Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Como siempre para resolver estos interrogantes es menester acudir a la biblia, para
determinar que nos dice la palabra de Dios Todopoderoso al respecto.
haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y
la voluntad de Jehová será en su mano prosperada. 11 Verá el fruto de la aflicción
de su alma, y quedará satisfecho; por su conocimiento justificará mi siervo justo a
muchos, y llevará las iniquidades de ellos. 12 Por tanto, yo le daré parte con los
grandes, y con los fuertes repartirá despojos; por cuanto derramó su vida hasta la
muerte, y fue contado con los pecadores, habiendo él llevado el pecado de muchos,
y orado por los transgresores.
2
1.9 Lucas 5:24 Reina-Valera 1960
24 Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para
perdonar pecados (dijo al paralítico): A ti te digo: Levántate, toma tu lecho, y vete a
tu casa.
5 De cierto se oye que hay entre vosotros fornicación, y tal fornicación cual ni aun
se nombra entre los gentiles; tanto que alguno tiene la mujer de su padre. 2 Y
vosotros estáis envanecidos. ¿No debierais más bien haberos lamentado, para que
fuese quitado de en medio de vosotros el que cometió tal acción? 3 Ciertamente yo,
como ausente en cuerpo, pero presente en espíritu, ya como presente he juzgado
al que tal cosa ha hecho. 4 En el nombre de nuestro Señor Jesucristo, reunidos
vosotros y mi espíritu, con el poder de nuestro Señor Jesucristo, 5 el tal sea
entregado a Satanás para destrucción de la carne, a fin de que el espíritu sea salvo
en el día del Señor Jesús. 6 No es buena vuestra jactancia. ¿No sabéis que un poco
de levadura leuda toda la masa? 7 Limpiaos, pues, de la vieja levadura, para que
seáis nueva masa, sin levadura como sois; porque nuestra pascua, que es Cristo,
ya fue sacrificada por nosotros. 8 Así que celebremos la fiesta, no con la vieja
levadura, ni con la levadura de malicia y de maldad, sino con panes sin levadura, de
sinceridad y de verdad. 9 Os he escrito por carta, que no os juntéis con los
fornicarios; 10 no absolutamente con los fornicarios de este mundo, o con los avaros,
o con los ladrones, o con los idólatras; pues en tal caso os sería necesario salir del
mundo. 11 Más bien os escribí que no os juntéis con ninguno que, llamándose
hermano, fuere fornicario, o avaro, o idólatra, o maldiciente, o borracho, o ladrón;
con el tal ni aun comáis. 12 Porque ¿qué razón tendría yo para juzgar a los que están
fuera? ¿No juzgáis vosotros a los que están dentro? 13 Porque a los que están fuera,
Dios juzgará. Quitad, pues, a ese perverso de entre vosotros.
Sobre el particular vale la pena recabar que las normas rituales que tenían como
propósito la prefiguración del sacrificio del Salvador no están vigentes, puesto que
nuestro Salvador ya se sacrificó por nosotros y una de las consecuencias de ello es
que hizo cesar el sacrificio y las ofrendas como lo profetizo Daniel (9:26-27). Lo que
tiene sentido pues todos los sacrificios para expiación de pecados carecían de
sentido en la medida que nuestro Señor Jesucristo ya había sacrificado su vida por
todos los pecadores otorgando la salvación por gracia a todos los que en Él creyeran
y lo aceptaran como tal, como ÉL HIJO DEL DIOS VIVIENTE.
En cuanto a las normas penales o aquellas que imponían castigos por violación de
preceptos morales sucede lo propio, pues nuestro Salvador, al ser sacrificado y
recibir la pena capital por todos los pecados y faltas cometidas por la
humanidad siendo inocente pagó todas las penas o castigos a que sus
correspondientes responsables eran acreedores y como fue asesinado
asumiendo la pena capital su sacrificio, tanto por lo precioso de su divina e inocente
vida como por la trascendencia de la gravedad de la pena impuesta, subsume todas
las penas de menor envergadura a que pudiera ser acreedor alguna persona.
