na

Jesús F. Martínez Puc, Luis R. Martínez-Pérez de Ayala, W.


Cetzal-Ix, Marisela Leal-Hernández

Introducción

Las enfermedades que afectan a las abejas melíferas las podemos


clasificar, en enfermedades que afectan a la cría y enfermedades que
afectan a las abejas adultas, por otro lado también las podemos clasificar
por el tipo de agente causal como son virus, bacterias, hongos y parásitos.
Las enfermedades suelen ocasionar una reducción en la producción de
miel, llegando incluso a la pérdida total de la colonia. Es importante recalcar
que cualquier medicamento que se aplique para el control de
enfermedades debe ser un producto autorizado para uso apícola por la
SAGARPA.

Loque americana

Es una enfermedad ocasionada por la bacteria Paenibacillus larvae subsp.


larvae (Guzmán-Novoa & Correa-Benítez 2012) que afecta a la cría de las
abejas melíferas (Bailey 1981; Ritter 2001; Medina & May 2005). La
enfermedad es también conocida como cría pútrida maligna o cría pútrida
americana (Bailey 1981; Ritter 2001). Después de la varroosis, es la
enfermedad que más pérdidas ocasiona a nivel mundial (Guzmán-Novoa &
Correa-Benítez 2012).

J.F. Martínez-Puc (), W. Cetzal-Ix


Tecnológico Nacional de México, Instituto Tecnológico de Chiná, Calle 11 entre 22 y
28, Colonia Centro Chiná 24050, Campeche, México
Email: froyitovarroo@hotmail.com

L.R. Martínez-Pérez de Ayala


Dirección General de Estudios de Posgrado e Investigación, Universidad Autónoma
de Campeche.

M. Leal-Hernández
CENID Microbiología Animal INIFAP, Cuajimalpa, Ciudad de México.

Universidad Autónoma de Campeche, Campeche. 2017


Martínez-Pérez de Ayala L. R., Martínez-Puc J. F. y Cetzal-Ix W. R. (Eds.), Apicultura: Manejo,
Nutrición, Sanidad y Flora Apícola.
67
Distribución

Se distribuye en la mayoría de los países de importancia apícola,


incluyendo México (Medina & May 2005).

Características

La bacteria Paenibacillus larvae subsp. larvae (PLL) presenta dos fases: la


multiplicativa o vegetativa conocida como “bacilo” (Figura 1) y la
permanente o resistente conocida como “esporas”. La fase vegetativa tiene
forma de bastón, mide de 3-5 × 0.5 micras (OIRSA 2012). La fase de
esporas mide 1.5 × 0.8 micras (Medina & May 2005). Una característica de
las esporas es que son extremadamente resistentes a las altas
temperaturas y pueden ser viables hasta por 35 años (Bailey 1981; Ritter
2001; Genersch 2010).

Figura 1. Estado vegetativo de Paenibacillus larvae subsp. larvae. Tomado


de (http://lib.jiangnan.edu.cn/ASM/308-1.jpg)

Ciclo biológico

El ciclo biológico inicia cuando las larvas de las abejas adquieren la


infección al ingerir las esporas en el alimento contaminado. Estas germinan
un día después de la infección y la forma vegetativa se reproduce en el
intestino de la larva, pasando luego a la hemolinfa y a diferentes tejidos del
cuerpo (BID/OIRSA 1990; Ritter 2001). Las principales características para
identificar la enfermedad en campo es que las larvas mueren en posición
erecta y los opérculos se ven perforados (Figura 2), con el paso del tiempo
(30 días aprox.) las larvas se secan y adhieren firmemente a la pared de las
celdas (Guzmán-Novoa & Correa-Benítez 2012).

68
Figura 2. Signo característico de presencia de Loque americana
(Paenibacillus larvae subsp. larvae) (opérculo perforado). Tomado de
http://academic.uprm.edu/dpesante/4016/12-enfermedades.PDF

Daños causados

Cuando la infección es severa, la población de obreras de la colonia


disminuye drásticamente llegando a la pérdida total de la colonia. Es
importante mencionar que esta enfermedad es altamente contagiosa,
debido a la alta resistencia que tienen las esporas al permanecer viables
hasta por 35 años (Cornejo & Rossi 1975; Ritter 2001; Genersch 2010).

Transmisión

El intercambio de panales de una colmena a otra, es un factor muy


importante, ya que el apicultor puede contribuir a dispersar las esporas de
una colonia enferma a colonias sanas (Ritter 2001; Guzmán-Novoa &
Correa-Benítez 2012). La alimentación con miel de dudosa procedencia
también puede ser considerada como un factor de riesgo, ya que puede
estar contaminada con esporas, el pillaje o deriva de las abejas que llevan
la infección de una colonia enferma a una colonia sana (Medina & May
2005).

Loque europea

Enfermedad bacteriana, conocida como cría pútrida benigna, es producida


M. plutonius. Aunque también se ha observado la presencia de
Paenibacillus alvei, Brevibacillus laterosporus y Achromobacter (bacterium)
eurydice (Guzmán-Novoa & Correa-Benítez 2012).

69
Distribución

Se encuentra distribuida en la mayoría de los países de importancia apícola


(México, Argentina, Estados Unidos).

Características

El Melissococcus plutonius es una bacteria gram-positiva, en su forma


vegetativa tiene forma de coco ligeramente ovalada, mide 0.7 × 1.0 micras,
M. plutonius no forma esporas en el sentido estricto, sino una capsula la
cual es menos resistente a una espora (Guzmán-Novoa & Correa-Benítez
2012).

Ciclo biológico

El ciclo biológico de M. plutonius inicia cuando las larvas adquieren la


infección al ingerir las esporas en el alimento contaminado, las larvas
menores de 48 horas son más susceptibles a la infección (Ritter 2001). Una
vez ingerida la bacteria se reproduce en el tracto digestivo de la larva
compitiendo por los nutrientes, posteriormente penetra en la hemolinfa
donde causa la muerte de la larva (Medina & May 2005). Una vez que la
larva muere se seca formando una especie de escama, que a diferencia de
la loque americana no se fija firmemente a la pared de la celda por lo cual
puede ser removida con facilidad. Un signo característico de la enfermedad
es que las larvas mueren en posición acostada y pueden observarse las
tráqueas de la larva (Figura 3, BID/OIRSA 1990).

Figura 3. Signos característicos de la presencia de Loque europea. Fotos:


M. Leal-Hernández.

70
Daños causados

Difícilmente una colonia con Loque europea puede perderse por causa de
la enfermedad, ya que generalmente cuando las condiciones ambientales
mejoran y la población de la colonia aumenta, los signos de la enfermedad
desaparecen, aunque se reporta una reducción en la producción de miel.

Transmisión

El intercambio de panales de una colmena a otra, el pillaje y el uso de


equipo contaminado (Bailey 1981; Ritter 2001).

Diagnóstico de campo

Prueba del palillo. En algunas ocasiones para diferenciar entre la Loque


americana y la Loque europea se realiza la prueba del palillo. La prueba
consiste en introducir un palillo en la celda y perforar la escama adherida a
la celda, posteriormente se procede a retirar el palillo suavemente a una
distancia de 2.5 cm, si se forma un hilo la prueba será positiva a Loque
americana (Figura 4, Cuadro 1).

Figura 4. Prueba de campo (prueba del palillo) para diferenciar entre Loque
americana y Loque europea. Dibujado por V. Castellot.

71
Cuadro 1. Diferencias entre Loque americana y Loque europea.
Características Loque americana Loque europea
Estadio de la cría Cría operculada Cría abierta
Posición de la larva Erecta Acostada
Prueba del palillo Positiva Negativa

Cría calcárea

La enfermedad es también conocida como ascoferosis, cría dura, cría


calcificada, cría de yeso o cría de tiza. Es una enfermedad causada por el
hongo Ascosphaera apis. En 1913 Maasen publicó las primeras
observaciones sobre la cría de cal llamando al hongo Pericystes apis.
Claussen publicó en 1921 un detallado artículo sobre la morfología del
hongo. Finalmente Spiltoir y Olive reclasificaron el hongo en 1955, dándole
el nombre actual de A. apis (BID/OIRSA 1990).

Distribución

Se encuentra distribuida en la mayoría de los países de importancia


apícola.

Características

Las esporas pueden ingresar por la piel o por el alimento contaminado, son
particularmente más susceptibles las larvas más viejas en comparación a
las larvas jóvenes aunque también es posible que estas se enfermen (Ritter
2001). Existen dos variedades que no se pueden reproducir entre sí, la
variedad mayor cuyas esporas miden de 3 a 4 micras de diámetro y la
variedad menor cuyas esporas miden de 1 a 2 micras de diámetro
(Guzmán-Novoa & Correa-Benítez 2012).

