OREMOS CON LA BIBLIA ABIERTA
DICIEMBRE 2015
1 CORINTIOS 7:1- 16
1En cuanto a las cosas de que me
escribisteis, bueno le sería al HOMBRE no
tocar MUJER; 2pero a causa de las
fornicaciones, cada uno tenga su propia
mujer, y cada una tenga su propio marido.
3El marido cumpla con la mujer el deber
conyugal, y asimismo la mujer con el
marido. 4La mujer no tiene potestad sobre
su propio cuerpo, sino el marido; ni
tampoco tiene el marido potestad sobre su
propio cuerpo, sino la mujer. 5No os neguéis
el uno al otro, a no ser por algún tiempo de
mutuo consentimiento, para ocuparos
sosegadamente en la oración; y volved a
juntaros en uno, para que no os tiente
Satanás a causa de vuestra incontinencia.
6Mas esto digo por vía de concesión, no por
mandamiento. 7Quisiera más bien que todos
los hombres fuesen como yo; pero cada uno
tiene su propio don de Dios, uno a la verdad
de un modo, y otro de otro.
8Digo, pues, a los solteros y a las viudas,
que bueno les fuera quedarse como yo;
9pero si no tienen don de continencia,
cásense, pues mejor es casarse que estarse
quemando.
10Pero a los que están unidos en
matrimonio, mando, no yo, sino el Señor:
Que la mujer no se separe del marido; 11y si
se separa, quédese sin casar, o reconcíliese
con su marido; y que el marido no
abandone a su mujer.
12Y a los demás yo digo, no el Señor: Si
algún hermano tiene mujer que no sea
creyente, y ella consiente en vivir con él, no
la abandone. 13Y si una mujer tiene marido
que no sea creyente, y él consiente en vivir
con ella, no lo abandone. 14Porque el marido
incrédulo es santificado en la mujer, y la
mujer incrédula en el marido; pues de otra
manera vuestros hijos serían inmundos,
mientras que ahora son santos. 15Pero si el
incrédulo se separa, sepárese; pues no está
el hermano o la hermana sujeto a
servidumbre en semejante caso, sino que a
paz nos llamó Dios. 16Porque ¿qué sabes tú,
oh mujer, si quizá harás salvo a tu marido?
¿O qué sabes tú, oh marido, si quizá harás
salva a tu mujer?
Cada vez hay más divorcios. Cada vez es más la gente que dice "no creo
en el matrimonio". Cada vez son más los que piensan que uno es dueño
de su sexualidad y que no es necesario estar casado para ejercerla. Cada
vez son más los niños no deseados o los abortos (asesinatos) que se
excusan como consecuencia de embarazos no planeados. Cada día hay
más distorsiones del verdadero amor y de nuestra identidad como
hombres y mujeres.
OREMOS ENTONCES:
1) Porque podamos asumir nuestra identidad como hombres y mujeres
creados a la Imagen de Dios y celebrar nuestras diferencias y el
hecho de ser complementarios en el estado del matrimonio.
2) Porque los esposos podamos gozar del matrimonio, de los
privilegios y deleites de la vida conyugal. Y ejercer nuestra
responsabilidad como cabeza de nuestro hogar no para nuestro
beneficio personal sino para servicio a nuestra familia.
3) Porque las esposas puedan deleitarse en su identidad como ayuda
idónea y someterse gozosamente a su esposo, siendo ejemplo de
santidad e imitación de Jesucristo.
4) Porque el matrimonio sea protegido de la fornicación, del abuso, de
la apatía, de la indiferencia, de la falta de gozo, de la ingratitud, de
la manipulación y sea el escenario donde los esposos se recreen
mutuamente, se complementen para edificación, se dediquen a su
santificación y sean fieles hasta que la muerte los separe.
5) Porque los solteros encuentren gozo en su soltería, dependiendo de
Cristo para su felicidad, usando su tiempo y libertad para el servicio
a Cristo. Si buscan casarse, que pongan su mirada en alguien que
sea hijo de Dios, y si preferirán ser solteros que sea en el gozo de
estar plenos y satisfechos en Cristo.
6) Por las viudas y viudos que encuentren consuelo y esperanza en
Cristo y sean ejemplo a los casados y solteros jóvenes.
7) Por nuestros niños y jóvenes, que sean librados de las mentiras que
distorsionan la imagen de Dios, que sean guardados en santidad y
que aprecien el matrimonio como un proyecto de vida bendecido
por Dios para crecer, servir y extender el Reino de Dios.
8) Por cada creyente, hombre o mujer: que veamos a las personas
como Cristo las ve, como pecadores necesitados de Gracia, como
personas completas, no sólo por la apariencia física, no sólo por su
atractivo estético, sino como criaturas de Dios que necesitan de un
Redentor.
9) Porque los hermanos honremos a nuestras hermanas tratándolas
con cariño, respeto, siendo ejemplo de servicio, de verdadera
masculinidad, de sincera hermandad; guardándonos de
pensamientos impuros y de actitudes inapropiadas.
10) Porque las hermanas honren a sus hermanos tratándoles con
cortesía y amabilidad, siendo ejemplo de discreción y verdadera
feminidad, cuidando la decencia y el decoro, cultivando la modestia,
guardándose de la indecencia y de actitudes inapropiadas.
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