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T.

47: La I Guerra Mundial y las relaciones


internacionales en el período de entreguerras.
La crisis de 1929

- Introducción:

- Esquema:

1. La I Guerra Mundial
1.1. Debate historiográfico sobre las causas de la I Guerra Mundial. Principales factores
1.2. Dimensiones nuevas de la guerra
1.3. Etapas de la I Guerra Mundial: dinámicas y desarrollo del conflicto
1.4. El final de la I Guerra Mundial: los trazos de paz y sus consecuencias
2. Las relaciones internacionales en el período de entreguerras
2.1. Los felices años 20
2.2. Los tristes años 30
3. La crisis de 1929
3.1. Interpretación histórica sobre las causas
3.2. Desarrollo de la crisis: el contagio a otros sectores de la economía y a otros países
3.3. Las diferentes políticas de recuperación
3.4. Consecuencias mundiales

- A nivel curricular:

De acuerdo con el Decreto 86/2015 del 25 de junio por el cual se establece el currículum para
la ESO y el Bachillerato en la Comunidad Autónoma de Galicia, este tema contribuye al desarrollo
de la asignatura de Geografía e Historia de 4º de la ESO y de Historia del Mundo Contemporáneo
de 1º de Bachillerato. Ambas analizan, a lo largo de diferentes bloques, las causas y
consecuencias de la gran guerra, así como las relaciones internacionales en el período de
entreguerras. Las transformaciones sufridas en la primera mitad del s. XX que transforman, de
manera definitiva, el orden europeo y mundial. Así se facilita al alumnado acercarse al
conocimiento del mundo actual desde el análisis de las fuentes, para formar a ciudadanos
responsables. Para ello, podemos usar diferentes metodologías y recursos, como los
comentarios de textos e imágenes, podcast de contenido histórico, uso de TICs…, desarrollando
las competencias clave, especialmente las sociales y cívicas.
1.- La I Guerra Mundial

1.1.- Debate histórico sobre las causas de la I Guerra Mundial. Principales factores

Los debates académicos en torno al origen y causas de la I Guerra Mundial se han polarizado en
dos tendencias: quienes culpan a la “vieja diplomacia”, sustentada en acuerdos secretos (como
el Tratado de Reaseguro), y los que se centran en la tentativa de los gobiernos implicados en
distraer la atención de los problemas internos (especialmente historiadores alemanes tras la II
Guerra Mundial).

Uno de los puntos centrales del debate, en concreto, ha sido el grado de culpabilidad de
Alemania. En ese sentido, la historiografía revisionista defiende la no culpabilidad de Alemania,
con autores como Taylor y su teoría de la “culpabilidad colectiva”, seguida en obras como la de
Bradshaw La génesis de la Guerra Mundial. Los antirrevisionistas no tardaron en reaccionar,
defensores de la culpabilidad alemana, autores como Albertini.

La obra de Fischer, Hacia el poder Mundial. Los objetivos de guerra de la Alemania Imperial
(1914-1918) llevará a la controversia de Fischer, una gran polémica. Es una obra con un gran
trabajo de campo donde, por primera vez, un autor alemán señala la responsabilidad de
Alemania.

Con el centenario de la I Guerra Mundial, en 2014, se reactivará el debate, destacando la obra


del revisionista Clark Sonámbulos, donde se centra en la ineficaz política exterior de las
potencias centrales.

En definitiva, todo apunta una serie de causas, iniciadas durante la Paz Armada (1871-1914). En
ese tiempo, el militarismo había sido apoyado por la industria, la cual, también apoyaba la
política colonial. El nacionalismo jugará un gran papel, por una parte, Alemania e Italia buscaban
aumentar sus naciones de reciente creación. Por otra parte, el nacionalismo serbio será el
detonante de la guerra. Por último, la política de Bismarck que, a pesar de ser una obra maestra,
se basaba en el rearme como medio de negociación.

1.2.- Dimensiones nuevas de la guerra

El conflicto, que se percibía corto, duró 4 años, 3 meses y 14 días, llegando a englobar a muchos
países, logrando escala planetaria, al ponerse en marcha el sistema de alianzas establecido en
años previos.

