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CapiTULO XII CESURA Y DECISION I. CESURA DEL JUICIO No es nueva la cuestién del juicio penal bifasico, propia de la sica divisién que necesariamente debe operarse en el jurado anglo- sajén, en el que los jueces legos y accidentales se pronuncian acerca de la culpabilidad del imputado y posteriormente el juez profesional resuelve acerca del encuadre legal y la pena a aplicar. Es asf que en el proceso penal inglés existen dos momentos claramente diferenciado la declaracién de culpabilidad (conviction) y la fase de la sentencia (sentence). Precisamente en el Reino Unido, una ley de 1973 facultaba a los tribunales a aplazar el pronunciamiento de la sentencia por un Unico perfodo de seis meses -con consentimiento del reo-, a fin de que se tome en cuenta a partir del momento en que se ha declarado la cul- pabilidad la conducta del imputado, si ha reparado el dafio o cualquier otra circunstancia que resulte relevante para resolver la cuesti6n san- demas ni Generalmente al jurado se le mantienen ocultos los antece- ie el acusado a fin de que no influyan sobre su decision por aque- le que el reo puede haber cometido otros delitos, pero no aquel rel cual s j _ . a. — se le juzga, aun cuando participen de la misma entidad 0 ‘aleza, los in Soe Su origen, el instituto bajo estudio fue teceptado por to reformad Procesales del continente europeo, producto del ale Ormados ~ que dio origen a los modelos mixtos 0 inquisitivos re- tonale le Simismo, el Décimo Congreso de la Association Interna “oe Droit Pénal, celebrado en Roma en 1968, puso la cuestion or ent de los especialistas del mundo entero al pronunciarse : Cfensa CESURA Y DECISION 181 ial sobre la personalidad del autor del hecho punible dio emP ico SOC (Maier 1984). - Lasarte (1997) sen | mejor defensa, una cao nia proces: J, en cual ala entre las ventajas de la cesura que permite mejor individualizacién de la pena y una ma- - econo! into a que si no se arriba al interlocutorio de culpabi idad se evitara la produccién de la prueba de la segunda a. Destaca como dificultades del procedimiento la dilatacién del debate, que S& afectarfa el principio de concentracion de los actos, que estd latente la posibilidad de que se intenten introducir -en la etapa de Ja pena- circunstancias que hagan a la culpabilidad; si las dos partes del juicio no son inmediatas se corre el riesgo de perder nitidez sobre las impresiones recibidas durante la primera etapa, siendo que las cir- cunstancias del hecho son tan significativas para la imposicién de la pena como las personale Finalmente, sefiala la dificultad en cuanto al momento para recurrir. Al referirse a las ventaj ‘as del instituto bajo andlisis, Julio Maier (1984), pionero en traer la cuestién a.nuestro pais (como tantas otras). destaca una problematica que nos parece de suma importancia, cuan- do sefiala que “tanto para el imputado como para el defensor se pre- sentan casos claros en que la exposicion de fundamentos que atentian la pena perjudica la discusi6n de la misma imputaci6n sobre el hecho, limitando asi las posibilidades defensivas 0, mejor dicho, de una de- fensa eficaz en todo sentido. En general, si se discute el hecho o la patticipacién, la posicién pierde en credibilidad si, al mismo tiempo. se hacen valer argumentos relativos a la atenuacién de la pena_y_se Cer en cireunstancias relativas a ello y medios de prueba tendien- Saaian one . Y agrega: “..Muchas veces se callan motivos que ae a i echo y que, de alguna manera, surtirian efectos benefi- y hasta la : medicién de la pena, como el amor. la caridad, la piedad : eee para aspirar a tener Exito al negar la ipa dl citcuty eka al tribunal ningun indicio que. incluso, puede cerrar Tal The nligue Ta imputacion 5 lana en a = es facilmente verificable en I pric foe eee egar la ae a observa a menudo que la detensa. SU ! Oda su argur Hacion del hecho o la intervencién de su asistido CHES “ontesta ig ee ion a resistir esos extremos y, a veces, Ml siquicra iblieg isca ee sobre agravantes formulada por el Ministerio Se reeepte g al, ni efecttia planteos subsidi . para el caso de que no Mcién, ae Postura absolutoria, por temor a que se debilite dicha po- Wdicando ~de alguna manera— la calidad de su tarea. En cam- ja practica judicial coti- n Ne 182 EL JUICIO CORRECCIONAL. bio, la divisién del debate en dos fases permitiré al defensor mayor soltura y precisién, apuntando todos los cafiones a tar el embate acusatorio acerca de la culpabilidad del imputado, jando para la segunda etapa —si frac su primera estrategia_ eee prueba y argumentaci6n tendiente a morigerar la reaccién Penal a Estado. La cesura ha sido universalmente receptada en el derecho penal de menores; incluso en nuestro pais, la ley 22.278 establece que al menor punible se le puede imponer una pena e declara su Tespon- sabilidad penal, cumplié los 18 afios y ha sido sometido a un trata. miento tutelar no inferior a un afio. El juez de menores deberd enton- ces considerar la modalidad del hecho, los antecedentes