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es la revelación, y la conformación de nuestro sentido de la Y la diversidad es en sí misma un ideal. Queremos saber que
diversidad del mundo. No es la presentación de ideales. No por cada esto hay un aquello. Queremos tener una pluralidad de
hay programa salvo el de la diversidad y el interés. No hay modelos.
escrito, a propósito de la exposición en GBG nótica que pueden tener las figuras es-
féricas y los ambientes circulares.
Arts, en noviembre de 2020 Los temas de la sensorialidad y de la
percepción están al centro de esta ex-
cepcional serie fotográfica, y van a es-
MARÍA ELENA RAMOS fo un lugar muy suyo e intransferible: tar, con variantes, a lo largo de los dis-
deslumbrado por sus nuevos hallazgos tintos tiempos vitales de este trabajo.
I. Permeables. Encontrar el lugar y expectante de las invenciones que Sensorial y perceptual era ya inicial-
No tenía un tema, me interesaba igual podría ir construyendo con su cámara, mente la instalación de Londres que
un edificio que un insecto, yo vivía con afanoso por momentos, a la manera de las personas experimentaban como
la cámara al cuello todo el día. un investigador científico en su labora- un ámbito de diversión e intimidad,
Luis Lares1 torio, o, más sencilla y gozosamente, al caminando sin zapatos, jubilosos an-
En ese vivir con la cámara al cuello, modo de un muchacho que juega con te el color y la luz. Sensorial y percep-
mientras estudiaba cine y fotografía un objeto brillante encontrado al azar tual lo fue luego muy especialmente
en The London International Film –una pieza sorprendente que le parece el segundo tiempo: ya el del registro
School en la capital inglesa, Luis La- mágica–, o con un suceso que le hace artístico libre realizado por el joven
res se encontró un día con un lugar imaginar un mundo de ensueño. artista con su cámara. Al llevarlo al
asombroso y colorido que fue para cibachrome se abrió además a una
él un circuito de maravillas. “Era un II. Las imágenes sensualidad de lo visual y lo táctil que
espacio de diversión, parecía para ni- Primero fue el descubrir, luego el in- se hizo patente en cada imagen. Sen-
ños, pero era para todos. Era simple ventar. Y, a partir de aquel lugar, Luis sorial y perceptual fue también más
y sin pretensiones. Se mantuvo unos Lares creó una serie de fotografías tarde, ya a su regreso a Venezuela,
quince días. Llegabas, pagabas y es- que tituló Permeables. Para un artista el tercer tiempo de Permeables cuan-
tabas el tiempo que quisieras. Entra- no pasaría algo que valiese realmen- do la serie se dio a conocer en la Sala
bas sin zapatos. Yo estuve yendo unos te la pena si ciertas experiencias vita- PERMEABLES I – XII / LUIS LARES de Arte de Sidor en Ciudad Guayana,
diez días”2. les que mucho le conmovieron en su en lo que sería la primera exposición
La casualidad de encontrarse en su momento no llegaran a convertirse en las texturas, del movimiento. Y quiso aquí necesariamente coloreada. En- individual del artista y cuyo monta-
camino con aquel ámbito suave resul- una creación suya: en imágenes visua- garantizar para su memoria, ya sobre tonces un amarillo puede ser tanto un je estimuló una emotiva experiencia
tó un llamado para ahondar los afanes les, en palabras en el caso de escritores el soporte fotográfico tangible, aque- pedazo del túnel objetivamente cons- participativa.
del joven artista por el estudio del co- y poetas o, más inespecíficamente, en llos momentos que intuía inolvidables. truido en ese color, como, más virtual Hay que agregar que, en Ciudad Gua-
lor, en el que venía ya avanzando en su algún estímulo creador que podría ir En esta serie algunos elementos pro- e inmaterialmente, una derivación del yana, con esa experiencia perceptual
trabajo académico. Corría el verano dando sus frutos con el tiempo. Aquel tagonizan. Indiscutiblemente los co- rojo o del naranja confrontados en zo- se entretejía un mensaje social e idea-
de 1980 cuando aquel recinto existió, sitio vibrante se convirtió así, gracias lores, que con base en las tonalidades na de luz más intensa, alimentada por lista. Dice Lares: “montamos la sala
como instalación participativa, en los al ojo de Luis y a sus decisiones de en- reales de aquel lugar de Londres en- un sol que atraviesa solo de modo sutil como un útero, y con la luz apagada
espacios abiertos frente al Tate Mu- cuadre, en una serie de reveladoras fo- contraron luego en la técnica del ciba- e indirecto las membranas permeables. entraba el público. Había presidentes
seum de Londres. Lares con su cáma- tografías en las que registró y reinven- chrome, el medio más apropiado para Otro eje esencial de estas imágenes de empresas, gerentes, obreros, niños,
ra Pentax, y ya asiduo visitante, ejerci- tó formas, espacios y colores, dejando hacernos conocer más, tanto de aque- de Lares es el universo formal de cír- adultos, todos sin zapatos. La idea era
tó allí su interés en la temperatura del memorias del juego, del placer y la ale- lla experiencia sensorial como, más culos, semicírculos y óvalos, figuras que somos iguales. Dentro o fuera, pue-
color y en la luminosidad de los tonos gría para el acervo de la fotografía ve- ampliamente, del mundo del croma- plásticas estas que por una parte esta- des estar arriba o abajo. Se encendían
a los que aquel espacio se abría, mien- nezolana del siglo XX. tismo: de la vivacidad, la intensidad, la blecen y consolidan la representación las luces, se reconocían todos, el presi-
tras iba descubriendo cromatismos Permeables… ¿por qué ese nombre diversidad tonal, del efecto de un color (para decirnos cómo eran en realidad dente con los obreros. Todo el montaje
nuevos, que antes no existían. Y vio para la serie? Me dice Lares: “Yo vi sobre otro, de la transformación de uno aquellos espacios interiores, envolven- era en blanco y negro. El color estaba
que el sol que iluminaba el lugar hasta aquel lugar como un útero materno. El en otro y hasta de la captación por el tes y concentrados) y por otra parte ac- solo en las fotos de la experiencia en
las 5 de la tarde daba una calidez real niño siente, escucha lo de afuera, y la ojo –el descubrimiento, la revelación– tivan la percepción del espectador al Londres”4. Ángel Fernández escribe:
–que podía sentirse físicamente en el madre puede sentirlo a él. Aquel espa- de un color nuevo en medio, o a conse- atraer –focal y centralmente– la aten- “Era curioso observar que, entre esa
propio cuerpo– a los llamados colores cio había sido inflado con el aire. Allí cuencia, de los ya conocidos. Pero apa- ción de su mirada. Y así esos aros de multitud sentada en el suelo, donde los
cálidos: el rojo, el naranja, el amari- hasta el movimiento lo sentías (como recen también allí fenómenos afines y luz, esas franjas redondeadas, esos in- cuerpos se relacionaban entre sí en for-
llo… mientras los espacios de los lla- de un líquido amniótico) con la brisa”3. complementarios al ámbito del color, completos círculos o esos óvalos más ma tangencial, no se pudiera observar
mados colores fríos –azules o verdes– y Con su cámara quiso entonces revivir como la translucidez, las distintas for- nítidos quedan registrados (re-presen- diferencia alguna entre ellos. No im-
de los grises, también sobre el cuerpo distintas porosidades: las de la luz, de mas de recepción de la luz tamizada –y tados) pero a la vez abiertos a la imagi- portaba cómo vistiera cada quien, ni
se sentían fríos, a pesar de que el mis- cuál era su patrimonio individual. A
mo sol iluminaba por fuera aquel uni- ras de suelo y sin zapatos, la raza hu-
verso colorido. mana se nivela y ya no importan ideo-
Color y calor: ¿dónde empezaba y logías ni status. Era un buen principio,
dónde terminaba allí la física del co- y la ventana transmutada en Dios de la
lor, con sus altas y bajas temperaturas, imagen sintió que el clima era el ade-
para dar paso a metáforas y transfigu- cuado para comunicarse con ese audi-
raciones entre el calor real (calculable torio en cuclillas. Entonces la pantalla
con termómetros) y la calidez acoge- habló con su música, pero no abrió sus
dora para el ánimo de quien transita- párpados hasta unos segundos des-
ba dentro de aquel sitio de prodigios? pués, cuando oleadas de color sacudie-
¿Dónde termina una realidad que ron las retinas de los presentes”5.
