El comercio internacional se define como toda aquella actividad económica en la que
personas o empresas de diferentes países, realizan un intercambio de productos o servicios. Dicha actividad económica involucra la compra, venta o el intercambio de productos y servicios, en diferentes monedas, así como métodos de pago. Como consecuencia de la liberalización comercial, los intercambios internacionales se han incrementado. Todo ello gracias en gran parte, a la eliminación de las diferentes barreras arancelarias.
¿En qué consiste el comercio internacional?
Al hablar del comercio internacional, necesariamente tenemos que mencionar las economías que participan en dicha actividad. De hecho, a este tipo de economías que se involucran en transacciones comerciales internacionales se les conoce como economías abiertas. Básicamente se trata de economías o naciones en las que el comercio está totalmente abierto al exterior. Esto significa que tanto empresas, como particulares, pueden comprar productos y servicios del exterior, en lo que se conoce como importación, así como vender productos y servicios a otros países, es decir, exportación. En el comercio internacional, las economías abiertas se distinguen por el grado de proteccionismo. Es decir, las economías que tienen aranceles de menor cuantía, son consideradas como de librecambismo. Caso contrario sucede con las economías que establecen aranceles muy altos y que son conocidas como economías proteccionistas. Y también existen las economías cerradas, que representan todo lo opuesto a las economías abiertas. En este tipo de economías cerradas, no se lleva a cabo ningún tipo de intercambio comercial con el exterior, y por lo tanto no existe el comercio internacional como tal. La autarquía es un ejemplo de la economía cerrada, pues se trata de un sistema económico en el que es el Gobierno quien se encarga de abastecer al país con sus propios recursos. Es decir, evita al máximo cualquier tipo de importación.
¿Cuáles son los orígenes e historia del comercio internacional?
Desde que se tienen registros de la actividad económica, las personas han mostrado interés por los intercambios. La historia del comercio internacional se remonta a la época en la que las personas utilizaban el trueque como un sistema de intercambio, hace más de 10.000 años. En ese entonces, las personas intercambiaban sus bienes en función de lo que producían y lo que les interesaba conseguir. En un inicio, estos intercambios solo se practicaban entre los miembros de un mismo grupo o pueblo. Con el paso de los años y el desarrollo de las civilizaciones, el comercio comenzó a extenderse. Por lo tanto, si anteriormente el comercio se daba solo entre productores de una misma región, después se realizaba entre personas de una misma comarca. Hacia finales del siglo XVI, la Compañía Británica de las Islas Orientales, creada en el año de 1599, ya comercializaba sus productos con otras empresas alrededor del mundo. Al comercializar sus productos, incluyendo algodón, colorantes y especias, la compañía muy pronto se convirtió en la más importante a nivel mundial en términos de comercio internacional. Poco después, el filósofo y economista escocés Adam Smith exponía sus razones del por qué el comercio internacional era fundamental para el desarrollo económico de las naciones. Pero incluso con todo esto, los intercambios comerciales a nivel internacional, no se consolidaron, sino hasta finales del siglo XX. En gran parte contribuyo a este desarrollo más rápido y eficaz, la evolución de las finanzas, las legislaciones, el transporte y la tecnología.
¿Cómo nos beneficia y la importancia del intercambio comercial internacional?
Desde hace mucho tiempo, los intercambios comerciales a nivel internacional, son considerados como una pieza fundamental en el crecimiento económico mundial. El surgimiento del comercio internacional se genera como una respuesta a la incapacidad de una nación para producir todo lo que su economía requiere para alcanzar un desarrollo. Está claro que no todas las naciones cuentan con los suficientes bienes, incluso teniéndolos, no en todos los casos son bienes de alta calidad. Por lo tanto, el desarrollo de los países se traduce en múltiples beneficios, no solo para la economía como tal, sino también para su propio crecimiento. Por otra parte, y si lo vemos desde un ámbito macroeconómico, el intercambio comercial internacional conduce a la especialización productiva entre las naciones. En otras palabras, la división internacional del trabajo. Esto sucede porque existe desigualdad en los factores productivos y también en la composición tecnológica de los bienes. Como resultado, una nación se verá obligada a importar los bienes que no puede producir o produce en desventaja, respecto a otros países. Al mismo tiempo, esa misma nación intentará exportar aquellos productos en los que puede obtener ventajas. Desde el ámbito microeconómico, el comercio internacional beneficia tanto a quienes importan, como a quienes exportan. Por un lado, los países importadores cuentan con una gran diversidad de productos para satisfacer la demanda del consumidor, en términos de variedad, mejor calidad y mejor precio. En el caso de los países exportadores, los beneficios incluyen la expansión de mercados, un incremento en la producción, una mejor absorción de costos fijos, así como una reducción en la caída de las ventas internas. En cualquier caso, el comercio internacional posibilita que una nación tenga una mayor cantidad de productos en comparación con los que podría generar si no tuviera comercio exterior. En consecuencia, mientras más favorables sean las condiciones de intercambio comercial para un país, mayor será el beneficio que le generará el comercio internacional comparado con el beneficio de otros países.