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*Linfoma.
El linfoma es un cáncer que se desarrolla en las células blancas del sistema linfático. Los
síntomas pueden incluir ganglios linfáticos agrandados, pérdida de peso inexplicable,
fatiga, sudoración y falta de alientos nocturnos, tos, o problemas para respirar.
Su doctor le hará un examen físico y podría ordenar análisis de sangre o una biopsia de
ganglio linfático para ayudar a evaluar su condición. Si se diagnostica un linfoma, se podría
utilizar una aspiración de médula ósea y biopsia, una punción lumbar, una radiografía de
tórax, una TC del cuerpo, una PET, una exploración de los huesos, una RMN del cuerpo, o
un ultrasonido abdominal para buscar ganglios linfáticos agrandados en todo el cuerpo y
determinar si el linfoma se han diseminado. El tratamiento depende del tipo y estadio del
linfoma, como así también de su edad y salud en general. Algunos tipos de linfoma podrían
requerir solamente de monitoreo, mientras que otros podrían requerir de quimioterapia,
profilaxis del CNS (sistema nervioso central, por sus siglas en inglés), radioterapia,
radioinmunoterapia, terapia biológica, o trasplante de células madre.
El linfoma es un cáncer que se desarrolla en las células blancas (linfocitos) del sistema
linfático que es parte del sistema inmunitario del cuerpo.
El sistema linfático incluye: una red de pequeños canales, similares a los vasos sanguíneos,
por los que circula un líquido (llamado linfa), los nódulos linfáticos (también llamados
ganglios), la médula ósea y varios órganos; todos ellos están compuestos por linfocitos.
Existen dos tipos principales de linfoma: Hodgkin (HL) y no-Hodgkin (NHL), cada uno de
los cuales tiene varios subtipos. El linfoma de Hodgkin, también conocido como
enfermedad de Hodgkin, es mucho menos común que el linfoma no-Hodgkin.
-fiebre.
-picazón generalizada.
-fatiga.
-abdomen hinchado.
-sensación de estar lleno después de comer solamente una pequeña cantidad de alimentos.
-Radiografía del tórax: se hace una radiografía del tórax para buscar ganglios linfáticos
agrandados.
-TC del cuerpo: se utiliza una TC del cuerpo para detectar ganglios linfáticos u órganos
agrandados, y anomalías en el abdomen, la pelvis, el pecho, la cabeza y el cuello.
En algunos casos, se puede utilizar una tomografía computarizada para guiar la aguja de
biopsia en forma precisa hacia un área sospechosa, para así extraer una muestra de tejido y
examinarla bajo el microscopio. Este procedimiento se denomina biopsia por aspiración
guiada por TC.
-Exploración PET: una exploración por PET, que utiliza una pequeña cantidad de material
radiactivo, puede ayudar a comprobar si un ganglio linfático agrandado es canceroso, y
detectar células cancerosas en todo el cuerpo que no se pueden ver con la TAC. Algunos
pacientes con linfoma son sometidos a una exploración por PET luego del tratamiento, para
determinar si el cáncer está respondiendo al tratamiento. La exploración por PET
generalmente se combina con una TC o una RMN para proporcionar vistas altamente
detalladas del cuerpo.
-Gammagrafía ósea: en una gammagrafía ósea, se inyecta dentro de una vena un isótopo
radiactivo llamado tecnecio 99m, que viaja a las zonas dañadas del hueso. Este examen se
realiza generalmente cuando el paciente tiene dolor de huesos o cuando otras pruebas
indican que el linfoma ha viajado hasta los huesos.
Una exploración por RMN es útil para detectar el linfoma que se ha propagado a la médula
espinal o al cerebro. También puede ser útil en otras áreas del cuerpo, tales como la cabeza
y el cuello.
Las mujeres siempre deben informar a su médico o tecnólogo de rayos X cuando existe
cualquier posibilidad de que estén embarazadas. Para las mujeres embarazadas con linfoma
se pueden utilizar la RMN y el ultrasonido para determinar el estadio de la enfermedad
mientras se protege al feto de las radiaciones nocivas. Consulte la página de Seguridad para
obtener más información acerca del embarazo y la radiación.
-Radioterapia: la radioterapia utiliza radiación de alta energía para reducir el tamaño de los
tumores y matar las células cancerosas. Los pacientes con linfoma pueden ser tratados con
radioterapia de haz externo, en la que los haces de rayos X de alta energía son generados
por una máquina afuera del paciente y son dirigidos hacia el tumor y los ganglios linfáticos
cancerosos. La radioterapia de haz externo se puede usar sola o en combinación con la
quimioterapia.
*Mieloma múltiple.
El cáncer ocurre cuando las células comienzan a crecer sin control. Casi cualquier célula
del cuerpo puede convertirse en cáncer y propagarse a otras áreas.
Cuando las células B responden a una infección, estas maduran y se convierten en células
plasmáticas. Las células plasmáticas producen anticuerpos (también llamados
inmunoglobulinas) que ayudan al organismo a atacar y destruir los gérmenes. Las células
plasmáticas se encuentran principalmente en la médula ósea. La médula ósea es el tejido
blando que se encuentra dentro de los huesos. Además de las células plasmáticas, la médula
ósea normal es también el hogar de otras células sanguíneas, como los glóbulos rojos, los
glóbulos blancos y las plaquetas.
En general, cuando las células plasmáticas se vuelven cancerosas y crecen fuera de control,
esto se denomina mieloma múltiple. Las células plasmáticas producen una proteína anormal
(anticuerpo) que se conoce por varios nombres diferentes, entre los que se incluyen
inmunoglobulina monoclonal, proteína monoclonal (proteína M), pico M o paraproteína.
Sin embargo, existen otros trastornos de células plasmáticas que también tienen células
plasmáticas anormales, pero que no cumplen los criterios para ser identificados como
mieloma múltiple activo. Algunos otros trastornos de células plasmáticas son:
*Plasmocitoma solitario.
-Esto puede causar anemia (una escasez de glóbulos rojos). Las personas que tienen
anemia presentan debilidad y cansancio.
-El mieloma múltiple también puede causar un bajo nivel de plaquetas en la sangre
(trombocitopenia). Esto puede ocasionar un aumento en el sangrado y aparición de
moretones.
Las células del mieloma también interfieren con las células que ayudan a mantener los
huesos fuertes. Los huesos se van reconstruyendo constantemente para mantenerse fuertes.
Hay dos clases de células óseas que funcionan juntas para mantener los huesos saludables y
fuertes:
Las células del mieloma producen una sustancia que le indica a los osteclastos que aceleren
la disolución de los huesos. Por lo tanto, el hueso viejo se desintegra sin que el nuevo hueso
lo reemplace. Esto debilita a los huesos y provoca que fácilmente se fracturen. Las
fracturas de huesos son un problema mayor en las personas con mieloma. Este aumento en
la degeneración de los huesos también puede aumentar los niveles de calcio en la sangre.
-Dolor en los huesos que puede presentarse en cualquier hueso, aunque es más común en la
espalda, las caderas y el cráneo.
Deshidratación.
Estreñimiento grave.
Dolor abdominal.
Pérdida del apetito.
Debilidad.
Somnolencia.
Confusión.
Si el nivel de calcio es demasiado alto, esto puede causar que usted entre en estado de
coma.
Infecciones:
Si el mieloma debilita los huesos de la columna vertebral, éstos pueden colapsar y presionar
los nervios espinales. A esto se le llama compresión de la médula espinal y puede causar:
Usted debe llamar inmediatamente a su médico o acudir a la sala de urgencias, ya que esto
requiere atención médica inmediata. Si la compresión de la médula espinal no se trata
inmediatamente, existe la posibilidad de parálisis permanente.
Algunas veces, las proteínas anormales producidas por las células del mieloma son tóxicas
a los nervios. Este daño puede conducir a debilidad y entumecimiento, y a veces a una
sensación de hormigueo. A esto también se le llama neuropatía periférica.
Hiperviscosidad:
En algunos pacientes, las grandes cantidades de la proteína secretada por el mieloma
pueden hacer que la sangre se ponga “espesa”, lo que se conoce como hiperviscosidad. Esto
puede retardar el flujo sanguíneo al cerebro y causar:
-Confusión
-Mareos
Los pacientes que experimentan dichos síntomas deben comunicarse con su médico. Este
problema se puede resolver rápidamente al remover la proteína de la sangre mediante un
procedimiento llamado plasmaféresis. (Nota: Este problema no se puede tratar con
medicamentos conocidos como “anticoagulantes”).
Problemas renales:
Las células de mieloma producen un anticuerpo que puede dañar los riñones, provocando
daño renal y hasta insuficiencia renal.
La proteína del mieloma puede causar daño a los riñones. Al principio, esto no causa
ningún síntoma, pero signos de daño renal se podrían notar en un análisis de sangre o de
orina. Conforme los riñones comienzan a fallar, éstos pierden su capacidad de eliminar el
exceso de sales, líquidos y productos de desecho corporal. Esto puede causar síntomas
como:
-Debilidad.
-Picazón.
Infecciones:
Los pacientes con mieloma tienen más probabilidades de padecer infecciones. Cuando
alguien con mieloma contrae una infección, puede que responda con lentitud al tratamiento.
Esa persona puede estar enferma por mucho tiempo. Una pulmonía es una infección común
y grave que se presenta en pacientes de mieloma
Gammapatía monoclonal:
Una gammapatía monoclonal ocurre cuando las células plasmáticas producen demasiadas
copias del mismo anticuerpo. Generalmente se puede detectar en un análisis de sangre
rutinario realizado por otras razones. Aunque las personas con mieloma múltiple tienen una
gammapatía monoclonal, no todas con esta última tienen mieloma múltiple. También
puede presentarse en otras enfermedades, tal como macroglobulinemia de Waldenstrom y
algunos linfomas. Esta afección también puede ocurrir en un trastorno conocido como
gammapatía monoclonal de significado incierto (MGUS), el cual no causa problemas como
lo hace el mieloma múltiple. Sin embargo, algunas personas con MGUS con el pasar del
tiempo padecen mieloma múltiple u otras enfermedades.
En la gammapatía monoclonal de significado incierto (MGUS, por sus siglas en inglés), las
células plasmáticas anormales producen muchas copias del mismo anticuerpo (proteína
monoclonal). Sin embargo, dichas células plasmáticas anormales no forman un verdadero
tumor o masa y no causan ninguno de los problemas vistos en el mieloma múltiple. Por lo
general, la MGUS no afecta la salud de la persona. No causa debilidad en los huesos, altos
niveles de calcio, problemas renales ni recuentos bajos de células sanguíneas. Con más
frecuencia, se descubre cuando un análisis de sangre rutinario indica que existe un alto
nivel de proteína en la sangre y las pruebas adicionales muestran que la proteína es un
anticuerpo monoclonal. En la MGUS, el número de células plasmáticas puede estar
elevado, pero estas constituyen menos del 10% de las células en la médula ósea.
Plasmocitomas solitarios:
-Un alto nivel de cadenas ligeras en la orina (diminutos segmentos de proteína que
también se llama proteína de Bence Jones).
Las personas con mieloma múltiple indolente no necesitan tratamiento inmediato, ya que la
enfermedad puede tomar de muchos meses a años para convertirse en mieloma activo
(sintomático). Algunas personas pueden presentar una enfermedad muy lenta que nunca se
convierte en mieloma activo. Se están llevando a cabo investigaciones sobre el mieloma
múltiple indolente. Hay mielomas múltiples indolentes que tienen características de alto
riesgo que los exponen a una mayor probabilidad de convertirse en mieloma activo. Se
están realizando estudios para saber si deben ser reclasificados como mieloma “activo” o si
se debe empezar tratamiento más temprano. Las personas con mielomas múltiples
indolentes también podrían necesitar un seguimiento riguroso para detectar signos de
mieloma.
Las proteínas monoclonales (anticuerpos) están compuestas por cadenas proteínicas unidas
(2 cadenas ligeras cortas y 2 cadenas pesadas más largas). En la amiloidosis de cadenas
ligeras, las células plasmáticas anormales producen demasiadas cadenas ligeras que son
más cortas y que pesan menos que las cadenas pesadas. Las cadenas ligeras se acumulan en
los tejidos como una proteína anormal conocida como amiloide.
La acumulación de amiloide en ciertos órganos puede aumentar sus tamaños y afectar sus
funcionamientos. Por ejemplo, cuando el amiloide se acumula en el corazón, esto puede
causar palpitaciones cardíacas irregulares y provocar que el corazón se agrande y sea más
débil. Un corazón débil puede derivar en una afección llamada insuficiencia cardiaca
congestiva, con síntomas como dificultad para respirar e hinchazón de las piernas.
Asimismo, el amiloide en los riñones puede causar que estos no funcionen bien. Puede que
esto no cause síntomas al principio, aunque la deficiencia en la función renal se puede
detectar mediante análisis de sangre. Si la condición empeora, puede causar insuficiencia
renal.
La amiloidosis de cadenas ligeras es solo una de las enfermedades en las que el amiloide se
acumula y causa problemas. Una enfermedad genética (hereditaria), llamada amiloidosis
familiar, también puede causar la amiloidosis. Además las infecciones, inflamaciones
crónicas, o ambas, pueden causar amiloidosis. A esto se le conoce como amiloidosis
secundaria o amiloidosis AA. Este artículo no provee información sobre estas otras clases
de amiloidosis.
Los pacientes con amiloidosis (discutido en la ¿Qué es mieloma múltiple? pueden presentar
algunos de los mismos problemas que enfrentan los pacientes con mieloma, tal como
problemas renales y daño a los nervios. También pueden presentar otros problemas, tales
como:
-Agrandamiento del hígado: es posible que la persona pueda sentir el hígado debajo de
las costillas del lado derecho. Cuando estos órganos se vuelven grandes, pueden presionar
el estómago, lo que ocasiona que la persona se siente llena después de comer solo una
pequeña porción de alimentos.
Macroglobulinemia de Waldenstrom:
Las células cancerosas en las personas con macroglobulinemia de Waldenstrom (WM) son
similares a las del mieloma múltiple y el linfoma no Hodgkin. El mieloma múltiple se
considera un cáncer de células plasmáticas, y el linfoma no Hodgkin es un cáncer de los
linfocitos. Las células de la WM tienen características de células plasmáticas y de
linfocitos.
La cirugía se emplea algunas veces para eliminar un solo plasmocitoma, pero se usa pocas
veces para tratar el mieloma múltiple. Cuando existe una compresión de la médula espinal
que produce parálisis, una debilidad muscular grave o entumecimiento, puede necesitarse
una cirugía de urgencia. Para evitar o tratar fracturas, podría necesitarse una cirugía para
adjuntar varillas o placas metálicas de modo que ayuden a apoyar los huesos debilitados.
Qué es:
El cáncer colorrectal es un crecimiento incontrolado de las células del colon y/o del recto.
La mayoría de los cánceres colorrectales comienzan como un crecimiento en el
revestimiento interno del colon o del recto, que recibe el nombre de pólipo. Algunos tipos
de pólipos pueden convertirse en cáncer con el paso del tiempo (por lo general, muchos
años), pero no todos los pólipos se convierten en cáncer.
Los tumores colorrectales pueden originarse en cada una de las tres capas del colon:
mucosa, muscular y serosa.
Este tipo de cáncer es uno de los más comunes en todo el mundo y también de los más
fáciles de diagnosticar. Además, las tasas de curación son elevadas si se detecta
precozmente y tarda mucho en desarrollarse.
- Crecimiento local: En este caso el tumor invade profundamente todas las capas de la
pared del tubo digestivo. En primer lugar, el tumor maligno crece desde la mucosa, se
expande por la serosa y llega a las capas musculares.