Ciclo biológico

El ciclo biológico inicia cuando las larvas de las abejas adquieren la


infección al ingerir las esporas de A. apis a través del alimento
contaminado, aunque también pueden adquirir la infección a través de la
piel. Si el contagio es cutáneo, el tubo germinativo de las esporas pasa a
través de la piel e ingresa al interior del cuerpo. El hongo se reproduce
cuando las hifas de sexos opuestos (+ y -) entran en contacto lo cual da
lugar a la formación de esporas que son la forma contaminante del hongo
(Figura 5). Se pueden infectar larvas de todas las edades, por lo que se
puede observar momias tanto en cría abierta como en cría cerrada. El color

72
de las momias varía a medida que crece el hongo, al principio son blancas
y finalmente adquieren el color gris oscuro (Figura 6), esto se debe a que
los micelios son blancos y las esporas son de color oscuro (Guzmán-Novoa
& Correa-Benítez 2012).

Figura 5. Ciclo biológico de Ascosphaera apis (Tomado de Medina & May


2005).

Figura 6. Momias de cría calcárea en la piquera de una colmena. Fotos:


L.R. Martínez-Pérez de-Ayala.

Daños causados

La enfermedad era considerada de poca importancia, generalmente se

73
presenta en periodos fríos o con mucha humedad. Sin embargo, se ha
observado que las colonias con altos niveles de infestación de varroa
suelen estar más propensas a esta enfermedad, pudiendo en conjunto
ocasionar la perdida de la colonia (Medina & May 2005).

Transmisión

El intercambio de panales de una colmena a otra, el uso de equipo


contaminado, etc. Las esporas de A. apis pueden permanecer viables hasta
por 15 años. El mal acomodo de los panales de cría es un factor
predisponente ya que el enfriamiento de la cría ocasiona el desarrollo de la
enfermedad.

Nosemosis

La nosemosis es una parasitosis del tracto digestivo de las abejas adultas,


ocasionada por dos especies de hongos Nosema apis y N. cerana. Estos
parásitos pertenecen a la clase Microsporidia (Guzmán-Novoa & Correa-
Benítez 2012). La nosemosis es considerada la enfermedad de las abejas
más diseminada a nivel mundial (Nixon 1982). Sin embargo, sus efectos se
consideran poco importantes en países que cuentan con climas tropicales o
subtropicales, a diferencia de los países que cuentan con climas templados
donde causa importantes pérdidas económicas (Wilson & Nunamaker
1983). Sin embargo, en los últimos años se ha registrado la desaparición
de abejas en el continente Europeo y en los Estados Unidos las cuales han
sido atribuidas a una asociación de Nosema spp. y otros microorganismos.

Distribución

La nosemosis es considerada la enfermedad de las abejas más diseminada


a nivel mundial hasta antes de la aparición de varroosis. En México se
registró su presencia desde 1965.

Características

Las esporas se caracterizan por ser ovaladas, de seis micras de largo por
cuatro micras de ancho. En la parte anterior existe una estructura
denominada micrópilo o casquete polar, por donde se produce la
germinación (Orantes & González 1998; Ritter 2001).

74
Ciclo biológico

En el ciclo biológico de Nosema spp., la espora representa tanto el estado


inicial como el final. La infección por Nosema spp. principia con la ingesta
de alimento contaminado con heces y con ello el ingreso de las esporas al
tracto digestivo. Cuando las esporas se encuentran en el ventrículo
(estómago de las abejas), los jugos estomacales disuelven el casquete
polar de la espora, lo cual origina la germinación (Figura 7). La enfermedad
se hace presente después de periodos fríos o con mucha humedad,
mientras más prolongado sea el período en que las abejas permanecen
dentro de las colmenas, más grave es la manifestación de la nosemosis, ya
que los niveles de infección se elevan considerablemente por el estrecho
contacto entre las abejas (Orantes & González 1998).

Figura 7. Ciclo biológico de Nosema spp. (Tomado de Orantes & González


1998).

Daños causados

Entre los daños que ocasiona a las abejas podemos mencionar una
alteración del metabolismo, ocasionando una menor digestión de las
proteínas (polen), reduciendo el periodo de vida de las abejas infectadas de
un 22 a 44%, además se produce atrofia de las glándulas hipofaríngeas de

75
las obreras, que se degeneran prematuramente (Cornejo & Rossi 1975;
Ritter 2001; Martínez et al. 2011).

Transmisión

El hecho de que el Nosema spp. presente una forma de resistencia


esporular de tal vigor, hace que esta enfermedad sea de carácter endémico
en la mayoría de los países del mundo. En las épocas de baja temperatura
y con tiempo lluvioso, las abejas no salen de la colmena, defecando en su
interior a nivel del piso. Lo que ocasiona una contaminación general de
esporas, en los cuadros, pisos, entre tapas, celdas con polen, aumentando
los niveles de infección y ocasionando que la enfermedad se presente
(Fries 1993, 1997).

Control

Se recomienda la aplicación de algún tratamiento cuando los niveles de


infección sean superiores a los cinco millones de esporas por abeja
(Cuadro 2).

Cuadro 2. Niveles de infección de acuerdo a Jaycox (1977).


Intensidad de la infección Esporas (millones/abeja)
Nula Menos de 0.01
Muy ligera 0.01-1.00
Ligera 1.00-5.00
Regular 5.00-10.00
Semi-severa 10.00-20.00
Severa Más de 20.00

Varroosis

Es también conocida como varroasis o varroatosis (Ritter 2001), es una


parasitosis causada por el ácaro externo Varroa destructor (Anderson &
Trueman 2000). Originalmente el ácaro V. destructor era asociado con la
abeja asiática Apis cerana, sin causar daño al huésped. Sin embargo, al
entrar en contacto con A. mellifera se dio el salto de hospedero con
defensas menos desarrolladas.

Distribución

El ácaro V. destructor se encuentra distribuido a nivel mundial, se reportó


por primera vez en el Continente Americano en 1971, en Paraguay. En

76
México V. destructor se registró oficialmente en mayo de 1992 en el estado
de Veracruz (Chihú et al. 1992).

Características

La hembra adulta de V. destructor es de color rojizo-café o castaño oscuro,


de forma ovalada, y mide 1.1 a 1.2 mm de largo y 1.5 a 1.6 mm de ancho.
Tiene cuatro pares de patas gruesas que finalizan con unas ventosas que
le permite fijarse al cuerpo de la abeja. Los machos de V. destructor son
más pequeños que la hembra, ya que miden de 0,4 a 0,8 mm y presentan
un color blanquecino grisáceo o amarillento (Figura 8). Pueden encontrarse
solamente en las celdas de las crías de abejas (Medina & May 2005;
Martínez et al. 2011).

Figura 8. Fases de desarrollo de V. destructor. Fila superior de


izquierda a derecha: protoninfa, deutoninfa y abajo de izquierda a
derecha hembra joven, hembra adulta y macho adulto (Tomado de
Rosenkranz et al. 2010).

Ciclo biológico

El ciclo biológico de V. destructor se divide en una fase forética y una fase


reproductiva. La etapa donde las hembras adultas de V. destructor se
encuentran alimentándose sobre las abejas adultas se denomina fase
forética, y la etapa reproductiva es aquella que ocurre en el interior de la

77
celda. El ciclo biológico inicia cuando una varroa se desprende de una
abeja y se introduce a una celda próxima a opercular. Una vez en el interior
de la celda, cuando esta ya ha sido operculada entre las 60 a 70 horas
después, V. destructor inicia la postura del primer huevo que dará origen a
un ácaro macho; 30 horas. más tarde pondrá otro huevo que dará origen a
una hembra, a partir de este momento continuará su postura cada 30 horas
con huevos que originarán varroas hembras. Una vez que el macho
alcanza la madurez sexual a los 6.5 días y la hembra en 5.8 días, se realiza
la fecundación en el interior de la celda (Figura 9).

Figura 9. Ciclo biológico de V. destructor (Tomado de De Jong 1997).

Daños causados

Actualmente, V. destructor es considerado como el principal problema


sanitario al que se enfrenta la apicultura a nivel mundial. V. destructor
perfora el cuerpo de las abejas para alimentarse y con ello abre una vía de
acceso a bacterias y virus. Las abejas infestadas pueden presentar

78
deformaciones en alas, patas, tórax y abdomen, dependiendo del nivel de
infestación, asimismo, se ha observado una reducción en el periodo de vida
de la abeja infestada. Así como también reduce la producción de miel en
las colonias que presentan altos niveles de infestación, pudiendo ocasionar
la pérdida total de la colonia (De Jong 1997).

