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INTRODUCCION

La epilepsia es un trastorno del sistema nervioso central (neurológico) en el


que la actividad cerebral se vuelve anormal, lo que provoca convulsiones o
períodos de comportamientos o sensaciones inusuales y, a veces, pérdida de
conciencia.

Cualquier persona puede desarrollar epilepsia. La epilepsia afecta tanto a


hombres como a mujeres de todas las razas, orígenes étnicos y edades.

Los síntomas de las convulsiones pueden variar ampliamente. Algunas


personas con epilepsia simplemente miran de manera fija por unos segundos
durante una convulsión, mientras que otras mueven repetidamente los brazos o
las piernas. Tener una sola convulsión no significa que padezcas epilepsia. Por
lo general, se requieren al menos dos convulsiones no provocadas para
determinar un diagnóstico de epilepsia.

El tratamiento con medicamentos o, en ocasiones, la cirugía pueden controlar


las convulsiones en la mayoría de las personas que tienen epilepsia. Algunas
personas requieren tratamiento de por vida para controlar las convulsiones, sin
embargo, en otros casos, las convulsiones eventualmente desaparecen.
Algunos niños con epilepsia pueden superar la enfermedad con la edad.
LA EPILEPSIA
La epilepsia está provocada por anormalidades en la actividad eléctrica del
cerebro. Este órgano es incapaz de frenar o inhibir los impulsos eléctricos entre
neuronas. Cuando tiene lugar una descarga excesiva se produce una crisis o
ataque epiléptico.

El término epilepsia deriva del griego 'epilambaneim', que significa 'coger por
sorpresa'. A finales del siglo XIX, el neurólogo inglés John Hugling Jackson,
estableció la definición de epilepsia que permanece vigente hoy en día: "una
descarga súbita, rápida y excesiva de las células cerebrales".

CAUSAS

La epilepsia no tiene una causa identificable en aproximadamente la mitad de


las personas que tienen esta enfermedad. En la otra mitad, la enfermedad
puede atribuirse a varios factores, incluidos los siguientes:

 Influencia genética. Algunos tipos de epilepsia, que se clasifican por el


tipo de convulsión que experimentas o la parte del cerebro que se ve
afectada, son hereditarios. En estos casos, es posible que haya una
influencia genética.

Los investigadores han relacionado algunos tipos de epilepsia con genes


específicos, pero para la mayoría de las personas, los genes son solo una
parte de la causa de la epilepsia. Ciertos genes pueden hacer que una
persona sea más sensible a las condiciones ambientales que
desencadenan convulsiones.
 Traumatismo de cráneo. El traumatismo de cráneo como resultado de un
accidente automovilístico u otra lesión traumática puede causar epilepsia.

 Enfermedades cerebrales. Las enfermedades cerebrales que causan


daño al cerebro, como tumores cerebrales o accidentes
cerebrovasculares, pueden causar epilepsia. El accidente cerebrovascular
es una de las principales causas de epilepsia en adultos mayores de
35 años.

 Enfermedades infecciosas. Las enfermedades infecciosas, como la


meningitis, el SIDA y la encefalitis viral, pueden causar epilepsia.

 Lesión prenatal. Antes del nacimiento, los bebés son sensibles al daño


cerebral que podría producirse por varios factores, como una infección en
la madre, una mala nutrición o deficiencias de oxígeno. Este daño cerebral
puede provocar epilepsia o parálisis cerebral.

 Trastornos del desarrollo. A veces, la epilepsia puede relacionarse con


trastornos del desarrollo, como el autismo y la neurofibromatosis.
SÍNTOMAS

Debido a que la epilepsia se produce a causa de la actividad anormal del


cerebro, las convulsiones pueden afectar cualquier proceso que este coordine.
Algunos de los signos y síntomas de convulsiones son:

 Confusión temporal

 Episodios de ausencias

 Movimientos espasmódicos incontrolables de brazos y piernas

 Pérdida del conocimiento o conciencia

 Síntomas psíquicos, como miedo, ansiedad

Los síntomas varían según el tipo de convulsión. En la mayoría de los casos,


una persona con epilepsia tenderá a tener el mismo tipo de convulsión en cada
episodio, de modo que los síntomas serán similares entre un episodio y otro.