- Diseminación hematógena: Aquí el tumor se sirve del torrente sanguíneo para diseminar
las células cancerígenas al hígado, los pulmones, los huesos y el cerebro, principalmente.
Incidencia:
Causas:
Los principales factores de riesgo relacionados con esta enfermedad son los siguientes:
*Edad: La mayor parte de los casos de cáncer de colon se localizan en personas entre los
65 y los 75 años y las personas entre 50 y 65 se consideran de riesgo intermedio. Los casos
que se diagnostican antes de los 35-40 años suelen deberse a que el paciente tiene una
predisposición genética a padecer esta patología.
*Dieta: El cáncer de colon parece estar asociado a dietas ricas en grasas y pobres en fibra.
En este sentido, actualmente se están llevando a cabo numerosas investigaciones.
*Parientes de primer o segundo grado que también han tenido cáncer de colon.
*Estilo de vida: Existen ciertos factores que dependen del estilo de vida y que
predisponen a la aparición del cáncer de colon, como, por ejemplo, la obesidad, el
sedentarismo, el tabaquismo y el consumo excesivo de alcohol.
*En las personas que padecen algún tipo de enfermedad inflamatoria intestinal, como la
colitis ulcerosa o la enfermedad de Crohn, aumenta el riesgo de padecer la enfermedad.
Síntomas:
El cáncer colorrectal tiene una larga evolución y sus síntomas pueden variar dependiendo
de la localización del tumor en el intestino grueso. Las molestias más frecuentes aparecen
en la fase avanzada de la enfermedad. Sin embargo, estos síntomas no son exclusivos del
cáncer de colon y pueden producirse en otras patologías como las hemorroides o
determinados trastornos digestivos. Los especialistas recomiendan acudir al médico en
cuanto aparezcan para facilitar que el diagnóstico se realice de forma adecuada. Los más
comunes son:
Los pacientes que tienen cáncer de colon pueden, en algunos casos, tener diarrea y, en
otros, estreñimiento. La segunda posibilidad es común en aquellas personas que
previamente a la enfermedad tenían un ritmo intestinal normal. Sin emargo, lo más
frecuente es que el paciente sufra periodos de estreñimiento combinados con periodos en
los que padece diarrea.
El síntoma más frecuente de este tumor maligno es que el paciente presente sangre en las
heces. El color de la sangre puede ser roja o negra. La presencia de la sangre roja se da
principalmente cuando la persona presenta tumores de la parte más distal del colon y recto.
En el caso de la sangre negra, éste color aparece porque la sangre está digerida y procede de
tramos más próximos del colon dando lugar a haces negras que se conocen con el nombre
de melenas. Si este síntoma no se diagnostica pronto y el paciente no recibe el tratamiento
adecuado puede agravarse y dar lugar a la aparición de una anemia. En estos casos el
paciente puede sufrir mareos, cansancio o tener la sensación de que le falta el aire, entre
otros síntomas.
Por otro lado, el enfermo puede detectar que sus deposiciones cambian de tamaño y son
más estrechas. Esto se produce porque el intestino se está estrechando.
Si los tumores están situados en la parte distal del colon, el paciente también puede tener la
sensación de que no se completa la deposición y que la evacuación es incompleta.
Las molestias y los dolores abdominales suelen ser muy comunes. Esto se debe a que el
tumor obstruye en parte el tubo intestinal y se produce un dolor y una situación parecida a
la de los cólicos. En algunos casos el cierre del tubo puede llegar a completarse y se
produce una obstrucción intestinal, en estas situaciones es necesario que el paciente reciba
atención médica quirúrgica urgente.
Prevención:
En todos los tipos de cáncer existen factores de riesgo que hacen que las personas que estén
expuestas a ellos tengan más probabilidades de desarrollar un tumor maligno.
Otra de las causas de la aparición del cáncer de colon es la predisposición genética que
tenga la persona. Esto se debe a diversas alteraciones en determinados genes por lo tanto,
los individuos con familiares que tienen o han tenido esta patología deben acudir a
exámenes médicos periódicamente.
Existen diferentes síndromes que predisponen a que aparezca el tumor maligno. Los más
comunes son dos:
Este síndrome sólo provoca el 1 por ciento de los cánceres de colon. La poliposis colónica
familiar aparece durante la adolescencia provocando múltiples pólipos en el recto y en el
colon. La causa de la aparición es la mutación del gen APC, que se transmite de padres
hijos. Este gen lo pueden heredar tanto las chicas como los chicos.
Este tipo de cáncer supone entre el 3 y el 5 por ciento de los tumores de recto y colon. La
principal diferencia respecto al síndrome anterior es que los pacientes no presentan pólipos.
*No abusar del alcohol ni del tabaco: El tabaco aumenta el riesgo de desarrollar pólipos
que pueden ser precursores de la enfermedad. Respecto al alcohol, su consumo propicia que
crezcan las células de la mucosa del colon. Este crecimiento da lugar a los pólipos.
-Incorporar a la dieta alimentos ricos en fibra ya que tomar una cantidad de fibra de al
menos 25 gramos diarios, en forma de cereales y pan integral, previene la aparición del
tumor.
Tipos:
En el 90-95 por ciento de los casos, el adenocarcinoma es el tipo de cáncer de colon más
común. Éste se localiza en la mucosa que recubre el interior del colon y del recto. Los tipos
menos frecuentes son los siguientes:
*Melanoma.
Diagnóstico:
Una de las principales ventajas del cáncer de colon es que es de los pocos tipos que se
puede diagnosticar antes de que la persona presente síntomas e, incluso, antes de que los
pólipos se transformen en cáncer.
La prueba de cribado más fiable es un test de sangre oculta en las heces que averigua si hay
presencia de sangre o no. El paciente obtiene la muestra en casa y la entrega en su centro de
salud para que sea analizada e interpretada por un especialista. Esta prueba se recomienda,
como norma general, cada dos años a partir de los 50 años.
Si sale positivo, a continuación se realizará una colonoscopia para ver el origen de
sangrado. Esta prueba sirve para detectar y extirpar en el mismo acto los pólipos, con el fin
evitar que se desarrolle el tumor y, en su caso, se malignice.
Una vez que se tiene la sospecha de que puede haber una lesión en el colon, el médico debe
elaborar una historia clínica, realizar una exploración física y un tacto rectal. Para detectar
un cáncer de colon se utilizan varias técnicas:
-Tacto rectal: Es una exploración física que el médico realiza introduciendo un dedo en
el ano para detectar anomalías en la parte inferior del aparato digestivo, como, por ejemplo,
sangre, bultos anormales o si el paciente siente dolor.
-Sigmoidoscopia: Es una exploración que consiste en introducir por el ano un tubo que
transmite luz e imagen, y que se llama endoscopio. Con él se puede examinar el recto y la
parte final del colon (unos 60 cm), y detectar algunos de los pólipos que pudiera haber allí.
-Enema de bario con doble contraste: Consiste en una serie de radiografías del colon y el
recto que se toman después de que al paciente se le haya aplicado un enema (lavativa) con
una solución blanca calcárea que contiene bario para mostrar radiológicamente con detalle
el interior del colon y el recto.
En los últimos años se está investigando intensamente la técnica conocida como biopsia
líquida, que puede resultar especialmente útil en cáncer de colon. Se trata de una prueba
que se realiza en una muestra de sangre con el fin de buscar células cancerosas que están
circulando en la sangre o fragmentos de ADN de las células tumorales que circulan por la
sangre. Cuando se estandarice su uso se podrá emplear para detectar el cáncer de forma
precoz, planificar el tratamiento o determinar su eficacia, entre otras cosas.
Tratamientos:
Tipos de escala:
Clasificación TNM:
En esta se miden los tres aspectos que afectan al cáncer. En primer lugar, la T se refiere al
tamaño del tumor primario en el intestino; la N se refiere a la presencia o no en los ganglios
linfáticos, mientras que la M atañe a la presencia de metástasis a distancia. Así se
distinguen cinco estadios:
-Estadio I: El cáncer se ha diseminado a la pared del recto o del colon sin traspasar la
capa muscular. En este estadio los ganglios linfáticos tampoco se ven afectados.
-Etapa II: El cáncer se ha extendido a la capa más profunda del colon, pero no a los
ganglios linfáticos, que, repartidos por todo el cuerpo, producen y almacenan células
capaces de combatir las infecciones. En este estadio el tumor puede invadir los órganos de
alrededor.
-Etapa III: El cáncer se ha extendido ya a los ganglios linfáticos y a los órganos más
cercanos.
-Etapa IV: El cáncer ha llegado a otros órganos del cuerpo (principalmente tiende a
invadir el hígado, los huesos y los pulmones).
-Estadio A: En esta etapa se encuentran los pacientes que tienen una lesión sólo en la
mucosa y no afecta a los ganglios linfáticos.
-Estadio B1: El cáncer se encuentra en parte de la pared del recto y del colon pero no lo
traspasa, ni afecta a los ganglios.
-Estadio B2: El tumor se extiende en toda la pared del colon y del recto sin invadir los
ganglios linfáticos.
-Estadio C: En este nivel el cáncer puede afectar de forma parcial o total a la pared y
también a los ganglios linfáticos.
Cirugía:
Mediante una operación en quirófano, se extrae la parte afectada por el cáncer. La cirugía
se utiliza en todas las etapas de la enfermedad. De hecho, en el estadio A, es el tratamiento
recomendado ya que en el resto de los estadios los especialistas aconsejan aplicar la cirugía
en combinación con otros tratamientos.
En esta en fase inicial los especialistas pueden extraer un pólipo mediante colonoscopia
para examinarlo y, según los resultados, se extirpará el cáncer y una parte circundante de
tejido sano y se extirparán los ganglios de la zona. Otra posibilidad es, tras extirpar parte
del colon, realizar una apertura desde el colon hacia el exterior (colostomía), en cuyo caso
la persona tendrá que usar una bolsa especial de uso externo donde se recogerán las heces.
La colostomía puede ser transitoria o permanente.
Radioterapia:
Consiste en aplicar radiación de alta energía sobre la zona afectada con el fin de destruir las
células cancerosas. Sólo afecta a la zona en tratamiento y puede aplicarse antes de la cirugía
(para reducir el tumor y poder extraerlo más fácilmente) o después de la cirugía (para
terminar de destruir las células cancerosas que pudieran haber quedado).
Quimioterapia:
Es el tratamiento por el que se administran fármacos con el objetivo de destruir las células
cancerosas. Se realiza insertando un tubo en una vena (catéter) por el que se inyectarán los
fármacos a través de un sistema de bombeo. Suele administrarse tras la operación
quirúrgica.
Inmunoterapia:
Tratamientos dirigidos:
Existen fármacos específicos frente a algunos cánceres de colon o recto. Por ejemplo, se
han desarrollado fármacos para aquellos tumores avanzados que presentan mutaciones en el
el gen BRAF.
Otros datos:
Pronóstico:
Según los datos de la Asociación Española Contra el Cáncer, aproximadamente el 54 por
ciento de los pacientes con cáncer de colon sobreviven más de cinco años. Aunque estas
cifras varían dependiendo del estadio. Así, la supervivencia a los cinco años en el estadio A
es de entre el 90 y el 92 por ciento; en el estadio B, de entre el 50 y el 75 por ciento; en el
estadio C del 25 al 55 por ciento y en el estadio D es menor al 8 por ciento.
Además, en los últimos años, el pronóstico de supervivencia para los pacientes en estadio C
con quimioterapia tras la cirugía ha mejorado bastante.
Efectos secundarios:
Los efectos secundarios varían según el tratamiento que recibe el paciente, pero la mayoría
son temporales. El médico debe informar al paciente sobre los que puedan aparecer.
-La cirugía puede provocar dolor y debilidad en la zona afectada y diarrea temporal.
Además, si al enfermo se le ha realizado una colostomía puede producirse una irritación de
la piel alrededor de la apertura realizada.
-La quimioterapia afecta tanto a las células cancerosas, como a las normales y puede
producir náuseas, vómitos, caída del cabello (aunque éste siempre vuelve a crecer), diarrea
y fatiga.
-Por último, la inmunoterapia puede provocar síntomas parecidos a la gripe, como fiebre,
escalofríos, debilidad y náuseas.
Tras finalizar el tratamiento, el riesgo de reaparición del cáncer disminuye con el paso del
tiempo. Durante los tres primeros años es aconsejable realizar revisiones trimestrales. A
partir del cuarto y quinto año estas revisiones se pueden espaciar a seis meses y a partir del
sexto año se pueden realizar anualmente.
Marcadores tumorales:
Aunque las pruebas para diagnosticar el cáncer de colon no son dolorosas, sí pueden
resultar molestas para el paciente y llegar a ser difíciles de tolerar en algunos casos. Desde
la Asociación Española Contra el Cáncer dan estas recomendaciones para ayudar al
paciente a pasar las pruebas:
-En primer lugar, recomiendan que el paciente vaya acompañado ya que hablar con una
persona cercana facilitará que el paciente esté más relajado.
-A continuación señalan que el usuario le pida al médico que le explique bien en qué van
a consistir las pruebas para evitar que se imagine situaciones.
-Antes de realizar las pruebas aconsejan que el paciente realice algún ejercicio de
relajación. Además, destacan que es importante que se centre únicamente en lo que está
ocurriendo en cada momento. Tras terminar la prueba también aconsejan que el paciente
realice algún ejercicio de relajación.
-Por último, si está nervioso o presenta ansiedad es recomendable hablar con el médico
para comunicárselo y que le recete algún medicamento que pueda mejorar esa situación si
lo cree conveniente.
La cirugía es a menudo el principal tratamiento para los cánceres de colon en etapas más
tempranas. El tipo de cirugía depende de la etapa (extensión) del cáncer, donde está
localizado, y el objetivo de la cirugía.
Cualquier tipo de cirugía del colon requiere que el colon se encuentre vacío y limpio. Será
necesario someterse a una dieta especial antes de la cirugía y puede que se requiera el
consumo de bebidas laxantes y la aplicación de enemas con el fin de expulsar toda la
materia fecal de colon. Esta preparación intestinal es muy similar a la que se hace
previamente a una colonoscopia.
-En una polipectomía, el cáncer es extirpado como parte del pólipo, el cual se corta en su
tallo (el área que se parece al tallo de un hongo). Por lo general, esto se hace pasando un
bucle o asa de alambre a través del colonoscopio para cortar el pólipo de la pared del colon
mediante una corriente eléctrica.
-Una escisión local implica un procedimiento ligeramente más complejo. Se hace uso de
instrumentos a través de un colonoscopio para extirpar pequeños cánceres dentro del
revestimiento del colon junto con una pequeña cantidad de tejido sano circundante sobre la
pared del colon.
Cuando el cáncer o los pólipos son extraídos de esta manera, el médico cirujano no requiere
de hacer un corte sobre el abdomen.
Colectomía:
Una colectomía es una cirugía para extraer todo o parte del colon. También se extirpan los
ganglios linfáticos cercanos.
-Al procedimiento para extirpar solo una parte del colon se le llama hemicolectomía,
colectomía parcial o resección segmentaria. El cirujano extrae la parte del colon que
contiene el cáncer junto con un pequeño segmento de colon normal en ambos lados. Por lo
general, se extirpa de un cuarto a un tercio del colon, dependiendo de la localización y el
tamaño del cáncer. Luego se reconectan las secciones restantes del colon. Al menos 12
ganglios linfáticos cercanos también son extraídos para que se puedan analizar y ver si hay
cáncer.
Cómo se hace:
Debido a que las incisiones de la colectomía laparoscópica son más pequeñas que las de
una colectomía abierta, los pacientes a menudo se recuperan con más rapidez y la estadía en
el hospital puede ser más corta que en una colectomía abierta. Sin embargo, este tipo de
cirugía requiere de un especialista, además, puede no ser la mejor opción para todos los
pacientes. Si está considerando este tipo de cirugía, asegúrese de buscar un cirujano
adiestrado que haya practicado muchas de estas operaciones.
