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Aspecto

El gato persa destaca por su pelaje largo y suave, con un manto inferior denso. Pero no todos
los gatos de pelo largo son persas, de hecho estos gatos han de cumplir numerosos requisitos
adicionales para satisfacer los estándares de la raza.

El aspecto de los gatos persas está definido por 3 asociaciones de criadores diferentes, que
priorizan características distintas. Por regla general, un gato persa ha de tener un tamaño
mediano a grande. Los machos pesan hasta 7 kg y las hembras, hasta 6 kg. El peso del
cuerpo lo soportan unas patas cortas y robustas. Los mechones de pelo entre los dedos de las
patitas redondas son una cualidad especialmente buscada.

Aparte del pelo largo, la cara de los gatos persas es típica de esta raza. La cabeza redonda y
ancha presenta unas orejas redondas, idealmente con mechones de pelo, y una nariz muy
corta. El puente de la nariz debe terminar entre los ojos, este famoso stop no debe estar
situado por encima del párpado superior ni por debajo del párpado inferior. Esto confiere a los
gatos persas una apariencia muy característica, aunque puede conllevar problemas de salud
conocidos y ha originado una fuerte crítica por parte de los criadores de persas más
extremistas, de los que hablaremos más adelante. Por ello, ciertos criadores prefieren el
estándar de cría antiguo, con una nariz larga, pero que ya no coincide con el estándar actual.
El gato persa se puede encontrar prácticamente en todos los colores conocidos. Los
unicolores pueden ser: negros, blancos, rojos, azules, chocolate, lila o crema. Los bicolores y
los tricolores (caparazón de tortuga) se encuentran entre los favoritos, al igual que los gatos
persas del exótico color smoke: una gran parte del pelaje de estos ejemplares es de color,
mientras que las puntas son blancas plateadas. En caso de que solo presenten color en las
puntas del pelo y la mayor parte de su pelaje sea de color gris plateado, estamos ante la
variedad shaded.
Los gatos persas comparten el estándar de raza de los gatos exóticos de pelo corto y
los colourpoint. Solo se diferencian en la longitud, la textura y el color del pelo. En 1933, una
de las asociaciones europeas de gatos de raza reconoció a los exóticos de pelo corto. Su
constitución física y carácter se corresponden con el de los gatos persas, pero poseen un
pelaje corto como de peluche. Los colourpoint, también definidos como «himalayos»,
provienen del cruce entre gatos siameses y persas. Estos animales comprenden los
estándares de la raza de los persas, aunque presentan la coloración point de los siameses.
Cualquier color del pelaje puede aparecer como color point. Los más comunes son el negro y
rojo, con sus diluciones azul y crema, y los colores chocolate y cinnamon, con sus diluciones
lila y fawn.
Carácter
Los gatos persas son muy tranquilos e idóneos para tenerlos como el único animal en casa
debido a que su necesidad de libertad está poco desarollada. A estos pequeños felinos les
encantan los mimos y acurrucarse con sus dueños; son unos animales muy apegados.

No obstante, aunque los gatos persas son animales muy equilibrados, en el fondo todavía
siguen siendo depredadores. Por eso, a los gatos tranquilos y con poco interés por los juegos
se les debe brindar la oportunidad de descubrir, trepar y jugar. El interior de una casa debe
estar adaptado a las necesidades de los gatos que viven en ella para poder mantenerlos
mentalmente en forma y felices, aunque no realicen ejercicios acrobáticos propiamente
dichos.
Cada casa debe contar con, al menos, un rascador porque, aunque los gatos no muestren
mucho interés por las diversas opciones para trepar, rascar forma parte de su comportamiento
natural. Los mininos deben rascar para liberarse de las capas de uña muertas. Además, estos
marcan su territorio a través de señas de arañazos y difunden un «olor de bienestar» a través
de las glándulas odoríferas de sus patitas, siendo este imperceptible para los humanos. Los
gatos que no disponen de un rascador, un poste o una tabla para rascar, tarde o temprano
acabarán haciendo uso de las esquinas de las habitaciones o de los muebles para desarrollar
este instinto. Pero los rascadores no solo cubren la necesidad de rascar, sino también ofrecen
opciones para trepar y una fantástica plataforma desde la que observar lo que ocurre
alrededor. A los gatos les encanta contemplar el mundo desde las alturas, por lo que también
puedes colocar una hamaca para la ventana o para el radiad

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