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Índice
1Funciones
o 1.1Religiosa
o 1.2Económica y administrativa
2Desarrollo
o 2.1Desarrollo temprano
o 2.2Imperio Nuevo
o 2.3Evolución tardía
3Construcción
4Diseño y decoración
o 4.1Cámaras interiores
o 4.2Salas y patios
o 4.3Recinto
o 4.4Decoración
5Personal
6Actividades religiosas
o 6.1Rituales diarios
o 6.2Festivales
o 6.3Animales sagrados
o 6.4Oráculos
o 6.5Culto popular
7Tras el abandono
8Véase también
9Notas
10Referencias
11Bibliografía
12Enlaces externos
Funciones[editar]
Religiosa[editar]
Sin embargo, gran parte del sustento económico del templo venía de sus propios
recursos, especialmente de grandes extensiones de tierras situadas extramuros
que incluso podían encontrarse a mucha distancia. La propiedad más valiosa era
la tierra de cultivo, que producía grano, fruta o vino y mantenía al ganado. Los
templos podían explotar directamente esas tierras, arrendarla a los agricultores
por una parte de la producción o gestionarlas conjuntamente con la administración
real. Los templos también enviaban expediciones al desierto, donde conseguían
productos como sal, miel, animales de caza o minerales preciosos. 27 Algunas de
estas instituciones religiosas poseían flotas de barcos que utilizaban para
comerciar a lo largo del Nilo o incluso fuera de las fronteras egipcias. Así pues,
como dice Richard H. Wilkinson, los bienes del templo «a menudo representaron
nada menos que una porción del propio Egipto». 28 Como grandes centros
económicos y lugares de trabajo de una parte importante de la población, los
recintos templarios eran una parte clave de las ciudades egipcias en que se
situaban. Asimismo, cuando un templo se fundaba en tierra deshabitada, una
nueva ciudad se creaba para darle sustento.29
Todo este poder económico estaba en última instancia en poder del faraón, y la
administración real podía ordenar a un templo desviar parte de sus recursos a otro
menor para apoyar su expansión, pues estaba sujeto al sistema estatal
de corveas.30 Con ello el faraón podía incrementar los ingresos de un templo
dedicado a un dios al que estuviera agradecido, y los templos funerarios de
gobernantes recientes tendían a desviar recursos a los de faraones muertos
tiempo atrás. Por otra parte, el faraón también podía ordenar a los templos
proporcionar suministros para otros fines, caso de los templos funerarios de
la necrópolis tebana, que supervisaron la provisión de los trabajadores de Deir el-
Medina que construían las tumbas reales.31 La forma más drástica de control de
las propiedades del templo era revisar por completo la distribución de sus
propiedades a lo largo de todo el reino, algo que podía implicar el cierre de
algunos templos y alterar significativamente el panorama económico de Egipto. 32
Por lo tanto, estos templos fueron importantes instrumentos con los que los
faraones controlaron los recursos y los habitantes de su reino. 33 Sin embargo,
como supervisoras directas de su propia esfera económica, las administraciones
de los grandes templos ejercían una influencia considerable que podía desafiar la
autoridad de un faraón débil,34 aunque no está claro cuál era su independencia. 35
Una vez que Egipto se convirtió en provincia romana, los oficiales romanos
trataron de limitar el poder e independencia de los templos. Les impusieron el
pago de impuestos al gobierno por las tierras que poseían o la entrega de estas al
estado romano a cambio de recibir un estipendio gubernamental.36 Sus cultos
fueron minuciosamente regulados, menos autónomos y más dependientes de las
donaciones del gobierno37 y de varias pequeñas fuentes de ingresos. 38
Desarrollo[editar]
Desarrollo temprano[editar]
Los santuarios más antiguos conocidos aparecieron en Egipto en el Período
Predinástico, a fines del IV milenio a. C. Estos primigenios edificios se hicieron con
materiales perecederos como la madera, esteras de caña y adobe.39 A pesar de la
transitoriedad de estas antiguas construcciones, el arte egipcio posterior continuó
usando y adaptando elementos de ellos, evocando los antiguos santuarios para
sugerir la naturaleza eterna de los dioses y los lugares en que habitaban. 40
