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AÑo n. BUENOS AIRES, ENERO DE 1899. NÚM.

LA SOCIOLOGIA CRIMINAL
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No son pocos los que niegan á la so- clOn que la distingue en su quid propriu111,
ciología criminal el puesto que le compete de las demás ciencias naturales con los
como ciencia contributiva entre las doctri- trabajos más recientes de De Greef, Ardigó
nas jurídicas y son más todavía los que y Angiulli - aún el estudio del delito, que
desconocen la solidez en las bases científi- se había mantenidq en el campo exclusiva-
cas al ramo de las ciencias socialés que, mente jurídico durante el período victorioso
estudiando el delito en relación de las le- de la escuela clásica, una vez elevado al
yes orgánicas de la sociedad, toma el :lOm- terreno positivo y experimental por los pro-
bre de sociología criminal. gresos de la antropología, de la psiquiatría
Hay tambien quien, ignorando la labor y de la psico-física, debía encaminar 'pre-
densa de la agudeza genial y de la argu- ferentemente sus investigaciones soore el
mentación positiva que despertó tan extraor- delincuente que es el actor real y palpi-
dinario interés en Europa repercutiendo tante del mundo criminal, considerándolo
como un eco clamoroso aún en el Nuevo no solo en relación á su especial organiza·
Mundo,-- encuentra absurdo hasta el título ción fisio-psíquica, sinó tambien, y sobre
de esta ciencia, sosteniendo que existe con- todo, en relación al ambiente social cuyas
tradicción entre los dos términos -- sustan- influencias le circundan y del cual no es
tivo y adjetivo, como si fuesen contradic- mas que 'una resultante típica, apesar de
torios los terminas: derecho penal, nombre las innumerables variantes individuales.
universalmente reconocido á una disciplina Esta ramificación de la ciencia social
especial del derecho; y como si anatomía que había tenido ya dos precursores ilus-
patológica, para P.O recordar todas las es- tres, Quetelet en Francia y Romagnosi en
pecialidades de cada ciencia general, no Italia, fué conocida y cultivada después bajo
fuese una necesaria significación de aquella la misma denominación de sociología cri-
'parte del estudio anatómico que tienen re- minal, por· Ferri y otras eminencias de la
lación con las enfermedades que determi- nueva <;!irección científica y positiva en el
nan las desviaciones anormales. derecho penal de Europa.
Así, la sociología - que es la biología Mucho antes de que los progresivos es-
de los organismos colectivos - en la evo- tudios estadísticos hubiesen demostrado la
lución de las sociedades humanas, estudia íntima conexión entre las diversas oscila-
las causas que determinan los fenómenos ciones de ciertas casualidades sociales y
normales de los asociados, indagando, en el las oscilaciones de la criminalidad en los
juego infinito de las fuerzas, las leyes na- distintos países; antes de que se hubiese
turales que si hacen complicado el proble- probado con la inflexible lójica de las cifras
ma colosal del mundo orgánico, se pierden que, por ejemplo. á ciertas condiciones de
tras la formidable esfinge de la psíquis hu- malestar económico general corresponde un
mana, en la amplitud del mundo superor- recrudecimiento proporcionál de la delin-
gánico. cuencia contra la propiedad, y que en los
Desde que la filosofía de la vida social años de care.stía el delito se aumenta en
encontró sus cimientos científicos en las extensión é intensidad, - el genial escritor
vastas obras de Comte, Spencer, Schaffle francés había trazado un boceto de física
Lilienfeld, De Roberty, y una sistematiza- social, aplicando en él ciertos datos gene-
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rales á las causas criminógenas, y el pro- tar con ojo seguro las profundidades fisio-
tundo filosofo italiano en su ingenioso li- psíquicas en. las cuales el delito fermenta y
bro: El Génesis del Derecho Penal, había madura, sin haber sondadQ antes más allá
reducido los grandes factores sociales de de las oleadas sociales que se amontonan-
la delincuellcia á tres grupos' principales: tempestuosas sobre los perdidos, sobre los
defecto de subsistencia, defecto de educa- desventurados, sobre los náufragos de la
ción, defecto de justicia. vida, para crear esa delincuencia fatal de-
Pero antes aún, Roberto Ovven, el gran bida á causas extranas y avasalladoras de
filántropo inglés había inducido la extraor- la ¡nisma voluntad del delincuente, -
dinaria influencia de los fa~tores sociales· el criminalista sociólogo que no quiera pa- .
en el delito, de modo _ que en su obra filo- sar por prehistorico en plena modernidad,
sófica: Libro del nuevo 11tundo moral, pue- . ~studia el delito no en los polvorientos, aun-
de decirse que alborea la doctrina moderna que venerables, pergaminos del pasado (y
que se -ha denominado sociologí3. criminal. no lo par~ce venerable por el solo hecho
E):istía la sustancia sin el nOlnbre. de estar apergaminado) sinó en la palpita
Entre los doctos de aquella época se ción perenne, en la evolución de las for-
despertó ~inembargo un grandísimo interés mas y de las cosas, en 'el perpetuo adap-
por la colonia esperiméntal fundada en In- tarse á las necesidades diariamente reno-
glaterra por el mismo Ovven, quien, ha- vadas, de todo lo que no quiere ni debe
biendo recojido en ella la escoria más in- morir.
corregible de los bajos fondos sociales lon- El derecho no debe perecer ni como
dinenses - personas dedicadas á la delin- necesidad; debe transformarse, - he ahí
cuencia habitual, reincidentes en delitos de todo; nuevas fuerzas mas vigorosas obten-
violencia y de robo - pudo probar triun- drá de la moderna dirección científica.
falmente la eficacia reform-adora del amo Esta verdad triunfante, aunque contes-
biente sobre las acciones individuales, toda tada, de que el delincuente es á su vez una
vez que de tantos seres profundamente víctima de su propio organismo y de las
corrompidos, pudo formar una legión de fuerzas exteriores cohibitivas que hacen ~s­
trabajadores modelos, con la regeneración tallar en él los resortes antisociales --- esta
fisiológica del bienestar asegurado por 21 otra' verdad: .que si es una bofetada para
trabajo que da el sentimiento del orgullo la soberbia del hombre, lo reconduce sin
y de la dignidad, y con la educación de la embargo al seno de la infinita' naturaleza
men te y del alma. y de sus leyes irrevocables de causalidad,
Aunque rudamente combatida por los' considerándolo como una de las fuerzas
enemigos naturales de [toda iniciativa de que obran por acciones y reacciones com-
innovación, y desvirtuada por las iras é binadas, con las de toda la dinámica y, en-
intrigas de la época, la colonia del New fin, el corolario científico que deriva de es~
Lamark perdurara en la historia de las tas premisas, es decir, la necesidad de es-
iniciativas. audaces de la civilización, como tudios' pacientes de análisis de la anatomía
una de las más nobles tentativas en los es- física y moral, á fin de fundar la síntesis
tudios esperimentales sobre la profilaxis de la criminalogía moderna en argumentos
social del delito. de hecho y por consiguiente indestructibles.
De hoy en adelante, la ciencia penal, He ahí los cimientos sobre los que erije la
no pudiendo pernlanecer - so pena de sociología criminal su sólido edificio de
muerte intelectual- en el campo de la di- observaciones, afirmando su razón de ser
vagación metafísica sobre apriorismos jurí- como punto de contacto científico entre el
dicos y legislativos, y debiendo vigorizarse derecho penal y la sociología general.
en la viva y fresca corriente de las obser- Qué valor puedan tener estos estudios
vaciones científicas imperiosas y suminis- en la profiláxis del delito, más que las ári-
tradas con profusi ón por la antropología, das disquisiciones doctrinarias, lo demos-
.la psico-física, la sociología y demás cien- traron eficazmente los campeones de la jo-
cias afines, - ha encontrado en ellas alia- ven escuela penal, principalmente E. Ferri.
das fieles y seguras. y aún aquellos que combaten abiertamente
Hoy, - puesto que no se puede es'cru- las conclusiones de la antropología crimi-
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nal, reconocen que los jurIstas de la nueva defecto entregado á la prensa, y lo que pareció y
escuela fueron los primeros en reclamar el fué eficaz en el momento de la improvisación, re-
sulta á menudo estudiado, monótono y prolijo en
homenaje á las investigaciones de los fac-
el escrito de que el lector toma conocimiento en
tores sociales de la delincuencia, y á los un estado de ánimo más tranquilo, más propenso
medios de quitar al delito su vasto y ex- á la crítica detallada que la del que escucha sobre
presado orijen, según las intuiciones gene- quien obran tantas y variadas influencias, desde el
rales desde Tomas Moro á Romagnosi y gesto hasta la entonación de la voz y la mirada de
quien está hablando,
Quetelet. Estas defensas de Ferri son siempre el do,u-
La sociología criminal está llamada á mento de una habilidad oratoria por cierto no ca·
cumplir, entre las ciencias sociales, las fun- mún, pero el número de los que pueden llegar á
ciones que entre las naturales corresponde comprender el entero valor de las mismas, es tan
á la Hz/iene. Esta, antes que se haga nece- reducido, que se podría c¡¡si decir que se límita
saria el trabajo del médico, enseña los me- solamente á los abogados.
dios de prevenir las enfermedades que des-
truyen y apagan lá vida física del hombre.
Aquella --- verdadera hijiene moral po-
sitiva --- busca los medios, antes que la. pe-
nalidad cumple su triste oficio puramente
negativo de eliminar las causas de las en-
fermedades morales que de la locura al
suicidio y al delito, destruyen y apagan en
el delincuente y en la víctima. la vida física
y la jurídica.

Enrique Ferri es sin duda una de las más ilus·


tradas individualidades y sobre todo una de las
más completas. Es típicamente latino en la vivac;i-
dad y multiplicidad de su ingenio. Hombre políti-
co y de ciencia, abogado y profesor, ha dejado y
deja una notable impresión en todos· los campos
en los que despliega su admirable actividad. Enrique Ferri.
Si las más de las veces no 'fuera inoportuno y
difícil escribir sobre los que se encuentran todavía
en las batallas de la vida, la figura del criminólo- Los que ejercen la abogacía comprenden la fi··
go y socialista de San Benito PÓ, merecería por nura y la fuerza de algunas argumentaciones y
ci2rto un· estudio amplio y circunstanciado. Aun- divagaciones, de los exhordios que llaman la aten·
que limitándose á Ferri como abogado, el estudio ción del auditorio, de las peroraciones en nada pa-
puede ser- sin embargo rebosante de interés y de recidas á las tiradas de costumbre, de las suti-
importancia. Razon y elemento de tal estudio me les observaciones psicológicas y de los agudos
ha sujerido la obra que Ferri ha dado á la razonamientos jurídicos.
prensa con el título «Defensas penales» pre- . La mejor entre todas las defensas es la de los
cedido de un prefacio conteniendo recuerdos y campesinos Mantovanos en el proceso de Venecia
consejos de psicología oratoria, y me apresuro á de 188b - que á mi parecer supera á las demás
decir que no creo que Ferri haya aumentado su por la densidad del pensamiento y la solidez de
justa fama recogiendo, de los resúmenes taquigrá- la cultura, por el orden, la sobriedad y al mismo
ficos estas págínas suyas de elocuencia jurídica. tiempo por el esplendor de lo que en la Jerga cu-
Para los que no han escuchado de su misma rial se llama arranques o1'atorios.
voz sonora, adaptada artística y sabiamente á los Muy buena también la arenga sobre - La pú-
varios conceptos espresados y á las emociones su- blica censura y la degeneracion parlamentaria -
scitadas por la úla rapida, organica, y fascinadora con ánálísis a-certados de caracteres morales y
de las palabras de las ideas y de las imágenes con muy buena pintura de las costumbres descomedi-
las que el Gefe de la Escuela positivista a.rroja das electorales y políticas. En cada una, tambien
sus arengas á los jurados, jueces, colegas y públi- en las más decadentes, se manifiesla de vez en
co pendiente de sus labios, este libro es en parte cuando la garra del Ieon. y los que han oido á En-
una viva impresión. Muchas veces lo que consti- rique Ferri en los pnntos más típicos de sus triun-
tuye un mérito para la elocuencia forense, parece fos oratorios, comprenden muy facilmente el éxito
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que algunos párrafos deben haber alcanzado en lo que pasa en la audiencia, lectura de documen-
las aulas de los Tribunales y de los Assises. Una tos, deposiciones de los testigos, es posición de los
impresión menos simpática se siente en muchos cuerpos del delito, arengas de los adversarios y de
puntos más bien banales y en la repetición de fra- los colegas etc., anotando al márgen la impresión
ses y conceptos, como tambien en digresiones lar- que le parece haya hecho cada acto sobre el ánimo
gas y exageradas estrañas al proceso que se discu- de los jurndos y de los jueces. y anotando tam-
te. Mientras las defensas son el ejemplo y la prueba bien las contestaciones de la deíensa que se pue-
de una grande potencia oratoria, el prefacio es den oponer á una ú otra impresión acusatoria.
una óptima guía para los que teniendo facilidfld df': Cerrado el debate, bosqueja á grandes rasgos
palabra, prontitud de la mente y cultura, quieren sobre su acta de audiencia, un borrador de su de-
sacar de estas calidades propias un resultado útil tensa, cuya forma abandona despues á la impro-
en el ejercicio de la abogacia penal. En ese pre· visación que ot hace la palabra más viva, palpitan-
lacio Enrique Ferri revela su intención psicológi- te y eficaz» y la palabra de Enrique Ferri abogado,
ca y el intimo conocimiento del mnbiente en qlre es verdadernmente tan viva, palpitante v eficaz,
se debaten los juicios penales. Yo creo que el mé- que hace de ál uno de los más grandes y más afor-
todo de preparación y de expo.,ición seguidos por tunados de los abogados de Italia.
Ferri son absolutamente muy buenos y en prueba
de ello cito algunos ,parra fas sobre los que ten- ADOLFO ZERBOGLlO.
dl"Ían que refleccionar varios togados que llevan
á la vida de los tríbunales y cortes de justicias
un conjunto árido y fastidioso de disquisiciones
jurídicas ó la deshones~a costumbre de patrocinar
los intereses y la libertad ajena sin una suficiente
preparación «Lo que puedo decir á los jóvenes
abogados que tomaran algún interés en estas no- ]\torrantes, lT\endigos, rufial\es y ladrones
ticias de práctica profesional, escribe Enrique Fer-
ri, es que para vencer el terror panico, desatar la
lengua y dar eficacia á la espresión, más que co- La idea de que hay hombres que no
noce)' los ejercicios fisiológicos y las reglas aca- tienen hogar, patria, familia, ni afecciones
demicas, necesitase saber.
que los liguen á la sociedad, parecería re-
Tener ideas en la cabeza y por consecuencia
cosas para decir, este es el primero y gran secre- chazable, aun en el dominio de las hipóte-
to de la elocuencia. sis, si no existieran pruebas reales de este
Para la elocuencia forense á más de las ideas espantoso fenómeno social.
generales de sociología, de psicologí::: y de dere- Llevado, en efecto, el raciocinio hasta
cho, el conocer la causa es otro mágico secreto á buscar en sus más leves manifestaciones
fin de ser sugestivo y para aplicar el precepto de
Aula Gellio que la oración debe salir " no de la
los afectos que dominan en cierta clase de
,'-<
boca sinó del pecho..... Conocimiento seguro de to- seres, ejercitando el escalpelo hasta en las
da la causa y un ajuar de ideas sociológicas y so- más íntimas fibras del sentimiento, se en-
bre todo psicológicas, tales son los dos principales contrará que en ellos hay un abismo pro-
motores de la elocuencia forense, á la que no pue- fundo que los separa de los demás seres,
den llegar los que tenga~ el cerebro amueblado
hay un piélago insalvable, que divide para
solamente de fórmulas judiciales abstratas, que si
á veces son útiles y necesarias, lo serán con fre- siempre á estos hombres, del resto de la \
cuencia en proporciones infinitamente menores humanidad.
que las nociones de psicología normal y criminal y á causa de esta di visión profunda, le
y de soci.ología que constituyen ahora un pertre- tienen declarada una guerra (á veces fran-
cho tormidable de guerra en las luchas del foro, ca y á veces sorda) á la sociedad en que
y un manantial inagotable de potencia sugestiva. »
Enrique Ferri, que muchas veces es llamado actúan, como resultado de una acumulación
por otro colega que Jet se ocupó de la causa, en el de amarguras y desengaños que viene pro-
curso de la instruccion de la mssma y á la víspera duciéndose en su espíritu á medida que
del debate estudi::l con deligencia y por entero to- más viven y más sienten los aguijones de
dos los documentos, sabiendo, como él dice. que la necesidad.
muchas veces de las circunstancias mini mas y se-
cundarias, de los antecedentes lejanos, brotan ide- Por su parte, la sociedad corresponde
as inesperadas é impresiones utilizables en la au- á estos ódios con un temor supersticioso y
diencia, particularmente en los procesos de prueba con un horror instintivo que le impulsa á
judical. En el curso del debate él se abstiene de separars,e de ~llos, á huir ó agredirlos, si
los incidentes sistemáticos de procedimiento y con la fuga no puede evitar su repugnante
prefiere hacer pocas preguntas, no solamente á
los testigos de la acusación sinó también y sobre contacto.
todo á los de la defensa, y al decir que el temor es supersticio-
Enrique Ferri escribe lo mas posible de todo so, me refiero á la masa social, en general,
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hecha pre8cindencia de los intelectuales y El vagabundo no tiene vinculaciones