nos rodea y comienza la que nuestra
imaginación va convirtiendo en otra (continúa en la página 2)
cosa? ¿No es esa precisamente una de
las preguntas –y de los placeres– más 1 Luis Lares. En Teresa Casique: “Luis Lares
recurrentes en la vida de los artistas? ojos adentro”. Catálogo de la Exposición
Luis Lares estaba allí, por una parte, Evidencias 1975/1998. Sala TAC (Trasno-
en un entorno de realidades vivaces: cho Arte Contacto). Caracas, septiembre
la ciudad, la caminata, las inmensas de 2006.
membranas coloridas, las formas de 2 Luis Lares. Conversación con María Elena
los túneles o del salón al que ellas da- Ramos. Caracas, 27-10-2020
ban acceso, el sol afuera que también 3 Luis Lares. Conversación con M.E.R., ci-
se sentía adentro como roce percepti- tada. Caracas, 27-10-2020
ble sobre la propia piel, los ruidos urba- 4 Luis Lares. Conversación citada.
nos de Londres aconteciendo. Era, sin 5 Ángel Fernández. “Una multitud de pies
más, la realidad viviente. Pero al mis- descalzos transitó los Permeables”. Diario
mo tiempo estaba habitando el fotógra- PERMEABLES / LUIS LARES El Pueblo.
Esta edición PDF del Papel Literario se produce con el apoyo de Banesco
2 Papel Literario EL NACIONAL DOMINGO 3 DE ABRIL DE 2022
Luis Lares
(viene de la página 1) un sitio tan cerrado que no permiti-
ría largos desplazamientos. ¿Es un
Otro momento llega finalizando el anuncio, y así tan solo una energía
año 2020, con la exposición de Per- potencial? ¿un amago de quien qui-
meables en la Galería GBG de Ca- siera avanzar, pero no puede? ¿Una
racas. Aquí se agregará para el es- metáfora de la libertad no del todo
pectador la experiencia de mirar las alcanzable, por muy decididos que
fotografías haciendo foco con un vi- parezcan los gestos para lograrla?
sor de Viewmaster, ese objeto que Otro niño reposa sentado sobre la
modernizó las funciones del anti- horizontal, sereno, como mirando
guo estereoscopio y que ha sido uti- sus pies cruzados, como alegrán-
lizado tanto en el estudio de imáge- dose silenciosamente de la paz del
nes como en aparatos lúdicos para lugar, del no-movimiento momen-
niños y grandes. Al enfocar ahora a táneo; o acaso solo regodeándose
través de un cono negro, desapare- en el azul, el gris, el amarillo. Son
cen las paredes y los otros visitantes, personajes que experimentan simul-
y el usuario puede abstraer todo lo táneamente ensoñación y realidad,
que está alrededor, como entrando encierro apacible, ágil ligereza.
en un oasis de color, aun en medio Hemos dicho que el color, las for-
de una realidad externa que puede mas circulares, el movimiento, son
ser agobiante. “Como si se entrara aquí elementos protagónicos. Pero HOMBRES DE CARBÓN / LUIS LARES
en un mar”, decía María Fernanda más nuclearmente lo son los seres
Di Giacobbe, del equipo productor humanos, y Lares se concentra en trias básicas y del aluminio, donde rectivo cultural de la región. Allí se
de la exposición. ellos, en su corporalidad, pero tam- desarrolló estudios de La industria movía libremente y traspasaba sin
bién en algo de su ánimo, hecho vi- de Guayana, de La sensualidad en problema, con su identificación y su
Los juegos del cuerpo en movimiento sible al momento de la toma. Cuer- la industria, de Matanzas, zona in- cámara, todos los portones. Esto no
Al sumergirnos en estos espacios pos que corren, o que se sientan al dustrial (1988/1989) y muy especial- solo le permitía la legalidad de los
no solo percibimos colores y formas fondo de las esferas, o se arrodillan, mente su serie Hombres de carbón accesos a sitios muy reservados y al-
sino también intenso movimiento,
aunque nos lleguen a través de una
o alguno que parece detenerse solo
para el fotógrafo que lo mira y que
(1990/1994). Ante este contexto va a
decir el investigador Tomás Rodrí-
Algunas tamente riesgosos, sino que le acer-
caba a un trato más humano con los
fotografía fija. Era inevitable, por lo pondrá a ser actor principal, lejos guez Soto: “Como resultado de una fotografías trabajadores industriales, quienes
otra parte, que este joven fotógra- ya de ser solo una mancha dentro minuciosa revisión del paisaje y del le sostuvieron la mirada con auten-
fo que también estudiaba cine en de otras manchas cromáticas, o un ambiente emotivo industrial, Lares sugieren por ticidad en ese grupo de close-ups de
aquel tiempo estuviera ganado por punto dentro de algún óvalo, o una va a sentar las bases del más impor- ojos conmovedores que desde el si-
ese afán dinámico que se vislumbra, bruma fugaz entre una y otra zona tante ensayo fotográfico sobre la in- cierto algo de lo glo XX forman parte muy principal
y se concreta, en los personajes mó-
viles dentro de estos túneles dúcti-
del laberinto. Son gestos humanos
que se detienen ahora, ya adentro
dustria hecho en Venezuela”2.
En la serie Permeables las perso- que la física llama del imaginario dramático de la foto-
grafía en Venezuela.
les. Algunas fotografías sugieren
por cierto algo de lo que la física lla-
de la fotografía, para mostrarnos de
paso que el arte –y este de Luis La-
nas coexisten con un entorno di-
verso, que es primeramente un lu-
‘energía cinética’, Los visitantes de la exposición pu-
dieron ver, en un mismo espacio de
ma “energía cinética”, pero que aquí
está corporizada en niños y sus ges-
res muy especialmente– existe esen-
cialmente porque existen los otros.