A comienzos del Período Arcaico (c. 3100-2686 a. C.) los primeros faraones
construyeron complejos funerarios en el centro religioso de Abidos siguiendo un
patrón general único: recinto cuadrangular de adobe y montículo de tierra en su
centro.41 No está claro si, en esta primera etapa, los templos de otras zonas de
Egipto recibían patronazgo real o solo estaban influidos por el estilo de los templos
reales.42 En cualquier caso, en el Imperio Antiguo (c. 2686-2181 a. C.) que siguió
al período arcaico los monumentos funerarios reales sufrieron una tremenda
expansión, mientras que la mayoría de templos consagrados a las divinidades
permanecieron relativamente modestos. Ello sugiere que la religión oficial en este
período enfatizó el culto al faraón divino por encima del culto directo a los dioses. 43
Los dioses estrechamente relacionados con el faraón, como Ra, recibían más
donaciones reales que el culto a otras divinidades; 44 un ejemplo es el templo de
Ra en Heliópolis.45 Mientras, los pequeños templos provincianos mantuvieron
diversos estilos locales del período predinástico, sin influencias por parte de los
lugares de culto real.46
Pilono de entrada al Templo de Lúxor, uno de los templos más importantes del Imperio Nuevo.55
Muchos templos fueron entonces erigidos enteramente de piedra y su plan general
quedó fijado: sancta sanctorum, salas, patios y accesos flanqueados por pilonos,
todos orientados a lo largo de la ruta de las procesiones de los festivales. Los
faraones del Imperio Nuevo dejaron de erigir pirámides como monumentos
funerarios en favor de tumbas alejadas de sus templos funerarios. Sin pirámides
en torno a las que organizarse, los templos funerarios comenzaron a distribuirse
según el mismo plan que los dedicados a los dioses. 56
A mediados del Imperio Nuevo el faraón Akenatón convirtió al dios Atón en la
única divinidad del culto oficial y abolió el culto a todas las demás deidades. Los
templos tradicionales se descuidaron en favor de los nuevos dedicados a Atón,
cuyo diseño y construcción difería notablemente. Pero esta revolución religiosa de
Akenatón fue abolida poco después de su muerte, los templos tradicionales
reinstaurados y los dedicados a Atón desmantelados. Los faraones posteriores
emplearon aún más recursos a los templos, particularmente Ramsés II, el más
prolífico constructor de monumentos de toda la historia egipcia. 52 La influencia
religiosa de la casta sacerdotal aumentó a la par que su riqueza: los oráculos de
los templos, controlados por los sacerdotes, fueron un recurso cada vez más
popular para tomar decisiones.57 El poder faraónico se desvaneció y en el
siglo XI a. C. los sumos sacerdotes de Amón fueron capaces de tomar el control
de todo el Alto Egipto, dando así inicio a la fragmentación política
denominada Tercer Período Intermedio (c. 1070-664 a. C.).58
Con el derrumbamiento del Imperio Nuevo cesó para siempre la construcción de
templos funerarios.59 Sin embargo, algunos gobernantes del Tercer período
intermedio, como los de Tanis,60 fueron enterrados dentro de los templos divinos,
continuando así la estrecha relación entre templo y tumba. 61
Evolución tardía[editar]
En el Período Tardío (664-323 a. C.) el debilitado estado egipcio quedó a merced
de varias potencias extranjeras, experimentando solo períodos ocasionales de
independencia. Muchos de estos gobernantes foráneos fundaron o ampliaron
templos con la finalidad de reforzar su pretensión al trono de Egipto. 62 Los
faraones de Kush de los siglos VIII y VII a. C. restauraron el templo de Karnak y
adoptaron el estilo de arquitectura templaria egipcia en las construcciones de su
originaria Nubia, donde dieron comienzo a una larga tradición de sofisticada
construcción de templos nubios.63 En estos siglos confusos la fortuna de varios
templos cambió, pero la influencia de la casta sacerdotal en general se mantuvo. 62
Mammisi de época romana en el Templo de Dendera.
Construcción[editar]
Véase también: Arquitectura del Antiguo Egipto
Plantas de templos egipcios. Mitad izquierda: Hatshepsut, Seti I, Ramesseum, Gerf Hussein y Abu
Simbel; derecha: Edfu y Kom Ombo.