La relación ya citada, entre industria y guerra, revolucionará el armamento, cambiando la guerra


tal y como se conocía. Se inició la guerra química, la acorazada, que sustituyó a la caballería con
carros de combate y aviones, la artillería multiplicó su calibre y apareció la ametralladora.
Aparecieron los submarinos y las batallas navales lograron gran magnitud. Como la Batalla de
Jutlandia de junio de 1916, cuando la marina alemana logra romper el bloqueo británico.

Otra de las novedades de la I Guerra Mundial, es el importante papel de las mujeres.


Comenzaron a hacer trabajos que, hasta entonces, estaban reservados a los hombres,
manejaban camiones, ensamblaron armas… ello favoreció la aparición de novedades
legislativas, como el derecho a voto.

En definitiva, la I Guerra Mundial es vista como el primer conflicto importante a escala


planetaria, con características semejantes a las guerras actuales. Es la guerra total, un
enfrentamiento de nación contra nación, donde ya no existe población civil, sino un ataque total
en contra del pueblo enemigo.

1.3.- Etapas de la I Guerra Mundial: dinámica y desarrollo del conflicto

El 28 de junio de 1914 el archiduque Francisco de Habsburgo y su esposa, herederos al trono de


Austria-Hungría, son asesinados en Sarajevo. El gobierno austrohúngaro, impaciente desde
hacía tiempo por atacar a Serbia, trató de hundir al país vecino. Ante el temor a una reacción
rusa, muy inmiscuida en los Balcanes, pide ayuda a Alemania, una vez prometida envía un
ultimátum inaceptable a Serbia, así estalla la guerra entre ambas naciones. Rusia, que había
manifestado que no permanecería imparcial, el 29 de julio moviliza las tropas. Francia y Reino
Unido advierten a Berlín que, de intervenir, no permanecerán neutrales. El agosto, la guerra
estallaba en toda Europa.

- Guerra de movimientos (1914)

En el frente occidental, la ofensiva alemana se organizó conforme al Plan Schlieffen, dando


prioridad a un rápido ataque a Francia, suponiendo que la reacción rusa sería más lenta, dada
su escasa infraestructura. Así fue, los franceses no esperaban un ataque por el norte, ya que
Bélgica era neutral, por lo que Alemania logra un rápido avance, penetrando desde ahí. El 2 de
septiembre, los alemanes estaban a las puertas de París y el gobierno francés abandona la
capital. El general Joffre detiene el avance alemán en el río Marne, poniendo fin a la guerra de
movimientos. Ante la imposibilidad de avanzar, Alemania responde por mar, tomando Brujas y
Gante.

En el frente oriental, los alemanes logran vencer a los rusos en Lagos Masurianos. El ejército
ruso, aunque numeroso, no podía competir con la tecnología alemana, pero sí avanzó sobre los
austríacos en los Balcanes, hasta la llegada de refuerzos alemanes.
- Guerra de posiciones (1915-1916)

Al llegar el invierno de 1914 los ejércitos tuvieron que replegarse buscando refugio en las
trincheras. En esta fase, los tanques entran en escena, así como las primeras armas químicas y
la aviación. También ahora es cuando los demás países son solicitados por los bandos, Turquía
se alinea con Alemania y Japón con los aliados. Los aliados iniciaron una ofensiva en Champagne,
incapaz de romper el frente occidental. En el oriental, los alemanes logran la retirada de Rusia
de Lituania.

A lo largo de 1915 Italia abandona la Triple Alianza y se une a la Entente y Bulgaria se junta con
Alemania. En ese mismo año, tiene lugar un desembarco anglo-francés en Galípoli para acabar
con el Imperio Otomano, que terminó en fracaso. Alemania decidió concentrar todas sus fuerzas
para romper el frente occidental y en 1916 ataca Verdún, pero el general Pétain resiste. La
Entente responde en el Somme, pero tampoco lo lograran. Ese mismo año Rumanía entra en la
guerra en pro de la Entente. Las consecuencias serán el agotamiento y el desgaste de ambos
bandos.