Dicho de otra manera, nuestro salvador cumplió por nosotros todas las penas que
imponía la ley penal como violación de los preceptos morales que la LEY DE DIOS
existieren, liberándonos de las mismas por sustracción de materia, quedando todos
estos preceptos rituales y penales clavados en la cruz, gracias al infinito amor del
Padre y del Hijo para con la humanidad. (Colosenses 2:14).
En cuanto a la LEY MORAL, sucede todo lo contrario puesto que esta refleja el
CARÁCTER SANTÍSIMO DE DIOS y nuestro Padre Creador no cambia es el mismo
siempre, en el no hay cambio (Santiago 1:17, Hebreos 13:8).
4
En otras palabras, lo que para nuestro Padre Eterno y su amado Hijo
Jesucristo es bueno, siempre así lo será e ídem con aquello que consideran
malo.
Esta es la ley a la que alude nuestro Señor Jesucristo cuando indica que no
vino abrogar la ley ni los profetas sino a cumplir reseñando para mayor
claridad de todos que primero pasan el cielo y la tierra antes de que una jota
o una tilde le la ley pasara. (Mateo 5:17-19).
La salvación es una dadiva (un regalo) inmerecido que nuestro Salvador otorga a
toda la humanidad que crea que JESUCRISTO ES EL HIJO DE DIOS SANTÍSIMO,
QUE SE SACRIFICÓ POR NOSOTROS, GRACIAS A LO CUAL TENEMOS
ACCESO A LA MISERICORDIA DE DIOS Y POR ENDE LA VIDA ETERNA.
Ahora bien, para que el regalo opere, se debe aceptar, de manera que solo
quien genuinamente acepte a nuestro Señor Jesucristo acepta LA
SALVACIÓN.
Ahora bien, alguien podría pensar, que si los pecados fueron limpiados en la cruz,
podría seguir pecando y no debería tener consecuencias. Nada mas alejado de la
realidad, pues la fe verdadera se acredita con obediencia por amor, pues como
sabemos la fe sin obras, está muerta. (Santiago 2:14-17)
Sobre este particular vale la pena precisar que las obras sin fe, tampoco son nada,
pues no hay ninguna obra (sin fe) que pueda darle merito alguno a un ser humano
5
para ser salvo. La únicas obras que importan son aquellas que se hacen por
amor a nuestro señor Jesucristo y nuestro Padre Eterno.
Al respecto es pertinente precisar que la Ley de Dios, va mucho mas allá del mundo
material, pues no basta con no hacer o hacer “materialmente hablando” aquello que
la ley prohíbe hacer o requiere que hagamos en una determinada circunstancia,
puesto que basta con desear hacer, o no hacer aquello que se nos pide o requiere
no hagamos o hagamos en contravía de la LEY DE DIOS para que se halle pecado
en nuestro corazón. (Mateo 5:28)
Esta circunstancia pone de relieve lo difícil (por no decir casi que imposible) que es
para una humanidad caída en desgracia, la salvación por si sola, evidenciándose
que solo por la gracia del amor de nuestro señor Jesucristo y nuestro Padre Eterno
somos salvos.
En resumen somos salvos por la fe y no por las obras de la ley, esta ultima si bien
esta vigente lo es en su componente moral, que es un reflejo del carácter mismo del
Dios Eterno, siendo relevantes las obras de la fe y de contera irrelevantes la obras
sin fe, conllevando a su vez que la observancia de la ley de Dios nos lleve a
bendición y su inobservancia a la maldición, motivo por el cual se torna de inusitada
importancia horrar la ley moral de DIOS SANTÍSIMO, por amor a Él y su Amado
Hijo Jesucristo.
Por otra parte, no aparece un solo versículo en biblia que autorice alguien sea
humano o una institución para cambiar la Santa Ley del Dios Eterno,
posibilidad que se antoja de una terrible soberbia que no sería propia de un
verdadero hijo de Dios que temeroso de ofender al Creador y este plegado a cumplir
su voluntad, no a transgredirla.