Está en la página 1de 36

EJERCICIOS ESPIRITUALES

AGUSTINIANOS

Volumen V

Textos para interiorizar

“Caminar juntos en la audacia del Espíritu”

Sinodalidad y Proyecto apostólico


en los Hechos de los Apóstoles
Portada:
Pentecostés, Acisclo Antonio Palomino y Velasco (1696-1705), Museo del Prado, Madrid.

Ilustraciones:
Christopher Santer.
Roberto Bizama.
Anthony VanArdale.

Selección de textos:
Fray Enrique Eguiarte Bendímez.
Fray Bruno D’Andrea Giavedoni.

© Agustinos Recoletos
Editorial Avgvstinvs, 2022
Huesca, 33
28020 Madrid, España
ÍNDICE
EXTRACTOS

1.  De la Carta 261, de san Agustín de Hipona 5

2.  De la Carta 176, del Concilio Milevitano 7

3.  De la Carta encíclica Ecclesiam Suam, de Pablo VI 11

4.  De la exhortación Evangelii Gaudium, del papa Francisco 15

5. Del Discurso del papa Francisco con motivo del


  50° aniversario de la conmemoración de la Institución
  del Sínodo de los Obispos (2015) 19

6. Del documento La sinodalidad en la vida y en la misión


  de la Iglesia, de la Comisión Teológica Internacional (2018) 23
1. De la Carta 261,
de san Agustín de Hipona

Agustín saluda en el Señor a Audaz,


señor amadísimo y hermano me-
recedor de celebridad y muy que-
ridísimo en Cristo.
1. Recibí, no con pesar, sino con
alegría, tu cartita breve, pero ve-
hemente, exigiendo otra prolija
mía. No es que yo pueda satisfacer
fácilmente tu avidez, pero tengo
que congratularme con tu caridad;
porque bueno es lo que pides,
aunque no se lo pides a la perso-
na idónea. Y necesito más tiempo
que capacidad para escribirte una
larga carta: estoy tan sumamente
ocupado con los asuntos eclesiás-
ticos, que apenas me dejan libres mendigo, una limosna de ese teso-
algunas gotitas de tiempo para ro, y apenas la alcanzo.
meditar algún punto, o para dic-
2.  ¿Cómo podré ser yo «un orácu-
tar las cosas más urgentes y que
a mi juicio han de ser útiles para lo de la ley», siendo muchos más
muchos, o para reparar las fuerzas los misterios y secretos de esa
corporales necesarias para cum- ley ignorados que los que conoz-
plir mi servicio. No me faltan pala- co, cuando no puedo franquear y
bras para llenar una larga misiva, penetrar como quiero sus senos
pero repito que no soy la persona múltiples y rincones recónditos,
idónea para darte con la prolijidad cuando reconozco que no soy
de palabras lo que pides. Tú dices otra cosa que un menos digno?
que deseabas un tesoro de sabi- ¿Cómo podré ser «consagrador
duría, y que has recibido menos de la justicia», cuando es ya mu-
de lo que querías, cuando yo cada cho para mí el ser consagrado yo
día solicito en mi oración, como un mismo? Tú me llamas «fundador

Ejercicios Espirituales Agustinianos


5
de la gloria espiritual». Perdona: 3. Por lo tanto, hermano amadí-
ignoras demasiado a quién ha- simo y dulcísimo, sea más bien
blas. Porque todavía me estoy el Señor quien te apaciente con
fundamentando yo en esa gloria, las flores de la sabiduría y quien
de modo que confieso ignorar no te abreve con el manantial de la
sólo cuánto me acerco a ella cada fuente viva. Y si piensas que con mi
día, sino también si me acerco de modesta obra puedo allegar algo
hecho a ella. Soy «dispensador de a tu afán religioso, pues entiendo
la salvación eterna» con todos los que eres capaz y siento que eres
demás consiervos míos. Si lo hago ávido, has de dirigir la atención a
voluntariamente, recibo galardón; y otras obras mías que abarcan mu-
si lo hago a la fuerza, soy un mero chos volúmenes. No esperes saciar
dispensador; pero el ser dispen- tus deseos por medio de cartas. O
sador de la salvación por la pala- ven acá y toma lo que yo pueda
bra y el sacramento no es todavía darte, pues pienso que no te haces
el ser partícipe de ella. Si ésta no presente porque no quieres. ¿Es
fuese dispensada mediante los acaso difícil que, con la ayuda de
buenos, no diría el Apóstol: Sed Dios, venga aquí un hombre libre
imitadores míos como yo lo soy de de todo compromiso local, para
Cristo. Pero si no fuese dispensada estar conmigo largo tiempo o para
también mediante los malos, no volverse en breve?
diría de algunos el Señor: Haced 4.  No tengo el salterio traducido
lo que dicen, pero no hagáis lo que del hebreo por el santo Jerónimo.
hacen; porque dicen y no hacen. Yo no lo he traducido, sino que he
Son, pues, muchos los dispensa- corregido algunos errores de los
dores por cuyo ministerio se llega códices latinos según los ejempla-
a la salvación eterna; pero se busca res griegos. Quizá he mejorado lo
quién será hallado fiel entre los dis- que había, pero mi obra no es aún
pensadores. Quiera Aquel que no lo que debía ser. Cuando ahora ha-
se engaña contarme en el número llo algo que extraña al leerlo y an-
de los dispensadores fieles. Entre tes me pasó inadvertido, lo corrijo
éstos, uno es de un modo y otro es consultando los originales grie-
de otro, según el Señor ha repartido gos. De ese modo busco contigo
a cada uno una medida de fe. una versión perfecta.

Ejercicios Espirituales Agustinianos


6
2. De la Carta 176,
del Concilio Milevitano

Del concilio Milevitano, a Inocen- plicamos que te dignes emplear


cio, señor beatísimo, justamente tu diligencia pastoral en este gran
venerable y papa honorable en riesgo que corren los miembros
Cristo, salud en el Señor. débiles de Cristo.

1. El Señor, por un don especia- 2.  Se pretende suscitar una nueva
lísimo de su gracia, te colocó en y harto perniciosa herejía: la de los
la Sede Apostólica. En nuestros enemigos de la gracia de Cristo,
tiempos te hizo tal, que seríamos que con sus impías discusiones
culpables de negligencia si callá- tratan hasta de borrar la oración
semos ante tu veneración asun- dominical. El Señor nos enseñó a
tos que debemos sugerir por el decir: Perdónanos nuestras deudas,
bien de la Iglesia. Por eso estamos así como nosotros perdonamos a
muy lejos de pensar que puedas nuestros deudores. Y ellos afirman
oírnos con fastidio o pereza. Te su- que en esta vida puede el hombre,

Ejercicios Espirituales Agustinianos


7
una vez conocidos los manda- en otro lugar dice: Como en Adán
mientos de Dios, sin la ayuda de la todos mueren, así en Cristo todos
gracia de Dios y por la sola libre vo- serán vivificados.
luntad, llegar a una tal perfección
de justicia, que ya no les sea ne- 3. Omitamos otras muchas cosas
cesario decir Perdónanos nuestras que alegan contra las divinas Es-
deudas. Las palabras que siguen, a crituras, y citemos aquí dos pun-
saber: No nos dejes caer en la tenta- tos, con los que se empeñan en
ción, no han de entenderse, según destruir toda nuestra fe cristiana,
porque son el apoyo de los corazo-
ellos, como si debiéramos pedir
nes fieles, a saber: que no hay que
la gracia divina para no caer en
orar a Dios para que Él sea nuestro
la culpa cuando somos tentados,
socorro contra el mal del pecado
sino que eso depende de nuestra
y para obrar la justicia, y que no
potestad: para cumplirlo basta la
hay que administrar a los niños el
sola libertad humana. Como si el
sacramento de la gracia cristiana
Apóstol hubiese dicho en vano:
para alcanzar la vida eterna. Al su-
No del que quiere ni del que corre,
gerir esto a tu pecho apostólico, no
sino de Dios, que tiene misericordia.
necesitamos hablar mucho, exa-
Fiel es Dios, que no permitirá que
gerando con palabras tamaña im-
seáis tentados más de lo que podáis
piedad. Ello de por sí extraña en tal
resistir, sino que con la tentación os
forma, que no podrá dispensarte
dará el éxito para que podáis resis-
de corregirlos, para que no se desli-
tir. En vano igualmente habría di-
cen por otras partes y contaminen
cho el Señor al Apóstol: Rogué por
a muchos, o más bien los maten, al
ti para que no desfallezca tu fe; y a
enajenarlos de la gracia de Cristo
sus discípulos todos: Vigilad y orad
bajo el nombre de Cristo (…).
para que no caigáis en la tentación.
Todo esto pende, según ellos, de la 5. Con ayuda de la misericordia
voluntad del hombre. Afirman asi- de nuestro Dios, el cual se dig-
mismo con vana presunción que ne guiarte en el gobierno y es-
los niños han de poseer la vida cucharte en la oración, creemos
eterna, aunque no se les regenere que, por la autoridad de tu santi-
con sacramento alguno de la gra- dad, derivada de la autoridad de
cia cristiana. Así anulan lo que dice las Santas Escrituras, habrán de
el Apóstol: Por un hombre entró en someterse más fácilmente esos
el mundo el pecado y por el peca- que sustentan opiniones tan per-
do la muerte, y así pasó a todos los versas y perniciosas, para que nos
hombres, en quien todos pecaron. Y regocijemos de su corrección y no