sociólogos que fundan su temor en el estu- sociales de ningún género y su existencia
dio de los males positivos que esos serts importa un peligro para las leyes morales
encarnan; lo mismo que si el horror es ins- y para l~s positivas.
tintivo es porque el pueblo en conjunto no Debemos, bajo este último aspecto, preo-
se ha detenido en el estudio psicológico, cuparnos entonces de él y ver de comba-
sinó que al mirar (con la doble vista del tirlo, para evitar no. solo los efectos perni-
vulgo), seres de contextura moral extraña ciosos que produce su contacto, sinó tam-
á la de ellos mismos, han pensado con ra- bien los que ellos producen, en contra de
zon que no pueden mancomunar con ellos la estabilidad social.
ni ideales ni sentimientos. Bajo la denominación genérica de va-
EI'vulgo es por otra parte, enigmático gabundo, comprendo al atorrante, al men-
en sus manifestaciones y envuelve sus preo, digo, al rufian y al ladran, porque, como
cupaciones en fantasías ó leyendas. más ó veremos más adelante, todos padecen de una
menos artísticas ó poéticas. misma enfermedad moral, es decir, todos
Quién no conoce la leyenda delJudí~_ ellos han sufrido un atrofiamiento en la fa-
:grrante, que no es más que el ropaje-con cultad psicológica, que llamo sociahilidad,
que la imaginaciÓn popular ha revestido la
Entre sí, como es natural, presentan
idea del horror con que se mira al vaga-
diferencias psicológicas, que dán la división
bundo, en cualquiera zona del mundo; por-
en especies, y estas mismas tienen subdi-
que esta leyenda, lo mismo pertenece á los
visiones; pero forman un conjunto, y se
pueblos del Norte de la Europa que á los
caracterizan en su aspecto general por el
países meridionales del Mediterráneo.
Indudablemente la sociabilidad, es una ódio y la aversión, que sienten contra todo
facultad inherente á la organización fisio- lo que es organización social.
lógica y psicológica del hombre y nadie Todos están en lucha abierta contra las
puede sustraerse á esta ley superior de autoridades, de cualquier régimen político
nuestra organización, sin violar derechos y que sea, todos están dispuestos á cambiar
prerogativas que están por arriba de leyes de territorio en el momento más propicio
humanas y convenciones positivas. á su manera de actuar, todos desconocen
Las leyes morales tienen reguladores la razón de los derechos ajenos y la razón
que no dependen de los hombres, y cuando de las leyes y sobre todo, se alzan enérgi-
son atacadas, buscan su equilibrio por me- camente contra la ley del trabajo en cual-
dios independientes de nuestros códigos y quiera forma, para lanzarse al azar sin
de nuestros tribunales judiciales. '. rumbos determinados, libres de deberes que
De allí la leyenda, de ahí el horror y los opriman y de derechos que ellos mis-
la superstición popular hácia el vagabundo. mos desconocen.
Pero, las sociedades no pueden ni deben El ladrón es un vago, que dúminado en
descansar en absoluto confiadas en el cas- absoluto por la tendencia de adquirir bie-
tigo moral: porque además del interés in- nes sin sujetarse á las molestias del trabajo,
material, existe para ellas el interés positi- atenta contra la propiedad agena en las
vo, regulado ya por convenciones ó por distintas formas que se han clasificado por
acuerdos más ó menos tácitos, y que son el Código Penal, es decir, desde el hurto
la fuente de los derechos reconocidos á ca- que es la sustracción clandestina, y el robo
da hombre ó cada grupo de hombres, y de- que es !a violencia en la pers0na y en las
beres impuestos á estos mismos, como base cosas, hasta la defraudación en la que in-
de tales derechos. terviene el engaño y la simulación.
Entonces aparece el sociólogo y tras de Este delincuente tiene de característico,
este el le~islador, que estudian nuestra or- estos dos. rasgos en su fisonomía moral;
ganización social y buscan los principios, el hábito del robo y su resistencia innata
las teorías y doctrinas que deben aplicarse al trabajo.
en el derecho positivo, en armonía con las Me refiero por supuesto al delincuente
leyes morales que han presidido nuestra consuetudinario y no al que ocasionalmente
formación. cae en las 'tentaciones del delito impulsado
*** por circunstancias del momento.
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La degeneración de ese tipo, no ha lle- en el estado permanente de lucha brutal entre in-
gado hasta el punto de hacerle olvidar dividuos y entre tribus, desde el sacrificio de las
víctimas humanas hasta el antropofagismo, puede
ciertos detalles de pundonor; el ladrón co-
decirse que constituía un solo delito.
mún, sobre todo el que ejerce su profesión El bandolerismo, digámoslo, sin ironías ni exa·
con cierto éxito, no incurren en las faltas del g,eraciones, fue la primera forma de actividad co-
rufian, ni prescinden en absoluto de su per- lectiva entre los hombres. Actividad en el mal sin
sonalidad como el atorrante, pero en cier-' duda, pero inspirada no obstante, en un doble ins-
tas circunstancias de su azarosa vida puede tinto fundamental: de conservación y de asocia-
ción. Porque entonces la vida podía ser conservada
llegar y.llega á ·la categoría del mendigo, Ia,s más de las veces con la muerte de otros; ma~
aun .que inmediatamente se reponga de su tar ó ser muerto era el dilema cruel que se pre-
caida en el nivel moral que él mismo se ha sentó á la humanidad tan pronto como ella empezó
impuesto, pára volver á colocarse en la á distinguirse en la escala de los seres inferiores.
categoría de ladrón. Cuantos milenios duró esta carnicería entre
los projenitores de nuestra especie?
Tienen estos el) alto concepto sus fa-' . Lo~ diversos grados geológicos nos dan los
cultades intelectuales y su experiencia para datos aproximativos de épocas interminables. Lo
el robo, y miran con desden á los rufianes, que puede afirmarse con seguridad es que la cor-
mendigos y atorrantes, pues los consideran teza altruista Ó' de sociabilidad con el consiguien-
ínferiores y de menor alcurnia. te sentimiento de respeto por la vida y los dere-
chos ajenos. fué formándose á través de la~ gene-
y no carecen de motivos, pues como raciones sucesivas con una lentitud desoladora.
v.ere~nos más adelante, las rufianes padecen Tan es así, que aún dejando de' lado las
de una depresión moral que no tiene el tinieblas que envuelven las épocas prehistóricas,
ladrón, y los mendigos y atorrantes de un en las más gloriosas civilízaciones, surge el ban-
atrofiamiento psíquico y físico de que ca- dido hasta del hombre civilizado, cuando menos se
espera, y muchas bandas célebres en la historia se
recen los primeros.
han formado entre individuos . que han salido de
las vías normales de la vida social, después de
SERVANDO A. GALLEGOS. una primera caída por la difícil pendiente de la
(Continuará) vida.
Muchos bandidos famosos del mediodía de
Italia llevaban un nombre antes honrado en los
padres del trabajo y de la pureza de la vida, y ha-
Ca l1gonio bel 6nnboreri81TIO bían sido arrojados al bosque por un súbito despfT-
ta.r de los instintos salvajes primitivos no apagados
aún en el hombre, y que había revivido al contac-
Las recientes correrías de las bandas de mal- to de las provocaciones. externas, como una regre-
hechores indios en la colonia de Florencia asola-' sión atávica del estado salvaje, bajo ;a nueva cor-
da por el saqueo y exterminio entre los pobres Él teza.
indefensos trabajadores de la civilización, me ha El bandolerismo en la Italia meridional que
recordado los interesantes estudios hechos ultima- dejó ramificaciones en la' campiña Toscana y en
mente en Italia sobre los ca~os del bandolerismo los campos romanos hasta hace algunos años, te-'
moribundo, haciéndome pensar en los abundantes nía su 'génesis económico en la necesidad y ma-
materiales, observaciones y apuntes inéditos comu- lest~r de las plebes agricolas consecuencia de los
nicados por mi padre que era oficial superior de movimientos por la independencia; el génesis po-
artillería en la cam'paña de represión contr:l el lítico, en el sentimiénto de vencer en las esferas
bandolerismo que imfestaba las provincias napo- más incultas y supersticiosas contra el nuevo ór-
litanas después del año 1860. den de cosas rep'utado ' sacrílego y usurpador por·
Es imposible' condensar en un artículo de re- los afiliados á los borbones; el génesis antropoló-
vista todos los puntos de contacto fisionómícos gico, en el estado semi-salvaje en que vivían y vi-
entre estos dos fenomenos de delincuencia colecti- ven aún, en parte, los habitantes de aquellas cam-
va: el bandolerismo calabrés y el bandole'rismo pañas.
indio ·que no obstante se alejan tanto en el espa- En el bandolerismo Sud-americanú entran sin
cio y tambien en el tiempo aún cuando se acer- duda otros elementos que la poca madurez de mis
quen mucho en sus causas generales y determi- estudios sobre la vida y costumbres del paí,; no
nantes. . me permite analizar con la necesaria abundan~'ia
El fóndo psico-sociológico de que uno y otro de observaciones y seguridad de datos.
surjieron - como los despojo,s de una ciudad se· Estp no obstante, creo no exagerar afirmando
pulta surjen· de las esc~vaciones con el extra,ño que aquella~ mismas causas generales antes seña-
esqueleto d~ las construcciones de épocas sepult~l­ - ladas como genéticas del bandolerismo en el me-
das tambien -- es el fondo común á todos los delitos diodía de Italia, deben haber ejercido su infiuencia
de sangre y de rapiña: la guerra. estimuladora en las razzie periódicas de lo de-
La época felina' de las sociedades primitivas pred1dores que asaltan las llanuras argentinas.
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Estas tribus indígenas á que se lJ.nen desertores briaga á la banda hasta hacerla sedienta de san-
del' ejército y evadidos de las cárceles representan gre. como sucede á menudo con las muchedumbres
la zona gris de la civilización, entre la verde ju- formadas por hombres relativamente tranquilos y
ventud de los laboriosos pueblos latino-ameri- pacificas, cuando se hallan exaspera~as por una
canos. pasion común y se precipitan, como olas arrastra-
El malestar económico que ajigonea á estas das por rabiosos vientos, sobre las perso~as ó los
turbas errantcs de cabaHeros del delito confinadas objetos de sus odios y resentimientos.
á las fronteras de las fértiles regiones conquista- La historia de las revoluciones está llena de
das por el trabajo asiduo y paciente, ante el mira- éstas tempestades pasionales en que llueve sangre
je de los fértiles pastos y de lospirigües ganados, y brotan llamas de incendio, f las crónicas y fastos
frente á la Pampa solitaria, y los estériles matorra· militares de todas las epocas, de todas los paises
les; el rencor de 'raza contra esos audaces rostros han tenido que rejistrar escenas, crueles y salva-
pálidos de la leyenda que avanzan tenazmente sa- jes hasta el punto de impresionar el alma de los
.bre los huesos de los primitivos habitantes de mismos bandidos.
América, estermínando las antiguas hordas indigé Así, como se dice, el bandolerismo no es mas
nas; la predisposición fisiopsiquica que' presentan que la forma criminal de la guerra, y, como ella,
estos refractarios del deserto que aún antropo- está destinada á desaparecer con la civilizacion.
lógicamente reproducen el tipo humano á partir Guerra y bandolerismo surjieroh de la concu-
del cual las generaciones civilizadasse han dife- piscencia que impulsó á los prepotentes á posesio-
renciado hac'e siglos, - he ahí tres puntos espe- narse de los bienes de los débiles, quitándoles'
ciales de similitud genérica entre las dos formas hasta la vida; un;) y otro' vivieron de rapiña
de bandolerismo, si bien t~l,'analogía puede, á pri- y de parasitismo (menos las fuerzas por la libe-
mera vista, parecer exagerada ante los caracteres ración de los pueblos). armando el brato ocioso de
diferenciales de ambas. los violentos de oficio con la presa del trabajo
Quizá el bandido es, á veces, un hombre nor- ajeno tranquilo y fecundo. - -
mal de las épocas primitivas perdido en medi<? de Arduo y complejo sería :,condf.:'nsar en: estas
la civilización contra la cual se subleva, porque lineas las observaciones generales hechas por es-
se siente prehistorico, entre los hombres que viven critores de diversos países y escuelas' sobre la
piensan y sienten de un modo distinto al suyo; psico-fisiología del bandol'erism"o' que tantos pun-
quizá es un vencido de la melée social, 4ue se ha tos de contacto tiene con la del militari~rrlO profe-
arrojado á la maleza de la que surge después con sional. " •
la ferocidad del tigre para caer sobre los inocen- Lo calamitoso de las dos, organizaciones es el
tes viandantes como 'si tomara una revancha del mismo espíritu de, aventura, el mismo deseo de
mal que se le ha hecho, cumpliendo 'una vp.nganza armar los brazos y la lección permanéhte de que
transversal sobre los desconocidos, por las torturas la violencia victoriosa constituye fa glo'ria. .
que los hombres civilizádos la inflijieron. Much~s Cierto es que los móviles .corifesa'qos y oficia-
veces tambien es un heroe desviado que en una les sun bien diversos ;haCiendó el mIlitarismo de
épóca pobre en aventuras peligrosas en .que ejer- mí pretesto büeno': -lá defeüsa dei país, y el ban-
citarse. para llegar ú la fortuna, prefiere arraSDr las dolerismo de un ,objeto' anÜ-jurid ico: la Dgres ión
campañas con la perspectiva de hacerse matar por del derecho ajeno. Pero tanto el soldado que se
el p'rimer agente de policía que lo sorprenda en el arma por mandato de la sociedad como el bandido
bosque, antes que cimentarse en el tirocinio pro- en acecho y en armas contra la sociedad, son la
longado y métódico que r.o siempre asegura la doble expresión Je la fuerza brutal y constituyen
vida. - aún cuando bajo un aspecto y color moral' di-
El bandido es psicológicamente hermano del versos - ruínas atávicas de la primitiva barbarie
soldado oc~sional de la edad media; y entre los de la especie, el uno á su pesar, las más de las
caballeros alemane's que se encontraron en el sa- veces, y voluntario siempre el otro.
queo de Roma tan brillantemente descrito por Tal ,es la razón por lo cual, alrededor de la fi-
D'Azeglio, había más de uno mucho más delin- gura del bandido se formó en la edad media la le-
cuente que los principales bandidos de la Calabria, yenda semejante á }[l que circunda al soldado, casi
como en las bandas delincuentes de los guaraníes caballererezca y que no ha muerto aún completa.
existen seguramente temples cabalIerezcos, á des- mente en sus límites con la civilización' moderna.
pecho de las empresas de latrocinio, que habrían La misma vida de rapiña y de peligro, ese galope
podido ser figuras culminantes bajo el mando de des-enfrenado á traves de la 'selva y lo desconoci-
Juan de las Bandas Negras, ya que esta forma de do, hacia el negro precipicio en cuyo fondo yace
delincuencia tiene algo de peculiar que las distin- la 'muerte, son los elementos que mantienen al de-
gue, en muchos caracteres, del resto de la delin- lincuente de la selva, á diferencia del bandido ur-
cuencia comun. bano que la imaginación, de acuerdo en esto con la
Aún cuando los estragos hasta en las mujeres y realidad, pinta en distinta forma, en distinta veste
niños cometidos por estas bandas salvajes de vio- y con distinto barniz.
lentos, horroricen á los honestos, esto no obstante, En la horda. de los derviches, como acertada-
los delitos del bandolerismo, especialmente tratán- mente 10 demuestra Fe.rrero en su libro sobre el
d(lse de tribus guerreras, son talvez simples fenó- Militarismo, el soldado se confunde con el bandi-
meno~ de psicosis colectiva. do, y \en\ aquella tumultuosa apariCión de conba-
El mismo proceso de sugestion recíproca em- tientes valerosisimos, extraña mezela de heroismo
74 CRIMINALOGIA MODERNA

y de crueldad, no se sabe dónde acaba el ejército el bandolerismo ciudadano de la infancia crimin¡¡l)


