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“Comunicación/Educación significan un territorio común, tejido por un estar en ese lugar con
otros, configurados por memorias, por luchas, por proyectos. Significan el reconocimiento del
otro en la trama del “nos-otros”. Significa un encuentro y reconstrucción permanente de
sentidos, de núcleos arquetípicos, de utopías, transidos por un magma que llamamos cultura”.
Jorge Huergo
(Comunicación y Educación. Aproximaciones)
Con el paso del tiempo, entonces, las tradiciones fueron operando para que se
produjeran ciertas significaciones hegemónicas que se instalaron a la hora de pensar
los anudamientos entre comunicación y educación. Cosa que fue generando sentidos
unívocos, que producen propuestas de intervención en una sola dirección, tal es el
caso de acercar los medios de comunicación a la escuela con el propósito de corregir
problemas de lectura o de violencia; producir posturas críticas de recepción frente a la
televisión; difundir planes y programas del Estado con vertientes instrumentales
(Programas radiales de huerta orgánica que capacitaba a pequeños productores);
entre otras propuestas que reproducían y reproducen estos modos de entender
comunicación y educación.
Lejos de ello, la propuesta de la cátedra radica en poder salir de estos
esquematismos de los términos para comenzar a reconocer otros procesos.
Proponemos hablar de comunicación en términos de procesos de producción social de
sentidos y de educación como procesos de formación de sujetos y subjetividades.
Y si bien Michel Foulcault (en El Orden del discurso) dice que no se puede
decir cualquier cosa en cualquier lugar y momento, en los discursos suele haber
ciertas intencionalidades, y los efectos no se pueden predecir. De hecho, ¿cuántas
veces hemos dicho cosas que no cayeron de la manera esperada en nuestros
interlocutores, aún creyendo tener las mejores intenciones para con él?
Mouffe nos permite, así, ver cómo opera esta mirada en la política actual, al
decir que los antagonismos constituyen la vida política y no así los consensos que, en
definitiva, hacen a unos pocos.
2
De la Higuera, Javier, El concepto de lo impolítico, Revista de Humanidades y Ciencias Sociales, Nº 2;
Granada, 2008.
Desde nuestra mirada, la idea
es, así, ver cómo conviven las
Para profundizar… diferentes luchas por el reconocimiento,
En palabras de Chantal Mouffe* rompiendo la visión de “mejorar la
comunicación” para lograr acuerdos
“Todo orden es la articulación transparente en pos de determinados
temporal y precaria de prácticas fines. Diremos, retomando al filósofo
contingentes. Las cosas siempre podrían italiano Roberto Espósito, que
haber sido de otra manera, y todo orden se Comunicación puede encerrar la
basa en la exclusión de otras posibilidades. hospitalidad, pero también la hostilidad,
Es siempre la expresión de una estructura y eso le da sentido a la comunidad.
particular de relaciones de poder. Lo que se
acepta en un momento dado como ‘orden “La comunidad deja de ser,
natural’, junto con el sentido común que lo entonces, aquello que sus miembros
acompaña, es resultado de la sedimentación
tienen en común, algo positivo, de lo
de prácticas hegemónicas (…) Todo orden
hegemónico es susceptible de ser que son propietarios; comunidad es el
cuestionado por prácticas conjunto de personas que están unidas
contrahegemónicas que intentan por un deber, por una deuda, por una
desarticularlo, con el fin de instalar otra obligación de dar. La comunidad se
forma de hegemonía” vincula, así, con la sustracción y con el
sacrificio. ‘Por ello, la comunidad no
“…Lo que necesitamos es puede ser pensada como un cuerpo,
abandonar la idea inmanentista de un una corporación, donde los individuos
espacio social homogéneo saturado, para se fundan en un individuo más grande.
reconocer el papel de la heterogeneidad.