Generalmente, los médicos clasifican a las convulsiones como focales o


generalizadas, en función de cómo comienza la actividad cerebral anormal.

A) Convulsiones focales

Cuando las convulsiones aparentemente se producen por actividad normal en


una sola parte del cerebro se conocen como convulsiones focales (parciales).
Estas convulsiones se dividen en dos categorías:

 Convulsiones focales sin pérdida del conocimiento. Estas


convulsiones, antes llamadas convulsiones parciales simples, no causan
pérdida del conocimiento. Pueden alterar las emociones o cambiar la
manera de ver, oler, sentir, saborear o escuchar. También pueden
provocar movimientos espasmódicos involuntarios de una parte del
cuerpo, como un brazo o una pierna, y síntomas sensoriales espontáneos
como hormigueo, mareos y luces parpadeantes.

 Convulsiones focales con alteración de la conciencia. Estas


convulsiones, antes llamadas convulsiones parciales complejas, incluyen
pérdida o cambio del conocimiento o la consciencia Durante una
convulsión parcial compleja quizás mires fijamente en el espacio y no
respondas a tu entorno, o tal vez o realices movimientos repetitivos, como
frotarte las manos, mascar, tragar o caminar en círculos.
Los síntomas de las convulsiones focales pueden confundirse con otros
trastornos neurológicos, como migraña, narcolepsia o enfermedades mentales.
Se necesita hacer un examen minucioso y estudios para distinguir la epilepsia
de otros trastornos.

B) Convulsiones generalizadas

Las convulsiones que aparentemente se producen en todas las áreas del


cerebro se denominan convulsiones generalizadas. Existen seis tipos de
convulsiones generalizadas.

 Las crisis de ausencia, previamente conocidas como convulsiones


pequeño mal, a menudo ocurren en niños y se caracterizan por
episodios de mirada fija en el espacio o movimientos corporales sutiles
como parpadeo o chasquido de los labios. Pueden ocurrir en grupo y
causar una pérdida breve de conocimiento.

 Crisis tónicas. Las crisis tónicas causan rigidez muscular. Generalmente,


afectan los músculos de la espalda, brazos y piernas, y pueden provocar
caídas.

 Crisis atónicas. Las crisis atónicas, también conocidas como


convulsiones de caída, causan la pérdida del control muscular, que puede
provocar un colapso repentino o caídas.

 Crisis clónicas. Las crisis clónicas se asocian con movimientos


musculares espasmódicos repetitivos o rítmicos. Estas convulsiones
generalmente afectan el cuello, la cara y los brazos.

 Crisis mioclónicas. Las crisis mioclónicas generalmente aparecen como


movimientos espasmódicos breves repentinos o sacudidas de brazos y
piernas.

 Crisis tonicoclónicas. Las crisis tonicoclónicas, previamente conocidas


como convulsiones de gran mal, son el tipo de crisis epiléptica más
intenso y pueden causar pérdida abrupta del conocimiento, rigidez y
sacudidas del cuerpo y, en ocasiones, pérdida del control de la vejiga o
mordedura de la lengua.
FACTORES DE RIESGO

Existen ciertos factores que pueden aumentar el riesgo de sufrir epilepsia,


como los siguientes:

 Edad. La aparición de la epilepsia es más frecuente en niños y adultos


mayores, pero la enfermedad puede ocurrir en cualquier edad.

 Antecedentes familiares. Si tienes antecedentes familiares de epilepsia,


es posible que tengas un mayor riesgo de desarrollar un trastorno
convulsivo.

 Lesiones en la cabeza. Las lesiones en la cabeza son responsables de


algunos casos de epilepsia. Puedes reducir el riesgo mediante el uso del
cinturón de seguridad mientras andas en un vehículo y mediante el uso de
un casco mientras andas en bicicleta, esquías, andas en una motocicleta
o participas en otras actividades con alto riesgo de recibir lesiones en la
cabeza.

 Accidente cerebrovascular y otras enfermedades vasculares. El


accidente cerebrovascular y otras enfermedades de los vasos sanguíneos
(vasculares) pueden provocar daño cerebral que puede desencadenar
epilepsia. Puede tomar una serie de medidas para reducir el riesgo de
padecer estas enfermedades, entre las que se incluyen limitar el consumo
de alcohol y evitar los cigarrillos, seguir una dieta saludable y hacer
ejercicio regularmente.