Transmisión

Todo material biológico es considerado como mecanismo de dispersión del


ácaro, trátese de reinas, paquetes de abejas, panales con cría y enjambres,
sin embargo, el factor que se considera de mayor importancia es la
introducción de reinas provenientes de países, regiones o apiarios
infestados, aunado a esto, las vías de transporte con que contamos hoy en
día facilitan la movilización del acaro a nivel mundial ya que no siempre el
material biológico importado pasa siempre por inspecciones de los servicios
sanitarios (Ritter 2001).
Asimismo, muchas veces el apicultor contribuye en la dispersión del
ácaro a través de la captura de enjambres silvestres, el intercambio de
panales, la compra de abejas reinas fecundadas que son introducidas a las
colmenas junto con las obreras acompañantes, otros hechos como
mecanismo de dispersión de V. destructor entre las colonias como el pillaje
y el vuelo a la deriva de zánganos.

Control

Para reducir los daños provocados por V. destructor existen diversos


tratamientos, como los químicos y los alternativos. Es importante
mencionar que el mal uso de los productos químicos tiene como
consecuencia además de la contaminación de los productos de la colmena,
el desarrollo de ácaros resistentes. Entre los principales tratamientos
alternativos destacan los ácidos orgánicos como el fórmico y el oxálico, así
como algunos aceites esenciales como el timol. Es importante que antes de
aplicar algún tratamiento en contra de V. destructor, se realice un
diagnóstico para conocer los niveles de infestación del parásito.

Diagnóstico

El procedimiento para determinar el grado de infestación en las abejas


adultas consiste en realizar la prueba de De Jong et al. (1982); para ello se
prepara un recipiente, que puede ser una botella de plástico de 2 litros la
cual se corta a la mitad. En el extremo de la tapa se coloca una malla de
alambre con aberturas de 4 mm y en la parte del fondo de la botella se

79
llena a la mitad con alcohol, se colecta una muestra de aproximadamente
200 abejas obreras de la cámara de cría (sin incluir a la reina) (Figura 10).

Figura 10. Recolecta de muestras de abejas adultas y diagnóstico de V.


destructor. A. Cámara de cría. B. Panal en posicion vertical. C. Raspado
del panal. D. Envase de boca ancha con una tela de color blanco fijado con
una liga de hule. E. Abertura de la tapa rosca de la muestra agitada. F.

80
Número de ácaros retenidos en la tela blanca. Fotos: L.R. Martínez-Pérez
de-Ayala. Fotos: J.F. Martínez-Puc.

Esto se realiza del centro de la colmena, colocando el panal en posición


vertical. Se anota el nombre del apiario, el número de colmena y la fecha
de colecta. La muestra se agita con movimientos circulares suaves durante
un minuto y se retira la tapa lentamente y el contenido se vierte a través de
la malla de alambre sobre una tela blanca; la malla sólo permitirá el paso
de los ácaros que serán retenidos en la tela blanca (Figura 10). Finalmente
se cuenta el número de abejas retenidas en la malla y el número de ácaros
y se aplica la siguiente fórmula (De Jong et al. 1982):

No. de Varroas
Nivel de infestación = × 100
No. de abejas

Importante: Se debe muestrear el 20 % de las colonias del apiario, si los


niveles de infestación son igual o mayores al 5 %, se debe de aplicar algún
tratamiento químico para el control del ácaro. Dos meses antes de la
cosecha de miel, no se debe de aplicar ningún tratamiento para el control
de varroa esto por los problemas de contaminación que puede causar.

Tratamiento a base de ácido oxálico

Es un compuesto orgánico que se ha empleado en Suiza, Francia y


Alemania, en el control del ácaro varroa, con una eficacia superior al 80 %.

Material

Para este tratamiento se requieren: azúcar, agua, ácido oxálico, báscula,


frasco de 500 mL de boca ancha y una jeringa de 60 mL (Figura 11A).

Elaboración y aplicación de jarabe con ácido oxálico

Paso 1) Pesar 1kg de azúcar y 100 g de ácido oxálico, y medir 1 litro de


agua (Figura 11B, C). Paso 2) Se elabora un jarabe de azúcar con una
proporción de 1 a 1, es decir, mezclar 1 kg de azúcar con 1lt de agua
(Figura 11C). Paso 3) Diluida el azúcar en el agua, se le adiciona 100 g del
ácido oxálico y se mezcla de manera circular con la ayuda de una cuchara
hasta que se homogenice (Figura 11D). Paso 6) Se aplican 5 mL de jarabe
por cada “cuadro” o bastidor de la cámara de cría que se encuentre con
abejas (Figura 11E), la cantidad máxima de aplicar por colonia son 50 mL.

81
El tratamiento completo consiste en cuatro aplicaciones a intervalos de
cuatro días por colonia.

Precauciones: Evitar la aplicación del jarabe de ácido oxálico cuando


exista el peligro del pillaje.

82
Figura 11. Elaboración y aplicación de ácido oxálico. A. Ingredientes. B.
Mezcla de azúcar y agua. C. Mezcla de ácido oxálico con el jarabe de
azúcar. D. Aplicación en campo. Fotos: J.F. Martínez-Puc.
Acariosis

La acariosis, es una parasitosis que afecta a las abejas adultas (Apis


mellifera) y es provocada por el ácaro interno A. woodi (Rennie), el cual
infesta y se reproduce en el aparato respiratorio de las abejas adultas,
localizándose casi exclusivamente en el primer par de tráqueas que
comunican con el primer par de espiráculos toráxicos de las abejas adultas.

Distribución

La acariosis se encuentra distribuida en la mayoría de los países de


importancia apícola.

Características

Acarapis woodi, es un endoparásito de la clase Acárida y de la familia


Tarsonemidae, en la cual es posible observar claramente dimorfismo
sexual. Las hembras de A. woodi miden de 143 a 174 micras de largo y de
77 a 81 micras de ancho; los machos tienen entre 125 y 136 micras de
largo y 60 y 77 micras de ancho. Muchas veces los huevos y estadios
inmaduros son de mayor tamaño que las formas adultas (Delfinado-Baker &
Baker 1982).

Ciclo biológico

Una vez que la hembra llega a la tráquea, deposita entre 5 y 10 huevecillos


en promedio, los cuales se adhieren por medio de una sustancia
aglutinante a la superficie interna de la tráquea para evitar que sean
expulsados por los movimientos respiratorios de la abeja. Las larvas
eclosionan a los tres o seis días y se alimentan de la hemolinfa de su
huésped. La proporción de hembras-machos que emergen muestran una
relación de 3:1 o 4:1, favorable a las hembras. El desarrollo total de A.
woodi fluctúa entre 11 y 12 días en los machos y de 14 a 15 días en las
hembras. La copulación tiene lugar dentro de la tráquea en donde se
desarrollan los ácaros y se aparean una sola vez para iniciar la postura uno
o dos días después de la cópula.

Daños causados

83
Los ácaros adultos y sus fases de desarrollo con capaces de perforar la
pared de la tráquea con su aparato bucal para así absorber la hemolinfa del
huésped. Las abejas afectadas presentan una tendencia a arrastrarse, las
alas distendidas con una marcada dislocación de las mismas hacia
adelante. Se ha demostrado que la infestación por este ácaro reduce el
periodo de vida de las abejas infestadas hasta en un 30% en comparación
al de una abeja sana.

Transmisión

Tanto abejas reinas, como obreras y zánganos son susceptibles a contraer


la parasitosis y el contacto entre las abejas es la principal vía de
propagación. Solamente las abejas adultas jóvenes de menos de cuatro a
seis días son susceptibles a la infección cuando entran en contacto con
otras abejas parasitadas.

Control

Se recomienda aplicar tratamiento químico cuando se encuentra un 25% de


infestación del total de la muestra analizada. Algunos productos alternativos
como el ácido fórmico, utilizado en el control de V. destructor y cristales de
mentol, también actúan sobre A. woodi. El mentol produce un efecto letal
sobre A. woodi se recomienda el uso de cristales en solución con alcohol
(Medina & May 2005).

Aethinosis

La Aethinosis es causada por el escarabajo Aethina tumida Murray,


también conocido como el Pequeño Escarabajo de la Colmena (PEC), A.
tumida fue descrito por primera vez por Murray en 1867, pertenece al
Orden Coleóptera, Familia Nitidulidae.