y dónde 'empieza la banda. ó con el fraude que es una especie de violencia
y así como en toda guerra hay frecuentes epi- intelectual de la astucia sobre la injenuidad ajena
wdios ele bandolerism(~, tambien en los saqueos y que forma actualmente uno de los grandes con-
de las bandas que viven de presas y de violencias, tinjentes de la crimminalidad en los países en que
el delito se cubre, á vectos, con las formas carac- la evolución ha triunfado ya de la naturaleza pri-
terísticas que reviste la guerra en la secular traje- mitivamente salvaje del hombre.
dia de la vida social. Aqui en la República Argentina, la mejor prue-
En la evolución del delito, en este lento per.o ba de esa conclusión, es aún más evidente: basta
incesante transformarse de los hechos antijurídicos consllltar las estadísticas criminales de la Provin-
y antisociales, desde la forma violenta hasta la cia de Buenos Aires. donde las cifras habilmente
fraudulenta, está la que yo llamo la « agonía del agrupadas por el infatigable trabajo directo de un
bandolerismo. » distinguido colaborador de esta revista, el Sr. Juan
Vucetich, dando resultados elocuentes que demues-
tran cómo de año en año la delincuencia pasa por
esa transformación sintomática, disminuyendo sen-
siblemente los delitos cometidos con violencia,
y aumentando, en cambio. aquellos cuyas armas
son el engaño.
El que quisiese hacer una detenida y paciente
investigación de tal fenómeno, encontraría quizá
en las :lgreciones maliciosas ejecutadas contra la
buena fé de los demás, bajo el decantado nombre
de cuento del tio, como ruinas del pequeño ban-
dolerismo que muere, varnizadas por la civiIJz.'lción,
- encontrará que la bestia de presa, una vez sali- .
da de los bosques y tomadas las costumbres de la
ciudad, ha dejado las maneras del lobo y ha en·
contrado más adecuadas al ambiente la del zorro.
El banquero, rey de la astucia en el réjimen eco-
nómico moderno. ha dado lecciones hasta al b,tn-
di do y este ha encontrado más conveniente ata-
viarse con la veste del caballero, dejando en las
selvas el clásico arcabuz, el puñal y el legendario
sombrero de punta, para armarse con la carabina
del engaño, y despojar así al prójimo.
Ciertamente de cuando eh cuando el zorro se
conviertl' en lobo ql1e oculta y hiere, como hirió
el gefe de bandidos De Rozas, hace pocos días, en
Domingo Tiburzi. la calle de S:lssari (CercleJ1a) y en pleno día - pe-
Scipio Sighele sostiene que los delitos ele vio- ro las más de las veces es de mejor resultado }'
lencia predominan entre las clases inferiores de más lucrativo para el bandolerismo moderno, el
la sociedad, mientras que los de fraude distinguen fraude y la espoliacion sin derramamiento de san·
'Ia delincuencia más frecuénte entre las clases re- gre: desde las fOrlnas legales y h01lestas de la
finadas - lo que es en parte cierto y bastan para raza, que acumula millones, hasta las form;;¡s pe-
demostrarlo los episodios de la delincuencia ban- nadas y menos fructiferas de la estafa común.
caria y de la corrupción política de casi todos los Es así que el otro bandolerismo - el aventu·
paises, especialmente la de los civilizados. A esto rada y peligroso, nacido del mismo origen que la
debe añadirse que muchos delitos - castigados Ó guerm - y los hechos de Florencia con las :lná-
nó - de las clases elevadas, tienen por base jurí- logns explosiones esporádicas del delito de banda,
dica la violencia latente pudiendo emplearse con en el viejo y en el nuevo mundo, no obstante el
mayor utilidad, la moral que la física. surco real de sangre y de miseria que dejan tras
Pero la razón sociológica más profunda es: de sí, parecen una siniestra reproducción melodra-'
que las formas de la lucha por la vida han cam- mática de tiempos de.hoy más sepultos.
biado radicalmente a través de los tiempos, y así La misma imprp.sión me producia, días hace,
como á la guerra, que es una expresión internacional una quinta perdida en la vE.rde inmensidad de la
del delito de violencia, vino sustituyéndose poco á campaña argentina cuya vasta verja de hierro se·
poco la astucia y quizá el engaño de las cancille- mejante á las de las Cortes de Assises en Fran-
rías en el conflicto de los intereses entre pueblo cia y en Ita lia, está destinada á protejir el tesoro,
y pueblo - .así tambien en el campo antijurídico de posibles asaltos de gauchos poco respetuosos de
del delito común, á los actos de espoliación y de las reglas comerciales de la compra-venta.
sangre que unían primitivamente el asesinato y el Aquella verja, vestigio de luchas entre la so-
robo casi siempre en un mismo acto, se sucedieron ciedad mercantil que se adelantaba en la conquista
. gradualmente la espoliación y las raterías, come- del desierto, y de sus refractarios hijos que defen-
tidos por la' destreza (como la punga que es dian sus soledades, - me parece hoy un reproche
CRIMINALOGIA MODERNA 75

inútil para cuatro ó cinco jóvenes criollos deseen· La civilización que invade v corta las malezas
dientes quizá de los antiguos aventureros de la salvajes y punzantes donde anidan los bandldos,
Pampa, porque ellos estaban all~ tranq~i1os .ante arroja á esta moribunda forma de delincuencia de
las gruesas barras comprando bebidas y Clgarnllos, sus últimos baluartes en aquella., comarcas ·de Euro-
y p::lgaban puntual y alegremente, más que cual· pa donde un conjunto de causas. desde la!" asperezas
quier acicalado leon de la capital. las mercaderías económicas hasta los absurdos y provocadores
compradas. El bandolerismo agonizú en los extre- sistemas de profilaxía penal, lo mantienen aún 'en'
mos confines de- la civilización. En estas últimas pié. El trabajo triunfante y redentor realizará el mi'-I
correrías de los indios sud-americanos com <;> en lagro mas y mejor que cu~lquier represión violenta.
las de los Pieles Rojas del Norte, los agresores. El bandido indio - que es la supervivencia de ~
además del espíritu hereditario de rapiña y de la la antigua brutalidad guerrera y criminal que vi-
aridez de las tierras adonde la invasora raza cau- vaquea aún en los confines de la modernidad, ani-
cásica los confinó, están arrastradas por el consi- mada á pesar de todo, mas que por los mosquetes
guente ccntimiento de represalia hácia quienes. de los soldados. será csterminado definitivamente
según ellos - con ó sin razón - son los elemen- por la acción pacífica, asídua y conquistadora de
tos esterminadore!" de su estirpe. la honrada laboriosidad de los colonos que fertili·
Sin duda, los trabajadores indefensos que C:'stán
- siempre lo ~mismo - á la vanguardia de la ci·
vilizaci6n. deben ser protejidos del peligro de es-
tos saqueos periódicos y sanguinarios. Ellos >on
los centinelas perdidos del trabajo que crea, frente
á la" bHbarie que destruye. Pero la modernidad
que adelanta con todos sus bienes y todos· sus ma-
les - con la incontestable superioridad que el
presente tiene sobre el pasado, .Y sobre el porve-
nir que va madurando - dará, más que todas las
represiones armadas, el último golpe de gracia al
bandolerismo, moribundo.'
El verdadero peligro está en el fenómeno psi-
cológico premencionado: la transformación de la
civilización, de ese bandolerismo de la fuerza en
el de la astucia que Ferrero coloca con demasiado
apresuramiento entre los progresos relativos de la
evolución moral, tomando la criminalidad como
termómetro negativo; ya que sería necesario ave-
riguar si son menores los perjuicios que causa,
, ,aunque sin derramamiento inmediato de sangre,
esta transmutación del alma violenta del bandole·
rismo moribundo, en la fraudulentas de las actua-
les bandas criminales. desde los estafadores pro-
piamente dichos. hasta los delincllentes de la ava-
ricia usuraria que espolia sin peligro y sin escrú-
pulo el trabajo de la inteligencia y del brazo, Tipo de bandido indigena.
delincuencia esta última no menos nociva á la ci-
vilización que la que obra en el silencio de las zan, que producen. que irr;ldian el bienestar á su
campañas irredimibles por los piollieri de Flo- alrededor, aUrique no siempre en provecho propio
rencia. Ayúdese positiva y. eficazmente esta inmensa
Talvez el progreso está más bien en esto: que actividad oscura y sin embargo gloriosa, df:' todos
los bandidos de las selva; quitan siempre la sus- los modos, por todos los medios, más con los que
tancia y la vida, mientras los bandidos de la ciu- crean que con los que destruyen; y los bandidos
dad no siempre encuentran necesario atentar con- desde los semi-salvajes del Chaco: hasta los pró-
tra la segunda', al menos violentamente. Y digamos fugos y proscritos de la civilizació:~, se rendirán
otro tanto, sin ironías, con respecto al bandolerismo ante el trabajo confortante de los piollieri reden-
económico impune é impunible leKalmente, aunque tores.
de suyo espoliador y delictuuso. No olvidaré jamás el símbolo vivo de este
En Italia. uno de los últimos tipos de la escuela triunfo del trabajo civilizador sobre la fuerza bru-
clásica del bandolerismo, fué Domingo' Tiburzi tal, que lo ví, atravesando en ferro-carril por la
que había llegado á ser el rey de las selvas en via del Pacífico las esterminadas llanuras del Ari·
Viterbese y cuyo retrato tomado después de muerto zona y del Nuevo México - en aquel mistf'rioso
por los car;lbineros, hace algunos años, revela de- sud·oeste norte-americano donde se ha refugiado
lineamientos antropologicamente normales, hacien- la fiera y moribunda ra7.a de los Pieles Rojas.
do pensar más bien su fisonomía en lIn pacífico Lo que no habían podido hacer las furibundas
factor de alguna heredad toscana, y no e.n el ban- batidas coreo-dramáticas de Buffalo Bill. ni las
dido célebre cuyo nombre habia aterrorizado el campañas esterminadoras organizadas periódica-
antiguo Samnio. mente por el Gobierno Federal, lo consiguió en
76 CRIMINALOGIA MODERNA

pocos años la fuerza asimiladora de la laboriosidad las múltiples formas de la degeneración


moderna, convirtiendo a las trib 11s salvajes en las
del ser humano. Todo ello se explica y se
extremas soledades occidentales donde lns célebres
bandas de lus cortadores de cabelleras se funden puede llegar sin gran esfuerzo á la síntesis
ahora al contacto de los operarios manuales lle- del hecho, asignando á su autor el puesto
gados le ultra mar y de ultra continente. bajo cero que le corresponde en la escala .
El símbolo vivo de que hablaba, era un viejo de la animalidad.
cacique de líneas enérgicas ~uavizadas por los
años, y en cuyos ojos pensadores se apagaba el Cuando el eco de uno de estos. episo-
fuego en otro tiempo amenazante de la antigua dios dolorosos llega hasta nosotros, .nos re-
clase guerrera. Conserva aún á su alrededor su presentamos siempre á la víctima, y es tal
cortejo semi real; pero tanto aquel viejo, como nuestro poder de imaginación y lá intensi-
sus cortesanos se habían transformndo en merca-
deres - no sabría decir si '10s menos deshonestos
dad con que nos sentimos penetrados de
de la especie - que vendían á los pasajeros del todos sus detalles, que sin mas elementos
tren flechas y armas primitivas, á precios fabu- grabamos en nuestro espíritu la figura del
losos. desdichado niño como un ser ideal. Lo ve-
y cuando la-locomotora con el larO'o tren lu- mos, lo tenemos por .delante, le hablamos,
joso de los pullmat'ls, volvió á partir b~ufando, yo
leí en los grandes ojos melancólicos de aquel re-
nos conmueve, desearíamos estar cerca de
yezuelo destronado - como una mirada de aO'ra- él para tenderle la. mano y ampararlo, pa-
decimiento por la civilización que le traía allí en garíamos por habernos encontrado en el
'medio del desierto tantas de sus comodidades y de momento en que su verdugo ejecutaba su
sus conquistas. innoble hazaña, para afrontar cualquier pe-
Después de todo, él pensaba quizá, si era po- ligro á fin de protejerlo, nos sentimos tras-
sible aún que los hombres se desvalijasen entre
ellos - legalmente - sin necesidad de matar y
portados por un sentimiento de indignación
sin peligro de morir. que nos induce á pensar que habríamos á
nuestro turno ejercitado todas nuestrar fuer~
PEDRO GOR[
zas para castigar sin compasión al delin-
~uente - i ah si lo tuvieramos por delante
en esos momentos!
En faV6f ele 16s nlTI6s La figura df.! niño no se borra tan fa-
cilmente de nuestra imaginación. Es que el
niño torturado es siempre para nosotros
una criatura. linda, de mirada expresiva y
Los castigos corporales aplicados á los doliente, que ha soportado con resignación
niños como meclio de correjir sus defectos una serie incon~able de privaciones, de ul-
y como factores de su educación, han per- trajes, y que se le ta obligado al trabajo
dido ya el prestigio y el derecho á la im- superior á sus fuerzas, se le ha hecho dor-
punidad de que disfrutaron en otras épocas, mir en el suelo, se le ha dado una ración
y si aún hoy,' conservan partidarios, debie- de alimento insuficiente y solo ha faltado
ra creerse, que esas prácticas se ejercitan que se le aplique una cadena para realizar
como las cosas malas, de una manera clan- en él la situación tradicional del esclavo.
destina. i Cuantos de estos pobres seres indefen-
No es así desgraciadamente. sos 3uhen resignados peldaño á peldaño la
La agresión del fuerte c.ontra el débil , escala dolorosa é interminable del infor-
.

contra el indefenso aplicada con un ensa:. tun io !


ñamiento y una crueldad, que llega hasta Pero, los castigos corporales aplicados
la tortura, reclama no pocas veces la inter- á los niños por gentes extrañas, que no los
vención de la justicia. El hecho, cobarde y liga á ellos otra vinculación que la del in-o
brutal levanta siempre un sentimiento de terés de explotar su debilidad, son delitos
indignación )T de protesta y se explica por que no sorprenden por mas que siempre
el bajo nivel moral de aquel que lo produ- encuentran en nuestros sentimientos el mis-
ce. ~studiando la acción en su origen, se mo grito de indignación; pero, los actos de
puede perfectamente encontrar su filiación esta índole, cometidos por los propios pa-
en ese mundo de las aberraciones de la dres nos nenan de estupor y nos hacen
afectividad, engendradas por causas indivi- pensar con tristeza, en que la piedra bruta
duales, pero 4ue se eslabonan siempre con en que se han modelado los sentimientos
CRIMINALOGIA MODERNA 77
,.
y los derechos de la pat.e~n.ida~" ha :odado niño en los primeros días de sU existencia!
por la pendiente de la clvl}¡zacloll, SIn bor- i Cuantas páginas podrían escribirse al-
rar sus deformidades de masa angulosa y rededor de estas escenas de la intimidad
compacta. Los sentimientos que se ha~ re- del hogar!; pero, no es este nuestro tema
partido en el cerebro de la hu~anIda~, y las dejaremos encerradas en un parente-
chocan y se quiebran en sus anstas SIn sis para llegar mas holgadamente á nuestro
dejar impresas sus. huellas y a~gunas celu- objeto.
las atávicas de CaIn han germInado y evo- Todo marcha así en el mejor de los
lucionado sin perder su nucleo de maldad. mundos hasta el día en que estalla la pri-
El fenómeno es curioso y digno de es- mera chispa de furor maternal: - entre
tudio. beso y caricia, entre una ind~gestión y una
La aparición del niño en el hogar, es tetada de leche, viene la primer palmada,
motivo de alegría, de comentarios, ,de vi- el prin1er castigo.
sitas de los parientes, de los amigos. El re- Primera imposición de la fuerza bruta,
cien nacido es siempre lindo, inteligente, primer signo en muchos casos de lo que
es bueno, sonrie'", abre los ojitos con gracia, sucederá más adelante cuando el niño ,deje
conoce ya á los padres, se le adjudic;an de ser una entidad completamente pasiva
méritus que no tiene y facultades que aún relegada al rincon d'e la cuna.
no han gern1inado en su cerebro.
Extrafio fenómeno: - No pocas veces
Los padres, los parientes, los amígos,. hemos visto á una' madre sacudir violenta-
dan cada uno su opinión y van constitu- mente y aún -arrojar con torpeza al niño
yendo paulatinamente la personalidad de la sobre el lecho, sencillamente porque el nifio
criatura. Una personalidad embrionaria que molestaba con sus llantos.
despierta ya el apetito de 'la crítica, de la
Estas manifestaciones de la irritabilidad
envidia y hasta rencores en los enemigos
nerviosa ocasionadas por un motivo que no
de la familia!
se le juzgaría capaz de producir una reac-
El día de la semana en que ha nacido, ción tan en desacuerdo con las demostra-
es forzosamente el de los santos más mila- ciones de carifio y de ternura de que hace
grosos; serán sin duda los protectores más gala la misma persona, nos dan la medida
decididos del niño y se asociarán á su exis- así en síntesis y en su forma menos com-
tencia en una comandita desinteresada. Si pleja, de las proyecciones á que puede dar
este fuese en dia trece, no faltarán amule- lugar un sistema nervioso de organización
tos y conjuros para alejar de su cabeza los defectuosa en el que se inhibe en determi-
presagios funestos. nados momentos la afectividad en sus ma-
Se discute el nombre que recibirá en nifestaciones mas nobles y elevadas.
la pila bautismal en la misma forma y con La educación, el ambiente social, los
.iguales argumentos, que el color del gé- medios de subsistencia, las fatigas del tra-
nero con que se le ha de vestir. bajo, las luchas diarias que enjendran las
La elección de los padrinos, es para contrariedades y pervierten el carácter,
ciertas familias en algunos gremios socia- acumulan en el sistema nervioso los efectos
les, otro de los puntos que se pone á la or- de Una verdadera intoxicación que va á
den del día. Con ese motivo, se pasa re- herir la fibra más delicada de la sensibili-
'vista á las relaciones y amistades de la dad, trasformando en un buen momento,
casa y se encuentra [ocasión propicia para la personalidad del sujeto, como se trasfor-
hacer el inventario, de las cualidades, de- ma el individuo que se halla dominado por
fectos y otros relieves buenos ó malos que los efectos de una fiebre ó <de una infección
se adjudican á cada uno. cualquiera.
Las antiguas ofensas ya olvidadas, los Esto, así en tésis general y de una
agravios imaginarios ó reales, son los pri- manera teórica. .'
meros argumentos que se extraen del ar- En la práctica, dejemos de lado las
chivo de las miserias de familia y el odio otras manifestaciones á que este estado
no extinguido, sopla en las cenizas para puede dar lugar para concretarnos á nues-
avivar nuevos enconos y. caldear así el am- tra tésis.
biente; ...:.-. oh! cuanto interés despierta el Vamos de la palmada inocente y de la
78 CRIMINALüGIA M9DE:RNA