del menor, e| resultado del tratamiento y su impresi6n directa y establecerd la san- cién que se puede disminuir como para la tentativa, 0 puede absolver- lo, si considera innecesario aplicarle una sancién. Queda claro, enton- ces, que en el régimen penal para la minoridad se disefié un mecanismo de cesura, con un prolongado perfodo de observacién y estudio, pro- pio de las peculiaridades de la materia y aplicable en todos los casos en que se arribe a una decisién de culpabilidad, debiéndose recordar que resulta primordial atender al interés superior del nifio y establecer leyes, procedimientos, autoridades e instituciones especificos (arts. 3.1 y 40.3 de la Convencién sobre los Derechos del Nifio; 75, inc. 22, CN). Precisamente, los exponentes de la nueva defensa social consideraban que muchos de los postulados del procedimiento juvenil debian tras” ladarse al proceso de adultos. En su proyecto de Cédigo Procesal Penal de la Nacién (1986). Maier contemplaba la cesura en el extenso art. 287 bajo el titulo ape vision del debate tinico”, en cuya regulacién se prevefa, ademas, Oe el tribunal pudiera organizar la audiencia conforme a las reglas de !# cesura, de manera informal, sin necesidad de dictar el interlocutor"? sobre la culpabilidad. aA Con Posterioridad, en el Congreso Internacional de Oralidad e Materia Penal (La Plata, 1995) se recomend6 “que se establezca la i oe del debate a fin de posibilitar la cabal discusién acerca de !a te vidualizacién de la pena, existiendo por ende dos etapas: ‘una para a la Sree de la culpabilidad)y ‘otra referente a la graduacion Como antecedente provincial se puede mencionar el Hamad ae 22 a Rosh (198 ue previa ae ace aes Preliminares, la defensa podfa solicitar la division del deb# Actuar co, Contrarres. e. le aa CESURA Y DECISION 183 ambien podria decidir el tribunal de oficio, cuando estime que ell que o decuad© y posibilite un veredicto mas justo. : cea mas mos al andlisis de la normativa vigente. El art. 372, CPP, In ley 12.059 dispone: “Cesura del juicio. El Tribunal pero vayal rodificado POF ae ry ue diferit el pronunciamiento respecto ala sancion imponible, por «an fundada y de acuerdo a las circunstancias del caso, lo cual tard en debate ulterior independiente sobre la pena o la medida de seguridad aplicable, la restituci6n, reparacién o indemnizacién deman- dadas y la imposicion total de las costas, pudiéndolo postergar hasta porel término de un (1) mes desde la fecha de notificacién de la reso- Jucién. AS mismo, durante ese lapso resolverd respecto de las medi- das y observaciones que propongan las partes”. La escueta redaccién de la norma, para un mecanismo novedoso en la provincia, genera di- versos interrogantes respecto del alcance del instituto en su aplicacién practica. En primer lugar, biffsico aparece regu de oficio por el 6rgano jurisdicci criticas. Asi, en el XI Encuentro queda claro que el mecanismo del juicio penal lado como una medida excepcional y dispuesta onal, lo que ha motivado no pocas de Magistrados y Funcionarios de las Defensorfas Oficiales de la Provincia de Buenos Aires (celebrado en noviembre de 2000 en Bahia Blanca) se planted la carencia de operatividad real del instituto por entender que se afectaba el proceso de partes, quedando el tribunal facultado para denegar la solicitud de cesura, aunque existiera acuerdo de partes al respecto. Por ello, se propuso modificar la norma en estudio en el sentido de facultar al tri- wala dividir el debate, mediando pedido fundado de parte, cuando tha = conveniente para resolver adecuadamente sobre la pena y para "jor defensa del acu tion ne de que la decisién oficiosa y facultativa de ee alas cin sg ser adoptada mediante resolucion tundee ee lador de ean del caso darfa cuenta de la volunta die tllo no e — el carfcter excepcional de la medida; sin er ae D.52 mpece a que las partes soliciten la cesura (ctT. Bertolino, 2005, Aunque si nos atuvigramos al sentido literal de la Saas Uibunal nal i 1 ' Podria decidir hacer lugar 0 no a lo pedido. creemos que ¢ i ordialmente acusato- ultativa del 6rgano ju- me Ig id Orientacié | “ a macién del si dl | disefio prim Y de partes sistema y © eno fF : ae , rele Patles, no cabe sino concluir fimitando I facultad del juez en en especial de la defen- lacign Sa, » Pues, PUES es al j Matotig «tt imputado a qui s le intere it aDarezen ; quien mas Zca jerarquizada con un mayor al pedj, Pedido en tal sentido de las partes: sa que I y mas pro ja cuestion sancio- fundo debate a ey 184 EL JUICIO CORRECCIONAL, fin de obtener una mis justaindividualizacién de la pena, sin per, cio de que ello también deba ser una constante preocupacién det Mi. nisterio Paiblico Fiscal que debe velar Por la correcta actuacign de la administraci6n de justicia y la justa aplicacién de la ley al caso con. creto, actuando con criterio objetivo. En tal sentido, sefiala Dominguey (1997, p. 313) que se trata de una potestad del tribunal que para ser ejercida deberd ser fundada y contar con el acuerdo 0 Peticion de las partes. Por eso, creemos que Ileva razén Cortézar (2002) cuando Sostie- ne que en el marco del sistema que nos rige “si la peticién ha sido formulada en tiempo y no es respondida con una oposicién fundada de la contraparte, el tribunal no posee potestad sustentada en ley para oponerse a la realizacién de un debate sobre la pena, pudiendo vulne- rarse en tal caso los derechos de las partes e introducir una direccién of i del proceso...”