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Fue sobre todo inspirado por los hallazgos de María Torok, Barbro Sylwan y Adélle Covello

(Torok et al., 1981) quienes realizaron con excelente método, hace ya dos décadas, lo
que llamaron "el estudio del fantasma".

Transmisión entre generaciones.


Fantasma como un reicduo que vamos dejando a futuras generaciones
Mi intención es realizar un recorte dentro de la teoría psicoanalítica para dedicarme
exclusivamente a la problemática de la transmisión y dentro de ella especialmente a un
aspecto de la misma, que es el referido a la transmisión de los duelos y secretos
provenientes de generaciones anteriores y sus efectos sobre las generaciones siguientes.
En ese sentido defino los duelos ancestrales como duelos no procesados, en los que los
ancestros siguen teniendo presencia a través de los descendientes.

Los vínculos que ligan a cada persona con las generaciones que la precedieron influyen en
esta
en una manera compleja tanto con “aspectos positivos como negativos”, ya que además
de garantizar “la conservación de las adquisiciones y del potencial espiritual de la
humanidad” también transmiten “la carga de superar las cuestiones que quedaron
en suspenso en el inconsciente de sus padres y ancestros”

Debemos ubicarnos, además, en una zona del planeta donde esto parece ser
particularmente favorecido desde la realidad: la Europa Central, encrucijada de caminos
que produce esa mezcla de
razas, religiones y lenguas tan compleja y mágica. En ese ámbito nacieron Freud y
Melanie Klein, allí fue la cuna del psicoanálisis.

Melanie Klein es doblemente "la pequeña": por ser la menor de la familia y por haberse
casado con el joven y promisorio ingeniero "Klein", que en alemán significa "pequeño".
Su nombre, Melanie, proviene del griego "melanos": negro; jugando con esta acepción
había sido elogiosamente nombrada por los amigos de su hermano, que admiraban
su hermosura adolescente, "la belleza negra". Si a esto le agregamos
que "Reizes" proviene del sustantivo alemán "Reiz" que significa "excitación", se
comprende
por qué me permito llegar a la frase "la excitante belleza negra de la pequeña
Melanie".

Aunque era en realidad de estatura más bien baja, muchos la percibían como si fuera
bastante alta, seguramente por lo imponente de su porte y la seguridad que transmitía su
actitud. Se expresaba de manera lenta, con voz grave y un tanto monótona, siempre
manteniendo un fuerte acento alemán. Quienes la conocieron concuerdan en que era
sencillamente "inolvidable".
cuando ella nació hubo un recrudecimiento de la persecución de los judíos, fue ésta
también una razón fundamental de su traslado a Berlín, pero el problema no desapareció
allí y realmente sólo consiguió tranquilidad cuando se instaló en Londres

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