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La Constitución
Profesor: Estudiante:
Migdalia Hernndez. Francinis Trujillo
4to año C.I: 31.713.102
Noviembre, 2020
Defina constitución.
Se entiende como tal la distribución y orden de las partes que componen el texto
constitucional.
Constitución de 1856.
Constitución sancionada por el Congreso de la República el 16 de abril de 1857, el
propósito de la misma era aumentar el período presidencial a 6 años, el presidente
puede ser reelegido y centralizar la organización del Estado.
Constitución de 1858.
Fue sancionada por la Convención Nacional de Valencia el 14 de enero de 1858.
Esta nueva Constitución otorga más autonomía a las Provincias, la elección del
presidente, vicepresidente y otros funcionarios por votación universal, directa y
secreta. Establecía períodos presidenciales de 5 años. Tuvo vigencia por poco
tiempo ya que estalla la Guerra Federal el 20 de abril de 1859.
Fue período legal provisorio que duró hasta ser sancionado el nuevo Pacto
Federal de los Estados de la Unión y tomaran posesión de sus puestos los
funcionarios constitucionales, hecho que ocurrió en 1922.
Las faltas temporales del Presidente son llenadas por el Ministro que él designe, y
las absolutas por el Ministro que escoja el Presidente o el Gabinete, mientras
nombre el Congreso nuevo magistrado, además el Presidente puede recibir a los
Ministros Plenipotenciarios de otras naciones en cualquier sitio de la República
donde se encuentre.
Este proceso constituyente viciado cesara sus funciones al final del actual periodo
legislativo de la AN, dicho por sus propios voceros. Aun no se sabe si este
proceso constituyente ilegal dará luz a una nueva constitución. De ser así, esta se
convertiría en la vigésima séptima constitución en la historia de nuestro país.
Importancia de la constitución.
En nuestra vida cotidiana siempre tenemos Límites y Obligaciones para cada una
de las cosas que hacemos, conllevando no solo las Responsabilidades Familiares
y teniendo cada uno un rol determinado en nuestra familia, sino también en lo que
respecta a las Obligaciones Laborales, teniendo que cumplir un trabajo
determinado y pudiendo adquirir mediante esto el derecho a poder Percibir un
Sueldo y que se cumpla con lo pactado en dicho caso.
En lo que respecta a las Leyes Nacionales que establece un país y que debemos
cumplir y aceptar como ciudadanos del mismo, tenemos en primer lugar las Leyes
Materiales que simplemente se encargan de enunciar las Obligaciones y Derechos
que tenemos disponibles, mientras que por otro lado tenemos las Leyes Formales
que nos permiten contar con un procedimiento o una forma de aplicar las mismas,
teniendo ambas dependencia de una Ley Suprema, que se ubicaría en la cima de
una pirámide, si pensamos a ella como el Sistema Jurídico determinado.
Cada uno de los países cuenta entonces con una Constitución, siendo ésta la
base de todo sistema de Normativas y Leyes, contando no solo con los objetivos
del estado sino también con los Derechos que tenemos todos los ciudadanos, a su
vez las Garantías que nos permiten y aseguran la libertad en muchos ámbitos de
la vida cotidiana, siendo éste un conjunto de Obligaciones y Beneficios del cual
dependen todos los organismos de la nación.
Está claro que los venezolanos no nos caracterizamos por tomarnos en serio
nuestra constitución, por eso hemos necesitado casi una treintena de ellas, porque
no nos creemos ninguna, ninguna nos funciona, ninguna nos sirve, porque
realmente los que no servimos para las leyes somos nosotros. La constitución de
la República no es nuestra ley fundamental, sino el mecanismo que tiene el poder
para someter, hundir y pisotear a quien le adversa.
Nuestra historia está llena de juristas alevosos que sirven al poder tiránico y que
con su engolada voz y su pañuelito en el paltó reinterpretan la constitución “en
sentido trascendente, en cuanto la razón ejusdem de la norma taxativa determina
una coherencia abstracto-decreciente de los epígonos sistemáticos de la
coyuntura circunstancial de la normativa vigente, según lo previó el constituyente”.
Por ello es que Monagas dijo, antes de mandar a sus bandas patriotas a arrasar
con el congreso: “la constitución sirve para todo”. Tenía razón Monagas, la
constitución sirve para todo, o para nada.
Un primer mandatario de nuestra historia, cuyo nombre se me escapa, juró su
cargo diciendo “juro sobre esta moribunda constitución”. Por cierto se estaba
refiriendo a la que probablemente fue nuestra mejor constitución, y la que más
vigencia y respeto tuvo, producto de la voluntad política y el acuerdo -entre otros-
de los dos grandes padres de nuestra democracia: Rómulo Betancourt y Rafael
Caldera, éste último involucrado de manera particular en su redacción. Cuando
alguien jura una constitución calificándola de “moribunda”, reconoce abiertamente
que no la va a cumplir, es como jurar en falso, con los dedos cruzados, es jugar al
vivo, al yo me las sé todas más una, que es lo que ciertamente ha hecho de
nosotros una pobre patria rica.
Una constitución está vigente cuando no se usa aviesa, astuta y oportunistamente
para obstruirla porque se tiene el poder de la fuerza. La constitución no es fuerza,
sino razón y está vigente cuando actuamos en concordancia con su espíritu. Cuál
es el espíritu del referéndum revocatorio que ella contempla: ayudar al ciudadano
a cambiar de gobierno cuando una amplia mayoría, más amplia que la que lo llevó
al poder no lo quiere. Pues bien: el 80% de la población no lo quiere.
Cuando una sociedad democrática tiene dudas sobre su destino, solo tiene un
camino: consultar a los signatarios del pacto político que la sustenta, es decir, al
pueblo, como establece la constitución y las leyes. Bloquear el voto que la
constitución garantiza a los ciudadanos, por tener la certeza de que ellos son
adversos, es la peor de las violaciones que se le pueden hacer no solo a una
constitución, sino a la dignidad cívica y a todo lo razonable y justo.
Desde este punto, considero que en Venezuela no solo se irrespeta la Carta
Magna, sino todas y cada una de las leyes que existen actualmente en la
Republica, siendo estas menoscabadas no solo por quienes ejercen el Poder
Público Nacional, sino también, y muy lastimosamente, por la gran mayoría de los
ciudadanos.