. Agrega esta autora que una denegatoria sin oposici6n resultarfa arbitraria y violatoria del debido proceso. Lasarte (1997), por su lado, propone una modificaciGn legislati- va tendiente a que la cesura sea obligatoria para aquellos casos en que la pena que resulte posible aplicar sea particularmente grave (ejempli- fica con sanciones privativas de libertad no inferiores a diez aiios). En cuanto a la oportunidad procesal para solicitar y decidir la realizacién del debate ulterior e independiente, lo que no es resuelto Por la norma, creemos que se extiende a través de diversos momen- {0s que se inician con el ofrecimiento de prueba y con la audiencia pre- liminar, continta con las lineas de acusacién y defensa al inicio del lebate y culmina en la discusién final (cfme. Bertolino, 2005. p. 528)- Desde luego que la investigacién sobre los elementos que servirdn de © a la individualizacion de la pena se inicia ya en la etapa prepa j 1a, pues entre las finalidades de ta misma se encuentra “verificat lad, educacién, costumbres, Condiciones de vida, medios de subsis- a ¥ antecedentes del imputado, el estado y desarrollo de sus ie in eS mentales, las condiciones en que actud, los motivos que he su clerminarlo a delinquir y las demas circunstancias que a ohana Meno Peligrosidad” (a, 266, inc, 4, CPP). Elo ‘ con las pautas Previstas por los arts, 40, 41 yss. del C ) Penal. Ei ’ ia. di +e ; al eae diversa informacién podrd ingresar al debate oral ites ne “egun solicitud de las partes ( v.gr. informes de ae ae s Socioambientales, de concepto, psicolégicos) Y 4 Tecida ; ; re A incluso luego de la Oportunidad prevista po CESURA Y DECISION 185 nensamos que atento que la ley prevé que r lugar hasta un mes después de la dispone, debiendo el juzgador re- “las medidas y observaciones que los sujetos procesales podrdn so- maciones acerca de la personalidad del procesa- py i u conducta, en especial cuando se encuentra de su libertad y en caso de adicciones 0 patologfas psiquica: que sirvan al objeto del debate sobre la pena o medida de seguridad ap “Cabe destacar que el tope temporal fijado en la redacci6n - varia de la norma era de seis meses, acercandose a los preceden- i unque estimamos acertada la reducci6n en atencién aque una duraci6n excesiva de este interregno afecta la necesaria continuidad y celeridad del juicio, perjudicando al imputado que pro- longa la indefinici6n acerca de la resolucion de su caso. En cuanto al contenido de ambas fases, Si bien el Codigo slo indica que el debate ulterior versara sobre la pena 0 medida de segu- ridad, la restituciOn, reparacién © indemnizacion demandadas y la im- posicién de costas (y agregamos nosotros: decomisos Y honorarios profesionales), creemos que el encuadre juridico de los hechos debe formar parte del Iamado interlocutorio de culpabilidad, por cuanto el segundo debate deberfa iniciarse con el acabado conocimiento de la calificaci6n legal otorgada por el juzgador y, en consecuencia, de la es- cala de pena aplicable (cfr. Dominguez, 1997. p- 314; Falcone, 2000. eee si ite, 1997). Lo expuesto implica en cierto modo alterar S ae ae establecidos para el veredicto y la sentencia en el juice ae correccional, en el sentido de que la existencla del hecho. 4 - setaee del procesado y las eximentes, atenuantes Y agravanies cedente ae a tratar en el veredicto, mientras que la sentencia Pr CaS Cuestion 7 caso de veredicto condenatorio— contiene Soe Ciamiento es oe la calificaciOn legal del delito a Prnbio. adage te comresponda dictar Oe 371 y 375. CPP) Feta alo a Z cesura del juicio deberd resolverse enla Cee a Penalmente Tiente al hecho en su exteriorizacion y la inter ae { suceso, Tesponsable del imputado, asi como el encuadre ne i denuantes’ Mientras que en la segunda fase se resolver lo ig ja : oe Dlicar, gy y agravantes genéricos y el hecho, ¥ e eee > Tia de den, modalidad de cumplimiento , si fue mate 2? debate~ fa uni cump imiento, {Jo resuelve la unificacién de pena qu 5 10 de Cédigo Procesal Penal cPP. En efecto. I 33 la pena puede tene! sol ae “an de la resoluci6n que lo te ese lal peciticos di reinciden ie correspon’ rovincl aMtepro, tes | para la p! 186 EL JUICIO CORRECCIONAL (versi6n preliminar publicada en 1999) que dispone la parte se tratard lo relativo a la existencia eel hecho, su Calificacign la responsabilidad penal del acusado y en la Segunda, lo relativg ala individualizacién de la pena y a las consecuencias civiles. Seguin informa Maier (1984), hay quienes han puesto en entredj. cho la vigencia de los principios y las garantias procesales que rigen en el juicio sobre la pena, Ilegandose al extremo de