sacudida violenta aplicada al niño para ha- En ese ambiente de verdadera deca-
cerlo entrar en razón, hasta el castigo que dencia social y moral, el cerebro del niño
importa ya un delito y cuya represión es recibe día á día y á c;,¡da instante, el cho-
generalmente difícil por su forma y por el que de impresiones bastardas que van im-
medio en que se produce. primiendo en la célula nerviosa una moda-
Aquel niño, motivo de tantas canclas, lidad funcional que será más tarde el coe-
tema obligado de tantas conversaciones en ficiente de esa entidad moral y soc:al del
las veladas de familia, anfitrión aplaudido porvenir si no se le sustrae á tiempo del
y aclamado en no pocas fiestas, ha borrado .medio funesto en que se desenvuelve.
con el crecimiento los recuerdos simpáti- Dejemos abandonados por ahora á su
cos de sus primeros días para constituir propia suerte á esos delincuentes en em-
una pequeña entidad aún sin derechos, pe- brion, víctimas del desquilibrio social y del
ro, con obligaciones muy formales de una destino y tendamos una mano á sus her-
conducta irreprochable, irreprochable en el manos de leche que compran á duro precio
sentido de amoldarse extrictamente á la con sus carnes doloridas, el supremo dere-
manera de sentir, de pensar y de proceder cho de que alguien vele por ellos y auto-
de sus padres. rizarán siempre un grito de protesta con-
Ya se comprende lo que importa esta exi- tra esta civilización que es todavia impo-
gencia para un cerebro en el que empieza tente para cobijarlos bajo su manto.
á despertarse la nebulosa de estas facul- Entremos á su hogar el1 el cual, no
tades. oiremos ya el eco simpático de los besos
La figura ideal del ser inconsciente y de la madre, ni el vaivén arrullador de la
bello ha desaparecido por completo: -:- na- cuna. El nido del niño se ha deshecho, su
da queda de él. dueño ocupa ahora otro lugar. Su existen-
Ha dado todas sus sonrisas, ha abierto cia es otra. Ka vive ya envuelto en raídos
sus ojitos en fa penunbra que rodea la cu- pañales ni se alimenta con la leche de la
na para enviar miradas inteligentes y de madre cuyo gasto, no figura en el misero
afectuoso reconocimiento, ha agitado por presupuesto de la familia.
última vez sus manecitas torneadas, há mos- El niño ha crecido y con el desarrollo
trado su primer dientito como una obra de se imponen otras exigencias. - Es aur; un
arte y recibido en recompensa de tanta ser que no produce y que consume. - To-
gracia y de tanta habilidad, un millon de da vía se le tolera, se festejan aún sus gra-
besos en la boca, en la mejilla y en el cias y sus dichos, habla aún un lengUaje
cuello. que no irrita porque su inocencia y su
acento suavizan la palabra; después, la to-
Se le ha pedido, se le ha suplicado, se
lerancia va paulatinamente desminuyendo
le han enviado embajadores especiales para
y llega un instante en que estalla el furor
que haga alguna de sus gracias mas aplau-
didas~ y después : . de los padres porque el niño vuelve al ho-
gar ~on uná brecha abierta en su traje en
Su carrera de niño pequeño ha con- medio de los juegos propios de su edad.
cluido. - Esta es la amarga verdad para Y de ahÍ' en adelante, Ulla desobedien-
muchos de esos pobres desheredados. cia, una distracción que se le imputa co-
mo llna falta á la disciplina á que se le ha
Empieza para ellos la edad madur'a/ sometido, una reyerta con otros nitíos, una
de la reflexión y de las sorpresas, de las mentira inspirada por el temor del castigo,
injusticias y de los exigencias estúpidas y un acto cualquiera en una palabra, que sea
como complemento, los castigos corpon'.1es. capaz de provocar en los padres esa irrita-
Son estos los casos que no nos costa· bilidad nerviosa de que hemos hablado, es
ría dificultad encontrar en el medio social, motivo suficiente para que se haga sentir
donde las privaciones, la miseria, los infor- sobre su cuerpo débil la acción brutal del
tunios del trabajo, el alcoholísmo y otras
castigo.
calamidades, que deprimen, enervan y per- M. T. PODEST Á:.
vierten los sentimientos afectivos, ahuyen-
tan de la cabecera del niño, el ensueño (Continuará)
poético del Angel de la Guarda.
CRIMINALOGIA MODERNA 79

de interés político; y como en la época de la re-


volución blanca la prensa de la Repúbílca era in·
cendiaria contra la persona' de Idiarte Borda á
Avelino Arredondo cuyo nombre queda ligado quien dia á dia declanba responsable único de
para siempre á la historia de los nefastos sucesos aquel movimiento armado, Arredondo veía una
del Uruguay por haber disparado el 25 de Agosto deshonra para el pais y su' partido en que tal
de 1897 un tiro de revolver contra Don Juan Idiarte hombre continuase en el gob~erno.
Borda, Presidente de la República es persona que Se produjo pues en el exdltado joven un caso
por sus antecedentf::s, su idiosincracia y el medio de vis\ble sugestió 1l innltrada hora por hora en
en que ha actuado, presenta pocas analogías con su cerebro predispuesto á la acción, por una prensa
otros reos políticos acusados de actos similares que al explicar con datos y con cifras los millo-
al suyo. nes que costaba la guerra. revelaba al mismo
Es hijo de honrado matrimonio español que se tiempo que los ejércitos del gobit.rno no tenian
preocupó de darle una modesta instrucción para medios C::e movilidad- y estaban hambrientos y
el comercio. El padre que cuenta hoy ochenta y desnudos. y carecían de todo, y los heridos en ~l
cinco años, que por cierto lleva bien, ostenta bue- campo de batalla morian por falta de socorros en
úa foja d'e servicios militares, habiendo pertene- las desesperaciones del dolor y de la sed cuando
cido ocho años al ejército español, alcanz:mdo la por torpes suspicacias de pretendidos espionajes
clase de sargento bajo las órdenes del general se obstaculizaba el servicio inmediato, de ambu-
Espartero en la primera guerra civil promovida lancias y recursos profesionales.
por los carlistas.
Nació Avelino Arredondo en Montevideo el
10 de Septiembre de 1873. Su estatura es de un
metro sesent'! y dos centímetros; el cabello c[lsta-
ño y lácio; blanco rosado el color; ojos pardos;
nariz fina y bien conformada; barba poca; usa bi-
gote; frente despejada; boca regulDr; dentadura
hermosa; como seña especial, un lunar con pelo
en la mejilla izquierda; aspecto dulce y simpático;
excelente salud y costumbre!! purísimas.
Asistió tres años á una escuela pública que
existe en la cal1e de Zabal~ entre las de Buenos
Aires y Reconquista; y por la noche su padre le
repasaba las lecciones de contabilidad y le for-
maba el carácter relatándole lqs episodios más
interesantes de su vida de soldado, inculcándole
á su modo de veterano, caballerescos principios
de lealtad y entusiasta amor por la patria.
Preparado así para la lucha por la existencia,
entró de dependiente en el almacen de un cuñado,
permaneciendo en esa ocupación próximamente
siete anos, hasta que cerrada la pequeña casa de Avelino Arredondo
comercio, se empleó con un señor Matteis que tie-
ne negocio en la esquina de las calles Misiones y Al lado de las horribles matanzas de unn
Reconquista. Con este Matteis ha estado cinco guerra que, segun la prensa, el Presidente ele la
años, saliendo de 511 casa como un mes antes del República estimulaba para colosales peculados, Se
suceso del 25 de Agosto de 1897. veía el inmoral ,lcrecentamiento de su fortuna y
Donde quiera que estuvo se hizo siempre que- la de sus socios por razon de exacciones al erario.
rer, tanto por la exactitud en el cumplimiento de No había medios regulares de contener á se-
sus deberes, cuanto por la bondad de su carácter mejante crimin¡¡l autócrata e!1 prepotente posición,
que con las criaturas especialmente llegaba á la y la prensa sin embargo decía que era un obstáculo
ternura. Cuando á la esposa de Matteis se le dijo que debía barrerse, para que cesase la rapiña, y
el 25 de Agosto que era Avelino quien habia aten- concluyese la guerra civil, y dejase de continuar
tado contra la vida del Presidente de la Repúbli- degradando al pais la situación de mayor oprobio
ca, no quiso creerlo, pareciéndole imposible que que jamás se hu~iese conocido.
de ello fuese capaz quien constituía el encanto de Así las cosas, el gobernante por quien la Re-
sus pequeños hijos. pública tenía multiplicado despreciú, desafió cini-
No se ha conocido á Arredondo ninguna pa- camente las iras populares con festejos el 25 de
sión amorosa; pero dentro de la modestia de su Agosto.
vida tiene el culto santo de la patria. Afiliado co- Era opinión corriente que del Te-Deum no
mo todos sus hermanos al partido colorado, se en- volveria vivo á su casa, lo cual explica que la
roló como soldado así que, por razón de la última mayoría de los miembros del Cuerpo Diplomático
gUerra civil, fué la guardia nacion"l convocada. y Consular y algunas corporaciones locales se
Lector de diarios de tiempo atrás, coleccionaba despidiesen. ó se deslizasen al bajar las gradas de
en recortes todo lo que al recorrerlos le parecía la Catedral, pnra no seguir á pié el acompaña-
80 CRIMINALOGIA MODERNA

miento hasta la casa de Gobierno cruzando la guno de los absurdos partidos en que está dividida
plaza Constitución y continuando por la calle de la sociedad uruguaya.
Sarandí. La defensa de Arredondo se ha basado espe-
Cuando sonó el tiro y cundió la noticia de que cialmente: 1ü en que está amparado por la con-
Borda había sido muerto, el suceso esperado ¿ y vención de paz de Septiembre de 1897 que mandó
porqué no decirlo? deseado con ahinco por la po- sobreseer en todos los procesos políticos sin excep·
blación de Montevideo, no tomó á la ciudad de ción alguna/2° en que no habiéndose practicado.
sorpresa; pero cambió su dolor en júbilo, lanzán- autopsia, no existe prueba de que Idiarte Borda
dose á la calle muchedumbres alegres que se feli- muriese á consecuencia del tiro de Arredondo;
citaban pública y ruidosamsnte del acontecimiento, 3° en que no es el prevenido responsable del aten-
que en sentir del pueblo devolvería de inmediato tado, por haber obedecido á sugestiones de la
la paz al país y acaso tambien el decoro á las opinión pública que señalaba á Borda como reo
instituciones envilecidas. de' lesa patria que cualquier ciudadano tenía el
y Arredondo que no es anarquista, y que al derecho de ajusticiar.
contrario repudia á los afiliados á ese partido, que En primera instancia, un veredicto de tres ju-
no tuvo cómplices ni confidentes siquiera en su rados entre cinco, por mayoria de un voto propi-
atentaDo, y que en una palabra obró aisladamente ció una sentencia que impuso al reo la pena de
por personal patriótica inspiración, abrigó el 25 trece años de penitenciaria; pero apelado ese fallo,
de Agosto de 1897 1a seguridad, y mantipne hoy en segunda instancia una mayoria de siete jurados
todavía la creencia, de que ese dia se encontraban entre once aceptando las conclusiones de la de-
en la Plaza Constitución más de cien ciudadanos fensa en su informe oral, suscribió un veredicto
dispuestos á matar á Bord;.¡; de modo que si él luminoso que obligó al Superior Tribunal de Jus-
hubiese fallado en su propósito, no habría eso en ticia á revocar la sentencia apelada. dictando otra.
manera alguna librado á aquel hombre de que se que absuelve al prevenido de culpa y pena.
cumpliese en él la popu1:l.r sentencia de muerte. Apelada esta sentencia por el Sr. fis'cal del
Pero Arredondo no quiso que nadie se le an- crímén Dr."'Real, el proceso se está substanciando
ticipase; presumía que iba á morir al atentar con- en tercera y última instancia, y quedará en Marzo
tra la existencia del Presidente de' la República del corriente año pronto para verse en juicio pú-
en medio de su numeroso séquito y ejército. y en blico.
esa persuasión se puso en el bolsillo un papel Si los jurados á quienes toque actuar en esa
con su nombre é indicación del domicilio para instancia, se inspiran como los de- segunda en la
que sobre el cadáver se comprobase h identidad verdad de los antecedentes del asunto. no podrán
de su persona Quería dar su vida en holocausto cometer la injllsticia de hacer responsable á un
á la regeneracion de su patria l solo ciudadano de la aspiración. la propaganda.
La historia no registra una tentativa de homi- las pasiones ó la aberración de un pueblo entero
cidio político llevada á efecto con más sangre fria que le puso el revolver é'n la mano: y entonces
y más desinterés y abnegación l un veredicto de equidad determinará una senten-
El delito de Arredondo por los datos que su- cia que confirme la de segunda instancia, y reco·
ministra el estudio del indi viduo. su carácter mo brará Arredondo su libertad para reanudar la
ral, su vida .ejemplarmente virtuosa, pertenece se- labor honesta que constituye el afan y el orgullo
gun la clasificación de los criminalistas de la de su vida.
moderna escuela italiana á los delitos que dima- LUIS MELlAN LAFINUR.
nan del egoaltruismo, y que tienen su orígen en
Montevrdeo, Enero 4 rle 1899.
el tributo pagado al honor, al patriotismo, y aná-
logos nobles sentimientos; de cuyos delitos dice
uno de los más notables autores del dia, (1) "que
toman el aspecto de una reacción legitima en
principio aunque excesiva." NOTAS
Como en el Bruto magistral de Shakespeare,
la piedad 11a sido el móvil determinante del aten- La sagaz interpretación que dió en el
tado de Arredondo. Todas sus declaraciopes lo 2° número de esta Revista el Dr. Ricardo
comprueban: deseaba evitar la continuación de la del Campo, al homicidio perpetrado por
guerra civil que' costaba la vida á miles de sus Casimiro Tapia en la persona de su novia
- compatriotas: le dolía que los dineros del pueblo
se robasen á pretexto de mantener una guerra
y en circunstancias novelescas, abre en
maldecida que el país entero repudiaba I verdad nuevo.:; horizontes al estudio de ese
Detenido por la policía y puesto á disposición caso extraño.
de sus jueces naturales, se le designó de oficio La psicopatía presenta no pocos ejem-
defensor en la persona de un distinguido letrado plares de delincuentes, 'cuyosmóviles bas-
de su misma opinión política; pero él no quiso
aceptarlo y nombró espontáneamente al abogado tan á explicar ciertas lecturas, que asimi-
que estas líneas escribe y que no pertenece á nin- lando el protagonista al de un romance
cualquiera, lo conducen por distintas vias
(1) R. Garófalo - cCriminalogia~ (edición francesa) Parte III
á unos mismos resultados.
Cap. IV. La sustitución de situaciones y aún de
CRIMINALOGIA MODERNA 81

individualidades no es de ninguna manera . de hombres. El fenómeno inverso, la masa


