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1 Pedro 3:8-15

¿Cómo podemos verificar que estamos creciendo? Exteriormente tenemos señales de


crecimiento físico y envejecimiento. Pero en lo que se refiere a la madurez espiritual,
necesitamos otra clase de tabla de crecimiento.
Contexto:
En esta sección Pedro enseña cómo vivir mejor o ser feliz. Las instrucciones que comparte
pretenden enseñarnos cómo ser mejores.
Idea central: Cómo vivir con actitudes que van revolucionar su vida y le hará feliz
I. Por medio de actitudes correctas. - (1 Pd. 3.8)
A. Al tener una misma mente
Los cristianos deben tener un mismo sentir, que implica una misma mente,
concordancia, armonía y unidad. (Véase Filp. 2.5) Por tal motivo, debe evitarse
cualquier clase de conflicto. Las luchas y disputas entre los cristianos demuestran
la hipocresía existente en ellos. (Véase Filp. 2.2 y Ro. 12.16) El secreta de esta
clase de armonía es no enfocarse en diferencia periféricas e insignificante sino en
el terreno común de Jesucristo, su modelo, su mensaje y su misión.
B. Al ser compasivos
Esto significa sentir y sufrir al lado de la otra persona. (Véase Ro. 12.15) La idea
de la palabra es acompañar a la persona que está sufriendo. (Filp. 2.1)
C. Al expresar amor fraternal
Es la clase de amor que exhibimos y practicamos hacia las demás personas, a tal
grado, que puede dar la vida por el otro. Como discípulos de Jesús debemos
entregarnos unos a otros. (Véase Juan 15.12-13)
D. Al mostrar misericordia
Debe ser una persona de corazón tierno, que expresa profundas y fuertes
emociones hacia las demás personas. La misericordia va un paso más adelante
que la compasión. (Véase Mr. 9.36) La compasión implica sentirse triste y
adolorido por el mal del otro, la misericordia no solo siente lo mismo, sino que si
está en sus manos ayudar en la situación de quien sufre lo hace. Siguiendo el
ejemplo de Pablo, es alguien que conforta. (Fil 2.1)
Ejemplo: Si un hermano tiene mucho frió y no tiene con que cubrirse, a mí me da
mucha tristeza por él. Esto es compasión. Pero si yo le doy un abrigo o una
cobija para que se cubra del frió, no solo he tenido compasión, sino que le resolví
su problema. Eso es misericordia.
E. Al mostrar humildad
Literalmente significa cortés, de mente humilde, que tiene una opinión modesta
de sí mismo. Caracteriza a una persona condescendiente, que no orgullosa ni
jactanciosa Habla acerca de la actitud interna en vez de una apariencia externa.
La humildad no es un espectáculo que realizamos; es más, si nos creemos
humildes, probablemente no lo seamos.
II. Por medio de las respuestas correctas. (1 Pd. 3.9)
Ahora, Pedro, nos indica cómo la madurez afecta lo que hacemos y lo que decimos.
A. Dispuestos a perdonar. (3.9a)
1. Cuando tenemos verdadero perdón en nuestros corazones, rehusamos
vengarnos o vindicarnos.
2. Cuando tenemos el verdadero perdón nos refrenamos de responder en forma
brusca.
3. Cuando tenemos el verdadero perdón ofrecemos bien por el mal.
4. Cuando tenemos el verdadero perdón recordamos que fuimos llamados a
soportar ese arduo tratamiento.
¿Qué es lo que debemos de hacer cuando alguien nos hace mal y nos maldice?.
Bendecir debe ser nuestra respuesta. (Véase 1 Pd 2.23)
B. Dispuestos a bendecir.
Esto significa invocar bendición sobre alguien. O sea, pedir a Dios que bendiga al
que nos hace un mal. La idea es pedir a Dios su favor y poder sobre la persona o
hermano que nos hace daño. (Mt. 5.38, 4;1 Cor. 4.12; Rom. 12.14.) Ser bendecido
en medio de situaciones difíciles. (Véase Mt 5.11-12)
III. Por motivos correctos. (1 Pd 3.10)
A. Al tener una lengua controlada. (10b)
1. Se tiene que refrenar la lengua de la maldad. (Stg 3.1-10)
2. La persona que ama a Dios refrena su lengua. El refrenarla trae felicidad.
Esperamos que le pongan lo siguiente en su lápida como alguien lo hizo en
Inglaterra:
Bajo esta grama,
este bulto de barro,
yace Arabella Young,
quien, el 24 de mayo
comenzó a refrenar su lengua.
¿Hará falta que muera para que controle su lengua? ¡Eso no es necesario! Ore
que Dios controle su lengua, ¡comenzando hoy!
B. Al no hablar engaño. (10b)
Pablo decía que el no usa palabras lisonjeras ni engañado para obtener algún
beneficio. (1 Ts 2.5)
Si contestamos el mal con el mal, recibiremos mal de parte de Dios, y si
bendecimos en lugar de hacer el mal, recibiremos bendición. (Véase Sal 34.12-
14; 37.27)
IV. El estímulo correcto. (1 Pd 3.11-12)
A. Se está a la vista de Dios. (3.11)
Los «ojos» del Señor implican que él está pendiente de su pueblo santo. El
cristiano (el justo) debe tener un verdadero gozo ante la mirada del Padre.
B. Dios nos escucha. (3.12a)
Dios escucha con agrado y esta listo para responder a los hombres que observan
su ley. Le agrada a Dios oír las oraciones de estos cristianos. Dios prepara sus
oídos para oír con placer. Las malas actitudes frenan las oraciones. (Véase 1 Pd
3.7)
C. Dios no quiere la maldad. (3.12b)
El Señor se enoja contra quienes practican la maldad.
Conclusión
Si uno no refrena su lengua para no hacer el mal, no se guarda o cuida para no hablar
engaño o mentira, no se aleja de las cosas pecaminosas, no se preocupa de estar en paz
consigo mismo, con los demás y sobre todo con Dios. Tendrá el rostro enojado de Dios
contra él. (Véase Sal 34.15-16)
Actitud de desierto: La queja
por Pastora Yolanda QuiñonesPredicaciones