Los templos se erigieron a lo largo de todo el Alto y el Bajo Egipto, así como en
los oasis del desierto de Libia bajo control egipcio, hasta Siwa, y en puestos
avanzados como Timna, en la península del Sinaí. En los períodos en que Egipto
controló Nubia los gobernantes del Nilo construyeron templos allí, tan al sur
como Gebel Barkal.76 La mayoría de ciudades de Egipto tenían un templo, 77 pero
en algunos casos, como los templos funerarios o los templos de Nubia, se creaban
de nueva planta en tierras antes deshabitadas.78 El emplazamiento exacto del
templo era decidido por motivos religiosos, y podría ser el lugar de nacimiento o
enterramiento mítico de un dios. La orientación del templo podía decidirse para
alinearlo con lugares de significado religioso, como un templo vecino, el
nacimiento del sol o la posición de alguna estrella. Por ejemplo, el gran templo
de Abu Simbel, está alineado de tal manera que dos veces al año los rayos del sol
naciente iluminan las estatuas de los dioses en el sancta sanctorum. La mayoría
de los templos, sin embargo, se alinearon hacia el Nilo, con un eje que corre
aproximadamente de este a oeste.79N 5
La construcción del templo propiamente dicha iba precedida de una serie de
complejos rituales fundacionales. Tras la finalización del mismo se volvían a
realizar rituales dedicados al dios patrono, los cuales debían ser consumados por
el propio faraón como parte de sus deberes religiosos. De hecho, en la creencia
egipcia la construcción del templo era el trabajo simbólico del soberano, 80 aunque
en realidad su ejecución era tarea de cientos de súbditos reclutados por el sistema
de corveas.81 Usando en su mayor parte herramientas de madera y piedra, N 6 los
obreros construían para los templos enormes estructuras que tardaban años o
décadas en finalizar.84
El uso de la piedra para levantar los templos egipcios no buscaba más que
enfatizar y asegurar su propósito de servir como moradas eternas para los dioses
y los distinguían de los edificios para uso de los mortales, construidos con el
modesto adobe.85 Sin embargo, en los primeros tiempos los templos eran
construidos únicamente de adobe y otros materiales perecederos, materia prima
que en realidad fue la empleada durante toda la historia egipcia para crear los
edificios adyacentes a los templos.86 La piedra más usada fue caliza y arenisca,
muy comunes en el centro y sur de Egipto, mientras que piedras más duras y
difíciles de tallar, como el granito, se usaron en menor medida para elementos
concretos como los obeliscos.87 Los sillares de piedra podían proceder de
una cantera cercana al templo en construcción o ser transportados en barco por el
Nilo desde lugares de extracción lejanos.88
Para crear los cimientos de los templos se excavaban zanjas en la arena que
luego se rellenaban con losas de piedra.89 Los muros y otras estructuras se
levantaban con enormes sillares de diferentes formas y tamaños, N 7 colocados en
hiladas y unidos a hueso.90 Cada bloque se tallaba para conseguir una perfecta
unión con los adyacentes, obteniéndose sillares prismáticos cuyas formas
irregulares quedaban encajadas.91 El interior de los muros se rellenaba con
piedras irregulares, de deshecho, y tierra. 92 Para construir estructuras sobre el
nivel del suelo los trabajadores creaban grandes rampas de tierra, y para excavar
cámaras en la roca viva comenzaban desde arriba, abriendo un espacio cerca del
techo desde el que continuar vaciando el resto de la estancia. 93 Una vez
completada la estructura del templo, la superficie áspera de los sillares de piedra
se pulía para alisarla y después se tallaban bajorrelieves, generalmente
rehundidos y con acabados de gran perfección. Si la piedra era de mala calidad
para tallarla, se cubría con una capa de mortero de yeso, 94 tras lo que todos los
relieves acababan de completarse con dorados, incrustaciones de otros materiales
y pintura.95 Las pinturas eran por lo general una mezcla de pigmentos aglutinados
con algún tipo de adhesivo, posiblemente goma natural. 94
La construcción del templo no terminaba cuando el plan original estaba completo,
pues a menudo los faraones ordenaban reconstruir, reponer estructuras
deterioradas o añadir nuevos edificios. En el transcurso de estas ampliaciones,
frecuentemente desmantelaban las viejas construcciones para usar sus materiales
como relleno de las nuevas, lo que podía hacerse por conveniencia o porque esas
estructuras y sus patrocinadores se habían convertido en un anatema, como
sucedió con los templos de Akenatón. Esta expansión y remodelación podía
distorsionar considerablemente el trazado original del templo, caso del enorme
recinto de Amón-Ra en Karnak, donde se trazaron dos ejes perpendiculares y
diversos templos satélite.96
Diseño y decoración[editar]
El templo de Ramsés III en Medinet Habu, rodeado por los restos de los edificios auxiliares.