 Demencia. La demencia puede aumentar el riesgo de desarrollar


epilepsia en adultos mayores.

 Infecciones cerebrales. Las infecciones como la meningitis, que causa


inflamación en el cerebro o la médula espinal, pueden aumentar el riesgo.

 Convulsiones en la infancia. Las fiebres altas en la infancia a veces


pueden relacionarse con las convulsiones. Los niños que tienen
convulsiones debido a fiebres altas generalmente no desarrollarán
epilepsia. El riesgo de desarrollar epilepsia aumenta si un niño tiene una
convulsión prolongada, otra enfermedad del sistema nervioso o
antecedentes familiares de epilepsia.
COMPLICACIONES

Tener convulsiones en momentos determinados puede llevar a circunstancias


peligrosas para ti o para otras personas.

 Caídas. Si te caes durante una convulsión, puedes lastimarte la cabeza o


romperte un hueso.

 Ahogo. Si sufres epilepsia, tienes de 15 a 19 veces más probabilidades


con respecto al resto de la población de ahogarte mientras estás nadando
o dándote un baño, ya que puedes tener una convulsión mientras estás en
el agua.

 Accidentes automovilísticos. Una convulsión que causa la pérdida del


conocimiento o del control puede ser peligrosa si estás conduciendo un
automóvil u operando maquinaria.

Muchos estados tienen restricciones para las licencias de conducir en


relación con la capacidad del conductor para controlar sus convulsiones e
imponen una cantidad mínima de tiempo que debe haber transcurrido
desde que el conductor tuvo la última convulsión, que va de meses a
años, antes de que se le permita conducir.

 Complicaciones en el embarazo. Las convulsiones durante el embarazo


pueden ser peligrosas tanto para la madre como para el bebé, y ciertos
medicamentos antiepilépticos aumentan el riesgo de defectos al nacer. Si
tienes epilepsia y estás pensando en quedar embarazada, habla con tu
médico mientras planeas tu embarazo.

La mayoría de las mujeres con epilepsia pueden quedar embarazadas y


tener bebés sanos. Es necesario que estés bajo un estricto control
durante el embarazo, y es posible que deba ajustarse la medicación. Es
muy importante que colabores con tu médico para planificar tu embarazo.

 Problemas de salud emocional. Las personas con epilepsia son más


propensas a experimentar problemas psicológicos, especialmente
depresión, ansiedad, y pensamientos y conductas suicidas. Los
problemas pueden resultar de las dificultades para lidiar con la
enfermedad y los efectos secundarios de los medicamentos.

Otras complicaciones posiblemente mortales de la epilepsia son poco


frecuentes, pero suceden, como ser:
 Estado epiléptico. Este trastorno ocurre si te encuentras en un estado de
actividad convulsiva continua que dura más de cinco minutos o si tienes
convulsiones recurrentes y frecuentes y no recuperas el conocimiento por
completo entre ellas. Las personas con estado epiléptico tienen un mayor
riesgo de sufrir daño cerebral permanente o la muerte.

 Muerte súbita inesperada en la epilepsia. Las personas con epilepsia


también tienen un pequeño riesgo de sufrir muerte súbita inesperada. Se
desconoce la causa, pero algunas investigaciones indican que puede
ocurrir debido a trastornos cardíacos o respiratorios.

Las personas con crisis tonicoclónicas frecuentes o cuyas convulsiones no


estén controladas con medicamentos pueden tener un mayor riesgo de
muerte súbita sin causa aparente en epilepsia. En general,
aproximadamente el 1 por ciento de la población con epilepsia sufre
muerte súbita sin causa evidente en la epilepsia.
DIAGNÓSTICO DE LA ENFERMEDAD

Para diagnosticar tu enfermedad, el médico revisará tus síntomas y tu historia


clínica. El médico puede pedir varias pruebas para diagnosticar la epilepsia y
determinar la causa de las convulsiones. La evaluación puede incluir:

 Un examen neurológico. El médico puede examinar tu comportamiento,


tus habilidades motoras, tu función mental y otras áreas para diagnosticar
la enfermedad y determinar el tipo de epilepsia que puedes tener.

 Análisis de sangre. El médico puede tomar una muestra de sangre para


determinar la presencia de signos de infecciones, enfermedades
genéticas u otros trastornos que puedan estar asociados con las
convulsiones.