Números 11:1

Introducción

El desierto es un terrible lugar para visitar y un devastador lugar para vivir. A veces vivimos en desiertos emocionales y
espirituales sin darnos cuenta. Sentimos la seca y sin vida experiencia pero olvidamos conectarla con lo que realmente
somos y cómo llegamos allí.

Son nuestras actitudes las que nos llevan a experiencias de desierto. Las actitudes son importantes, no sólo las acciones.
A Dios le importan tus acciones y tus actitudes.

Desarrollo

Consideremos a los hijos de Israel. Salieron de Egipto y viajaron hasta el umbral de la Tierra Prometida. El viaje les tomó
18 meses y cubrió más de 300 millas. Doce de los 18 meses los pasaron en la base del Monte Sinaí recibiendo los 10
mandamientos.
Allí estaban a unos pocos pasos de la “tierra que fluye leche y miel”. A unos pasos de entrar a la bendición y al gozo que
Dios había prometido y Dios les dice que no van a entrar, les dice que deben regresar al desierto y quedarse allí hasta que
cada uno mayor de 20 años muera.

5. ¡Eso es un movimiento radical! Hacer desaparecer una generación entera de tus hijos. Dios nunca se enoja sin una
razón. El no “pierde los estribos” y después se pregunta qué pasó. Este evento se registra en los Salmos, en los Profetas,
en los Evangelios y en las Epístolas (1 Co. 10:5, Heb. 3:7-11,15-18 4:1-3) por lo que debió tener trascendencia y relevancia
para nosotros hoy.

Números 13-14 recoge el por qué de esa acción radical de Dios:

a. Los doce espías fueron a la Tierra Prometida y llegaron con las noticias de regreso.

b. Diez regresaron llenos de temor y comenzaron a quejarse acerca de los ejércitos, de los gigantes y de los obstáculos

c.Josué y Caleb trajeron el informe de la minoría: fe y confianza para conquistar la tierra

¿Cómo respondió el pueblo? 14:10: “hablaron de apedrearlos”.


¿Qué reflejaba esto? Actitudes de falta de fe, una mala actitud.
¿Cómo respondió Dios? Núm. 14:11-12 Un Dios airado se reveló a sus hijos. Moisés interviene, pide misericordia, que no los
haga desaparecer de la faz de la tierra y Dios lo escucha.
Pero Dios aún estaba molesto con las actitudes malvadas de sus hijos. Núm. 14: 26-29

Sólo Josué y Caleb entrarían, todos los demás morirían en el desierto. Ver. 31-33 “Ustedes dijeron que yo no los podía
hacía entrar, tuvieron miedo de que sus hijos morirían, pues ellos no morirán pero ustedes sí”.