rara entre los degenerados ó puramente influyendo sobre uno solo, tampoco es ex-
predispuestos. En elloeo el descarrilamiento traño. Avelino Arredondo, de quien se ocu-
es total: la coexistencia de cinco ó seis in- pa en este número un colaborador uruguayo,
di vidualidades en' el cerebro, como otros puede ser considerado como un especimen
tantos monarcas débiles y beligerantes que de esta influencia.
se disputan un trono, según la feliz frase y es que en psicología, como en mecá-·
de Tarde, es el producto de una completa nica, como en física, existen acciones y
anarquía cerebral. Surgen á modo de atá- reacciones: una idea da lugar á una acción;
vicos señores, en el territorio litigioso, y una influencia recibida se traduce en una-
el verdadero poseedor, el yo indi:vidual, ó imitación; un contagio sugestivo en una
es anulado ó se convierte 'en.un espectador volición sub-consciente. Y después de todo
pasIvo. ¿qué hombre no tiene algo de los demás,
No pasa lo mismo, - aún cuando la de sus ideas, de sus hábitos, de su.s senti-
naturaleza fenomenal sea idéÍ1tica, - en el mientos y algo también de conlún con los
caso de la megalomanía, que da posesión héroes de los libros que ha leido? Y quien,
del cerebro á un millonario, á un empera- aún exagerando su propia ineidad, no ha
dor ó á un Dios. Aquí el señor natural des- tomado por modelo en alguna situación de
pués de dejar' al intruso visitante q'üe por la vida sinó á un ente de imaginación, por
uti possidetis se trasforme en dueño de la lo menos á un amigo, á un hombre .repu-
zona en que se ha entronizado, se le so- tado superior en alguri sentido?
mete y se vuel\-e su esclavo. La sustitución, ESl:amos hechos de herencias y atavis-
ó mejor dicho la compenetración, ll~ga á mos, pero en la vida recojemos muchos se~
ser completa, á lo menos· en ciertos pe- dimentos extraños, que m.odifican et' curso
ríodos. de nuestros pensamientos y hasta de nues-
Pero no siempre es indispensable la lo- tras tendencias.
cura para que se produzcan fenómenos de Que un individuo de poca' inteligencia,
un orden bastante parecido. Rocco de' d~ escasa energía volitiva, sin consejos que
Zerbi, en su admirable estudio sobre el le hagan abandonar la senda peligrosa, to-
Hamlet llega á admitir la posibilidad de la me por modelo á un bandido ,Y será pro-
locura por una ficción repetida, y es así bable que cometa algún hecho propio de
como, también, expli~a la muerte de una bandido.
artista en la escena, posesionada del papel Quien sabe despues de todo cuántos,
de Ofelia, hasta la repetición espasmódic3. héroes, cuántos artistas Y qué número de
del fallecinliento. Quien esto escribe cono- santos, no son otra cosa que ;;luto-sujestio-
ció á un joven hermosamente organizado, nadas!
inteligente, culto, apasionado por los ejem- V IeToR ARREGUINE.
plos de Catón y de Bruto, hasta el extremo
de quitarse la vida en un combate perdido
por las banderas bajo las cuales militaba (1).
,El Juan Moreirismo de nuestro bajo ~nomalias fisonómicas
pueblo, en cierta época en que anduvo de
moda el siniestro personaje idealizado por ::El vivo muerto ~ el muerto vivo
Ed. Gutierrez, - el personaje gauchesco
enamorado, gozador. peleador de policías,
La expresión fisonómica responde no solo á un
presuntuoso, fanfarrón, - demuestra bien estado" accidental' y efímero del espíritu, sinó que
á las claras la posibilidad de una positiva traduce, en la espresión habitual, la modalidad
yustaposición psicológica, no ya en un hom- psiquica del sugeto y su manera individual de
bre, en la misma muchedumbre. Es así co- reaccionar.
mo un tipo .ideal cualquiera, por acción Las múltiples excitaciones que continuamente
nos vienen d~l mundo exterior y que producen
simpática, llega á influir sobre una nlasa gran variedad de emociones, van dejando huellas
de su paso en los surcos de la piel del rostro, co-
mo las olas dejan el rastro de su empuje en los
(1) Ernesto Villa, de 17 años, lector entusiasta de las Vidas
paralelas; se suicidó en la derrota del Quebracho, campo de la delicados arabesco~ de la arena.
República del Uruguay, el 31 de Marzo de 1886. En la rif,a, la contracción de los zigomáticos
82 CRIMINALOGIA MODERNA

que levantan las comisuras del orbicular de los la- apariencia, y que parece animarse en un grito pa-
bios, acusan el surco naso-labial, elevan la piel de sional.
las mejillas y forman una arruga en el párpado En la figura 1 vemos una cabeza curiosa por su
inferior disminuyendo la lente palpebral, concluyen, impasibilidad; la piel es pálida, arrugada y con
debido á la repetición de su funcionamiento, por aspecto de maceración cadavérica; el pelo apelo-
grabar en la fisonomía unG' habitud sonriente. tonado y en desórden y ralo en algunos puntos
La ira. que contrae el elevador común del labio del cráneo por la acción del favus ~tiña); el único
y de las alas de la nariz, elevando y dilatando es- ojo que conserva es sin brillo; la nariz está des-
tos órganos, que aproxima y baja las cejas pro- viada y la boca entreabierta con los angulas rela-
yectando sombra en las órbitas, por acción del su- jados.
perciliar, expresión dramática de la que han echa- Se trata aquí de un ~istema nervioso obtuso y
"do mano tantas veces los pintores, produce, tam- poco sensible á las excitaciones normales, que ha
bien por habitud, surcos característicos en las reaccionado casi negativamente á los agentes ex-
líne~s del rostro que revelan un carácter violento. teriores.
El llanto, el terror, la voluptuosidad, etc., en La vida entera del caso que nos ocupa se pue-
ulla palabra, todas las pasiones. pasan por la tela de leer á través de su retrato. Este desgraciado
compleja. y admirable de la fisonomia y se dibujan recorre inconcientemente las calles de Buenos
en ella con matices t¿nues ó intermedio~ ó con Aires, con la mirada apagad? y el rítmico andar
crispamientos convulsivos. de un autómata. ó se extiende en el suelo, dejando
Las emociones se exteriorizan, entonces. reíll"- pasar el tiempo, sin que una sola fibra muscular
jindose en la cara. porque el juego muscular acusa ele su rostro se contraiga, sea cual sea el medio
los surcos de la piel. aumenta los relieves car.no- en que se encuentra ó la escena de la que es siem-
sos que proyec- pre casual expec-
tan sombras en tador; es un va-
las partes huecas. ." gabundo en su-
pone al descu- ma, algo así CQ-
bierw ciertos 0r- mo lo que los ita-
ganas como los lianos llaman laz-
dientes ó expulsa zarone y ni más
las lágrimas o- ni ménos que lo
brando sobre el que nosotros lla-
saco lagrimal. mamos atorrante
Esto último en criollo puro.
ha sido puesto en Este ser está
evidencia por las reducido á u n a
experiencias clá- pasividad c o m-
sicas de Duchen- pleta y no ha te-
ne de Bologne, nido con el mun-
experiencias rea- do exterior mas
lizadas sobre un Figura 1. Figura z. relaciones que las
anciano á quien indi s pensab les
una enfermedad especial le había acarre~ldo la para mclntener en equilibrio la vida vegetativa
pérdida completa de la sensibilidad de la región de su máquina animal.
de la cara (anestesia facial), circunstancia que pet'- Fué condenado por robo y pasó su condena
mitía la introducción de dos agujas eléctricas en con su indiferencia habitual, sin hacer manífesta-
las masas musculares, sin que el sugeto acusara ción de ningun sentimiento, tantu el día en que se
la menor sensibilidad al dolbr. Pues bien, en este le notificó la sentencia como cuando le abrieron
caso, Duchenne producía expresiones á voluntad. las puertas de la cárcel declarándolo libre.
según el grupo de músculos faradizados, como se Ageno á los excitantes psíquicos externos, no
puede ver en la colección de fotografías dei refe· ha tenido emociones y, por consiguiente. su histo-
rido anciano qu"~ acompañan la obra inmortal del ria, leida á través de las líneas de la fisonomía,
sabio francés. es una página en blanco: esta vez las olas han
Las distintas emociones no solo transforman chocado no ya con la arena movediza y blanda
la fisonomía, en la reacción instantánea del sacu- sinó con las inconmovibles rocas de granitu!
dimiento psíquico actual, sinó que dejan huellas La figura N. 2 es la fotografía de un suicida
imborrables de su paso, al punto Je convertir el tomada pocos instantes después de su muerte. Se
rostro ingénuo y fresco del niño en el rostro grie- trata aquí de un indivíduo que se extendió en la
tado y pensativo del anciano, que ha vivido y ha via férrea y á quien el ferro-carril, con el corte
luchado. nítido de la guillotina, le separó la cabeza del
Partiendo de esta base nos vamos á explicar tronco.
facilmerite la curiosa paradoja que resulta de la La casualidad ha realizado aquí una experien-
comparación de las dos fotografías que reproduci- cia vulgar de fisiología, produciendo la sección
moS: la cabeza de un vivo (fig. 1) que tiene la frial- del bulbo raquídeo en el nudo vital de Flourens,
dad y la expresión negatiya de la muerte, y la ca- ocasionando la inhibición nerviosa consecutiva,
beza de un muerto (fig. 2) que esta viviendo, en que paraliza inmediatamente las actividades orgá-
CRIMINALOGIA MODERNA 83

.
mcas, pro d UCI'endo la muerte instantánea. Debido
. de locura, equiparando el desgraciado va-
á esto, la expresión de dolor. esbozada en los pn- gabundo á sus víctimas, en lo referente á las
meros instantes del traumatIsmo, ha quedado p·a- causas psíqVicas de los horribles crímenes.
ralizada y se ha conservado en la cabeza separada
ue viene á comprobar una vez más Las protestas no fueron pocas y la pa-
d e 1 tronco, lo q f 'd sión popular invadió á todos, desde el Juez
la tésis de Duchenne á la que nos hemos re_en o.
. Reasumiendo: tenemos en la figura N. 1 un hasta el perito, y ante el extraño proceder
ejemplo de expresión h.abit~al negativa y por ,eso de Vacher, no se tuvo ya vacilaciones en
nos explicamos la apanencla de muerte, y ten l<l fi- declamar la simulación, la comedia, mien-
gura N. ')~ la contracción muscular
. que traduce ,.un
tras el desgraciado en la inconsciencia de
e tado actual del espíritu, destlOada.á desaparecer,
p:ro que, gracias á la acción inhibitoria y á la ce- su desventura, no comprendía tal vez por-
sación brusca de la vida, se ha hecho permanente. qué habria debido finjir que no sabía por-
C. DEL CAMPO. qué, sin motivo alguno, habia dado muerte
á tantos inocentes guardianes de gansos "ir
rebaños.
La justicia humana ha tenido la cabeza
1a ejecución ele :J'acher del reo, habiendo respuesto afirmativamente
á todas las cuestiones los buenos jurados,
El horrible instrumento de Mr. Deibler desde la de ser Vacher el autor de todos
ha al:t:ado los brazos al cielo de la Plaza los crimenes imputados, hasta la de haber
de Bourg (Departamen to clel Ain), y en nom- obrado con premeditación y aún en la com-
bre de la ju~<;ticia humana, de la reintegra- pleta posesión de sus facultades mentales!
ción del ordenjuridico turbado, ha hecho No obstante los grises albores de un
rodar en la histórica cesta, la cabeza de! sábado invernal, la injenua muchedumbre
vagabundoVacher, del matador de los pas- de Bourg, se habrá trasladado con ansia
tores, que desde años atrás horrorizaba con y satisfacci<;)n á 'la plaza donde se había
sus hazañas las pacíficas aldeas de la alta levantado la guillotina; habrá acogido con
Francia. el acostumbrado -murmullo hostil y con las
Las narraciones fantásticas continuarán . espontáneas imprecaciones, la llegada del
por mucho tiempo y aumentarán en datos condenado, y habrá experimentado una sen-
horrorosos. sación de satisfacción íntima cuando la ful-
La figura insulsa del peregrino sangui- gurante lunefte se deslizó y la cabeza del
nario asumirá en la fantasía de los buenos desdichado cayó en la cesta!
burgueses y en las fábulas de las veladas Juristas' y hombres de pensamiento (co~
de invierno, todas las metamórfosis neceo mo les llaman algunos clásicos á los secua-
sarias para hacerse el prototipo de la bestia ces de la escuela ortodoxa) habrán sonreido,
feroz hecha hombre, pero quizá la ciencia á su vez, á la idea de que se pretendía
'hará decir bien pronto á ese mísero cadá- hacer pasar á esta materia...... de patíbulo,
ver una palabra bien amarga contra los Jue- pqr un loco, y habrán creído encontrar al
ces y Códigos que lo condenaron en vida. fin, un hecho para contrarrestar las esta-
Apenas se ,descubrió el autor del últi- dísticas inconclusas de los innovadores uto-
mo homicidio sensacional y se levantó el pistas!
velo que cubría los muchos otros, la pr_ensa Parece, sin embargo, que la antropolo-
Se apresuró á dar todas las ediciones posi- gía, en nombre de la ciencia, no tardará
bles sobre el sujeto, hablando de cinismo mucho en tomar su revancha, y la cabeza
repugnante, de ferocidad/ buscando uria del ajusticiado suministra las armas con
causa cualquiera á cada crimen de Vacher que el Dr. Mabeuf, que había ya estudiado
y pidiendo venganza en nombre de las y declarado irresponsable á Vacher, habien-
pobres víctimas. do obtenido ese documento humano, ha
Entre tanto clamor de las almas timo- descubierto en él la presencia de una bala
ratas que al presentarse tales fenómenos alojadá allí ~ raiz de una tentativa de sui-
gritan sobre la necesidad de una lección cidio y que interesa especialmente la sus-
ejemplar, prontas á gritar mañana con más tancia cerebral, hasta el punto de impedir
fuerza en pro de la abolición dé la pena de el desenvolvimiento regular y completo de
muerte, fueron pocas las voces de aquellos las facultades mentales y de su funciona-
que, en nombre de la ciencia, osaran hablar miento.
84 CRIMINA LOGIA MODERNA

Segun el Dr. Mabeuf, al cometer Vacher remontaban á las primeras épocas de su


los numerosos y atroces delitos que le son vida.
imputados, habría obrado en consonancia Desde muy jóven había vagabundeado
no ya con la conciencia de la criminalidad sin más guía que su capricho, ni más norte
de los hechos, ni con libertad, sinó bajo el que el fria, el hambre y el placer. De sus
impulso de una verdadera locura homicida. progenitores solo sabía lo que le refiriera
El suicidio intentado, de que es conse- un viejo gaucho, muy vinculado por comu-
cuencia el alojamiento de la bala en el ce-· nes fechorías con su padre; un lindo mozo
rebro, sería por sí solo una primera prueba payador; más enamorado que un triunfo y
de la constitución psicópata y aun degene- con más gra'cia que una carcajada á tiem-
rada del individuo; el cuerpo extr!'l.ño pre- po." Ese amigo le refirió que había conoci-
sente desde entonces en el sitio de la vida do tambien á los antepasados de la madre,
intelectual y volitiva, habría aguzado hasta una robusta y elegante china, hija del ca-
la locura total y bajo una forma impulsiva, cique Cungurá, de las tribus salvajes del
el principio congénito de la degeneración. sur.
La absoluta falta de causa inmediata Al repetir lo que el viejo amigo de su
que lo moviese á la mayor parte de los de- padre le contara referente á los anteceso-
litos cometidos (tanto que se tardó mucho
en llegar á descubrirlo), y su actitud de-
mente (creida simulación) en el período de
la instrucción, son la elocuente confirmación
aún ante un exámen superficial del fenómeno.
Dada la naturaleza feroz y peligrosa de
la demencia de Vacher, ni el veredícto de los
buenos jurados, ni la consigüiente supresión
del condena'do. pueden ciertamente dar lu-'
gar á escesivas y sentimentales protestas de
parte de los secuaces de la escuela positiva,
la cual ante tan dolorosos fenómenos y
la necesidad de la defensa social, no rechaza
el declarar necesario y oportuno este modo
de selección en ciertos y determinados casos.
Lo que es indudable, es que la responsa-
bilidad moral de los buenos clásicos, que es
la única razón de las penas graves' en los
Códigos del libre albedrfo, tiene en el caso
Vacher una nueva y decisiva desmentida. res de la linea materna, se perdía en co-
mentarios sobre cosas vagas, contradicto,
ARTURO RIV A. rias y obscuras. Parecía haber sido enjen-
drado al compás de una rima criolla ó en
la sorpresa de. un alarido de malon. La
~tavismG '"Pampa china fué mansa, sumisa y amante leal del
payador; solo se entristecía al recuerdo de
(Del libro en preparación" Estimulos del delito") los suyos ausentes y en perpetua lucha con
el cristiano. De su abuelo se contaban he-
(Véase el núm, anterior)
chos inauditos. Los indios más que respetar,
La confidencia era difícil, no por des- le temían: era tan feroz, perverso y san-
confianza, sinó porque el individuo dudaba guinario, que sus irrupciones á poblado de-
de sí mismo, no se reconocía, se ignoraba; jaban el recuerdo lúgubre de los incendios,
él para él, á veces, no era él, temía equi- muerte, ruina, de la desolación y de lo es-
vocar hasta sus propias intimidades y mal pantoso. Allá por los años de 1840 y tantos,
interpretar el móvil de las atrocidades que invadió con su tribus á un pueblucho del
la justicia le imputaba. sur. Despues de robarlo todo, de destruir
"No me tengo fé," solía decirme en los por el fuego lo que no se pudo llevar, de
momentos que esplicaba sus infortunios que matar á cuanto infeliz cayó en sus garras,