Hay tres métodos principales de diagnóstico de la epilepsia:


 Historia personal y médica del paciente. El médico la realiza
obteniendo toda la información posible que pueda darle el afectado
(características de los ataques epilépticos, qué le pasa momentos antes
de que comience el ataque, etc.). Además añade otra, más científica,
sobre la evolución de la persona (cómo le va el tratamiento, otras
pruebas realizadas y sus resultados, etc.).
 
 Electroencefalograma. Se hace con una máquina que proporciona,
dibujando unas líneas ondulantes, las señales eléctricas que llegan
desde las células del cerebro. Con el electroencefalograma, el médico
descubre si hay circunstancias cerebrales especiales que expliquen por
qué se producen los ataques epilépticos. Para poder conseguir esta
imagen del cerebro, se suele recurrir a la hiperventilación o la
estimulación luminosa intermitente. No obstante, el
electroencefalograma no siempre muestra que haya indicios de
epilepsia, porque a veces los cambios eléctricos se producen en zonas
muy profundas del cerebro; en otras ocasiones, en el momento de hacer
el electroencefalograma no se está produciendo ningún cambio.
 
 Tomografía compute rizada. Consiste en otra máquina que hace una
serie de fotografías de los diferentes niveles del cerebro, con las que se
puede ver si existe en él algún bulto, cicatriz, marca o cualquier otra
condición que pueda estar causando los ataques.

PREVENCIÓN

Muchos casos de epilepsia secundaria a traumatismos se pueden prevenir


haciendo uso de los cinturones de seguridad en los vehículos y de cascos en
las bicicletas y motos; poniendo a los niños en asientos adecuados para
coches y, en general, tomando las medidas de precaución necesarias
para evitar traumatismos y daños en la cabeza. Seguir un tratamiento
después del primer o segundo ataque también puede prevenir la epilepsia en
algunos casos. Unos buenos cuidados prenatales, incluyendo el tratamiento
de la tensión alta e infecciones durante el embarazo, pueden prevenir daños
cerebrales durante el desarrollo del bebé, que conduzcan a una posterior
epilepsia u otros problemas neurológicos.
 El tratamiento de enfermedades cardiovasculares, tensión alta,
infecciones y otros trastornos que puedan afectar al cerebro durante la
madurez y la vejez también puede prevenir muchos casos de epilepsia
en adultos. Por último, identificar los genes implicados en muchos
trastornos neurológicos puede ofrecer oportunidades para un estudio
genético y un diagnóstico prenatal que puede prevenir muchos casos de
epilepsia.

TRATAMIENTO
Un diagnóstico cuidadoso y exacto del tipo de epilepsia que padece el enfermo
es fundamental para encontrar un tratamiento efectivo. Hay muchas formas
diferentes de tratar la epilepsia. Los tratamientos actuales pueden controlar
los ataques, al menos durante cierto tiempo, en aproximadamente un 80% de
los pacientes con epilepsia. Sin embargo el 20% restante de los pacientes
epilépticos tienen ataques que no se pueden tratar adecuadamente con los
medios disponibles actualmente, por lo que se hace absolutamente necesario
una mejora en los tratamientos o la aparición de otros nuevos.
La duración del tratamiento variará en función de cada paciente y el tipo de
epilepsia que padezca. En algunos casos puede tratarse de unos pocos años,
mientras que para algunos pacientes tendrá que someterse al tratamiento de
manera indefinida.
Las posibilidades de tratamiento de la epilepsia son la medicación,
la cirugía y una dieta alimenticia específica. La mayoría de las veces, lo que se
aplica es una combinación de las dos o de las tres modalidades.
MEDICAMENTOS 
Actualmente hay un gran número de medicamentos para personas epilépticas,
cada uno de los cuales es apropiado para los diferentes tipos de ataques con
diferentes efectos benéficos y efectos secundarios. La medicación para la
epilepsia tiene una condición muy importante. Más que en ningún otro caso, se
deben seguir al detalle las instrucciones que dé el médico, referentes a
cómo tomar los fármacos, el momento del día, acompañados de la ingestión de
alimentos o no... La razón principal es que lo primero es lograr que el
organismo alcance un nivel general favorable a la prevención de este
trastorno.
Posteriormente, la elección de otros medicamentos y sus dosis se tienen que ir
ajustando a las condiciones de cada persona afectada. Se considera que el
paciente "está curado" de las crisis convulsivas cuando se ha logrado un
control completo de las crisis durante un período mayor de 2 años.
El período de mayor riesgo de recaídas en las crisis son los primeros 6 meses
después de suspender la medicación. Algunos factores que aumentan la
posibilidad de reaparición de las crisis después de un control completo están
relacionados con:
 Período prolongado de crisis convulsivas (más de 6 años) antes de lograr el
control completo de las crisis
 Crisis frecuentes, más de 2 por mes, antes de lograr el control completo.
 Déficit neurológico evidente
 Retraso mental
 Crisis convulsivas mixtas
 Descargas convulsivas persistentes en el electroencefalograma al finalizar el
período de dos años de control de las crisis.
Para la mayoría de pacientes epilépticos, los ataques pueden ser controlados
con un único medicamento, administrado en la dosis y forma adecuadas.
Debido a que la combinación de varios medicamentos amplifica los efectos
secundarios, sólo se prescribe en aquellos casos en que el control de los
ataques es imposible con un único medicamento.