negar dichas ga- rantias porque ya se tratarfa de un culpable condenado y de un juicio técnico sobre la pena. Creemos que esta postura resulta absurda e in- sostenible por varias razones, una de las cuales expondremos a conti- nuaci6n respecto de las impugnaciones, pues se mantiene incdlume el estado de inocencia. Es evidente que si la segunda fase es un verdade- ro debate. rigen todas las reglas y garantias consagradas para el juicio oral, debiéndose recordar que precisamente de lo que se trata es de je- rarquizar la cuestién Sancionatoria, permitiendo una mas amplia dis- cusi6n sobre el tema y que, como sefiala Binder (1999, Pp. 259), la apli- cacién de una pena es la consecue: ncia mas concreta de la decisién Judicial penal, siendo un asunto de suma importancia; desde el angulo de quien debe sufrir el tiempo de encierro, quiza el mas importante. Finalmente, en lo que respecta a la procedencia de las impugna- ciones mas alld del silencio legal, creemos que no deberfa plantearse discusi6n alguna, debiendo comenzar a Correr el plazo para anunciar y deducir recurso de casaci6n a partir del resolutorio que emerge de la segunda fase (cfme, Bertoli no, 2005, p. 529; Lasarte, 1997). Al res- pewo Sehiala Maier (1984) que desdoblar los recur complicarfa el Sistema, lo tornaria lento en extremo al poder recurrirse también Pos: teriormente el fallo sobre la pena y, en general, ocasionarfa un desgaste Jurisdiccional peor al que se quiere evitar. Por ello, este au- tor concluye que los SOs contra la sente: 2 ‘lo después de la dec Pugnacién Separada para Con que expresamente ad al disponer que el plazo de [a fesolucién sobre la Se d que procede e| recurso, j au enatorio y &s a partir de es ee r : > Interpretacion que aparece reforzada al habe! que en la Primera Ncia tengan sus efectos sion sobre la pena, impidiendo la im- n. Por lo demas, esta es la solt Opta el proyecto de cédigo nacional de 1986. Para recurrir la senten comenzara a partit Pena, > CESURA Y DECISION 187 igs, Al respecto, Chiara Diaz (1998, p. 64) propugna que el pla- dinar nd atin mas, a diez dias, que es el referido a la preservacién e continuidad; término éste con el que concuerda Lasarte 1997) salvo para casos excepcionales que Justificaran uno mayor. Por ; stra parte, pensamos que un mes como maximo es un tiempo pru- facil y adecuado, atento que —como ya apuntdramos— en ese lapso fas partes podran solicitar informes para completar el material necesa- rio para resolver la cuestin y, en este sentido, un tope menor podria 0. De todos modos, no existe ningtin obstdculo para que resultar exigu : el segundo debate tenga lugar en un tiempo mas breve. II. VEREDICTO 1. Como vimos, con la discusién final y la ultima palabra del imputado, el juez declarara cerrado el debate y sefialard el dia y la ho- raen que tendra lugar la audiencia en que se dara lectura al fallo. En consecuencia, el magistrado, fuera de la presencia de las partes y del piblico, pa: a deliberar en sesion secreta, a la que —bajo san- cidn de nulidad— sdlo podran asistir el secretario 0 auxiliar letrado (co- minmente Ilamado prosecretario) —arts 371. primer parrafo. y 380. CPP-. Luego nos ocuparemos de la d sposicién —especifica para el juicio correccional— que contempla la po: ibilidad de que el juez dicte sentencia inmediatamente después de cerrar el debate. La deliberacion, aunque la ley no lo establezca en forma expresa, deberd producirse inmediatamente después de terminado el debate; no forma parte de éste —aunque se encuentre estrechamente vinculado— Sino del fallo y desde luego del juicio; se trata de preservar los princi- ve continuidad e identidad fis a del juzgador, que fueran prof . eae en este trabajo. El ritual se propone que la ee en la oo mas posible al debate, © ando cualquier Teor ast os y en el anilisis y yvaloracién del mater 2 pro f : en la construccién juridica del caso con la subsunci6n de los echos a 1, las in de los 0s a la norma, previa interpretaci6n de esta ultima. En tal senti nes externas y de que de do, el ae oe Protege a los jueces de presio} nt YO a ied que exp "o se los intente influenciar con argumentaciones, ae e a mas fs usieron las partes en el debate. Por ello no pueden participa Stede la mos de la opinién que no se trans- Petso i aa la sala en que se delibera. . en cumplimiento de sus fun- a Secretarios, aunque So! syaecion de sigilo si ing! Administrativo o de maestranza, ee oo” 188 EL JUICIO CORRECCIONAL ciones especificas, ya que como empleados Hadicintes tienen obliga. cién de reserva (Clarid Olmedo, t. VI, 1967, p. Bas Ye 7 En una primera aproximacién Pareciera que la deliberacién €S pro. pia sdlo de los cuerpos colegiados y ajena re ea tO a los Stgano, unipersonales. Ello no es asi, aunque natura mente €' sentido y alcance serd distinto en uno u otro caso. En los Organos: Jurisdiccionales Colegia. dos, como el tribunal en lo Criminal, sera aplicable la ACepcion relatj. va a considerar la raz6n o sinrazén de los voto: antes de emitirlos, Se referird a la profunda discusién y andlisis de todos los