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LOS CONVERSOS EN LA
HISTORIA DE ESPAÑA
por Paz Bustabad Arribas y Juan Ignacio Pulido
Universidad de Alcalá
D
El proyecto era alcanzar una unidad país. La consecuencia más notable de
LOS ORÍGENES DEL PROBLEMA
política y religiosa que hiciera fuerte a aquellos sucesos fueron las conversio-
(1391-1492)
URANTE la Edad Media las socie- la monarquía. El objetivo se alcanzó nes multitudinarias. Para salvar sus vi-
dades ibéricas formaban un com- en un grado suficiente como para lan- das y haciendas, miles de judíos corrie-
plejo puzzle de gentes de diversa reli- zar a aquellas gentes a la conquista de ron a las pilas bautismales, abandonado
gión: judíos, musulmanes y cristianos. un mundo más allá de los límites geo- el judaísmo y convirtiéndose en cristia-
El avance conquistador cristiano, diri- gráficos de la Península Ibérica. Un nos. La situación desde entonces fue
giéndose desde el norte hacia el sur, grado suficiente, pero no absoluto. Ni muy particular. Entre los cristianos vi-
consiguió finalmente una mínima uni- la unidad política ni la unidad religio- vían ahora miles de conversos o neófi-
formidad política y religiosa de aque- sa fue completa. El fenómeno conver- tos, a quienes se les comenzó a llamar
llas sociedades. Fue un proceso largo so es testimonio de lo inacabado, cristianos nuevos, para diferenciarlos
y difícil, repleto de historias olvida- complejo y contradictorio de aquel de los llamados cristianos viejos. Muy
das, que vamos conociendo mejor gra- proceso. esquilmados y de manera marginal
Las relaciones entre judíos, musul- quedaba un número notablemente re-
manes y cristianos no siempre fueron ducido de judíos, cuyas comunidades
pacíficas, y la violencia, endémica en nunca llegaron a recuperar su antiguo
aquellas sociedades, irrumpió en repe- esplendor.
tidas ocasiones. Así, la aparición de la La sociedad española del siglo XV
peste a partir de 1348, las graves difi- adquirió una notable singularidad: cris-
cultades económicas y el agudo desor- tianos y judíos, y entre medias, miles
den social, con continuas guerras polí- de convertidos, la mayoría concentra-
ticas, convirtieron a las minorías reli- dos en los núcleos urbanos. Conversos
giosas en recurridos chivos expiato- que, como cristianos, fueron penetran-
rios. Fue el caso de los judíos españo- do en todos los ámbitos de la sociedad
les, como también ocurriera en otras mayoritaria y dominante: en la institu-
partes de Europa. El imaginario colec- ción eclesial, tanto en las órdenes reli-
tivo, crédulo y poblado de creencias giosas como en el clero secular, en la
mágicas, convirtió al judío en un ser nobleza, en los gobiernos municipales,
maldito, enemigo de los cristianos y en los gremios, cofradías y hermanda-
responsable de aquella dura y prolon- des. Lo curioso fue que en aquel siglo
gada crisis cuyas causas reales se des- XV la violencia se precipitaría contra
conocían. Por su parte, el oportunismo la población convertida y no tanto con-
político utilizó el antisemitismo como tra la judía. Sobre los conversos se ver-
un instrumento para pescar en río re- tían acusaciones de todo tipo: la princi-
vuelto. Así ocurrió en España durante pal, que su bautismo no era sincero y
la segunda mitad del siglo XIV. Los ju- que su nueva fe era fingida. En el fon-
díos quedaron convertidos en las vícti- do, se decía, seguían viviendo como ju-
mas propiciatorias de la crisis general. díos y por lo tanto fomentaban la here-
La acumulación de tensión acabó por jía, el peor de los males. La grave rebe-
estallar con extraordinaria violencia. lión de Toledo en 1449 contra el rey
1391 fue el año recordado por las Juan II de Castilla se justificó por esta
persecuciones y matanzas de judíos. razón. Se acusó al rey y a sus ministros
Todo empezó en Sevilla. Desde allí los de favorecer a los conversos y a éstos
Auto de Fe presidido por Domin-
go de Guzmán, siglo XV.
se asentará su reinado. Algunos de es- cia de las grandes parte de herejes fue bastante popular en algunos
tos problemas eran herencia del siglo, oleadas de conver- procesos de la Inquisición.
