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Tema #4
Tema #4
SUMARIO:
1.- Concepto de proceso.
2.- Objeto del proceso.
3.- Sujetos que intervienen en el proceso.
4.- Clasificación de los procesos.
5.- El proceso ordinario (inicio, trámite y conclusión).
DESARROLLO:
1.- Concepto de proceso. - Ya se había manifestado que se
entiende por proceso al conjunto de actos procesales y actuaciones
judiciales que contiene el expediente.
2.- Objeto del proceso. – Sobre el particular, se ha
establecido en el art. 6 del Código Procesal Civil que: “Al interpretar
la Ley Procesal, la autoridad judicial tendrá en cuenta que el objeto
de los procesos es la efectividad de los derechos reconocidos por la
Ley sustantiva. En caso de vacío en las disposiciones del presente
Código, se recurrirá a normas análogas, la equidad que nace de las
leyes y a los principios generales del derecho, preservando las
garantías constitucionales en todo momento.”
3.- Sujetos que intervienen en el proceso. – Se conoce con
la denominación genérica de sujetos procesales a todas las personas
que intervienen en los procesos cumpliendo un determinado rol
(acusado, testigo, etc.).
3.1.- Sujetos procesales principales. - Son las partes
esenciales en el proceso, como el demandante o actor, el demandado
y los terceros interesados, en los casos previstos por ley.
3.2.- Sujetos procesales secundarios. - Llamados también
accesorios o simplemente otros sujetos procesales, resultan ser: las
servidoras y los servidores auxiliares de la administración de justicia
señalados en la Ley del Órgano Judicial, abogadas y abogados.,
peritos, traductores, intérpretes, depositarios, administradores,
interventores, martilleros, comisionados, y en general aquellas o
aquellos que no tienen interés en el objeto del proceso, pero que
actúan en éste de una u otra forma, conforme lo describe el art. 28
del C.P.C.
4.- Clasificación de los procesos. – Los procesos se
clasifican según la materia en: civiles, familiares, de la niñez y
adolescencia, penales, laborales, etc. De la misma manera los
procesos se clasifican según su naturaleza, por ejemplo, los procesos
civiles se subclasifican en: ordinarios, extraordinarios, de estructura
monitoria, concursales, voluntarios, preliminares, incidentales,
cautelares, etc.
5.- El proceso ordinario (inicio, trámite y conclusión). –
Para comprender como tienen su inicio, trámite y conclusión los
diferentes procesos, se toma como modelo el proceso de
conocimiento ordinario, expresando que después de tan prolongada
espera se ha puesto en vigencia plena el Nuevo Código Procesal Civil,
cuyo objeto es el de brindar mayor acceso a la justicia, desformalizar
el proceso, simplificar el procedimiento, reducir la sobrecarga judicial,
agilizar las causas, transparentar las actuaciones judiciales, alcanzar
una justicia pronta, eficaz y eficiente.
Se sustenta en algunos pilares, entre ellos, el proceso por
audiencia, las notificaciones con actos procesales en Secretaría,
facilidad en la obtención de medidas cautelares restringiendo la
contracautela, introducción de los procesos de estructura monitoria,
prevalencia de algunos procesos voluntarios, etc.
El nuevo diseño de los procesos ordinarios y extraordinarios
tiene como referentes el proceso por audiencia para fijación de
asistencia familiar, el proceso oral agrario y el juicio oral de orden
penal, con los que guardan estrecha relación, en cuanto a su trámite
se refiere.
DEL PROCESO ORDINARIO. - Corresponde comenzar
precisando que para el planteamiento del proceso ordinario resulta
imprescindible que con carácter previo tenga que acompañarse con la
demanda el acta de conciliación, con resultado negativo o fallido por
incomparecencia, como imperativamente lo establecen los arts. 292 y
362-II del Código Procesal Civil y art. 69-3) de la Ley del Órgano
Judicial.
Por lo expuesto, corresponde a que en la vía del proceso
preliminar se demande la conciliación previa, distinta a la conciliación
intra procesal que debe cumplir el juez durante la audiencia
preliminar; entonces el conciliador, que forma parte del personal del
juzgado según el art. 83-1) de la Ley del Órgano Judicial, cumpliendo
sus obligaciones previstas en el art. 89 de la referida ley debe
observar el procedimiento previsto por el art. 296 del Código Procesal
Civil. En caso de lograrse un resultado positivo el conciliador pondrá
en conocimiento del Juez el acta de conciliación para su aprobación
mediante auto definitivo, conforme a la facultad acordada por el art.
69-1) de la Ley del Órgano Judicial. Si la conciliación fuere
desestimada, el procedimiento se tendrá por concluido y viabilizará el
ingreso al proceso ordinario con el acompañamiento del acta
pertinente que dé cuenta del resultado negativo.