En general, las tasas de supervivencia y las probabilidades de que el cáncer regrese son en
gran parte las mismas entre una colectomía abierta y una colectomía asistida por
laparoscopia.
Cuando un tumor canceroso causa una obstrucción en el colon, por lo general ocurre
lentamente provocando con el tiempo que la persona enferme gravemente. En casos como
este, puede que se coloque una endoprótesis antes de realizar la cirugía. Este dispositivo
denominado stent, consiste de un tubo hueco ya sea de metal o de plástico que el médico
puede introducir en el colon y a través de la obstrucción mediante un colonoscopio. Este
tubo hace que el colon permanezca despejado y alivia el bloqueo para ayudarle a prepararse
para la cirugía.
Una vez que el paciente se recupera, se realizará otra operación (conocida como colostomía
inversa o ileostomía inversa) para adherir nuevamente los extremos del colon o para adherir
el íleon al colon. En raras ocasiones, si no se puede extirpar un tumor o colocar un tubo
(stent), es posible que necesite una colostomía o una ileostomía permanente.
Algunos pacientes tienen cáncer de colon que se ha propagado hacia otras partes del
cuerpo, además del tumor que está obstruyendo el colon. En tal caso, puede que se realice
una cirugía para aliviar la obstrucción sin extraer la parte del colon que contiene el cáncer.
En lugar de ello, el colon se corta por encima del tumor y se adhiere a un estoma (una
abertura en la piel del abdomen) para permitir que las heces fecales salgan del cuerpo. Esta
operación se llama colostomía de derivación. A menudo puede ayudar al paciente a
recuperarse lo suficiente como para iniciar otros tratamientos (como la quimioterapia).
Rara vez, puede que las nuevas conexiones entre los extremos del colon no logren adherirse
originándose una fuga. Esto puede rápidamente generar un grave dolor abdominal, fiebre y
una sensación de endurecimiento en la región estomacal. Puede que una fuga menor impida
la evacuación de los intestinos, que se tenga pérdida del apetito y que no sea posible la
recuperación tras la cirugía. Una fuga puede resultar en infecciones y puede que se requiera
de cirugía para solucionar este problema. También es posible que la incisión en el abdomen
se abra causando una herida abierta que demande de atención especial para que cicatrice.
Después de la cirugía, usted puede presentar tejido cicatricial en el abdomen que cause que
algunos órganos o tejidos se adhieran entre sí. Estos tejidos cicatriciales son denominados
adherencias. Normalmente los intestinos pueden deslizarse con libertad dentro del cuerpo.
En raras ocasiones, las adherencias pueden ocasionar que los intestinos se tuerzan pudiendo
incluso bloquear los intestinos. Esto provoca dolor e inflamación en el estómago que a
menudo empeora después de comer. Puede que se requiera de otra operación para eliminar
el tejido cicatricial.
Colostomía o ileostomía:
*Artritis reumatoidea.
La artritis reumatoide es un trastorno inflamatorio crónico que puede afectar no solo tus
articulaciones. En algunas personas, el trastorno también puede dañar una gran variedad de
sistemas el cuerpo, como la piel, los ojos, los pulmones, el corazón y los vasos sanguíneos.
La inflamación asociada a la artritis reumatoide es lo que puede dañar también otras partes
del cuerpo. Si bien los tipos nuevos de medicamentos han mejorado considerablemente las
opciones terapéuticas, la artritis reumatoide grave puede seguir causando discapacidades
físicas.
En la artritis reumatoide, el sistema inmunológico del cuerpo ataca a sus propios tejidos,
incluidas las articulaciones. En algunos casos graves, ataca a los órganos internos.
Síntomas:
La artritis reumatoide temprana suele afectar las articulaciones más pequeñas primero,
particularmente las articulaciones que unen los dedos con las manos y los pies.
A medida que la enfermedad avanza, los síntomas suelen propagarse a las muñecas, las
rodillas, los tobillos, los codos, las caderas y los hombros. En la mayoría de los casos, los
síntomas aparecen en las mismas articulaciones en ambos lados del cuerpo.
Alrededor del 40 por ciento de las personas que tienen artritis reumatoide también
experimentan signos y síntomas que no están relacionados con las articulaciones. La artritis
reumatoide puede afectar muchas estructuras diferentes de las articulaciones, por ejemplo,
las siguientes:
*Piel.
*Ojos.
*Pulmones
*Corazón
*Riñones.
*Glándulas salivales.
*Tejido nervioso.
*Médula ósea.
*Vasos sanguíneos.
Los signos y síntomas de la artritis reumatoide pueden variar en gravedad y también pueden
aparecer y desaparecer. Los períodos de mayor actividad de la enfermedad, llamados brotes
o exacerbaciones, se alternan con períodos de una remisión relativa, en los que la hinchazón
y el dolor se atenúan o desaparecen. Con el tiempo, la artritis reumatoide puede hacer que
las articulaciones se deformen y se salgan de lugar.
Causas:
La inflamación que esto produce engrosa el sinovio, lo cual, con el tiempo, puede destruir
el cartílago y el hueso que están dentro de la articulación.
Los médicos no saben qué dispara este proceso, pero parecería ser probable que haya un
componente genético. Si bien los genes no provocan realmente artritis reumatoide, pueden
hacer que la persona sea más vulnerable a los factores ambientales —tales como la
infección por determinados virus y bacterias—, que pueden disparar la enfermedad.
Factores de riesgo:
Los factores que pueden aumentar el riesgo de artritis reumatoide incluyen los siguientes:
-Sexo. Las mujeres tienen más probabilidades que los hombres de padecer artritis
reumatoide.
-Edad. La artritis reumatoide puede producirse a cualquier edad, pero suele comenzar
entre los 40 y los 60 años de edad.
-Exposición ambiental. Si bien no es seguro que sea así y no se conoce mucho sobre el
tema, estar expuesto a algunos elementos tales como el asbesto o el sílice podría aumentar
el riesgo de presentar artritis reumatoide. Los profesionales de emergencias que estuvieron
expuestos a polvos del derrumbe del World Trade Center tienen mayor riesgo de padecer
enfermedades autoinmunitarias, tales como la artritis reumatoide.
-Obesidad. Las personas con sobrepeso u obesidad parecen tener un riesgo ligeramente
mayor de padecer artritis reumatoide, especialmente en las mujeres a las que se les
diagnosticó la enfermedad a los 55 años o antes.
Complicaciones:
-Nódulos reumatoides. Estos bultos duros de tejido en general se forman alrededor de los
puntos de presión, como los codos. Sin embargo, pueden formarse en cualquier parte del
cuerpo, incluso en los pulmones.
-Boca y ojos secos. Las personas que padecen artritis reumatoide son mucho más
propensas a desarrollar el síndrome de Sjogren, que disminuye la cantidad de humedad en
los ojos y en la boca.
-Composición anormal del cuerpo. La proporción de grasa comparada con la masa magra
es, a menudo, mayor en las personas que padecen artritis reumatoide, incluso en quienes
tienen un índice de masa corporal normal.
-Problemas del corazón. La artritis reumatoide puede incrementar el riesgo de que las
arterias se endurezcan y se obstruyan, además de que el saco que recubre al corazón se
inflame.
-Enfermedad pulmonar. El riesgo de inflamación y cicatrización del tejido pulmonar es
mayor para las personas que tienen artritis reumatoide. Esto puede derivar en una dificultad
progresiva para respirar.
Diagnóstico:
Puede ser difícil diagnosticar la artritis reumatoide en sus etapas iniciales debido a que los
primeros signos y síntomas son iguales que los de muchas otras enfermedades. No existe un
único análisis de sangre ni hallazgo físico que permitan confirmar el diagnóstico.
Análisis de sangre:
Las personas con artritis reumatoide suelen tener una velocidad elevada de
eritrosedimentación o proteína C reactiva, lo cual puede indicar la presencia de un proceso
inflamatorio en el cuerpo. Otros análisis de sangre frecuentes buscan detectar anticuerpos
reumatoides y anticuerpos antipéptidos cíclicos citrulinados.
Tratamiento:
No existe cura para la artritis reumatoide. Sin embargo, según descubrimientos recientes, es
más probable que haya una remisión de los síntomas cuando el tratamiento se inicia
precozmente e incluye medicamentos fuertes conocidos como «fármacos antirreumáticos
modificadores de la enfermedad».
Medicamentos:
Los efectos secundarios varían, pero pueden incluir daño hepático, supresión de médula
ósea e infecciones pulmonares graves.
Estos fármacos pueden dirigirse a partes del sistema inmunitario que desencadenan
inflamación, la cual provoca daños en los tejidos y en las articulaciones. También aumentan
el riesgo de infecciones.
Terapia:
Cirugía:
La cirugía para artritis reumatoide puede involucrar uno o más de los siguientes
procedimientos:
*Teratoma.
Definición:
Las células madre pluripotentes son aquellas que no son capaces de formar un organismo
completo, pero sí pueden dar lugar a todo tipo de células y tejidos correspondientes a los
tres linajes embrionarios (endodermo, ectodermo y mesodermo).
El aspecto monstruoso de estos tumores hace que multitud de gente sienta pavor al ver las
fotos de los teratomas.
Los teratomas son normalmente tumores benignos, llamados también teratomas maduros.
También hay casos en los que aparecen teratomas malignos y se conocen con el nombre de
teratomas inmaduros.
En las mujeres, el teratoma ovárico o teratoma quístico es el tumor que se presenta con más
frecuencia en menores de 45 años y es de naturaleza benigna.
Por otra parte, el teratoma maligno se suele desarrollar más frecuentemente en hombres que
en mujeres y su localización habitual suele ser en el tórax (teratoma mediastinal).
Tipos:
Como hemos dicho en el apartado anterior, existen dos tipos principales de teratomas:
Estos tumores son de crecimiento lento. Su tamaño medio se sitúa entre los 5 y los 15 cm,
aunque pueden llegar a medir 45 cm.
El teratoma maduro es el tumor ovárico que más problemas puede dar durante la
gestación.
Normalmente, son unilaterales y dominan en el ovario derecho, aunque en un 15% de los
casos se puede presentar de forma bilateral en ambos ovarios. También es posible encontrar
más de un quiste en el mismo ovario.
Otras localizaciones más raras de los teratomas maduros en los adultos son las siguientes:
cráneo, mediastino, retroperitoneo, mesenterio y región sacrococcígea.
Los teratomas inmaduros son poco frecuentes pero potencialmente cancerosos. Por lo
general, se presentan en niñas y jóvenes menores de 18 años, aunque es más frecuente
encontrarlo en hombres de 20 a 40 años.
Este tipo de tumor tiene un aspecto sólido, a veces necrosado, y está compuesto de tejidos
embrionarios inmaduros tales como tejido conectivo (el que dará lugar al cartílago o
hueso), vías respiratorias y cerebro. Aun siendo pequeño, si se compone de tejidos
inmaduros se debe considerar maligno.
Se distinguen diferentes grados según la gravedad y lo extendido que esté el tumor. Cuando
el teratoma no se ha extendido más allá del ovario, su tratamiento consiste en la extirpación
del propio ovario.
Causas y síntomas:
A continuación, vamos a comentar algunos síntomas más frecuentes en función del tipo de
tumor:
-Teratoma ovárico maduro: generalmente asintomático. Puede causar dolor de pelvis, dolor
en las relaciones sexuales, infertilidad o metrorragia (sangrado vaginal anormal).
Diagnóstico:
Es muy difícil palpar estos tumores por vía abdominal. Por tanto, su diagnóstico suele de
manera accidental en un control rutinario o durante una intervención quirúrgica como una
cesárea. Esta es la razón del gran tamaño de los teratomas ya que, en la mayoría de casos,
no es posible un diagnóstico precoz.
Tratamiento:
En los teratomas maduros, la técnica menos invasiva utilizada para extirpar el tumor es la
laparoscopia. Sin embargo, en casos de teratomas inmaduros se puede utilizar también la
laparotomía (cirugía a través del abdomen).
Puesto que muchas de las pacientes están todavía en edad fértil, es importante que en las
intervenciones se evite dejar secuelas como las adherencias pélvicas, que pueden producir
infertilidad.
En casos más complicados, donde puede ser necesaria la extirpación de los ovarios
(ooforectomía), el especialista puede considera la opción de extraer solo parte del ovario
para mantener la función ovárica de la mujer.
Por último, cuando es necesario extirpar ambos ovarios, la mujer puede seguir manteniendo
su útero para poder tener hijos en un futuro a través de la ovodonación.
Complicaciones:
Entre las complicaciones derivadas de la presencia de un teratoma en el ovario podemos
encontrar las siguientes:
-Ruptura del tumor o quiste provocando una peritonitis crónica, infección, adhesiones y
compresión de los órganos yuxtapuestos.
-En teratomas malignos, su diseminación por todo el cuerpo puede complicar su extirpación
y pronóstico.
*Enfermedad de Parkinson.
Descripción general:
La enfermedad de Parkinson es una enfermedad progresiva del sistema nervioso que afecta
el movimiento. Los síntomas comienzan gradualmente. A veces, comienza con un temblor
apenas perceptible en una sola mano. Los temblores son habituales, aunque la enfermedad
también suele causar rigidez o disminución del movimiento.
En las etapas iniciales de la enfermedad de Parkinson, el rostro puede tener una expresión
leve o nula. Es posible que los brazos no se balanceen cuando caminas. El habla puede
volverse suave o incomprensible. Los síntomas de la enfermedad de Parkinson se agravan a
medida que esta progresa con el tiempo.
Síntomas:
Los signos y síntomas de la enfermedad de Parkinson pueden ser diferentes para cada
persona. Los primeros signos pueden ser leves y pasar desapercibidos. A menudo, los
síntomas comienzan en un lado del cuerpo y usualmente continúan empeorando en ese
lado, incluso después de que los síntomas comienzan a afectar a ambos lados.
Los signos y síntomas de la enfermedad de Parkinson pueden incluir los siguientes:
-Rigidez muscular. La rigidez muscular puede ocurrir en cualquier parte del cuerpo. Los
músculos rígidos pueden ser dolorosos y limitar tu posibilidad de movimiento.
-Pérdida de los movimientos automáticos. Es posible que tengas una capacidad reducida
para realizar movimientos inconscientes, como parpadear, sonreír o balancear los brazos
cuando caminas.
-Cambios en la escritura. Puede resultarte más difícil escribir y tu letra puede parecer
pequeña.
Causas:
Los investigadores también han observado que se producen muchos cambios en el cerebro
de las personas con la enfermedad de Parkinson, aunque no resulta claro por qué ocurren
estos cambios. Entre estos cambios se incluyen los siguientes:
-La presencia de cuerpos de Lewy. Las masas de sustancias específicas dentro de las
células cerebrales son marcadores microscópicos de la enfermedad de Parkinson. Estas
masas se llaman cuerpos de Lewy, y los investigadores creen que estos cuerpos de Lewy
contienen un indicio importante de la causa de la enfermedad de Parkinson.
Factores de riesgo:
-La edad. Los adultos jóvenes rara vez padecen la enfermedad de Parkinson.
Originalmente comienza en etapas medias o avanzadas de la vida, y los riesgos aumentan
con la edad. Las personas normalmente manifiestan la enfermedad alrededor de los 60 años
de edad en adelante.
-Sexo. Los hombres son más propensos a desarrollar la enfermedad de Parkinson que las
mujeres.
También es posible sufrir otros cambios emocionales, como miedo, ansiedad o pérdida
de la motivación. Los médicos pueden prescribir medicamentos para tratar estos síntomas.
-Problemas para tragar. Es posible que se desarrollen dificultades para tragar a medida
que evoluciona la enfermedad. La saliva puede acumularse en la boca a causa de la forma
lenta de tragar, y así se produce el babeo.