gar sensorial, que no es naturaleza,
que no es ciudad, que está allí para
pero que aquí está la galería caraqueña, lo que fue la
experiencia de estudiante feliz, in-
tos, en ropas en dinamismo conge- Del lado opuesto del visor está este la participación comunicativa, que corporizada en merso y maravillado en el ambiente
lado, figuras que al trasladarse casi humano particular que es el fotógra- ha sido creado, artificialmente. Y cromático, captando cuerpos reales
se desvanecen… o del todo se disuel- fo interesado en lo humano, un ar- tratándose de un espacio permea- niños y sus gestos” pero sin nombre, fijando sus disolu-
ven. Dice el artista: “a veces se sen- tista que también juega y participa ble, los seres en movimiento en su ciones visuales, sus rostros impre-
tía el celaje de la persona, como un cada vez, cuando decide quién y qué interior son claramente simultá- cisables, sus apariencias frágiles y
fantasma, como su energía yendo de formará parte de ese encuadre que neos con el afuera: escuchan y sien- un tanto fantasmáticas, y luego la
un lugar a otro”1. será su próxima jugada. ten la ciudad que indirectamente les rotundidad de los rostros de los tra-
Una niña se gira a medias, y su ca- Pero él está además especialmen- llega. Simultáneos los de un lado y bajadores industriales de Guayana,
bello se vuelve signo de una velo- te interesado en la interacción de los del otro, el color exultante y el en fotografías en blanco y negro que
cidad que capta instantáneamente la persona y el entorno en que esa recogimiento íntimo, la física pre- muestran otro momento del artista
la cámara. El vestido de otra niña acción humana se despliega, y en sencialidad y una cierta sensación y, sobre todo, un distinto universo de
parece haber adquirido movimien- el vínculo emocional entre indivi- de ensueño e irrealidad en atmósfe- en 1984 en Ciudad Guayana. En no- sentido. En Londres, Lares iba cami-
to propio. Un pequeño corre, como duo y hábitat. Sus series registran, ras imprecisas y disueltas. Y hasta viembre de 2020 fueron presentadas nando por las calles con su juventud
yendo a desaparecer por los bordes en calles de ciudades y pueblos, a se puede vislumbrar desde adentro en Caracas, en el espacio GBG, vein- y su cámara cuando el azar le trajo
del círculo de luz en un escenario espectadores participativos –como algo de la naturaleza de afuera, y así tiocho fotografías en cibachrome de la experiencia perceptual que termi-
de rojo encendido: parecería estar en ese lugar urbano que dio origen algunas imágenes muestran vegeta- este conjunto. Para esta muestra, nó convirtiéndose en Permebales. En
saliendo hacia el sol, pero no que- a Permeables– o simplemente a ca- ciones externas a la cueva de colo- que sería la última realizada en vida Ciudad Guayana él quería conocer a
da claro si abandona un ámbito para minantes viviendo al ritmo de sus res, pero solo como rastros o suge- del artista, se incorporaron además fondo una compleja zona del mundo
entrar a otro, o si existe más propia- ciudades: en las afueras del Centre rencias de un mundo natural que algunos retratos de Hombres de car- real, penetrando los lugares más ca-
mente en lo que podríamos llamar Georges Pompidou de París, en los ya no es nítido, que aparece en som- bón (1990/1994) en que fueron pro- lientes y más oscuros de las indus-
“los espacios entre”, “los colores en- corredores de la Galleria Vittorio bras o siluetas como si el fotógrafo tagonistas los trabajadores indus- trias básicas y acercándose frente
tre”, un entre como a medio camino Emanuelle de Milán, en el Metro de quisiera recordarnos que más allá triales, cada uno identificado con a frente a seres tangibles con histo-
de dos sensaciones, dos instancias Londres. Los seres en su ambiente de cualquier encierro hay aun vida su nombre, cada uno con su mirada rias personales que le permitieron
del juego, dos tonalidades, habitan- son entonces una constante en su natural, y que el universo da luz y fija en el fotógrafo. A diferencia del hacer con la fotografía un revelador
do el personaje fugazmente entre un trayectoria, lo que ya exploraba des- compañía a los seres. anonimato de los seres urbanos que estudio de interés ético, social y co-
adentro y un casi-afuera justo cuan- de antes de sus estudios en Londres, en el verano de 1980 se movían den- munitario. Ya desde una perspectiva
do el fotógrafo capta ese preciso mo- como cuando creó la serie Lejos es III. Caracas, 2020: Permeables y tro del ambiente lúdico en Londres más actual podemos agregar que, en
mento de su vida. Ya sabemos: la fo- un lugar que no existe (1979/1983); o Hombres de Carbón en la última y que Lares encontró fortuitamen- su encuentro con aquellos hombres
tografía es el instante, pero aquí el lo que indagó de modo más decidido exposición en vida de Luis Lares te, ya años después él era muy co- de carbón, también se siente un ges-
pequeño protagonista, aun siendo al regresar a Venezuela e integrar- La serie Permeables solo había si- nocido en las industrias básicas de to sensiblemente político, aunque
anónimo, va a quedar en la fotogra- se, en Ciudad Guayana, a las indus- do expuesta de manera completa Guayana, pues fue un dinámico di- no haya sido planteado así en su mo-
fía de cibachrome iluminado para mento por el artista.
siempre. Otra niña avanza entre zo- La exposición de Caracas (GBG,
nas radiantes de colores cálidos, pe- Noviembre 2020) permitió ver reu-
ro va aproximándose al oscuro gris nidas las imágenes de goce y festivi-
del fondo. Esta foto muestra, obje- dad en Permeables y también las de
tiva y físicamente, el plástico gris una narratividad a la vez contenida
con que el túnel fue elaborado. Ya y dramática en Hombres de carbón.
más metafóricamente la niña pare- Unas en color, otras en blanco y ne-
ce aproximarse hacia algún final, a gro. Memorias de la juventud del ar-
un lugar más sombrío de este recin- tista, las primeras; y testimonio, las
to envolvente, donde la luz y el color segundas, de su tiempo de madurez.
ya no resplandecen. En esta muestra el público pudo co-
Un modo particular del movimien- nocer mejor una parte esencial del
to amerita detenernos: los partici- aporte de Luis Lares a la fotografía:
pantes no solo caminan en los túne- en Venezuela y el continente.
les, no solo transcurren libremente Su partida deja un vacío en el me-
sino que algunos hacen ejercicios dio cultural venezolano, y uno muy
gimnásticos, estirándose y expla- sensible en quienes disfrutamos la
yándose desde sí mismos, disfru- amistad de tan noble ser humano.
tando del lugar, pero sobre todo del Deja un vacío, pero a la vez, una vi-
propio cuerpo como su más palpa- sible huella en la creación fotográfi-
ble organismo sensible. Cabeza aba- ca contemporánea. Otros momentos
jo unos, otros creciéndose hacia lo relevantes de su trayectoria se ha-
alto, como valorando una sensación cen ahora más necesarios de explo-
de libertad extraña en medio de es- rar.
ta peculiar caverna. Una mujer pa-
rece acercarse corriendo, desde el 1 Luis Lares. Conversación citada.
fondo de los círculos, hacia el fotó- 2 Tomás Rodríguez Soto. Catálogo de
grafo. Hay tensión, o una contradic- la Exposición Evidencias 1975/1998.
ción acaso, entre el gesto que anun- Sala TAC (Trasnocho Arte Contacto)
HOMBRES DE CARBÓN / LUIS LARES
ciaría una carrera y, por otra parte, Caracas, septiembre de 2006.
EL NACIONAL DOMINGO 3 DE ABRIL DE 2022
Papel Literario 3
T
al vez no exista un enigma sas no habrán pasado por la sensibili-
más trascendente en la histo- dad de aquel investigador visual que
ria del arte venezolano y qui- para entonces ya crecía conocedor de
zás en el arte internacional, los movimientos más recientes del ar-
que la obra de Bárbaro Rivas. Nació te venezolano e internacional, estudio-
en el pueblo de Petare en 1893 y mu- so de las confrontaciones en torno a la
rió en ese mismo perímetro, en el Hos- vanguardia en el país, y quien siempre
pital Pérez de León en el año 1967. Se se manifestó impactado ante el decisi-
conoce por ser un pintor autodidac- vo corte entre figuración y abstrac-
ta, quien dedicó toda su vida a tradu- ción que hincaron en la plástica nacio-
cir con insistente fervor el imagina- nal Las Cafeteras de Alejandro Otero,
rio simbólico de la cultura teológica, exhibidas en el año 1948 en el Museo
histórica, legendaria y religiosa que de Bellas Artes.
