Tema 5. Los recursos administrativos. Concepto y clases.
Recurso de reposición, de alzada y
extraordinario de revisión. Los recursos administrativos. El procedimiento administrativo se entiende como el conjunto ordenado de trámites y actuaciones formalmente realizadas, según el cauce legalmente previsto, para dictar un acto administrativo o expresar la voluntad de la Administración Pública. El procedimiento administrativo constituye una garantía de los derechos de los administrados, ya que asegura la pronta y eficaz satisfacción del interés general, mediante la adopción de las medidas y decisiones necesarias por parte de los órganos de la Administración. Esta doble finalidad del procedimiento administrativo, como instrumento de eficacia y como garantía de los administrados, está firmemente establecida en la Ley 39/2015, del Procedimiento Administrativo Común de las Administraciones Públicas (LPACAP). La LPACAP regula los derechos y garantías mínimas que corresponden a todos los ciudadanos respecto de la actividad administrativa, tanto en su vertiente del ejercicio de la potestad de autotutela, como de la iniciativa legislativa y la potestad reglamentaria. Para ello, la LPACAP tiene por objeto regular el procedimiento administrativo común a todas las Administraciones Públicas, incluyendo el sancionador y el de reclamación de responsabilidad. La LPACAP recoge también los requisitos de validez y eficacia de los actos administrativos, así como aquellos a los que se ha de ajustar el ejercicio de la iniciativa legislativa y la potestad reglamentaria. La LPACAP se aplica a todo el Sector Público, lo que comprende la Administración General del Estado, las Administraciones de las Comunidades Autónomas, las entidades que integran la Administración Local y el sector público institucional. Concepto y clases. Los recursos en vía administrativa forman parte de la prerrogativa que tiene la Administración Pública para poder dirimir por sí misma, sin acudir a los tribunales, los conflictos que surjan entre ella y los administrados. La regulación del recurso administrativo se halla en la LPACAP. Este recurso aparece como una garantía de los administrados, en tanto que constituye un medio de reacción contra las resoluciones administrativas que, eventualmente, puede permitir eliminar el perjuicio que aquéllas comporten con mayor rapidez, eficacia y economía que acudiendo a la vía jurisdiccional. En cualquier caso, contra las disposiciones administrativas de carácter general no cabe recurso en vía administrativa. Por tanto, no son recurribles por vía administrativa los actos administrativos de los miembros y órganos del Gobierno. En particular, en lo referente a la Administración General del Estado: 1. Los emanados de los Ministros y los Secretarios de Estado en el ejercicio de las competencias que tienen atribuidas los órganos de los que son titulares. 2. Los emanados de los órganos directivos con nivel de Director general o superior, en relación con las competencias que tengan atribuidas en materia de personal. 3. En los Organismos públicos y entidades de derecho público vinculados o dependientes de la Administración General del Estado, los emanados de los máximos órganos de dirección unipersonales o colegiados, de acuerdo con lo que establezcan sus estatutos, salvo que por ley se establezca otra cosa. Se pueden diferenciar tres clases de recursos administrativos en el Derecho Público español. En primer lugar, los recursos ordinarios, que pueden ser de alzada o de reposición, regulados en la LPACAP. Por otra parte, encontramos los recursos especiales, que son aquellos sólo proceden en los casos concretos previstos en la ley específica que regula la materia correspondiente. Éstos abarcan las reclamaciones económico-administrativas y los procedimientos de impugnación o reclamación, incluidos los de conciliación, mediación y arbitraje. Finalmente, existen los recursos extraordinarios, que sólo proceden contra actos firmes y han de fundarse, necesariamente, en motivos tasados por ley, como el recurso extraordinario de revisión regulado en la LPACAP. Recurso de reposición. La regulación del recurso de reposición, incluida en la LPACAP, determina que es aplicable a aquellos actos administrativos que sí ponen fin a la vía administrativa, pero que son susceptibles de nulidad o de anulabilidad, según lo dispuesto en la LPACAP. Así, algunos actos que ponen fin a la vía administrativa y que aceptan la interposición del recurso de reposición son: las resoluciones de los órganos administrativos que carezcan de superior jerárquico, salvo que por ley se establezca lo contrario, así como los acuerdos, pactos, convenios o contratos que tengan la consideración de finalizadores del