-Problemas para dormir y trastornos del sueño. Las personas con enfermedad de
Parkinson a menudo tienen problemas para dormir, que incluyen el despertar
frecuentemente durante la noche, despertar temprano o quedarse dormidos durante el día.
También es posible que presenten un trastorno de comportamiento de sueño de movimiento
ocular rápido, en el cual se actúan los sueños. Algunos medicamentos pueden ayudar a
tratar los problemas del sueño.
-Dolor. Algunos pacientes con enfermedad de Parkinson presentan dolor, ya sea en áreas
específicas o en todo el cuerpo.
Prevención:
Otras investigaciones han demostrado que las personas que beben cafeína, que se encuentra
en el café, el té y las bebidas cola, presentan enfermedad de Parkinson con menos
frecuencia que las personas que no la consumen. Sin embargo, aún se desconoce si la
cafeína en realidad previene la enfermedad de Parkinson, o si está relacionada en algún
aspecto. En la actualidad, no existe evidencia suficiente para indicar que el consumo de
bebidas con cafeína tenga un efecto protector contra la enfermedad de Parkinson. El té
verde también está relacionado con un riesgo menor de tener la enfermedad de Parkinson.
Diagnóstico:
El médico puede solicitar análisis de laboratorio, como análisis de sangre, para descartar
otras enfermedades que puedan causar los síntomas.
Se pueden realizar algunas pruebas de diagnóstico por imágenes (como resonancias
magnéticas, tomografías computarizadas, ecografías del cerebro y tomografías por emisión
de positrones) para descartar otros trastornos. Las pruebas de diagnóstico por imágenes no
son especialmente útiles para diagnosticar la enfermedad de Parkinson.
Además del examen, el médico puede darte carbidopa-levodopa (Rytary, Sinemet, otros),
un medicamento para la enfermedad de Parkinson. Debes recibir una dosis suficiente para
percibir el beneficio, ya que las dosis bajas por uno o dos días no resultan confiables. Una
mejoría considerable con este medicamento generalmente confirmará el diagnóstico de
enfermedad de Parkinson.
Tratamiento:
Medicamentos:
Los medicamentos pueden ayudarte a controlar problemas para caminar, relacionados con
el movimiento y temblores. Estos medicamentos aumentan o reemplazan la dopamina.
No son tan eficaces como la levodopa para tratar los síntomas. Sin embargo, duran más
tiempo y pueden usarse con la levodopa para atenuar los efectos a menudo irregulares de la
levodopa.
Anticolinérgicos. Estos medicamos se usaron durante muchos años para ayudar a controlar
el temblor asociado a la enfermedad de Parkinson. Hay varios medicamentos
anticolinérgicos disponibles, como la benzatropina (Cogentin) o el trihexifenidilo.
Sin embargo, sus beneficios moderados suelen ser contrarrestados por los efectos
secundarios como alteración de la memoria, confusión, alucinaciones, estreñimiento,
sequedad en la boca y problemas para orinar.
Amantadina. Los médicos pueden recetar amantadina sola para brindar alivio a corto plazo
de los síntomas de la enfermedad de Parkinson leve y en etapa temprana. También puede
administrarse junto con el tratamiento de carbidopa-levodopa durante las etapas finales de
la enfermedad de Parkinson para controlar los movimientos involuntarios (discinesia)
inducidos por la carbidopa-levodopa.
Los efectos secundarios pueden comprender manchas moradas en la piel, hinchazón de los
tobillos o alucinaciones.
Procedimientos quirúrgicos:
Sin embargo, la estimulación cerebral profunda no es útil para tratar aquellos problemas
que no responden a la terapia con levodopa, excepto los temblores. La estimulación
cerebral profunda puede controlar los temblores aún si estos no responden al medicamento
levodopa.
*Cáncer de Páncreas.
El páncreas
La cabeza del páncreas está a la derecha del abdomen (vientre), detrás de donde se unen el
estómago y el duodeno (la primera parte del intestino delgado).
Las células endocrinas constituyen un porcentaje menor de las células en el páncreas. Estas
células producen importantes hormonas, como la insulina y el glucagón (que ayudan a
controlar los niveles de azúcar en la sangre), y las liberan directamente en la sangre. Los
tumores neuroendocrinos pancreáticos se originan en las células endocrinas. Consulte
Tumor neuroendocrino pancreático para más detalles sobre este tipo.
Los cánceres exocrinos son por mucho, el tipo de cáncer de páncreas más común. Si a usted
le dicen que tiene cáncer de páncreas, es más probable que sea un cáncer de páncreas
exocrino.
Tipos de cáncer exocrino menos comunes: los otros tipos de cáncer de páncreas exocrino
menos comunes incluyen a los carcinomas adenoescamosos, carcinomas de células
escamosas, carcinomas de células en anillo de sello, carcinomas indiferenciados, y
carcinomas indiferenciados con células gigantes.
Cáncer ampular (carcinoma de la ampolla de Vater): este cáncer se origina en la ampolla de
Vater, el lugar donde la vía biliar y el conducto pancreático se unen y desembocan en el
intestino delgado. Los cánceres ampulares no son técnicamente cánceres pancreáticos, pero
se incluyen en esta información porque se tratan de maneras muy similares.
Los cánceres ampulares a menudo obstruyen el conducto biliar cuando aún son pequeños y
no se han propagado mucho. Este bloqueo causa que la bilis se acumule en el cuerpo, lo
que ocasiona que la piel y los ojos adquieran un color amarillento (ictericia). Por esta razón,
estos cánceres por lo general se detectan más temprano que la mayoría de los cánceres
pancreáticos, y usualmente el pronóstico es mejor.
Neoplasias papilares mucinosas intraductales (IPMN): tumores benignos que crecen en los
conductos pancreáticos. Al igual que las neoplasias quísticas mucinosas (MCN), estos
tumores producen mucina, y algunas veces se convierten en cáncer con el paso del tiempo
si no se recibe tratamiento. Algunos de estos tumores simplemente se pueden mantener bajo
observación minuciosa, pero puede que sea necesario extraer algunos de ellos mediante
cirugía si tienen ciertos rasgos, como si se encuentran en el conducto principal del páncreas.
Neoplasias sólidas pseudopapilares (SPN): tumores poco comunes de crecimiento lento que
casi siempre ocurren en mujeres jóvenes. Aun cuando estos tumores suelen crecer
lentamente, a veces se pueden propagar a otras partes del cuerpo. Por lo tanto, el mejor
tratamiento consiste en cirugía. El pronóstico para las personas con estos tumores a menudo
es muy favorable.
Tener uno o más de los síntomas que se presentaron a continuación no significa que usted
tiene cáncer de páncreas. De hecho, es más probable que muchos de estos síntomas sean
causados por otras afecciones. No obstante, si presenta cualquiera de estos síntomas, es
importante que un médico le haga un examen para saber la causa de sus síntomas y recibir
tratamiento de ser necesario.
Los cánceres que comienzan en la cabeza del páncreas están cerca del conducto colédoco.
Estos cánceres pueden presionar el conducto y causar ictericia cuando aún son bastante
pequeños, lo que a veces da lugar a que estos tumores se puedan encontrar en una etapa
inicial. Pero los cánceres que se originan ya sea en el cuerpo o la cola del páncreas no
ejercen presión en el conducto hasta que se encuentran propagados por todo el órgano. Para
ese momento, el cáncer a menudo también se ha propagado fuera del páncreas.
Cuando el cáncer de páncreas se propaga, comúnmente pasa primero al hígado. Esto
también puede causar ictericia.
Además de la coloración amarillenta de los ojos y la piel, otros signos de ictericia son:
Orina oscura: algunas veces, la orina con un color más oscuro es el primer signo de
ictericia. A medida que los niveles de bilirrubina aumentan en la sangre, la orina se torna de
un color marrón.
Heces fecales pálidas o grasosas: la bilirrubina normalmente ayuda a dar a las heces fecales
su color marrón. Si se bloquea el conducto biliar, las heces fecales pueden lucir grises o de
color claro. Además, si la bilis y las enzimas pancreáticas no pueden llegar a los intestinos
para ayudar a desintegrar las grasas, las heces pueden convertirse en grasosas y pueden
flotar en el inodoro.
El cáncer pancreático no es la causa más común de ictericia. Otras causas, como los
cálculos biliares, la hepatitis y otras enfermedades del hígado y el conducto biliar son
causas mucho más comunes.
Es muy común que las personas que tienen cáncer de páncreas pierdan peso sin
proponérselo. A menudo, estas personas tienen poco o ningún apetito.
Náuseas y vómitos:
Si el cáncer presiona el extremo distal del estómago, esto puede bloquearlo parcialmente,
dificultando el paso de los alimentos. Esto puede causar náuseas, vómitos y dolor que
tiende a intensificarse después de comer.
Coágulos sanguíneos:
En ocasiones, la primera señal de que una persona tiene cáncer de páncreas es un coágulo
de sangre en una vena grande, a menudo en una pierna. A esto se le llama flebotrombosis
profunda (DVT). Los síntomas pueden incluir dolor, hinchazón, enrojecimiento y calor en
la pierna afectada. En ocasiones, se puede desprender un fragmento de coágulo y
desplazarse a los pulmones, lo que podría dificultar la respiración y causar dolor en el
pecho. A un coágulo sanguíneo en los pulmones se le llama embolia pulmonar (PE).
Aun así, tener un coágulo sanguíneo por lo general no significa que usted tiene cáncer. La
mayoría de los coágulos sanguíneos se deben a otras causas.
Diabetes:
En algunos casos, podría haber un factor que pudiera disminuir el riesgo de padecer cáncer
o tener un efecto no bien definido. Estos no se consideran un factor de riesgo, pero puede
que note que también se han identificado claramente en esta página.
El tener un factor de riesgo, o incluso muchos, no significa que usted padecerá cáncer.
Además, algunas personas que llegan a tener cáncer puede que tengan pocos o ninguno de
los factores de riesgo conocidos.
Estos son algunos de los factores de riesgo conocidos por aumentar el riesgo de padecer
cáncer de páncreas.
Tabaco:
El tabaquismo es uno de los factores de riesgo más importantes para el cáncer de páncreas.
El riesgo de padecer cáncer de páncreas es aproximadamente el doble de alto en los
fumadores que en las personas que nunca han fumado. Se cree que alrededor de 25% de los
cánceres pancreáticos son a causa de fumar cigarrillos. Fumar cigarros y el uso de
productos de tabaco sin humo también aumentan el riesgo. Sin embargo, el riesgo de cáncer
pancreático comienza a disminuir una vez que una persona deja de fumar. Consulte ¿Se
puede prevenir el cáncer de páncreas?
Sobrepeso:
El exceso de peso (obesidad) es un factor de riesgo para el cáncer pancreático. Las personas
obesas (índice de masa corporal [BMI] de 30 o más) tienen aproximadamente un 20% más
de probabilidades de padecer cáncer pancreático.
Acumular peso alrededor de la cintura puede ser un factor de riesgo incluso en las personas
que no tienen mucho sobrepeso.
Edad:
El riesgo de padecer cáncer de páncreas aumenta conforme la persona envejece. Casi todos
los pacientes son mayores de 45 años de edad. Alrededor de dos tercios de los pacientes
tienen al menos 65 años de edad. La edad promedio al momento de realizarse el diagnóstico
es de 70 años.
Los hombres son ligeramente más propensos a padecer cáncer de páncreas que las mujeres.
Esto se debe, al menos en parte, a un mayor consumo de tabaco en los hombres, lo que
aumenta el riesgo de cáncer pancreático (lea la información anterior).
Raza:
Las personas de raza negra tienen una probabilidad ligeramente mayor de padecer cáncer
de páncreas en comparación con las personas de raza blanca. Las razones no están claras,
pero puede que sea en parte a los mayores índices de algunos otros factores de riesgo para
el cáncer pancreático, tales como diabetes, tabaquismo y el sobrepeso.
Antecedentes familiares:
Síndrome hereditario de cáncer de seno y ovario, causado por mutaciones en los genes
BRCA1 o BRCA2
Síndrome del melanoma de nevo múltiple atípico familiar (FAMMM), causado por
mutaciones en el gen p16/CDKN2A y asociado con melanomas de piel y ojo
Síndrome de Lynch, también conocido como cáncer colorrectal hereditario sin poliposis
(HNPCC), más a menudo causado por un defecto en los genes MLH1 o MSH2
Síndrome Peutz-Jeghers, causado por defectos en el gen STK11. Este síndrome también se
ha asociado con pólipos en el tracto digestivo y otros tipos de cáncer.
Los cambios en los genes que causan algunos de estos síndromes se pueden detectar
mediante pruebas genéticas. Para más información sobre pruebas genéticas, consulte ¿Se
puede descubrir el cáncer de páncreas en sus comienzos.
Diabetes
El cáncer de páncreas es más común en las personas que padecen diabetes. La razón de esto
se desconoce. El riesgo principalmente se encuentra en las personas con diabetes tipo 2.
Con más frecuencia, este tipo de diabetes comienza en la edad adulta y a menudo está
relacionada con el sobrepeso o la obesidad. No se tiene certeza si hay un incremento del
riesgo en las personas con el tipo 1 (en personas de menor edad) de la enfermedad.
Pancreatitis crónica:
La pancreatitis crónica, una inflamación del páncreas prolongada, está asociada con un
mayor riesgo de cáncer de páncreas (especialmente en fumadores), pero la mayoría de las
personas con pancreatitis nunca padece este cáncer.
A veces, la pancreatitis crónica se debe a una mutación genética hereditaria. Las personas
con esta forma hereditaria (familiar) de pancreatitis tienen un riesgo elevado de por vida de
padecer cáncer de páncreas.
Alimentación
Algunos estudios han vinculado el cáncer de páncreas a una alimentación con un alto
consumo de carnes rojas y procesadas (como salchichas y tocino) y poco consumo de frutas
y verduras (vegetales). Sin embargo, no todos los estudios, han encontrado dichos vínculos,
y este asunto todavía se está estudiando.
Inactividad física
Algunas investigaciones sugieren que la falta de actividad física podría aumentar el riesgo
de cáncer pancreático. Sin embargo, no todos los estudios han coincidido en esto.
Café
Algunos estudios más antiguos han sugerido que consumir café podría aumentar el riesgo
de cáncer de páncreas, pero los estudios más recientes no han confirmado esto.
Alcohol
Infecciones
Algunas investigaciones sugieren que las infecciones del estómago con la bacteria
Helicobacter pylori (H. pylori) que causa úlcera, o las infecciones con Hepatitis B pueden
aumentar el riesgo de padecer cáncer de páncreas. Se necesitan más estudios sobre este
tema.
Etapas del cáncer de páncreas:
Los cánceres de páncreas en etapas más tempranas se identifican como etapa 0 (carcinoma
in situ) y luego van desde etapas I (1) a IV (4). Por regla general, mientras más bajo sea el
número, menos se ha propagado el cáncer. Un número más alto, como la etapa IV, significa
un cáncer más avanzado. Los cánceres con etapas similares suelen tener un pronóstico
similar, y a menudo son tratados de manera muy similar.
El sistema de estadificación que se emplea con más frecuencia para el cáncer de páncreas
es el sistema TNM del American Joint Committee on Cancer AJCC, que se basa en tres
piezas clave de información:
La extensión del tumor (T): ¿Qué tan grande es el tumor y ha crecido fuera del páncreas en
los vasos sanguíneos cercanos?
El sistema descrito a continuación es el sistema AJCC más reciente, en vigor desde enero
de 2018. Se utiliza para la mayoría de los cánceres pancreáticos, excepto para los tumores
neuroendocrinos bien diferenciados (NET), los cuales tienen su propio sistema de
estadificación.