como lo fuera el problema converso. siones masivas entre
Para los reyes fue prioritaria la ne- 1391 y 1492 los conversos acabaron del siglo XVI, fruto de su mezcla con
cesidad de pacificar los reinos y crear constituyendo un colectivo muy impor- los cristianos viejos. Muchos fueron
un nuevo orden político. Diversas vo- tante a principios del siglo XVI, tanto los matrimonios mixtos entre estos
ces pidieron la creación de un organis- numérica como socialmente. Su núme- conversos y los llamados cristianos
mo que interviniera en este espinoso ro pudo oscilar entre 300.000 y viejos. Hubo quienes para borrar la me-
asunto de fe: un tribunal jurídicamente 600.000 individuos, en un tiempo en moria familiar decidieron empezar una
capaz de discernir la verdad entre tan- que la población española rondaba los vida nueva en un lugar lejano, lanzán-
tas acusaciones de herejía contra el 5 millones. Su presencia en la sociedad dose a la emigración dentro o fuera de
converso. En 1478 se creaba el Tribu- fue destacada, más aún si se tiene en la Península Ibérica. La asimilación
nal de la Inquisición, pero el problema
al que se enfrentaba era demasiado
complejo.
Entre los conversos había diversas
actitudes religiosas: desde el cristianis-
mo sincero hasta el criptojudaismo más
arraigado. Por otra parte, a muchos
conversos les costaba romper con su
pasado religioso ya que vivían en con-
tacto permanente con las comunidades
judías de las que procedían, dándose
así, en ocasiones, situaciones harto
complicadas, donde miembros de una
misma familia podían abrazar credos
religiosos diferentes. ¿Cómo conseguir
una sincera conversión dentro de un
entorno familiar y social tan ambiguo?
¿Cómo asegurar la sinceridad de los
bautizados dentro de este ambiente tan
confuso?
La respuesta de los inquisidores fue
tajante: había que eliminar cualquier ti-
po de influencia judía sobre el neófito
para asegurar de tal manera su plena
conversión a la nueva religión . Entre
las diversas medidas que se tomaron se cuenta su preferencia de Madrid podía
por concentrarse traer consigo
en una valiosa
y enrecom-
encontraba el aislamiento físico de los en los núcleos urbanos. pensa: igualarse a la mayoría
y Corte,cristiano
Fachada del Real Alcázar representado dibujo ma-
las gentes humildes que llenaban los momento se llegó a confundir al portu-
corrales de comedias, sintiéndose, qui- gués con el judío, creándose un estereo-
ÚLTIMOS ECOS DEL PROBLEMA
zá sin pretenderlo, el centro de una vo- tipo que no respondía a la realidad, co-
CONVERSO
rágine social obsesiva por la limpieza mo se reflejaba en el apelativo de «ma- En el siglo XVIII se fue producien-
de sangre. Baste destacar las comedias rrano» con el que fueron nominados. do una desactivación del problema
de Lope de Vega, que tan bien reflejaba Por tanto, el problema converso re- hasta su definitiva desaparición. Pero
el sentir popular, donde las naturales surgía con fuerza en el panorama espa- antes, el Tribunal de la Inquisición lle-
distancias entre ricos y pobres, nobles ñol. Durante el reinado de Felipe II vó a cabo una última carga contra la
y plebeyos, parecían, tan solo en apa- (1598-1621) y en el de Felipe IV población conversa, de origen portu-
riencia, acortarse ante un objetivo co- (1621-1665) se consolidaron políticas gués en su mayoría. Por motivos que
mún: excluir al impío, detectar y des- cuyo objetivo sería la plena integración todavía nos son desconocidos, entre
cubrir al impuro. La atenta vigilancia y asimilación de estas gentes. Las gue- 1718 y 1730 los tribunales españoles
era necesaria. La sospecha inundaba rras que mantenía la Monarquía Hispa- emprendieron una gran represión por
los corazones henchidos de orgullo na estaban suponiendo una sangría im- todo el país. Muchos conversos apare-