- El año clave de la guerra (1917)

Hasta 1917, el frente occidental se había alterado escasos km, llevando a Alemania a intensificar
su guerra submarina. Conocía los riesgos de ello, la entrada de los EE. UU. en el conflicto, pero
confiaba en conseguir la victoria antes de que eso pasase. Desde entonces, la flota submarina
alemana interceptaba cualquier convoy del Atlántico destinado a los aliados. De igual manera,
se intensificaron los enfrentamientos en las colonias.

Hasta abril de 1917, los EE. UU., bajo la presidencia de Wilson, permanecían neutrales a pesar
del hundimiento, en 1915, del Lusitania, que trasportaba pasajeros estadounidenses y
mercancía bélica secreta, que agitó las relaciones entre ambos. En enero de 1917, Alemania
había enviado un telegrama al embajador mexicano para convencerles de la entrada en la
guerra. Este telegrama fue interceptado por la inteligencia inglesa y EE. UU. entra en la guerra,
ya motivado por el freno comercial en el Atlántico. Ello supone el reavivar de las potencias
aliadas, enormemente desgastadas, así como el colapso alemán.

Ese mismo año, Rusia sale del conflicto. Un imperio agotado por el conflicto, con gran número
de bajas, azotada por la mala gestión del zar Nicolás, que dirigía el ejército desde 1915, y su
esposa, encargada del gobierno. Así estalla la revolución de febrero, expulsando a los zares e
imponiendo el liberalismo y, con la victoria bolchevique en la revolución de octubre (animada
por el desastre militar del nuevo gobierno en julio de 1917) Rusia abandona la guerra. Lenin,
que describe la guerra como el más hermoso regalo que hizo el zar a la revolución sabía que,
para que esta triunfase, debía abandonar el conflicto, en 1918 se firma el Tratado de Brest-
Litovsk.

- La última fase de la guerra (1918)

La salida del conflicto es aprovechada por el general Ludendorff para organizar una potente
ofensiva el mismo marzo de 1918, logrando romper el frente occidental y colocando a los aliados
en una difícil situación. La reacción aliada viene con el general Foch, que no logra frenar a los
alemanes, pero, los alemanes, muy desgastados económica y militarmente, no logran abastecer
a sus tropas. En primavera el ejército alemán quedaba bloqueado.

El declive alemán era evidente, en junio, los aliados iniciaron la ofensiva definitiva contra los
alemanes. Ese mismo mes las tropas austríacas lanzaron un ataque contra Italia, que acabo en
derrota austríaca y su rendición en otoño, al igual que los turcos.

1.4.- El final de la I Guerra Mundial: los tratados de paz y sus consecuencias

La gestión de los acuerdos de paz comenzó en marzo de 1919 en París, con ausencia de los
vencidos y con el liderazgo de EE. UU., Reino Unido, Francia e Italia. Con el conjunto de los
tratados, el de Versalles (Alemania), Saint Germain (Austria), Neville (Bulgaria), Trianion
(Hungría) y Sevres (Turquía), pretendían articular un nuevo orden. Sin embargo, las duras penas
impuestas, serán el caldo de cultivo para la II Guerra Mundial.

El punto de partido de los acuerdos son los 14 puntos de Wilson, hechos públicos en 1918 y
cuyos objetivos principales eran: la democratización de la diplomacia y la creación de la Sociedad
de las Naciones, destinada a velar por la seguridad internacional.

- Los vencedores:

Francia recuperó Alsacia y Lorena, y recibe Togo y Camerún. Reino Unido inicia su decadencia
fruto del gasto bélico y la competencia de EE. UU., iniciando las bases de la Commonwealth,
también recibe Tanganica y África Occidental Alemana. EE. UU. se convirtió en la primera
potencia económica y auspició la Sociedad de las Naciones. Rumania recibe Bucovina,
Transilvania y Besarabia, pasando a ser un imperio inestable. Italia se hace con Trieste, Istra,
Dalmacia y el Valle del Alto Adigio. Grecia obtuvo Esmirna y Tracia. Serbia vio satisfechos sus
deseos imperialistas y nace Yugoslavia, integrando a serbios, croatas y eslovenos. Japón se
quedó con las posesiones alemanas en China y el Pacífico.
- Los vencidos:

Alemania, en su parte oriental, pierde parte de Silesia y queda dividida en dos, conectadas por
el corredor de Dantzing, ciudad internacional. En su parte septentrional, renuncia algunos
ducados, en occidente perdió Alsacia y Lorena, así como todas sus colonias y se ve obligada a
cubrir importantes reparaciones y a desarmarse, convirtiéndose en la República de Weimar. El
imperio austrohúngaro se desmembró en Austria, Hungría, Checoslovaquia y Yugoslavia. El
imperio otomano quedó reducido a la Península de Anatolia, asentándose las bases para la
República de Mustafá Kemal. Bulgaria sufre importantes pérdidas territoriales.

Como resultado de la guerra, también nace la URSS, a partir de 1922, que marcará la política de
buena parte del s. XX. Por otra parte, a partir del Tratado de Brest-Litovsk, nace Finlandia,
Estonia, Letonia, Lituania, Polonia y Ucrania, liberadas del yugo zarista. Debemos recordar que
el conflicto ocasionó la muerte de 10 millones de personas y 30 millones de heridos, siendo el
inicio del declive europeo.

2.- Las relaciones internacionales en el período de entreguerras

2.1.- Los felices años 20

La guerra puso el freno al próspero orden económico de Europa, entre 1919-1929 se vivió la
postguerra. En ella, se manifestó un declive europeo y un gran desarrollo de EE. UU. y Japón, en
parte, porque a EE. UU. no le interesaba la recuperación europea. La Conferencia de Washington
(1921-1922), se consigue limitar el tamaño y armamento de las flotas, saliendo favorecidas
Reino Unido y EE. UU. Alemania y la RSFS acercan posiciones con el Tratado de Rapallo (1922),
por lo que renuncian ambas potencias a las reparaciones y deudas, asimismo, la RSFS vende
tecnología a Alemania y esta puede entrenar a sus tropas en suelo ruso. De igual manera, lo
soviéticos habían renunciado a la deuda zarista, por lo que se distancian de la política occidental.

Reino Unido será la única potencia que no recurre al préstamo estadounidense para saldar sus
deudas militares. Por el contrario, sube las contribuciones a sus colonias. Alemania, asfixiada
por las reparaciones, cae en la hiperinflación, que acaba con la clase media. En 1923 Alemania
no puede pagar a Francia, que responde ocupando el Ruhr.

El gobierno alemán solicitó una investigación sobre la economía del país, a cargo del banquero
Dawes. Así se ejecuta el Plan Dawes (1924) el cual persigue unos objetivos: iniciar la
recuperación alemana, logrando hacer frente a los pagos de guerra. Estos objetivos son
cumplidos y, en 1925, Francia se retira del Ruhr.
A partir de entonces, germinar un clima favorable a la cooperación multilateral y a la solución
pacífica de conflictos, a pesar de la escasa operatividad de la Sociedad de las Naciones. La
prosperidad general ayudó a la recuperación del trauma. Así se firman los Tratados de Locarno
(1925) que confirman la inviolabilidad de las fronteras alemanas y la desmilitarización del Rin,
admitiéndose a Alemania en la Sociedad de Naciones (1926). El entendimiento parecía un hecho.

En este ambiente de distensión, se firma el Pacto Briand-Kellog (1928), por el cual se renuncia
a la guerra como forma de solucionar los conflictos. También se revisa el Plan Dawes y se
sustituye por el Plan Young (1929), reduciéndose un 75% la deuda alemana. La Gran Depresión
de octubre de 1929 destruyó el espíritu de Locarno, la violencia y la tensión vuelven a
caracterizar las relaciones internacionales de los años 30.