Los números y las letras después de la T, N y M proporcionan más detalles sobre cada uno
de estos factores. Los números más altos significan que el cáncer está más avanzado. Una
vez que se han determinado las categorías T, N y M de una persona, esta información se
combina en un proceso llamado agrupación por etapas para asignar una etapa general.
Determinar la etapa del cáncer puede resultar complejo. Si tiene alguna pregunta con
respecto a la etapa, por favor, pídale a su médico que se la explique de una manera que
usted pueda entender. (También se incluye información adicional acerca del sistema TNM
que sigue tras la tabla a continuación sobre las etapas).
NX: no se pueden evaluar los ganglios linfáticos regionales debido a falta de información.
Aunque no son formalmente parte del sistema TNM, otros factores también son
importantes en determinar el pronóstico de una persona.
El grado describe cuán parecido es el cáncer al tejido normal cuando se observa bajo el
microscopio.
El grado 1 (G1) significa que el cáncer se parece mucho al tejido normal del páncreas.
Los cánceres de bajo grado (G1) tienden a crecer y propagarse más lentamente que los
cánceres de alto grado (G3). La mayoría de las veces, los cánceres de páncreas de Grado 3
tienden a tener un mal pronóstico (perspectiva) en comparación con los cánceres de Grado
1 o 2.
Extensión de la resección:
Para los pacientes que son sometidos a cirugía, otro factor importante es la extensión de la
resección (si se extirpó el tumor por completo):
R0: se cree que se ha eliminado todo el cáncer. (No hay signos visibles o microscópicos
que sugieran que ha quedado cáncer).
R1: se extirpó todo el tumor visible, pero las pruebas de laboratorio del tejido extraído
muestran que probablemente quedaron algunas áreas pequeñas de cáncer.
Resecable
Resecabilidad limítrofe
Resecable
Si el cáncer está sólo en el páncreas (o se ha propagado justo más allá de éste), y el cirujano
cree que se puede extraer por completo el tumor, se le llama resecable. (En general, esto
incluiría a la mayoría de los cánceres en etapas IA, IB y IIA del sistema TNM).
Es importante indicar que algunos cánceres podrían parecer resecables en base a los
estudios por imágenes, pero una vez que se comienza la cirugía, podría descubrirse
claramente que no es posible extraer todo el cáncer. Si esto ocurre, se puede extraer solo
una muestra del cáncer para confirmar el diagnóstico (si aún no se ha hecho una biopsia) y
el resto de la operación planeada será suspendida para ayudar a evitar el riesgo de efectos
secundarios graves.
Resecabilidad limítrofe:
Este término se usa para describir algunos cánceres que podrían acabar de llegar hasta los
vasos sanguíneos cercanos, aunque los médicos creen que aún podrían extraerlos
completamente mediante cirugía.
Irresecable
Avanzado localmente: si el cáncer aún no se ha propagado a órganos distantes, pero aun así
no se puede extraer completamente con cirugía, se le llama avanzado localmente. A
menudo, la razón por la cual no se puede extraer el cáncer es porque ha crecido hacia o
alrededor de los vasos sanguíneos principales adyacentes. (Esto incluiría a algunos cánceres
en etapa III del sistema TNM).
Sería muy poco probable que una cirugía para tratar de extraer estos tumores sea útil y
podría causar efectos secundarios mayores. Aun así, puede que se realice cierto tipo de
cirugía, pero esta sería una operación menos extensa con el objetivo de prevenir y aliviar
síntomas o problemas, tales como una obstrucción del conducto biliar o del tracto intestinal,
en lugar de tratar de curar el cáncer.
Los marcadores tumorales son sustancias que a veces se pueden encontrar en la sangre
cuando una persona tiene cáncer. El CA 19-9 es un marcador tumoral que puede ser útil en
el cáncer de páncreas. Una disminución en el nivel de CA 19-9 después de la cirugía (en
comparación con el nivel antes de la cirugía) y niveles bajos de CA 19-9 después de la
cirugía de páncreas tienden a predecir un mejor pronóstico.
En la mayoría de los casos, el tratamiento del cáncer de páncreas se basa en su etapa (cuán
lejos se ha propagado en el cuerpo). Sin embargo, otros factores, como su estado general de
salud, pueden afectar las opciones de tratamiento. Consulte con su médico si tiene cualquier
pregunta sobre el plan de tratamiento que le recomiende.
Puede ser difícil determinar la etapa del cáncer pancreático de manera precisa mediante los
estudios por imágenes. Los doctores hacen lo posible por determinar antes del tratamiento
si hay una buena probabilidad de que el cáncer sea resecable (o sea si se puede extirpar por
completo). Sin embargo, en ocasiones resulta que los cánceres se han propagado más de lo
que se pensó inicialmente.
Esta información es acerca del tratamiento del cáncer de páncreas exocrino, el tipo más
común de cáncer pancreático. Consulte Tumor neuroendocrino pancreático para obtener
información sobre cómo se trata generalmente ese tipo.
Por lo general, los cirujanos consideran que un cáncer pancreático es resecable si aún
parece estar dentro del páncreas o no se extiende lejos del páncreas, y no ha invadido los
vasos sanguíneos grandes adyacentes. Una persona también debe estar lo suficientemente
saludable como para tolerar una cirugía para extraer el cáncer, que es una operación
compleja.
Si los estudios por imágenes muestran una probabilidad razonable de poder extirpar el
cáncer por completo, la cirugía es el tratamiento preferido en caso de ser posible, por
conformar la única oportunidad realista de cura. En función de dónde se haya originado el
cáncer, generalmente se lleva a cabo la cirugía con la técnica de Whipple (una
pancreatoduodenectomía) o una pancreatectomía distal.
Aun cuando el cirujano cree que todo el cáncer ha sido eliminado, el cáncer puede regresar.
Administrar quimioterapia (quimio), ya sea sola o con radioterapia (quimiorradiación)
después de la cirugía (conocido como tratamiento adyuvante) podría ayudar a algunos
pacientes a vivir por más tiempo. La gemcitabina (Gemzar) o el 5-FU son los
medicamentos de quimioterapia que se utilizan con más frecuencia.
Tratamiento neoadyuvante (tratamiento antes de la cirugía)
A veces, si se cree que el tumor es resecable pero está muy grande, tiene muchos ganglios
linfáticos grandes cercanos, o está causando mucho dolor, se puede administrar
quimioterapia o quimiorradiación antes de la cirugía para reducir el tamaño del tumor
(conocido como tratamiento neoadyuvante). Esto puede facilitar su extirpación de todo el
cáncer en el momento de la cirugía. Puede que se recomiende quimioterapia adicional
después de la cirugía.
Un pequeño número de cánceres pancreáticos han alcanzado los vasos sanguíneos cercanos,
pero no se han expandido dentro o alrededor de ellos. Puede que estos cánceres aún se
puedan extraer mediante cirugía, aunque las probabilidades de extraer el cáncer por
completo son menores. Por lo tanto, estos se consideran cánceres de resecabilidad limítrofe.
Estos cánceres a menudo se tratan primero con quimioterapia neoadyuvante (a veces junto
con radioterapia) para tratar de reducir el cáncer y facilitar la operación. Entonces se
realizan estudios por imágenes (y a veces laparoscopia) para asegurarse de que el cáncer no
ha crecido demasiado como para ser extraído. Siempre y cuando no haya crecido
demasiado, se hace entonces una cirugía para extraer el cáncer. Puede que después de esto
se administre más quimioterapia.
Otra opción consiste en realizar una cirugía primero, seguida de quimioterapia adyuvante (y
posiblemente radiación). Si durante la cirugía es evidente que no se puede extraer el cáncer
por completo, continuar con la operación podría causar más daño que bien. Se puede
suspender la cirugía, o el cirujano podría continuar con una operación más sencilla con el
objetivo de aliviar o prevenir problemas, como obstrucción del conducto biliar.
Los cánceres localmente avanzados han crecido demasiado dentro de los vasos sanguíneos
cercanos o en otros tejidos como para extraerlos completamente mediante cirugía, pero no
se han propagado al hígado ni a órganos y tejidos distantes. La cirugía para tratar de extraer
estos cánceres no ayuda a las personas a vivir por más tiempo. Por lo tanto, si se realiza una
cirugía es para aliviar la obstrucción del conducto biliar o para circundar un intestino
obstruido a causa del cáncer que ejerce presión sobre otros órganos.
Los cánceres de páncreas a menudo se propagan primero dentro del abdomen y el hígado.
También puede propagarse a los pulmones, los huesos, el cerebro y a otros órganos.
Estos tumores se han propagado demasiado como para extraerlos mediante cirugía. Incluso
cuando los estudios por imágenes muestren que la propagación ha ocurrido sólo a otra parte
del cuerpo, a menudo se asume que un pequeño grupo de células cancerosas (demasiado
pequeño como para poder apreciarse con los estudios por imágenes) ya ha alcanzado a otros
órganos del cuerpo.
Otra opción, especialmente para las personas que están por lo demás en buen estado de
salud, es una combinación de medicamentos de quimioterapia llamada FOLFIRINOX. Ésta
consiste en cuatro medicamentos: 5-FU, leucovorina, irinotecan (Camptosar), y oxaliplatino
(Eloxatin). Este tratamiento puede ayudar a las personas a vivir por más tiempo que el
tratamiento con gemcitabina sola, pero puede causar también efectos secundarios más
graves. En ciertos casos, puede que la inmunoterapia tambien sea una opción para aquellas
personas lo suficientemente sanas para recibirla.
También se pueden usar otros tratamientos para ayudar a prevenir o aliviar los síntomas de
estos cánceres. Por ejemplo, se puede usar radioterapia o algún tipo de bloqueo nervioso
para ayudar a aliviar el dolor causado por el cáncer, o se puede colocar una endoprótesis
(stent) durante una endoscopia para ayudar a mantener abierto el conducto biliar.
Debido a que los tratamientos actualmente disponibles no son eficaces para muchas
personas, tal vez usted quiera considerar formar parte de un estudio clínico de nuevos
medicamentos o combinaciones de medicamentos.
Es importante que usted entienda el objetivo de cualquier tratamiento posterior, así como la
probabilidad de beneficios y riesgos.
Cuando el cáncer de páncreas recurre, con más frecuencia se presenta primero en el hígado,
aunque también se puede propagar a los pulmones, los huesos, o a otros órganos. Esto se
trata generalmente con quimioterapia si usted está lo suficientemente saludable como para
recibir este tratamiento. Si usted recibió quimioterapia antes y esto le mantuvo sin cáncer
durante algún tiempo, la misma quimioterapia podría ser útil otra vez. De lo contrario, se
pueden intentar diferentes medicamentos de quimioterapia, algunas veces junto con la
terapia dirigida. Puede que la inmunoterapia también sea útil en algunos casos de
recurrencia del cáncer pancreático. Es posible usar otros tratamientos como la radioterapia
o la colocación de una endoprótesis (stent) para ayudar a prevenir o a aliviar los síntomas
del cáncer.
En algún momento, puede ser evidente que los tratamientos ya no estén controlando el
cáncer. Si usted quiere continuar con el tratamiento, puede considerar participar en un
estudio clínico de un tratamiento más nuevo para el cáncer de páncreas. Aunque los
estudios clínicos no siempre son la mejor opción para cada persona, puede que le
beneficien a usted y a otros pacientes en el futuro.
A menudo, estos cánceres causan síntomas iniciales, tal como ictericia. Por lo tanto, con
frecuencia se detectan mientras aún son resecables. Con frecuencia, la cirugía con la técnica
de Whipple resulta exitosa en el tratamiento de estos cánceres en etapa temprana. A
menudo se recomienda quimiorradioterapia adyuvante después de la cirugía.
La cirugía potencialmente curativa se usa cuando los resultados de los exámenes y las
pruebas sugieren que es posible extraer (resecar) por completo el cáncer.
La cirugía paliativa puede realizarse si los exámenes muestran que el cáncer se extendió
demasiado como para extraerlo completamente. Esta cirugía se hace para aliviar los
síntomas o para prevenir ciertas complicaciones, como el bloqueo del conducto biliar o los
intestinos, pero el objetivo no es curar el cáncer.
Para determinar qué tipo de cirugía puede ser mejor, es importante saber la etapa
(extensión) del cáncer. Sin embargo, puede ser difícil determinar la etapa del cáncer
pancreático de manera precisa mediante los estudios por imágenes. A veces se hace una
laparoscopia primero para ayudar a determinar la extensión del cáncer y si es resecable.
Para este procedimiento, el cirujano hace varias incisiones (cortes) pequeñas en el abdomen
(vientre) e inserta instrumentos largos y delgados. Uno de los instrumentos tiene una
pequeña cámara de video en el extremo para que el cirujano pueda observar dentro del
abdomen y examinar el páncreas y otros órganos. Las muestras para biopsias de tumores y
otras áreas anormales pueden mostrar cuán lejos se ha propagado el cáncer.
Los estudios han demostrado que extraer solo parte del cáncer pancreático no ayuda a los
pacientes a prolongar el tiempo de vida. Por lo tanto, la cirugía potencialmente curativa se
realiza solamente si el cirujano cree que se puede extraer el cáncer por completo.
Esta es una cirugía muy compleja y puede ser muy difícil para los pacientes. Puede causar
complicaciones y la recuperación total puede tomar de semanas a meses. Si está
considerando someterse a este tipo de cirugía, es importante sopesar cuidadosamente los
beneficios y los riesgos potenciales.
Menos de 1 de cada 5 cánceres de páncreas parecen estar confinados al páncreas al
momento de descubrirlos. Aun así, no todos estos cánceres resultan ser realmente
resecables (que se puedan extraer completamente). A veces, después de que el cirujano
comienza la operación, se da cuenta de que el cáncer se ha extendido demasiado como para
extraerlo por completo. Si esto ocurre, es posible que se suspenda la cirugía, o el cirujano
podría continuar con una operación más sencilla con el objetivo de aliviar o prevenir
síntomas (lea “Cirugía paliativa”). Esto se debe a que sería muy poco probable que la
operación planeada cure el cáncer, y podría resultar en efectos secundarios graves. También
prolongaría el periodo de recuperación, lo que podría atrasar otros tratamientos.
Este es el tipo de operación más común para extirpar un cáncer en la cabeza del páncreas.
Durante esta operación, el cirujano extrae la cabeza, y a veces el cuerpo del páncreas.
También se extraen estructuras adyacentes, como parte del intestino delgado, parte del
conducto biliar, la vesícula biliar, los ganglios linfáticos cercanos al páncreas, y a veces
parte del estómago. El próximo paso consiste en conectar el conducto biliar y el páncreas al
intestino delgado de manera que la bilis y las enzimas digestivas puedan entrar al intestino
delgado. Las partes del extremo del intestino delgado (o el estómago y el intestino delgado)
se vuelven a conectar para que los alimentos puedan pasar por el tracto digestivo.
Con más frecuencia, esta operación se lleva a cabo a través de una incisión grande (corte)
en la mitad del abdomen (vientre). En los principales centros de cáncer, algunos médicos
también realizan la operación laparoscópicamente que a veces se conoce como cirugía
mínima invasiva (consulte ¿Qué avances hay en las investigaciones sobre el cáncer de
páncreas?).
Aun así, incluso en las mejores circunstancias, muchos pacientes presentan complicaciones
de la cirugía que pueden incluir:
Fugas de las varias conexiones entre órganos que el cirujano tiene que hacer
Infecciones
Sangrado
Problemas para digerir algunos alimentos (que podrían requerir tomar algunas pastillas para
ayudar con la digestión)
Pérdida de peso
Pancreatectomía distal
En esta operación, el cirujano extirpa sólo la cola del páncreas o la cola y una porción del
cuerpo del páncreas. Generalmente el bazo también se extirpa. El bazo ayuda al organismo
a combatir infecciones. Por lo tanto, si se extirpa el bazo usted tendrá un mayor riesgo de
infección con ciertas bacterias. Para atender este problema, los médicos recomiendan que
los pacientes reciban ciertas vacunas antes de esta operación.