castizo de esos hombres rústicos que se portante. Era necesario contar con to- cieron en los numerosos autos de fe
afanaban por descubrir el dudoso ori- dos los efectivos disponibles y no hacer que se celebraron en distintas ciuda-
gen de muchos nobles, con poder y ri- muchos distingos; por tanto, la integra- des españolas. Fueron los últimos co-
queza, que se veían obligados a demos- ción de estos portugueses era necesaria letazos de un largo conflicto que dura-
trar la pureza de su linaje, algo que a y urgente. Pero no fue fácil. El antiju- ba ya más de tres siglos. A continua-
ellos se les presuponía de forma natural daismo, presente en toda la sociedad ción se inició un largo periodo de le-
en base a su humilde condición social. española, ejercería una fuerte oposi- targo. Por otro lado, los estatutos de
Por el contrario, comerciantes, hom- ción, en algunos casos con consecuen- limpieza de sangre, aunque continua-
bres de negocios, nobles…, todos ellos cias políticas trascendentales. Fue el ban siendo un requisito necesario para
estaban bajo sospecha. caso ocurrido en tiempos del Conde todos aquellos que quisieran ocupar
Duque de Olivares, durante el reinado un cargo en alguna institución impor-
de Felipe IV, cuya caída en 1643 se re- tante del país, se habían convertido en
laciona muy directamente con su apo- un puro trámite administrativo. Tal
yo a los conversos portugueses. Tam- cambio era reflejo de la nueva menta-
LA LLEGADA DE LOS
poco hay que olvidar el papel de la In- lidad que cundía en la época, de las
CONVERSOS PORTUGUESES
En la segunda mitad del siglo XVI, bunal encargado de mantener la pureza ilustrados, empeñados en acabar con
con la unión de la Corona española y de la ortodoxia agitó campañas de re- los viejos usos y prácticas que se ale-
portuguesa en 1580, el conflicto con- presión contra estas gentes. El enrare- jaban de la España que ellos pretendí-
verso se complicó aun más. En Portu- cimiento del ambiente propició la hui- an y soñaban. Solo hubo una excep-
gal ya se habían producido conversio- da de muchos conversos a diversos lu- ción: los chuetas, aquellos conversos
nes forzosas en 1497, aunque no estu- gares de Europa. En Francia, Holanda, mallorquines sobre los que continuó
vieron avaladas por un tribunal inquisi- Italia, Inglaterra o Alemania se consoli- gravitando la marginación hasta el si-
torial. La Inquisición no se fundaría allí daron diversas comunidades judías. glo XIX. Pero aquel caso se explica
hasta mucho después, cuarenta años A pesar de todo, la mayor parte de por el ambiente cerrado e insular de
para ser exactos. Todo esto había propi- los conversos de origen portugués que- las islas. En el resto de España, el pro-
ciado la consolidación de importantes daron integrados y asimilados en la so- blema converso se podía dar por fina-
núcleos criptojudíos. La unión de los ciedad española. lizado.
reinos, bajo el reinado de Felipe II, su-
puso un flujo migratorio importante
desde Portugal hasta España. Numero-
sas familias atravesaron la frontera y se
instalaron a lo largo del territorio espa-
ñol. Otros eligieron tierras más lejanas,
como América. Muchos de ellos eran
conversos, aunque se desconoce su nú-
mero con exactitud. Algunos llegaron a
desempeñar un destacado papel en ac-
tividades como el comercio o las finan-
zas al amparo de grandes ciudades, co-
mo Madrid o Sevilla, aunque también
se les podía encontrar por cientos en
ciudades más pequeñas.
Esta corriente migratoria avivó más
el conflicto converso. Frente al conver-
so español, en la mayoría de los casos ya
asimilado, el converso portugués fue
objeto de enormes suspicacias. En algún Auto de Fe en la Plaza Mayor de Madrid, por F. Rizzi, reinado de Carlos II.