Pero tampoco puede ser entendida
Esto requiere renunciar a la idea de una
sociedad que está más allá de la división y como un recíproco reconocimiento
del poder, que no necesita la ley ni el intersubjetivo en el que ellos se reflejan
Estado, en la que la política, en definitiva, confirmando su identidad inicial’."3
desaparecería”.
El conflicto, como decíamos,
“Reconocer que el antagonismo es está comunicando modos de ser,
inerradicable implica reconocer que toda identidad. El conflicto es central, y en
forma de orden es necesariamente una vez de intentar resolverlo, tenemos que
forma de hegemonía, y que el antagonismo entenderlo. Es fundamental desplazar
no puede ser eliminado: la heterogeneidad
las miradas binarias, dicotómicas (como
antagonista señala el límite de la
constitución de la objetividad social. En lo civilización-barbarie), hacia el
que concierne a la política, esto significa la reconocimiento de las tensiones.
necesidad de concebirla en términos de
lucha hegemónica entre proyectos en
conflicto que buscan encarnar lo universal y
definir los parámetros simbólicos de la vida
social.”
*Crítica como intervención
contrahegemónica (Traducción de Marcelo
Expósito, s/d)
3
Edgardo Castro; Entrevista a Roberto Espósito: "Toda filosofía es en sí política", en Revista Ñ, 12 de
marzo de 2005.
Continuando con la desnaturalización conceptual, veremos que la educación ya
no se circunscribe sólo al ámbito de las instituciones educativas, para dar lugar al
análisis de otros espacios sociales donde puedan desarrollarse prácticas educativas.
De esta manera, consideraremos como potencialmente educativos, aquellos saberes
que no guardan necesariamente una relación directa con lo “políticamente correcto”,
con un deber ser preestablecido, circunscripto a discursos histórico-hegemónicos
cercanos a la primera escuela, y asociables
claramente a contenidos estructurados y definidos
para su transmisión al educando, para desenvolverse
¿Por qué hablamos
en una “sociedad civilizada”.
de Sujetos “y”
subjetividades?
¿Hacia dónde vamos, entonces…?
Planteamos entender también a la educación en En principio, la
sentido amplio, es decir, como proceso de formación subjetividad hace
de sujetos y subjetividades. referencia al "yo" (en la
trama del "nosotros")
En términos de Rosa Buenfil Burgos, “es como una zona donde se
posible sostener que lo educativo consiste en que, a articulan la experiencia
con el lenguaje (como
partir de una práctica de interpelación, un agente se una mediación que
constituye en sujeto de educación activo interpreta y hace posible
incorporando de dicha interpelación algún nuevo la experiencia, o la
contenido valorativo, conductual, conceptual, etc., obtura). La subjetividad
que modifique su práctica cotidiana en términos de está entendida en esa
una transformación o en términos de una zona, además, donde la
historia se cruza con las
reafirmación más fundamentada”.4 biografías particulares.
4
Buenfil Burgos, Rosa N Análisis de discurso y educación, México, DIE, 1993.
Comunicación/Educación un alcance más político-cultural que únicamente
académico (sobre todo, en un sentido “no-academicista”). Para esto, se vuelve
imprescindible preguntarnos y apostar a a lo político. Trascender “lo
académico” (pero sin minimizarlo), implica poner en primer plano el horizonte
político que nos cobija en términos de asumir y sostener el carácter ético-
político y la voluntad de transformación de Comunicación/Educación.
En el contexto institucional de nuestra materia, aquel posicionamiento
teórico/político se traduce en la apuesta a protagonizar procesos de
“intervención” en espacios sociales (escolares o socio-comunitarios), a través
de los cuales pretendemos poner en una relación inevitable a la universidad
con la sociedad. Si bien ya nos detendremos sobre esto, podemos anticipar
que la opción por el trabajo “con” sectores populares, en pos de una
transformación que los involucre como protagonistas del cambio de su propia
realidad (en pos de ser más), ya es una definición de carácter político.