extremos necesa. rios para resolver el caso, a tratar y reflexionar sobre UN asunto entre varios (Bertolino, 2005, p. 526). El tribunal colegiado debera plantear las cuestiones esenciales Para la resolucién del caso y previa discu- sidn oral, votarlas en forma individual, por exigencia constitucional, En cambio, la deliberacién del juez correccional tendrd relacién con la acepcién de considerar atenta y detenidamente el Pro y el con- tra de los motivos de una deci i6n. Sefialaba Claria Olmedo (1967, 0 también delibera al estudiar los au- Es que deberd valorar la prueba y ana- ‘a aplicable; obviamente no discutira ni otros colegas sino que evaluard mental- mente las posturas de las Partes a la luz del material probatorio vali- damente ingresado al juicio y adoptard, en soledad, una decisién per- Sonal e indelegable, que luego volcar Por escrito. Lo expuesto no significa que no pueda contar en esta tarea con el auxilio de los secre- tarios en la blisqueda de doctrina 0 jurisprudencia, si el caso lo amerita, i ¢ y las partes, como complemento de anota- Clones propias e Impresiones visuales Y auditivas personales 2. Por exigencia constitucional, los tribunales de jus Tesolver todas las Cuestiones que les fueren Sometidas por las partes (art. 168 de fy Consti Ovincia de Buenos Aires). En con- Ta todas las cuestiones que ha- de las argumentaciones y pet de la defensa, También deberdn tratarse las el juez hubiera diferido su abordaj ue in : SU abordaje pars a deliber- Clon y dictado del fallo. Di aos pe var un fine 0 : chos planteos Pueden significar un impedi- any ica avanzar hacia la decision de fondo del asunco (Clarié OF edo, 1998, t. IIT, P. 162: Hortel, 1998, p. 493), georum las partes : oe . Los proyectistas destacan el objetivo de legislar acerca de la fun- damentacion exhaustiva del fallo, que debe contener la expresa valo- racion de los elementos probatorios, en cuanto a su regularidad, credi- bilidad y confrontacién con el resto de elementos en sentido contrario, Enfatizan que “la resolucién debe ser clara, légica y completa en la descripcion de los hechos y circunstancias materia del juicio, de modo que permitan fijar la conducta y participacién incriminada al acusado; siendo en este punto central establecer mediante el principio de deri- vacién suficiente, que dichos extremos se sustentan en la prueba pro- ducida en debate y no en interpretaciones azarosas (simple posibili- dad de las hipétesis condenatorias o labilidad de los indicios utilizados) 0 extensivas (se afirma mas de lo acreditado con la prueba) que los magistrados puedan realizar de los datos objetivos para fundar sus te- sis. El desarrollo de estas pautas representa la condicién basica de tacionalidad del mas importante acto jurisdiccional: la sentencia”. De todos modos, mas alld de lo dispuesto por la nueva norma, cteemos que ello no deberia importar un cambio sustancial ni signifi- Cativo en la redaccién de los fallos, al menos para aquellos magistra- dos que los fundaban correcta y suficientemente antes de la reforma. Fy ate luego, aun sin una disposicién expresa y minuciosa on fc V cons vigente, se debian exponer los hechos en eae c _ Pieba ele se debja explicitar la valoracién de los me fox de a fies a k conclusiones alcanzadas, a sees ta Tas a ae por las cuales no fueran atendibles Z a ane la teamientos oe y, finalmente, se debi respon s ia) ‘is cS a. realizados pet 7 pate las referidas a la “istencig el ‘aioe esenciales que aees orn Een rimié la pa- labry material echo on gph exteriorizacion (la ley 13.2¢ | erin tency a dda Ppartic/pacién de los procesados en 7 a s are tres iltimay mentes, atenuantes y agravante ean 9 - ae ral Tis aaa Se deben plantear cuando hayan sido discutt las ol tris “Uentre pertinentes, en este tillimo caso siempre que fueran eee ME oO” 90 EL JUICIO CORRECCIONAL favor del imputado (att. 371, cuarto parrafo, CPP, se >1 Se resuelve en forma Negativa la primera © segund encia del hecho, Participacién del imputado) o en la refetida a las eximentes, no se tratardn las demis. Es que Tesulta Obvio que ello bastard para artibar a un veredicto absolutorig Yes con, forme a lamas elemental légica qué si/no ke acredit6 la Produccign del hech: HoXorresponde establecer autor guna; que si no tr6 que el Sic Se dems. ‘Ausado hubiera intervenido/no\gabe resolver la tes, agravant S €ximen. si se probé, Por caso, una Causal gravantes y atenuantes, gtin ley 13. 4 Cuestion Xig. . 