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1era diapo

ETIOLOGIA:

La COVID-19 es causado por los coronavirus. Coronavirus (CoV) es el nombre común con el que se
conoce a los miembros de la subfamilia Orthocoranavirinae. Taxonómicamente pertenecen a la
familia Coronaviridae, orden Nidovirales. Son virus ampliamente distribuidos que se descubrieron
como patógenos humanos en la década de los sesenta. Son virus zoonóticos capaces de transmitirse
entre animales y humanos, por lo que tienen un importante impacto económico y social. El nombre
de coronavirus es consecuencia de la estructura que presentan estos virus al microscopio
electrónico, puesto que parecen tener una especie de corona en su parte externa similar a la
apariencia del sol

Existen cuatro géneros de coronavirus que se diferencian en la secuencia de sus proteínas:


Alfacoronavirus, Betacoronavirus, Gammacoronavirus y Deltacoronavirus. Los dos primeros infectan
a mamíferos y suelen tener a los murciélagos como reservorio, mientras que el género
Gammacoronavirus incluye a todos los coronavirus aviares. Los Deltacoronavirus afectan tanto a
mamíferos como a aves.

El SARS-CoV-2 pertenece a la familia de los β-coronavirus, los cuales son virus de ácido ribonucleico
(ARN) de cadena simple, polaridad positiva, envueltos, no segmentados, con genoma de 27 a 32 kb y
tamaño de 80-160 nm, en donde suelen observarse formas filamentosas de 9 a 13 nm de diámetro.
Son los virus de ARN más grandes hasta ahora descubiertos.

La estructura de la partícula viral consiste en una nucleocápside formada por el genoma viral al que
se encuentran unidas múltiples copias de la proteína N o proteína de nucleocápside . La
nucleocápside adopta una estructura helicoidal y presenta forma de ovillo rodeado de la envoltura
en la que se insertan las proteínas virales: S (espiga), E(envoltura) y M(membrana).

La proteína S forma estructuras que sobresalen de la envuelta del virus. Contiene el dominio de
unión al receptor de las células que infecta (RBD), y por tanto es la proteína determinante del
tropismo del virus. Utiliza la enzima convertidora de angiotensina 2 como receptor para la entrada
en la célula huésped, está se encuentra situada en la superficie de una amplia variedad de células de
mucosas, pulmones, arterias, intestino, etc. La proteína N está en el interior de la partícula vírica
asociada al ARN viral y juega un importante papel en la replicación del virus y en el ensamblaje de
nuevas partículas virales. La proteína M es la más abundante y la responsable de la forma final del
virus. La proteína E es de pequeño tamaño y se encuentra en pequeñas cantidades en la cubierta.
Las proteínas no estructurales desempeñan importantes funciones específicas en el proceso de
replicación del virus.

La secuencia completa del genoma del SARS-CoV-2, estableció un 96,2% de homología con un
coronavirus del murciélago, por lo que se deduce que tiene un origen zoonótico. El hecho de que
SARS-CoV-2 haya llegado a los seres humanos a partir de un origen animal implica que la
probabilidad de futuros brotes con virus similares es alta, ya que este tipo de virus sigue circulando
en la población animal. Es por tanto prioritario conocer las características (transmisibilidad,
patogenicidad, tasa evolutiva, etc.) que van a condicionar su propagación y determinar la extensión
de esta pandemia.