NATURALEZA DE LA BRUJA
EN LA EUROPA MODERNA
por José Santiago Menéndez Jiménez
Universidad de Málaga
LA MARGINACIÓN
SEXUAL EN LA EDAD
MODERNA
por Carolina Giraldo Pitti
Universidad de Los Andes
La propaganda oficial también utilizó un término anacrónico, propio del si- tajante entre el bien y el mal. Además,
este hecho para encumbrar a los mo- glo XX en todo caso. Los documentos entre algunas etnias africanas la homo-
narcas españoles de las Casas de Aus- que hacen alusión a este tipo de rela- eroticidad y la masturbación eran tan
tria y de Borbón frente a algunos ex- ciones las citan como «sodomía» o comunes y aceptadas como las relacio-
tranjeros –Jacobo I de Inglaterra, Luis«pecado nefando». Ambas expresio- nes heterosexuales; en otras eran leve-
XIII de Francia, Enrique III de Fran- nes se remiten al acto sexual de mane- mente penalizadas y en muy pocas re-
cia– presentados como sodomitas. ra exclusiva. Por ello, los inquisidores primidas y condenadas. Para los due-
La Inquisición, en el caso de la Mo-diferenciaron entre «sodomía perfec- ños de los esclavos, no obstante, sus
narquía española, vigiló por el estricto
ta» –es decir, con penetración– y «so- impulsos naturales debían conducirles
cumplimiento de la moralidad oficial, domía imperfecta» –sin penetración–. a la reproducción con esclavas, de tal
de tal manera que persiguió, denuncio El segundo caso abarcaba la homoero- manera que engrosaran con sus frutos
y castigó a aquellos que infringían lasticidad femenina, más desconocida las riquezas del propietario. Pero no
disposiciones del Concilio de Trento, para los historiadores modernistas por debe observarse el control sexual de
tanto en los territorios europeos como haber sido de difícil identificación y aquellas sociedades desde un prisma
en los americanos. Sin embargo, el sanción por parte de jueces. A media- exclusivamente económico, pues tam-
trato y la condena de los acusados no dos del siglo XVII, la falta de claridad bién tuvieron su importancia los facto-
fue la misma nunca, al depender de su de la Iglesia para definir los paráme- res ideológicos y las tendencias mono-
situación social y de la red de contac-tros que servirían para perfilar este de- polísticas del pensamiento y la cultura
tos, influencias o redes sociales que lito hizo que fuese retirado de la juris- oficial.
pudieran poner en funcionamiento, dicción inquisitorial. De esa manera, La Inquisición, y las autoridades lai-
una vez acusados de relaciones sodo- pasó a formar parte de las llamadas cas, trataron de canalizar los impulsos
míticas o de bigamia, por poner un «molicies» o pecados sexuales meno- y sentimientos de sus súbditos, adoctri-
ejemplo. Los nobles y eclesiásticos res, frente a la «sodomía perfecta» que nando a los católicos en los usos del
acusados de infringir la moral sexual fue catalogada como un crimen de cuerpo. Los mecanismos de control de
imperante siempre salieron mejor pa- igual gravedad a la herejía, estando la Iglesia y del Estado existieron –y
rados de estos procesos que los miem- por encima de transgresiones como el fueron justificados– porque la sexuali-
bros del llamado Estado Llano. Eso sí, regicidio. dad fue interpretada como parte de lo
no puede hablarse de «homosexuali- En el caso de los territorios america- instintivo en el ser humano. El homoe-
dad» durante la Edad Moderna, al ser nos y asiáticos, las autoridades para lu- rotismo estaba permeado por prácticas
char contra los «abominables estéticas y sensitivas que no sólo fue-
pecados» fueron tanto el San- ron el resultado de una estrategia racio-
to Oficio como las justicias nal y colectiva de resistencia, aunque
ordinarias. Aparecieron casos se tratara de una población marginal.
denunciados entre marineros, No obstante, el éxito de aquellas insti-
campesinos, pastores y come- tuciones fue relativo, ya que no pudie-
diantes, que, según sus decla- ron desterrar para siempre aquellos pe-
raciones en los procesos, de- cados ni aquellos pecadores, pese al
bido a la falta de mujeres, transcurrir de los siglos y a la preemi-
aceptaron liberar sus impulsos nencia política e ideológica que mantu-
de aquellas maneras que con- vieron en ellos. Eso sí, expulsaron a sus
denaba el Concilio de Trento. practicantes de la sociedad oficial, con-
En el caso de los esclavos denándoles a la marginación, al silen-
africanos, la acusación de un cio y al desarrollo de una cultura clan-
delito sexual se unió a cierta destina.
demonización debida al color
de su piel y a sus costumbres
tribales, que no abandonaron
tras su instalación forzosa en
BIBLIOGRAFÍA
los Virreinatos americanos. Rafael Carrasco, Inquisición y represión se-
No debe olvidarse que cual- xual en Valencia: historia de los sodo-
quier práctica religiosa que se mitas (1565-1785), Barcelona, Laertes,
saliera del ritual cristiano fue 1986.
considerada por las autorida- Federico Garza Carvajal, Quemando mari-
des como brujería, por lo que posas: sodomía e Imperio en Andalucía
no resulta extraño que algu- y México, siglos XVI-XVII, Barcelona,
nos negros fueran juzgados Laertes, 2002.