1S. sentido afirm..: ° que si bien la ya las preguntas que se bunal de mérito, Segtin N tos de la vida que Constit hecho todas las que se va, fisica y resulta ranamente por el tri- ) son los acontecimien- luyen la materia justiciable; son Cuestiones de refieren a la estructuracién subjetiva y objeti- Psiquica de lo sucedido. Sin embargo, por lo general, no Ncillo establecer una ‘ajante entre lo factico y ta: “Son cuestiones de he- 4, todas las que se refieren @ CESURA Y DECISION 191 m arycturac’ iva y objetiva, fisica y psiquica de lo sucedido; | estrul ue [as de derecho son las referidas a la consideracién juridi- en tanto Iechos de la causa, comprendidas en lo que la doctrina de- -coacion, definicion 0 subsuncién legal de los hechos alsa” (sala HII, sent. del 30/1 1/2000, causa 3696, “Alvarez”). Y i bien NO puede hacerse una tajante distincién entre cuestiones ae echo de derecho para sostener que las primeras serian ajenas a stancid de casacion, resulta claro que el poder jurisdiccional que ejerce este Tribunal atahe a la logicidad y razonabilidad de los fallos, ro nunca respecto de los elementos probatorios que los jueces de grado tomaron en cuenta para fundar su conviccién” (sala I, sent. del 4/8/2000, causa 392, “Abrigo y otros”). o Sefiala con toda raz6n Aragoneses rigndose a la fijacién de los hechos: una operaci6n aislada, sino una operacion que se Vv: larmente: pasamos continuamente del hecho al con to. ala norma, de la norma al hecho, y asi una y otra ve: cadena”. La descripci6n del hecho debe ser da, reconstruyendo el suceso en todos sus extremos relevantes. Por eso, como ha sefialado el Tribunal de Casacién Penal, “si en el relato_se repite el vocabulario que es utilizado en la descripcion de la ley, no se deja espacio para que otro intérprete disienta y sostenga que la con- ducta puede enmarcarse en otra norma, por lo que esa reconstruccion deja de ser verificacién de un hecho para transformarse en decision i sobre una norma. Tampoco puede admitirse en su confor- tidumbye far ones alternativas o dubitativas, puesto que toda inet brincipio ee debe ser resuelta mediante fa aplicacion “Moisés") lubio pro reo” (sala I, sent. del 29/3/2001, causa +. en ee importante destacar que las ben haber ae previsiones de los arts. 40, 41 y lfensay age lo. planteadas por el fiscal para pert "a, incurtinig putadas ex officio por el juzgador ee “Tio. En est ws lemasia decisoria, transgrediendo el pri la igencia qe toe la ley 13.260 incorporé en el art. PreVistag yo poet el tratamiento oficioso de alguné de ‘ilo de ae los ines. 3, 4 y 5, si el tribunal las conside! gang Fires si fueran a favor del imputado. En const Sdiccional tiene vedado valorar una circunstancia @ j6n subjet Alonso (1960, p. 792), refi- Se comprende que ésta no es ‘a realizando circu- cepto, del concep- z, se inicia la clara, precisa y circunstancia- . ancias agravantes, del Cédigo Penal, mitir el derecho de de esta mane- ncipio acusa- 371 del ritual las cuestiones ra pertinentes, ecuencia, el gravante 192 EL JUICIO CORRECCIONAL, que no haya sido alegada por la acusacién, mas si puede, en Cambio, considerar una atenuante que hubiera sido soslayada Por la defensa Segtin nuestra concepcién del sistema de enjuiciamiento, la dispos, ci6n resultarfa superflua pero vaya nuestra enhorabuena por su cong gracién atento su significado en el reforzamiento del acusatorio, re. afirmando sus caracteres fundantes. Cuando el veredicto sea absolutorio y el imputado esté detenidg corresponde disponer su excarcelaci6n, al igual que si la pena es de ejecucién condicional o hubiere agotado la sancién impuesta en pri- sién preventiva (art. 169, incs.7 y 8, CPP, segtin ley 12.405). Si se dedujo accién civil puede darse que a pesar de la absolucién en fa pretension penal se condene en relacién a la cuesti6n civil, dado que los principios que sustentan la responsabilidad en una y otra materia son diferentes (arts. 14 y 371, quinto parrafo, segundo apartado, CPP), La ley 13.260 sustituy6 el ultimo parrafo del art. 371, CPP, que segtin la redacci6n que le diera la ley 12.405 dejaba maltrecho y redu- cido a su minima expresi6n el principio general contenido en el art. 144, CPP, segiin el cual el imputado debe permanecer en libertad durante la sustanciaci6n del proceso penal; se disponia que el tribunal debia revocar la excarcelaci6n 0 eximicién de prisién o igualmente disponer la detencién del causante cuando no hubiera sido detenido antes, en los casos en que en el fallo se impusiera una pena Privativa de liber- tad de efectivo cumplimiento, aun cuando el pronunciamiento no se encuentre firme y esa detencién sdlo podfa ser revisada junto con la sentencia. Esa norma, por demas criticable, habia sido cuestionada en su constitucionalidad. El ultimo parrafo del mentado art. 371 —segtin ley 13.260- ahora establece: “Cuando el veredicto fuere co! imposici6n de una pena privativa de la li to, el Tribunal podra disponer una medida de coercién, agravar la apli- cada © aumentar las condiciones a que se encuentre sometida la libertad del imputado, aun cuando el f, wut allo no se hallare fir orcion el eee verificado de peligro cierto de frustragién det eroeesO” a oe ee ee wg ordena al magistrado la detencién sino © aumentar las conde: am maecida de Coercion, agravar la aplic ello en proporeién 1 es a que se sometiera la libertad provisort cién dé los fines del ene verificado de peligro cierto de frustt ultimo parrafo del an ie Esta norma se vincula con el inc. 5 7 el ta remision al art. 371 come mae ley 13.260, en la que se elec: a de las causales de revocacién de lt ndenatorio y correspondiere la bertad de efectivo cumplimien- CESURA Y DECISION 193 se alude a las consideraciones vertidas en los incs, 1 excal smo, que nada tienen que ver con la peligrosidad procesal. 