Esta cirugía se usa para tratar cánceres que se encuentran en la cola y el cuerpo del
páncreas. Desafortunadamente, muchos de estos tumores por lo general ya se han extendido
al momento en que se encuentran y la cirugía no siempre es una opción.
Pancreatectomía total
En esta operación se extrae el páncreas por completo, así como la vesícula biliar, parte del
estómago e intestino delgado y el bazo. Esta cirugía puede ser una opción si el cáncer se ha
propagado por todo el páncreas, pero aún se puede extraer. Sin embargo, este tipo de
cirugía se usa con menos frecuencia que otras operaciones porque no parece ser una ventaja
importante extraer el páncreas por completo. Además, esta operación puede ocasionar
efectos secundarios graves.
Es posible vivir sin el páncreas. Sin embargo, cuando el páncreas se extirpa por completo, a
esas personas se les deja sin células de los islotes que son las productoras de insulina y
otras hormonas que ayudan a mantener seguros los niveles de azúcar en la sangre. Estas
personas llegan a padecer diabetes que puede ser difícil de manejar debido a que dependen
totalmente de inyecciones de insulina. Las personas que se han sometido a esta cirugía
también necesitan tomar enzimas pancreáticas en forma de pastilla para ayudarlas a digerir
ciertos alimentos.
Cirugía paliativa
Si el cáncer se ha propagado demasiado como para extraerlo completamente, cualquier
cirugía considerada será con fines paliativos (con el propósito de aliviar los síntomas).
Debido a que el cáncer de páncreas puede propagarse rápidamente, la mayoría de los
médicos no aconseja la cirugía mayor con fines paliativos, especialmente para las personas
que no gozan de buena salud.
Algunas veces se puede comenzar la cirugía con la esperanza de curar al paciente, pero
después de iniciar la operación el cirujano descubre que no es posible. En este caso, el
cirujano puede realizar una operación paliativa menos extensa, conocida como cirugía de
derivación, para ayudar a aliviar los síntomas.
El cáncer que crece en la cabeza del páncreas puede bloquear el conducto colédoco en su
paso por esta parte del páncreas. Esta obstrucción puede causar dolor y problemas
digestivos debido a que la bilis no llega al intestino. Los químicos de la bilis también se
acumularán en el cuerpo, causando ictericia, náuseas, vómitos y otros problemas. Hay dos
opciones principales para aliviar la obstrucción del conducto biliar en esta situación:
El método más común para desobstruir el conducto biliar no es una cirugía real. En cambio,
se coloca una endoprótesis (stent, un tubo pequeño que usualmente está hecho de metal)
dentro del conducto para mantenerlo abierto. Por lo general se coloca por medio de un
endoscopio (un tubo flexible y largo) mientras usted está sedado. A menudo, esto es parte
de una colangiopancreatografía retrógrada endoscópica (ERCP). El doctor desliza el
endoscopio a través de la garganta hasta llegar al intestino delgado. A través del
endoscopio, el médico puede entonces colocar la endoprótesis en el conducto biliar. La
endoprótesis también se puede colocar a través de la piel durante una
colangiopancreatografía transhepática percutánea (PTC). (Consulte Pruebas para el cáncer
de páncreas).
Cirugía de derivación
En las personas que están lo suficientemente saludables, otra opción para aliviar una
obstrucción del conductor biliar consiste en realizar una cirugía para desviar el flujo de la
bilis desde el conducto colédoco directamente al intestino delgado y así circundar al
páncreas. Por lo general, este procedimiento requiere que se haga una incisión (corte)
grande en el abdomen que puede requerir varias semanas para la recuperación. Algunas
veces se puede llevar a cabo la cirugía a través de varios cortes pequeños realizados en el
abdomen mediante el uso de instrumentos quirúrgicos largos y especiales. (Esto se conoce
como cirugía laparoscópica o cirugía mínimamente invasiva).
A menudo puede ofrecer un alivio más duradero que una endoprótesis, la cual podría
requerir limpieza o reemplazo
Podría ser una opción si por alguna razón no es posible colocar una endoprótesis
Durante la cirugía, es posible que el cirujano pueda cortar algunos de los nervios que
rodean el páncreas o inyectarlos con alcohol. Debido a que el cáncer pancreático a menudo
causa dolor si llega a estos nervios, este procedimiento puede reducir o eliminar cualquier
dolor causado por el cáncer.
*Cáncer de Hígado.
Solamente los cánceres que se originan en el hígado se denominan cáncer de hígado (cáncer
primario de hígado). Para entender el cáncer de hígado, resulta útil conocer sobre la
estructura normal y la función del hígado.
El hígado es el órgano interno más grande de su cuerpo. Se encuentra debajo de las costillas
de su lado derecho justo bajo el pulmón derecho, y se divide en lóbulos.
Usted no puede vivir sin el hígado. Éste realiza varias funciones importantes:
Descompone y almacena muchos de los nutrientes que su intestino absorbe y que su cuerpo
necesita para funcionar. Algunos nutrientes tienen que cambiarse (metabolizarse) en el
hígado antes de usarse como fuente de energía o para crear y reparar el tejido
Produce la mayoría de los factores de coagulación que evitan que usted sangre demasiado
cuando se corta o se lastima
Segrega bilis a los intestinos para ayudar a absorber los nutrientes (especialmente grasas)
Descompone alcohol, medicamentos, y desechos tóxicos en la sangre, que luego salen del
cuerpo a través de la orina y las heces fecales
El hígado está compuesto principalmente por células que se llaman hepatocitos. También
está compuesto por otros tipos de células, incluyendo células que cubren sus vasos
sanguíneos y las células que cubren los conductos pequeños en el hígado que se llaman
conductos biliares. Los conductos biliares se extienden hasta el hígado y llevan bilis desde
el hígado a la vesícula biliar o directamente a los intestinos.
Estos tipos diferentes de células en el hígado pueden formar varios tipos de tumores
malignos (cancerosos) y benignos (no cancerosos). Estos tumores tienen causas diferentes,
se tratan de maneras distintas y tienen un pronóstico diferente.
Algunas veces, los tumores benignos crecen tanto como para causar problemas, aunque
ellos no invaden los tejidos cercanos ni se propagan a partes distantes del cuerpo. Si
requieren tratarse, por lo general el paciente puede curarse con cirugía.
Hemangioma:
El tipo más común de tumor benigno del hígado se origina en los vasos sanguíneos y se
conoce como hemangioma. La mayoría de los hemangiomas del hígado no produce
síntomas y no requiere tratamiento. Sin embargo, algunos pueden sangrar y requerir que se
extirpen quirúrgicamente.
Adenoma hepático:
El adenoma hepático es un tumor benigno que surge de los hepatocitos (el tipo principal de
célula del hígado). La mayoría no causa síntomas y no requiere tratamiento. Sin embargo,
algunos causan síntomas, como dolor o una masa en el abdomen (en el área del estómago),
o pérdida de sangre. Debido a que hay un riesgo de que el tumor se reviente (lo que
causaría una hemorragia grave) y un riesgo leve de que se convierta en cáncer de hígado en
el futuro, la mayoría de los expertos usualmente recomendará extirpar el tumor, si es
posible.
El uso de ciertos medicamentos puede aumentar el riesgo de tener estos tumores. Las
mujeres tienen una mayor probabilidad de tener uno de estos tumores si toman pastillas
anticonceptivas, aunque ésta es una complicación que ocurre raras veces. Los hombres que
usan esteroides anabólicos también pueden padecer estos tumores. Los adenomas pueden
reducirse en tamaño cuando se suspenden los medicamentos.
La hiperplasia nodular focal (FNH) es un crecimiento compuesto por varios tipos de célula
(hepatocitos, células del conducto biliar y células del tejido conectivo) parecido a un tumor.
Aunque este tumor es benigno, puede ser difícil separarlo de los tumores que realmente son
cánceres de hígado. Por lo tanto, los médicos algunas veces extirpan este tumor cuando no
hay un diagnóstico claro. Si presenta síntomas a causa de este tumor, este se puede extirpar
con cirugía.
Tanto los FNH como los adenomas hepáticos son más comunes en las mujeres que en los
hombres.
Un cáncer que se origina en el hígado se llama cáncer de hígado primario. Existe más de
una clase de cáncer de hígado primario.
Algunos comienzan como un tumor sencillo que va creciendo. Sólo cuando la enfermedad
es avanzada se propaga a otras partes del hígado.
Un segundo tipo parece comenzar con muchas manchas pequeñas a través del hígado, y no
como un tumor solo. Éste se ve con mayor frecuencia en las personas que tienen cirrosis del
hígado y es el patrón más común visto en los Estados Unidos.
Los médicos pueden distinguir con un microscopio varios subtipos de cáncer hepatocelular.
La mayoría de estos subtipos no afecta el tratamiento o el pronóstico. No obstante, es
importante reconocer uno de estos subtipos, el fibrolamelar. Este tipo es poco común, pues
representa menos del 1% de los cánceres hepatocelulares. Con más frecuencia se observa
en las mujeres menores de 35 años, y a menudo el resto del hígado no está enfermo. Por lo
general, este subtipo tiene un mejor pronóstico que otras formas de cáncer hepatocelular.
Alrededor del 10% al 20% de los cánceres originados en el hígado son colangiocarcinomas
intrahepáticos. Estos cánceres comienzan en las células que cubren los conductos biliares
pequeños (conductos que llevan bilis a la vesícula biliar) dentro del hígado. (La mayoría de
los colangiocarcinomas en realidad se originan en los conductos biliares que están fuera del
hígado).
Aunque el resto de este documento trata principalmente sobre los cánceres hepatocelulares,
el tratamiento de los colangiocarcinomas a menudo es el mismo. Para más información
sobre este tipo de cáncer, lea nuestro documento (disponible en inglés), Bile Duct
(Cholangiocarcinoma) Cancer.
Angiosarcoma y hemangiosarcoma
Estos tumores crecen rápidamente y por lo general, para el momento en que se detectan, se
han propagado demasiado como para extirparlos quirúrgicamente. La quimioterapia y la
radioterapia pueden ayudar a desacelerar la enfermedad, pero estos cánceres son por lo
general muy difíciles de tratar. Estos cánceres se tratan como otros sarcomas. Para más
información, lea nuestro documento Sarcomas de tejidos blandos en adultos.
Hepatoblastoma
La mayoría de las veces en que se detecta el cáncer en el hígado, no comenzó allí, sino que
se propagó (hizo metástasis) desde otra parte del cuerpo, como el páncreas, el colon, el
estómago, el seno, o el pulmón. Debido a que este cáncer se ha propagado de su
localización original (primaria), es un cáncer de hígado secundario. A estos tumores se les
nombra y trata según el lugar primario (donde se originaron). Por ejemplo, el cáncer que
comenzó en los pulmones y se propagó al hígado se llama cáncer de pulmón con
propagación al hígado, no cáncer de hígado, y se trata como cáncer de pulmón.
En los Estados Unidos y Europa, los tumores secundarios del hígado (metastásicos) son
más comunes que el cáncer primario del hígado. Lo contrario resulta cierto para muchos
lugares de Asia y África.
Para más información sobre metástasis en el hígado a causa de diferentes tipos de cáncer,
lea nuestros documentos sobre estos tipos específicos de cáncer, así como nuestro
documento Cáncer avanzado.
Para entender los tumores carcinoides gastrointestinales, resulta útil conocer sobre el
sistema digestivo, así como del sistema neuroendocrino.
El sistema gastrointestinal
El sistema gastrointestinal (GI), también conocido como el sistema digestivo, convierte los
alimentos en energía y elimina del cuerpo a los residuos sólidos. Luego de masticar y tragar
los alimentos, éstos pasan al esófago. Este conducto lleva el alimento a través del cuello y
pecho hasta el estómago. El esófago está unido al estómago (un saco que contiene los
alimentos y da comienzo al proceso digestivo segregando jugo gástrico). Los alimentos y
los jugos gástricos se mezclan en un fluido espeso, que luego desemboca en el intestino
delgado.
El sistema neuroendocrino
Este sistema está formado por células que en cierta forma son como las células nerviosas y
que por otro lado son como las células productoras de hormonas. Estas células no forman
un órgano real como las glándulas suprarrenales o tiroides. En cambio, se encuentran
dispersas por todo el cuerpo en órganos como los pulmones, el estómago y los intestinos.
Los tumores carcinoides se originan en las células del sistema neuroendocrino.
Tumores carcinoides
Los tumores de bajo grado (grado 1) tienen células que no lucen muy anormales y crecen
lentamente.
Los tumores de grado intermedio (grado 2) están entre los tumores de bajo y alto grado.
Los cánceres neuroendocrinos se pueden propagar a otras partes del cuerpo. Se llaman
cánceres de alto grado (grado 3) porque las células se ven muy anormales y están creciendo
rápidamente.
El apéndice
Si el tumor comienza en el intestino delgado, puede causar que los intestinos se doblen y
estén bloqueados por un tiempo. Esto puede causar cólicos, dolor abdominal, pérdida de
peso, cansancio, abdomen hinchado, diarrea o náuseas y vómitos, que pueden ser
intermitentes. Esto a veces puede ocurrir durante varios años antes de encontrar el tumor.
Un tumor generalmente necesita crecer bastante antes de bloquear completamente el
intestino ocasionando dolor abdominal, náuseas y vómitos severos, y una posible afección
potencialmente mortal.
El recto
El estómago
Los tumores carcinoides que se inician en el estómago suelen crecer lentamente y a menudo
no causan síntomas. A veces se encuentran durante un examen del estómago que se realiza
para buscar otras cosas.
Diarrea intensa
Respiración sibilante
Muchas personas se dan cuenta que el estrés, el ejercicio intenso y beber alcohol también
pueden desencadenar en estos síntomas. Con el paso del tiempo, estas sustancias
semejantes a hormonas pueden dañar el corazón, causando falta de aire, debilidad, y un
soplo cardíaco (un sonido anormal del corazón).
Radiografías con bario: estas pruebas utilizan bario (un líquido calcáreo blancuzco) para
cubrir el revestimiento del esófago, el estómago y los intestinos). La capa de bario puede
ayudar a mostrar áreas anormales en estos órganos.
Tomografía computarizada (CT scan): usa rayos X para crear imágenes del interior de su
cuerpo. Este estudio puede mostrar imágenes claras del intestino y del área a su alrededor
para ver si el cáncer se ha propagado. También se puede usar una tomografía
computarizada para realizar una biopsia (vea información más adelante).
Imágenes por resonancia magnética (MRI): usan ondas de radio e imanes potentes en lugar
de rayos X para tomar imágenes claras del interior del cuerpo. Las MRI son muy útiles para
observar los cánceres del hígado.
PET scan: en este estudio (PET) se usa un tipo de azúcar que se puede ver en el interior del
cuerpo con una cámara especial. Si hay cáncer, el azúcar aparece como “puntos
radioactivos” indicando dónde se encuentra el cáncer. Esta prueba es útil cuando su médico
considera que el cáncer se ha propagado, pero desconoce el sitio de la posible propagación.
Para los tumores carcinoides gastrointestinales, se utiliza una sustancia diferente en lugar
de azúcar para encontrar las células cancerosas.
Gammagrafía con octreotida: la octreotida es una sustancia parecida a las hormonas que se
adhiere a las células carcinoides. Una pequeña cantidad de octreotida con una sustancia
radiactiva se inyecta en sus venas. Esta sustancia viaja por la sangre y se une a los tumores
neuroendocrinos carcinoides. Unas horas después de la inyección, una cámara especial
mostrará donde se haya acumulada la radioactividad en el cuerpo indicando donde se
encuentran los tumores.