Al igual que toda la arquitectura del Antiguo Egipto, los diseños de los templos
enfatizaron el orden, la simetría y la monumentalidad, y combinaron formas
geométricas con estilizadas representaciones vegetales. 97 Su diseño rememoraba
también las formas de los primeros edificios egipcios. Por ejemplo, las molduras
en caveto en la parte superior de los muros se crearon para imitar las filas de
hojas de palma dispuestas en las paredes arcaicas, y la inclinación de los muros
exteriores, además de para asegurar su robustez, era también un vestigio de los
antiguos métodos de construcción.98 La distribución en planta de los templos se
basaba en un eje que discurría desde el sancta sanctorum a la entrada principal, y
en el patrón plenamente desarrollado empleado en el Imperio Nuevo y
posteriormente, la ruta usada en los festivales procesionales —una gran avenida
salpicada de enormes puertas— sirvió como el mencionado eje central. La ruta era
entendida como la empleada por los dioses en sus viajes fuera del santuario,
mientras que la gente usaba puertas laterales menores. 99 Las partes típicas de un
templo, como la sala hipóstila llena de columnas, los peristilos abiertos y
los pilonos en las entradas, fueron dispuestas a lo largo de este eje en un orden
tradicional, pero flexible. Más allá del templo propiamente dicho, dentro de los
muros exteriores se albergaban numerosos edificios auxiliares. 100
Este patrón de templo podía variar considerablemente, incluso al margen de los
efectos distorsionadores de los edificios secundarios. Algunos templos fueron
excavados íntegramente en la roca viva, como el de Abu Simbel, o parcialmente,
como las cámaras interiores con patios y pilonos de mampostería de Wadi es-
Sebua, aunque en esencia se distribuyeron según el patrón de los templos al aire
libre. En otros, como el templo funerario de Deir el-Bahari, la ruta procesional
recorre una serie de terrazas en distintos niveles con rampas de ascensión. Los
templos más peculiares fueron los dedicados a Atón por orden de Akenatón, en
los cuales el eje atravesaba varios patios completamente abiertos salteados de
altares.101
El modelo tradicional era altamente simbólico de arquitectura religiosa.102 Era una
variante muy recargada del diseño de una casa egipcia, reflejando su papel de
«casa del dios».22 Más allá de eso, el templo representó una parte del mundo
divino en la Tierra. El santuario elevado y cerrado semejaba tanto la colina
sagrada primigenia cuando fue creado el mundo, como la cámara de
enterramiento de una tumba, donde habitaba el ba del dios, su espíritu, del mismo
modo que el ba humano habita su momia.103 Según las creencias egipcias, este
lugar crucial estaba aislado de las impurezas del mundo exterior, 99 por lo que el
acceso al sancta sanctorum estaba muy restringido y la luz que en él penetraba
era muy tenue. Sin embargo, el templo también representaba el mundo mismo, y
así la vía procesional no era más que el recorrido del sol por el cielo y el santuario
la Duat donde se creía que penetraba en la noche para después renacer. El
espacio exterior se equiparaba así con las aguas del caos que rodeaban el
mundo, mientras que el templo representaba el orden del cosmos y el lugar donde
ese orden era continuamente renovado.104
Cámaras interiores[editar]
Las cámaras interiores del templo estaban en torno al sancta sanctorum del dios
patrono, que normalmente se ubicaba en el eje del templo y en la parte posterior
del conjunto, mientras que en los templos de las pirámides estaban situados junto
a su base. El santuario era el centro de los rituales del templo, el lugar donde la
presencia divina se manifestaba más poderosamente, aunque las formas de esta
manifestación eran diversas. En los templos de Atón y en los santuarios solares
tradicionales el objeto del ritual era el propio sol, adorado en patios a cielo
abierto.105 En muchos templos funerarios las salas interiores contenían estatuas
del faraón fallecido, o una puerta falsa donde se creía que aparecía su ba para
recibir ofrendas.106
Sala de la barca sagrada del Templo de Edfu.
Sin embargo, en la mayoría de templos el foco era la imagen de culto: una estatua
del dios del templo donde se creía que habitaba su ba e interactuaba con los
humanos. El santuario en estos templos contenía una naos, un tabernáculo que
albergaba la imagen del dios o un modelo de barca que contenía la imagen dentro
de su cabina y que era empleada para transportarla durante los festivales
procesionales. Para resaltar la naturaleza sagrada del santuario este se mantenía
en oscuridad total.107 Si en los primeros tiempos el santuario se disponía en el
fondo del edificio, en el Período Tardío y el Ptolemaico se convirtió en un edificio
independiente dentro del templo, aunque aislado del mundo exterior por los
corredores y habitaciones circundantes.99
Las capillas secundarias, dedicadas a deidades asociadas al dios principal, se
distribuían alrededor de la principal. Cuando el patrono principal era una deidad
masculina, las capillas secundarias se solían consagrar a sus consortes y
descendientes. En los templos funerarios estas capillas secundarias eran
dedicadas a dioses asociados con la realeza.108
Junto al santuario se ubicaban otras salas para almacenar objetos ceremoniales,
textos rituales y objetos de valor del templo. Otras estancias tenían funciones
rituales específicas. La sala de las ofrendas solía estar separada del propio
santuario, y en los templos sin santuario de la barca, existía un tabernáculo para
guardarla.109 En los templos más tardíos, las zonas rituales podían ampliarse con
capillas en una segunda planta y en salas subterráneas. 110 Finalmente, en el muro
exterior de la parte posterior del templo a menudo había nichos para que los laicos
rezaran al dios patrono, y eran lo más cerca de su morada que ellos podían
estar.111
Salas y patios[editar]
Sala hipóstila del templo de Esna.
