FILIAE MAESTAE JERUSALEM
Filiae maestae Jerusalem,
en Rex universorum,
Rex vester vulneratus
et spinis coronatus;
ut maculas detergat peccatorum
factus est Rex dolorum.
Ecce moritur vita
in durissima cruce;
ecce videte et non eam
sed nos potius lugete;
at nequis reprobare vestros fletus
immo lugeant vobiscum
omnia insensata, plorent
plorent cuncta creata.
Sileant zephyri
rigeant prata,
unda amata,
frondes, flores non satientur.
Mortuo flumine,
proprio lumine
luna et sol etiam priventur.
Sed tenebris diffusis
obscuratus est sol,
scinditur quoque velum,
ipsa saxa franguntur
et cor nostrum non frangit vis doloris?
At dum satis non possumus dolere
tu nostri bone Jesu, miserere.
Sileant zephyri
rigeant prata,
unda amata,
frondes, flores non satientur.
Mortuo flumine,
proprio lumine
luna et sol etiam priventur.
Hijas afligidas de Jerusalén,
he aquí el Rey de todos,
vuestro Rey herido
y coronado de espinas;
para limpiar las manchas del pecado
se convirtió en rey del dolor.
He aquí que la vida muere
en la cruz más dura;
he aquí, observad y no lloréis
sino por nosotros mismos;
que nadie condene vuestras lágrimas
al contrario, déjadlos llorar con vosotros
que lloren todos los seres irracionales
que llore toda la creación.
Se detienen los vientos,
se hielan los campos,
su amada agua
las flores y hojas no reciben.
Con el río muerto,
incluso la luna y el sol
están privados de su luz.
Así, al extenderse las tinieblas
se oscurece el sol,
y el velo se rasga,
las rocas mismas se rompen
¿no rompe así nuestro corazón la fuerza del dolor?
No podemos sufrir lo suficiente
ten piedad de nosotros, buen Jesús.
Que se detengan los vientos,
que se hielen los campos,
que su amada agua
las flores y hojas no reciban.
Con el río muerto,
incluso la luna y el sol
estarán privados de su luz.