Distribución

El escarabajo A. tumida es originario de África del Sur, región donde


únicamente ocasiona problemas en los panales almacenados o en las
colonias muy débiles. Se reportó en los Estados Unidos en 1998, y en
México en el 2007.

Características

84
El escarabajo A. tumida realiza su metamorfosis en cuatro etapas: huevo,
larva, pupa y adulto. El escarabajo adulto mide de 5 a 7 mm de largo y de 3
a 4.5 mm de ancho, posee tres pares de patas y dos antenas con el
característico lóbulo al final de las mismas, dos pares de alas, el primer par
son duras y tienen forma de caparazón y el segundo par son membranosas
sirviendo para volar, el color varía con la edad siendo rojizo cuando recién
emerge de la pupa y se va tornando de café a negro. Así mismo, las
hembras son ligeramente más largas que los machos.

Ciclo biológico

El ciclo biológico de A. tumida empieza cuando la hembra adulta deposita


sus huevos en forma de montoncitos, en las ranuras ubicadas en el interior
de la colmena. Al cabo de dos a seis días los huevos eclosionan y las
larvas empiezan a perforar los panales de miel o polen y de la cría de las
abejas. La larva de A. tumida, tiene un parecido superficial a la larva de la
polilla de la cera, pero las larvas del escarabajo son más pequeñas y más
duras, la larva de la polilla de la cera tiene una serie de patas rudimentarias
a través de todos los segmentos del cuerpo (Delaplane 2007).
El escarabajo tiene una alta capacidad reproductiva, ya que cada
hembra puede producir alrededor de 1,000 huevos durante sus cuatro a
seis meses de vida. Una vez que las larvas abandonan la colmena, se
entierran en el suelo construyendo una celda de barro para iniciar el
proceso de pupa, si las características del suelo son adecuadas, las pupas
pueden encontrarse próximas a la piquera generalmente a menos de un
metro de distancia y a una escasa profundidad de 10 a 30 cm. El
escarabajo adulto emerge por lo general al cabo de 3 ó 4 semanas, aunque
la fase de pupa puede durar entre 8 y 60 días, según las condiciones de
temperatura y de humedad. Un escarabajo con buena disponibilidad de
alimento puede llegar a vivir hasta 167 días (Stanford 1997; Delaplane
2007).

85
Figura 12. Pequeño escarabajo de la Colmena (Stanford 1997).

Daños causados

Los escarabajos se alimentan de polen, miel y cría de abejas, llegando a


vivir desde unos días hasta seis meses. Si la colonia es fuerte al inicio
puede defenderse de los escarabajos, pero si la colonia es débil y conforme
la infestación avanza, los escarabajos ocasionan que la miel se fermente
haciéndose más líquida, sale de las celdas, observándose en algunos
casos manchas de miel en las paredes de la caja o miel derramándose por
la piquera. La presencia de grupos de abejas en la piquera constituye un
signo de una colonia infestada, debido principalmente a que las abejas
abandonan paulatinamente los panales infestados y se repliegan hacia la
entrada.

Transmisión

Es importante mencionar que un escarabajo puede volar hasta 5 km por lo


cual su margen de infestación hacia otros apiarios es elevado.

Control

El control químico es complicado ya que no se cuentan con productos


debidamente probados en México, se debe tener en cuenta que el control
debe ser en dos caminos: A) control de los escarabajos adultos en las
colmenas y B) tratamiento en el suelo para destruir las pupas. Los
tratamientos pueden ser químicos, naturales, físicos, mecánicos, biológicos
y genéticos. Sin embargo, ninguno ha resultado ser 100% eficaz para el
control de esta plaga. Definitivamente, el mejor control es mantener
colonias con una población elevada, para ello es necesario que los
apicultores tengan cuidado con los siguientes aspectos (Delaplane 2007):

a) Procurar la debida limpieza tanto en el piso aledaño a la colmena como


en el interior de la misma.
b) Retirar oportunamente las alzas con miel.
c) Evitar la formación de espacios sin abejas en el interior de la colmena.
d) No dejar equipo vacío en el campo ya que puede servir de reservorio
para el escarabajo.
e) Remover la tierra que se encuentra frente a las colmenas para cortar el
ciclo biológico del parásito.

86
Polilla de la cera

Las palomillas de la cera son insectos que todos los años causan enormes
pérdidas económicas a los apicultores, debido a la destrucción de panales
(Figura 13).

Características

Las polillas de la cera son insectos del orden Lepidoptera, existen dos
especies que causan daño a la apicultura la polilla mayor de la cera
(Galleria mellonela) y la polilla menor de la cera (Achroia grisella). Las más
común es la polilla mayor. Los adultos de color grisáceo y miden casi 2.5
cm de largo.

Ciclo biológico

Los adultos de aparean en el exterior, después del cual las hembras


fecundadas penetran en la colmena.

Figura 13. Panales dañados por la polilla. Fotos: L.R. Martínez-Pérez de-
Ayala.

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87
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89
M ult iusos de la flora a píc ola : una
a lt e rna t iva e c onóm ic a pa ra los produc t ore s
de Ca m pe c he , M é x ic o

Milca E. Coh-Martínez, William Cetzal-Ix, Donají Zúñiga-


Díaz, Wilbert S. Poot-Pool, Eliana Noguera-Savelli, Jesús
F. Martínez-Puc & Manuel J. Cuevas

Resumen

La Península de Yucatán (PY) posee una flora de 2,329 taxones en 956


géneros y 161 familias como nativas o asilvestrados. En este sentido, la
flora es baja en diversidad, pero posee una importante flora con un enorme
potencial de uso, lo que se puede deducir del nivel de conocimiento
tradicional que poseen los campesinos Mayas de la región, los cuales
llegan a reconocer que más del 90% de las plantas se emplean de diversas
formas, principalmente para usos melíferos, comestibles, maderables,
ornato y construcción. Sin embargo, aún se desconoce cuáles y cuantos
usos se les asigna a las plantas melíferas, que pueden representar una
alternativa económica para las familias que dependen de esta actividad
cuando existe una baja en la producción de miel. Preliminarmente, se han
identificado 800 especies melíferas asociado a 15 principales usos, pero
existe un grupo selecto de especies comunes donde se recolecta el néctar.
En este estudio se presenta 77 especies como ejemplos de los multiusos,
lo cual podría contribuir al desarrollo de la producción de la miel y al mismo
tiempo ofrecer alternativas para los productores que dependen de esta
actividad económica para su subsistencia.

M.E. Coh-Martínez, W. Cetzal-Ix (), D. Zúñiga-Díaz, W. Poot-Pool, J.F. Martínez-


Puc, M.J. Cuevas
Tecnológico Nacional de México, Instituto Tecnológico de Chiná, Calle 11 entre 22 y
28, Colonia Centro Chiná 24050, Campeche, México.
*Email: rolito22@hotmail.com

E. Noguera-Savelli
Catedrática CONACYT, Colegio de Postgraduados Campus Campeche. Carretera
Haltunchén-Edzná Km. 17.5, Sichochac, Champotón, Campeche. C.P. 24450.

Universidad Autónoma de Campeche, Campeche. 2017


Martínez-Pérez de Ayala L. R., Martínez-Puc J. F. y Cetzal-Ix W. R. (Eds.), Apicultura: Manejo,
Nutrición, Sanidad y Flora Apícola.
90
Introducción