Ejercicios Espirituales Agustinianos


8
nos entristezcamos con su ruina. de Numidia, imitando a nuestros
Pero, sea cualquiera su elección, ya colegas en la Iglesia de Cartago
ve tu venerabilidad que hay que y de la provincia de Cartago, pues
adoptar providencias insistentes sabemos que han escrito sobre
y rápidas; por lo menos para que este punto a la Sede Apostólica,
no enreden en sus lazos a otros en que tu beatitud ilustra. Acuérdate
gran número, si disimulamos con de nosotros, y Dios te aumente su
ellos. Esto participamos por escri- gracia, señor beatísimo, justamen-
to a tu santidad desde el concilio te honorable y santo Padre.

Ejercicios Espirituales Agustinianos


9
3. De la Carta encíclica
Ecclesiam Suam, de Pablo VI

Elevadas características
del coloquio de la salvación

36. Hace falta que tengamos


siempre presente esta inefable y
dialogal relación, ofrecida e ins-
taurada con nosotros por Dios Pa-
dre, mediante Cristo en el Espíritu
Santo, para comprender qué rela-
ción debamos nosotros, esto es, la
Iglesia, tratar de establecer y pro-
mover con la humanidad.
El diálogo de la salvación fue
abierto espontáneamente por ini-
ciativa divina: Él nos amó el prime-
ro (1Jn 4,10); nos corresponderá a
nosotros tomar la iniciativa para
extender a los hombres el mismo cesitan médico los que están sanos
diálogo, sin esperar a ser llamados. (Lc 5,31); también el nuestro ha de
El diálogo de la salvación nació de ser sin límites y sin cálculos.
la caridad, de la bondad divina: De El diálogo de la salvación no obli-
tal manera amó Dios al mundo que gó físicamente a nadie a acogerlo;
le dio su Hijo unigénito (Jn 3,16); no fue un formidable requerimiento
otra cosa que un ferviente y des- de amor, el cual si bien constituía
interesado amor deberá impulsar
una tremenda responsabilidad
el nuestro.
en aquellos a quienes se dirigió
El diálogo de la salvación no se (Mt 11,21), les dejó, sin embargo,
limitó a los méritos de aquellos a libres para acogerlo o rechazarlo,
quienes fue dirigido, como tampo- adaptando inclusive la medida
co a los resultados que consegui- (Mt 12,38ss.) y la fuerza probativa
ría o que echaría de menos: No ne- de los milagros (Mt 13,13ss.) a las

Ejercicios Espirituales Agustinianos


11
exigencias y disposiciones espiri- oportuna y el sentido del valor del
tuales de sus oyentes, para que les tiempo (Ef 4,16). Hoy, es decir, cada
fuese fácil un asentimiento libre a día, debe volver a empezar, y por
la divina revelación sin perder, por parte nuestra antes que de aque-
otro lado, el mérito de tal asenti- llos a quienes se dirige.
miento. Así nuestra misión, aun-
que es anuncio de verdad indiscu- El mensaje cristiano en el vivir
tible y de salvación indispensable, humano
no se presentará armada por coac-
ción externa, sino que solamente 37. Como es claro, las relaciones
por los caminos legítimos de la entre la Iglesia y el mundo pue-
educación humana, de la persua- den revestir muchos y diversos
sión interior y de la conversación aspectos entre sí. Teóricamente
ordinaria ofrecerá su don de salva- hablando, la Iglesia podría propo-
ción, quedando siempre respeta- nerse reducir al mínimo tales rela-
da la libertad personal y civil. ciones tratando de apartarse de
la sociedad profana; como podría
El diálogo de la salvación se hizo también proponerse apartar los
posible a todos; a todos se desti- males que en ésta puedan encon-
na sin discriminación alguna (Col
trarse, anatematizándolos y pro-
3,11); el nuestro, de igual modo,
moviendo cruzadas en contra de
debe ser potencialmente univer-
ellos; podría, por lo contrario, acer-
sal, es decir, católico y capaz de
carse tanto a la sociedad profana
entablarse con cada uno, a no ser
que tratase de alcanzar un influjo
que el hombre lo rechace o finja
preponderante y aun ejercitar un
insinceramente acogerlo.
dominio teocrático sobre ella; y así
El diálogo de la salvación ha pro- de otras maneras. Pero nos parece
cedido normalmente por grados que la relación entre la Iglesia y el
de desarrollo sucesivo, ha conoci- mundo, sin cerrar el camino a otras
do los humildes comienzos antes formas legítimas, puede represen-
del pleno éxito (Mt 13,31); tam- tarse mejor por un diálogo, que no
bién el nuestro tendrá en cuenta podrá ser evidentemente unifor-
la lentitud de la maduración psi- me, sino adaptado a la índole del
cológica e histórica y la espera de interlocutor y a las circunstancias
la hora en que Dios lo haga eficaz. reales; una cosa, en efecto, es el
No por ello nuestro diálogo diferi- diálogo con un niño y otra con un
rá a mañana lo que se puede hacer adulto; una cosa con un creyente
hoy; debe tener el ansia de la hora y otra con uno que no cree. Esto

Ejercicios Espirituales Agustinianos


12
es sugerido por la costumbre, ya mensaje de que es depositario en
difundida, de concebir así las rela- la circulación de la vida humana.
ciones entre lo sagrado y lo profa-
no, por el dinamismo transforma- Claridad, mansedumbre,
dor de la sociedad moderna, por el confianza, prudencia
pluralismo de sus manifestaciones
como también por la madurez del El coloquio es, por lo tanto, un
hombre, religioso o no, capacitado modo de ejercitar la misión apos-
por la educación civil para pensar, tólica; es un arte de comunicación
hablar y tratar con la dignidad del espiritual. Sus caracteres son los si-
diálogo. guientes: 1) La claridad ante todo:
el diálogo supone y exige la inte-
Esta forma de relación manifiesta, ligibilidad, es un intercambio de
por parte del que la entabla, un pensamiento, es una invitación al
propósito de corrección, de esti- ejercicio de las facultades superio-
ma, de simpatía y de bondad; ex- res del hombre; bastaría este solo
cluye la condenación apriorística, título para clasificarlo entre los
la polémica ofensiva y habitual, la mejores fenómenos de la activi-
vanidad de la conversación inútil. dad y cultura humana, y basta esta
Aunque es verdad que no trata
su exigencia inicial para estimu-
de obtener de inmediato la con-
lar nuestra diligencia apostólica
versión del interlocutor, porque
a que se revisen todas las formas
respeta su dignidad y su libertad,
de nuestro lenguaje, para ver si es
busca, sin embargo, su provecho
comprensible, si es popular, si es
y quisiera disponerlo a una comu-
selecto. 2) Otro carácter es, ade-
nión más plena de sentimientos y
más, la afabilidad, la que Cristo nos
convicciones.
exhortó a aprender de sí mismo:
38.  Por tanto, este diálogo supone Aprended de mí, que soy manso y
en nosotros, que queremos intro- humilde de corazón (Mt 11,29); el
ducirlo y alimentarlo con cuantos diálogo no es orgulloso, no es hi-
nos rodean, un estado de ánimo; riente, no es ofensivo. Su autoridad
el estado de ánimo del que siente es intrínseca por la verdad que ex-
dentro de sí el peso del mandato pone, por la caridad que difunde,
apostólico, del que se da cuenta por el ejemplo que propone; no es
que no puede separar su propia un mandato ni una imposición. Es
salvación del empeño por buscar pacífico, evita los modos violentos,
la de los otros, del que se preocu- es paciente, es generoso. 3) La con-
pa continuamente por poner el fianza, tanto en el valor de la pro-