\
CRIMINALOGIA MODERNA 85

ara colmo de maldad ejecutó otro hecho peradas y anhelantes. Las jóvenes parecian
~ue ha permanecido indeleble en la memo- desfloradas á cuchillo y las otras desdicha-
ria de las gentes que por allí hoy viven. das con tajos en los pechos y caderas, co-
El penúltimo dia de' permanencia en el mo medios de placer.
pueblucho, ordenó. se pr:sentaran en' .el Jamás escena alguna pudo representar
. rancho que él habItaba, a todas las mUJe- más vibrante y á lo vivo el placer cruel,
res, g-randes y ~hicas, sin respetar 'pelo ni el amor doloroso, la sangre del libertinage,
marca, que hubIeran quedado con VIda des- gérmenes del goce que los dolores ajenos
pues del mal~n. Quieras que nó, la orden proporcionan.
fué cumplida y encerradas en el rancho
M. CARLÉS.
todas las mujeres que pudieron encontrarse
(Continuará).
á tiro de manotón. Luego entra Cungurá
y separa las de su apetito en número de
seis y el resto las reparte entre sus capi-
tanejos y gentuza de mando. Ordena á es-
tos retirarse con sus respectivas regaladas El crimen ele ~a Jy'[agelalena
y se encierra r:'l solo con sus seis cautivas.
~ la delincuencia senil

El principio contenido en el arto 83, inc. 20 del


Cód. Penal Argentino, y sancionado tambien en casi
todas las legislaciones punitivas contemporáneas,
que estáblece como circunstancia atenuante. de la
responsabilidad. la edad mayor de setenta años,
es una de las escasas previsiones de fondo posi-
~ tivo que han podido de"lizarse entr~ los clásicos
. preceptos j e nuestra rancia legislación criminal.
y es curioso constatar el contraste que á este
respecto presenta el criterio del lejislador, aún
dentro de la misma disposición, entre la sabia y
práctica previsión de la atenuante de la edad, y
su fijación arbitraria en un número de años deter-
minado, excluyendo por completo en el cómputo
del mismo, las variantes naturales del sexo y de la
organización.
Allí permaneció el bandido durante el tiem- Sinembargo, la primera de esas variantes qa
po que quiso, hasta que se le vi6 taciturno sido tomada en cuenta especialmente en otras
y sombrío, salir solo del rancho y con voz prescripciones legales, aún cuando de índole civil,
de trueno disponer el regreso de la inva- con respecto á la capacidad para contraer matri-
sión. monio, etc.
Al dia siguiente de la partida, acudió Por otra parte, la constituciQn orgánica en uno·
presurosa al sitio desolado una fuerza del y otro sexo, varía infinitamente con los distintos
ejército de linea, destacada por aquellas temperamentos individuales cuya vejez prematura,
regiones para defender á sus habitantes del ó escepcionalconservación hacen imposible la fi-
pillaje del indio. jación, en términos absolutos traducidos en u!1a
El rancho, nido de amor de Cungurá, cifra numérica expresiva de la edad y con respecto
fUé franqueado pudIéndose así presenciarse á la imputabilidad.
el espectáculo repugnante y de honda tris- Pero en defecto de este criterio numérico, puede
teza que nos provocan las supremas cana- y debe establecerse desde luego como norma ge-
lladas. neral, que desde la edad de sesenta años, la deca·
Las seis mujeres yacían muertas y con- dencia natural del organismo influye sensiblemente
fundidas con botellas de licores y restos en la escala de la imputabilidad.
de comida. Las paredes salpicadas y dibu- El desgaste de las enerjías vitales, especial-
jadas con sangre, señalaban muertes deses- mente de la actividad mental, la depr.esión del sis-
86 CRIMINALOGIA MODERNA

tema nervioso, la exageración del sentimiento ni en los actos de su vida, común, se manifiesten
egoista producto de la menor impresionabilidad síntomas visibles ó exteriores de enajenación.
'afectiva y talvez de la amarga experíencia de la Es sabido que en el proceso patolójico de la
vida, - son los caracteres físio-psíquicos norma- demencia, se suceden gradualmente diversos pe·
les de la edad madura, cuyos síntomas es fácil riodos que son en su princ ipio difíciles ó imposi-
constatar en la mayor parte de los delincuentes bles de diagnosticar, porque los efectos l~tentes de
sexagenarios. la enfermedad, sin traducirse en desvaríos exterio-
Ahora bien, en el septuagenario, existen los res de la coordináci6n de ideas en la conversación,
mismos caracteres, pero más acentuados aún, cuy~ influyen sinembargo considerablen~ente en la aso-
naturaleza franca~ente morbosa se traduce en una ciación y deliberación interior.
verdadera alteración de las facultades intelec- El fenómeno está suficientemente comprobado
tuales. en las autopsias practicadas sobre cadáveres de
En numerosos casos de delincuencia senil ha delincuentes y especialmente - para referirnos al
podido constatarse un principio de desequilibrio caso más reciente - nos bastará citar en nuestro
mental, existente siempre á partir de los setenta apoyo el proceso Vacher de qne se da notic.ia en
años de edad. otro lugar.
Así, pues·, el Código Penal, al .aceptar como
atenuant~ genérica la menor responsabilidad en RICA RDO DEL CAMPO.

el delincuente mayor d.e setenta años, solo toma.


en cuenta el período de las perturbacionés meJlta-
les visibles, que constituyen en la práctica y en la
mayor parte de los casos, verdaderas eximentes,
más que atenuantes, bajo el punto de vista físico y
El Cri,mel1 de }\rredondo
legal.
Mientras tanto, las perturbaciones ,fisiológicas 8.s,zsinato pofilico
normales en el sexagenario, aún sIn revestir ca-'
racteres morbosos, constituyen, no obstante, inne- Al Dr. lVIARTIN lVI. TORINO.
gables desequilibrios en el funcion.lmiento de las
facultades ment;tles, y por consiguiente influyen El con~enc¡onalismo egoista de ia prensa, al
considerablemente en la mayor ó menor imputa- atacar fuertemente al tribunal de la República ve-
bilidad. cina, por el veredicto absolutorio· que ha pronnn-
En el caso que nos ocupa, trátase de un delin- . ciado á favor del matador del Presidente Idiarte
cuente, cuya edad, caracteres anatómicos y ante- Borda, me ha inspirado este artículo doctrinario
cedentes anamn'ésicos, constituyen la mejor com- basado: en las convicciones que tengo sobre este
probación de la tésis que sostenemos. debatido tema, fruto de mi meditación y estudio.
Gregorio Gonzalfz - tal es el nombre del ho-
Sin reparo aplaudo ese justiciero fallo, y los
~icida de La Magdalena - cuenta sesenta y dos
jueces que lo han suscrito, han demostrado que son
añ.os de edad; es de baja talla, de escasa capaci-'
hombres de caracter probado y de energia cívica.
,dad craneana, ángulo fadal deprimido, mandíbu-la
Mi defensa no se condensa á este caso particu-
voluminosa, orejas de asa, mirada vaga é indecisa,
lar, sinó á defender el tiranicidio cuando él es ne-
, expresión estúpida y apática.
cesario para suprimir un estado de cosas abyecto
Sus caracteres morfolójicos degenerativos, sus y yergonzoso.
condiciones psíquicas, la apatía y p,erversidad de- Acepto la doctrina de Luis Blanc, cuando pla~­
mostradas en la ejecución alevosa del delito y en tea la cuestión en estos términos: "si es preferible
en su cí~ica y circunstancia'da confesión, como el ser tiranizado" ó el ser tiranicida", acepto el ser
tambie~: ia falta de causa r~al en la perpetración tiranicida.
motivada tan solo por la suposición morbosa y Los pueblos que aceptan sin protestli un tirano,
obcecada de la conducta atribuida á la víctima son decrépitos ó corrompidos, han perdido la idea
con .respecto á la concubina del matador, que ha- del honor y de la dignidad, y ellos no aportan un
bría esdtado los celos en este último, - son otras ápice al progreso y á la civilización de la huma-
tantas causas presuntivas de sn incipiente altera- nidad.
ción mental. El tirano tiene el' derecho de matar, de robar,
No desautoriza esta conclusión, la circunstancia de ultrajar y de co~eter cuanto desman se le ócurra
de que ni en la conversación habitual de Gonzalez, á su desenfrenada voluntad. Para él no hay ley que
CRIMINALOGIA.MODERNA 87

le -obligue ó que reprima sus fechorías; la ley está hasta que se necesitó que los bárbaros con Atila,
bajo su omnímoda férula .. Genserico y Alarico, destruyesen al orden consti-
Ahora bien; cuando una fiera rompe los hierros tuido la ciudad eterna y se formase después una
que la aprisionan en su jaula, ó se evade de ella, nueva vida y otro estado distinto de cosas.
cualquier hombre tiene el derecho de matarla; Si el pueblo no hubiera aceptado el cesarismo.'
cuando un hombre se ve atacado por un asesino, si en el senado hubiesen quedado discípulos de
por un ladran ó por un monstruo que pretende ul- Bruto y Casio, la tiranía y el cesarismo no habrían
trajar su honra, ese hombre tiene el derecho de dominado como un hecho fatal al mundo romano.
matar al asesino, al ladron ó al infame. Muerto el tirano~ la tirania debe desaparecer. Sub
Si esto es cierto en las relaciones de los hom-
bres entre sí, cómo es posible que se diga que un
.
lata causa tollitur efectum.
Pero se objeta y se dice: quien puede decir,
ciudadano sin más ideal que el de la patria, sin juzgar 10 que se entiende por un tÍ1~a1lo? La con-
ningún propósito egoista. haga mal en inmolar á ciencia humana y la idea de moral y dignidad; si
un tirano, ó á un gobernante conculcador de las los pueblos y los hombres son los mandantes de
leyes ó publicano? l'A grandes males, grandes re- los gobiernos. -es porque tienen conciencia y saber
medíos" ha dicho el padre de la medicina. para elegir, y si la tienen para esto, evidentemente
Si el Tribunal que ha absuelto á Arredondo, la deben de tener para deponer y castigar al tira-
ha declarado en un fallo, que el procesado inter- no. Donde la sociedad conserve la nocion de lo
pretó los sentimientos y las 'ideas del pdis al eli- justo y de lo injusto, donde se predique y acepte
minar á Idiarte Borda; cómo e~ posible sost{'ner la monil y la virtud, la tiranía es imposible. Así
que es pasible de pena Arredondo? resultaría que pues, donde los ciudadanos se dan cuenta que hay
sería culpable como cómplice el pueblo oriental, y un gobierno que mata al opositor que le estorba,
habría que imponerle la pena inmediata menor; cuando amordaza la libertad de la prensa, cuando
pues s~nó, resultaría un fallo irritante, en que el la tribuna- popular está enmudecida. cuando la pro-
a,ctor del delito fuese culpable y sus cómp.lices ino- pÜ~dad es confiscada, cuando se aplaude y fomenta
centes. el despotismo, entonces hay un estado relajado y
Acepto dentro del mecanismo político, como un enfermizo, el gobierno de ese estado es tiránico, y
procedimiento necesario, para la libertad ,de los debe y puede ser muerto ese gobierno, por el
pueblos, la muerte de los tiranos, desde que por vengador ó eL mártir del pueblo.
ese medio se elimina el causante del mal. Con toda injusticia se pr,etende d'ecir (liLa N .1-
y si no fuese esto cierto;' que fuerza tiene un cion"), que quien defiende el fallo absolutorio de
pueblo para derribar á un gobierno de oprobio y Arredondo y el acto consumado por este último,
de i~nominia? La revolución; la acepto tambien, tiene que ,!plaudir la. muerte de la desdichada em-
pero cuando esta es imposible, cuando no prospera, peratriz de Austri-a, inmolada por el fanatismo de
cuando la sociedad está tan prostituida 'pues los un anarquista. No tal, porque lo~ hechos no son
.gobiernos culpables aplauden y fomentan la dela- idénticos; Idiarte Borda era un gobernante vulgar
ción y la traición, no queda más medio justo que y conculcador de las leyes, el peculado y el cohe-
el asesinato político para matar al tirano, sic sem- cho era el sistema con que gobernaba; mientras
per tyranis. que la emperatriz Elisabeta, era una mujer honesta'
El Senado Romano, en los primeros tiempos y virtuosa, que para nada intervenia en los desti-
del cesarismo, para contener la tirania de los em- nos públicos de su nación. Entre el acto ~e Arre-
p,eradores, llegaba un momento en que recobrando dando y el de Lucheni, hay la misma diferencia
la viriliddd y ~altivez de los tiempos de la repúblic~, que entre un homicidio hecho en legítima defensa
_declaraba enemigo público al tirano, es decir rati- y otro ejecutado con premeditación y alevosía,
ficaba un hecho que ya existía; ante esta sanción sería una insensatez decir que: el que defiende al
los ciudadanos sabian que podian inm'olar al tira- homicida que mató en legitima defensa, debe ,por
no, y ,este para escapar al. castigo público, muchas ello defender al qomicida alevoso. Es pues un ar-
veces se daba la muerte por su propi~ mano. Solo gumento de aparato y de efecto el que se hace.
cuando el Senado Romano se envileció y aceptó bueno para 105 incautos y timoratos.
sin protesta y como un hecho consumado la tira- Pero tambien se dice que el criterio público,
nía, cuand~ el pueblo s~ hizo cómplice de los vicios se extravía, se cambia y modifica y que aplaude
de Heliogábalo y ~e Caracalla, fué que allí se per- hoy 10 que vituperaba ayer. Lo sé por desgracia
dió todo' sentimiento de dignidad y de pudor, y en que esto es exacto hasta' cierto punto; y hasta en-
este estado ,anormal. estuvo viviendo años y siglos, tre nosotros ha sucedido ese fenómeno. Hace
88 CRIMIN ALOGIA MODERNA
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apenas siete años, que el pueblo de esta capital Yo sé que han habido asesinatos políticos que
hacía grandes meetings- para pedir el castigo de no pueden justificarse y que han merecido la re-
los conculcadores públicos,allí levantaban su voz los probación de todo el orbe, pero de ahí no se sigue
dos malogrados apóstoles de la causa popular, que por el mal uso que se haya hecho del sistema,
Alem y Del Valle; se creía y se esperaba que la este debía condenarse en absoluto. No. Sería lo
moral pública sería reparada, y que los publicanos mismo que prohibir el ejercicio de la medicina,
y sayones serían juzgados y condenados; pero des- porque han existitid0 y existen médicos que por
graciadamente nada de esto ha sucedido, la mayor ignorancia ó descuido son los causantes de la
parte de los hombres qne entonces estaban en las muert~ del enfermo. Lo que hay es que la huma-
filas del pueblo han desertado de su puesto; han nidad aún no ha in'Velltado nada perfecto, y por
fraguado alianza con los 'Conculcadores eternos de ello es que hay remedios que en unos casos pro-
los derechos del pueblo y esta mutación es de- ducen espléndidos resultados. mientras que en otros
hida á la falta de carácter, á la ambición de aca- son total:nente ineficaces.
parar los puestos públicos y á la falta de una só- Para terminar este artículo, afirmo que el ase-
lida y buena educación política. sinato político está consagrado en la República
Se dice tambien que la figura de Maquiavelo Oriental con su Himno Patrio, y han hecho bien
y la de César Borgia no han sido la de un político en consignarlo sin ambajes. y con toda sinceri-
rastrero el uno y la de mercenario capitan el otro, que dad, los descendientes de Artigas que encarnaba
-vendía su espada y sus huestes al oro de los espa- el valor indomable de los charruas, y la figura
ñoles ó de los franceses; pero si toda defensa es legendaria de Don Joaquin Suarez modelo de go-
posible, ella no logrará destruir el fallo histó- bernantes cívicos y honradas:
rico fulminado contra Maquiavelo y su discípulo
« Y hallarán los que fieros insulten
César Borgia, uno es el autor de un libro "El
la grandeza del pueblo Oriental,
Príncipe" que da sabias lecciones á los tiranos y si enemigos, la lanza de Marte,
pervierte á los pueblos, y el otro un aventurero si tiranos, de Bruto el puñal. •
político manchado con los crímenes de su padre
Alejandro VI y de su hermana Lucrecia. La tumba
de Neron, pocos años despues de su muerte, apa-
Pues bien, mientras exista ese anatema,'y naz-
reció por manos anónimas adornada de flores!
can ciudadanos como Ortiz y Arredondo, que 10
Por otra parte, creo que es más justo el tira
pongan en práctica, los Santos é Idiarte Borda.
nicidio que el asesinato legal que se denomina llevarán su merecido y h)s Cuestas vivirán entre
pena de muerte.
pretori3nos y prometas!
Es una ignominia, una vergüenza, una cobar-
Felices los orientales que eliminan á los aven-
día, que el estado tenga que eliminar á un criminal.
tureros políticos y á los tiranos.
para estar seguro y tranquilo.
Honor al Tribunal que ha pronunciado el ve-
Para qué sirven las cárceles y los presidios?
redicto absolutorio de Arredondo!
Son impotentes esos lugares para albergar á hom-
bres de esa naturaleza? No matarás dice la ley DOMIMGO P. DE MAI<IA.
divina y sin embargo la ley humalla decreta la
muerte! Y en qué forma! en una aleve, cuando el
criminal no pued~ defenderse, cuando es inofensivo, NOTA BENE.
en ese es"tado se la ultima y la justicia humana
queda s:ltisfecha porque ha muerto á un hombre. Sobre un tema tan grave y tan controvertido como el
del homicidio político, hemos querido dejar amplia liber-
y pueden parangonarse los crímenes privados, tad de apreciacion á nuestros dos distinguidos colabora-
por más enormes que se les considere, con los que dores, Doctores De Maria y Melián Lafinur, quienes aun
cuando bajo diversos puntos de vista, l1eg"n á idénticas
comete un tirano 1 Cual -es más peligroso para la conclusiones jurídicas: la justicia de la absolucion de
sociedad? No hay duda que el tirano, y entonces Avelino Arredondo, matador del Presidente <le la Repú-
blica del Uraguay, rdiarte Borda.
porqué no eliminar á éste en vez de seguir su- Por nuestra parte nos reservamos el derecho de emitir
friendo degradaciones y humillaciones hasta que á sn tiempo nuestra opinion s8bre el célebre debate, im-
poniéndonos por ahora una reserva absoluta en razon de
la furia se le calme á ese monstruo. estar todavia el acusado s~¡b-juclice con motivo de la apela-
Toda la humanidad civilizada aplaude y justi- cion interpuesta en tercera instancia, por el Ajente fiscal,
contra la sentencia absolutoria del Jurado.
fica el acto heróico de Judith librando al pueblo Por lo demás es innecesario repetir- aquí lo que hp-
hebreo de la tirania de Holofernes, y así como mos manifestado siempre: que las opiniones personales
vertidas sobre cualquier asunto en las columnas de esta
ésta hay una porcion de eli11li1~acio11es de tiranos Revista, bajo la firilla y responsabilidad de nuestros ilus-
que han merecido el aplauso universal. trados colaboradores, no implica en manera alguna adhe_
CRIMINALOGIA MODERNA 89