2.2.-Los tristes años 30

La crisis de 1929 trajo paro, pobreza, exaltación nacional y desprestigio de la democracia, lo que
produce el ascenso del fascismo y su política revanchista. La llegada de Hitler en 1933
desestabilizará el frágil equilibrio europeo. Suponía la renuncia de Alemania al Tratado de
Versalles y el rearme, la idea de unión con Austria, la amenaza sobre los Sudetes y sobre el
Dantzing. La comunidad internacional no supo reaccionar pues Francia estaba dividida y Reino
Unido quería “hacer entrar en razón” a Hitler con concesiones. Mientras tanto, EE. UU. se había
aislado.

Ante la pasividad occidental, Italia y Alemania firman el Eje Berlín-Roma (1936) que, 3 años
después, se convertirá en el Pacto de Acero con la entrada de Japón. En marzo de 1936, las
tropas alemanas ocuparon, con entusiasmo de la población, la zona desmilitarizada del Rin,
atentando al sistema de Versalles. Simultáneamente, se desarrolla la Guerra Civil Española,
Francia y Reino Unido no actuarán, a pesar del obvio envío de soldados y armas fascistas.

La amenaza de una nueva guerra mundial era cada vez mayor. En marzo de 1938 se consuma el
Anschluss, la unión con Austria, que potencia el antisemitismo nazi. En ese mismo año tubo
lugar la crisis de Checoslovaquia, Alemania quería invadir los Sudetes y, como pretexto, utilizó
una campaña separatista de población alemana en territorio checo contra su gobierno. Gran
Bretaña y Francia, con Mussolini como intermediario, celebran una conferencia con Hitler para
llegar a un acuerdo. Serán los Tratados de Múnich, Hitler ve cumplidas todas sus exigencias a
cambio de garantir la independencia de Checoslovaquia. Sin embargo, en marzo de 1939, Hitler
entrará con sus ejércitos en Praga, convirtiendo al Estado checo en su protectorado.
Parecía necesaria la alianza entre Francia y Gran Bretaña con la URSS, para hacer frente al más
que posible conflicto. Sin embargo, no se deciden a aliarse con un país comunista, mientras los
soviéticos estaban descontentos por el apoyo occidental al ejército blanco. Ante el estupor de
las democracias, en agosto de 1939 se firma el Pacto germano-soviético de no agresión. Hitler
podía empezar la guerra, que estallará ese mismo septiembre.

3.- La crisis de 1929

3.1.- Interpretación histórica sobre las causas

Superados los primeros años de la postguerra, donde la economía mundial sufre los efectos de
la I Guerra Mundial, la economía empieza a vivir un ambiente de optimismo basados en dos
procesos: la superproducción y la especulación. Ambas son vistas como las causas de la crisis.

La superproducción, vista unánimemente como la causante de la Gran Depresión fue


experimentada tanto en la agricultura como en la industria. En la agricultura se experimentó, a
partir de 1925, tras unos años de cosechas excepcionales. Al principio, gracias a acuerdos
internacionales, se lograron controlar los precios, pero la crisis financiera llevó los stocks a los
mercados, hundiendo los precios. En la industria, el problema viene cuando la nueva producción
de ultramar, se le suma la recuperada producción europea.

Por otra parte, el especialista Jacques Neré plantea como causa de la crisis el subconsumo, más
que la superproducción. El origen sería una mala distribución de la renta, llevando así el foco al
problema social. A pesar del desfase entre producción y consumo, las cotizaciones no dejaron
se subir, fruto de la inflación de crédito. Por ello, el especialista galo señala como responsable al
sistema financiero, pues orienta los fondos para respaldar a las especulaciones en lugar de a
sectores productivos. La responsabilidad del crecimiento desmesurado de la bolsa americana
también hay que buscarlo en el Sistema de la Reserva Federal de EE. UU., que permitió la
concesión de créditos baratos, utilizados para especular.

3.2.- Desarrollo de la crisis: el contagio a otros sectores de la economía y a otros países

El 24 de octubre de 1929 quebró el fabricante de máquinas Photomaton, quedando al


descubierto la inestabilidad del sistema. Los inversores trataron de trasladar sus opciones de
negocio a Londres, sembrando el pánico, era el derrumbe de la bolsa de Nueva York, el jueves
negro. Quedó en evidencia la inestabilidad de las bases del sistema americano, la caída de un
banco llevó a la caída de otro. Se restringieron los créditos a la industria, llevando al aumento
del paro y la disminución del consumo, rompiendo el flujo circular de la renta. Como exportador
de capital, EE. UU. pronto contagió al resto del mundo, generalizándose la crisis en el verano de
1930, comenzando un período de recesión sin precedentes, la Gran Depresión.