AUTORRETRATO FRENTE AL CABELLETE (1965) / BÁRBARO RIVAS
rodeaba las aristas de su entorno. Du- “¡Bárbaro! ¿Qué tienes pintado en
rante muchas décadas, la crítica lo ha esa bolsa?”, expresó. Con extraña- autorretrato del pintor surgirá como frente a toda la revolución pictórica naje más de la escena junto a los roles
considerado como el más importante miento, en medio de un pudor casi si- un punto focal de la representación de que el artista de Petare hizo posible al de sus coetáneos o la presencia inhe-
de los pintores ingenuos venezolanos. lente le respondió: “Un cuadrito que una vida que parecía colocada en otra desestabilizar las categorías tradicio- rente del paisaje inmediato. Desde este
Su uso particular de las figuras, los yo pinté, maestro”. A partir de enton- parte, haciendo metaficcionales pre- nales de la mimesis. A mi recuerdo ángulo, enfatiza el anuncio de una fic-
ambientes, las proporciones, las esca- ces la historia se bifurcó hacia nuevos guntas sobre sí misma. venían las historias de creadores oc- ción que pareciera estar convocando
las, el color, las relaciones formales y atajos, removida por el relámpago de Para el crítico, artista y curador Juan cidentales que, como Gauguin, vinie- la elevación de aquellas vidas misera-
los cruces conceptuales dentro de sus ese empalme de la mirada que impri- Calzadilla, la gran paradoja de esta ca- ron a estas latitudes para al abrigo de bles; son para él los atisbos de una de-
cuadros, han propiciado el surgimien- mió las bases de un intercambio ex- dena de eventos a todo lo largo de la una ingenuidad nativa, no contamina- nuncia subyacente en las aplicaciones
to de un estilo inusitado donde de for- cepcional. Los pasos del arte destejie- prolífica carrera creativa de Rivas, es da por las aberraciones de la civiliza- de esa práctica visual que usando el
ma magistral se funden las visiones te- ron sus antiguas sombras y la obra del que el autor nunca se percató de lo que ción, crear una pintura deslastrada de discurso religioso intentaba destrabar
máticas de íconos de la pintura clásica artista pasó del ostracismo a la revela- sucedía. El propio Da Antonio afirma los referentes, vital, honesta, insupe- las durezas de lo cotidiano, reordenan-
con un planteamiento plástico donde ción. Todo comenzó a desplazarse en que Bárbaro siempre se encontraba un rable. Y aunque sus logros colman las do las fisonomías de aquellos “seres de
respiran, trepidantes e increíbles, los nuevas trayectorias al compás de los poco desconcertado ante el encuentro salas de los más importantes museos carne y hueso” transfigurados de for-
ritmos del arte moderno. sucesos: la inmersión en los salones de sus piezas en alguna sala de expo- del mundo, también recordamos sus ma idealizada y sobrenatural en su
No obstante, y al alimón de esta con- de arte, la colectiva en el Bar Sorpre- siciones. No entendía sobre el conoci- sufrimientos, sus agobios entre civili- pintura. Con contundencia el crítico
sideración por todos compartida, los sa, los premios, los reconocimientos, miento sustancial de lo que es o repre- zación y barbarie, tradición e innova- concluye: “Teniendo carácter religio-
inquietantes hallazgos de la pintura de las adquisiciones, los homenajes, los senta una obra de arte. En Rivas nunca ción, fama y anonimato. Quizás una de so la obra de Rivas es eminentemen-
Bárbaro Rivas también llevan dentro reportajes de prensa, las exposiciones hubo ansiedad por los peldaños socia- las cosas más impactantes en el caso te social. Ella explica la metáfora del
de sí la contracción de todas aquellas individuales, el registro de las obras, les de la práctica artística sino el adve- de Rivas sea la producción de una obra anhelo de una vida mejor expresada
carencias que rodearon su vida. Pin- las ayudas, los materiales, la difusión. nimiento de continuas iluminaciones que no solo transitó los lugares del ar- con la mayor espiritualidad que haya-
tor de brocha gorda y oficiante de ser- La obra marcaba el desarrollo de su vitales; el arte en él debe haber funcio- te moderno, sino que en la mixtura te- mos conocido en la pintura venezola-
vicios generales, trabajaba reparando propio gesto: único, inédito, inexplica- nado como una forma otra de la res- mática y formal que la caracteriza, re- na”. Desde el pequeño pueblo de don-
entuertos: fue constructor, albañil y ble. Todos se asombraron y se conmo- piración, acontecimiento persistente currió a la apropiación y al escamoteo, de nunca salió, Rivas recorrió, vivió e
peón de ferrocarril, entre otros oficios vieron, todos se preguntaron cómo era donde la creación era el modo esencial evidenciando con ello un ciclo que in- hizo posible las inquietudes de todo un
que ejecutaba para sobrellevar el día posible que aquello hubiera ocurrido; para sobrevivir. En este tránsito tan cluso antecede las búsquedas del arte siglo de historia artística; todo esto sin
a día. Rivas era un indigente, un hom- cómo, desde los desprovistos parajes bienaventurado como doloroso mu- contemporáneo latinoamericano en su saberlo o quizás entendiéndolo de un
bre sin ningún tipo de educación aca- y las baldías vertientes de una vida chas cosas pasaron. Rivas era un indó- necesidad de consolidar una identidad modo tan medular y recóndito que se-
démica ni conexión alguna con el de- tosca, aciaga e iletrada, surgieran de mito, difícil de manejar, un autónomo distintiva. rá siempre un códice imposible de tra-
sarrollo intelectual, cultural e incluso improviso las formas más anheladas absoluto. Algunas etapas fueron más En un texto del año 1994, Calzadilla ducir para el espectador avezado.
social de su tiempo. Su vida transcu- –por todo el ansioso y cosmopolita en- saludables y entrañables, pero al tiem- comentará que toda la obra de Bárba- Los que esperan es una pieza del año
rría en el despliegue de una existencia torno de la plástica venezolana– del ar- po que el reconocimiento crecía, varios ro pudiera estar marcada por un ci- 1962. Bajo las tempestades de un paisa-
en cierta forma trágica, signada por el te moderno, de la vanguardia. se aprovecharon de la ingenuidad del miento autobiográfico, una suerte de je agudo atravesado por los dolientes
cúmulo acelerado de múltiples impo- Muchísimos textos y estudios ejem- pintor –según argumentan testigos diario o apunte que el artista generó sesgos de triangulares engranajes, se
sibilidades: hijo ilegítimo, niño aban- plares han registrado esta producción cercanos–, intercambiándole obras por sobre su transitar. Este aspecto de cor- asoman los rostros y gestos anónimos
donado, entidad solitaria. Rivas era un y extendido sus consideraciones, des- insumos banales que lo hicieron recaer te muy contemporáneo, aparecería no de una fila de transeúntes que pare-
paria urbano. Las maniobras errantes tacando la presencia de algunas eta- con gravedad en el alcoholismo, enfer- sólo en las piezas donde literalmente cen aguardar la llegada de algo... ¿Qué
de su inusitada sensibilidad artística pas o períodos en la prolífica carrera medad que padecía y por la cual falle- se representa a sí mismo, sino también esperan los que esperan? En el entor-
crecían en medio de la carestía, guiado desarrollada por Rivas durante los ció, luego de haber superado con éxito en todas las escenas religiosas de esa no representado descuella la suspen-
por los signos de una extraña eman- años posteriores a aquel encuentro. durante un buen período varias crisis. liturgia apropiada, discurrida y artifi- sión de una atmósfera menos prolífica
cipación que desempolvaba el floreci- La primera se puntualiza por la alte- En algún momento recuerdo haberle ciosa, constantemente renovada por el en cromatismos y quizás más violenta
miento inexplicable de su obra. ración de planos y el uso del color en comentado a Da Antonio mi asombro protagonismo de Rivas como un perso- en sus conexiones, con una superpo-
En muchas de sus conferencias, tex- impactantes mecanismos que reorde- sición que parece anunciar el adve-
tos y declaraciones, el curador, gestor nan nuevas visiones del mundo que le nimiento de enlutadas tempestades.
