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l estudio, el terror de los ³estudiantes´, le podríamos llamar a este gran
desconocido, o al pan diario y la forma de vida de los intelectuales.

Ya sabemos bien que estudiar es ejercitar el entendimiento para adquirir


conocimiento de una ciencia, arte o profesión; ejercitar los sentidos o la
habilidad para cultivar un arte, ayudar, retener.

Desde los inicios de la humanidad el hombre se a esforzado por encontrar el


conocimiento pleno de las cosas, ha buscado responder los ¿Por qué? y ¿para
qué? De todo lo que le acontece, de todo lo que siente y percibe. Se saben de
grandes genios, científicos, filósofos y eruditos, los cuales han ayudado con
sus aportes a encontrar o más bien a acercarnos a la verdad. Pero eso solo está
en los libros, si, los mismo que hoy se pudren lentamente en las bibliotecas
por falta de aprecio, diríamos hoy con gran preocupación; pues pareciera que
con el tiempo el cerebro se nos ha encogido por la contaminación del medio
ambiente o se nos haya cerrado totalmente el intelecto y las ganas de saber. En
vez de querer acercarnos a la plenitud y a la trascendencia de la existencia, nos
vemos en un embudo que nos succiona hacia la edad de las cavernas, solo para
querer satisfacer nuestra concupiscencia y darle rienda suelta al libertinaje.
Pero ¿a qué se debe que el hombre haya perdido el interés por el estudio y
las ganas de conocimiento? Es una pregunta que no sabría responder, pero tal
vez a medida del desarrollo de este escrito, me dé cuenta y pueda llegar a
saberlo. Si no lo comprendo, ya tendría algo que estudiar, eso, sí, me
propongo a descubrirlo y a querer entenderlo«

En mi niñez, el estudio era para mí como el monstro que habitaba en las


noches debajo de la cama, o aquella cosa horrible que se escondía en el
ropero, era para mí ese algo que asusta a los niños cuando apagan la luz y solo
quieren salir corriendo sin mirar atrás, por el simple hecho de pensar que tenía
que ir al colegio me daba pereza, no entendía en las clases y sentía que el
mundo se me venía encima. Recuerdo que una vez estaba soñando con
muchos números y letras, ellos eran más grandes que yo y estaban volando por
encima de mí, mientras que la profesora me gritaba que resolviera la
multiplicación, yo sudaba con el lápiz en la mano el cual no tenia punta
¡Aaaahhh! fue tan real esa pesadilla que me levante sudando y con ganas de
enfermarme para dejar de asistir al colegio. Una niñez sufrida a causa de esa
cosa que llaman estudio, la cual me causo varias lagrimas al estar sentado
junto a mi abuelita hasta largas horas de la noche intentando hacer una
división, esta mujer con cinturón en mano y mirada de desesperación y
atrevimiento, pensó que hacia bien con migo y con mi hermano al querer
³enseñarnos a dividir´ ya que en el colegio a duras penas sabíamos escribir y
jugar en el descanso; que días tan sufridos. Luego cuando empecé a ser
bachiller, no sé cómo, resultaba en los primeros puestos de la clase. Me sentía
tan bien, por fin estaba aprendiendo cosas que lo lograba sin hacer tareas en
las tardes, y sin leer los libros que me dejaban por leer, no sé si el cambio de
un colegio privado a uno distrital me haya dado un conocimiento, el cual vino
a mi por algún ente extraño de la atmosfera y se haya depositado en mi
cerebro y me haya hecho sabio e inteligente. Luego por cosas de la vida pase a
un colegio militar, que dolor« mi niñez se volvía a repetir, no sabía nada, es
uno de los mejores colegios con respecto a la formación académica y militar,
pero aún así me gradué, ¿Cómo lo hice? No lo sé. ¡Qué triste es llegar a la
juventud teniendo un rencor con algo que verdaderamente es un amigo! Pero
sé que no solo es mi caso, sino que a muchos jóvenes, ya sean estudiantes o
trabajadores, les ha ocurrido lo mismo. La pregunta es ¿Qué debemos hacer
para llegar a ser buenos estudiantes?

Para muchos el estudio es algo inútil, algo que no da de comer ni que da


sostenimiento, es lógico pensar, que si morimos para que nos va a servir lo
que aprendimos o lo que estudiamos si al fin y al cabo, de esta vida no nos
llevamos ni el polvo de un ladrillo. Entonces ¿para qué estudiar?