El sector más afectado fue la industria, por lo que sufrieron más los países más industrializados.
Por ejemplo, EE. UU. perdió un 45% de su producción, mientras que Alemania sólo un 12%. En
la agricultura la crisis fue menos significativa, se disminuyeron los precios, fruto de la
contracción del poder adquisitivo, afectando a países exportadores como Canadá o Argentina.
Ello potenció la crisis de la industria, pues redujo la demanda de productos derivados como
maquinaria.

El sector financiero se vio profundamente afectado, pues la crisis puso fin a las inversiones de
capital extranjero. Por ello, los estados deudores, como Alemania o América Latina, no pudieron
hacer frente a sus deudas. Estos se vieron obligados a continuas devaluaciones de su moneda,
por lo que los países acreedores perdieron una fortuna.

Así se llegó el hundimiento del sistema del comercio mundial, pues cada país luchaba por
encontrar nuevos mercados, pero protegía su mercado interno. Ello se traduce en una política
proteccionista y el consiguiente endurecimiento de las relaciones internacionales.

El aspecto más destacado de la Gran Depresión es el paro, en 1929 había 10 millones de parados
en el mundo, en 1932 eran 40. De ellos, 6 millones se encontraban en Alemania y 12 en los EE.
UU. Además, el empleo fue cada vez más precario, disminuyendo los salarios, que tardarán
mucho en recuperarse.

3.3- Las diferentes políticas de recuperación

A partir de 1933 la crisis tocó fondo, primero en EE. UU. y luego en Europa, modificando la
política económica. En líneas generales, los países capitalistas llevaron a cabo políticas
intervencionistas en pro de fomentar el consumo interior, es el keynesianismo (1936) que nace
con el New Deal de Roosevelt.

Para conseguir la revitalización económica a través del aumento del consumo, la mayoría de los
países adoptaron una política deflacionista, es decir, la bajada de los precios. Asimismo, se
potenció la capacidad industrial financiando grandes proyectos de obras públicas y luchar así
contra el desempleo, revitalizando el flujo circular de la renta. Los Estados aplicaran un
proteccionismo comercial y bajando los tipos de interés, aumentando paralelamente la deuda
pública.
3.4.- Consecuencias mundiales

Además de las evidentes consecuencias económicas, debemos tener en cuenta las


consecuencias sociales, como el fin del crecimiento de la población. Esto choca con los países
totalitarios, donde se estimularon políticas natalistas. Los movimientos demográficos también
se vieron afectados, pues el éxodo rural se detuvo y los países receptores comenzaron a poner
trabas a mi inmigración. Ello fue muy palpable en América Latina, donde se cerró las puertas a
inmigración, siendo muy dañino para países como España.

Se acentuó la desigualdad, pues los funcionarios de beneficiaron del descenso de los precios
mientras las clases medias se empobrecían y los obreros un drástico descenso salarial. Ello se
tradujo, en el plano político, una expansión del fascismo, pues se relacionó la crisis con la
sociedad capitalista y la democracia entró en crisis. Con el temor a un golpe comunista, el gran
capital se decidió a financiarlo y así dominará el poder.

• Conclusión:

• Bibliografía:
o Casassas, J. (2013), La construcción del presente. El mundo desde 1848 hasta
nuestros días, Ariel, Barcelona.
o De la Torre, H (coord.), (2014), Historia Contemporánea (1914-1989), Ramón
Areces, Madrid.
o Galbraith, J. (2013), El crack del 29, Ariel, Barcelona.
o Morales, V. y de la Torre, H. (coord.) (2009), Historia Contemporánea Universal,
Ceura, Madrid.
o Neré, J (dir.) (1986), Historia Contemporánea, Labor, Barcelona.

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