sion de la Direcion, ni del cuerpo de Redactores á las cuerda que al apare~er el viento del norte, las
tesis y conc1u~iones en ta~es. artículos c~ntenidas. . . natuf<llez:J.s más buenas entre sus valerosos solda-
Nuestra divIsa es y sera: llldependenCla de conVICClO-
nes científicas y responsabiliJad personale de los escri- dos, se escitaban. y las menos resistentes se esce-
tores. dian en actos muchas veces deplorables, siendo
insuficientes para contenerlas, los rigores dé la
LA R~:DAccroN. disciplina. la causa de la libertad y el cariño por
el gefe. .
La prueba más dolorosa de este fenómeno, ha
sido el recrudecimiento de los suicidios cuyo nú-
mero fué escepcional en Buenos Aires, habiéndose
iJuflspruclencla consumado é intentado hasta el número de siete
en un solo día!
JI
Volviendo á los delitos de sangre y siendo pe-
~r6nica c9.udicial queño y relativo el material recojido para hacer
un estudio particular ó para valernos de las cifras
obtenidas. consignaremos solamente las caracte-
ApUNTES y CONSIDERACIONES rísticas generales que denuncian el fenómeno y
confirman la constatación positiva con respecto á la
Los Tribunales de la República callan por el influencia de la temperatura, como factor impor-
período de las ferias. y de Europa no nos llega tante del delito.
más que el eco siempre rumoroso y sujestivo del Ante todo, Se han cometido delitos hasta en
proceso Dreyfus que cada día asume nuevos as- los pueblos y 'villas más tranquilas, donde desde
pectos y nos ofrec'e nuevas fases del prisma político- mucho tiempo no se registraban hechos de sangre,
militar-religiosa-jurídico que lo constituye. como, por ejemplo, el crímen de La Magdalena
La ejecución de Vacher, de la que ha blamos cuya pretendida causa subsistía desde mucho tÍ'em-
en otro lug2r. el descubrimiento de la sociedad de po en el cerebro dpbilitado del viejo enamorado
estafadores y cuenteros internacionales, el crimen y solo 'ahora pudo armar su brazo por ]a con-
de La Magdalena. etc., son los demás episodios re- comitancia del factor atmosférico.
saltantes qu~ pueden jnteresar; pero que por ha- Esta característica no es. por otra parte, más
ber sido ya tratados ó por hallarse en el principio que una faz del fenómeno general de incremento
de la instrucción, no pueden proporcionar materia que se verifica en los lugares donde las condicio-
á esta sección que por consiguiente está también nes de convivencia dan constante materia á la cri-:
de feria. minalidad.
Nos limitaremos, pues, á consideraciones de Segunda caructerística es la falta ó futileza de
órden general. notando desde luego cómo, mien- causas que justifiquen relativamente el hecho cri-
tras las crónicas de Europa callan casi con rela- minoso. Por ejemplo: en la crónica pólicial de Bue-
ción á los delitos de sangre, las argentinas, en nos Aires en uno de estos últimos días se anota-
cambio, de dos meses á esta p~rte y más aún desde ban siete lesiones; y bien, en dos de ellas (y entre
el principio de los calores estivales, marcan un los heridos se cuenta un vigilante) no se pudo con-
incremento doloroso y alarmante en la delincuen- seguir el más mínimo indicio sobre el autor, por
cia sanguinaria. la falta absoluta de un precedente que explicase
Por la ley de causalidad. hoy innegable como semejante venganza; en otros dos la causa aducida
informador'a de todo órden de fenómenos del mun- era de órden futilísimo y casi ridículo; y las' tres
do orgánico é inorgánico, tal contraste tendrá una últimas. consecuencias de riña que son las formas
causa dé órden general que no es ciertamente la más impulsivas y diremos casi involuntarias en los
voluntad libre y absoluta de los desgraciados que actos sanguinarios.
delinquen más en este p.eríodo que en ningun otro Otro caracter que se nota en los crímenes úl-
del año. timos, es la crueldad con que se llevan á c:lbo y
La escuela positiva, en efectó, confirmándose la ausencia de la premeditación.
por las repetidas observaciones y los consiguien- Todos estos datos, aún superficialmente consi-
tes datos estadísticos recojidos, nos enseña como derados, dan la idea de una causa preponderante
la temperatura y, por tanto las estaciones, tienen y general que altera el organismo psico-físico, sea
variada y resaltante influencia, no solo en el con :respecto {l la evaluación de los hechos ó cosas
acrecimiento y decrecimiento, sinó además. sobre que nos rodean, sea con respecto á la necesidad
el género de la delincuencia, como lo establece el de la reacción y á la espontaneidad de la agre-
principio' constatado de que en el verano se pro- sión, y esta causa no es otra que la alta y depre-
ducen preferentemente delitos de sangre. y en in- siva temperatura.
vierno contra la propiedad. No es difícil la comprobación de las afirma-
En estos últimos días. al calor propio de la ciones precedentes si se considera las mismas mo:'
estación se ha agregado el viento norte que per- dalidades de vida y las costumbre" más comunes
sistió muchos días en la Provincía de Buenos de los pueblos civilizados: Porqué se ha elejido
Aires. la estación de Verano para el reposo de los que
La deprimente influencia de este viento está aplican espeCialmente su actividad mental? Porqué
ya reconocida por muchos escritores de la mate- es en esa mísma estación que se conceden las va-
ria. y hasta José Garibaldi en sus Memorias, re- caciones á las generaciones estudiosas y hasta los
90 CRIMINALOGIA MODERNA

jueces mismos reducen su acción, en dicha época para la lejislación de la República del Uruguay -
del año, á los trabajos que reclaman los asuntos de nosotros lo auguramos - lo que el caso Dreyfus
caracter urgente é improrrogables? . será tambien al fin para la legislación militar fran-
Cualquiera que sea ínterrogado sobre el por- cesa,como lo fué ya para la de Bélgica que,
qué de la elección del período expresado para el tomando del ejemplo ajeno las enseñanzas respec-
descanso y para las salidas al campo, responderá tivas, proveyó hace pocos días con una sabia ley
sin vacilar que ambos hechos obedecen siempre á que una vergüenza :como la que se oculta en la
á la inclemencia de la atmósfera. Isla del Diablo. no tenga que conmover alguna vez
Los espléndidos trabajos de Cesar Lombroso, á su pueblo trabajador, ni obligar á los responsa-
Pensamientos y Meteoros son los primeros y más bles á luchar contra la justicia y la humanidad, en
brillantes de la escuela positiva. Los hechos y ar- nombre de vanas y absurdas preocupaciones.
gumentos consignados en esa obra son por sí so- Viniendo á la narracian suscinta de los hechos,
los la prueba concluyente de cuanto hemos afir- se recordará que Tomás E. Butler, joven de' dis-
mado. ting'uida familia oriental, al salir de casa de su
Importa recordar aquí un hecho particular que prometida la Sta. Ernestina Fernandez Fisterra,
aleja tpda duda: Los exámenes son para las ge- hácia las once de la noche del 14 de Octubre de
neraciones escolares uno de sus momentos más 1895, - cayó á pocos pasos de la calle Chaná, he-
graves, y su amenaza turba por muchos días la rido mortalmente por una bala de revolver.
mente de los estudiantes. Nadie presenció este drama, y no obstante las
En Italia, se permite á los estudiantes repro- activas investigaciones hechas por la policía 'en el
bados en los exámenes de Julio (verano) repetir período de cuatro días, no fué posible conseguir
la prueba en OctubrE, de manera que, si en tal re· indicio alguno, salvo ciertas vagas y explicables
petición se obtiene tambien un resultado desfavo- leyendas, sin encontrarse tampoco en la vida de
rable, el desengaño debe ser mucho mayor en este la víctima otro precedente que el de haber sido
segundo rechazo, que en el primero, puesto que él perseguido, (según ella misma lo manifestó) por
importa la pérdida del año escolar, siendo pues determinadas personas que nunca nombró.
irreparable y mayor la severidad del fracaso su- Por cirsunstancias curiosas é inexplicables, si
frido. se prescinde d~ la manía de forjar una solución
y bien, apesar de esta circunstancia que lógi- á todo problema, las sospechas recayeron sobre
camente debía entrnr como hctor preponderante el alferez Enrique Almeida' y sobre Juaquin Fer-
en el desaliento y desequilibrio de las almas jó- nandez Fisterra, hermano de la novia de Butler.
venes, sobre once suicidios intentados y consuma- Bastó que la Policía anunciara el arresto de los
dos en un solo año por alumnos desaprobados, dos presuntos culpables, para que desde las masa.,
solo tres se verificaron en la estación de Otoño sentimentales, hasta los jueces se declamase, sin
(exámenes de Octubre en que las consecuencias más fundamento, sobre el descubtimiento de los
eréln irreparables) y los ocho restantes se realiza- asesinos y se hiciese hasta lo imposible para en-
ron en verano! contrar, no ya el verdadero culpable (como acer-
tadamente dice el Dr. Figari) sinó para descubrir
EL PROCEsn BUTLER EN MONTEVIDEO los motivos é indicios para inducir la culpabilidad
del alferez Almeida.
Todas las pasiones, todos los prejuicios, todas
Hemos .ojeado las dos interesantes memorias las ilegalidades fueron invocadas y puestas á con-
presentadas al Juez de Instrucción por el defensor tribución con tal fin.
de Enrique Almeida, Dr. Pedro Figari, y hemos Jueces y Fiscales se constituyeron en la cár:
podido notar, desde su principio, que esos trabajos cel, como en los buenos tiempos de la Inquisición
son una verdadera campaña y sobre todo una des- para recojer las pruebas que si en este caso no
mentida, contra la preocupación general según la fueron provotadas con la tortura, lo fueron, sí, con
cual no tienen valor en el ministerio de la defensa las armas sujestivas que el defensor llama, no sin
penal, la sinceridad y la conciencia. razón, sinónimos de la tortura.
La lucha iniciada en ese sentido por los ilus- Con tales artes arrancósele á Fisterra una de-
trados artículos del Dr. Figari en el diario « La c1aracion terrible contr'l. Almeida, pero débil ante
Razon » de Montevideo, después del veredicto des· la elocuencia de los hechos, tanto que rué nece-
tavorable de segunda instancia; el valor y, hasta saria una segunda edición correjida y aumentada
cierto punto, el sacrificio con que afronta las ás- que chocante, á su vez, \:on, la verdad, dió lugar,
peras dificultades. que le oponen el prejuicio, la enfin, á una retractacion completa é incondicional!
pasión popular, el' egoismo, las ilegalidades come- La ley prohibe la reapertura de la instrucción
tidas, y aún talvez, los manejos de los verdaderos y el Fiscal, confesando no poder pedir una conde-
culpables que se agitan en la sombra para frustrar nación, la pide y la obtiene (hasta por el leal con-
los esfuerzos de una conciencia elejida que 1ucha sentimiento del' procesado) y sin .haberse producido
sola contra todos, - nos recuerdan el caso Drey- nuevas pruebas, basándose tan solo en vagas de-
fus que se ha hecho el prototipo de las infamias posiciones de los parientes de los interesados, so-
judiciales. licitó y obtuvo la grave condena del jóven alferez
Pero la espontaneidad y la abnegición que res- Almeida, que apenas conocia á Butler; que nin-
piran esos escritos no entra para nada en el valor guna razón de odio tenía contra él, que con' una
científico de los mismos, y el .caso Almeida será, vida correcta y honorable, ajena á las luchas
CRIMINALOGIA MODERNA 91