Manuel Peña Díez, Pícaros y homosexuales
San Juan Bautista, de Miguel Ángel Cara- como brujos, hechiceros o
en la España Moderna, Barcelona, De-
vaggio. La homoeroticidad en la obra de servidores del diablo. Los
bolsillo, 2005.
algunos artistas fue manifestación de esa afroamericanos, cuyas prácti-
Luiz Mott y Luiz R. de Barros, O sexo pro-
cultura clandestina consecuente con la cas religiosas se centraban al-
hibido: virgens, homosexuals e escravos
marginación sexual y el control del cuerpo rededor del culto a los muer-
no Inquisiçao, Campinas, Papirus Edito-
impuesto desde el siglo XVI.
tos, no concebían una división ra, 1988.
PIRATAS Y DELINCUENTES
DEL MAR
(SIGLOS XV-XVIII)
por Ana Martínez Tarancón
Universidad de León
cos o franceses. En los reinados de En- do caso, brutal. Entre 1716 y 1726 fue-
de los más crueles corsarios al
rique VIII e Isabel de Inglaterra, la pi- ron colgados en la horca más de 400 pi-
servicio de Inglaterra en el Mar
Caribe.
BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA
Retrato de Khadir Ab Din, uno de los famosos piratas Barbarroja, siglo XVI.
LEGITIMIDAD Y DINASTÍA
EN LOS COMIENZOS
DEL SIGLO XVIII
por Antonio Garrido Lestache y Antonio Manuel Moral Roncal
Universidad de Alcalá
«Cuarenta y seis años son, Aragón, que, en una guerra de Suce- Los jefes de palacio dispusieron lo
con éste que va corriendo, sión, prefirieron proclamar como rey al necesario para el feliz alumbramiento,
que España un Príncipe pide archiduque Carlos de Austria. organizando la recepción consiguiente
Cinco años más tarde, en la zona do- al parto, donde diversos invitados ac-
E
al Señor de la tierra y el cielo»
Anónimo de 1707 minada por las tropas borbónicas, se tuarían como testigos. En Asturias, tie-
anunció que la reina se encontraba em- rra ligada al título del heredero de la
l siglo XVIII español comenzó con barazada, lo que causó una gran alegría Corona, el gobernador del Principado
la desaparición del último repre- entre las ciudades y pueblos partidarios convocó una junta general de diputados
sentante de la Casa de los Habsburgo y de su marido. Manteniendo una tradi- el 19 de agosto, la cual nombró como
con la llegada al trono de una nueva di- ción que databa de 1629, fue traída a pa- comisario para felicitar a los monarcas,
nastía, los Borbones. El primer sobera- lacio la Santa Cinta de la catedral de llegado el parto, a don Juan Mallera y
no, Felipe V (1700-1746), contrajo ma- Tortosa que, según se creía, había perte- Prado, capitán de guardias de infantería
trimonio en 1701 con doña María Luisa necido a la Virgen María, a la habitación española, pero su nombramiento fue re-
Gabriela de Saboya, con el fin de asen- de la parturienta, para impetrar al Cielo vocado por el Consejo de Castilla. Ese
tar su linaje, logrando una compañera un alumbramiento feliz. Asimismo, se mismo día, algunos cortesanos creye-
de indudable inteligencia y valor. Sin reclamó la presencia del báculo de San- ron que la reina se había equivocado un
embargo, sus derechos dinásticos fue- to Domingo de Silos, que había sido tra- mes en su cuenta y que no saldría de
ron contestados por varias potencias dicional en los partos de las soberanas cuidado hasta los últimos días del pre-
europeas y los reinos de la Corona de de la Casa de los Habsburgo. La primera sente o a principios de septiembre, lo
vez que apareció documentada su pre- que contrariaba a todo el mundo, por-
sencia fue en tiempos de Felipe II, du- que doña María Luisa sufría mucho con
rante su matrimonio con Isabel de Va- los calores y los insomnios. Sin embar-
lois. Sin embargo, fue Margarita de go, en la palacio del Buen Retiro de
Austria, la esposa de Felipe III, la que Madrid, en la simbólica fecha del día de
asentó su presencia definitiva en la vida San Luis, rey de Francia (25 de agosto
palatina. La Casa Real solía enviar noti- de 1707), la soberana dio a luz por la
cia al monasterio burgalés de Santo Do- mañana a su primogénito que, llegado a
mingo de Silos sobre el próximo parto mayor de edad, reinaría unos pocos me-
de la reina e inmediatamente se enviaba ses con el nombre de Luis I. Fray Nico-
el báculo, que quedaba custodiado en el lás de Jesús Belando, en su Historia ci-
oratorio del palacio real de Madrid. El vil de España, refirió la asistencia de