Biopsia: en una biopsia el médico extrae una pequeña muestra del tumor, y la envía al
laboratorio para saber si contiene células cancerosas. Esta es la mejor manera de asegurarse
si usted tiene o no cáncer.
Si usted tiene un tumor carcinoide gastrointestinal, el médico querrá saber qué tanto se ha
propagado. A esto se le llama estadificación. La etapa (estadio) del cáncer ayuda al médico
a encontrar el mejor tratamiento para usted.
Para la mayoría de los tumores carcinoides gastrointestinales, la etapa describe el
crecimiento del cáncer a través de las capas de la pared del sistema digestivo. También
indica si el cáncer se ha propagado a los ganglios linfáticos cercanos o a órganos como el
hígado.
El mejor plan de tratamiento para usted depende de la etapa de su cáncer, su edad, estado
general de salud, la posibilidad de que el cáncer se pueda extirpar con cirugía, y otros
factores. A menudo, el tratamiento ayuda a aliviar los síntomas y desacelera el cáncer, pero
puede que no cure la enfermedad. Hable con su médico para que conozca sus opciones.
Cirugía
En cualquier tipo de cirugía puede haber riesgos y efectos secundarios. Pregunte al médico
lo que usted puede esperar. Si tiene algún problema, dígaselo a sus médicos.
La ablación del tumor destruye el tumor sin extraerlo. Hay varias maneras de hacer esto,
como calentar el tumor, congelar el tumor o matar las células cancerosas con alcohol. Hable
con el médico sobre el tratamiento planeado y qué es lo que se puede esperar.
Malestar estomacal
Diarrea
La mayoría de los efectos secundarios se alivian después de que finaliza el tratamiento. Sin
embargo, algunos pueden durar más tiempo. Hable con su médico sobre lo que usted puede
esperar.
Quimioterapia
Úlceras en la boca
Falta de apetito
Diarrea
Malestar estomacal
Cansancio
Estos problemas tienden a desaparecer después de que finaliza el tratamiento, pero hay
maneras de tratar la mayoría de los efectos secundarios. Asegúrese de hablar con su equipo
de atención médica contra el cáncer para que puedan ayudarlo.
Medicamentos radioactivos
Los medicamentos que contienen partículas radioactivas pueden ser útiles en el tratamiento
de algunos tumores carcinoides. Este tipo de tratamiento permite a los médicos administrar
altas dosis de radiación directamente a los tumores.
Los efectos secundarios más comunes son náuseas, problemas renales y hepáticos,
recuentos bajos de glóbulos blancos y vómitos.
Los medicamentos de terapia dirigida son tratamientos más recientes que pueden usarse
para tratar ciertos tipos de tumores carcinoides gastrointestinales. Estos medicamentos
afectan principalmente a las células cancerosas y no a las células normales del cuerpo.
Estos pueden ser eficaces incluso si otro tratamiento no surte efecto. Vienen en forma de
pastillas (píldoras) que usted toma en el hogar. Estos medicamentos causan efectos
secundarios diferentes a los de la quimioterapia.
Otros medicamentos
Los medicamentos, como octreotida y lanreotida se utilizan para tratar los síntomas del
síndrome carcinoide y ayudar a encoger los tumores carcinoides. Se administran en forma
de inyección debajo de la piel.
Estudios clínicos
Los estudios clínicos son investigaciones para probar nuevos medicamentos o tratamientos
en seres humanos. Estos estudios comparan los tratamientos convencionales con otros que
podrían ser mejores.
Los estudios clínicos son una manera de recibir los tratamientos del cáncer más nuevos. A
menudo, los estudios clínicos son la mejor alternativa para que los médicos encuentren
mejores maneras de tratar el cáncer. Si su médico puede encontrar un estudio clínico sobre
el tipo de cáncer que tiene, usted decide si quiere participar. En caso de que se inscriba en
un estudio clínico, siempre podrá dejar de participar en cualquier momento.
Si desea más información sobre estudios clínicos que pudieran ser adecuados para usted,
pregunte a su médico si su clínica u hospital participan en estudios clínicos. Consulte
Estudios clínicos para obtener más información.
Descripción general
Los tumores carcinoides son un tipo de cáncer de crecimiento lento, que pueden aparecer
en diferentes lugares de todo el cuerpo. Los tumores carcinoides, que son un subconjunto
de tumores llamados tumores neuroendocrinos, suelen comenzar en el tracto digestivo
(estómago, apéndice, intestino delgado, colon o recto) o en los pulmones.
El tratamiento para los tumores carcinoides suele ser la cirugía y puede incluir
medicamentos.
Síntomas
En algunos casos, los tumores carcinoides no provocan ningún signo o síntoma. Cuando se
presentan, los signos y síntomas suelen ser leves y dependen de la ubicación del tumor.
Dolor en el pecho
Silbido al respirar
Diarrea
Aumento de peso, en particular, alrededor de la parte media del cuerpo y la parte superior
de la espalda
Los signos y síntomas de los tumores carcinoides en el tubo digestivo comprenden los
siguientes:
Dolor abdominal
Diarrea
Sangrado rectal
Dolor en el recto
Causas
No se sabe con exactitud qué causa los tumores carcinoides. Por lo general, el cáncer ocurre
cuando una célula desarrolla mutaciones en su ADN. Las mutaciones permiten que la célula
continúe creciendo y dividiéndose, mientras que las células sanas normalmente se mueren.
Los médicos no saben qué provoca las mutaciones que conducen al desarrollo de tumores
carcinoides. Lo que sí saben es que los tumores carcinoides crecen en las células
neuroendocrinas.
Factores de riesgo
Estos son algunos de los factores que pueden aumentar el riesgo de desarrollar tumores
carcinoides:
Edad avanzada. Los adultos mayores tienen más probabilidades de que se les diagnostique
un tumor carcinoide que los jóvenes o los niños.
Sexo. Las mujeres son más propensas que los hombres a desarrollar tumores carcinoides.
Complicaciones
Las células de los tumores carcinoides pueden segregar hormonas y otros químicos, lo que
provoca una serie de complicaciones, tales como las siguientes:
Cardiopatía carcinoide. Los tumores carcinoides pueden segregar hormonas que provocan
el engrosamiento de la capa que recubre las cámaras, las válvulas y los vasos sanguíneos
del corazón. Esto puede conducir a la perforación de las válvulas del corazón y una
insuficiencia cardíaca que pueden requerir una cirugía de reemplazo de válvula. La
cardiopatía carcinoide a menudo puede controlarse con medicamentos.
Síndrome de Cushing Un tumor carcinoide pulmonar puede producir una cantidad excesiva
de una hormona que, a su vez, hace que el cuerpo produzca demasiado cortisol.
Diagnóstico
Entre las pruebas y los procedimientos utilizados para diagnosticar los tumores carcinoides
se incluyen los siguientes:
Análisis de sangre. Si tienes un tumor carcinoide, es posible que tu sangre contenga niveles
altos de hormonas segregadas por el tumor carcinoide o por los subproductos que se
generan cuando el cuerpo degrada estas hormonas.
Análisis de orina. Las personas que tienen tumores carcinoides presentan niveles excesivos
de un químico en la orina, que se produce cuando el cuerpo degrada las hormonas
segregadas por los tumores carcinoides.
Estudios de diagnóstico por imágenes. Los estudios de diagnóstico por imágenes, como la
tomografía computarizada (TC), la resonancia magnética (RM), la tomografía por emisión
de positrones (PET), la exploración con octreotida y las radiografías, pueden ayudar al
médico a determinar la ubicación del tumor carcinoide.
Una sonda o cámara que permite ver el interior de tu cuerpo. Es posible que tu médico
utilice un tubo largo y delgado equipado con una lente o cámara para explorar zonas en el
interior de tu cuerpo.
Una endoscopia, que consiste en la introducción de una sonda por la garganta, puede
ayudar a tu médico a ver por dentro el tracto gastrointestinal. Una broncoscopia, en la que
se introduce una sonda por la garganta hasta llegar a los pulmones, puede ayudar a
encontrar tumores carcinoides pulmonares. Pasar una sonda por el recto (colonoscopia)
puede ayudar a diagnosticar tumores carcinoides rectales.
Para poder ver el intestino delgado por dentro, tu médico puede recomendarte una prueba
en la que se utiliza una cámara del tamaño de una píldora que tú debes tragar (endoscopia
por cápsula).
Extracción de tejido para realizar análisis de laboratorio. Se puede recolectar una muestra
del tejido del tumor (biopsia) para confirmar el diagnóstico. El tipo de biopsia que te
realizarán depende de la ubicación del tumor.
En algunos casos, un cirujano utiliza una aguja para extraer células del tumor. En otros
casos, es posible que la biopsia se recolecte durante una cirugía. El tejido se envía a un
laboratorio para realizar diferentes análisis y determinar qué tipos de células hay en el
tumor y cuán agresivas son esas células al microscopio.
Tratamiento
Cirugía
Si se detectan de manera precoz, los tumores carcinoides se pueden extraer por completo
mediante una cirugía. Si los tumores carcinoides se detectan en una etapa más avanzada, tal
vez no sea posible extraerlos por completo. En algunos casos, los cirujanos pueden intentar
extraer la mayor parte del tumor posible, para controlar los signos y síntomas.
Medicamentos
Entre los medicamentos utilizados para tratar el síndrome carcinoide se incluyen los
siguientes:
Medicamentos que bloqueen las hormonas segregadas por las células cancerígenas. Utilizar
medicamentos para bloquear las hormonas segregadas por el tumor puede reducir los signos
y síntomas del síndrome carcinoide y retrasar el crecimiento del tumor.
Por lo general, los tumores carcinoides se propagan (metástasis) al hígado. Las opciones de
tratamiento incluyen las siguientes:
Cirugía hepática. La cirugía para extraer parte del hígado (resección hepática) puede
controlar los signos y síntomas provocados por los tumores hepáticos.
Detener el suministro de sangre a los tumores hepáticos. Mediante un procedimiento
llamado embolización de la arteria hepática, el médico obstruye la arteria principal del
hígado (arteria hepática), lo que detiene el suministro de sangre a las células cancerígenas
que se propagaron al hígado. Las células sanas del hígado sobreviven gracias a la sangre de
otros vasos sanguíneos.
Matar las células cancerígenas con calor o frío. La ablación por radiofrecuencia es un
tratamiento con calor que mata las células de los tumores carcinoides que se encuentran en
el hígado. La crioablación utiliza ciclos de congelación y descongelación para matar las
células cancerígenas.
Los tumores cardíacos primarios son tumores que se originan en el corazón. Los tumores
cardíacos primarios son muy poco frecuentes y ocurren en menos de una de cada 2000
personas. La mayoría de los tumores cardíacos primarios son no cancerosos (benignos).
Los tumores cardíacos metastásicos son cánceres que se han desarrollado en otro órgano y
posteriormente se han extendido al corazón. La mayoría de los cánceres cardíacos son
metastásicos.
Tanto los tumores primarios como los metastásicos pueden desarrollarse en el saco que
rodea el corazón (pericardio). Los tumores en el pericardio aprietan (comprimen) el
corazón e impiden que se llene correctamente. Aparece entonces dolor torácico e
insuficiencia cardíaca.
En los adultos, aproximadamente la mitad de los tumores cardíacos primarios son mixomas.
Los mixomas suelen aparecer en la cavidad superior (aurícula o atrio) izquierda del
corazón. Estos tumores se desarrollan a partir de células embrionarias localizadas en la capa
interna (revestimiento) de las paredes del corazón.
En los lactantes y los niños, el tipo de tumor cardíaco primario benigno más frecuente es el
rabdomioma. Los rabdomiomas, que suelen aparecer en grupos, por lo general crecen
dentro de las paredes del corazón y se desarrollan directamente a partir de las células del
músculo cardíaco. Habitualmente los rabdomiomas se desarrollan durante la infancia o la
niñez, a menudo formando parte de una enfermedad poco frecuente denominada esclerosis
tuberosa.
El segundo tipo de tumor primario benigno más frecuente en los lactantes y los niños es el
fibroma. Los fibromas, que de modo característico aparecen como un tumor único, suelen
crecer en el interior del músculo cardíaco y se desarrollan a partir de células del tejido
fibroso cardíaco.
Hay muchos otros tipos de tumores cardíacos primarios, pero todos son poco frecuentes.
Algunos son cancerosos y otros benignos.
Localización en el corazón:
Base del corazón (donde entran los vasos sanguíneos principales): Paraganglioma,
Teratoma.
Sarcoma
Mesotelioma
Linfoma
Los sarcomas son cánceres que se desarrollan a partir de tejidos conjuntivos (vasos
sanguíneos, nervios, huesos, grasa, músculos y cartílagos). Los sarcomas son el segundo
tumor cardíaco primario más frecuente (después del mixoma). Se desarrollan en la aurícula
derecha o izquierda y pueden bloquear el flujo sanguíneo a través del corazón. Los tumores
situados en la aurícula derecha pueden propagarse a los pulmones.
Los tumores cardíacos metastásicos suelen originarse en otras regiones del organismo (por
lo general en los pulmones, en las mamas, en los riñones, en la sangre o en la piel) y
después se extienden (metastatizan) al corazón. Estos tumores siempre son cancerosos. Los
tumores cardíacos metastásicos son de 30 a 40 veces más frecuentes que los tumores
cardíacos primarios. Alrededor de un 10% de las personas con cáncer de pulmón o de
mama (dos de los cánceres más frecuentes) y un porcentaje incluso mayor de personas con
melanoma maligno tienen metástasis en el corazón.
Síntomas
Los tumores cardíacos pueden ser asintomáticos, causar síntomas menores o síntomas de
una disfunción cardíaca potencialmente mortal.
Los tumores no cancerosos pueden ser tan mortales como los cancerosos si interfieren en el
funcionamiento del corazón.
Los síntomas graves son
Hipotensión, también denominada presión arterial baja (que da lugar a mareos y desmayos)
Fiebre
Fatiga (letargo)
Dolor articular
Los soplos cardíacos (sonidos provocados por un flujo turbulento de sangre a través del
corazón) aparecen en aproximadamente la mitad de las personas con tumores que se
desarrollan cerca de una válvula cardíaca o sobre ella (como los mixomas y los fibromas)
porque la sangre no fluye por la válvula con normalidad.
Los tumores cardíacos, en especial los mixomas y en algunas ocasiones los fibroelastomas,
pueden degenerar de tal manera que se desprendan fragmentos y viajen por el torrente
sanguíneo (convirtiéndose en émbolos). Los émbolos pueden alojarse en arterias pequeñas
y bloquear el flujo sanguíneo. Además, los coágulos de sangre que se forman en la
superficie de los tumores, como los mixomas, si se desprenden pueden actuar como
émbolos y obstruir alguna arteria. Los síntomas que producen los émbolos dependen del
lugar donde se instale el material y, por tanto, de los tejidos u órganos irrigados por la
arteria bloqueada. Por ejemplo, los émbolos que obstruyen una arteria del cerebro pueden
causar un accidente cerebrovascular.
Diagnóstico
Los tumores cardíacos primarios son difíciles de diagnosticar porque son relativamente
infrecuentes y sus síntomas se parecen a los de otras enfermedades. Se puede sospechar de
un tumor cardíaco primario en personas con soplos cardíacos, arritmias cardíacas, síntomas
inexplicables de insuficiencia cardíaca o fiebre inexplicable (que puede deberse a un
mixoma). Se sospecha tumores cardíacos metastásicos cuando los pacientes con cáncer en
cualquier sitio del organismo acuden al médico con síntomas de disfunción cardíaca. Los
tumores cardíacos se suelen diagnosticar mientras la persona se está sometiendo a pruebas
para valorar otra condición médica, como la dificultad respiratoria.
