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Existen múltiples estímulos que disparan nuestras reacciones de alarma. Estrés, amenazas potenciales nos alteran y
provocan una activación del organismo. Dicha activación supone el consumo de gran cantidad de energía. Sin embargo,
pasado el momento en que es necesario estar alerta, es necesario cesar ese gasto energético tranquilizándonos,
relajando nuestros sistemas corporales y volviendo a un estado normal.
Este proceso, que al igual que en el momento de activarse es llevado a cabo a nivel fisiológico de forma inconsciente e
involuntaria, es realizado por el sistema nervioso parasimpático.
Al hablar de sistema parasimpático estamos haciendo referencia a un sistema o circuito nervioso que inerva los diferentes
sistemas del organismo, partiendo del tronco del encéfalo y siguiendo la médula espinal.
En este circuito encontramos que las neuronas no conectan directamente cerebro y órgano diana, habiendo conexiones
intermedias en los ganglios autónomos. La comunicación entre neuronas, tanto a nivel pre como postganglionar, se da
en base a la transmisión de acetilcolina.
Junto con el sistema nervioso simpático y el sistema entérico, el parasimpático es una de las divisiones del sistema
nervioso autónomo o neurovegetativo, el cual rige y controla los procesos inconscientes e involuntarios imprescindibles
para el mantenimiento de la vida, como el latir del corazón o el ritmo respiratorio.
La principal función del sistema nervioso parasimpático es la de generar un estado de reposo que permita al organismo
ahorrar o recuperar energía, provocando una relajación del cuerpo y recuperando su estado tras la presencia de estímulos
activadores. En este sentido, al margen de inducir relajación también participa en la realización de la digestión y en la
respuesta reproductiva.
De este modo podemos considerar al sistema parasimpático el reflejo inverso del sistema simpático, debido a que ambos
sistemas en general realizan acciones que se oponen entre sí. De este modo mientras que el simpático prepara para la
acción y en general provoca una aceleración del organismo y su metabolismo, el parasimpático provoca reacciones que
preparan para el ahorro y la recuperación de energía, enlenteciendo el sistema.
En definitiva, el sistema nervioso parasimpático realiza una serie de funciones automáticas cuya existencia tiene sentido
a partir de la acción conjunta con el sistema nervioso simpático, con el cual se complementa (produciendo efectos
opuestos a este).
SITUACIÓN NEUROANATÓMICA
Si bien el sistema nervioso simpático tiene una gran cantidad de inervaciones nerviosas a muy diferentes alturas de la
médula, en el caso del sistema nervioso parasimpático dicha distribución es más concentrada, pudiendo localizarse
especialmente en localizaciones intracraneales concretas y en región sacra de la médula espinal.
Así, típicamente se pueden encontrar dos divisiones, craneal y sacra.
1. Región craneal: Dentro de esta región podemos encontrar conexiones con diferentes regiones, tanto a nivel del
hipotálamo (en que destaca la presencia de os nervios supraóptico-hipofisario, paraventricular-hipofisario y tubero-
hipofisario), mesencéfalo (encontramos el ganglio ciliar, desde el que nacen conexiones nerviosas que producen el
movimiento y ajuste del ojo a la luz, pudiendo contraer el iris gracias a él) y romboencéfalo (se sitúan en él gran
cantidad de pares craneales). En esta región del sistema nervioso parasimpático destacan la presencia y
participación de muchas fibras nerviosas de gran importancia.
Por ejemplo, a través del nervio vago el sistema llega al corazón, a los pulmones y al tubo digestivo, provocando
diferentes actuaciones. Además, el nervio glosofaríngeo también se puede encontrar en esta zona, gestionando la
deglución. Los nervios faciales también participaron en este sistema, llevando información que permite la
generación de saliva y mucosa en la boca y de lágrimas en los ojos.
2. Región sacra: En la parte más inferior de la médula espinal encontramos las vértebras sacras, estando en adultos
fusionadas en una única estructura ósea. En esta región, podemos encontrar una de las pocas conexiones del
sistema nervioso parasimpático que no se encuentran a nivel intracraneal. En el sacro encontramos ganglios que
inervan el sistema urogenital, lo cual es lógico teniendo en cuenta el tramo de la médula en la que se sitúa.
Para ello, envía señales al cerebro para que este libere acetilcolina y
llegue a las neuronas encargadas de relajar los músculos y órganos.
EXPLICAMOS
¿Cómo se recupera y se mantiene el equilibrio de nuestros sistemas luego de dar una respuesta frente a las
situaciones de estrés y miedo?
Cuando siente estrés de corta duración puede sentir ansiedad, nerviosismo, distracción, preocupación y presión. Si
el nivel de estrés aumenta o dura por más tiempo, puede tener otros efectos físicos o emocionales: Cansancio
excesivo, depresión. Dolor o presión en el pecho, palpitaciones rápidas.
Cuando estamos asustados se aceleran el ritmo cardiaco y se incrementa la frecuencia respiratoria. Explica ¿Cómo
estos se regulan?
Se regulada por factores nerviosos y humorales. En promedio es de 70 a 80 latidos por minuto en estado de reposo
y se considera normal un intervalo de 60 a 100 latidos por minuto.
PARA TERMINAR
Elabora un organizador visual para explicar cómo el sistema nervioso autónomo parasimpático regula y equilibra
nuestros órganos después de reaccionar frente al estrés y el miedo.
Por ejemplo
NOS EVALUAMOS
Lo Estoy en proceso ¿Qué puedo hacer
Competencia CRITERIOS DE logré de lograrlo para mejorar mis
EVALUACIÓN aprendizajes?
Explica el mundo Comprendí y expliqué de
físico basándose en forma científica la relación
conocimientos sobre entre una situación peligrosa
los seres vivos, y las funciones de los
materia y energía, sistemas humanos.
biodiversidad, tierra Evalué y argumenté de forma
y universo. científica la influencia de la
inseguridad ciudadana sobre
el funcionamiento de los
sistemas del ser humano.