Ver. 34, Vagarían por 40 años, 1 año por cada día que espiaron la tierra, por cada día sin fe, por cada día de queja, por
cada día de murmuración y por cada día de crítica.

Ver. 35 “Quiero dejar bien claro cómo me siento por esto”.


Podemos argumentar, pero Dios es un Dios de gracia, compasión y bondad, ¿qué puede empujarlo hasta esos extremos?

Las murmuraciones y las quejas de su pueblo. Núm.14:27

Cuando una palabra suena como es, se llama onomatopeya, por ejemplo: cuac, cuac, miau, miau, bla,bla, bla, yapi, yapi.
Cuando nos quejamos eso es lo que escucha Dios, un sonido repetitivo y molestoso que “lo vuelve loco”. Dios aborrece,
detesta esa actitud de contradicción, duda y rebelión. No la tolera.

Si decidimos o escogemos el murmurar y el quejarnos como nuestro estilo de vida, ¡entonces de regreso al desierto
vamos!
Las malas actitudes hacen de la vida una experiencia seca, dura y sin gozo. ¿Se ha sentido alguna vez así? ¿Como si su vida
está falta del gozo y la plenitud que usted desea? ¿Cómo que se está perdiendo de la clase de vida abundante que la
Palabra de Dios promete?
Necesita recordar esta verdad: Aquellos que escogen la queja y la murmuración como sus estilos de vida pasarán sus vidas
en el desierto.

Las malas actitudes después de reconocerlas hay que reemplazarlas con las actitudes que Dios ha diseñado para que
puedas vivir en la Tierra Prometida. Identificamos una mala actitud y la desechamos, identificamos una buena actitud y la
adoptamos.
1 Cor. 10:7-8 No adopten una mala actitud como ellos allá en el desierto o se les estarán uniendo en su peregrinaje.

¿Cómo comenzar a lidiar con mis actitudes?

a.decidiéndose a creer que las actitudes son críticamente importantes para tu vida

b.entendiendo que las actitudes son sumamente importantes para Dios

c.entendiendo que hay serias consecuencias de “desierto” para los que escogen actitudes incorrectas

d.decidiéndose a cambiar las actitudes que sea necesario cambiar

e.entendiendo que no puedo cambiar mis actitudes sin la ayuda de Dios

f.disponiéndome a estudiar la Palabra de Dios para aprender qué actitudes necesitan cambiar y cómo empezar a hacerlo

Todos nos quejamos más de lo que nos gusta admitir. Nos quejamos cuando expresamos resentimiento por las
circunstancias que están más allá de nuestro control y por las cuales no estamos haciendo nada.

El quejarnos no cambia nada, sólo satisface nuestra naturaleza pecaminosa. El quejarnos libera “energía emocional
negativa” en una manera que provee alivio momentáneo de una situación o circunstancia que quizás sea frustrante para
nosotros.

Núm. 1:1, quejándose, murmurando, lloriqueando, refunfuñando y Dios envió fuego del cielo. Escogieron quejarse, o sea
que escogemos nuestras actitudes. Ellas no nos escogen a nosotros, nosotros las escogemos, las seleccionamos a ellas.
¡Nuestro problema de actitud está frente al espejo!

Núm. 1:1, el pueblo, nuestros problemas de actitudes no los podemos adjudicar a nadie, no podemos excusarnos diciendo:
“es la actitud de mi mamá la que heredé”, “es culpa de mi papá que yo sea así”, “es mi jefe”, “es mi vecino”, “son mis
circunstancias”. Escogemos las actitudes a asumir frente a lo que nos rodea.

Los israelitas tenían buenas razones para no quejarse, tenían más que suficientes razones para estar agradecidos, sin
embargo, escogieron la actitud de la queja.
¿Se acuerdan del informe de los espías? El pueblo escuchó el informe de la mayoría y el informe de la minoría, ¿y qué
hicieron? Decidieron.