2da diapo

FISIOPATOLOGIA:
Despues del ingreso del microorganismo al huésped, por medio de goticulas pequeñas ,la unión a un
receptor expresado por las células hospedero es el primer paso de una infección viral. El receptor
celular que se ha identificado para la glicoproteína espiga (S) de SARS-CoV-2 es la enzima
convertidora de angiotensina 2 (ECA2). La afinidad de la glicoproteína espiga (S) del SARS-CoV-2 por
ECA2 es mu elevada . Este es un paso crítico para la entrada del virus, en el cual la glicoproteína
espiga (S) utiliza sus dos subunidades funcionales para lograrlo: la subunidad S1, responsable de la
unión con el receptor de la célula hospedero y la subunidad S2, responsable de la fusión del virus
con las membranas celulares. Cuando la glicoproteína espiga (S) de SARS-CoV-2 se une al receptor
ECA2, el complejo resultante es procesado proteolíticamente por la proteasa transmembrana tipo 2
(TMPRSS2, por sus siglas en inglés), lo que conduce a la escisión de ECA2 y a la activación de la
glicoproteína espiga (S), iniciando así el proceso de unión y fusión del virus con la membrana celular,
finalizando con la entrada del virus a la célula hospedero. Una vez se completa la unión
virusmembrana celular, inicia la fusión del virus con esta. Al finalizar la fusión virus/membrana
celular, el ARN genómico viral se libera en el citoplasma y se denuda para permitir la formación de
las poliproteínas (pp) 1a y 1ab, la transcripción de los ARNs subgenómicos y replicación del genoma
viral. Posteriormente, las glicoproteínas de envoltura recién formadas se insertan en el retículo
endoplásmico rugoso o en las membranas de Golgi. Seguidamente, el ARN mensajero y las proteínas
de nucleocápside se combinan para formar los viriones. Las partículas virales recién formadas
entonces brotan dentro del compartimento intermedio Retículo Endoplásmico-Golgi (ERGIC, por sus
si glas en inglés). De este compartimiento, las vesículas que contienen los viriones emergen y migran
hacia la membrana plasmática celular con la cual se fusionan, armando así las partículas virales
completas. Una vez estructuradas, las partículas virales son liberadas por la célula y proceden a
infectar nuevas células, en un ciclo repetitivo que culmina con la recuperación o con la muerte del
paciente.

3ta diapo

RESPUESTA INMUNE EN EL HOSPEDERO:

El SARS-CoV-2 iniciará la infección de las células epiteliales en las vías respiratorias, células epiteliales
alveolares (neumocitos tipo 2), células endoteliales y macrófagos alveolares, ya que todos estos
tipos celulares presentan en común el receptor ACE2.

Los macrófagos alveolares pueden ser in situ activados por la presencia del virus o de células
adyacentes infectadas por el mismo, es introducido por fagocitosis en el macrófago. Se formarán
fagolisosomas que se encargarán de degradar proteínas, liberar partículas de ARN víricas, las cuales
serán reconocidas por TLR-7 y TLR-8, específicos de ARN de cadena sencilla, y señalizarán vía NF-κB
al núcleo. El virus es opsonizado por anticuerpos no neutralizantes, principalmente, del isotipo IgG,
internalizado por receptores Fc del macrófago que señalizarán activación. Si bien no todos los
macrófagos parece que expresan ACE-2 y TMR, hay una parte importante de ellos que sí lo hacen.

El virus infectaría directamente el macrófago mediante los receptores ACE-2 y TMPRSS2, al inocular
el ARN viral, estas células presentan el sensor intracelular RIG-1 que activará la transducción de
señal al núcleo vía NF-κB. La activación de los macrófagos mediante sus PRR, tanto DAMP como
PAMP, conduce a la secreción de las citosinas proinflamatorias IL-1β, IL-6, TNF-α, IFN-γ y quimiocinas
como IL-8, MCP1, IP-10 provocan el aumento de la permeabilidad vascular y la extravasación rápida
de monocitos que se transformarán en macrófagos, células dendríticas y neutrófilos que se
encargarán de contener al virus y amplificar la inflamación.
Otros mecanismos inmunológicos como la activación de los mastocitos encargados de liberar
histaminas, el complemento produciendo anafilotoxinas C3a y C5a o anticuerpos naturales o
inducidos colaboran, de forma simultánea, en la activación de estos endotelios.

Las primeras células que rápidamente se extravasan son los neutrófilos y los monocitos, siendo estos
últimos rápidamente diferenciados a nuevos macrófagos (denominados macrófagos derivados de
monocitos de sangre periférica), que reemplazarán a los macrófagos alveolares y a nuevas células
dendríticas, repoblando de nuevas células inmunes el tejido respiratorio. Las células presentadoras
de antígeno (APC) profesionales, como las células dendríticas, recogerán partículas del virus,
madurarán y migrarán a los órganos linfoides secundarios (OLS) más cercanos, donde podrán activar
a linfocitos T colaboradores (Th) y citotóxicos (Tc) específicos del virus, que proliferarán y serán
reclutados entre 6 y 10 días después al epitelio alveolar inflamado, donde se encargarán de
orquestar una respuesta defensiva mucho más contundente, liberando grandes cantidades de
citosinas y eliminando las células infectadas.

