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ANÁLISIS JURISPRUDENCIALES

Trabajo presentado por:


ANDRÉS DAVID CAICEDO SILVA
ANDÉS FELIPE NARIÑO BOCHAGÁ
OSCAR ROMARIO FLÓREZ CAMARGO
ANDRÉS FELIPE CABALLERO MURILLO
JUAN PABLO ANDRÉS ZAMUDIO RODRÍGUEZ

Trabajo presentado a:
YESID ALBEIRO SANCHEZ SANDOVAL

DIVISIÓN DE CIENCIAS JURÍDICAS Y POLÍTICAS


FACULTAD DE DERECHO
UNIVERSIDAD SANTO TOMÁS, BUCARAMANGA, COLOMBIA
2022
ANÁLISIS SENTENCIA CASO CUSIANA

➢ Problema jurídico

¿Son nulos los apartados demandados de las Resoluciones No. 113 del 28 de mayo de 1971
y 1181 octubre 23 de 1940 que se refieren a la cesión del 45% de los subsuelos de las tierras
de Santiago de las Atalayas y Pueblo Viejo de Cusiana, que debe pagarse al General Martínez
Landinez y sus herederos?

➢ Consideraciones de la Corte

La Corte inicia por determinar que compone el territorio nacional y las características del
subsuelo. Entonces, entre lo que compone el territorio se trata de la personalidad misma del
Estado, el ámbito especial para el ejercicio de la soberanía, y el dominio eminente (las
prerrogativas que tiene el Estado sobre el territorio y los bienes que forman parte de él),
igualmente respecto a las características del subsuelo se tiene que este es inalienable (que no
se puede enajenar/vender), inembargable e imprescriptible (es decir, la imposibilidad de que
sea objeto de prescripción adquisitiva un bien de dominio público).

También define el concepto de bien oculto, siendo este un bien que tiene calidad o estatus
jurídico oscuro o incierto (por ejemplo, que esté en manos de particulares o que se evidencie
abandono por parte del dueño).

Tras esto, examina los varios artículos constitucionales y legales del ordenamiento jurídico
actual y previo con el fin de establecer si es nulo el apartado relativo del 45% de los subsuelos
de las tierras de Santiago de las Atalayas y Pueblo Viejo de Cusiana o si, como clama el
representante de los herederos del General Martínez Landinez, se atiene a los apartados
constitucionales respectivos a los derechos adquiridos de los terceros y se trata además de un
bien oculto.

Respecto a lo último, la Corte recuerda que por la naturaleza jurídica del subsuelo y los
recursos como el petróleo del que trata el caso, el Estado no está en la obligación de demostrar
constantemente su dominio del subsuelo, porque siendo su dueño único, con carácter de
reserva nacional, siempre se tratara de su legítimo poseedor. Así que, los particulares no
pueden apropiarse jurídicamente el petróleo por el solo hecho de que ejecuten actos de
posesión sobre el suelo.

La previa Constitución del 86, la cual reclama el dominio exclusivo del subsuelo mantiene
que no es transferible y que cualquier acto contrario es inexistente, ilícito, nulo, inoponible
por ser abiertamente inconstitucional y no constituye título alguno al ser violatorio del
derecho público de la nación. Si bien se reconocieron los derechos ya adquiridos de terceros,
se dio un año posterior la expedición de la Constitución para que se buscarán, cataran y
denunciaran las minas dentro de su heredad.

Adicionalmente la Ley 20 de 1969 (“por la cual se dictan algunas disposiciones sobre minas
e hidrocarburos”) y la Ley 97 de 1993 (la cual de manera retroactiva interpreta aspectos de
la previa ley) al regular el tema de los derechos ya adquiridos de terceros establecen
claramente que estas minas debieron ser descubiertas y denunciadas previas al 22 de
diciembre de 1969. Esto no se dio en el caso de presente discusión puesto que el primer
yacimiento de petróleo se descubrió en 1985 y por ende no se dio el debido
perfeccionamiento para que se pueda alegar la propiedad privada del subsuelo como sí lo
hicieron querer ver los apoderados de los herederos del General Martínez Landinez.

Por ende, la Corte declara la nulidad de los apartados demandados respectivos del dominio
del 45% de los subsuelos de las tierras de Santiago de las Atalayas y Pueblo Viejo de Cusiana.

➢ Posición crítica grupal

La Corte hizo bien en declarar la nulidad del dominio del subsuelo de Santiago de las
Atalayas y Pueblo Viejo de Cusiana a los herederos de general Martínez Landinez, puesto
que si bien el contrato originario del tema de discusión donde se entregaba el dominio de
tierras y del subsuelo en las áreas ya mencionadas como pago en especie al General Martínez
Landinez era de 1920 y las resoluciones donde se le entregaban de 1940 y 1971
respectivamente, estas se originaron de actos plenamente inconstitucionales y por ende nulas,
además que las circunstancias necesarias para que se pudiera llegar a perfeccionar la posesión
privada reconocida a terceros, que se establecieron en la carta del 86 y la actual carta no se
dieron como previamente se expuso.