Corresponde dejar claro que Bolivia al haberse constituido en
un Estado Plurinacional, a partir de la Constitución Política del Estado
de 07 de febrero de 2.009, ha diseñado un nuevo Estado pacifista
que promueve la cultura de paz y el derecho a la paz, determinando
en el art. 10-I lo siguiente: “Bolivia es un Estado pacifista, que
promueve la cultura de la paz y el derecho a la paz, así como la
cooperación entre los pueblos de la región y del mundo, a fin de
contribuir al conocimiento mutuo, al desarrollo equitativo y a la
promoción de la interculturalidad, con pleno respeto a la soberanía de
los estados”.
En función de dicha política pacifista diseñada, ha establecido
en el art. 108 que son deberes de las bolivianas y los bolivianos: “4.
Defender, promover y contribuir al derecho a la paz y fomentar la
cultura de paz”.
Luego, en la Ley del Órgano Judicial, siguiendo las directrices
constitucionales se han regulado los principios que sustentan el
Órgano Judicial, estableciendo, entre otros, en el art. 3-13 el
siguiente principio: “Cultura de la Paz. - La administración de justicia
contribuye a la promoción de la cultura de la paz y el derecho a la
paz, a través de la resolución pacífica de las controversias entre los
ciudadanos y entre éstos y los órganos del Estado”.
Según el Código de Procedimiento Civil se regulaba la
conciliación en los arts. 180 al 183, no como un deber sino como una
facultad o posibilidad de realizarse como diligencia previa a pedido de
parte o durante el proceso a instancias del Juez. A diferencia del
régimen anterior hoy en día la conciliación constituye un deber que
impone la norma, por ello el art. 67 de la Ley del Órgano Judicial
determina: “I. Las juezas y los jueces están obligados a promover la
conciliación de oficio o a petición de parte, en todos los casos
permitidos por ley. Las sesiones de conciliación se desarrollarán con
la presencia de las partes y la o el conciliador. La presencia de
abogados no es obligatoria.
II. Las juezas o jueces dispondrán que por Secretaría de
Conciliación se lleve a cabo dicha actuación de acuerdo con el
procedimiento establecido por ley y, con base al acta levantada al
efecto, declarará la conciliación mediante auto definitivo con efecto
de sentencia y valor de cosa juzgada.
La conciliación no sólo ha sido impuesta a los operadores de
justicia sino también a los abogados, como un deber inexcusable, de
ahí que el art. 9-8) de la Ley Nro. 387 de 09 de julio de 2.013 Ley del
Ejercicio de la Abogacía, dispone que las abogadas y los abogados,
tienen los siguientes deberes: “Facilitar o promover la conciliación u
otros medios alternativos de solución de conflictos cuando se
encuentren previstos por Ley”.
Con el respaldo normativo descrito queda claro que se pretende
transformar esa vieja y arraigada costumbre beligerante o de
confrontación (cultura adversarial) por una cultura de paz, de
entendimiento o de negociación concertada, por lo mismo la mayoría
de las universidades estatales y privadas del país han incorporado en
sus planes de estudios de las carreras de derecho la asignatura de
“sistemas alternativos de resolución de controversias” y han creado
sus propios centros de conciliación universitarios, en la esperanza de
formar nuevos profesionales abogados con perfil pacifista y
conciliador para que su labor sea mucho más eficiente y eficaz en el
foro.
El resultado de la conciliación previa impuesta en el Nuevo
Código Procesal Civil, contribuye notablemente a descongestionar la
abundante, cuando no, excesiva carga procesal existente en casi la
totalidad de los juzgados y tribunales del país, lo que permitió a su
vez, rediseñar el rol del Juez para permitirle trabajar de mejor
manera admitiendo, tramitando y resolviendo casos irreconciliables o
parcialmente conciliados.
Ahora bien, el nuevo proceso ordinario que resulta ser de
naturaleza mixta, porque combina el sistema escrito con el oral,
privilegiando el proceso por audiencia, tiene su inicio con los actos de
proposición, a los que nos referimos a continuación:
DE LA DEMANDA.- La misma debe ser redactada cumpliendo
rigurosamente con todos los requisitos de admisibilidad previstos en
el art. 110 del Código Procesal Civil; entre dichos requisitos, en el
numeral 8 del citado artículo se mantiene la cuantía, cuando su
estimación fuere posible, aspecto que no se justifica, toda vez que la
cuantía no es ya un factor que determina la competencia de los
jueces al desaparecer la clasificación jerárquica de juzgados en lo civil
en instrucción y de partido, porque todos ahora resultan ser juzgados
públicos en lo civil con igual competencia, es de suponer entonces
que al haber mantenido la cuantía como un requisito de la demanda,
se lo ha hecho con el único propósito de que se cancele por el
demandante o actor el derecho de ingreso de causa nueva sobre el
valor del bien litigado, lo que encarece la justicia y viola el principio
de gratuidad previsto por los arts. 178- I de la Constitución Política
del Estado, 3-8), 10) y disposición transitoria décima segunda de la
Ley del Órgano Judicial y 1-9) del Nuevo Código Procesal Civil.