5
Bourdieu, P., El sentido práctico, Madrid, Taurus, 1991
6
El concepto de individuo proviene de teorías biologicistas, donde se toma a cada cuerpo como parte
única e individual. En cambio, el concepto de sujeto surge de teorías de las ciencias sociales donde se
analizan a los sujetos como parte de un colectivo social.
En los espacios mencionados son, en sí, complejos… en ellos aparecen
mixturadas, superpuestas, mezcladas, un sinnúmero de relaciones discursivas entre la
comunicación y la educación. ¿Qué tiene de comunicación, la educación, y qué de
educación contiene la comunicación? La separación en diferentes momentos es
netamente analítica, aunque pueden reconocerse ciertas especificidades de los
procesos. Coincidimos con María Cristina Mata7 en entender a los discursos como
conjuntos textuales, que a veces contemplan en su interior mensajes y prácticas
contradictorias y que, a su vez, remiten a enunciados y prácticas anteriores.
La vida cotidiana nos impone un tránsito por diferentes lugares de los cuales
formamos parte. En ese andar cargamos con modalidades y prácticas que llevamos
incorporadas y naturalizadas, cuando actuamos e interpretamos el mundo que nos
rodea. ¿Podemos dejar a un lado aspectos referidos a las tradiciones italianas de
nuestras familias, que somos hinchas de tal equipo, que nos gustan ciertos grupos de
música, en el momento de asistir a la escuela?
Resulta imposible desprendernos de este “mundo cultural” que nos otorga los
marcos de comprensión de nuestra realidad más inmediata. De alguna manera, los
espacios nos habitan y nosotros los habitamos; es decir, nos cargan de significados y
a la vez, los resignificamos a partir de otras prácticas que ponemos en juego allí.8
7
Mata, María Cristina, Nociones para pensar la comunicación y la cultura masivas, Segundo curso de
especialización con modalidad presencial a distancia, Centro de Comunicación Educativo La Crujía,
Buenos Aires, 1996.
8
Bourdieu, P., op. cit.
La escuela en sus orígenes
operó como promotora del abandono
Mirada etnográfica de un tipo de prácticas que los sujetos
traían desde sus contextos más
Nos acercaremos a los diferentes cercanos. Así fue modelando a los
espacios, para dialogar con sus actores, alumnos para los tiempos del ocio
conocer sus prácticas, sus lecturas del (recreos) y los tiempos productivos
mundo… Lo haremos apoyándonos en (trabajo en el aula) que requería la
una perspectiva antropológica, como lo modernidad.
es la etnografía (etno: pueblo; grafica:
descripción).
El contexto actual obligó a la
Las técnicas a trabajar serán la escuela a reconocer el “afuera”, e
observación participante y la entrevista incorporar de a poco una suma de
etnográfica. prácticas que en otros tiempos
La antropóloga Rosana Guber*,
históricos negaba. La aparición de los
nos aportará en la descripción: comedores escolares a fines de los
años ’90 fue desplazando el mandato
La observación participante: “consiste fundacional de la escuela, para dar
precisamente en la inespecificidad de las lugar a un reacomodamiento de las
actividades que comprende: integrar un situaciones en base a la realidad
equipo de fútbol, residir con la población, social de los sujetos, producto del
tomar mate y conversar, hacer las crecimiento de la pobreza y
compras, bailar, cocinar, ser objeto de desempleo, entre otros.