Si bien podría ser reprochable, como lo expuso en su salvamento de voto el honorable


magistrado Mario Alario Méndez, el uso de la acción de nulidad como fin para declarar nula
la posesión del subsuelo de Santiago de las Atalayas y Pueblo Viejo de Cusiana, ya que
cuando la declaración de nulidad no implique el restablecimiento del derecho subjetivo
violado por el acto, pues si esa declaración tuviera efectos restablecedores, la acción no es
entonces de nulidad y restablecimiento, y no podrá proponerse sino por la persona que se
crea lesionada en un derecho suyo, esto es, la persona pública de la Nación, y dentro del
término de caducidad establecido, y así no se hizo. Pese a esto, nos parece que es una acción
ejercida justamente por un ciudadano de la nación, quien busca proteger los intereses y la
integridad de la misma. Siendo que es un tema que nos afecta y concierne a todos estaría en
su derecho de actuar, ya que la nación no tomó la responsabilidad de hacerlo.
ANÁLISIS SENTENCIA C-346/95

➢ Problema jurídico

¿Viola el artículo 1 parcialmente y el artículo 13 de la Ley 20 de 1969, por exigir un nuevo


requisito para obtener el reconocimiento de derechos adquiridos el demostrar que las
situaciones jurídicas subjetivas y concretas para su debido perfeccionamiento estén
"vinculadas a yacimientos descubiertos", el artículo 58 y el 332 de la Constitución?

➢ Consideraciones de la Corte

En primer término, se entiende por derechos constituidos a favor de terceros las situaciones
jurídicas subjetivas y concretas, adquiridas y PERFECCIONADAS por un título específico
de adjudicación de hidrocarburos como mina o por una sentencia definitiva y en ejercicio de
los cuales se hayan descubierto uno o varios yacimientos de hidrocarburos, a más tardar el
22 de diciembre de 1969.

En el artículo 2o. definió la expresión yacimiento descubierto, así: "Descubrimiento de


hidrocarburos. Se entiende que existe yacimiento descubierto de hidrocarburos cuando
mediante perforación con taladro o con equipo asimilable y las correspondientes pruebas de
fluidos, se logra el hallazgo de la roca en la cual se encuentran acumulados los hidrocarburos
y que se comporta como unidad independiente en cuanto a mecanismos de producción,
propiedades petrolíferas y propiedades de fluidos".

Tras esto, aclara la Corte que las sentencias ejecutoriadas antes de su vigencia se tratan de
cosa juzgada y no es posible volver a abrir el pleito, por ende, no se afectan los derechos
adquiridos de los terceros como si lo quiso hacer ver el demandante.

De lo anterior se desprende claramente que no existe retroactividad de la ley 97 en sus


artículos 1o., 2o., y 3o. al interpretar el artículo 1o. de la ley 20, ni violación de derechos
constituidos o adquiridos bajo el régimen anterior a su vigencia, pues, se repite, se trata de
los mismos derechos, que más aún son los mismos a que se refería, ya desde sus orígenes, la
Constitución de 1886 en su artículo 202. Pues la ley 20 de 1969 no reguló condiciones
constitutivas de derecho distintas a las excepciones que estatuyó el tantas veces artículo 202,
que por otra parte son reconocidas claramente en la nueva Carta Política (art. 332).
Por otra parte, para la Corte Constitucional la Ley 20 de 1969 se expidió para llevar a la
práctica el mandato constitucional, según el cual la propiedad privada es una función social
que implica obligaciones, y en ella se definió que los derechos adquiridos por particulares
sobre el subsuelo petrolero, debían estar vinculados a un yacimiento descubierto hasta el
momento de la publicación de la misma; naturalmente se trata de eliminar las trabas de los
particulares a la explotación de uno de los recursos naturales no renovables más importantes
en una economía como la nuestra. De esta intención del legislador existe suficiente
documentación en los antecedentes legislativos de la mencionada ley 20 de 1969, en especial
en su exposición de motivos y en las ponencias correspondientes.

Además, el actual Código de Minas contenido en el Decreto 2655 de 1988 reitera en sus
artículos 3o. y 5o., lo señalado en la mencionada Ley 20 de 1969, en los términos en que es
interpretada ahora por la Ley 97 de 1993, es decir, que la exención prevista en la mencionada
ley sólo comprende las situaciones jurídicas subjetivas y concretas debidamente
perfeccionadas, vinculadas a yacimientos descubiertos válidos jurídicamente, antes del 22 de
diciembre de dicho año.

➢ Posición crítica grupal

Nos parece que el fallo de la Corte está ajustado a derecho por los motivos ya previamente
mencionados. En especial en lo referente a como la ley interpretativa no es en sí una violación
de los derechos adquiridos de los terceros o una injusta adición de requisitos para el debido
perfeccionamiento de los derechos de los terceros a la propiedad del subsuelo hecho de
manera retroactiva, puesto que toda sentencia ya ejecutoriada previo a la salida de la ley se
trata de cosa juzgada y no es posible volver a abrir el pleito. Adicionalmente, la ley no es en
sí retroactiva, más bien por su carácter interpretativo de la ley previa, se tiene en cuenta como
si hubieran nacido al mismo tiempo.

Respecto al apartado que se refería al requisito para perfeccionamiento que el yacimiento se


hubiera descubierto previamente al 22 de diciembre del 69, no se puede decir, como lo quería
dar por entender el demandante que violara los derechos que se tenían al momento de hacer
la compra, puesto que claro era ya para la época que solo los yacimientos en los que se haya
denunciado su existencia ante el Estado podrían ser dados como propiedad de terceros. Esto
por la cantidad de antecedentes históricos ya para la fecha, que se pueden resumir como
“quien no trabaja sus minas las pierde”, adicional a esto no más haber nacido a la vida jurídica
la carta del 86, si bien se reconocieron los derechos ya adquiridos de terceros, se dio un año
posterior la expedición de la Constitución para que se buscarán, cataran y denunciaran las
minas dentro de su heredad. De otra manera cualquiera que haya enajenado tierras previo al
22 de diciembre del 69, en caso de descubrir yacimientos en el subsuelo de sus tierras podría
aludir indefinidamente la posesión de este sin haber hecho el esfuerzo por buscar, denunciar
y explotar estos como debieron de haber hecho para su debido perfeccionamiento.

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