Tratamiento
En los lactantes y los niños un fibroma puede ser extirpado con éxito si no afecta a la pared
que separa los ventrículos (septo o tabique). Los tumores que afectan a esta pared suelen
afectar también al sistema de conducción eléctrica del corazón y no pueden ser extirpados
quirúrgicamente. Los niños con este tipo de tumor mueren a una edad temprana,
generalmente por arritmia. Si un fibroma es grande, obstruye el flujo sanguíneo y ha
crecido en el tejido circundante, puede ser necesario un trasplante cardíaco.
El trasplante se realiza en raras ocasiones, ya sea en niños o adultos, y únicamente los
tumores benignos son candidatos al trasplante de corazón.
Los tumores benignos del pericardio pueden extirparse quirúrgicamente, pero si son
cancerosos no se extirpan porque en general se han diseminado por otras partes del cuerpo.
Si el tumor secreta líquido que interfiere con el movimiento del corazón, este líquido puede
drenarse con un pequeño tubo de plástico insertado con una aguja en el espacio entre el
pericardio y el corazón (el espacio pericárdico). A veces se inyectan fármacos en el espacio
pericárdico para frenar el crecimiento del tumor.
El cáncer de corazón es muy poco frecuente. Por ejemplo, en un estudio, se analizaron más
de 12 000 autopsias y solo se encontraron 7 casos de tumor cardíaco primario. En Mayo
Clinic, en promedio, solo se ve un caso de cáncer de corazón al año.
Si bien aún es poco frecuente, la mayoría de los tipos de cáncer que se detectan en el
corazón provienen de otras partes del cuerpo. Los tipos de cáncer que se originan cerca del
corazón, como el de pulmón, pueden desarrollarse y comprometer el corazón o la
membrana que lo recubre (pericardio). Asimismo, el cáncer puede originarse en cualquier
otro lado del cuerpo y extenderse al corazón a través del torrente sanguíneo. Los tipos de
cáncer que pueden afectar el corazón incluyen cáncer de mama, de riñón, de pulmón,
leucemia, linfoma y melanoma, entre otros.
El cáncer también puede afectar al corazón de otras maneras. El tumor carcinoide, que es
poco frecuente, en ocasiones produce hormonas que pueden dañar las válvulas cardíacas.
*Meningioma.
Descripción general:
Un meningioma es un tumor que surge de las meninges —las membranas que rodean el
cerebro y la médula espinal—. Si bien técnicamente no es un tumor cerebral, se lo incluye
en esta categoría porque comprime o presiona el cerebro, los nervios y los vasos
adyacentes. El meningioma es el tipo más frecuente de tumor que se forma en la cabeza.
La mayoría de los meningiomas crecen muy lentamente, a menudo, durante muchos años
sin provocar síntomas. Sin embargo, en algunos casos, su efecto sobre el tejido cerebral, los
nervios o los vasos adyacentes puede provocar discapacidades graves.
Los meningiomas son más frecuentes en las mujeres y se suelen descubrir a edades
avanzadas, pero pueden presentarse a cualquier edad.
Dado que la mayoría de los meningiomas crecen lentamente y, muchas veces, no provocan
signos y síntomas significativos, no siempre requieren tratamiento inmediato y se pueden
controlar a lo largo del tiempo.
Síntomas
Convulsiones
Causas
No queda claro qué causa un meningioma. Los médicos saben que hay algo que altera
algunas células de las meninges y hace que se multipliquen de forma descontrolada, lo que
provoca un meningioma.
Todavía se desconoce en gran medida si esto se produce por genes heredados, hormonas (lo
que puede estar relacionado con la manifestación más frecuente en mujeres), la rara
circunstancia de una exposición previa a la radiación u otros factores. No hay pruebas
contundentes para respaldar la afirmación de que los meningiomas se relacionan con el uso
del teléfono celular.
Factores de riesgo
Hormonas femeninas. Los meningiomas son más frecuentes en las mujeres, lo que lleva a
los médicos a creer que las hormonas femeninas pueden tener algo que ver. Algunos
estudios también sugieren una conexión entre padecer cáncer de mama y el riesgo de
presentar meningioma, en relación con la función hormonal.
Obesidad. Un índice de masa corporal alto es un factor de riesgo establecido para muchos
tipos de cáncer y se ha observado una prevalencia más alta de meningiomas en personas
obesas en diversos estudios amplios. Sin embargo, la relación entre la obesidad y los
meningiomas no es clara.
Complicaciones
Pérdida de memoria
Cambios en la personalidad
Convulsiones
Diagnóstico:
eningiomas pueden ser difíciles de diagnosticar porque suelen ser tumores de crecimiento
lento. Los síntomas de un meningioma también pueden ser sutiles y confundirse con los de
otras enfermedades, o bien descartarse como signos normales del envejecimiento.
Imágenes por resonancia magnética (RM). Con este estudio por imágenes, se utiliza un
campo magnético y ondas de radio para generar imágenes transversales de las estructuras
del cerebro. Las exploraciones por resonancia magnética brindan una imagen más detallada
del cerebro y de los meningiomas.
En algunos casos, puede ser necesario analizar una muestra del tumor (biopsia) para
descartar otros tipos de tumores y confirmar el diagnóstico de meningioma.
Tratamiento
El tratamiento que recibes para el meningioma depende de muchos factores, entre ellos:
Enfoque expectante
Si el médico determina que el meningioma está creciendo y necesita ser tratado, tienes
diversas opciones de tratamiento.
Cirugía
Los cirujanos trabajan para extirpar completamente el meningioma. Sin embargo, como el
meningioma puede aparecer cerca de muchas estructuras delicadas en el cerebro o en la
médula espinal, no siempre es posible extirpar el tumor completo. En esos casos, los
cirujanos extirpan la mayor cantidad del meningioma posible.
El tipo de tratamiento que necesitas después de la cirugía, si hay alguno, depende de
muchos factores.
Si no queda tumor visible, puede que no sea necesario que recibas más tratamiento. No
obstante, tendrás exploraciones de seguimiento periódicas.
Si el tumor es benigno y solo quedó una pequeña parte, el médico puede recomendar
únicamente exploraciones de seguimiento periódicas. En algunos casos, algunos restos
pequeños de tumor son tratados con una forma de tratamiento con radiación llamada
«radiocirugía estereotáctica».
La cirugía puede conllevar riesgos, entre ellos, de infección y de sangrado. Los riesgos
específicos de la cirugía dependerán de la ubicación del meningioma. Por ejemplo, la
cirugía para extirpar un meningioma que se realiza alrededor del nervio óptico puede causar
pérdida de la visión. Consulta con el cirujano sobre los riesgos específicos de la cirugía.
Radioterapia
Si el meningioma no se puede extirpar por completo con cirugía, es posible que el médico
te recomiende realizar radioterapia después de la cirugía.
*Cordoma
El cordoma es un tumor óseo primario y canceroso (maligno) que, por lo general, aparece
en la columna vertebral o en la región donde se apoya el cráneo en la parte superior de la
columna vertebral (base del cráneo). Este tipo de tumor se manifiesta con mayor frecuencia
en la base del cráneo, la columna vertebral o la parte inferior de la columna vertebral
(sacro). Se forman a partir de pequeños remanentes de una columna de células del embrión
que se transforman en los discos de la columna vertebral.
Los hombres tienen el doble de probabilidades que las mujeres de padecer un cordoma; y la
mayoría de los tumores aparecen entre los 50 y los 70 años, aunque pueden manifestarse a
cualquier edad.
A pesar de que, por lo general, crecen de manera lenta, los cordomas son tumores
complicados de tratar, ya que se encuentran cerca de la médula espinal u otras estructuras
fundamentales, como la arteria carótida y el tejido cerebral.
Diagnóstico
Una vez que hayas recibido el diagnóstico de cordoma, el médico elaborará un plan de
tratamiento adaptado a tus necesidades con el asesoramiento de un especialista en cáncer y
radioterapia (oncólogo radioterápico) y un cirujano oncólogo.
Tratamiento
Radioterapia. La radioterapia usa haces de alta energía, como rayos X o protones, para
matar las células cancerosas. Durante la radioterapia, te recuestas sobre una camilla
mientras una máquina se mueve alrededor de ti y dirige haces de radiación a puntos
específicos del cuerpo. La radioterapia puede utilizarse antes o después de la cirugía o
cuando la cirugía no es una opción.
Los nuevos tipos de tratamiento con radiación, como la terapia de protones, les permiten a
los médicos utilizar dosis más altas de radiación y, a la vez, proteger el tejido sano, lo que
puede ser más eficaz para tratar un cordoma.
El tratamiento de un tumor en la base del cráneo supone, por lo general, una cirugía seguida
de radioterapia. El objetivo de la cirugía es extirpar la mayor cantidad posible del tumor sin
dañar el tejido saludable que lo rodea ni causar nuevos problemas injustificados. La
resección completa puede no ser una opción si se debe realizar cerca de estructuras
fundamentales, como la arteria carótida. La cirugía endoscópica y los enfoques
tradicionales pueden ser necesarios o utilizarse combinados para extirpar la mayor cantidad
posible del tumor con el menor riesgo posible.
Por lo general, a la cirugía le sigue la radioterapia para destruir las células cancerosas que
puedan haber quedado y ayudar a prevenir la recurrencia.
Un tumor de la médula espinal es una masa tumoral que se desarrolla en el interior del
conducto vertebral o de los huesos de la columna. Un tumor de la médula espinal, también
llamado tumor intradural, es una masa tumoral que se forma en la médula espinal o en el
recubrimiento de la médula espinal (duramadre). Un tumor que afecta los huesos de la
columna (las vértebras) se llama tumor vertebral.
Descripción general:
Los tumores de la médula espinal se pueden clasificar como uno de los tres tipos diferentes
de tumores, según el lugar donde aparecen en relación a las membranas que protegen la
médula espinal.
Los tumores intramedulares comienzan en las células de la propia médula espinal, como los
gliomas, los astrocitomas o los ependimomas.
Los tumores de otras partes del cuerpo pueden diseminarse (hacer metástasis) a las
vértebras, la red de apoyo que rodea la médula espinal o, en casos poco frecuentes, a la
médula espinal propiamente dicha.
Los tumores o masas tumorales de la médula espinal de cualquier tipo pueden provocar
dolor, problemas neurológicos y, a veces, parálisis. Un tumor de la médula espinal puede
ser potencialmente fatal y causar discapacidad permanente.
Tipos
Astrocitoma
Cordoma
Ependimoma
Glioma
Meningioma
Neurofibroma
Schwannoma
Síntomas
Causas:
No está claro por qué se forman la mayoría de los tumores en la médula espinal. Los
expertos creen que los genes defectuosos pueden influir. Pero generalmente se desconoce si
dichos defectos genéticos se heredan o se manifiestan con el tiempo. Pueden ser producto
de algo en el medioambiente, como la exposición a ciertos químicos. Sin embargo, en
algunos casos, los tumores en la médula espinal están asociados con síndromes hereditarios
reconocidos, como la neurofibromatosis tipo 2 o la enfermedad de von Hippel-Lindau.
Factores de riesgo:
Los tumores de la médula espinal son más frecuentes en las personas que tienen las
siguientes enfermedades:
Complicaciones:
Diagnóstico:
Los tumores de médula espinal a veces se pueden pasar por alto porque no son frecuentes y
sus síntomas se parecen a los de las enfermedades más comunes. Por ese motivo, es
especialmente importante que el médico conozca tu historia clínica y realice exámenes
físicos y neurológicos generales.
Si el médico cree que existe un tumor de médula espinal, los siguientes estudios pueden
ayudar a confirmar el diagnóstico y determinar la ubicación del tumor:
Imágenes por resonancia magnética (IRM) de médula espinal. Las imágenes por resonancia
magnética utilizan un campo magnético potente y ondas de radio para producir imágenes
precisas de la columna vertebral, la médula espinal y los nervios. Por lo general, las
imágenes por resonancia magnética son el estudio preferido para diagnosticar tumores de la
médula espinal y los tejidos circundantes. Una sustancia de contraste que ayuda a resaltar
ciertos tejidos y estructuras puede inyectarse en una vena de la mano o el antebrazo durante
el estudio.
Algunas personas podrían sentir claustrofobia dentro del escáner de resonancia magnética o
bien, el sonido fuerte y repetitivo que produce les puede resultar molesto. Sin embargo,
generalmente se reciben tapones para los oídos a fin de reducir el ruido y algunos escáneres
están equipados con televisores o auriculares. Si estás muy ansioso, pregunta acerca de un
sedante suave que ayude a calmarte. En ciertas situaciones, es posible que se necesite
anestesia general.
Tomografía computarizada (TC). Este estudio utiliza un haz de radiación fino para producir
imágenes detalladas de la columna vertebral. En algunos casos, se la combina con un tinte
de contraste inyectado para que resulte más fácil ver los cambios anormales en el conducto
vertebral o en la médula espinal. Solamente en raras ocasiones se utiliza la tomografía
computarizada para ayudar a diagnosticar los tumores espinales.
Tratamiento:
Idealmente, el propósito del tratamiento del tumor espinal es eliminar el tumor por
completo, pero esto se puede complicar por el riesgo de un daño permanente a la médula
espinal y a los nervios cercanos. Los médicos también deben tener en cuenta tu edad y tu
salud en general. Para determinar un plan de tratamiento también se debe considerar el tipo
de tumor y si surge de las estructuras de la espina dorsal o del canal medular o si se ha
extendido a la espina dorsal desde alguna otra parte del cuerpo.
Algunas de las opciones de tratamiento para la mayoría de los tumores espinales son:
Supervisión. Algunos tumores espinales se pueden detectar antes de que provoquen
síntomas, a menudo cuando te están evaluando por otra afección. Si los tumores pequeños
no crecen ni ejercen presión sobre tejidos cercanos, es posible que solo se necesite
observarlos detenidamente.
Cirugía.Por lo general, este es el tratamiento de elección para los tumores que se pueden
extirpar con un riesgo aceptable de daño por lesión en la médula espinal o los nervios.
Las técnicas y los instrumentos más modernos permiten que los neurocirujanos puedan
alcanzar tumores en zonas que antes se consideraban inaccesibles. Los microscopios de alta
potencia que se utilizan en la microcirugía facilitan aún más la distinción entre un tumor y
un tejido sano.
Sin embargo, aun con los últimos avances tecnológicos en el campo de la cirugía, no todos
los tumores se pueden extirpar por completo. Si el tumor no se puede extraer por completo,
después de la cirugía es necesario someterse a radioterapia, quimioterapia o ambas.
La recuperación de una cirugía espinal puede tardar semanas o más, dependiendo del
procedimiento. Puedes sufrir una pérdida temporal de la sensibilidad u otras
complicaciones, como sangrado o daño al tejido nervioso.
Radioterapia. Se puede utilizar para eliminar los restos de tumores luego de una cirugía,
para tratar tumores inoperables o para tratar aquellos tumores donde la cirugía es
demasiado riesgosa.
Existen medicamentos que pueden ayudar a aliviar algunos de los efectos secundarios de la
radiación, como náuseas y vómitos.
Algunos de los efectos secundarios pueden ser fatiga, náuseas, vómitos, aumento del riesgo
de contraer infecciones y caída del cabello.
Otros medicamentos. Debido a que la cirugía y la radioterapia, así como también los
mismos tumores, pueden provocar inflamación dentro de la médula espinal, los médicos a
veces recetan corticoesteroides para reducir la inflamación, ya sea después de la cirugía o
durante los tratamientos de radiación.
Aunque los corticoesteroides reducen la inflamación, por lo general, se utilizan solo por
períodos cortos para evitar efectos secundarios graves, como debilidad muscular,
osteoporosis, presión arterial alta, diabetes y mayor susceptibilidad a la infección.