Los muros encerraban muchos edificios relacionados con las funciones del templo.
Algunos contenían capillas satélites dedicadas a deidades asociadas al dios
principal, incluidos mammisis que celebraban el nacimiento del niño dios
mitológico. Los lagos sagrados presentes en muchos recintos servían como
reservas del agua usada en los rituales, como lugares en que los sacerdotes se
purificaban ritualmente y como representaciones del agua de la que emergió el
mundo.110 Los templos funerarios a veces contenían un palacio para el espíritu
(ka) del faraón, construido frente al propio templo. 119 Los sanatorios de algunos
templos proveían un lugar para que los enfermos esperaran los sueños de
curación enviados por el dios. Otros templos incluían cocinas, talleres y almacenes
para satisfacer sus necesidades.120 Especialmente importante era la pr-ˁnḫ,
la «Casa de la Vida», donde el templo editaba, copiaba y almacenaba sus textos
religiosos, incluidos los utilizados para los rituales. La Casa de la Vida también
funcionaba como un centro general de enseñanza, pues contenía textos de temas
no religiosos como historia, geografía, astronomía y medicina. 121 A pesar de que
todos estos edificios se dedicaron a propósitos más mundanos que el propio
templo, todavía tenían un significado religioso, pues hasta el granero podía ser
usado para ceremonias específicas.120
La vía procesional discurría a través del recinto, desde la puerta principal en el
muro del templo. Este camino estaba ornado con estatuas de esfinges y salpicado
por las estaciones de la barca, donde los sacerdotes que la portaban podían
descansar durante la procesión. La vía normalmente terminaba en un muelle a
orillas del Nilo, que servía como punto de entrada de los visitantes que llegaban
navegando y de punto de salida para la procesión cuando esta continuaba por el
río.122 En los templos piramidales del Imperio Antiguo el muelle contaba con un
templo entero, el Templo del Valle, unido al templo de la pirámide por la vía
procesional.123
Decoración[editar]
Artículo principal: Arte del Antiguo Egipto
El motivo decorativo más prolífico fue el relieve, 127 que se fue haciendo más
presente con el paso del tiempo hasta que, en los templos tardíos, cubría muros,
techos, columnas, vigas y estelas.128129 Los artistas egipcios crearon tanto relieves
como rehundidos. El bajorrelieve permitía unos acabados más sutiles, pero
requería más talla. Los rehundidos se empleaban en piedras más duras y difíciles
de trabajar, y también cuando los constructores querían acabar rápido, 130 pues no
necesitaba de la extracción de tanto material como el bajorrelieve. El rehundido
era muy apropiado para exteriores, donde la sombra que creaba la luz del sol
realzaba el contorno de las figuras.131 Una vez terminados los relieves, eran
pintados usando colores básicos como negros, blancos, rojos, amarillos, verdes y
azules, aunque evidentemente los artistas los mezclaban para conseguir otras
tonalidades.130 En algunos casos se doraban o recibían incrustaciones
de cristal o fayenza que sustituía a la pintura.95
Los relieves, tanto imágenes como jeroglíficos, se encuentran entre las fuentes de
información más importantes sobre el antiguo Egipto. Contienen calendarios de
festivales, relatos de mitos, descripción de rituales o textos de himnos. Los
faraones grabaron en piedra sus actividades constructivas o sus campañas
militares contra los enemigos de Egipto.127 Los templos ptolemaicos van más lejos
e incluyen información sacada de los libros en ellos almacenados. 132 La
decoración de cada habitación ofrecía información sobre las actividades en ella
realizadas y tenía un vínculo con su propósito simbólico, proveyendo abundante
información sobre las distintas actividades del templo. 133
La escultura exenta del templo incluía obeliscos, altos y apuntados pilares de
sección cuadrada que alcanzaban hasta 32 metros de altura y se asociaban con el
sol en la iconografía egipcia. Se solían disponer en pares enfrente de los pilonos o
en otros lugares a lo largo del eje del templo. Las estatuas del faraón,
similarmente distribuidas, también tenían un tamaño colosal y entre ellas están las
más grandes esculturas exentas de todo el Egipto Antiguo. 134 También se
esculpían dioses o esfinges que servían de guardianes simbólicos del templo. Las
estatuas más numerosas eran las votivas, donadas por los faraones, por
particulares o por ciudades para ganarse el favor divino y que podían representar
al dios al que iban dedicadas, a la persona que la donaba o a ambos. 135 Las
estatuas más importantes del templo eran las imágenes de culto, normalmente
hechas o decoradas con materiales preciosos como el oro o el lapislázuli.136
Personal[editar]
Un sacerdote quemando incienso. Ilustración de un Libro de los Muertos.