2 As que el peligro cierto de frustracion de los fines del proceso 1 verificarse @ través de la conducta desplegada por el imputado dete te el] juicio u otras circunstancias de las cuales pueda inferirse srndadament que en caso de quedar firme el fallo condenatorio no se someterd la aplicaci6n del derecho sustancial y que ello no deberfa volegirse tinicamente del monto de la pena individualizada en el fallo firme. a a ley adjetiva no establece los recaudos formales que debe con- tener el veredicto, aparte de las cuestiones consideradas esenciales. En consecuencia, rigen las normas generales respecto de las resoluciones judiciales (arts. 103 a 112, CPP), recordando que el veredicto consti- tuye una excepcién al principio de oralidad, ya que se trata de un ins- tramento escrito, por la necesidad de lograr una mayor certeza y segu- ridad en la solucién del caso y posibilitar el contralor de las partes y laeventual revision de la alzada. Asi, deberé contener una completa individualizacion del imputado, el lugar y la fecha en que se pronun- cia, el nombre del agente fiscal, del defensor, del particular damnifi- cado, de las partes civiles, de los mandatarios; en forma sumaria, cud- les fueron las posturas y peticiones de los contendientes, pues ello apareceré mas desarrollado en el acta, y la firma del juez, refrendada por la del secretario. Creemos que la carencia de esta ultima no pro- duce la nulidad del instrumento; sf en cambio si la que faltase fuera la del juez, aunque en realidad se trataria en este tiltimo caso de un su- Puesto de inexistencia juridica (art. 107, CPP; Bertolino, 2005, p. 170). Pa iéramos, el veredicto debera ser motivado. uae una aes contenida en el art. 71 de la Constitucion Provincial, ae Dreso de ie las sentencias judiciales seran fundadas en a fae acion yj = ley; ya falta de éste, en los principios juridiros ee Drncipiog ne a la materia respectiva, y en defecto 08 one lanciag te del derecho, teniendo en considerack hao Se 0 juridico so. Esta disposicion alude, en Caer Te Se a lag “Circe factico del decis io judicial; esto u aS Re eee del caso”. a cia penal deberd > 200 EL JUICIO CORRECCIONAL permite que la redaccién de los fundamentos se efectie con mayor comodidad y prolijidad, por lo que se ganara en eficiencia en lo que respecta a la explicacién de las razones que motivan el decisorio. De todo lo expuesto puede colegirse, en relaci6n a este punto, que al juez en lo Correccional se le abre un abanico de pos! bilidades: a) dictar el fallo sin deliberar, inmediatamente después de cerrado e| debate{b) diferir la redaccién del decisorio, procediéndose a su lectu- ra dentro de los tres dfas{c) leer la parte dispositiva del veredicto dentro del plazo de tres dfas y disponer la lectura de los fundamentos en una audiencia posterior, tres dfas después como maximo. Habitualmente se procede segtin la formula sefialada en el pun- to b). Creemos que la modalidad contenida en c) debera utilizarse ex- cepcionalmente, en casos de suma complejidad, e incluso podra deci- dirse al vencer el primer plazo. Es decir que si el tiempo alcanz6 para realizar la tarea se leerd el fallo completo, nocer el dispositivo y se sefialard audiencia para publicit verbalmente. ares del veredicto y la sentencia; el ori- quedara en caso contrario se dard a co- ar los funda- mentos, lo que se comunicara Debera haber dos ejempl ginal se agregara al expediente y la copia, de igual tenor, el protocolo del juzgado. La lectura est a cargo del secretario y “valdra en todos los como notificacién para los que hubieren intervenido en el debate aun- que no se encontraren presentes en tal oportunidad” (art. 374. ultimo parrafo, CPP). Aunque no sea una exigencia legal, creemos que resul- ta conveniente que luego de la lectura se provean copia: simples del fallo a las partes, sin perjuicio de la autenticada que sera necesario en caso de deducirse recurso de casacién. La lectura, entendemos, debe- rd ser completa y no sdlo de la parte dispositiva, sobre todo cuando ‘a ptiblico en la sala que siguié el debate y tiene derecho a cono- io. En caso de que no hubieran com parecido las partes luego de un perfodo de tolerancia, que a nuestro juicio no deberfa extenderse mds alld de los quince minutos, se deberd cumplir con el acto de lectura, labrandose un acta en la que se indique quiénes estan presentes y que sera suscripta sdlo por el juez y el se- cretario; ste acta sera distinta a la que ilustré sobre el debate que de- be ser firmada, ademis, por el fiscal, los defensores y los mandatatio™ Esta notificacién respecto de todos los intervinientes, aun cua do no estén presentes en la lectura constituye sin duda un acierto. ¥ : haberlos notificado verbalmente del dia y la hora en la audienc!? 