Ejercicios Espirituales Agustinianos


13
pia palabra como en la disposición está preparada, si es desconfiada,
para acogerla por parte del inter- hostil, y se esfuerza por conocer su
locutor; promueve la familiaridad sensibilidad y por adaptarse razo-
y la amistad; entrelaza los espíritus nablemente y modificar las formas
en una mutua adhesión a un Bien, de la propia presentación para no
que excluye todo fin egoístico. 4) serle molesto e incomprensible.
Finalmente, la prudencia pedagó-
gica, que tiene muy en cuenta las Cuando el diálogo se conduce así,
condiciones psicológicas y mora- se realiza la unión de la verdad con
les del que oye (cf. Mt 7,6): si es un la caridad, de la inteligencia con el
niño, si es una persona ruda, si no amor.

Ejercicios Espirituales Agustinianos


14
4. De la exhortación Evangelii Gaudium,
del papa Francisco

Pastoral en conversión

25.  No ignoro que hoy los docu-


mentos no despiertan el mismo
interés que en otras épocas, y son
rápidamente olvidados. No obs-
tante, destaco que lo que trataré
de expresar aquí tiene un senti-
do programático y consecuencias
importantes. Espero que todas las
comunidades procuren poner los
medios necesarios para avanzar
en el camino de una conversión
pastoral y misionera, que no pue-
de dejar las cosas como están. Ya
no nos sirve una «simple adminis-
tración». Constituyámonos en to-
das las regiones de la tierra en un de la Iglesia –tal como Cristo la vio,
«estado permanente de misión». la quiso y la amó como Esposa suya
santa e inmaculada (cf. Ef 5,27)– y
26. Pablo VI invitó a ampliar el
el rostro real que hoy la Iglesia pre-
llamado a la renovación, para ex-
senta […] Brota, por lo tanto, un an-
presar con fuerza que no se dirige
helo generoso y casi impaciente de
sólo a los individuos aislados, sino
renovación, es decir, de enmienda
a la Iglesia entera. Recordemos de los defectos que denuncia y re-
este memorable texto que no ha fleja la conciencia, a modo de exa-
perdido su fuerza interpelante: «La men interior, frente al espejo del
Iglesia debe profundizar en la con- modelo que Cristo nos dejó de sí».
ciencia de sí misma, debe meditar
sobre el misterio que le es propio El Concilio Vaticano II presentó la
[…] De esta iluminada y operante conversión eclesial como la aper-
conciencia brota un espontáneo tura a una permanente reforma de
deseo de comparar la imagen ideal sí por fidelidad a Jesucristo: «Toda

Ejercicios Espirituales Agustinianos


15
la renovación de la Iglesia consiste agentes pastorales en constante
esencialmente en el aumento de actitud de salida y favorezca así la
la fidelidad a su vocación […] Cris- respuesta positiva de todos aque-
to llama a la Iglesia peregrinante llos a quienes Jesús convoca a su
hacia una perenne reforma, de la amistad. Como decía Juan Pablo II a
que la Iglesia misma, en cuanto los obispos de Oceanía, «toda reno-
institución humana y terrena, tie- vación en el seno de la Iglesia debe
ne siempre necesidad». tender a la misión como objetivo
para no caer presa de una especie
Hay estructuras eclesiales que pue- de introversión eclesial».
den llegar a condicionar un dina-
mismo evangelizador; igualmente 28.  La parroquia no es una estruc-
las buenas estructuras sirven cuan- tura caduca; precisamente porque
do hay una vida que las anima, las tiene una gran plasticidad, puede
sostiene y las juzga. Sin vida nueva y tomar formas muy diversas que re-
auténtico espíritu evangélico, sin «fi- quieren la docilidad y la creatividad
delidad de la Iglesia a la propia vo- misionera del Pastor y de la comu-
cación», cualquier estructura nueva nidad. Aunque ciertamente no es la
se corrompe en poco tiempo. única institución evangelizadora, si
es capaz de reformarse y adaptarse
Una impostergable renovación continuamente, seguirá siendo «la
eclesial misma Iglesia que vive entre las ca-
sas de sus hijos y de sus hijas». Esto
27. Sueño con una opción misio- supone que realmente esté en con-
nera capaz de transformarlo todo, tacto con los hogares y con la vida
para que las costumbres, los esti- del pueblo, y no se convierta en
los, los horarios, el lenguaje y toda una prolija estructura separada de
estructura eclesial se convierta en la gente o en un grupo de selectos
un cauce adecuado para la evan- que se miran a sí mismos. La parro-
gelización del mundo actual más quia es presencia eclesial en el te-
que para la autopreservación. La rritorio, ámbito de la escucha de la
reforma de estructuras que exige la Palabra, del crecimiento de la vida
conversión pastoral sólo puede en- cristiana, del diálogo, del anuncio,
tenderse en este sentido: procurar de la caridad generosa, de la ado-
que todas ellas se vuelvan más mi- ración y la celebración. A través de
sioneras, que la pastoral ordinaria todas sus actividades, la parroquia
en todas sus instancias sea más ex- alienta y forma a sus miembros para
pansiva y abierta, que coloque a los que sean agentes de evangeliza-

Ejercicios Espirituales Agustinianos


16
ción. Es comunidad de comunida- concreta de la única Iglesia en un
des, santuario donde los sedientos lugar del mundo, y en ella «verda-
van a beber para seguir caminando, deramente está y obra la Iglesia de
y centro de constante envío misio- Cristo, que es una, santa, católica y
nero. Pero tenemos que reconocer apostólica». Es la Iglesia encarnada
que el llamado a la revisión y reno- en un espacio determinado, provis-
vación de las parroquias todavía no ta de todos los medios de salvación
ha dado suficientes frutos en orden dados por Cristo, pero con un ros-
a que estén todavía más cerca de la tro local. Su alegría de comunicar
gente, que sean ámbitos de viva co- a Jesucristo se expresa tanto en
munión y participación, y se orien- su preocupación por anunciarlo
ten completamente a la misión. en otros lugares más necesitados
como en una salida constante ha-
29.  Las demás instituciones eclesia-
les, comunidades de base y peque- cia las periferias de su propio terri-
ñas comunidades, movimientos y torio o hacia los nuevos ámbitos
otras formas de asociación, son una socioculturales. Procura estar siem-
riqueza de la Iglesia que el Espíritu pre allí donde hace más falta la luz
suscita para evangelizar todos los y la vida del Resucitado. En orden
ambientes y sectores. Muchas veces a que este impulso misionero sea
aportan un nuevo fervor evangeli- cada vez más intenso, generoso y
zador y una capacidad de diálogo fecundo, exhorto también a cada
con el mundo que renuevan a la Iglesia particular a entrar en un
Iglesia. Pero es muy sano que no proceso decidido de discernimien-
pierdan el contacto con esa realidad to, purificación y reforma.
tan rica de la parroquia del lugar, y
31. El obispo siempre debe fo-
que se integren gustosamente en la
mentar la comunión misionera en
pastoral orgánica de la Iglesia par-
su Iglesia diocesana siguiendo el
ticular. Esta integración evitará que
ideal de las primeras comunida-
se queden sólo con una parte del
des cristianas, donde los creyentes
Evangelio y de la Iglesia, o que se
tenían un solo corazón y una sola
conviertan en nómadas sin raíces.
alma (cf. Hch 4,32). Para eso, a ve-
30.  Cada Iglesia particular, porción ces estará delante para indicar el
de la Iglesia católica bajo la guía de camino y cuidar la esperanza del
su obispo, también está llamada pueblo, otras veces estará simple-
a la conversión misionera. Ella es mente en medio de todos con su
el sujeto primario de la evangeli- cercanía sencilla y misericordiosa,
zación, ya que es la manifestación y en ocasiones deberá caminar de-