cultural y crítico de arte Francisco Da circunda. En este itinerario el artista Los que esperan están inclinados bajo
Antonio dará fe del desarrollo de es- traduce sus perspectivas y reconstru- el horizonte, mirando hacia la nada.
tas circunstancias. También oriundo ye la impronta de la escena a través de Sobre ellos y a punto de descargarse,
del pueblo de Petare, Da Antonio fue perfectos ritmos donde se entrelazan cuelga el inminente aluvión de lo real.
no solo un amigo entrañable del pin- los tiempos híbridos de una imagen: la Al observarla y desde un extraño
tor, sino la mirada certera que logró leyenda histórica, la narración bíblica, sortilegio vuelven los afónicos diálo-
atisbar por entre las capas del descon- las crónicas urbanas, los sucesos del gos de un recorrido asfixiado por la
cierto, el despunte genial de un ejer- pasado, la fugacidad del presente. En comunión de tantos opuestos: arte
cicio pictórico sin precedentes. En los cada pieza todo se desplaza dentro del ingenuo y académico, modernidad y
testimonios que ha dado sobre esta vertiginoso pulso cromático de esa im- atraso, progreso y miseria, populismo
relación, sobresale el breve relato de bricada cartografía de su Petare natal. y arte popular, ilusión y realidad, vi-
aquella tarde cuando en un cruce con Esta inigualable maestría la usará pa- da y muerte. Como siempre, sobresale
Bárbaro, quien emprendía el camino ra abordar temáticas diversas acumu- la grandiosidad de una obra cuyo es-
hacia “La Minita”, descubrió la pre- ladas en esa poderosa memoria senso- plendor se hizo posible desde las con-
sencia de dos figuras bíblicas pintadas rial que le acompañaba: el terremoto tingencias de la pobreza más absoluta.
con asbestina en la bolsa de papel don- de Caracas, el paso del cometa Halley, Inevitables, como la atmósfera de lo no
de Rivas portaba sus exiguas adquisi- las peleas de gallos, el ferrocarril, las resuelto que pesa sobre los que espe-
ciones. La palabra estupefacta de Da fábricas, los caminantes, las escenas ran, las preguntas van y vienen: ¿Se-
Antonio describe la contundente apa- litúrgicas, las fiestas urbanas. En una rá este nuestro sino? ¿La mayor de las
rición en aquel resquicio miserable de segunda etapa y ya hacia el final de revelaciones resistiendo a las lajas de
dos personajes con “proféticas barbas sus días, los investigadores hablan del la debacle? ¿La manifestación de la
y grandes túnicas, inmersos en una surgimiento de una obra de carácter belleza en medio de los peligros insal-
tensa atmósfera de grises, ultramares introspectivo. Allí se elevarán las em- vables de un lodazal sin precedentes?
y bermellones apagados”. La admira- pinadas angulaciones de tramas más ¿Estaremos invariablemente destina-
ción del investigador de arte a finales oscuras, solitarios espectros de una dos a confrontar la nada sobre la ende-
de aquella convulsa década de los años materia que la crítica ha catalogado ble pendiente de un país que siempre
cuarenta, no se hizo esperar. Como un cercana al expresionismo y donde el LA CRUCIFIXIÓN (1965) / BÁRBARO RIVAS espera?
4 Papel Literario EL NACIONAL DOMINGO 3 DE ABRIL DE 2022
Miradas de agua
“Aunque el conjunto es diverso en lenguajes,
modalidades y técnicas, estas creadoras comparten
prácticas en la que el foco conceptual se desliza hacia
lo subjetivo, al integrar la intuición, la emoción, y la
mirada interior, y permitir la aparición sugerente, casi
metafórica, de la imagen”
KATHERINE CHACÓN mental de su lenguaje plástico. Esta se refleja,
C
por ejemplo, en el vivo colorido de sus murales.
uando Gastón Bachelard escribió su se- Aguas muertas alude, en cambio, a un océano os-
rie de tratados sobre los elementos, bus- curo y denso. Aquí, la artista no solo retoma el
caba adentrarse en las vertientes mate- negro, sino que utiliza una espesa pasta acrílica
riales –sustanciales– de la imaginación y para radicalizar la volumetría de las pinceladas.
rescatar, para el análisis estético, “la pertenencia La verticalidad persistente de sus obras anterio-
constitutiva del ser humano al mundo de las imá- res –realizadas sobreponiendo campos de color y
genes” —en comparación, por ejemplo, al de las abundantes chorreados– cede paso al horizonte
ideas. En su célebre libro El agua y los sueños, Ba- y a trazos oblicuos, ascendentes, que recuerdan
chelard indagó sobre las fuerzas arquetípicas del las plomizas olas de mar adentro, luchando des- “GRANADA” DE LA SERIE OASIS / CLAUDIA CEBRIAN
agua como fuente del imaginario poético, ante- de lo profundo por imponerse a la gravedad, o su
poniendo sus cualidades de transitoriedad, poder choque rompiente contras las rocas. Es el agua
diluyente, o pureza, a temas evidentemente rela- violenta que Bachelard detalló como cargada de
cionados con esta, como el mar o la lluvia. Para energía yan, tormentosa y transformadora. Es el
este pensador francés, las propiedades del agua agua del coraje, del recomienzo, que acompaña
la conectaban principalmente con la energía yin, los tránsitos iniciáticos y la rabiosa lucha contra
femenina, y la hacían ser, de todos los elementos, la adversidad.
el más profundo, por sus vinculaciones simbóli- El ejercicio creativo de Daniela Quilici (París,
cas con el inconsciente. Francia) fluye desde una sensibilidad guiada su-
Miradas de agua reúne el trabajo que seis artis- tilmente por la intuición. Su lenguaje se ha for-
tas –Claudia Cebrian, Lara Di Cione, Sofía Maldo- jado en la escucha de las voces calladas de la
nado, Daniela Quilici, Carmen Smith y Toña Ve- naturaleza y en su atento seguimiento a las reso-
gas– han llevado a cabo en torno a este elemento. nancias que estas producen en su interior. En su
Aunque el conjunto es diverso en lenguajes, mo- obra, la forma es inseparable de la materia, pues
dalidades y técnicas, estas creadoras comparten es desde la indagación sensible de lo que el mate-
prácticas en la que el foco conceptual se desliza rial es y dice, que esta emerge en consonancia con
hacia lo subjetivo, al integrar la intuición, la emo- emociones y delicadas percepciones. Las cualida-
ción, y la mirada interior, y permitir la aparición des de lo acuoso, estudiadas por Bachelard, están
sugerente, casi metafórica, de la imagen. En estos presente en este hacer espontáneo y vital. Por ello
trabajos hemos querido ver el fluir de esa “fisio- tiene la calidad de la ensoñación. El mar o la espu-
logía del agua onírica” propuesta por Bachelard, ma son, en estas instancias, indefinibles, aunque
entendiendo que la imagen artística es, también, las manchas de azul diluido, los impastos, y los
un campo soluble que bien puede reflejar aquello trazos a creyón, quizás nos acerquen a ese instan-
que en nosotros es mutable e indefinido. te irrepetible de poesía natural en el que el ritmo
La fotografía de Claudia Cebrian (Buenos Aires, de una respiración se acompasa con el del lami-
Argentina) se instala al borde de lo onírico. Elu- do de una ola. Quilici también trabaja la arcilla
diendo la radicalidad surrealista, pero sostenien- en su necesidad de dar cuerpo a estas ensoñacio-
do la fuerza de lo enigmático, Cebrian crea imáge- nes que parten y vuelven a la naturaleza, crean-
nes donde la naturaleza y lo femenino convergen do nuevas plantas y animales marinos, conchas
“MARIPOSA” DE LA SERIE NADADORES / LARA DI CIONE
en misteriosas relaciones. Las experiencias psico- inéditas, dando imagen a las cualidades del fondo
lógicas como mujer e inmigrante detonan buena marino. La pasta, mezcla de tierra y agua, es para Las pinturas de Carmen Smith (Jacksonville,
parte de su obra. Sin embargo, esta no es del to- Bachelard la materia arquetípica que marca los FL, EE. UU.) representan escenas solitarias donde
do autobiográfica, ya que sus narrativas recrean orígenes orgánicos de la vida. la arquitectura adquiere un papel preponderante.