Pensamientos mediocres pululan en el aire de nuestra sociedad, pareciera ser


un fenómeno que poco a poco se comenzó a tomar primero las universidades
con la formación de profesionales mediocres los cuales un día implementaron
medidas mediocres para que en el país los estudiantes fueran mediocres. Que
falta de amor y lealtad a la patria, alguien que nace en una tierra y la deja peor
de cómo la encontró, en vez de dedicar su vida al servicio de los demás y
gratitud con su ³amada´ patria.
Y todo esto se debe a una razón sencillísima, la falta de Fe, si, la falta de Dios
en nuestras vidas, El que es el bien supremo, a Él le damos toda la gloria, el
poder y la sabiduría. Pero pareciera que nuestros padres se les hubiera
olvidado de hablarnos de ese Dios que nos ama y aprendimos de un dios que
nos castiga.

Ciertamente en mi proceso de conversión, me fui dando cuenta que para


alcanzar el conocimiento, debo conocer primero al Dueño del conocimiento y
el saber. Dios creó al hombre y lo doto de poder y de inteligencia para
gobernar la tierra, lo malo fue que nos dio libre albedrio, digo malo porque
con el tiempo se convirtió en un libertinaje que ahora pareciera imposible de
frenar, Señor ¿hasta cuándo? Pero Dios hace todas las cosas perfectas, el no se
equivoca, el nos dio la inteligencia y la capacidad de conocer, para conocerlo
a Él y en el encontrar la verdad, dice Jesús conoced la verdad y la verdad os
hará libres, es esa libertad de llegar a comprender los designios de Dios y
ponerlos en práctica. Es muy grato encontrarse con el Dueño de un restaurante
y que ese hombre sea tu amigo desde la infancia, no dudarías en que ese
amigo te invite a comer algo, pues así es Dios, siendo el nuestro padre y
creador, ¿cómo no nos va a dar de lo que le pidamos? Bien lo dice la palabra
de Dios en Oseas 4 ³por ignorancia perece mi pueblo´ después no diga que no
le avisamos.

Hay un dicho que dice:´solo de errores se aprende´, parece que nos


hubiéramos metido esto en forma de vitamina y complemento en el ADN, de
cierta forma nosotros para aprender algo tenemos que caer en el error, eso sí
haciendo el estudio previo del pecado que vamos a cometer. Para eso si somos
aplicados y estudiamos«

En fin, descubrimos que para encontrar el porqué del estudio, hay que
estudiar, si no deseamos estudiar, ¿para donde vamos? Por eso le doy gracias a
Dios, por suscitar en mí la vocación y en ella la vocación al estudio, he
descubierto que si quiero entender, aprender, memorizar y adquirir sabiduría,
inteligencia, discernimiento y prudencia, debo hacerme el más humilde y dejar
que el Espíritu Santo tome mis capacidades cerebrales, para él no hay nada
imposible, el escribe derecho por líneas torcidas, lo digo porque algún día
renegué de mi ser y dude de mis capacidades para estudiar. Deseo que toda la
humanidad se haga tonta para que en vez de buscar la ciencia y el porqué de
las cosas, encuentren a Dios quien es el Sumo bien, la Verdad divina y la
ciencia santa. Solo confía en el señor y no quedaras defraudado, en esto
consiste llegar a la meta. Hacer lo que estés haciendo con amor, siempre y
cuando te edifique como persona y puedas aportar intelectual y
espiritualmente a los demás.

Esta es la oración de santo Tomas de Aquino, es hermosa y si se ora con Fe, el


señor hace su obra.
Dios te bendiga y te llene de sabiduría e inteligencia. Animo


   
Tú que eres la verdadera fuente de luz y sabiduría, y el
soberano principio, dígnate infundir sobre las tinieblas de mi
entendimiento un rayo de tu claridad, apartando de mí la
doble oscuridad en que he nacido: el pecado y la ignorancia.
Tú, que haces elocuentes las lenguas de los niños, instruye
mi lengua e infunde en mis labios la gracia de tu bendición.
Dame agudeza para entender, capacidad para retener,
método y facilidad para aprender, sutileza para interpretar, y
gracia copiosa para hablar.
Dame acierto al empezar, dirección al progresar y perfección
al acabar.
Amén.

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