Ejercicios Espirituales Agustinianos


17
trás del pueblo para ayudar a los El Concilio Vaticano II expresó que,
rezagados y, sobre todo, porque el de modo análogo a las antiguas
rebaño mismo tiene su olfato para Iglesias patriarcales, las Conferen-
encontrar nuevos caminos. En su cias episcopales pueden «desarro-
misión de fomentar una comunión llar una obra múltiple y fecunda, a
dinámica, abierta y misionera, ten- fin de que el afecto colegial tenga
drá que alentar y procurar la madu- una aplicación concreta». Pero este
ración de los mecanismos de parti- deseo no se realizó plenamente, por
cipación que propone el Código de cuanto todavía no se ha explicitado
Derecho Canónico y otras formas de suficientemente un estatuto de las
diálogo pastoral, con el deseo de Conferencias episcopales que las
escuchar a todos y no sólo a algu- conciba como sujetos de atribucio-
nos que le acaricien los oídos. Pero nes concretas, incluyendo también
el objetivo de estos procesos parti- alguna auténtica autoridad doc-
cipativos no será principalmente la trinal. Una excesiva centralización,
organización eclesial, sino el sueño más que ayudar, complica la vida de
misionero de llegar a todos. la Iglesia y su dinámica misionera.
32.  Dado que estoy llamado a vivir 33.  La pastoral en clave de misión
lo que pido a los demás, también pretende abandonar el cómodo cri-
debo pensar en una conversión terio pastoral del «siempre se ha he-
del papado. Me corresponde, como cho así». Invito a todos a ser audaces
obispo de Roma, estar abierto a las y creativos en esta tarea de repensar
sugerencias que se orienten a un los objetivos, las estructuras, el estilo
ejercicio de mi ministerio que lo y los métodos evangelizadores de
vuelva más fiel al sentido que Jesu- las propias comunidades. Una pos-
cristo quiso darle y a las necesida- tulación de los fines sin una ade-
des actuales de la evangelización. cuada búsqueda comunitaria de los
El papa Juan Pablo II pidió que se medios para alcanzarlos está conde-
le ayudara a encontrar «una forma nada a convertirse en mera fantasía.
del ejercicio del primado que, sin re- Exhorto a todos a aplicar con gene-
nunciar de ningún modo a lo esen- rosidad y valentía las orientaciones
cial de su misión, se abra a una situa- de este documento, sin prohibicio-
ción nueva». Hemos avanzado poco nes ni miedos. Lo importante es no
en ese sentido. También el papado caminar solos, contar siempre con
y las estructuras centrales de la Igle- los hermanos y especialmente con
sia universal necesitan escuchar el la guía de los obispos, en un sabio y
llamado a una conversión pastoral. realista discernimiento pastoral.

Ejercicios Espirituales Agustinianos


18
5. Del Discurso del papa Francisco con motivo
del 50º aniversario de la conmemoración
de la Institución del Sínodo de los Obispos (2015)

El mundo en el que vivimos, y que


estamos llamados a amar y servir
también en sus contradicciones,
exige de la Iglesia el fortalecimien-
to de las sinergias en todos los ám-
bitos de su misión. Precisamente
el camino de la sinodalidad es el
camino que Dios espera de la Igle-
sia del tercer milenio.
Lo que el Señor nos pide, en cier-
to sentido, ya está todo contenido
en la palabra «sínodo». Caminar
juntos –laicos, pastores, obispo de
Roma– es un concepto fácil de ex-
presar con palabras, pero no es tan
fácil ponerlo en práctica. totalmente de acuerdo en cuestio-
Después de haber reafirmado que nes de fe y de moral». Aquel famo-
el pueblo de Dios está constituido so infalibile «in credendo».
por todos los bautizados, «consa-
En la Exhortación Apostólica Evan-
grados como casa espiritual y sa-
gelii gaudium he subrayado cómo
cerdocio santo», el Concilio Vatica-
no II proclama que «la totalidad de «el pueblo de Dios es santo por
los fieles que tienen la unción del esta unción que lo hace infalible
Santo (cf. 1 Jn 2,20 y 27) no puede “in credendo”», agregando que
equivocarse en la fe. Se manifiesta «cada uno de los bautizados, cual-
esta propiedad suya, tan peculiar, quiera que sea su función en la
en el sentido sobrenatural de la fe Iglesia y el grado de instrucción de
de todo el pueblo: cuando “desde su fe, es un agente evangelizador,
los obispos hasta el último de los y sería inadecuado pensar en un
laicos cristianos” muestran estar esquema de evangelización lleva-

Ejercicios Espirituales Agustinianos


19
do adelante por actores calificados otros; y todos en escucha del Espíri-
donde el resto del pueblo fiel sea tu Santo, el «Espíritu de verdad» (Jn
sólo receptivo de sus acciones». El 14,17), para conocer lo que él «dice
sensus fidei impide separar rígida- a las Iglesias» (Ap 2,7) (…).
mente entre Ecclesia docens y Eccle-
sia dicens, ya que también la grey La sinodalidad, como dimensión
tiene su «olfato» para encontrar constitutiva de la Iglesia, nos ofrece
nuevos caminos que el Señor abre el marco interpretativo más ade-
a la Iglesia. cuado para comprender el mismo
ministerio jerárquico. Si compren-
Esta es la convicción que me ha demos que, como dice san Juan
guiado cuando he deseado que el Crisóstomo, «Iglesia y Sínodo son
pueblo de Dios viniera consultado sinónimos» –porque la Iglesia no es
en la preparación de la doble cita otra cosa que el «caminar juntos»
sinodal sobre la familia. Como se ha de la grey de Dios por los senderos
hecho por lo general con cada «Li- de la historia que sale al encuentro
neamenta». Ciertamente, una con- de Cristo el Señor– entendemos
sulta de este tipo en modo alguno también que en su interior nadie
podría bastar para escuchar el sen- puede ser «elevado» por encima de
sus fidei. Pero, ¿cómo sería posible los demás. Al contrario, en la Iglesia
hablar de la familia sin interpelar es necesario que alguno «se abaje»
a las familias, escuchar sus gozos y para ponerse al servicio de los her-
esperanzas, sus tristezas y angus- manos a lo largo del camino.
tias? Por medio de las respuestas
de los dos cuestionarios enviados Jesús ha constituido la Iglesia po-
a las Iglesias particulares, hemos niendo en su cumbre al Colegio
tenido la posibilidad de escuchar al apostólico, en el que el apóstol Pe-
menos algunas de ellas sobre cues- dro es la «roca» (cf. Mt 16,18), aquel
tiones que las afectan muy de cer- que debe «confirmar» a los herma-
ca y sobre las cuales tienen mucho nos en la fe (cf. Lc 22,32). Pero en
que decir. esta Iglesia, como en una pirámide
invertida, la cima se encuentra por
Una Iglesia sinodal es una Iglesia debajo de la base. Por eso, quie-
de la escucha, con la conciencia de nes ejercen la autoridad se llaman
que escuchar «es más que oír». Es «ministros»: porque, según el signi-
una escucha reciproca en la cual ficado originario de la palabra, son
cada uno tiene algo que aprender. los más pequeños de todos. Cada
Pueblo fiel, colegio episcopal, obis- obispo, sirviendo al pueblo de Dios,
po de Roma: uno en escucha de los llega a ser para la porción de la grey