historias compartidas por un colectivo. El agua, La artista se concentra en áreas que no son pro-
una constante en sus fotos, adquiere en estas un piamente exteriores, pero que tampoco forman
carácter simbólico. Puede aludir a la indefectible parte del interior de las casas o condominios don-
corriente de la vida, al saco amniótico arquetipal de comúnmente son emplazadas. Estas zonas in-
–que provee de nutrición y cobijo interiores–, o termedias recrean las bondades de los entornos
a la pureza de la naturaleza, entre otras asocia- naturales. Son, en cierta forma, sus sucedáneos,
ciones posibles. Las imágenes de su serie Oasis por lo que suelen incluir jardines y piscinas. Para
pueden ser entrevistas a la luz del “complejo de Bachelard, el lago constituía el “ojo del mundo”,
Ofelia” descrito por Bachelard. Son notables las que reflejaba el cielo y donde la tierra podía verse
similitudes que existen entre estas y Ofelia, el fa- a sí misma. El “ojo de agua” es, entonces, parte
moso cuadro realizado por John Everett Millais sustancial del paisaje natural arquetípico que la
(1851-52). En ellas se percibe el agua melancólica zona de esparcimiento urbana imita. El sintéti-
circundando las tensiones entre vida, juventud y co lenguaje de Smith –que evidencia su tributo a
amor, confrontadas con la muerte. Es el agua vir- Edward Hooper y Alex Katz, entre otros pintores
gen que sacraliza los ciclos naturales de fecundi- americanos– crea planos casi abstractos en los
dad y perecimiento. que la perspectiva desencadena intensos choques
Lara Di Cione (Caracas, Venezuela) comen- de luces y sombras. Los tonos casi eléctricos sub-
zó a crear sus Nadadores por el interés que le rayan la enigmática atmósfera de estas imágenes.
“PISCINA UNIVERSAL” / CARMEN SMITH WATER, DE LA SERIE TRACES / TOÑA VEGAS
suscitaron las deformaciones que el agua produce Aunque para Bachelard el agua de las piscinas
en la percepción de los cuerpos sumergidos. Pa- había perdido toda conexión con las fuerzas te-
ra realizarlos, toma fotografías de personas que lúricas, los ojos de agua urbanos, resignificados
le son cercanas en el momento en que se zambu- estéticamente en la obra de Smith, adquieren po-
llen y nadan en una piscina. Este proceso le per- tencial simbólico.
mite avivar una confrontación atávica, aquella Cuando Bachelard disertó sobre la “moral del
que surge al contrastar lo bello/conocido con su agua” subrayó que su pureza simbólica ejercía
contraparte, lo deforme/inédito. Fue Bachelard un papel fundamental en la construcción psi-
quien, justamente, señaló este carácter dual del cológica de las valorizaciones, y en especial, de
agua, relacionándolo con los estados psicológicos aquellas que animan las relaciones del hombre
de deseo y temor que esta infunde. Pero el traba- con lo sagrado. En este sentido, el agua pura/pu-
jo de Di Cione se forja, sobre todo, en su fascina- rificante no es necesariamente el agua potable,
ción por la capacidad de refracción del elemento. sino aquella que emerge inmaculada de las fuen-
Utiliza un medio acuoso –el acrílico– en diversos tes naturales, y mantiene vivos los vínculos sim-
grados de dilución, no solo para traducir plástica- bólicos con las fuerzas telúricas y trascendentes.
mente esta cualidad, sino para mostrar la capaci- El trabajo de Toña Vegas (Caracas, Venezuela) se
dad del agua de corroer cuerpos e imágenes. La origina en un penetrante ejercicio contemplativo.
pincelada libre y la intensidad cromática subra- La fotografía es el punto de partida de las series
yan el talante expresivo de estas piezas. Son esos Shizen y Traces, en las que la artista ha querido
espacios ambiguos y formas distorsionadas pro- revelar y registrar los trazos secretos que la na-
ducidas por el agua las que –según Bachelard– turaleza inscribe en la vegetación, las rocas, las
originan la ensoñación, único fermento para la nubes, y en este caso, el agua. Vegas decanta las
eclosión de la poesía y el arte. imágenes fotográficas sometiéndolas a alto con-
La serie Aguas muertas fue creada después de traste, lo que deja al descubierto líneas esenciales
que Sofía Maldonado (San Juan, Puerto Rico) de- que luego transfiere, como surcos, al papel pinta-
jara su país de origen para mudarse a España. El do de negro y, “en positivo”, al pliego blanco. Este
viaje y los cambios que este supuso, vividos en proceso de depuración gráfica ritualiza, en cierta
medio de la crisis global del Covid-19, se refleja- forma, la búsqueda de los rasgos esenciales del
ron de inmediato en su trabajo. Siendo puertorri- elemento/imagen, inscritos en su ser físico tras
queña, Maldonado creció frente al mar caribe, de los sutiles intercambios que rigen la formación y
modo que la “tropicalidad” ha sido parte funda- “NUMERO 6”, DE LA SERIE LÍMITES / DANIELA QUILICI transformación de la energía y la materia.
EL NACIONAL DOMINGO 3 DE ABRIL DE 2022
Papel Literario 5
La migración venezolana
a través del “ojo de la historia”
“Algunos trabajos parten rechazados, una situación que se extiende y
salpica no solo a países vecinos sino a distan-
la carga en sus espaldas. Acá la fotografía es un
medio, no un fin, que destaca el proceso y sus
su hermano o hermana en el vientre de su ma-
dre. Hicieron el viaje desde Venezuela sobrevi-
del retrato para dar rostro e tes territorios antes desconocidos, impensables
dentro de un radar que se ha ensanchado en
etapas, y no solo el resultado. viendo de arepas y agua. Aunque la vida en Bo-
gotá es difícil, Yosiahanny está agradecida de
identidad a los sujetos de la proporciones impactantes. poder comer más de una vez al día. Dice que lo
Nos volvimos sospechosos e indeseables. Se que hace tolerable la crisis es el amor”.
migración; otros se detienen endurecieron los requisitos de ingreso y per-
E
Bolívar por América Latina”).