Hemos hablado de actitudes, pero no hemos definido lo que son actitudes:

a.actitudes son patrones de pensamiento- desarrollamos una manera de pensar acerca de las cosas , una manera de
enfrentar la vida.

b.Actitudes son patrones de pensamiento que se formaron por un periodo de tiempo largo. Los israelitas súbitamente no
comenzaron a quejarse en el desierto, se quejaron en Egipto mientras hacían ladrillos. Usted dirá: ¡pero su vida era
difícil! Sí, pero muchos antes de ellos y después de ellos en circunstancias iguales o peores, han escogido no quejarse.

c.Las malas actitudes son maneras de pensar habituales y dañinas y a veces no nos percatamos que las tenemos. Nos
acostumbramos a reaccionar de una manera específica que nuestras decisiones se vuelven automáticas y creemos que
forman parte de nosotros, lo que no comprendemos es que trágicamente las consecuencias son automáticas también.

Al igual que los israelitas al umbral de la Tierra Prometida, usted y yo podemos estar más cerca de lo que creemos a un
cambio dramático y que produzca vida y gozo, usted puede escoger rechazar la queja y confiar en Dios.
Una verdad crucial acerca de la queja es la siguiente: Quejarse es un pecado. Pecado es errar el blanco, es fallar en
relación a las justas y santas demandas de Dios. Nuestra queja nos puede conducir a enojo, amargura y aún depresión.
Cuando nos quejamos, escogemos una respuesta que nos daña en vez de hacernos bien. Te dañas, te perjudicas tú
primero. Dios te ama y no quiere que te hagas daño.

Cuando nos quejamos, herimos a Dios. Dios se afecta cuando escucha nuestras quejas y ve nuestras actitudes incorrectas,
¡porque el quejarnos cuestiona la Soberanía de Dios!
Al quejarnos estamos diciendo: !Dios, metiste la pata! Tuviste una oportunidad de llenar mis expectativas, pero no supiste
hacerlo, no supiste manejarlo. Buen intento, Dios, estuviste cerca pero no lo suficiente.

Al quejarnos, herimos a las personas que nos rodean.

¿Cómo definimos queja? Expresar insatisfacción con una circunstancia que no está mal o equivocada y por la cual no estoy
haciendo nada para enmendar o corregir.
Si hay algo de incorrecto y tú expresas insatisfacción, eso no es quejarse. Ejemplo: hacer piquete frente a una clínica de
aborto, quejarte por la mala comida de un restaurante, etc.
Quejarse es refunfuñar acerca de cosas que no están equivocadas o incorrectas.
El no hacer nada por mejorar la situación es otro factor del quejarme.
La queja envuelve circunstancias, situaciones, la crítica envuelve a personas.

Volvamos a Núm. 1:1 Dios escuchó cada palabra de cada quejoso de los hijos de Israel. El estaba allí. Allí estaba la nube
de día y la columna de fuego de noche. Dios estaba allí…escuchando y ellos lo ignoraron.
Una y otra vez se lee en la Escritura frases como éstas:

a.”y el pueblo se quejó…”

b.”¿Porqué no podemos tener más de esto?”

c. “¿Y cuándo vamos a tener más de eso?”

d. “¿Porqué no te das cuenta de que yo


necesito…?”

e. “Tú sabes…”

Escuche estas: ¿Porqué tengo que pasar por esto?, ¿Porqué tengo que soportar todo esto cuando la vida le va tan suave a
ellos? Estoy cansado, ¿cuándo esto se va a acabar?¿Porqué mi vida no puede ser más como _________?
Esta continua queja, “bla,bla,bla, yapi, yapi”, sube hasta los oídos de Dios y El responde: ¿Se pueden retirar de Mí con esa
queja crónica?

Si usted está vivo, enfrentará alguna medida de adversidad, esto parece sorprenderle a algunos. Tendrá la cantidad
correcta de adversidad como para cumplir los propósitos de Dios en sus vidas.

Es nuestra decisión: regocijarnos por todas las buenas cosas que Dios ha hecho en nuestras vidas o quejarnos acerca de
esa sola cosa, cualquiera que ésta sea.

Al quejarnos estamos rechazando la gracia que puede ayudarnos a través de esa situación.
Considera esto: Esa misma adversidad de la cual te quejas frecuentemente es lo que Dios quiere usar para mantener tu
corazón cerca de El. En su gracia, permite la adversidad para atraernos cerca de El.

Lo malo no es la adversidad sino nuestra respuesta a ella. ¡Es nuestra actitud!

Conclusión

Dios oye nuestra queja y le desagrada. Nuestras quejas le rompen el corazón, le golpean Su rostro e insultan Su gracia

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