Ejercicios Espirituales Agustinianos


20
que le ha sido encomendada, vica- para comprender el servicio jerár-
rius Christi, vicario de Jesús, quien quico (…).
en la Última Cena se inclinó para
lavar los pies de los apóstoles (cf. Nuestra mirada se extiende tam-
Jn 13,1-15). Y, en un horizonte se- bién a la humanidad. Una Iglesia
mejante, el mismo sucesor de Pe- sinodal es como un estandarte
dro es el servus servorum Dei. alzado entre las naciones (cf. Is
11,12) en un mundo que –aun in-
Nunca lo olvidemos. Para los discí- vocando participación, solidaridad
pulos de Jesús, ayer, hoy y siempre, y la transparencia en la adminis-
la única autoridad es la autoridad tración de lo público– a menudo
del servicio, el único poder es el entrega el destino de poblaciones
poder de la cruz, según las pala- enteras en manos codiciosas de
bras del Maestro: «ustedes saben pequeños grupos de poder. Como
que los jefes de las naciones do- Iglesia que «camina junto» a los
minan sobre ellas y los poderosos hombres, partícipe de las dificul-
les hacen sentir su autoridad. En- tades de la historia, cultivamos el
tre ustedes no debe suceder así. Al sueño de que el redescubrimiento
contrario, el que quiera ser grande, de la dignidad inviolable de los
que se haga servidor de ustedes; y pueblos y de la función de servicio
el que quiera ser primero, que se de la autoridad podrán ayudar a la
haga esclavo» (Mt 20,25-27). «En- sociedad civil a edificarse en la jus-
tre ustedes no debe suceder así»: ticia y la fraternidad, fomentando
en esta expresión alcanzamos el un mundo más bello y más digno
corazón mismo del misterio de la del hombre para las generaciones
Iglesia y recibimos la luz necesaria que vendrán después de nosotros.

Ejercicios Espirituales Agustinianos


21
6. Del documento La sinodalidad en la vida
y en la misión de la Iglesia,
de la Comisión Teológica Internacional (2018)

El camino sinodal del pueblo de


Dios, peregrino y misionero

49. La sinodalidad manifiesta el


carácter peregrino de la Iglesia. La
imagen del pueblo de Dios, con-
vocado de entre las naciones (Hch
2,1-9; 15,14), expresa su dimensión
social, histórica y misionera, que
corresponde a la condición y a la
vocación del ser humano como
homo viator. El camino es la ima-
gen que ilumina la inteligencia del
misterio de Cristo como el Camino
que conduce al Padre. Jesús es el
Camino de Dios hacia el hombre
y de estos hacia Dios. El aconteci-
miento de gracia con el que Él se 11,26). Es el pueblo del camino
hizo peregrino, plantando su tien- (Hch 9,2; 18,25; 19,9) hacia el Reino
da en medio de nosotros (Jn 1,14), celestial (Flp 3,20). La sinodalidad
se prolonga en el camino sinodal es la forma histórica de su caminar
de la Iglesia. en comunión hasta el reposo final
(Hb 3,7-4,44). La fe, la esperanza
50. La Iglesia camina con Cristo, y la caridad guían e informan la
por medio de Cristo y en Cristo. Él, peregrinación de la asamblea del
el Caminante, el Camino y la Patria, Señor «en vista de la ciudad futu-
otorga su Espíritu de amor (Rm ra» (Hb 11,10). Los cristianos son
5,5) para que en Él podamos avan- «gente de paso y extranjeros» en
zar por el «camino más perfecto» el mundo (1P 2,11), marcados con
(1Co 12,31). La Iglesia está llama- el don y la responsabilidad de
da a seguir sobre las huellas de anunciar a todos el Evangelio del
su Señor hasta que Él vuelva (1Co Reino.

Ejercicios Espirituales Agustinianos


23
51.  El pueblo de Dios está en ca- 53. En la Iglesia, la sinodalidad
mino hasta el fin de los tiempos se vive al servicio de la misión.
(Mt 28,20) y hasta los confines de Ecclesia peregrinans natura sua
la tierra (Hch 1,8). La Iglesia vive a missionaria est, «ella existe para
través del espacio en las diversas evangelizar». Todo el Pueblo de
Iglesias locales y camina a través Dios es el sujeto del anuncio del
del tiempo desde la pascua de Evangelio. En él, todo bautizado es
Jesús hasta su parusía. Ella cons- convocado para ser protagonista
tituye un singular sujeto histórico de la misión porque todos somos
en el que ya está presente y ope- discípulos misioneros. La Iglesia
rante el destino escatológico de está llamada a activar en sinergia
la unión definitiva con Dios y de sinodal los ministerios y carismas
la unidad de la familia humana en presentes en su vida para discer-
Cristo. La forma sinodal de su ca- nir, en actitud de escucha de la
mino expresa y promueve el ejer- voz del Espíritu, los caminos de la
cicio de la comunión en cada una evangelización.
de las Iglesias locales peregrinas
y, por encima de todas ellas, en la La vocación sinodal del pueblo
única Iglesia de Cristo. de Dios

52. La dimensión sinodal de la 72.  El pueblo de Dios en su totali-


Iglesia implica la comunión en la dad es interpelado por su original
Tradición viva de la fe de las diver- vocación sinodal. La circularidad
sas Iglesias locales entre ellas y con entre el sensus fidei con el que es-
la Iglesia de Roma, tanto en sentido tán marcados todos los fieles, el
diacrónico - antiquitas - como en discernimiento obrado en diver-
sentido sincrónico –universitas–. sos niveles de realización de la si-
La transmisión y la recepción de nodalidad y la autoridad de quien
los Símbolos de la fe y de las deci- ejerce el ministerio pastoral de la
siones de los Sínodos locales, pro- unidad y del gobierno describe la
vinciales y, de manera específica y dinámica de la sinodalidad. Esta
universal, de los Concilios ecumé- circularidad promueve la dignidad
nicos, ha expresado y garantizado bautismal y la corresponsabilidad
de modo normativo la comunión de todos, valoriza la presencia de
en la fe profesada por la Iglesia en los carismas infundidos por el Es-
todas partes, siempre y por todos píritu Santo en el pueblo de Dios,
(quod ubique, quod semper, quod reconoce el ministerio específico
ab omnibus creditum est). de los pastores en comunión co-

Ejercicios Espirituales Agustinianos


24
legial y jerárquica con el obispo 74.  Se valoriza además con deci-
de Roma, garantizando que los sión el principio de la co-esencia-
procesos y los actos sinodales se lidad entre los dones jerárquicos y
desarrollen con fidelidad al depo- los dones carismáticos en la Iglesia
situm fidei y en actitud de escucha sobre la base de la enseñanza del
al Espíritu Santo para la renova- Concilio Vaticano II. Esto implica la
ción de la misión de la Iglesia. participación en la vida sinodal de
la Iglesia de las comunidades de
73. En esta perspectiva, resulta
vida consagrada, de los movimien-
esencial la participación de los
tos y de las nuevas comunidades
fieles laicos. Ellos constituyen la in-
eclesiales. Todas estas realidades,
mensa mayoría del pueblo de Dios
surgidas a menudo por el impul-
y hay mucho que aprender de su
so de los carismas otorgados por
participación en las diversas ex-
el Espíritu Santo para la renova-
presiones de la vida y de la misión
ción de la vida y de la misión de la
de las comunidades eclesiales, de
Iglesia, pueden ofrecer experien-
la piedad popular y de la pastoral
cias significativas de articulación
de conjunto, así como de su espe-
sinodal de la vida de comunión
cífica competencia en los varios
y dinámicas de discernimiento
ámbitos de la vida cultural y social.
comunitario puestas en práctica
Por eso es indispensable que se en el interior de ellas, junto a estí-
los consulte al poner en marcha mulos para individualizar nuevos
los procesos de discernimiento en caminos de evangelización. En al-
el marco de las estructuras sinoda- gunos casos, también proponen
les. Es entonces necesario superar ejemplos de integración entre las
los obstáculos que representan la diversas vocaciones eclesiales en
falta de formación y de espacios la perspectiva de la eclesiología
reconocidos en los que los fieles de comunión.
laicos puedan expresarse y obrar,
y de una mentalidad clerical que La conversión para
corre el riesgo de mantenerlos al una sinodalidad renovada
margen de la vida eclesial. Esto
exige un compromiso prioritario 103.  La sinodalidad está ordenada
en la obra de formación de una a animar la vida y la misión evan-
conciencia eclesial madura, que gelizadora de la Iglesia en unión
en el nivel institucional se debe y bajo la guía del Señor Jesús que
traducir en una práctica sinodal prometió: «donde dos o tres están
regular. reunidos en mi nombre, Yo es-