burla, confidencia, declaraciones
amorosas y agresiones, asistir a una clase
Asimismo, actualmente, la
en la escuela o a una reunión del partido
político. En rigor, su ambigüedad es, más entrega de computadoras en las
que un déficit, su cualidad distintiva”. escuelas secundarias (especialmente
en las públicas), están marcando un
La entrevista etnográfica: “es una nuevo tiempo-institucional, que
estrategia para hacer que la gente hable trasciende la escuela, y que hablan,
sobre lo que sabe, piensa y cree (…), una per se, de un reconocimiento de las
situación en la cual (el investigador-
nuevas tecnologías como aporte
entrevistador) obtiene información sobre
formativo de los estudiantes. El
algo interrogando a otra persona
(entrevistado, respondente, informante). reconocimiento del afuera es tal que
Esta información suele referirse a la redefine algunas prácticas dentro de
biografía, al sentido de los hechos, a la institución. De hecho, es digno
sentimientos, opiniones y emociones, a mencionar los comentarios de algunos
las normas o standards de acción, y a los directivos que por estos días
valores o conductas ideales (…) Es una manifiestan que tal avance
relación social a través de la cual se tecnológico ha acelerado la jubilación
obtienen enunciados y verbalizaciones en de muchos profesores. Con ello, la
una instancia de observación directa y de explicitación de cierta negativa
participación”. histórica al descentramiento del libro,
El desafío es lograr captar las además de lo que pudiera implicar,
redes de significación tejidas por quienes para algunos docentes mayores,
pertenecen a una cultura, en lo que actualizarse hacia las nuevas
denominaremos, de la mano de Clifford tecnologías.
Geertz, como descripción densa.
* La etnografía. Método, campo y La historia no es reflejo de lo
reflexividad, Siglo XXI, 2011.
estático y lo permanente. Las
sociedades se van transformando e,
incluso, aquellas lecturas sociales que
nos invitaban a “Pensar sin Estado”9, producto de la crisis de fines de los ’90 y
primeros años del nuevo siglo, parecen caducas. El lugar del Estado, hoy, es
notoriamente otro, ganando terrenos, cobrando viejas responsabilidades y
abriéndonos marcos de lecturas, necesariamente más responsables que las ofrecidas
por los grandes espacios mediáticos.
¿Qué nos hace votar por un partido político?, ¿la tradición de nuestra familia, la
propuesta programática?, ¿el carisma del candidato? En el conjunto textual se
encuentran rasgos discursivos que reconocemos como dirigidos a nosotros y con los
cuales nos identificamos. Hay un llamado a ése individuo a constituirse en un sujeto
(afiliado a un partido, “soy socialista”, “soy anarquista”, “soy peronista”, etc.), donde se
produce una interpelación puede darse un reconocimiento subjetivo.
9
Lewkowicz, Ignacio; Pensar sin Estado, Paidós, Quilmes, 2008.
10
Cfr. Huergo Cultura escolar/ cultura mediática, intersecciones, Instituto Pedagógico Nacional, Colombia,
2000.
5. La intervención desde Cuaderno de bitácoras
Comunicación/ Educación
Profundizando es esta idea de
viaje, durante la cursada trabajaremos la
construcción de un cuaderno de bitácoras,
que acompañe todo el proceso.
Al presentar la práctica en Nuestro compañero kevin
terreno prevista para Morawicki, lo describe como “una especie
Comunicación/Educación, solemos de intertexto, que se enriquecerá con el
decir que la pensamos como una entramado que cada uno vaya
experiencia de aprendizaje y no en construyendo, con aportes hechos con
libertad, con referencias al contexto e
términos de una práctica profesional o incluso a la vida de cada uno”. El sentido
actividad de extensión universitaria. de producir un Cuaderno de Bitácora es
Jorge Huergo suele concebirla que cada estudiante “vaya registrando los
a partir de la figura del viaje (incluso a entretelones subjetivos y reflexivos,
toda la materia en sí, donde la relatando momentos que devienen
intervención en terreno es parte trascendentes para el proceso, trayendo –
o no- a colación modos de pensar,
significativa) Tal metáfora, implica experiencias y posicionamientos de
pensar que cuando emprendemos un tradiciones pedagógicas o de compañeros
viaje (o el recorrido por de caminos; y hacerlo con cierta
Comunicación/Educación), prevemos autonomía y sin quedar atrapado en la
experiencias, planificamos trazados, rutina de escribir lo dicho por otros”.