Un templo necesitaba mucha gente para realizar los rituales y tareas auxiliares.
Los sacerdotes se encargaban de las funciones rituales esenciales, pero en la
ideología religiosa egipcia eran mucho menos importantes que el faraón. Como
nos ilustran las decoraciones murales de los templos, todas las ceremonias eran
ejecutadas, en teoría, por el faraón, mientras que los sacerdotes estaban sujetos a
su autoridad, pues el soberano tenía el derecho de nombrar a quien quisiera para
el sacerdocio. De hecho, en los imperios Antiguo y Medio la mayoría de los
sacerdotes eran funcionarios del gobierno que dejaban sus tareas durante una
parte del año para servir por turnos en los templos. 137 Una vez que el sacerdocio
se hizo más profesional el faraón usaba su poder solo para nombrar a los
sacerdotes de más alto rango, por lo general para recompensar a sus funcionarios
favoritos con un trabajo o para intervenir por razones políticas en los asuntos de
un importante culto. Para asuntos de menor calado el faraón delegaba en su visir
o en los propios sacerdotes. En tales casos el titular de un cargo nombraba
sucesor a su propio hijo o los clérigos del templo le concedían decidir quién
ocuparía un puesto vacante.138 Ser sacerdote era sumamente lucrativo, por lo que
eran cargos ocupados solo por los miembros más ricos e influyentes de la
sociedad egipcia,139 aunque esto dejó de ser así cuando las autoridades romanas
redujeron los recursos de los templos.140
Los requisitos para el sacerdocio variaron con el tiempo y entre los diferentes
cultos a los dioses. Aunque el conocimiento teológico era la tarea de los
sacerdotes, se sabe muy poco sobre la capacitación o los conocimientos que se
les pedían a sus miembros. Sin embargo, los sacerdotes estaban obligados a
observar los estrictos estándares de pureza ritual en el espacio sagrado. Se
afeitaban la cabeza y el cuerpo, se lavaban varias veces al día y solo vestían ropa
limpia. No estaban obligados al celibato, pero las relaciones sexuales los
ensuciaban y los obligaban a una purificación. Los cultos de algunos dioses
imponían restricciones adicionales relacionadas con su mitología, como la
prohibición de comer la carne de animales asociados a la divinidad. 141 La
aceptación de mujeres en el sacerdocio fue variable. En el Imperio Antiguo
muchas mujeres ejercieron el sacerdocio, pero su presencia en el clero se redujo
drásticamente en el Imperio Medio, para volver a aumentar en el Tercer Período
Intermedio. Los cargos menos relevantes, como el de músico en las ceremonias,
siguieron abiertos a las mujeres incluso en los períodos más restrictivos, al igual
que el papel especial de consorte ceremonial del dios. Este último puesto era muy
influyente y la más importante de estas consortes, la esposa del dios Amón, llegó
a suplantar al sumo sacerdote de Amón en el Período Tardío. 142
A la cabeza de la jerarquía del templo estaba el sumo sacerdote, que supervisaba
todas las funciones religiosas y económicas de la institución y en los grandes
cultos era una importante figura política. Bajo él podía haber hasta tres sacerdotes
subordinados que lo sustituían en algunas ceremonias. 143 Si bien estos rangos
más altos fueron puestos a tiempo completo a partir del Imperio Nuevo, los
primeros grados del sacerdocio todavía trabajaban en turnos a lo largo del año. 144
Mientras que algunos sacerdotes hacían diversas tareas domésticas, el clero
contaba con varios especialistas en rituales.145 Uno de estos roles especializados
era el de sacerdote lector de himnos y hechizos durante los rituales en el templo, y
que también alquilaba sus servicios mágicos a los laicos. 146 Además de sus
sacerdotes, un templo empleaba cantantes, músicos y bailarines para sus rituales,
además de agricultores, panaderos, artesanos, albañiles y administradores que
suministraban y gestionaban sus necesidades prácticas. 147 En época ptolemaica,
los templos también acogían a gente que pedía asilo en su recinto, o quienes de
manera voluntaria decidían llevar una vida de recogimiento al servicio del dios. 148
Por lo tanto, en un templo importante podía haber unos ciento cincuenta
sacerdotes a tiempo completo o parcial,149 y decenas de miles de empleados
laicos trabajando sus tierras a lo largo del reino. 150 Estos números contrastan con
los un templo medio, que podía tener de diez a veinticinco sacerdotes, y con los
pequeños templos provincianos, que podían tener solo uno. 151