l ser humano se ha movilizado histórica-
mente en pro de recursos, suelos fértiles El ojo de la historia
y condiciones climáticas favorables. Con A Mathew Brady (1823-1896), gran retratista
el tiempo las causas y motivaciones se del siglo XIX y uno de los fotógrafos que docu-
han diversificado y complejizado. Los términos mentó ampliamente la Guerra de Secesión, se
también. Ahora, quienes salen de sus países lo le atribuye la frase “la cámara es el ojo de la
hacen desde el reconocimiento de limitaciones historia”, un ojo que no solo registra sino que
impuestas dentro de su lugar de origen, de ese retiene capas de información y sentido que se
concepto difuso que es la patria y que, inevita- amplían con el tiempo, permitiendo diversos
blemente, se funde en ellos, los acompaña como acercamientos sobre instantáneas que mutan
carga y redención, rastro de lo que fue y recor- a recuerdos y archivos que decantan lo noticio-
datorio de lo que no ha sido. Fronteras, sobera- so y ofrecen otras miradas, a veces más reposa-
nía, identidad, refugio, amenazas, son algunas das y profundas. TROCHERA CON PIEDRA / TERESA MARGOLLES DE LA SERIE UNDAILY BREAD / GREGG SEGAL
de las palabras que también se mueven y des- Desde lo documental y autoral, la fotografía
plazan tratando de explicar estos procesos que explora la migración venezolana y, sin embar- En la serie titulada Undaily Bread (pan dia- “Michell, una madre soltera, hizo el viaje con
no son exclusivos de un continente, sino que se go, no deja de ser, apenas, una pequeña porción rio), Gregg Segal fotografía a madres inmigran- sus dos hijos dos veces. Durante el segundo in-
esparcen y distribuyen por la geografía mun- de la abundante cantidad de información y cru- tes venezolanas rodeadas de sus pertenencias, tento, Michell tuvo un ataque epiléptico y perdió
dial afectando países y regiones. Migraciones ces entorno a este complejo problema, visto a mostrando lo que estos objetos nos dicen de sus el conocimiento. 16 días después llegó a Bogotá y
desde África hacia Europa, de Centroamérica veces desde la óptica del emigrante (pone el fo- realidades. Creada en colaboración con AC- fue admitida. En su retrato, Michell lidia con la
a Estados Unidos, refugiados a consecuencia co en la persona que sale de su lugar de origen), NUR, el proyecto parte de la pregunta: “¿Qué energía de sus hijos, tratando de calmar a su hija
de guerras y crisis socioeconómicas y políticas otras desde el inmigrante haciendo referencia llevaría en su maleta si fuera obligado a dejar mientras su hijo parece conducir el autobús. Des-
perfilan un tema impostergable. a esa misma persona, pero desde la perspectiva su país?”. A partir de esta interrogante docu- pués del rodaje, su hijo pequeño sostenía dos ba-
Por otra parte, la fotografía ha sido entendida de quien ya ha llegado a su nuevo destino pa- menta la comida, el vestido y otros elementos rras de pan, las llevaba por el estudio y las guar-
como el “ojo de la historia” y un recurso de la ra radicarse en él. En todo caso, presentando personales que acompañan a las madres vene- daba bajo los brazos para más tarde”.
memoria. Dos consideraciones ambiciosas que, múltiples aspectos de una situación que afecta zolanas y sus hijos en el exilio. Cada imagen
ciertamente, han tenido resonancia en la socie- a muchos (personas, familias, países, organi- publicada en el perfil de Instagram de Segal, Con ojos propios
dad contemporánea que le confiere un gran va- zaciones…) y diversos ámbitos (economía, se- incluye una leyenda que describe el difícil viaje Los fotógrafos venezolanos también han docu-
lor a la imagen. La fotografía ha documentado guridad, fronteras, empleo, salud…). Todo esto de cada familia. mentado una tragedia que no les resulta ajena.
los movimientos migratorios y flujos de perso- amparado en el anhelo de quienes, por distintas “La hija de Yosiahanny siente la patada de Desde distintos lugares de enunciación, desde
nas, los motivos abarcan conflictos armados, vio- razones, deciden –o intentan–llegar y asentarse quien se va, quien se queda, quien encuentra
lencia, desempleo, crisis políticas, económicas y en otros territorios que ofrezcan la calidad de oportunidades o quien solo vive penurias. Unos
alimentarias, entre otros que atraviesan nuestra vida y garantías que ha escaseado en un país y otros se han acercado a este problema, a este
aldea (¿o teatro?) global. Así, se ha ido conforman- del que ya no son parte, pero del que tampo- dolor que les es propio o, cuando menos, cerca-
do una especie de inventario de acontecimientos co pueden desvincularse, un país al que, pese no. En la actualidad, es casi seguro que todos los
entre los que podemos recordar el drama de las a todo, permanecen indefectiblemente unidos, venezolanos tengamos uno o varios familiares o
pateras llegando a puntos de jurisdicción españo- aunque las circunstancias sean adversas. Así amigos fuera del país, que algunos colegas se ha-
la o las embarcaciones sobrecargadas hacia Italia de contradictorio, así de complicado. yan marchado, o que en primera persona conte-
y Grecia; los operativos de rescate y los testimo- Pues bien ¿cómo son las representaciones vi- mos esta historia de la que más que testigos, so-
nios de los sobrevivientes de una odisea tan in- suales y el tratamiento que desde la fotografía mos protagonistas.
cierta como peligrosa. Personas huyendo, niños se ha dado a la migración venezolana? A con- A continuación nos detendremos en algunas
ahogados, familias caminantes, persecuciones, tinuación, revisamos algunos trabajos, a fin de propuestas de fotógrafos venezolanos, ya sea des-
rutas clandestinas, horizontes de alambre púa, mostrar posibilidades de acercamiento a un fe- de su permanencia en el país o desde su propio
tiendas improvisadas para pernoctar o grupos nómeno que es complejo y tiene múltiples aris- proceso migratorio. Algunos trabajos parten del
apretujados en las líneas fronterizas, son imáge- tas y ha sido tratado por fotógrafos y artistas retrato para dar rostro e identidad a los sujetos
nes frecuentes en una agenda mediática que je- como la mexicana Teresa Margollesy el esta- de la migración; otros se detienen en su rastro si-
rarquiza, recicla y olvida. dounidense Gregg Segal. lente, en la mudez de sus objetos y pertenencias,
Estorbo de Margolles es el resultado de dos en el vacío de lugares y espacios. A veces el texto
Venezuela, un país atravesado años en la frontera colombo-venezolana, inclu- es fundamental, en otras basta la fuerza o sim-
por la migración ye varias series que se extienden más allá del pleza de la imagen. Es lo que hace, por ejemplo,
Nos cayó la locha. La migración pasó a ser un soporte fotográfico y se estructura en varias Juan Toro Diez desde la fotografía de las llaves y
problema propio. Ya no son solo las fotos en el fases. Conceptos como estorbo, basura, pero llaveros que dejan quienes parten. Es el último
Mediterráneo o en Centroamérica; o las desga- también esfuerzo y trabajo orbitan en una pro- objeto del que se desprenden (o no) antes de salir
rradoras gráficas galardonadas en conocidos puesta amplia en la que, por ejemplo, entrevista y que con sus particularidades hace referencia a
concursos de fotoperiodismo. Las imágenes se y retrata a los carretilleros y trocheros vene- los individuos que no se ven, pero están presen-
nos hicieron cercanas, ya no eran ventanas pa- zolanos, hombres y mujeres que trabajan en el tes, a punto de partir, en una zona intermedia y,
ra asomarnos y ver a lo lejos, sino espejos en lo Puente Simón Bolívar pasando mercancías de en cierta medida, extraña. Numerosas llaves re-
que nos vimos cargando morrales tricolores y uno y otro lado de la frontera. Las imágenes en- miten a las medidas de seguridad que hay que to-
maletas heredadas, atravesando trochas y sali- cierran la metáfora del peso que llevan encima, DE LA SERIE UNDAILY BREAD / GREGG SEGAL
mar en un país habituado a rejas y cerrojos. El
das clandestinas, ríos y puentes que se convir-
fondo blanco agudiza el silencio visual necesario
tieron en vías de escape. La intención de estas
para la contemplación. Los llaveros, por su par-
reflexiones es acercarnos a la migración vene-
te, perfilan edades, gustos, creencias y prácticas.
zolana desde la fotografía, abordando las repre-
sentaciones y el tratamiento que ha tenido des-
de lo visual, conscientes de que es, a penas, una
acotada selección.