México es uno de los cuatro países con mayor diversidad biológica en el


mundo (Toledo et al. 2008). Se estima que en el territorio mexicano existen
22 mil especies de plantas fanerógamas silvestres que están concentradas
principalmente en las selvas húmedas del sur y sureste del país. En este
sentido, la Península de Yucatán (PY) conformada por los estados de
Campeche, Quintana Roo, Yucatán posee una flora de 2,329 taxones en
956 géneros y 161 familias como nativas o asilvestrados (Carnevali et al.
2010). Esta diversidad de especies propicia que exista un enorme potencial
de uso, entre las que se destaca el melífero, comestible, maderable, ornato,
construcción, combustible, etc. En lo que respecta al uso melífero, la PY se
destaca como la región con la mayor producción de miel en México, ya que
aporta aproximadamente entre el 35-45% del total de la producción (Porte-
Bolland et al. 2009).
En la PY existe una amplia diversidad de especies melíferas registradas
en varios estudios, sin embargo, estos varían en cuanto al número de
especies y nombre aceptados. Por ejemplo, Arellano et al. (2003) indican
que de las 1,349 especies de plantas con flores registradas en la PY, 849
especies son melíferas; por su parte, Toledo (2008) indica que hay 370
especies para la región, y Velázquez-Rentería (2011) señala que existen
900 especies de plantas con flores que proporcionan el néctar con el cual
las abejas procesan sus productos, asimismo, menciona que son muy
importantes estos datos, porque a nivel mundial, sólo 16% de las plantas
son melíferas.
A pesar de que existe una gran cantidad de especies con potencial
melífero, en la PY solo se conocen y usan un grupo selecto de especies
comunes melíferas. Por ejemplo, Villanueva (2001) señala que la miel que
se recolecta en la PY proviene de 40 especies melíferas y las principales
especies visitadas son Gymnopodium floribundum Rolfe (tsisilche’),
Viguiera dentata (Cav.) Spreng (tahonal), Metopium brownei (Jacq.) Urb.
(chechem), Bursera simaruba (L.) Sarg. (chaká), Thouinia canescens
Radlk. (kaan-chunub), Trema micrantha (L.) Blume (sak-piixoy) y Lysiloma
latisiliquum (L.) Benth. (tsalam), etc. Alfaro-Bates et al. (2011) menciona 33
especies con uso melífero y son similares a los que mencionó Villanueva
(2001). Según Echazarreta-González et al. (1997) el 90% de la miel
proviene de dos especies: Viguiera dentata (tahonal) y G. floribundum Rolfe
(tsisilche’). Porter-Bolland (2010) menciona que en Campeche hay 146
especies botánicas con uso melífero, provenientes de 101 géneros y
representando 35 familias, por ejemplo, V. dentata, G. floribundum y
Piscidia piscipula (L.) Sarg.
Las familias mayas tienen un amplio conocimiento sobre los usos de las
plantas de su entorno, de tal manera que las plantas melíferas poseen usos
alternativos, entre estos destacan el medicinal, forrajero, artesanal, leña,
ornamental, alimenticio, cercas vivas, maderables (Toledo et al. 2008). En

91
un estudio por Zamora et al. (2009) se menciona que Piscidia piscipula
tiene siete usos ya que se aprovecha como melífera, medicinal,
construcción, maderable, combustible, cercos y forraje. Arellano et al.
(2003) menciona 15 usos potenciales para las especies con uso melífero,
entre los que destaca para medicinal, juguete, forraje, artesanal, leña,
ornamental, comestible, colorante, maderable, cercas vivas, construcción,
textil, fibras, sombra y elaboración de instrumentos. Estos diversos usos
que presenta la flora apícola también ha sido descrito por Porter-Bolland et
al. (2009).
En la presente revisión se enlistan algunas especies comunes de la PY
considerados con uso melífero y se indica sus multiusos que poseen. Hasta
el momento, se ha documentado poco la proporción de los usos asociados
que se les asigna a todas las plantas consideradas melíferas. Por tal razón,
es objetivo es destacar los usos asociados que poseen las especies
melíferas en diversas partes de la PY, como una estrategia adicional para
ayudar en la economía de las familias que dependen exclusivamente de
esta actividad.

Metodología

Área de estudio

La Península de Yucatán incluye los estados Campeche, Yucatán y


Quintana Roo, los cuales se ubican en el sureste de México (Figura 1).
Tiene una superficie de más de 300,000 km2. Limita al norte y oeste
geográficamente con el Golfo de México, al noroeste con el canal de
Yucatán, al este con el Mar Caribe (cuenca de Yucatán) y en el extremo sur
con el Petén Guatemalteco y Belice (García-Gil et al. 2002). Es
caracterizada por diversos factores climáticos, ambientales y edáficos por
ello se le atribuye la diversidad florística que presenta. Toledo et al. (2008)
mencionan que una de las características de la PY es la topografía
semiondulada de origen cárstico y con ausencia de corrientes de agua
superficiales en su porción norte y abundancia de humedales en sus
porciones central y sur, cubierta por diferentes tipos de selvas tropicales y
marcada por la estacionalidad pluvial, con lluvias escasas o nulas durante
seis meses del año o más, bajo un heterogéneo mosaico de suelos calizos,
hidromórficos, delgados y pedregosos.

Estudios de flora melífera

Se realizó una revisión exhaustiva de literatura que incluía información


sobre las plantas melíferas en la PY, así como de sus principales usos
asociados, seleccionando algunas de las especies más comunes y otras

92
que son poco conocidas en la apicultura para ejemplificar el potencial
económico de la flora nativa.

Figura 1. Área y estados que conforman la Península de Yucatán, México.

Hábitos de crecimiento

Para asignar los hábitos de crecimiento a las especies melíferas se


consultó diversas fuentes bibliográficas en donde se han registrado esta
información (p.ej., Arellano et al. 2003, Carnevali et al. 2010, Porter-Bolland
2010), categorizándolas en árboles, arbustos, trepadoras, lianas, plantas
anuales, palmas y hierbas que se encuentran en diferentes tipos de
vegetación. Por ejemplo, las especies melíferas de hábito trepador fueron
descritos por Moguel (2004). También se basó en un trabajo para la zona
de La Montaña en el municipio de Hopelchén, Campeche, donde se estudió
la flora melífera y su relación con el ciclo apícola (Porter-Bolland 2003).

Distribución de la flora en la Península de Yucatán

Los estados de la PY donde se encuentran registrados las especies


melíferas se basó en Carnevali et al. (2010), el cual está basado en
especímenes de herbario que permiten corroborar su presencia.

93
Multiusos

Los usos múltiples de las especies melíferas fueron identificados con base
en una revisión de diversos estudios de la flora de la PY, por ejemplo,
Arellano-Rodríguez et al. (2003) y Carnevali et al. (2010). También se basó
en Porter-Bolland et al. (2009), donde se menciona la diversidad de usos
que tienen las especies melíferas (Figura 2).

Figura 2. Multiusos de las plantas melíferas en la Península de Yucatán,


México.

Resultados y discusión

La flora melífera de la Península de Yucatán posee diversos usos


alternativos entre los que destacan principalmente para uso medicinal,
maderable, ornamental y comestible (Apéndice 1, Figura 3). De las 77
especies melíferas comunes aquí registradas, sus usos principales
alternativos son: medicinal (40), forrajera (17), maderable (28), ornamental
(12) y comestible (3) (Apéndice 1, Figura 3). En cuanto a las especies

94
multiusos, 52 poseen un sólo uso adicional alternativo y 25 especies más
de dos usos adicionales, no obstante es probable que muchas de estas
especies posean otros usos no registrados previamente en la literatura y
además, en algunos casos el uso primordial de la especie no sea el
melífero, sino uno de los cuatro alternativos previamente señalados o
alguno otro no indicado aquí.
De las 77 especies melíferas comunes aquí registradas (Figuras 4, 5),
21 pertenecen a Fabaceae y 17 a Asteraceae (Figura 6), siendo también
ambas familias las más diversas en la PY, con 230 y 216 taxones,
respectivamente (Carnevali et al. 2010). Por su parte, Porter-Bolland (2010)
en un estudio de especies melíferas en Campeche, señalo que Fabaceae
es la familia con mayor número de especies.
En cuanto al origen de distribución de las especies melíferas con
multiusos presentes en la PY, la mayoría son de amplia distribución en el
Neotrópico y se encuentran registrados en dos o tres estados de la PY
(Carnevali et al. 2010), con excepción de algunas especies que se
encuentran únicamente registrados en un estado, como en los casos de
Imperata contracta (Yucatán), Machaerium falciforme y Milleria quinqueflora
(ambas en Campeche).

Figura 3. Multiusos de 77 especies de plantas melíferas en la Península de


Yucatán, México.

95
Figura 4. Plantas melíferas de la Península de Yucatán, México. A.
Apelandra scabra (Acanthaceae). B. Bidens pilosa (Asteraceae). C.
Melanthera nivea (Asteraceae). D. Montanoa atriplicifolia (Asteraceae). E.
Tithonia diversifolia (Asteraceae). F. Cochlospermum vitifolium (Bixaceae).
G. Ehretia tinifolia (Boraginaceae). Fotos: W. Cetzal-Ix.

96
Figura 5. Plantas melíferas de la Península de Yucatán, México. A.
Heliotropium angiospermum (Boraginaceae). B. Commelina erecta
(Commelinaceae). C. Operculina pinnatifida (Convolvulaceae). D. Turbina
corymbosa (Convolvulaceae). E. Caesalpinia yucatanensis (Fabaceae). F.
Haematoxylum campechianum (Fabaceae). G. Lysiloma latisiliquum
Fabaceae). H. Neomillspaughia emarginata (Polygonaceae). Fotos: W.
Cetzal-Ix.