7 febate, al concluir el mismo, la parte decide libremente si concutt® ° ‘aSOS exi cer la fundamentacién del decis y CESURA Y DECISION 201 e pueda alegar luego desconocimiento de : : lo decidi sin (Ue Fs i6n propende a un n Cidido. Ade. 10.5 disposicion Prop nejor orden y una mayor certidum, iss s los plazos para_los ev. 2 mis que todos los P Para-los-eventuales-recursos comienzay iguiente a la lecturz ina pe. 98 T gneamente,\al dia cre vemes conveniente seftalar que el art. 400, diltimo pa dice que “2 lectura valdra en todo caso como notifeanae det ye hubieran intervenido en el debate”, por lo que la norma eid fe a resulta mas precisa y completa al agregar que la notificatién a aunque el interviniente no se encuentre presente. Respecto de la not nacional se ha resuelto: “...No hay en el actual sistema posibi- lidad razonable de que el acusado no se entere del Pronunciamiento, cea por su presencia personal en la sala de audiencia o por la de su defensor técnico en el momento de la lectura de aquél. En todo caso, nunca podrd achacarse una eventual falta de conocimiento a defectos del acto de comunicaci6n imputables al servicio de justicia, sino de la propia conducta discrecional del imputado y su defensa, quienes pese aestar advertidos de que se leerd el fallo en lugar, dia y hora determi- nados, rehtisan presentarse a la audiencia” (del voto del juez Bisordi enel fallo de la C. Nac. Casacién Penal, sala 1, 7/10/1994, “Abet”, JA del 19/7/1995, p. 41). cpPN vil Ill. VALORACION DE LA PRUEBA |, La actividad probatoria que desarrollan los sujetos intervinien- 'esen el proceso penal tendiente a delinear el acontecimiento histori- coque lo motiva, desde sus particulares perspectivas, y al ingresar va- me informacién, concluye con la valoracion de ex mele or 7 fea ee lugar al fundar sus posicione® ys fo » naa . al brindar la soluci6n del caso med jan le a ae Wal desti ares (1998, p. 43), “la valoracién es a oper on os le prus nada‘a establecer la eficacia conviccional de los Prueba recibidos”, le ae de la historia se dieron distintos ae “mparentados desde los mas irracionales, bairbaros Hidos eee con concepciones mégicas 0 divinas, Miusticig aie racionales que tienden a area ‘ Uechamen wetalmente que estos mecanismos hal Ios ae Telacionados con los diversos SIS © a su vez respondian a las concepclone as de valoraci6n y rudimentarios hasta los mas ce- arbitrariedad y la debido estar es- stemas de enjuiciamien- s politicas vigentes. 202 EL JUICIO CORRECCIONAL Escapa al objeto de esta obra profundizar en los distintos mod ‘ 5 . el por lo que sélo esbozaremos Nociones elementales de ellos, Para d, s, hernos en el vigente en nuestro ordenamiento Procesal y su eg oo regulacién. Pecia| En el método de la prueba tasada, legal o tarifada, también lh mada de certeza legal, es el legislador quien fija reglas juridicas = debe observar el juez, por lo que se ha dicho que se trata de una I6gi, ca oficial y prestada. Es propio de los sistemas inquisitivos y trasunta una profunda desconfianza en los jueces. En él, cada medio Probato- rio tiene un valor determinado asignado previamente por el legislador, que acttia de modo positivo o negativo. Afirmaba Floridn (1976, t. I, p. 361) que el método de certeza legal, resténdole poder al Juez, obstaculizaba el proceso inquisitorio en el cual habia nacido, por lo que éste Ilevaba en sf mismo un ger- men, un factor inexorable de destruccién y de decadencia. Vélez Ma- riconde (1956, p. 296) sostenia que se trataba de una obra artificial del proceso inquisitivo, ideada para proteger de manera tardfa al imputa- do; una especie de arrepentimiento del legislador. Por su parte, Fra- marino (1997, t. I, p. 50) conclufa que la certeza legal es un error légi- co que termina en un error juridico, por cuanto obliga a infligirle condena a quien creemos inocente y a dispensarle impunidad a quien es tenido como culpable, y sefiala que ese error juridico se convierte a su vez en error politico, por la perturbacién que engendra en la con- ciencia social, que se ve obligada a presenciar la fatal condena del inocente y la fatal absolucién del culpable. No obstante lo expuesto, cabe advertir que las reglas fijadas por el legislador, aunque en algtin caso alambicadas, no eran caprichosas 0 arbitrarias sino que —como se encargaron de sefialar, entre otros. Leone y Alcalé Zamora~ eran producto de la experiencia y de la pru- dencia. Este era el método consagrado por el Cédigo Jofré para el pro- ceso escriturario. En este sistema era comtin que los jueces dejaran asentado, en algunos de sus fallos absolutorios, que ello obedecia ala rigidez del método de prueba tasada y que otra era su conviccion.- . La valuacién de la prueba conforme a la intima conviccién relie- re al intimo parecer del juzgador, a su leal saber y entender, y eS pre pio del jurado clasico o anglosajén, compuesto integramente por ea dadanos sin formacién juridica que men accidentalmente ees decisor pronuncidndose por la culpabilidad o no culpabilidad del ve putado, sin explicitar las razones por las que se llega a la deciste i Como no existe regla alguna ni obligacién de fundar el fallo y lad

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