báculo fue considerado de una autentici- testigos al primer parto de María Luisa
dad fuera de toda duda, pues su presen- Gabriela, o sea la ceremonia solemne
cia constaba en los inventarios más anti- de presentación ante ellos del recién na-
guos del monasterio, pese a ser fechado cido. Pero, en esta ocasión, no sólo pri-
en el siglo XI. Estas reliquias habían maron las tradiciones formales de la
visto nacer otros infantes y príncipes de corte sino que se impusieron una serie
España, por lo que su presencia e la cá- de circunstancias especiales con el ob-
Sello con el retrato de Luis I, cu-
mara regia las hacía imprescindibles pa- jeto de desvanecer calumnias desplega-
yo nacimiento en España, en ple-
ra legitimar a los nuevos vástagos rea- das por los adictos al archiduque Car-
na época de la Guerra de Sece-
«No dejaron por este tiempo los El nacimiento del príncipe se divul- pequeño, sin embargo, sólo vivió seis
desafectos de esparcir un falsa voz de gó rápidamente por todas las provin- días, por lo que, ante el tercer embarazo
que el preñado era fingido y, por tan- cias, festejando el acontecimiento a de la reina, se tomaron medidas extraor-
to, para desvanecer el engaño, cuan- imitación de la Villa y Corte. Felipe V dinarias. Los coroneles de los dos regi-
do estaba la reina en los últimos do- se aprestó a comunicar la buena nueva mientos de guardias de infantería que
lores del parto, con el fin de que en el a los monarcas aliados y a otras cortes custodiaban el palacio recibieron órde-
momento más decente fuesen testigos europeas. También hubo de notificarse nes para que la servidumbre no molesta-
de la verdad, se llamaron a Palacio al duque de Saboya, suegro del monar- ra con sus gritos a la reina, al anunciar a
al cardenal Portocarrero, al Nuncio ca, el nacimiento de su nieto aunque, las personas que debían asistir al parto.
Apostólico don Félix de Zondadari, a en aquel entonces, se había declarado a El martes 7 de junio de 1712, María Lui-
los ministros extranjeros y a los pre- favor de las pretensiones del archidu- sa Gabriela comenzó a sentir los dolores
sidentes de los consejos.» que Carlos. Valiéndose de un trompeta, del parto, por lo que se cursaron órdenes
el duque de Vendome, general del ejér- a los soldados de la guardia de corps pa-
Igualmente, el padre Flórez, en sus cito francés que combatía contra Víctor ra que avisaran a los Grandes de España
Memorias de las Reinas Católicas de Amadeo, le participó de la noticia, ante que debían acudir al nacimiento (Noti-
España, apuntó que los enemigos de la la cual, el monarca le contestó que no cia de lo que sucedió en 7 de junio de
Casa de Borbón, es decir los austracis- tenía nada que responder. Frialdad que 1712, en palacio, con ocasión del feliz
tas, divulgaron por todos los círculos so- secó toda esperanza de amistoso arre- parto de la reina nuestra señora.
ciales el bulo de la falsa preñez de la so- glo entre suegro y yerno. APRM, sección histórica, caj. 94). El
berana, con el intencionado objetivo po- Así, tras el largo reinado de Carlos rey ordenó que se descubriese el Santísi-
lítico de anular el impacto popular que II, siempre en espera de un ansiado he- mo en la capilla, pero ni siquiera se lle-
supondría la llegada al mundo del pri- redero, don Luis era el primer príncipe garon a rezar los maitines con se acos-
mer Borbón nacido en España. En la que nacía en la monarquía española en tumbraba en semejantes ocasiones, por-
austracista La Gaceta de Zaragoza se casi medio siglo, circunstancia que de- que la reina dio a luz rápidamente y no
podía leer que la declaración de Felipe be subrayarse. La continuidad de la llegaron a concurrir ni siquiera los cape-
V sobre el embarazo de su esposa no era nueva dinastía quedaba de ese modo llanes, cantores y músicos. El Patriarca
más que una patraña y que las tres faltas consolidada y aquel pequeño príncipe de Indias echó el agua bautismal sobre
que se anunciaban de la incipiente ges- madrileño fue visto por los partidarios el infante al que puso por nombres Feli-
tación no eran ciertas más que en la ca- de su padre como el mejor augurio cara pe, Pedro, Gabriel... La solemnidad pos-
rencia de dinero, víveres y tropas. Así, la al futuro. Sin embargo, la situación mi- terior del bautizo se retrasó cuatro años.