Alimentación
Cuando los medicamentos no dan resultado, una alternativa o complemento
al tratamiento puede ser una dieta rica en grasas y baja en hidratos de
carbono y proteínas que el médico o un dietista profesional también indicarán
y ajustará a las necesidades personales. Esta dieta especial se llama
cetogénica, porque dichos alimentos, una vez ingeridos y asimilados, se
convierten fácilmente en una sustancia química que se llama cetona.

Cirugía
La intervención en quirófano es otra alternativa de tratamiento, pero sólo se
escoge tras realizar al paciente un detallado análisis. El objetivo de la
operación es quitar la parte de tejido cerebral que esté dañada para que los
ataques no se sigan produciendo. Pero los médicos tienen que considerar
antes si la lesión es accesible (si pueden llegar a ella sin dañar otras partes del
cerebro) y, sobre todo, si se trata de un tejido que no cumple ninguna función
importante, pero que provoca los trastornos epilépticos.
Otros datos
El desarrollo de los trastornos epilépticos depende de muchos elementos,
desde la edad en que empiezan, hasta la rapidez con que se detectan como
convulsiones propias de esta enfermedad y del tratamiento que se recomienda.
Algunas formas de presentación de los ataques son realmente leves y llegan a
desaparecer. Otras, que pueden considerarse algo más serias, no
desaparecen, pero sí permiten llevar una vida prácticamente normal con un
control regular mínimo.
Asimismo, también es importante el tipo de lesión cerebral que provoca las
convulsiones y demás síntomas. El hecho de presentar ataques de asma más
o menos frecuentes no quiere decir necesariamente que la lesión que se tenga
vaya a empeorar a causa de los mismos. La mayoría de las veces la gravedad
de la epilepsia está en la propia lesión cerebral. Aun así, la historia de la
enfermedad de la que los médicos disponen actualmente reúne los
conocimientos necesarios para saber con certeza qué clase de epilepsia sufre
un paciente y cuál es el mejor.

ACTUACIÓN FRENTE A LAS CRISIS


Qué se debe hacer:
 Lo ideal es tratar de echar a la persona en el suelo, porque si no terminará
cayendo por sí misma con el consiguiente riesgo de lesión.

 Si el enfermo ya se está medicando, lleva siempre consigo unas pastillas,


tabletas o similar y ha informado de ello a los que se encuentran con él en el
momento del ataque, habrá que introducirle el fármaco en la boca antes o
después de que se produzca la crisis (durante la crisis no tiene sentido porque
el proceso digestivo se detiene).
 
 Hay que tener mucho cuidado al acercarse al enfermo, porque incluso estirado
en el suelo despliega una fuerza inconsciente fuera de lo normal y puede dar
golpes con cualquiera de las extremidades.
 
 Se deben apartar de inmediato todos los objetos que puedan estar a su
alrededor, porque podría alcanzarlos y golpear o golpearse con ellos.

 Uno de los movimientos incontrolados que realice será probablemente con la
boca, así que hay que tratar de ponerle entre los labios un objeto alargado y
duro (un palo, por ejemplo), para que no se muerda la lengua ni los labios, que
pueden terminar seriamente dañados.

