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COORDINACIÓN MAYO

MES DE NOVIEMBRE.
CICLO: EXPECTATIONS.

SEMANA 1
SIN MEDIDAS.
INTRODUCCIÓN

Ver nuestros proyectos cumplidos involucra un proceso que requiere de


paciencia, persistencia y un esfuerzo inmenso, todos queremos dar lo mejor de
nosotros, todos soñamos con poder cumplir con las expectativas que tenemos y
los planes que nos proponemos a corto, mediano o largo plazo. Nunca está mal
un día donde trabajemos de más, donde decidamos que lo mejor es adelantar
aquello en lo que necesitamos sacar adelante, pero ¿Hasta qué punto estamos
llegando para cumplir con estas expectativas?. La presión excesiva y la
sobercarga a lo único que nos va a llevar es experimentar un constante
cansancio y frustración, porque cuando cruzamos la línea de dejar de darnos
tiempos para descansar durante la semana, vamos a perder el propósito inicial
por el que iniciamos el proyecto; se va a convertir en un alimento para el ego
más

1. El metro.
2 Timoteo 2:3-8.

Los metros son instrumentos de medición que se estiran hasta cierta longitud.
Generalmente, nosotros tomamos este para ponernos las medidas que tenemos
que alcanzar en muchos aspectos. No nos quedamos solamente en el cumplir
las metas, sino que empezamos a destruirnos cuando no podemos hacer las
cosas a tiempo, cuando circustancias externas impiden que avancemos de la
misma manera de acuerdo a nuestro cronograma. Nos convertimos en nuestros
propios jueces, decidimos que estas metas son los que definen nuestro éxito
como estudiantes o profesionales. El metro sigue estirándose, a pesar de que
sintamos que hayamos alcanzado una buena parte de lo que queríamos obtener,
nos castigamos porque no llegamos al 100% al que teníamos que llegar.

Como hijos de Dios, siempre debemos estar en pos de la excelencia, pero parte
de este proceso es el aprender que nunca vamos a ser perfectos. La excelencia
viene de Dios, solo Él es perfecto y espera que nosotros seamos perfeccionados
mediante el proceso que comenzamos desde el momento en que nacemos de
nuevo. El punto de la exelencia no es complacer a los demás o a nosotros, es
dejarnos moldear por Dios para que cada día Él se perfeccione en nosotros. Dios
sólo nos pide que tengamos una medida en cuenta y es la medida de Cristo,
quién es nuestro molde, modelo y ejemplo. Él no nos pide perfección, nos pide
disposición.
2. Soltar duele.
2 Corintios 5:17.

Cuando estemos dispuestos a empezar un proceso de la mano de Dios, seremos


más conscientes del concepto del viejo y nuevo hombre. No se trata de que
nunca más vamos a volver a experimentar los mismos problemas o las
necesidades que tenemos actualmente. El disponernos a que Dios empiece a
obrar sobre nuestro ego, el que nos haga entender que la perfección no es algo
que Él busca en nosotros, todo esto se ve reflejado en oportunidades.
Tendremos las mismas dificultades, pero en Él encontraremos una nueva fuerza,
que nos permitirá tomar una decisión diferente a la que nuestro viejo hombre
hubiera tomado.

Soltar un metro para que se vuelva a enrrollar, por la fuerza de este, lleva a que
muchas veces nos termine golpeando la mano. De igual manera, el soltar esas
medidas y exigencias que nos ponemos día a día, no va a ser un proceso de 1
día o dos. Como todo proceso de desintoxicación, donde tomamos la decisión
de dejar un hábito que nos hace daño, tenemos que tomar decisiones rotundas.
Una de estas decisiones es el aprender a descansar.

3. ¿Descansar?.
Hebreos 4:9-10.

No se trata solo del descansar física y mentalmente de nuestros espacios de


trabajo, de salir de nuestra casa, caminar, hacer ejercicio, salir con personas que
apreciamos, solos o simplemente tener espacios de cuidado propio y de
simplemente darle un stop a todo agente estresor de nuestra vida, porque esto
es igual de importante; es aprender a descansar en Dios, en Su Presencia, en
tomar espacios durante el día donde le entreguemos toda nuestra carga a Dios.
Trabajar, estudiar o simplemente desempeñar cualquier labor que requiera de
nuestro tiempo va a generar de una manera u otra estrés, cargas emocionales o
físicas. Se trata de saber manejar una agenda.

El programarse semanalmente y tener objetivos diarios, claramente con metas


lógicas que sean alcanzables de acuerdo a los tiempos que dispongamos, tiene
que ser fundamental para nosotros. Si no aprendemos a tener una agenda
personal, vamos a terminar disponiendo de la agenda de alguien más.
Aprendamos a organizar nuestros tiempos para poder tener tiempos de oración
y descanso en la presencia de Dios tanto como espacios donde hagamos cosas
que disfrutemos por fuera de nuestras obligaciones.

APLICACIÓN TEOTERÁPICA
De algo debemos tener certeza y es que sobre esforzarnos para ver una meta
cumplida con raíz en nuestro ego sólo nos va a desanimar y terminaremos
cansados, frustrados y no veremos cumplidas las metas por las que tanto
trabajamos. Se trata de disponernos a emprender un proceso de la mano de
Dios, donde apartemos espacios para descansar en Él y entreguemos nuestras
cargas. No se trata de ser mediocres o conformistas, se trata de aprender y
trabajar con excelencia, pero haciéndolo para Dios, porque así veremos los
frutos de nuestro trabajo por Su respaldo.

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