Ejercicios Espirituales Agustinianos


25
toy en medio de ellos» (Mt 18,20), por la conciencia sinodal acoge
«Miren, Yo estoy con ustedes has- gozosamente y promueve la gra-
ta el fin del mundo» (Mt 28,20). La cia en virtud de la cual todos los
renovación sinodal de la Iglesia bautizados son habilitados y lla-
pasa indudablemente a través de mados a ser discípulos misioneros.
la revitalización de las estructuras El gran desafío para la conversión
sinodales, pero ante todo se ex- pastoral que hoy se le presenta a
presa en la respuesta a la gratuita la vida de la Iglesia es intensificar
llamada de Dios a vivir como su la mutua colaboración de todos
pueblo que camina en la historia en el testimonio evangelizador a
hacia la consumación del Reino. En partir de los dones y de los roles
este capítulo se destacan algunas de cada uno, sin clericalizar a los
expresiones específicas de esta laicos y sin secularizar a los cléri-
respuesta: la formación para la es- gos, evitando en todo caso la ten-
piritualidad de comunión y la prác- tación de «un excesivo clericalis-
tica de la escucha, del diálogo y del mo que mantiene a los fieles laicos
discernimiento comunitario; la re- al margen de las decisiones».
levancia para el camino ecuméni-
105. La conversión pastoral para
co y para una diakonía profética en
la puesta en práctica de la sino-
la construcción de un ethos social dalidad exige que se superen
fraterno, solidario e inclusivo. algunos paradigmas, todavía fre-
cuentemente presentes en la cul-
Para la renovación sinodal de la
tura eclesiástica, porque expresan
vida y de la misión de la Iglesia
una comprensión de la Iglesia no
renovada por la eclesiología de
104. «Toda la renovación de la
comunión. Entre ellos: la concen-
Iglesia consiste esencialmente
tración de la responsabilidad de
en el aumento de la fidelidad a
la misión en el ministerio de los
su vocación». Por lo tanto, en el
pastores; el insuficiente aprecio de
cumplimiento de su misión, la
la vida consagrada y de los dones
Iglesia está llamada a una cons-
carismáticos; la escasa valoración
tante conversión que es también
del aporte específico cualificado,
una «conversión pastoral y misio- en su ámbito de competencia, de
nera», consistente en una renova- los fieles laicos, y entre ellos, de las
ción de mentalidad, de actitudes, mujeres.
de prácticas y de estructuras, para
ser cada vez más fiel a su vocación. 106. En la perspectiva de la co-
Una mentalidad eclesial plasmada munión y de la puesta en acto de

Ejercicios Espirituales Agustinianos


26
la sinodalidad, se pueden señalar mujeres de las diversas confesio-
algunas líneas fundamentales de nes religiosas y convicciones para
orientación en la acción pastoral: realizar juntos una cultura del en-
cuentro.
a.   a activación, a partir de la Igle-
sia particular y en todos los niveles, La espiritualidad de
de la circularidad entre el ministe- la comunión y la formación
rio de los pastores, la participación para la vida sinodal
y corresponsabilidad de los laicos,
los impulsos provenientes de los 107. El ethos de la Iglesia pueblo
dones carismáticos según la circu- de Dios convocado por el Padre y
laridad dinámica entre “uno”,“algu- guiado por el Espíritu Santo para
nos” y “todos”;
formar en Cristo «un sacramen-
b.  la integración entre el ejercicio to, o sea signo e instrumento de
de la colegialidad de los pastores la unión íntima con Dios y de la
y la sinodalidad vivida por todo el unidad de todo el género huma-
pueblo de Dios como expresión no» sale de sí mismo y se alimenta
de la comunión entre las Iglesias de la conversión personal a la es-
particulares en la Iglesia universal; piritualidad de comunión. Todos
los miembros de la Iglesia están
c.  el ejercicio del ministerio petri- llamados a acogerla como don y
no de unidad y de guía de la Igle- compromiso del Espíritu que se
sia universal por parte del obispo ejercita en la docilidad a sus im-
de Roma en la comunión con to- pulsos, para educarse a vivir en la
das las Iglesias particulares, en si- comunión la gracia recibida en el
nergia con el ministerio colegial Bautismo y llevada a cumplimien-
de los obispos y el camino sinodal
to por la Eucaristía: el tránsito pas-
del pueblo de Dios;
cual del “yo” entendido de manera
d.  la apertura de la Iglesia católica individualista al “nosotros” eclesial,
hacia las otras Iglesias y Comuni- en el que cada “yo”, estando reves-
dades eclesiales en el compromi- tido de Cristo (cfr. Gál 2,20), vive
so irreversible de caminar juntos y camina con los hermanos y las
hacia la plena unidad en la diversi- hermanas como sujeto responsa-
dad reconciliada de las respectivas ble y activo en la única misión del
tradiciones; pueblo de Dios.

e. la diaconía social y el diálogo De aquí brota la exigencia de que


constructivo con los hombres y las la Iglesia llegue a ser «la casa y la

Ejercicios Espirituales Agustinianos


27
escuela de la comunión». Sin con- sia centrada en la Eucaristía y en el
versión del corazón y de la mente, sacramento de la Reconciliación; el
y sin un adiestramiento ascético ejercicio de la escucha de la pala-
en la acogida y la escucha recípro- bra de Dios para entrar en diálogo
ca, de muy poco servirían los me- con ella y traducirla en actos de la
canismos exteriores de comunión, vida; la adhesión al Magisterio en
que podrían hasta transformarse sus enseñanzas de fe y moral; la
en simples máscaras sin corazón conciencia de que unos son miem-
ni rostro. «Así como la prudencia bros de los otros como Cuerpo de
jurídica, poniendo reglas precisas Cristo y de ser enviados a los her-
para la participación, manifiesta la manos, comenzando por los más
estructura jerárquica de la Iglesia y pobres y marginados. Se trata de
evita tentaciones de arbitrariedad comportamientos compendiados
y pretensiones injustificadas, la es- en la fórmula sentire cum Ecclesia:
piritualidad de la comunión da un este «sentir, experimentar y perci-
alma a la estructura institucional, bir en armonía con la Iglesia» que
con una llamada a la confianza y «une a todos los miembros del
apertura que responde plena- pueblo de Dios en su peregrina-
mente a la dignidad y responsabi- ción» y es «la clave de su “caminar
lidad de cada miembro del pueblo juntos”». Concretamente, se trata
de Dios». de hacer emerger la espirituali-
dad de comunión «como princi-
108. Las mismas disposiciones pio educativo en todos los lugares
que se requieren para vivir y ma- donde se forma el hombre y el
durar el sensus fidei, con el que cristiano, donde se educan los mi-
están marcados todos los creyen- nistros del altar, las personas con-
tes, se requieren para ejercerlo en sagradas y los agentes pastorales,
el camino sinodal. Se trata de un donde se construyen las familias y
punto esencial en la formación del las comunidades».
espíritu sinodal, desde el momen-
109.  La asamblea eucarística es la
to que estamos viviendo en un
fuente y el paradigma de la espi-
ambiente cultural en el que las exi-
ritualidad de comunión. En ella se
gencias del Evangelio y también
manifiestan los elementos especí-
las virtudes humanas a menudo
ficos de la vida cristiana destina-
no son objeto de aprecio y de edu- dos a plasmar el affectus sinodalis.
cación adecuada. Entre estas dis-
posiciones conviene recordar: la a.  La invocación de la Trinidad. La
participación en la vida de la Igle- asamblea eucarística comienza