políticas, había sabido conquistarse la estimacion curso de Criminalogia Moderna pudiese cooperar
como soldado y como ciudadano. á sus fines, no h<:mos de escatimarlo cuando al
Durante el debate, los pequeños rencores, las conocimiento de los escritos, sobre los cuales es-
insinuaciones, las inconsultas veleidades de la cribimos 'estas líneas, podamos agregar el del ma-
prensa, las ambiciones de los jueces é investiga- terial resultante directamente del proceso.
dores, alteraron el ambiente hasta producir la con-
denación, 1'10 ya exijida por los hechos> sinó im-
,Jack the Ripper
puesta POI' los hombres.
Hemos recorrido apenas las dos memorias del
Dr. Figari y los numerosos artículos que viene Despues de diez años de leyendas que la fan-
publicando para cooperar á la reparación de 10 tasía popular y novelezca tejió al rededor del ter·
que él no titubea en clasificar de enorme delito rible nombre que encabeza estas líneas, despues
judicial. Esto no obstante, no vacilamos en confe- que la policía inglesa, apesar de su fama mundial,
sar que hemos recojido impresiones que coinciden había renunciado á seguir la pista del famoso des-
completamente con las conclusiones del defensor, y tripador, parece, al decir de los últimos telegramas,
esto no por un sentimentalismo clorótico, sinó por que el misterio empieza á desvelarse con la de-
una firme y sincera convicción sugerida, en este nuncia de un sacerdote relevado del vínculo del
caso, por la emergenci'l en el mismo de todas secreto profesional por la última voluntad del cri-
aquellas circunstancias y elementos de hecho (vio- minal.
lación de las leyes procesales; pasionalidad del Según e$ta versión ]ack the Ripper resulta
hecho; intervención y extravío de la opinión pú- ser un cirujano inglés que se había propuesto al
blica, sobre todo con la intemperancia de la prensa; principio una pbra de regeneración en las mujer es
amor propio y obcedones puestos en juego por caídas en la lucha por la vida y que más tarde,
jueces, policía y fiscales; necesidad política del sinembargo, eliminaba despiadadamente á esos
momento, y, lo que es más, despreci<ida falta de mismos seres, por medio de los atroces crímen'es
pruebas, etc.) elementos y circunstancias que fatal- que son del dominio público.
mente se encuentran reunidas en los más clamo- Tales son los hechos confesados por el mismo
rosos errores judiciales. Podríamos dar de esta ]ack al sacerdote expresado quien afirma que al
constatación mayores pruebas, además de las ya fallecer aquel lo ha facultado para revelar su
aducidas por el distinguido defensor de Almeida, nombre y confesión, diez años despues de su
pero nos limitamos, por ahora, á recordar el n J- muerte.
table trabajo del criminólogo italiano Domingo Así, pues, respetando esa voluntad v conci-
G'iuriati, Los erros judiciales. liando los deberes de su ministerio con e-l interé5
científico y de la curiosidad pública, el confesor
Es demasiado cierto que al verificarse es-
de ]ack se ha limitado á suministrar los' informes
tos graves acontecimientos (informe el casü Drey-
mencio110dos afirJ;nando, por su parte, que el cri-
fus) la justicia, como medio y fin último, aún con- minal inglés padecía de epilepsia.
siderada en el sentido de los códigos y de las
Será esta la verdadera entre las numerosas
tendencias imperantes, desaparece absolutamente,
versiones y ca¡zards lanzados alrededor de este
ante las necesidades políticas del momento y luego
asunto?
ante las debilidades humanas, dado que la confe-
sión de la propia culpa ha sido considerada, aún UJIER.
por las religiones mas mortificantes, de tal modo
que se ha cl'eido conveniente vincularlas y garan-
tirias con el secreto dé! sacerdote, porque de otro
modo .... nadie se confesaría. '
Iníaginémonos, pues, si los miembros del Es- CS<uia del Estudiante
tado Mayor Francés y los otros engranajes meno-
res de la rueda que ha arrastrado al abismo á
Dreyfus, ó los simples jueces y fiscales de una ENRIUUE FERRI: - Los _nuevos horizontes del
República Americaña que tuvieron méritos y ho-
,nares para el error, querrán confesarlo tan fácil, derecho y procedimiento penal:
mente á precio del ridículo y más aún!
Hagamos, todavia, una última observación de lNTRODUCC1ÓN
órden general. y es que el clasicismo imperante
en las legislaciones modernas, por el concepto me- Razones histór~cas de la :cuetu positiV('L-.-l V-
tafísico de justicia y no obstante el sentimenta-
lismo Beccariano que lo informa, se convierte en El arraigarse de una nueva idea no es ya ar-
origen, no solo de las mas crueles torturas, sinó bitrario, sinó determinado por condiciones de tiem-
tambien de la ofensa mas grande, hecha á ese po y de lugar. La escuela positiva tuvo, pues, ra-
mismo concepto siendo cometida en su nombre. zones de surjir.
Por estas breves consideraciones, saludamos. Ni los jurisconsultos romanos, ni los prácticos
pues, con aplausos de aliento la obra del Dr. Figari de la edad média supieron crear la filosofía del
que no va en zaga á la de los grandes apóstoles derecho que solo es debida á la mente selecta de,
de la guerra santa contra los errores judiciales Cesar Beccaria, aun cuando conducido más por el
que son hoy del dominio universal. Y si el con- sentimiento que por verdadero rigor científico.
92 CRIMINALOGIA MODERNA'
~ --~~~~-

El reasumió, en efecto, las ideas de los filósofos Sucedió, pues, con las ciencias jurídicas, lo que
contemporáneos que - aun cuando nebulosamente había pasado ya a la fisiología con ,Claudio
- designaban ya la reacción contra las crueldades .Bernard, con la moral y la psicología debido á
de la edad media" con el concepto, definitivamente Comte en Francia, Spencer en Inglaterra, Ardigó
fU'ndado po,r Beccaria, de la disminución de la pe- en Italia y Wund en Alemania.
na JI del delito concebido como abstraéción. , La batalla fué terrible, pero al fin el positivis-
Al mismo fin, Roeder tentó hacer prevalecer mo venció, como transformación del sentimiento
el concepto d~ la enmienda, pero no consiguió que forma la máteria prima de la ciencia.
crear una ciencia verdadera y durable, siendo su Sin embargo, la lucha que debe sostener una
ilusión desmentida por .los hechos que prueban la nueva idea, es mayor ó menor, según los intereses
existencia de las naturalezas extraviadas é incor- que amenaza, y está por consiguiente explicada la
rejibles. Roeder daba, además, absoluta preponde- casi feroz oposición hecha á la nueva escuela cri-
rancia á los factores individuales del delito, pres- minal, cuyos cimientos eran y son la negacion
cindiendo en absoluto de los sociales. de las justificaciones seculares, no solo de intereses;
La nueva dirección, notada por Beccaria, daba sinó tambien de privilegios y áun de prepotencias.
como último fruto el Programa de Carrara, po- y sin embargo no había pasado con el derecho
tente construcción metafísica, según la cual "el criminal, más que lo que se había verificado en el
delito es un ente jurídico, una infracción, no una arte "con el romanticism,o, que, prescindiendo del
acción." De este principio se dedujeron con lógica mundo real, se complacía en forjarlo de los mil
inespugnable, las principales consecuencias abs- modos en que los autores lo deseaban. A él se '
tractas consignadas en los Códigos penales mo- sustituyó el naturalismo que baja los ojos á las
dernos. miserias humanas para ,estudiarlas en sus causas.
A partir del Programa, la actividad de los y más aún, la aparición de la' escuela positiva
clásicos - prueba elocuente de su insuficiencia - puede .equipararse á la sustitución de la medicina
se redujo á glosar, sin llegar á aplicaciones con- á la nosologia. Para esta no existían más que las
cretas que pusiesen dique al incremento del crimen. enfermedades, siendo los enfermos elementos ca-
Las nuevas aplicaciones y afirmaciones de Lom- suales. Una fiebre - como un homicidio para los
broso y de Ferri fueron, pues, la consecuencia del clásicos criminalistas - era una abstracion para los
estado de cosas, es decir, de la' mal-cha triunfante s~bios de entonces, é idéntico el fenómeno en todos
del positivismo y de la imperiosidad del problema los enfermos, sin que tuviesen influencia alguna
criminal. en ellos, las causas inmediatas que las determina-
El surjimiento de las nuevas tendencias, le- ban, la constitución del paciente, etc. etc., y los
vant¡) una oposición violenta, pero, por otra parte remedios eran aplicados como hoy las tarifas pos-
natural legítima y necesaria, puesto que, como dice tales!
Spencer, "cada progreso verificado es nn obstáculo "La operación ha salido bien, pero el enfermo
á los progresos futuros." ha muerto" decía' el cirujano de entonces, y la
La escuela positiva, nacida como hemos dicho, ciencia se había hecho cumplida!
'no abatía el pasado, pero constituyendo un desen- Así sucedió en el derecho penal clásico.
volvimiento de él y un perfeccionamiento, á la vez, Lombroso fué el primero que importó de Ale-
aceptaba de él, solo lo que los hechos confirman. ,mania el método experimental en psiquiatría, de-
y menos aún, era la resultante de una simple senvolviéndolo hasta conseguir sus geniales des-
alianza entre derecho y antropología, ~inó más bien cubrimientos y aplicaciones.
la consecuencia de la aplicación á las ciencias ju- Para la criminalogía moderna. el delito es el
rídicas del método experimental, cada dia más triun- mal, el criminal es el enfermo. Los clásicos estu-
fante, de lo que se siguió una complexidad de la dian el fenómeno como los antiguos médicos. en
técnica por el concurso de más ciencias. abstracto, y consiguientemente no pueden esplicar
En efecto, desde Galileo en adelante, el expe- las causas del G<crecimíento y diminución del deli-
rimentalismo, había ido conquistando é imponién- to, lo que, por el contrario, es permitido á los posi-
dose gradualmente en el estudio de cada órden de tivistas de los cuales está escluido, por lo tanto,
fenómenos, co n una marcha centrípeta, tomado el el concepto de castigo y de enmienda.
hombre como centro. Los clásicos creen moralmente sanos á todos
En todo campo la ciencia tiende al estudio de los hombres, es decir honestos y con tendencias
la naturaleza)! al desenvolvimiento de sus leyes naturales hácia el bien, 10 que está desmentido por
en beneficio de la humanidad, y por esto no podía los hechos de la manera m<lS absoluta.
olvidar las que rigen las relaciones humanas y las De todo esto se consigue una concepción radi-
condiciones de coexistencia. calmente distinta de lo que sean crímenes. crimi-
Para la metafísica que es unitaria, toda muta- nales y cárceles.
ción 'significa destrucción, pero para el positivis- La falencia, en fin, de los remedios sujeridos
mo que es federal} toda parte de la ciencia ó de hasta ahora por los clásicos, obliga tambien al es-
una de sus ramas tiene vida autónoma en armonia tudio de métodos nuevos, á que tiende precisa-
con las partes restantes, y ror consiguiente, cual- mente la escuela positiva que secciona el delito
quiera de ellas puede ser renovada ó removida en su génesis natural y efectos jurídicos, para
sin perjuicio para la vida de las otras, siendo bas~ adaptar jurídicamente á las causas varias que lo
de todas, los hechos indiscutibles é indestructibles producen, los diversos remedios que la fuerza de
en su esen,cia, y no las ideas ó concepciones per- los hechos demuestren ser más eficaces.
sonales. Así concebida la nueva faz 'del derecho penal,
CRIMINALOGIA MODERNA 93

la necesidad cienttjica de ella, como evolución del ción á la misma del principio, hoy indiscutible, de
pensamiento, encuentra nueva y elocuente confir- la división del trabajo.
mación en el moderno desarrollo de la ciencia eco- En efecto, solo el derecho como funcion pu-
nómica. nitiva derivada de abstracciones inconcebibles,
Adam Smith es el Beccaria de las ciencias podía no reconocer fuerza y hasta rechazar el
económicas; el reasumió tambien las tendencias de concurso de todas las demás ciencias. Hoy, en la
sus tiempos que implicaban reacción contra la edad innegable unidad de la ciencia que todo 10 abraza,
media, y en nombre del individualismo triunfante, estudia, discute y resuelve, para la escuela positi-
proclamó el libre cambio, contra el sofocante pro- va, Laplace (estudios sobre las nebulosas) Camper,
teccionismo entonces imperante. White, Blumenthal (estudios sobre el cráneo y el
Smith estudia la economía á priori, partiendo esqueleto), Danvin (educación y variación de las
del principio de que el hombre busca el placer especies), Haeckel (em briologia)' etc:, contribuyen
precisamente como los criminalistas clásicos par- al estudio de la criminalidad.
ten de aquel según el cual el hombre es honesto. BRUNO.
Contra ese empirismo económico, denunciado por
su propia insuficiencia, surjió, por la necesidad de
las cosas y del tiempo, la escuela realista histÓri·
ca, iniciada por Oppenhein en Alemania, seguida BIBLlOGRAFIA
por Cosumano, Laveley, Lampertico y otros mu-
chos entre los cuales merece recordarse á Loria,
quien estudia los fenómenos económicos como Tenemos á la vista numerosas publicaciones
recibidas á último momento cuvo retardo en la
productos de causas mÚltiples y tales como suce- remisión nos impide dar cuenta - de ellas en esta
den, en relación á los tiempos y lugares en que sección.
se macifiestan. Nos limitaremos, pues, al brillante informe mé-
dico-legal presentado á los Tribunales del Rosario
*** por los Dres Emilio Ghione, Alejandro Ferrer-y
Dada la progresiva aplicación del esperimen- Enrique Marc, en el proceso seguido contra Her-
talismo á cada ramo de fenómenos naturales, qué menegilda Bustos por el doble delito de uxoricidio
razón habria para sustraer á ellos las manifesta- y filicidio.
El primero de los facultativos nombrados, doc-
ciones humanas criminosas? Porqué no se buscará tor Ghione, -ha redactado la relación que dada á
tambien para estos fenómenos las causas determi- la publicidad en un nutrido lolleto, ha llegado á
nantes, como es la esencia del positivismo? nuestra mesa de redacción.
La nueva escuela criminal no tiene más que Poco podemos agregar al juicio del distinguido
penalista Dr. Osvaldo M. Pi ñero quien en una carta
este origen necesario en el desenvolvimiento de inserta en el mismo folleto y parodiando la céle-
la ciencia, consecuencia, además en el tiempo, de bre fr:lse de Emilio Zola, llama á este trabajo, una
los escesos de la escuela clásica que, surjida como «ventana abierta sobre la naturaleza.•
reacción contra la crueldad de la edad media, ol- El autor. dirigiéndose al juez, empieza por
combatir con severidad y estricta lógica y en nom-
vida á la sociedad por el individuo. bre de la ciencia positiva, todos los prejuicios que
La escuela positiva debe, pues, buscar el equi- corren por el vulgo. fomentados por la ignorancia
librio entre estos dos elementos concomitantes, te- de ciertos escritores sobre la locura en sus rela-
niendo por fin la diminución del delito, enten- ciones con la criminalidad. Destruye, pues; con
fuerza de argumentaciones y con la autoridad de
diéndose por tal un hecho natural y procediendo los más ilustres escritores la preocupación de qué
á procurar el remedio, mediante la investigación «no hay locura, sin demencia ó manía., demo-
y análisis de las causas· strando cómo esta preocupación eclipsa á menudo
'" el juicio de la opinión y el fallo de los majistrados.
*"*
Contra la nueva escuela se elevó, como hemos
Entrando luego en el estudio directo del caso,
se detiene largamente sobre los antecedentes he-
dicho, una violenta oposición, lanzándosele toda reditarios de los diversos miembros de la familia
clase de acusaciones y afirmándose, entre otras del procesarlo, que agrupa en catorce cuadros grá-
cosas, que se proclamaba el nihilismo de la ciencia ficos. Pasa en seguida al estudio de la anamnesis
psíquica y física del acusado, cuyo estado en el
jurídica, que "oscurecía el reino de la justicia", fa- momento del crimen reconstruye con ;¡dmirable
voreciendo á los cri:ninales, mientras no puede exactitud.
existir ciencia más verdadera y cierta que aquella Tomando el exámen de los caracteres somáti-
que tomó su origen y bases en la realidad de los cos fisio-patológicos y psicológicos de Bustos, hace
de ellos un profundo análisis. con referencia á los
hechos; ni puede darse mayor severidad que la antecedentes hereditarios y de hechos expresados,
demostrada por quien, considerando el crimen un para llegar á las conclusiones legales en las que
mal social, 10 cura como el médico al enfermo, sin declara:
preocuparse del padecimiento inmediato que este Que Hermenegildo Bustos padece desde algu-
nos años de demencia senil propia de su edad y
p\leda ~ufrir. provocada por enfermedades sufridas y anteceden-
- Algunos otros, entre quienes son los primeros tes hereditarios, agregando que esta afección, de
Pessina y Ellero, no dirijieron las armas contra marcha lenta y progresiva, es absolutamente mor-
los nuevos rumbos criminales, pero sintiéndo la tal y concluirá con la parálisis general y la des-
trucción completa de su organización mental. Y,
necesidad científica de ellos, los aceptaron bajo en fin. que Hermenegildo Bustos ha cometido el
la forma de un eclecticismo de suyo elocuente. hecho bajo el influjo de los impulsos instantáneos
é irresistibles propios de la demencia senil, por
***
La última confirmación de la necesidad cienti-
cuya razón declara irresponsable absoluto al pro-
ces;¡do.
fica é histórica de la nueva escuela, es la aplica- x.
CUADROS DEMOSTRATIVOS
del movimiento carcelario y de la delincuencia, en el Municipio de la Capital, durante el mes de Diciembre de 1898.
-----;;.~ •• , < - .- - -

MOVIMIENTO DE CÁRCELES.

CÁRCEL PENITENCIARíA CÁRCEL CORRECCIONAL CASA DE CORRECCIÓN


DE MUJERES Y MENORES DE MENOltES VARONES DE LA CAPITAL
M.O V 1 M 1 E N'1' O
I I - ~;?nores
M
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I condena-I Encausa-I
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Existencia el 30 de Noviembre 189&. 1 I H32 I 715 1348 17 I 28 227 272 10 I 76 205 I 291
Entrados - 33 392 425 11 23 98 1J2 - - - -
I - - - - -- - - - - - - - -
'Potales . 1 665 1107 1773 28 51 325 404 - - - -

=-~
Salidos - 448 471 2 2923
102 133 - - -
------------------ -----
Existencia el 31 de Diciembre 1898. 1 642 659 I 1302 ~-I22-I-m- 271 - - -
I
ESTADÍSTICA POLICIAL.
Delitos Contravenciones Accidentes Suicidios y tentativas

INDIVIDUOS
I
Accidentes Víctimas
ENTRADOS
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Contra las personas 216 Incendios Su icidios 7 - 7


Ebriedad. 1599 9511694
Contra la propiedad 335
Desorden 465 150 615 Te ntativas.
Contra la honestidad
Uso de armas y ~tras contra-
534 529 1063
Incen-
dios
I
Per- Valores
didas rseg 'dos
11 4 15

Contra las garantías individuales y el venciones


orden publico . 69 - -- - - -
Total . . . /620 Totales 2598 774 3372 21 1.2231151598000 .
1,
Totales.- 18 4 22

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