4ta diapo

En la mayoría de los pacientes infectados por el SARS-COV-2, este conjunto de mecanismos


defensivos es suficiente para eliminar la infección de los pulmones, que la respuesta inflamatoria
decrezca, que comiencen los mecanismos reparadores y que los pacientes se recuperen. Sin
embargo, un 20 por ciento de los pacientes presentan una neumonía grave o crítica que se
correlaciona con un estado hiperinflamatorio del paciente que requiere de ingreso hospitalario y que
puede comprometer su vida. Este estado hiperinflamatorio se ha definido como «síndrome de
liberación de citocinas» (CRS) o «tormenta de citocinas» y se ha observado como consecuencia de
infecciones o tratamientos farmacológicos16. El CRS es el resultado de una fuerte activación de
muchas células del sistema inmune que provoca la liberación descontrolada de grandes cantidades
de citocinas, se inicia localmente pero rápidamente se refleja en la circulación sanguínea16. Son
muchas las citocinas elevadas en esta tormenta de citocinas, IL-1β, IL-2, IL-6, IL-7, IL-10, TNF-α, TGF-
β, G-CSF, MCP1, IP10, MIP-1α, entre muchas otras14. La citocina más crítica identificada es la IL-6
que se incrementa desmesuradamente en función de la gravedad de los pacientes, e incluso
diferencia a pacientes que sobreviven al virus de los que no lo hacen. La elevación de citocinas como
la IL-1β y la IL-6, entre otras, señala a los macrófagos como principales contribuyentes a este estado
hiperinflamatorio. Así, el CRS está íntimamente ligado al «síndrome de activación macrofágica»
(MAS). Los pacientes de mal pronóstico experimentan ante el SARS-CoV-2 una tormenta de citocinas
autoamplificada y un MAS que provocará el re clutamiento masivo y la migración de células
inflamatorias al tejido pulmonar, se liberarán más citocinas, proteasas, radicales libres y óxido nítrico
que dañarán severamente los epitelios y endotelios pulmonares, provocando la descamación de las
células alveolares, la formación de una membrana hialina y la extravasación inadecuada de líquidos a
través de los endotelios dañados, produciendo edema pulmonar14. Esto provocará la disminución
en la eficiencia del intercambio de gases, dificultad para respirar y la disminución de los niveles de
oxígeno en sangre.

De ahí dices todo de las diapos

Referencias:
Autor. Título. Nombre de la revista abreviado [Internet] año [consultado]; volumen (número): páginas o indicador
de extensión. Disponible en:

Alvarado I, Bandera J, Carreto L, Pavon G, Alejandre A. Etiología y fisiopatología del SARS-CoV-2[Internet]


2020 [consultado 15 de Julio 2021]; 33 (s1): s5-s9. Disponible en:
https://www.medigraphic.com/pdfs/infectologia/lip-2020/lips201b.pdf
Lopez G, Ramirez M, Torres M. Fisiopatología del daño multiorgánico en la infección por SARS-CoV-2 [Internet]
2020 [consultado 15 de Julio 2021]; 41(Supl 1):S27-S41. Disponible en :
https://www.medigraphic.com/pdfs/actpedmex/apm-2020/apms201f.pdf

Oliva J. SARS-CoV-2: origen, estructura, replicación y patogénesis [Internet] 2020 [consultado 15 de Julio 2021];
3(2). Disponible en: https://docs.bvsalud.org/biblioref/2020/05/1095641/9619-manuscrito-34080-1-10-
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Monserrat J, Gomez A, Oliva R. Papel del sistema inmune en la infección por el SARS-CoV-2: inmunopatología
de la COVID-19 [Internet] 2021 [consultado 15 de Julio 2021]; 13(33):1917-31.

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