97
Figura 6. Principales familias botánicas con usos melíferos y multiusos.

Conclusión

La presente revisión se enfocó en un grupo selecto de especies melíferas y


algunas especies no tan comunes para ejemplificar los multiusos asociados
de especies de la Península de Yucatán. En la literatura regional se ha
mencionado que 849 especies melíferas son herbáceas y 2,300 arbóreas,
sin embargo, en la actualidad se conoce que la flora de la Península de
Yucatán está constituida de 2,329 taxones. A pesar de que la PY
representa el 8% de la flora del territorio nacional, contribuye con el 40% de
la producción de miel. Por tal razón, es necesario realizar estudios que se
enfoquen a integrar el conocimiento o generar información de la flora
melífera de la región, lo cual contribuirá al desarrollo de la producción de la
miel y al mismo tiempo ofrecerá alternativas para los productores que
dependen de esta actividad económica para su subsistencia. El
conocimiento actualizado de la flora melífera permite entender la
biodiversidad de la región para su uso, manejo, conservación y
restauración de la vegetación.

Agradecimientos

WCI, JFMP y MJC agradecen al PRODEP por el proyecto ITCHN-PTC-004:


"Establecimiento de un banco de germoplasma ex situ de hierbas silvestres
de interés productivo y alimenticio en la Península de Yucatán para
investigación, conservación y producción sustentable" por el financiamiento
otorgado. Asimismo, al Tecnológico Nacional de México por el proyecto
“Caracterización de la flora nativa de importancia apícola en Campeche:

98
estrategia para incrementar la productividad en las colonias de abejas
melíferas en periodos críticos de floración”.

Referencias

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Melíferas: Melisopalinología. En: Durán García R, Méndez González M
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227–250.

100
Apéndice 1. Principales especies nectapoliníferas en la Península de Yucatán, México. NC = Nombre común. N/P =
Nectar/Polen. DPY A= Arbóreo. OR = Ornamental. MA = Maderable. CO = Comestible.

Familia Taxa Nombre común MED OR CONS FO MA CO C Q Y


Acanthaceae Apelandra scabra (Vahl) Sm. Chak anal 1 1 1 1
Alismastaceae Echinodorus andrieuxii (Hook. & Arn.) Small Flor de agua, wacok 1 1 1 1
Asteraceae Bidens pilosa L. var. minor (Blume) Sherff Té de milpa, k’an tumbuub 1 1 1 1
Asteraceae Bidens squarrosa Kunth Corrimiento aak’ 1 1 1 1
Asteraceae Calea urticifolia (Mill.) DC Xikin, tu’ xikin 1 1
Koanophyllon albicaulis (Sch. Bip. ex Klatt) R.M.King Oken sukuun, ka’an chak
Asteraceae 1 1 1 1
& Bip. ex Klatt che’,
Asteraceae Lasianthaea fruticosa (L.) K. M. Becker var. fruticosa Sak k’an xikin 1 1 1 1
Asteraceae Melampodium divaricatum (Rich.) DC. Tajonal, k’antun bom soch, 1 1 1 1
Asteraceae Melanthera nivea (L.) Small Sooj, toplan xiiw 1 1 1 1 1
101

Asteraceae Milleria quinqueflora L. Jom tolok 1 1 1 1


Asteraceae Montanoa atriplicifolia (Pers.) Sch. Bip. Teresita ka’ax, tank’as aak’ 1 1 1 1
Sclerocarpus divaricatus (Benth.) Benth. & Hook.f. ex
Asteraceae Tajonal, k’antoom boob 1 1 1 1
Hemsl.
Asteraceae Tithonia diversifolia (Hemsl.) A.Gray Su’um, su’un k’aak 1 1 1 1
Asteraceae Tithonia rotundifolia (Mill.) S.F.Blake Árnica, su’um, su’un k’aak 1 1 1 1
Asteraceae Trixis inula Crantz Corrimiento, ya’ax k’an aak’ 1 1 1 1
Asteraceae Verbesina gigantea Jacq. Árnica, chul keej, kuuts’ 1 1 1 1
Asteraceae Viguiera dentata (Cav.) Spreng. Taj, sak xo’ xiiw 1 1 1 1
Asteraceae Wedelia acapulcensis Kunth var.parviceps Soi kay 1 1 1 1
Asteraceae Wedelia acapulcensis Kunth var. ramosissima Sajum 1 1 1 1
Boraginaceae Bourreria mollis Standl Sak bay éek 1 1 1
Boraginaceae Bourreria pulchra (Millsp.) Millsp. Bakal che’, sak boj 1 1 1 1 1 1 1
Boraginaceae Cordia gerascanthus L. Bojom 1 1 1 1 1
Boraginaceae Cordia sebestena L. Siricote de playa, k’oopte’ 1 1 1 1 1 1 1
Boraginaceae Ehretia tinifolia L. Roble, beek 1 1 1 1 1 1 1 1
Boraginaceae Heliotropium angiospermum Murray Cola de alacrán,nej ma’ax 1 1 1 1
Boraginaceae Tournefortia volubilis L. Ya’ax aak’, beek aak’ 1 1 1 1
Boraginaceae Varronia curassavica Jacq K’opeche’, nej ma’ax 1 1 1 1
Capparaceae Capparis pachaca Kunth K’ooch 1 1 1 1
Celastraceae Elaeodendron xylocarpum (Vent.) DC. Sak boob, chooch kitam 1 1 1 1
Combretaceae Combretum fruticosum (Loefl.) Stuntz. Peine de mico 1 1 1 1
Combretaceae Laguncularia racemosa (L.) C.F.Gaertn. Mangle blanco, sak okom 1 1 1 1
Combretaceae Terminalia buceras (L.) C.Wright Pukte’ 1 1 1 1 1
Commelinaceae Callisia repens (Jacq.) L. Paj ts’a 1 1 1 1
Commelinaceae Commelina erecta L. Nuub en nuub ojo 1 1 1 1
Convolvulaceae Operculina pinnatifida (Kunth) O’Donell Aak’ k’oon tin k’iin 1 1 1
Convolvulaceae Turbina corymbosa (L.) Raf. Xtabentun 1 1 1 1
Cyperaceae Cyperus articulatus L. Tule, ta’uuk’, toop’tuux 1 1 1 1 1
102

Cyperaceae Eleocharis geniculata (L.) Roem. & Schult. 1 1 1 1


Cyperaceae Eleocharis montana (Kunth) Roem. & Schult. 1 1
Fabaceae Acacia californica (Rose) L. Rico Ts’iul che’ 1 1 1
Fabaceae Acacia pennatula (Schltdl. & Cham.) Benth. Ch’i’ may, k’ank’ i ilische’ 1 1 1
Acaciella angustissima var. angustissima (Mill.) Britton
Fabaceae Waaxim, xáax 1 1 1 1 1
& Rose
Albizia niopoides (Spruce ex Benth.) Burkart var.
Fabaceae Waaxim 1 1 1
niopoides
Fabaceae Albizia tomentosa (Micheli) Standl. Palo de sangre, juub che 1 1 1 1 1 1
Fabaceae Ateleia cubensis Griseb. 1 1 1 1
Fabaceae Caesalpinia mollis (Kunth) Spreng. Brazileto,chak te’ 1 1 1 1 1
Fabaceae Caesalpinia yucatanensis Greenm. Taa k’in che' 1 1 1 1 1
Chaetocalyx scandens (L.) Urb. var. pubescens (DC.)
Fabaceae Aak’ k’an, t’u’ul 1 1 1 1
Rudd.
Chloroleucon mangense (Jacq.) Britton & Rose var.
Fabaceae Ya' ax eek' 1 1 1 1 1 1
leucospermum
Fabaceae Dalbergia glabra (Mill.) Standl. 1 1 1 1
Fabaceae Ebenopsis ebano (Berland.) Barneby & J.W.Grimes Kaante’ 1 1
Fabaceae Gliricidia maculata (Kunth) Walp. Sak ya’ab 1 1 1 1 1
Fabaceae Haematoxylum campechianum L. Palo tinto 1 1 1 1 1 1
Fabaceae Havardia albicans (Kunth) Britton & Rose Chukum 1 1 1 1 1
Fabaceae Lonchocarpus yucatanensis Pittier Ya' ax xu' ul 1 1 1 1 1
Fabaceae Lysiloma acapulcense (Kunth) Benth. 1 1 1
Fabaceae Lysiloma latisiliquum (L.) Benth. Tsalam 1 1 1 1 1 1
Fabaceae Senegalia gaumeri (S.F.Blake) Britton & Rose Ya’ ax káatsim 1 1 1 1 1
Fabaceae Senegalia riparia (Kunth) Britton & Rose Box káatsim, káatsim 1 1 1 1 1 1
Swartzia cubensis (Britton & P.Wilson) Standl. var.
Fabaceae K’aatal oox 1 1 1 1
cubensis
Lamiaceae Leonotis nepetifolia (L.) R. Br. Jaras xiiw 1 1 1 1 1
Lauraceae Nectandra coriacea (Sw.) Griseb. Laurel verde, jok che’ 1 1 1 1
Malvaceae Heliocarpus donnellsmithii Rose Joolol 1 1 1 1
Malvaceae Sida acuta Burm. f. Chi’chi’bej 1 1 1 1
103

Eugenia capuli (Schlech. & Cham.) Hook & Arn. var.