Ejercicios Espirituales Agustinianos


28
con la invocación de la Santísima c. La escucha de la palabra de
Trinidad. Convocada por el Padre, Dios. En la asamblea eucarística
en virtud de la Eucaristía, la Iglesia se escucha la Palabra para recibir
llega a ser, con la efusión del Espí- el mensaje e iluminar con él el
ritu Santo, el sacramento viviente camino. Se aprende a escuchar la
de Cristo: «Donde están dos o más voz de Dios meditando la Escri-
reunidos en mi nombre, allí es- tura, especialmente el Evangelio,
toy yo en medio de ellos» (cfr. Mt celebrando los sacramentos, so-
18,19). La unidad de la Santísima bre todo la Eucaristía, acogiendo
Trinidad en la comunión de las tres a los hermanos, en especial a los
divinas personas se manifiesta en pobres. El que ejerce el ministerio
la comunidad cristiana llamada a pastoral y está llamado a partir el
vivir «la unión… en la verdad y en pan de la Palabra junto con el Pan
la caridad», mediante el ejercicio eucarístico, debe conocer la vida
de los respectivos dones y caris- de la comunidad para comunicar
mas recibidos del Espíritu Santo, el mensaje de Dios en la circuns-
en vista del bien común. tancia y en la hora en que ella vive.
La estructura dialógica de la litur-
b.  La reconciliación. La asamblea gia eucarística es el paradigma del
eucarística propicia la comunión discernimiento comunitario: antes
mediante la reconciliación con de escucharse unos a otros, los dis-
Dios y con los hermanos. La con- cípulos deben escuchar la Palabra.
fessio peccati celebra el amor mi-
sericordioso del Padre y expresa d.  La comunión. La Eucaristía «crea
la voluntad de no seguir el camino comunión y propicia la comunión»
de la división causada por el peca- con Dios y con los hermanos. Ori-
do, sino el de la unidad: «Si cuando ginada en Cristo mediante el Es-
presentas tu ofrenda ante el altar píritu Santo, la comunión es par-
te acuerdas de que tu hermano ticipada por hombres y mujeres
tiene algo contra ti, deberás ir a re- que, teniendo la misma dignidad
conciliarte primero con tu herma- de bautizados, reciben del Padre
no; después presenta tu ofrenda» y ejercen con responsabilidad di-
(Mt 5,23-24). Los acontecimientos versas vocaciones –que tienen
sinodales implican el reconoci- como fuente el Bautismo, la Con-
miento de las propias fragilidades firmación, el Orden sagrado y do-
y el pedido recíproco del perdón. nes específicos del Espíritu San-
La reconciliación es el camino to– para formar con la multitud de
para vivir la nueva evangelización. los miembros un solo cuerpo. La

Ejercicios Espirituales Agustinianos


29
rica y libre convergencia de esta En ella se manifiesta la communio
pluralidad en la unidad es lo que sanctorum que vive de la oración,
se activa en los acontecimientos se alimenta de los sacramentos,
sinodales. florece en el amor recíproco y ha-
cia todos, crece en la participación
e.  La misión. Ite, missa est. La co- de alegrías y pruebas de la Espo-
munión realizada por la Eucaris- sa de Cristo. En el camino sinodal
tía impulsa hacia la misión. El que la comunicación está llamada a
participa del Cuerpo de Cristo está explicitarse mediante la escucha
llamado a compartir la alegre ex- comunitaria de la palabra de Dios
periencia con todos. Cada acon- para conocer «lo que el Espíritu
tecimiento sinodal estimula a la dice a las Iglesias» (Ap 2,29). «Una
Iglesia para que salga del campa- Iglesia sinodal es una Iglesia que
mento (cfr. Hb 13,13) para llevar a escucha (…) Pueblo fiel, Colegio
Cristo a los hombres que esperan episcopal, obispo de Roma: cada
su salvación. San Agustín afirma uno escuchando a los otros; y to-
que debemos «tener un solo cora- dos escuchando al Espíritu Santo».
zón y una sola alma en el camino
hacia Dios». La unidad de la co- 111. El diálogo sinodal implica
munidad no es verdadera sin este valor tanto en el hablar como en
el escuchar. No se trata de tra-
télos interior que la guía a lo largo
barse en un debate en el que un
de los senderos del tiempo hacia
interlocutor intenta imponerse
la meta escatológica de «Dios todo
sobre los otros o de refutar sus
en todos» (cfr. 1 Co 15,28). Es ne-
posiciones con argumentos con-
cesario dejarse interpelar siempre
tundentes, sino de expresar con
por la pregunta: ¿Cómo podemos
respeto cuanto, en conciencia, se
ser verdaderamente Iglesia sino-
percibe que ha sido sugerido por
dal si no vivimos “en salida” hacia el Espíritu Santo como útil en vis-
todos para ir juntos hacia Dios? ta del discernimiento comunita-
rio, al mismo tiempo que abierto
La escucha y el diálogo para el a cuanto, en las posiciones de los
discernimiento comunitario otros, es sugerido por el mismo Es-
píritu «para el bien común» (cfr. 1
110.  La vida sinodal de la Iglesia
Co 12,7).
se realiza gracias a una efectiva
comunicación de fe, vida y com- El criterio según el cual «la uni-
promiso misionero puesta en ac- dad prevalece sobre el conflicto»
ción entre todos sus miembros. vale en forma específica para el

Ejercicios Espirituales Agustinianos


30
ejercicio del diálogo, para tratar dinámica en relación con la vida
la diversidad de opiniones y de de comunión como «tener el mis-
experiencias, para aprender «un mo sentir (φρόνησης), el mismo
modo de hacer la historia, en un amor (ἁγάπη), siendo una sola
ámbito viviente donde los conflic- alma y pensando lo mismo» (2,2).
tos, las tensiones y los opuestos Él tiene en cuenta las dos tenta-
pueden alcanzar una unidad pluri- ciones que socavan las bases de la
forme que engendra nueva vida», vida de la comunidad: el espíritu
haciendo posible el desarrollo de de partido (ἐριθεία) y la vanagloria
«una comunión en las diferen- (κενοδοξία) (2,3a). Se debe tener,
cias». En efecto, el diálogo ofrece en cambio, la actitud de humildad
la oportunidad de adquirir nuevas (ταπεινοφροσύνῃ): sea conside-
perspectivas y nuevos puntos de rando a los demás como superio-
vista para iluminar el examen del res a sí mismo, sea poniendo en
tema que se está tratando. primer lugar el bien y los intereses
Se trata de ejercitar «un modo re- comunes (2,3b-4). Pablo remite
lacional de ver el mundo, que se todo a Aquel en quien por la fe
convierte en conocimiento com- ellos forman comunidad: «pien-
partido, visión en la visión de otro sen y realicen entre ustedes lo
o visión común de todas las cosas». que (hay) también en Cristo Jesús»
Para el beato Pablo VI, el verdadero (2,5). La φρόνησης [«el mismo sen-
diálogo es «un arte de comunica- tir»] de los discípulos debe ser la
ción espiritual» que exige actitu- que se recibe del Padre en el «estar
des específicas: el amor, el respeto, en Cristo». La kenosis de Cristo (2,7-
la confianza y la prudencia, «El cli- 10) es la forma radical de su obe-
ma del diálogo es la amistad. Más diencia al Padre y para los discípu-
todavía, es servicio». Como subraya los es la llamada a sentir, pensar y
Benedicto XVI: «la verdad es “lógos” discernir juntos, con humildad, la
que crea “diá-logos” y, por tanto, voluntad de Dios en el seguimien-
comunicación y comunión». to del Maestro y Señor.

112.  Una actitud esencial en el 113.  El ejercicio del discernimien-


diálogo sinodal es la humildad, to está en el centro de los proce-
que propicia la obediencia de cada sos y acontecimientos sinodales.
uno a la voluntad de Dios y la re- Así ha sucedido siempre en la vida
cíproca obediencia en Cristo. El sinodal de la Iglesia. La eclesiolo-
apóstol Pablo, en la carta a los Fi- gía de comunión es la específica
lipenses, ilustra el significado y la espiritualidad y praxis que, invo-