 Para que no se golpee la cabeza contra el suelo durante las convulsiones, se le


puede colocar debajo de la nuca un almohadón, o bien una prenda de ropa
doblada.
 
 No hay que tratar de trasladar a la persona mientras sufre el ataque. Lo mejor
es esperar a que éste pase. Si las convulsiones se prolongan más de cinco
minutos, o se sabe con certeza que se trata de una persona diabética o
embarazada, lo que se debe hacer es avisar a una ambulancia. Una vez
superado el ataque epiléptico, el enfermo no recordará qué le ha pasado y se
sentirá muy confuso; no hay que dejarle sólo, porque es posible que no
recuerde dónde está o dónde vive.

Qué no se debe hacer:

 No es necesario realizar respiración artificial.


 
 Los cambios de coloración de la piel se producen a causa de la reactividad de
los vasos cutáneos.
 
 No hay riesgo de que el niño se ahogue con su lengua. Los ruidos se deben a
la falta de coordinación de la respiración y al aumento de secreciones.
 
 No se debe sacudir o golpear al epiléptico.
 
 La crisis comienza y se interrumpe de forma espontánea.
 
 No hay razón para frotarle la frente con alcohol. Esta medida no tiene ninguna
utilidad para controlar las crisis convulsivas, y en cambio se corre el riesgo de
que se produzcan lesiones químicas si el alcohol entra en contacto con los
ojos.
 
 No es útil administrarle medicamentos por la boca. El epiléptico está
inconsciente, el mecanismo para tragar está falto de coordinación en ese
momento. Además, los medicamentos anticonvulsivos no hacen efecto
inmediatamente; los cambios en el control de las crisis se aprecian cuando los
fármacos ya han llegado a la sangre en cantidades suficientes y tras 7 días
como mínimo.
 
 Pasada la crisis no se necesita ningún sedante. Una vez que el epiléptico deja
de convulsionarse y está dormido, ya no es necesario. Los medicamentos que
se usan para interrumpir las crisis son sedantes de acción corta (su efecto dura
entre 20-40 minutos), por lo que una vez pasada la crisis no tienen utilidad.

CÓMO ENFRENTARSE A LA ENFERMEDAD


Aspectos psicológicos:
El primer ataque epiléptico suele ser un duro golpe para la persona y para
sus familiares desde el punto de vista psíquico. Sin embargo, este primer
efecto puede reducirse si el enfermo cuenta con el apoyo necesario. La
intervención del especialista en neurología, con una atención personalizada y
un diagnóstico adecuado que tengan como finalidad educar sanitariamente al
paciente sobre el trastorno son de vital importancia.
La información bien transmitida sobre lo que le pasa le ayudará a comprender,
asimilar y, finalmente, ser capaz de controlar la repetición de los ataques. El
paciente tiene que exigir esta información y dejar bien clara su intención de
colaborar. La finalidad última de todo esto es conseguir una calidad de vida lo
más alta posible y, con ella, la autosuficiencia que al principio parece que se ha
perdido. La persona afectada no tiene que avergonzarse ni dudar en pedir
ayuda a un psicólogo o a un psiquiatra. Este otro tipo de asistencia médica
puede ser tan imprescindible como la del médico especialista.
El domicilio de un epiléptico, así como otros lugares que frecuente, deberían
estar mínimamente adaptados:
 Una medida de precaución sería proteger las esquinas de los muebles con
espuma para que no pueda golpearse con ellos durante un ataque. 
 La cocina y el cuarto de baño son lugares donde casi siempre hay objetos
cortantes y superficies muy duras, como el mármol. Por eso es importante
eliminar o tener guardados objetos con los que pueda dañarse, utilizar
cubiertos de plástico siempre que sea posible y evitar que el suelo esté mojado
o resbaladizo (manchas de aceite, jabón derramado, etc.).
 
 Es recomendable que las puertas del baño se abran hacia fuera, en lugar de
hacia dentro, para que, en caso de que la persona caiga contra la puerta, los
demás puedan abrirla.
 
 También es recomendable no cerrar la puerta del baño; como alternativa, se
puede colocar un cartel en el que ponga "ocupado".
 
 Las alfombras pequeñas y los objetos tirados por el suelo pueden hacerle
resbalar durante un ataque, o bien provocarle una caída que desemboque en
un ataque.
 