Myrtaceae 1 1 1
capuli
Polygonaceae Coccoloba acapulcensis Standl. Tóon yúul, toj yuub 1 1 1 1
Polygonaceae Coccoloba cozumelensis Hemsl. Boob, boob ch’iich’ 1 1 1 1
Polygonaceae Coccoloba humboldtii Meins. 1 1 1
Polygonaceae Coccoloba reflexiflora Standl. 1 1 1
Polygonaceae (H. Gross) S. F. Blake Sak iitsa’ 1 1 1 1
Polygonaceae Podopterus mexicanus Humb. & Bonpl. Puuts’ mucuy 1 1 1
Ranunculaceae Clematis dioica L. Me’ex viejo 1 1 1 1
Salicaceae Casearia corymbosa Kunth Ix iim che’ 1 1 1 1 1
Sapindaceae Allophylus camptostachys Radlk K'an chuunup 1 1 1 1
Sapindaceae Allophylus cominia (L.) Sw. Iik’ baach, k' uxub che' 1 1 1 1
Sapindaceae Cardiospermum corindum L. Wayuum aak’ 1 1 1 1
Sapotaceae Sideroxylon salicifolium (L.) Lam. Zapote, chakal ja’as, 1 1 1 1 1 1 1
I m port a nc ia de l re sc a t e y la c onse rva c ión
de la m e liponic ult ura e n la Pe nínsula de
Y uc a t á n, M é x ic o

Clarissa Canul-Heredia, Maria I. Nah-Naal, Julissa Rosado


Carrasco, Jesús F. Martínez-Puc, William Cetzal-Ix,
Gustavo D. García-Juárez

Introducción

En la Península de Yucatán (PY), la práctica de la meliponicultura se ha


realizado desde la época precolombina. Las abejas nativas sin aguijón
representan el principal equilibrio en el ecosistema en el que habitan y son
un medio para la generación de un ingreso económico para las familias que
se dedican a esta actividad. Fue tal la importancia de la meliponicultura que
pueden observarse ilustraciones en códices antiguos, incluso donde se
resalta la importancia que tenía en la comunidad Maya. En dichas
ilustraciones se pueden observar deidades realizando actividades en los
meliponarios, debido a la importancia económica y social de la
meliponicultura en la PY, la Xunancab (o abeja melipona; Melipona
beecheii) se convirtió en parte destacada del folclor y la cosmogonía de la
región, siendo imagen de la laboriosidad, fertilidad, muerte y resurrección
(Quezada-Euán 2011).
La abeja Xunancab, Colelcab, o señora abeja es cultivada en troncos de
madera conocidos como jobones, los cuales son colocadas dentro de una
casa (hecha a base de troncos y huano), conocidas como najilcab o casa
de las abejas (Chan & Aldasoro 2016).
En la actualidad se conocen alrededor de 400 especies de abejas
nativas sin aguijón, de las cuales se han reportado al menos 46 especies
en México y al menos unas 16 especies en la Península de Yucatán (Ayala,
1999).

C. Canul-Heredia, M.I. Nah-Naal, J. Rosado Carrasco, J.F. Martínez-Puc (), W.


Cetzal-Ix, G.D. García-Juárez
Tecnológico Nacional de México, Instituto Tecnológico de Chiná, Calle 11 entre 22 y
28, Colonia Centro Chiná 24050, Campeche, México.
Email: froyitovarroo@hotmail.com

Universidad Autónoma de Campeche, Campeche. 2017


Martínez-Pérez de Ayala L. R., Martínez-Puc J. F. y Cetzal-Ix W. R. (Eds.), Apicultura: Manejo,
Nutrición, Sanidad y Flora Apícola.
104
Desde el punto de vista ecológico, la importancia de las abejas sin aguijón
se debe a que polinizan del 30 al 50% de las especies de plantas en
América tropical (Heard 1999). La finalidad del siguiente trabajo es dar a
conocer la importancia del rescate y la conservación de las principales
especies de abejas nativas sin aguijón en el estado de Campeche.

Especies de abejas nativas sin aguijón en México

En México, se encuentran presentes 11 géneros y al menos 46 especies


pertenecientes a la Tribu Meliponini, los géneros que presentan un mayor
número de especies son Plebeia (12 sp.), Trigona (9 sp.), Melipona (7 sp.),
y Trigonisca (5 sp.) (Tabla 1) (Ayala 1999).
Es interesante observar que las especies que habitan las montañas de
México y Centroamérica tienen límites altitudinales adaptativos precisos,
como M. fasciata que vive desde los 600 msnm (salvo en los montes azules
de la selva Lacandona en Chiapas donde parece ocupar un nicho ecológico
de menor altitud) alcanzando hasta los 3,000 msnm.

Tabla 1. Nombre científico y nombre maya de las principales abejas nativas


sin aguijón (González-Acereto & De Araujo 2005).

Especie Nombre maya


M. beecheii Bennett Xunaan-Kab, Colel-Kab y Pool-Kab
M. yucatanica Tsets
Cephalotrigona-zexmeniae Tajkab. Ejool
Lestrimelitta niitkib Niitkib, Limón kab
Partamona bilineata Chooch, Xnuk
Scaptotrigona pectoralis Kantsak
Nannotrigona perilampoides Mehenbol, Bol
Trigona (Frieseomelitta) nigra nigra Sak Xik, Xic
T. (Trigona) fulviventris Muul Kab
T. (Trigona) fuscipennis Kuris- Kab
T. (Trigona) corvina Kuris Kab
Plebeia (Plebeia) frontalis Us Kab, Yaaxinch
P. (Plebeia) moureana Us Kab, Yaaxinch
P. (Plebeia) parkeri Us Kab, Yaaxinch
P. (Plebeia) pulchra Us Kab, Yaaxich
T. (Trigonisca) maya Puup, Chachem
T. (Trigonisca) pipioli Puup, Chachem

La PY corresponde a la provincia fisiográfica denominada planicie


costera del Golfo de México y se caracteriza por ser una superficie
sensiblemente plana. Su uniformidad y características climáticas permiten
que los meliponinos presentes en esta correspondan a lo que Ayala (1999),
denomina de “amplia distribución tropical y subtropical” de acuerdo al
mismo autor, están presentes en este ambiente 16 especies de abejas
nativas sin aguijón.
Este grupo de abejas muestra un diverso patrón de comportamiento (por
ejemplo, algunas especies muestran cleptobiosis o robo) y diferentes

105
hábitos de anidación (especies que construyen sus nidos en cavidades de
árboles, bajo suelo o expuestos, similar a las termitas) (Tabla 2, Figura 1)
(Quezada-Euán 2005).