Ejercicios Espirituales Agustinianos


31
lucrando en la misión a todo el un diálogo sincero, sereno y obje-
pueblo de Dios, hacen que «hoy tivo con los hermanos y las herma-
sea más necesario que nunca (…) nas, atendiendo a las experiencias
educarse en los principios y méto- y problemas reales de cada comu-
dos de un discernimiento no sólo nidad y de cada situación; en el
personal sino también comuni- intercambio de los dones y en la
tario». Se trata de determinar y convergencia de todas las energías
recorrer como Iglesia, mediante en vista a la edificación del Cuerpo
la interpretación teologal de los de Cristo y del anuncio del Evan-
signos de los tiempos bajo la guía gelio; en el crisol de la purificación
del Espíritu Santo, el camino a se- de los afectos y pensamientos que
guir en el servicio del designio de permite entender la voluntad del
Dios escatológicamente realizado Señor; en la búsqueda de la libera-
en Cristo que se debe actualizar ción evangélica de cualquier obs-
en cada kairós de la historia. El dis- táculo que pueda impedir la aper-
cernimiento comunitario permite tura al Espíritu.
descubrir una llamada que Dios
hace oír en una situación histórica Sinodalidad y camino ecuménico
determinada.
115.  El Concilio Vaticano II enseña
114.  El discernimiento comunita- que la Iglesia católica, en la que
rio implica la escucha atenta y va- subsiste la Iglesia una y univer-
liente de los «gemidos del Espíritu» sal de Cristo, se reconoce unida
(cfr. Rm 8,26) que se abren camino por muchas razones con todos
a través del grito, explícito o tam- los bautizados y que «el Espíritu
bién mudo, que brota del pueblo de Cristo no ha rehusado servir-
de Dios: «escucha de Dios, hasta se de ellas (las diversas Iglesias y
escuchar con él el clamor del pue- Comunidades eclesiales) como
blo; escucha del pueblo, hasta res- medios de salvación, cuya virtud
pirar en él la voluntad a la que Dios deriva de la misma plenitud de la
nos llama». Los discípulos de Cristo gracia y de la verdad que se confió
deben ser «contemplativos de la a la Iglesia». De aquí se origina el
Palabra y también contemplativos compromiso de los fieles católi-
del pueblo». El discernimiento se cos de caminar junto con los otros
debe realizar en un espacio de ora- cristianos hacia la unidad plena y
ción, de meditación, de reflexión y visible en la presencia del Señor
del estudio necesario para escu- Crucificado y Resucitado: el único
char la voz del Espíritu; mediante que puede suturar las heridas in-

Ejercicios Espirituales Agustinianos


32
fligidas a su cuerpo a lo largo de la En el diálogo entre la Iglesia católi-
historia y de reconciliar con el don ca y la Iglesia ortodoxa, el reciente
del Espíritu las diferencias según Documento de Chieti afirma que
la verdad en el amor. la comunión eclesial, hundiendo
sus raíces en la Santísima Trinidad,
El compromiso ecuménico recorre ha desarrollado en el primer mi-
un camino que involucra a todo lenio, en Oriente y en Occidente,
el pueblo de Dios y exige la con- «estructuras de sinodalidad inse-
versión del corazón y la apertura parablemente ligadas con el pri-
recíproca para derribar los muros mado», cuya herencia teológica y
de desconfianza que desde siglos canónica «constituye la referencia
separan a los cristianos entre ellos, necesaria (...) para curar la herida
para descubrir, compartir y gozar de su división al comienzo del ter-
de las muchas riquezas que nos cer milenio».
unen como dones del único Se-
ñor en virtud del único Bautismo: El documento de Fe y Constitu-
desde la oración hasta la escucha ción del Consejo Mundial de Igle-
de la Palabra y a la experiencia del sias The Church. Towards a common
recíproco amor en Cristo, desde el vision subraya que «bajo la guía
testimonio del Evangelio al servi- del Espíritu Santo, toda la Iglesia
cio de los pobres y marginados, es sinodal/conciliar, en todos los
desde el compromiso por una niveles de la vida eclesial: local, re-
vida social justa y solidaria a aquel gional y universal. La sinodalidad
por la paz y el bien común. o conciliaridad refleja el misterio
de la vida trinitaria de Dios, y las
116.  Se debe constatar con ale- estructuras de la Iglesia la expre-
gría el hecho que el diálogo ecu- san con el fin de realizar la vita de
ménico ha llegado en estos años la comunidad como comunión».
a reconocer en la sinodalidad una
dimensión reveladora de la natu- 117.  El consenso en esta visión de
raleza de la Iglesia y constitutiva la Iglesia permite focalizar la aten-
de su unidad en la multiplicidad ción, con serenidad y objetividad,
de sus expresiones. Se trata de sobre los importantes nudos teo-
la convergencia en la noción de lógicos que aún quedan por des-
la Iglesia como koinonía, que se atar. Se trata, en primer lugar, de
realiza en cada Iglesia local y en la cuestión que concierne a la re-
su relación con las otras Iglesias, lación entre la participación en la
mediante específicas estructuras y vida sinodal de todos los bautiza-
procesos sinodales. dos, en los que el Espíritu de Cristo

Ejercicios Espirituales Agustinianos


33
suscita y alimenta el sensus fidei Sinodalidad y diaconía social
y la consiguiente competencia
y responsabilidad en el discerni- 118.  El pueblo de Dios camina
miento de la misión, y la autoridad en la historia para compartir con
propia de los pastores, derivada de todos la levadura, la sal, la luz del
un específico carisma conferido Evangelio. Por eso, «La evangeliza-
sacramentalmente; y, en segundo ción también implica un camino
lugar, de la interpretación de la de diálogo» en compañía con her-
comunión entre las Iglesias loca- manos y hermanas de las diversas
les y la Iglesia universal expresada religiones, convicciones y culturas
que buscan la verdad y se empe-
mediante la comunión entre sus
ñan en construir la justicia, para
pastores con el obispo de Roma,
abrir el corazón y la mente de to-
con la determinación de cuanto
dos con el fin de que reconozcan
pertenece a la legítima pluralidad
la presencia de Cristo que camina
de las formas en las que se expresa a nuestro lado. Las iniciativas de
la fe en las diversas culturas y de encuentro, diálogo y colaboración
cuanto pertenece a su identidad se acreditan como etapas precio-
perenne y a su unidad católica. sas en esta peregrinación común
En este contexto, la actuación de la y el camino sinodal del pueblo de
vida sinodal y la profundización de Dios se revela como escuela de
vida para adquirir el ethos nece-
su significado teológico constitu-
sario para practicar el diálogo con
yen un desafío y una oportunidad
todos, sin irenismos ni compro-
de gran relieve en la prosecución
misos. Hoy, que la toma de con-
del camino ecuménico. En efecto,
ciencia de la interdependencia
es en el horizonte de la sinodali- entre los pueblos obliga a pensar
dad que, con fidelidad creativa al el mundo como la casa común, la
depositum fidei y en coherencia Iglesia está llamada a manifestar
con el criterio de la hierarchia veri- que la catolicidad que la cualifica
tatum, es promisorio aquel «inter- y la sinodalidad en la que se ex-
cambio de dones» con el que es presa son fermento de unidad en
posible enriquecerse mutuamente la diversidad y de comunión en la
en el camino hacia la unidad como libertad. Esta es una contribución
armonía reconciliada de las inago- de relieve fundamental que la vida
tables riquezas del misterio de y la conversión sinodal del pue-
Cristo que se reflejan en la belleza blo de Dios puede ofrecer para la
del rostro de la Iglesia. promoción de una cultura del en-

Ejercicios Espirituales Agustinianos


34
cuentro y de la solidaridad, del res- ridad en una situación de crisis
peto y del diálogo, de la inclusión estructural de los procedimientos
y de la integración, de la gratitud y de participación democrática y de
de la gratuidad. desconfianza en sus principios y
valores inspirativos, por el peligro
119.  La vida sinodal de la Iglesia de que se deriven en autoritaris-
se ofrece, en particular, como dia- mo y tecnocracia. En este contex-
conía en la promoción de una vida to, hay un compromiso prioritario
social, económica y política de los y un criterio en cada acción social
pueblos bajo el signo de la justi- del pueblo de Dios: es el imperati-
cia, la solidaridad y la paz. «Dios, vo de «escuchar tanto el clamor de
en Cristo, no redime solamente la la tierra como el clamor de los po-
persona individual, sino también bres», reclamando con urgencia,
las relaciones sociales entre los en la determinación de las opcio-
hombres». La práctica del diálo- nes y proyectos de la sociedad, el
go y la búsqueda de soluciones puesto y el rol privilegiado de los
compartidas y eficaces en quien pobres, la destinación universal de
se empeña en construir la paz y los bienes, el primado de la solida-
la justicia son una absoluta prio- ridad, el cuidado de la casa común.

Ejercicios Espirituales Agustinianos


35

También podría gustarte