 Cuando se realicen actividades deportivas, se debe evitar hacerlas en los
momentos más calurosos del día y protegerse siempre la cabeza con casco
para evitar daños. Algunas actividades, como la natación, deben practicarse
con otras personas alrededor.
 
 Para evitar acalorarse, es necesario utilizar escales mecánicas o ascensores
en el metro o edificios. Si hace demasiado calor, se recomienda no salir a la
calle sin compañía.
 En el lugar de trabajo también hay que mantener unas normas de seguridad
adicionales. El personal de la empresa debe estar informado del problema de
su compañero o compañera.
Expectativas para el afectado:
El desarrollo de los trastornos epilépticos depende de muchos elementos,
desde la edad en que empiezan, hasta la rapidez con que se detectan y el
tratamiento que se recomienda. Algunas formas de presentación de los
ataques son realmente leves y llegan a desaparecer. Otras, que pueden
considerarse algo más serias, no desaparecen, pero sí permiten llevar una vida
prácticamente normal con un control regular mínimo.
Asimismo, también es importante el tipo de lesión cerebral que provocan las
convulsiones y demás síntomas. El hecho de presentar ataques más o
menos frecuentes no quiere decir necesariamente que la lesión que se
tenga vaya a empeorar a causa de los mismos. La mayoría de las veces la
gravedad de la epilepsia está en la propia lesión cerebral. Aun así, la historia
de la enfermedad de la que los médicos disponen reúne los conocimientos
necesarios para saber con certeza qué clase de epilepsia sufre un paciente y
cuál es el mejor método de tratamiento.

TRATAMIENTO FARMACOLOGICO

El tratamiento farmacológico está indicado después que el paciente ha


presentado dos o más crisis epilépticas no provocadas. En algunos casos se
indica luego de crisis única, pero sólo si es muy alta la posibilidad de
recurrencia o cuando ésta pueda tener riesgo para la persona. Los fármacos
antiepilépticos pueden disminuir o suprimir las crisis epilépticas, pero no
modifican la problemática psicosocial, laboral o secundaria a daño neurológico
preexistente.
Los fármacos que existen en la actualidad únicamente permiten evitar que se
den las crisis que se sufren durante un ataque epiléptico, pero no hay remedio
para la desaparición total del elemento que esté causando la epilepsia,
como una lesión cerebral. Aunque las investigaciones son cada vez más
amplias, de momento no se ha encontrado esta cura.

FÁRMACOS ANTIEPILÉPTICOS

 Lorazepam
2mg/ml Iny 1ml
4mg/ml Iny 1ml
 Diazepan

5mg/ml Iny 2ml


10 mg Tab
5 mg Tab

 Fenobarbital
100 mg Tab
100mg/ml Iny 2ml
15mg/5ml Liq Oral

 Fenitoína sódica
100 mg Tab
125/5ml Liq Oral
50mg/ml Iny 5ml
50mg/ml Iny 2ml

 Carbamacepina
100mg/5 ml Liq Oral
100 mg Tab
200 mg Tab

 Clonazepam

500mcg (0.5mg) Tab


2mg Tab
2.5mg/ml Liq Oral
 Etosuximida

250 mg Tab
250 mg/5ml Liq Oral

 PRIMIDONA
Comp de 250 y 50 mg

Jbe de 50 mg/ml

 Valproato sódico
100mg/ml Iny
250mg/5ml Liq Oral
200mg/ml Liq Oral gota
500 mg Tab Lib Modif

 Gabapentina
Tab 300-400-600-800 mg

 Lamotrigina
Tab de 25, 50, 100 mg
 Vigabatrina
Tab de 500 mg

 Topiramato
Tab de 25, 50 y 100 mg

 Oxcarbacepina
Tab de 300 y 600 mg

 Tiagabina

 5 mg, 10 mg y 15 mg Tab
LINCOGRAFIAS

https://www.elmundo.es/elmundosalud/2006/05/03/neurocienciadossiers/
1146678448.html

https://cuidateplus.marca.com/enfermedades/neurologicas/epilepsia.html

https://www.cdc.gov/epilepsy/spanish/prevencion/index.html

https://www.pfizer.es/docs/pdf/salud/Como_afrontar_la_epilepsia.pdf

http://bvs.minsa.gob.pe/local/MINSA/3392.pdf

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