nos predisponemos a realizar La figura de la “bitácora”, agrega
Morawicki, alude a un mueble que se ubica
determinados recorridos y llegar a
en la cubierta de los barcos, próximo al
algunos sitios para desandar timón, donde se coloca la ‘aguja de
determinadas prácticas. marear’ (una brújula). El cuaderno “es el
Pero en ese viaje, suceden libro donde se anota la velocidad, rumbo,
imprevistos, y de pronto el lugar de maniobras y otros accidentes de la
pasaje se transforma en un sitio de navegación. Un registro que, al fin de
cuentas, simboliza las distancias entre el
descanso, por lo sorprendente de sus
recorrido intencional planificado por la
paisajes. O se rompe el micro y no ‘carta de navegación’ y el efectivamente
podemos continuar en tiempo y forma recorrido. En este sentido, hacerlo puede
con aquel trazado, o los pronósticos ser considerado una forma de navegación
del clima prometen alertas configurada por múltiples velocidades,
meteorológicos que nos paralizan… rumbos y contrarrumbos, golpes de timón
De pronto, lo previsto se resignifica en y maniobras más amplias, que si bien
están organizadas por los horizontes
el andar y es, justamente, el andar estratégicos”, que habiten los espacios en
contingente que nos propone un viaje, que intervengamos.
con sus certezas e incertidumbres, lo Estamos convencidos de que el
que proponemos como metáfora para proceso que compartiremos tiene el
caminar por este espacio formativo. carácter de una apropiación y una
Diríamos, de la mano del resignificación. Por eso el Cuaderno de
Bitácora es una obra, fruto del registro de
mismo Huergo, que el encuentro con un proceso de trabajo conjunto.
los espacios y organizaciones, Es fundamental, entonces, que el
tenemos que entenderlos como cuaderno incorpore narrativas desde la
vivencia y esta experiencia tiene que sensibilidad y que los alumnos permitan
ser anterior a la racionalización, a un hacerse preguntas sobre lo político. Es
camino prefijado, a un experimento importante que los estudiantes adopten un
comportamiento subjetivo y que no
“sobre” espacios y organizaciones…
terminen repitiendo autores o sólo
en ese encuentro no se hace un describan recorridos. En fin… se
experimento, sino que es posible promueve la toma de posicionamientos
tener una experiencia (el viaje lo subjetivos.
sería).
Cuando hablábamos, más
arriba, de la complejidad de los
espacios de intervención nos referíamos un poco a ello (podemos conocer más o
menos el funcionamiento de un comedor comunitario, e imaginar una posible
intervención en uno de ellos, sin embargo, los actores de cada barrio son diferentes,
las lógicas organizativas de cada comedor pueden variar según el espacio político en
que se inserte…), y si sumamos que trabajaremos con sujetos a los que pretendemos
conocer para desandar luego una propuesta que los reconozca (que los valore), la
metáfora del viaje se vuelve más significativa aún. Por ello, a la hora de plantear
nuestros objetivos de intervención, haremos hincapié en los procesos que se puedan
desatar más que en los productos, sabiendo que aún teniendo tiempos reducidos de
trabajo, se pueden lograr micro-desplazamientos transformadores de las prácticas
cotidianas.
11
De Certeau, M. (1996), La invención de lo cotidiano. I. Artes de hacer, México, Universidad
Iberoamericana.
plantearnos los sentidos políticos que deseamos imprimir a nuestras propuestas de
intervención. Podemos realizar una acción estratégica desde Comunicación /
Educación, con la pretensión explícita de trabajar con el otro y no para el otro12, pero
además debemos tener presente qué sentidos buscamos despertar, como también
qué prácticas hegemónicas pretendemos desnaturalizar.
Bibliografía
12
Freire, Paulo Pedagogía del oprimido, Siglo XXI, México, 2000.