Por mandato del art. 111 del Código Procesal Civil debe
acompañarse con la demanda la prueba documental relativa a la
pretensión del actor, en caso de no disponerse de la misma en dicha
oportunidad procesal, debe indicarse el contenido y el lugar donde se
encuentren y se solicitará su incorporación al proceso. Al propio
tiempo, debe señalarse los otros medios legales de prueba de los que
se intentará valer, precisando los hechos que se quiere demostrar,
como suele hacérselo en los denominados procesos sumarios
regulados por el Código de Procedimiento Civil, todavía vigente, esto
por no existir otra oportunidad para hacerlo, quedando a salvo
siempre la posibilidad de acompañarse documentos de fecha
posterior a la demanda o, siendo anteriores, bajo juramento o
promesa de no haberse tenido conocimiento de los mismos, como lo
prevé el art. 112 de dicho código.
La demanda puede ser ampliada y modificada hasta antes de la
contestación, puede contener una o múltiples pretensiones, puede ser
subsanada en caso de ser considerada defectuosa, bajo
apercibimiento de tenerse por no presentada, resultando novedoso
que pueda, también, ser rechazada de plano con resolución
fundamentada, si resultara manifiestamente improponible. Resulta,
igualmente, novedoso que el domicilio procesal pueda constituirse en
el radio de 20 cuadras con respecto al asiento del juzgado en las
capitales de Departamento y en el resto de 10.
Dentro el plazo de 10 días de haberse admitido la demanda,
debe procederse a la citación personal, por cédula, por comisión o por
edictos, según corresponda, del demandado, observando las reglas
fijadas al efecto por los arts. 73 al 79 y 117 del Código Procesal Civil.
DE LA CONTESTACIÓN. - Citado el demandado debe
contestar en el plazo de 30 días, por escrito, observando los
requisitos de admisibilidad previstos en el art. 110 y la forma y
contenido previstos en el art. 125, ambos del Código Procesal Civil.
El demandado podrá optar por las actitudes siguientes: allanarse a la
pretensión, plantear excepciones previas, asumir actitud de mera
expectativa, contestar negativamente o deducir reconvención. Si
optare por más de una de estas actitudes, lo hará en forma
simultánea y en el mismo acto.
DE LAS EXCEPCIONES PREVIAS. - La nueva legislación
procesal, por la modalidad del proceso por audiencia, sólo regula las
excepciones previas, de las que algunas tienen efecto dilatorio
(subsanatorio) y otras resultan de efecto perentorio o extintivo de la
acción. Dichas excepciones resultan ser, según el art. 128 de la
norma adjetiva, las siguientes:
1. Incompetencia de la autoridad judicial.
2. Incapacidad de la parte demandante o impersonería de su
apoderada o apoderado.
3. Falta de legitimación o interés que surja de los términos de
la demanda.
4. Litispendencia.
6. Demanda defectuosamente propuesta, trámite
inadecuadamente dado por la autoridad judicial a la misma o
indebida acumulación de pretensiones.
7. Demanda interpuesta antes de ocurrido el vencimiento del
término o el cumplimiento de la condición.
8. Emplazamiento de terceros, en los casos que corresponda.
9. Prescripción o caducidad.
10. Cosa juzgada.
11. Transacción o conciliación.
12. Desistimiento del derecho.
Se faculta a la autoridad judicial declarar, aun de oficio, la
incompetencia, la incapacidad del actor o de su representante, la
cosa juzgada y la transacción, determinando que la prescripción y la
caducidad sólo podrán declararse a instancia de parte.
Las referidas excepciones, una vez corridas en traslado al
demandante, éste debe contestarlas en el plazo de 15 días, salvo que
medie reconvención, en cuyo caso el plazo será el previsto para la
contestación a la reconvención (30 días).
DE LA RECONVENCIÓN. - El demandado tiene la posibilidad
de plantear reconvención, observando los requisitos previstos para la
demanda, también le está permitido modificar o ampliar la misma
hasta antes de la contestación por la parte actora. Con la mutua
petición se correrá en traslado y se citará a la parte reconvenida
mediante cédula, en el domicilio procesal señalado en la demanda y
ya no en el domicilio real o particular, como lo establece el art. 74-III
del C.P.C., para que la responda en el plazo de 30 días, observando
las formas previstas para la contestación, con el advertido de que si
actúa por medio de apoderado, éste está obligado a responder la
reconvención, aun cuando no se le hubiera conferido mandato
especial para tal acto, tal como lo dispone imperativamente el art.
42-II del código de referencia, lo que constituye otra novedad a
diferencia del Código de Procedimiento Civil que no lo permitía. Es
obvio que la reconvención se sustancia y resuelve juntamente con la
demanda principal.