procedimiento, así como la resolución administrativa de los procedimientos de responsabilidad patrimonial, cualquiera que fuese el tipo de relación, pública o privada, de que derive. El recurso de reposición presenta los siguientes plazos: a) De interposición del recurso: Contra un acto administrativo expreso, el plazo es de un mes, a partir del día siguiente al de notificación o publicación del mismo. En cambio, contra un acto presunto (no se manifiesta de forma clara sino que se presume que se ha realizado), se dispone de tres meses, a partir del día siguiente a aquel en el que se produzcan los efectos del silencio administrativo. b) De resolución: el plazo máximo es de un mes. El órgano tanto de interposición como de resolución del recurso de reposición es el mismo que hubiera dictado el acto objeto del recurso. Además, en lo referente a sus efectos, cabe destacar que no puede interponerse recurso contencioso-administrativo hasta que sea resuelto expresamente o se haya producido la desestimación presunta del recurso de reposición interpuesto. Así, transcurridos los plazos de interposición únicamente podrá interponerse recurso contencioso-administrativo, sin perjuicio en su caso de la procedencia del recurso extraordinario de revisión en los supuestos especificados en la LPACAP. Contra la resolución del recurso de reposición no podrá interponerse de nuevo dicho recurso. Recurso de alzada. La regulación del recurso de alzada, incluida en la LPACAP, determina que es aplicable a aquellas resoluciones que no ponen fin a la vía administrativa y que son susceptibles de nulidad, acto de ineficacia intrínseca, o de anulabilidad, acto que carece de efectos para un caso determinado, según lo dispuesto en la LPACAP. El recurso de alzada también se puede interponer contra actos en trámite si se considera que éstos deciden directa o indirectamente el fondo del asunto, determinan la imposibilidad de continuar el procedimiento o producen indefensión o perjuicio irreparable a derechos e intereses legítimos. El recurso de alzada presenta los mismos plazos que el recurso de reposición. En cuanto al órgano de interposición del recurso de alzada, existen dos opciones: 1. Interponerlo ante el órgano que dictó el acto que se impugna. En este caso, dicho órgano deberá remitirlo al competente en el plazo de 10 días. Ha de acompañar al mismo su informe y una copia completa y ordenada del expediente. 2. Interponerlo directamente ante el órgano competente para resolver, que es el superior jerárquico al que dictó el acto recurrido. Ante esta circunstancia, el órgano superior requiere un informe al inferior que dictó el acto y, tras los trámites oportunos, dictará la correspondiente resolución del recurso. En lo relativo a los efectos, transcurrido el plazo de tres meses sin resolución expresa se entenderá el recurso como desestimado. Finalmente, contra la resolución del recurso de alzada no cabe ningún otro recurso administrativo excepto el recurso extraordinario de revisión en los casos establecidos en la LPACAP. Recurso extraordinario de revisión. La LPACAP establece que contra los actos firmes en vía administrativa puede interponerse el recurso extraordinario de revisión ante el órgano administrativo que los dictó, que también es el competente para su resolución, cuando concurra alguna de las circunstancias siguientes: 1. Que al dictarlos se hubiera incurrido en error de hecho, que resulte de los propios documentos incorporados al expediente. 2. Que aparezcan documentos de valor esencial para la resolución del asunto que, aunque sean posteriores, evidencien el error de la resolución recurrida. 3. Que en la resolución hayan influido esencialmente documentos o testimonios declarados falsos por sentencia judicial firme, anterior o posterior a aquella resolución. 4. Que la resolución se hubiese dictado como consecuencia de prevaricación, cohecho, violencia, maquinación fraudulenta u otra conducta punible y se haya declarado así en virtud de sentencia judicial firme. El recurso extraordinario de revisión presenta los siguientes plazos: a) De interposición del recurso: según las causas enumeradas anteriormente. Causa 1: cuatro años siguientes a la fecha de notificación de la resolución impugnada. Causas 2, 3 y 4: tres meses desde el conocimiento de los documentos o desde que la sentencia judicial sea firme. b) De resolución: el plazo máximo es de tres meses. En lo referente a los efectos del recurso extraordinario de revisión, transcurrido el plazo de tres meses sin resolución expresa se entenderá por desestimado. Además, contra la resolución cabe recurso contencioso-administrativo, según se desprende de la propia LPACAP.
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