En ciertas épocas existió una oficina administrativa que presidió todos los templos
y clérigos. En el Imperio Antiguo el faraón otorgó esta autoridad primero a sus
familiares y después a sus visires. En el reinado de Tutmosis III la oficina pasó de
los visires a los sumos sacerdotes de Amón, que la mantuvieron durante gran
parte del Imperio Nuevo. Los romanos establecieron una oficina similar, la Idios
Logos, que supervisó los cultos egipcios hasta su extinción. 152
Actividades religiosas[editar]
Rituales diarios[editar]
Los rituales diarios en la mayoría de los templos incluían dos secuencias de ritos
de oblación: uno para limpiar y vestir la imagen del dios para ese día, y otro para
presentarle la comida. Sin embargo, la secuencia exacta de estos rituales es
incierta.153 Al amanecer, el sacerdote oficiante abría la puerta y entraba en el
santuario portando una vela para iluminar la estancia, tras lo que se postraba ante
la imagen del dios recitando himnos de alabanza. Tras purificar la habitación con
agua e incienso el sacerdote presentaba al dios una figura de la diosa Maat, acto
que representaba el propósito de toda la ceremonia. Entonces retiraba la figura del
dios del tabernáculo, la vestía remplazando la vestimenta del día anterior y la
ungía con aceite y pintura.154 En algún momento el sacerdote también le ofrecía
comida, como carne, frutas, vegetales y pan,155 sustento del que pensaban que el
dios solo consumía la esencia. Esta comida luego se distribuía a otras estatuas del
templo, a las capillas funerarias locales para el sustento de los muertos y
finalmente a los sacerdotes, que eran los que finalmente la ingerían. Los egipcios
llamaban a esto la «reversión de las ofrendas». 156N 8
Otros rituales oferentes tenían lugar al mediodía y al atardecer, aunque el sancta
sanctorum del dios no era reabierto.154 Otras ceremonias también se hacían
diariamente, incluidos los rituales específicos de cada dios. Por ejemplo, en el
culto al dios solar Ra se cantaban himnos día y noche por cada hora de viaje del
dios a través del cielo.158 Otros rituales servían para luchar contra las fuerzas del
caos y podían implicar la destrucción de imágenes de dioses hostiles
como Apep o Seth, actos que se creía que tenían un efecto real mediante los
principios de la magia egipcia.155
Los egipcios no dudaban en creer que todos los rituales lograban su efecto gracias
a la magia,159 llamada heka, que era una fuerza fundamental que los rituales
manipulaban. Usando magia, la gente, los objetos y las acciones se equiparaban
con sus contrapartes del reino divino y, por tanto, afectaban a los acontecimientos
entre los dioses.160 Por ejemplo, en las ofrendas diarias la estatua de culto se
asociaba con Osiris, dios de los muertos, independientemente de a quién
representara esta. El sacerdote oficiante era identificado con Horus, hijo viviente
de Osiris, que en la mitología dio sustento a su padre tras la muerte a través de las
ofrendas. Esta relación fue ejemplo para las relaciones entre los vivos y los
muertos a los que se hacían ofrendas, y con el tiempo se convirtió en el modelo
para todas las relaciones entre los habitantes del mundo de los vivos y el mundo
divino.161 Equiparándose mágicamente con un dios en un mito, los sacerdotes eran
capaces de interactuar con la deidad del templo. 160
Festivales[editar]
En los días de particular importancia religiosa los rituales diarios eran sustituidos
por festivales. Estos festivales se celebraban en diferentes intervalos, aunque la
mayoría eran anuales,162 con una temporalidad basada en el calendario civil
egipcio, muy distinto del actual. Por ello, aunque muchos festivales tenían origen
estacional, sus fechas no coinciden con nuestro calendario. 163 Por otra parte, a
pesar de que la mayoría de festivales se celebraban en un solo templo, algunos
implicaban dos o más templos de toda una región de Egipto y solo unos pocos se
realizaban en todo el país. En el Imperio Nuevo y después, el calendario de
festivales de un templo podía incluir docenas de eventos, pero es probable que la
mayoría de ellos fueran solo observados por los sacerdotes. 164 Sin embargo, en
los festivales que incluían procesiones fuera del templo la población local se
reunía para ver y celebrar las que eran las ceremonias más elaboradas del templo,
acompañadas del recitado de himnos y la participación de músicos. 165
Sacerdotes purificadores portando una barca de festival con capilla durante una procesión.