Tabla 2. Distribución y lugar de anidamiento de las abejas sin aguijón en


Michoacán (Reyes-González 2016).
Nombre Nombre Comportamiento Morfología Anidamiento Distribución
local científico (Conocimiento (Conocimiento
local) local)
1) Abeja Scaptotrigona Defensivo (Se Rojo intenso En huecos de 300-1,600 m
bermena hellwegeri enreda en el Abeja mediana troncos Bosque seco
cabello y tropical.
muerde).
2) Abeja Trigonisca Tipo de abeja que Abeja muy En huecos de 300-1,600
cepimilla pipioli gusta del sudor pequeña. troncos, nidos Bosque
de la gente. muy tropical seco.
pequeños.
3) Abeja Partamona Defensivo (Se Abeja negra Aéreo y nido 1700-2000 m
esculcona bilineata enreda en el mediana. expuesto Bosque de
mordelona cabello y muerde) como pinos y
montículo de robles.
termitas.
4) Abeja Lestrimelitta Dóciles y atacan Abeja negra En huecos de 300-2000 m.
limoncilla chamelensis a otras abejas. pequeña con un troncos. Bosques de
fuerte aroma a pinos y robles
limón.
5) Abeja Plebeia Muy dócil y Abeja negra En huecos de 1700-2000 m
sapita fulvopilosa tímida. pequeña. troncos y Bosque de
entre el tronco pinos y
y el piso. robles.
6) Abeja Nannotrigona Muy dócil y Abeja pequeña. En huecos de 1700-2000 m
trompetera perilampiodes tímida. troncos. Bosque de
La entrada del pinos y roble.
nido tiene
forma de
trompeta
(hecha de
cera)
7) Abeja Frieseomelitta Dócil. Abeja negra En huecos de 300-1,600 m
zopilota nigra mediana, muy troncos. Bosques
brillante con la tropicales
punta de las secos.
alas blancas.
8) Colmena Melipona Defensiva ( se Tamaño similar En troncos 1700-2000 m
real fasciata enreda en el a Apis mellifera, huecos. Bosques de
cabello y muerde) el abdomen es pinos y
más rojizo que robles.
las Apis.
9) Colmena Geotrigona Muy dócil y Tamaño medio, Enterrada en 300-2000 m
de tierra o acapulconis tímida. abeja el suelo. Amplia
Prieta de completamente distribución.
tierra negra.
10) Abeja Más pequeñas En troncos 300-1600
pintilla que las Apis huecos. Bosque
mellifera y color tropical seco.
similar
11) Abeja Abeja negra Enterrada en 300-1600 m
prieta mediana. el suelo y en Amplia
esculcona cavidades distribución.
entre el tronco
y el suelo.

106
Figura 1. Diversos tipos de nidos silvestres de abejas nativas de la tribu
Meliponinii. A-B. Entrada tipo trompeta. C. Entrada tipo galería. D. Entrada
tipo propolizada. Fotos: W. Cetzal-Ix.

La meliponicultura y las prácticas medicinales

La miel es utilizada principalmente como suplemento medicinal para


algunos tratamientos, como algunas enfermedades gastrointestinales y

107
respiratorias ligeras, como un antiséptico para infecciones oculares y
heridas cutáneas, y desinflamatorio para, dolores musculares, esguinces, o
moretones (Reyes-Gonzáles et al. 2014).

Tabla 3. Relación de la especie de abeja y el uso medicinal (Vit 2004).

Especie Uso medicinal


Melipona beecheii Desordenes digestivos, enfermedades
oculares, infecciones respiratorias,
cicatrización de heridas, recuperación post-
parto, fatiga, moldes para fracturas, ulceras
en la piel.
Melipona paraensis Recuperación post-parto.
Melipona trinitatis Gastritis.
Scaptotrigona mexicana Infecciones respiratorias.
Nannotrigona perilampoides Cataratas, dolor estomacal, moretones.
Plebeia jatiformis Cataractas, heridas externas en la cabeza,
dolor estomacal.
Trigona (Tetragonisca) angustula Desordenes estomacales, cataratas,
infecciones respiratorias, cicatrización de
heridas.

Hasta el día de hoy, muchos países de Latinoamérica y en otras


regiones, la miel de abejas sin aguijón se consume, más como medicina
que como un endulzante (Cortopassi-Laurino et al. 2006).

Biología de las abejas nativas sin aguijón

La enjambrazón es el proceso por el cual se reproducen las abejas sin


aguijón, es un proceso complejo que envuelve una reina virgen y parte de
las operarias de su corte.

Tabla 4. Usos de la miel de especies nativas sin aguijón.

País Usos
• Tratamiento de afecciones como úlcera en la boca, erupciones


en la piel y problemas urinarios.
Restablecimiento de las mujeres que acaban de dar a luz o
curación del sudor de noche.
• Tratamiento de la catarata en los ojos y para aliviar golpes en los
ojos de los animales.

México
La cera se utilizó para la confección de candelas, también como
sustituto de la grasa o margarina.
• Los recipientes para guardar alimentos se sellaban con cera de
abejas.
• En las marimbas es usada para afinar las teclas o pegar los
diafragmas en los tubos de resonancia.

108
• Comestible: la miel y el suchío (polen)
• Medicinales: la miel. Sirve para tratamiento de las "nubes" en la
vista, curar llagas, eliminar cicatrices, fortalecer pulmones, en
Guatemala quemaduras, dolores musculares, para que crezcan las uñas.
• Doméstico: la cera. Sirve para sacar espinas, para cubrir las
baquetas de la marimba, para los machetes, dolor de oídos, para
tapar ollas y tambos, para pegar cosas en la pared.

Algunas de estas operarias dejan la colonia original y buscan un nuevo


lugar, adecuado para la construcción de un nuevo nido. Al encontrarlo, su
localización es informada a las demás abejas del grupo, a través de un
proceso de comunicación típico de la especie, y parte de las operarias
migran para ese lugar llevando cerumen (mezcla de cera y resina) retirado
de la colonia original e inician la construcción del nuevo nido (Ramírez
1995).
Los meliponinos acopian varios tipos de recursos, los más comunes son
néctar y polen que son las fuentes básicas de carbohidratos y proteínas
respectivamente Sin embargo, también existe acopio de agua, resinas,
heces, lodo, sudor, savia de frutos, semillas, aceites, ligamasa (exudado de
pulgones) e incluso sangre y carroña (Sommeijer 1994), también
mencionan que hay estudios realizados sobre la actividad de pecoreo en
meliponinos, se ha encontrado que el principal recurso recolectado por la
mañana es el polen, y la colecta del néctar la realizan posteriormente. El
pico de colecta de polen es generalmente de 6 a 9 am y de néctar de 10
am hasta alrededor de las 13 pm (Roubik 1989).
La división del trabajo en la colonias de meliponas se encuentra al igual
que en la abejas melíferas, relacionada con la edad de las obreras y
también parece existir variación dentro de una misma especie debido a
factores genéticos (Waldschmidt 1997).

Factores que ponen en riesgo a las abejas sin aguijón

La deforestación es uno de los principales factores que ponen en peligro a


las abejas nativas, en muchos casos esto se da para la creación de
monocultivos, debido al ingreso económico que representa. Se ha
considerado que existe una pérdida de polinizadores a pesar de que exista
un certificado que autorice el manejo de la madera (Eltz et al. 2003).
Aunque si bien, en el proceso de deforestación no se destruya ninguna
colmena, se recalca el hecho de que la explotación forestal reduce el
hábitat que contiene sitios de anidación adecuados y desocupados
(Villanueva et al. 2005).

a) La adopción de nuevos modos de producción basados en extensos


monocultivos de plantas como el arroz, el sorgo y otros, han transformado

109
la selva subcaducifolia de la Península, reduciendo de manera alarmante el
hábitat característico de las meliponas.
b) Los cambios de orden climático que están trastocando la estacionalidad
en la producción de los cultivos en el campo.
c) Los procesos de aculturación qua acarrean las formas de vida
establecidas por la era global actual representados por la aplastante
influencia de las culturas dominantes.
d) El proceso de africanización de las abejas, como consecuencia del
arribo a la Península de esta especie, también se convierte en elemento
que participa en detrimento del accionar de las meliponas. Su capacidad de
adaptación le ha permitido distribuirse a lo largo de todo el continente
americano, y debido a sus altos índices de producción de miel, han
desplazado incluso las abejas europeas.

Ventajas de la meliponicultura

• Las abejas meliponas no pican.


• No representan un peligro para la comunidad.
• El kilogramo de miel “virgen” vale tres veces más que el de la abeja
común.
• La miel y la cera poseen propiedades terapéuticas y antibióticas.
• Son mucho más selectivas que las abejas europeas, pues no acuden a
flores.

Importancia económica

Parte importante de la meliponicultura son los beneficios económicos que


trae a quien la práctica. La miel de la abeja nativa Xunancab es apreciada
por los consumidores de los productos naturistas y tiene un precio elevado
comparado al de Apis mellifera. Sin embargo, la ventaja más importante es
que puede practicarse en los poblados y en el traspatio de las casas,
debido a que carecen de aguijón y son totalmente inofensivas. El manejo
de la Xunancab, no presenta peligros y pueden realizarlo cualquier
miembro de la familia, como un apoyo a la economía del hogar.

Referencias

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La edición de APICULTURA: Manejo, Nutrición,
Sanidad y Flora apícola, se realizó en la Dirección
General de Estudios de Posgrado e Investigación de la
Universidad Autónoma de Campeche y en el Departamento
de Ciencias Básicas y el Departamento de Ingeniería del
Instituto Tecnológico de China, Campeche.
La impresión se hizo en los talleres de _______________
Con un tiraje de ___________ ejemplares en papel bond
blanco de ____ g en interiores y cartulina __________
de ____ g. en la portada.

Se terminó de imprimir en __________ de 2017 en


San Francisco de Campeche, Campeche, México.

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