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Los orígenes de la filosofía.

K. Jaspers
‘’La historia de la filosofía como pensar metó dico tiene sus comienzos hace dos mil quinientos
añ os, pero como pensar mítico mucho antes.
Sin embargo, comienzo no es lo mismo que origen. El comienzo es histó rico (…). Origen es, en
cambio, la fuente de la que mana en todo tiempo el impulso que mueve a filosofar (…)
Este origen es mú ltiple. Del asombro sale la pregunta y el conocimiento; de la duda acerca de
lo conocido, el examen critico y la certeza; de la conmoción del hombre y de la conciencia de
estar perdido, la cuestió n de su propio ser.
Analicemos estos tres motivos:
1) Plató n decía que el asombro es el origen de la filosofía. Nuestros ojos nos ‘’hacen participes
del espectá culo de las estrellas, del sol y de la bó veda celeste’’. Este espectá culo nos ha dado el
impulso de investigar el universo. De aquí brotó para nosotros la filosofía, el mayor de los
bienes deparados por los dioses a la raza de los mortales. Y Aristó teles añ ade; ‘’Pues la
admiració n es lo que impulsa a los hombres a filosofar: empezando por admirarse de lo que le
sorprendía por extrañ o, avanzaron poco a poco y se preguntaron por (…) el origen del
universo’’
El admirarse impulsa a conocer. En la admiració n se cobra conciencia de no saber. Se busca el
saber, pero el saber mismo, no para satisfacer ninguna necesidad comú n’’
El filosofar es como un desvincularse de las necesidades de la vida: tiene lugar mirando
desinteresadamente a las cosas, al cielo y al mundo; preguntando que es todo ello y de donde
viene, preguntas cuyas respuestas no sirven para nada ú til, sino que resultan satisfactorias por
si solas.
2) Una vez que he satisfecho mi asombro y admiració n con el conocimiento de lo que existe,
pronto se anuncia la duda. Los conocimientos se acumulan, pero ante el examen crítico no hay
nada cierto. Las percepciones está n condicionadas por nuestros ó rganos sensoriales y son
engañ osas o en todo caso no concordante con lo que existe fuera de mí. Nuestras formas
mentales son las de nuestro humano intelecto: se enredan en contradicciones insolubles;… (…)’’
Jaspers, K. La filosofía, México, f.c.e.Breviarlos, 1965, Pág. 15 y 16

Jaspers nos esta señ alando así dos posibles fuentes de error: a) Los sentidos; que tienen
limitaciones con luz escasa, por ejemplo, confundimos colores y tamañ os segú n la perspectiva,
etc. b) La razó n; que nos lleva a demostraciones contradictorias, por ejemplo se han formulado
pruebas racionales de la existencia y de la inexistencia del alma (argumentos opuestos).
Y a esto añ ade dos tipos de duda que se han dado histó ricamente: La duda pirroniana o
escepticismo absoluto, propuesta por Pirró n de Elis en la antigü edad, que consiste en la
negació n de cualquier posibilidad de conocimiento; y la duda cartesiana, o escepticismo
metó dico, propuesta por Descartes en la edad moderna, en la que se busca un camino para
llegar a la certeza. Descartes decía ‘’Pienso, luego existo’’ y esta inferencia era para el
incuestionable. ¿Por qué? Luego de haber demostrado a través de ejemplos la escasa
confiabilidad de los sentidos, de haber señ alado la posibilidad de confundir sueñ o y vigilia; esto
provocado por un genio maligno (hipotéticamente). Aun así, equivocá ndose en todo, podía
llegar a estar seguro de algo: mientras estaba dudando producto del engañ o, estaba pensando y
al pensar estaba existiendo en tanto ser pensante. La duda metó dica parece, sin duda má s
viable que la duda pirroniana ya que esta puede llegar a ser paralizante. Si todo conocimiento
es imposible ¿qué línea debo seguir?
3) Segú n Jaspers el hombre puede mirar hacia fuera – al mundo - , o hacia adentro – a si mismo
- ; cuando su mirada se vuelve hacia si mismo, entonces toma conciencia de su situació n en el
mundo: no puede saberlo todo, no puede tenerlo todo, no vivirá indefinidamente, etc. Esto le
provoca angustia – que no es si no una ‘’conmoció n interior’’ y lo lleva a formularse nuevas
preguntas.
Dice Jaspers:
‘’Estamos siempre en situaciones. Las situaciones cambian, las ocasiones se suceden. Si no se
las aprovecha, no vuelven má s. Puedo hacer por que cambien determinadas situaciones. Pero
hay otras que son, por su esencia, permanentes aun cuando se altere su apariencia
momentá nea: no puedo menos de morir, ni de padecer, ni de luchar; estoy sometido al azar; me
hundo inevitablemente en la culpa. A estas situaciones de nuestra existencia las llamamos
situaciones límites. Quiere decir que son situaciones de las que no podemos salir y que no
podemos alterar. La conciencia de estas situaciones límites es, después del asombro y de la
duda, el origen, mas profundo aun, de la filosofía (…)
(…) El estoico Epicteto decía: ‘’El origen de la filosofía es percatarse de la propia debilidad e
impotencia’’ ¿Có mo salir de la impotencia? La respuesta de Epicteto decía: ‘’considerando todo
lo que no está en mi poder como indiferente para mi en su necesidad, y ,por el contrario,
poniendo en claro y en libertad por medio del pensamiento lo que reside en mi, a saber la
forma y el contenido de mis representaciones’’(…)
Estos tres influyentes motivos – la admiració n y el conocimiento, la duda y la certeza, el
sentirse perdido y encontrarse a si mismo – no agotan lo que nos mueve a filosofar en la
actualidad.
Jaspers, K. La filosofía, México, f.c.e.Breviarlos, 1965, Pág. 16, 17 y 21
Pero, ¿para qué sirve la Filosofía?
“Cuando alguien pregunta para qué sirve la filosofía, la respuesta debe ser agresiva ya que la pregunta se
tiene por irónica y mordaz. La filosofía no sirve al Estado, ni a la Iglesia, que tienen otras preocupaciones.
No sirve a ningún poder establecido (…) Sirve para detestar la estupidez, hace de la estupidez una cosa
vergonzosa. Sólo tiene un uso: denunciar la bajeza en todas sus formas (…) Denunciar todas las ficciones sin
las que las fuerzas reactivas no podrían prevalecer. Denunciar en la mistificación, esta mezcla de bajeza y
estupidez que forma también la asombrosa complicidad de las víctimas y de los autores. En fin, hacer del
pensamiento algo agresivo, activo, afirmativo. Hacer hombres libres.” Gilles Deleuze (1925 -1995)
“La verdadera función social de la filosofía reside en la crítica de lo establecido. Eso no implica la actitud
superficial de objetar sistemáticamente ideas o situaciones aisladas, que haría del filósofo un cómico
personaje. Tampoco significa que el filósofo se queje de este o aquel hecho tomado aisladamente y
recomiende un remedio. La meta principal de esta crítica es impedir que los hombres se abandonen a aquellas
ideas y formas de conducta que la sociedad en su organización actual les dicta.” M. Horkheimer, (1895.
1976) *
Texto: ‘’Los problemas de la filosofía’’ B. Russell

