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Fase de supervivencia
Una etapa de sobra conocida por todos aquellos autónomos y empresarios que han puesto en
marcha un negocio. En este período, el propietario es un auténtico "hombre orquesta", lo hace
todo o casi todo. El objetivo en esta fase es claro: que el negocio sobreviva. Para ello, es
fundamental mantener un flujo de efectivo constante, vender y cobrar rápido. Tu enemigo más
temido es la morosidad y es posible que, para darte a conocer, tengas que recurrir a ofertas o
muestras gratuitas.
Fase de evolución
Tras una primera fase de supervivencia, has asentado los cimientos del negocio. Las
ventas crecen de manera constante, pero el riesgo de quiebra sigue muy presente
todavía. En esta etapa, los procesos de trabajo todavía no están fijados y se mejoran y
adaptan a las necesidades empresariales constantemente. El éxito o fracaso del
negocio dependerá del talento y la actitud de las personas que forman parte de él. Es el
momento idóneo para mirar más allá y comenzar a pensar en el retorno de la inversión
(ROI) y en diversificar negocio en términos de público, sector o localización.
Fase de estabilidad
La cartera de clientes está totalmente consolidada, permitiéndote incluso escoger con
cuáles trabajar. En esta situación puedes enfocarte en mejorar la calidad del producto o
servicio, las instalaciones, crear nuevos puestos de trabajo para descentralizar la toma
de decisiones o profesionalizar más algunos departamentos. Además, es factible
implementar medidas de control de inventarios, aumento de la productividad, reducción
de costes o formación de los empleados.
Fase de madurez y adaptación
El crecimiento ya no es tan rápido, pero no es motivo de preocupación, es lo normal
cuando has llegado a cierto nivel. En este punto, el empresario puede plantearse la
compra de otras entidades menores para continuar ganando cuota de mercado o por
motivos tecnológicos. El inmovilismo es el mayor enemigo en esta etapa, la empresa
debe estar siempre atenta a las nuevas tendencias tecnológicas y de mercado. Su
futuro dependerá de su capacidad de adaptación.
Muerte de la empresa