Algunos templos tenían animales sagrados que se creía que eran manifestaciones
del ba del dios, de la misma manera que este se manifestaba en sus imágenes de
culto. Estos animales eran mantenidos en el templo y adorados por un tiempo
variable que podía ser un año o toda la vida del animal. Al final de este tiempo
eran reemplazados por un nuevo animal de la misma especie, seleccionado por un
oráculo divino o sobre la base de unas marcas específicas, que se suponía
indicaban su naturaleza divina. Algunos de estos destacados animales fueron el
toro Apis, adorado en Menfis como manifestación del dios menfita Ptah, o el
halcón de Edfu que representaba al dios halcón Horus. 171
Durante el Período Tardío se desarrolló una nueva forma de culto animal que
consistía en que un laico pagaba a los sacerdotes para que matasen, momificasen
y enterrasen a un animal de una especie determinada como ofrenda a un dios.
Estos animales no se consideraban como especialmente sagrados, sino solo
como una especie asociada a un dios que se representaba con su forma. Por
ejemplo, el dios Tot podía ser representado como un ibis o un babuino, animales
que le eran ofrendados.172 Si bien esta práctica era distinta de la adoración de un
dios individual, algunos templos mantenían poblaciones de animales que podían
ser seleccionados para este propósito.173
Oráculos[editar]
A comienzos del Imperio Nuevo, y posiblemente antes, las procesiones de los
festivales se habían convertido en una oportunidad para que la gente buscara los
oráculos del dios. Sus consultas trataban cuestiones que iban desde la
localización de un objeto extraviado a la mejor opción para un asunto de gobierno.
Los bamboleos de la barca sobre los hombros de sus portadores —haciendo
simples gestos para indicar «sí» o «no», acercando tablas en las que podían ser
escritas las respuestas u orientando la barca hacia personas concretas de la
multitud— se tomaban como indicaciones de la respuesta del dios. 174 Hacia el
Tercer Período Intermedio los oráculos se expandieron más allá de los festivales
para permitir la consulta frecuente de la gente. Los sacerdotes interpretaban los
movimientos de los animales sagrados, o eran preguntados directamente,
devolviendo por escrito o de palabra las respuestas que el dios supuestamente les
había transmitido.175 Se suponía que los sacerdotes tenían una habilidad especial
para hablar con los dioses e interpretar sus respuestas, lo que les otorgaba gran
influencia política y les dio los medios para que los sumos sacerdotes de Amón
dominaran el Alto Egipto durante el Tercer Período Intermedio. 174
Culto popular[editar]
A pesar de estar excluidos de los rituales dentro de los templos, los laicos
buscaban interactuar con los dioses. Se conservan pocas evidencias de prácticas
religiosas individuales en las primeras épocas egipcias, 176 por lo que los
egiptólogos estiman que, si bien los egipcios emplearon varias maneras de
comunicarse con lo divino a través de santuarios domésticos y capillas
comunitarias, los templos oficiales y sus dioses fueron los focos más importantes
de veneración popular.177
Tras el abandono[editar]
Después del cese de sus actividades religiosas originales, los templos egipcios
sufrieron una lenta decadencia. Muchos fueron dañados o desmantelados por los
cristianos en su intento por erradicar los restos de paganismo. 187 Unos pocos,
como Luxor y Filé, fueron convertidos en iglesias, pero la mayoría quedó en
completo desuso y durante siglos los habitantes locales usaron sus piedras para
construir nuevos edificios.188 Lo que las personas dejaban intacto estaba todavía a
merced del tiempo. En las zonas desérticas los templos podían quedar cubiertos
por la arena, mientras que los cercanos al Nilo, particularmente en el Bajo Egipto,
quedaron muchas veces cubiertos bajo capas de sedimentos fluviales. Por lo
tanto, algunos templos importantes como los de Menfis y Heliópolis se redujeron a
la ruina, mientras que otros alejados del Nilo y de centros de población
permanecieron casi intactos. Con la pérdida de la comprensión de los jeroglíficos,
la información sobre la cultura egipcia y sus creencias conservadas en los templos
permaneció ininteligible para el mundo.189