‘’El hombre que no tiene ningú n barniz de filosofía va por la vida prisionero de los prejuicios que
derivan del sentido comú n, de las creencias habituales en su tiempo y en su país, y de las que se han
desarrollado en su espíritu sin la cooperació n ni el consentimiento deliberado de su razó n. Para este
hombre el mundo tiende a hacerse preciso, definido, obvio; los objetos habituales no le suscitan
problema alguno, (…) .Desde el momento que empezamos a filosofar, hallamos, por el contrario (…), que
aú n los objetos má s ordinarios conducen a problemas a los cuales solo podemos dar respuestas muy
incompletas. La filosofía, aunque incapaz de decirnos con certeza cual es la verdadera respuesta a las
dudas que suscita, es capaz de sugerir diversas posibilidades que amplían nuestros pensamientos y nos
liberan de la tiranía de las costumbres. Así, al disminuir nuestro sentimiento de certeza sobre lo que las
cosas son, nuestro conocimiento de lo que pueden ser aumenta en alto grado; rechaza el dogmatismo
algo arrogante de los que no se han introducido jamá s en la regió n de la duda liberadora y guarda vivaz
nuestro sentido de admiració n, presentando los objetos familiares en un aspecto no familiar’’
El problema:
La palabra problema viene del griego y etimoló gicamente significa lanzar o arrojar hacia adelante. En
este sentido un problema es algo que está frente a mí, algo con que me encuentro y me enfrenta. En
otras palabras, un problema es un obstá culo. Pero para que algo sea vivido como obstá culo no es
suficiente que esté presente ante mí. Es indispensable que yo me proponga, que sienta la necesidad de
sortearlo, de pasar al otro lado, de salir de esa situació n. Es decir, no todo interrogante es vivido como
problema por el hombre. (… ). El hombre contemporá neo percibe con claridad que desconoce muchas
cosas pero puede habituarse a vivir con su ignorancia sin intranquilizarse por ello. El problema en
cambio se caracteriza por su dimensió n de problematicidad para alguien. La situació n se hace
problemá tica cuando el sujeto siente la necesidad de superarla como una exigencia. La situació n
adquiere entonces dramatismo. En cuanto a su contenido, tanto el problema como su solució n, se
caracterizan por su historicidad. La solució n siempre tiene una zona de validez limitada, fuera de la cual
será sustituida por otra. Pero los problemas mismos son histó ricos y esto en dos sentidos: un mismo
problema es una realidad variada a lo largo de la historia. Pero ademá s, permanentemente aparecen
problemas nuevos y otros dejan de serlo.
Berttolini, Langón, Quintela, de “Materiales para la construcción de cursos de Filosofía.

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