identificación del primogénito de Felipe litar empeoró paulatinamente, de ma- Sin embargo, este segundo vástago fa-
V supuso un problema de estado, ligado nera que en 1706, las tropas de Felipe lleció tempranamente, a diferencia del
a la legitimidad de la dinastía. Sus parti- V quedaron reducidas al espacio entre futuro Fernando VI –nacido en 1713–,
darios le aconsejaron que asistieran, co- Aragón y Portugal, obligando a la corte que logró sobrevivir a los peligrosos
mo testigos del nacimiento, el garante a abandonar la Villa de Madrid, donde años infantiles.
del testamento de Carlos II y presidente el archiduque Carlos entró triunfal- Cuando las tropas borbónicas alcan-
del consejo de Castilla, cardenal Porto- mente el 2 de julio. El pueblo de Casti- zaron la victoria en la guerra de Suce-
carrero, los presidentes del resto de con- lla, que confiaba en que los Borbones sión, Felipe V enviudó de su primera
sejos, el embajador de Luis XIV, los re- preservarían su hegemonía tradicional, mujer, por lo que contrajo nuevo matri-
presentantes del duque de Berry, del de salvó a la nueva dinastía en esta difícil monio con Isabel de Farnesio en 1714.
Orleáns y de los príncipes de sangre de situación. Carlos, por su parte, a quien La nueva reina dio a luz el 20 de enero
Francia –interesados en la sucesión–, el en Aragón consideraban garante de sus de 1716 en el viejo Alcázar de Madrid,
representante del Santo Padre y de las privilegios, no encontró respaldo en el símbolo de la dinastía de los Austrias.
monarquías europeas partidarias de su centro del país y se retiró en dirección a El alumbramiento fue rodeado de simi-
triunfo en la guerra civil, además de una Valencia. Felipe regresó a Madrid y se lares atenciones y solemnidades como
representación de la nobleza y alta ad- dispuso para una gran ofensiva, obte- si de un príncipe de Asturias se tratase,
ministración leal. Así, el monarca invitó niendo una importante victoria en la como si la segunda esposa de Felipe V
a su mayordomo mayor, condestable de batalla de Almansa, el 25 de abril de quisiese realzar los altos designios que
Castilla, una novedad en las costumbres 1707. Se logró recuperar Valencia y el futuro tenía previstos para este infan-
palatinas, al conde de Benavente, al Aragón, pero la situación no mejoró te segundón, que llegaría a ser soberano
conde de Santisteban, al marqués de debido a la crisis de subsistencias. A fin de las Dos Sicilias y de España. En los
Castel-Rodrigo, todos los consejeros de de contrarrestar el reconocimiento del años siguientes, la reina aumentó su fa-
estado y los dos secretarios de despa- archiduque como monarca por el papa milia, naciendo doña María Ana Victo-
cho. Naturalmente que ser testigos del Clemente XI y los rumores que circula- ria –reina de Portugal–, don Felipe –du-
parto –como se decía– no era sino per- ban sobre el abandono de los Borbo- que de Parma y de Piacenza–, don Luis
manecer en unas salas próximas a la cá- nes, Felipe V reunió Cortes en Madrid Antonio, doña María Teresa –Delfina
mara de la reina para asistir a la inme- en abril de 1709, las cuales reconocie- de Francia– y doña María Antonia Fer-
diata presentación oficial del recién na- ron a su hijo Luis como príncipe de As- nanda, reina de Cerdeña. En todos ellos
cido. En la cámara se encontraban el turias, en clara señal de que no renun- el ceremonial de nacimiento y presenta-
rey, la camarera mayor y aya del recién ciaba a sus pretensiones. ción se mantuvo en las mismas condi-
nacido, la princesa de los Ursinos, la co- La pareja real tuvo un segundo hijo, ciones, demostrando que la dinastía se
madrona y los médicos. nacido el 2 de julio de ese mismo año. El encontraba asentada y legitimada.
E
LA RONDA DE NOCHE
por María del Mar López Talavera (Universidad Complutense-CES Felipe II de Aranjuez)