¿Cómo definir o, al menos, caracterizar la re-
lación de Venezuela con la migración? Fuimos,
tradicionalmente, un país receptor de migran-
tes. De Europa y Latinoamérica llegaron miles
de personas que buscaban mejores oportuni-
dades, huían de las guerras y postguerras, de
las dictaduras y las crisis. Vinieron de Italia,
España, Portugal, también de Colombia, Chile,
Perú, entre otros.
Ahora, la dinámica se invirtió. Desde hace al
menos una década, somos un país arropado por
términos que, como las identidades y las fronte-
ras, se tornan inciertos, líquidos, en movimien-
to. Diáspora, exilio, éxodo se han convertido en
palabras recurrentes en nuestros diálogos. To- “LLAVES”, DEL FOTOLIBRO EXPEDIENTES /
ca distinguir la delgada pero significativa dife- JUAN TORO DIEZ
rencia entre xenofobia, aporofobia y discrimi-
FOTOGRAFÍA DEL MUSEO DE ARTE MODERNO DE BOGOTÁ / TERESA MARGOLLES
nación. Familias desmembradas, migrantes (continúa en la página 6)
6 Papel Literario EL NACIONAL DOMINGO 3 DE ABRIL DE 2022
La migración venezolana
a través del “ojo de la historia”
P
ara aproximarse a la fotografía de Alexis introduce el maniquí como elemento crucial en el que hacen permanecer temporalmente inmóvi- no ser otro que sentirse observados, y en este ca-
Pérez-Luna (Caracas, 1949) centrada en esquema mercantil que hoy conocemos, cambian- les en sus vidrieras para simular los maniquís so su existencia cobra vida en las vidas de quie-
el maniquí como materia de trabajo, do la manera de percibir esos bienes y el modo de de toda la vida. Cambio de roles, situaciones de nes los miran actuar tras el cristal; un elemento
bien vale un repaso breve por el concep- acceder a ellos. El maniquí deja de ser un disposi- alter ego mediáticas como estrategias de mercado –a veces tácito, otras literal– que separa el inte-
to de proporción en la representación del cuerpo tivo inocuo de exhibición para convertirse en un en las que incluso las fronteras entre arte, moda, rior del exterior y media entre ambas realidades
humano. Una noción que arranca en la escultu- mecanismo de seducción en la cultura de masas y ciencia y tecnología se entremezclan, confunden para interponer la distancia imprescindible an-
ra del antiguo Egipto y está presente en la Dorí- un pasatiempo atractivo para los viandantes que y, por qué no, retroalimentan.5 te el deseo, el desamparo, la fascinación, la sole-
foro: la escultura que pretendía definir morfo- transitan por las calles de las principales ciuda- Tiene cabida aquí, en lo que puede considerar- dad o el desconcierto. En otras imágenes el rol de
lógicamente al ser humano bajo la teoría de la des de Europa y América, quienes aún sin tener se la punta del iceberg, mencionar la fórmula del los actores tiene un peso específico y atisbamos
armonía general, donde las partes están en cons- la posibilidad de comprar, podían pasearse para mannequinchallenge tan popular en las redes, una transferencia de cualidades, sensaciones y
tante relación con el todo. Ese equilibrio guarda disfrutar de estos humanos de atrezzo. El mani- una manifestación más, ahora ligada a la perfor- emociones entre los dos mundos que penetran
con celo el secreto de la “perfección”, un criterio quí se integra así al paisaje urbano para transfor- mance como propuesta estética, que revisita la el adentro y el afuera.
estético que Marco Vitruvio hereda y desarrolla marlo, tanto por su potente apariencia como por noción del maniquí como influencer de los mo- La clave teatral persiste pero la disposición de
en su Tratado de arquitectura (siglo I a. C.) y ha- los diálogos visuales que establece con los seres dos de vida globalizados: un grupo de individuos los cuerpos no resulta siempre aleatoria en la
lla su base en el hombre como medida de todas humanos de quien es, a su vez, una suerte de ré- permanece inmóvil en una postura durante un propuesta fotográfica que revisamos. Hay gru-
las cosas, solo a partir de cuya simetría es posi- plica o simulacro. Una alteridad histórica entre tiempo establecido, mientras alguien pasa entre pos cuya postura en serie pone a prueba hasta
ble construir, esculpir, pintar o contar con exac- “original y copia”3 mediante la cual se plantean ellos grabando la escena con una videocámara o el equilibrio más ejercitado y otros que entablan
titud de correlaciones. A finales del siglo xv esa problemas relacionados con la naturaleza de la un teléfono móvil para luego compartirla con el diálogos desenvueltos entre ellos o con sus obser-
noción es revisada y corregida por Luca Pacioli identidad, derivada de los desdoblamientos vo- resto del mundo como promoción, apoyo o difu- vadores. Christoph Rodiek en Del cuento al relato
en su Divina proporción (1497), libro fundamen- luntarios y forzados que se suscitan entre ambas sión de algo o alguien. híbrido. En torno a la narrativa breve de Camilo
tal para artistas, científicos y matemáticos del partes. Maniquís que anhelan ser humanos; hu- La punta del iceberg ayer; hoy habrá alcanzado José Cela cita a Ramón Gómez de la Serna cuan-
Renacimiento, y un poco antes por Leonardo Da manos que juegan a ser maniquís; suplantación ya de seguro cotas de altura insospechada. do dice que estos seres7
Vinci, quien con el Hombre de Vitruvio (1490) fija de roles en una acción de calle con alcances socia-
de nuevo el estándar bajo el canon de las ocho les, comerciales, culturales y políticos. 2. El escaparate. Espacio para la figuración (…) piensan, sienten y se comunican como per-
cabezas.1 En él se fundamentan la escultura y Los modelos se inspiran en los cánones que y la recontextualización sonas normales. Si les falta naturalidad y au-
la pintura renacentistas, cuyo clímax llega a no- rigen las nociones de belleza –así ha sido con el tenticidad humana hay que achacárselo a los
sotros con el David de Miguel Ángel y el Adán y transcurrir de las épocas y sus modas–: cuerpos La anatomía pertenece al ámbito de la mirada: escultores y escaparatistas quienes, por razo-
Eva de Durero2 a principios del siglo XVI. Será alargados y frágiles llenan las pasarelas de Nue- mirada que se posa sobre el cuerpo, nes comerciales, les imponen unos gestos ridí-
el modelo del que bebe el arte de los siglos poste- va York, Madrid, Londres, París, Milán, y la in- mirada que el cuerpo nos invita a posar, culos y posturas extravagantes. (…) Los mani-
riores hasta la modernidad, pero también –y en dustria los reproduce en serie bajo la forma de mirada que se aprende a afinar. quíes de las sastrerías son mis buenos amigos, y
un acto de traspolación orientado directamente figuras articulables. Ídolos públicos se convier- Nicolás Group, “Una poética de la mirada yo sé cuándo cumplen años, y les hago la visita
hacia el tema que nos ocupa–, el modelo a ima- ten en arquetipos de la cultura moderna y a ellos intrusa. del aniversario (…). En mi larga experiencia de
gen y semejanza del cual surgirá el maniquí, en- ansían emular los jóvenes de cualquier parte del Maniquís y escaparates en la literatura de mirón de maniquíes les he sorprendido en el
tendido como forma de representación genérica mundo. Globalización de la imagen en un inten- Felisberto Hernández”6 momento de desperezarse, en el momento de
de la figura humana, a partir del concepto artís- to por serializar los hábitos contemporáneos, lo subirse una liga y en ese terrible momento en
tico de duplicidad que se materializa por medio que supone una pérdida de perspectiva al intro- La forma de “mirar” de Alexis Pérez-Luna que les duele la barriga. Unos a otros se pregun-
de matrices. ducir a hombres y mujeres en un dominio quimé- capta en lo fortuito una recurrente teatralidad tan cosas divertidas:
Cuando en 1923 el arqueólogo Howard Carter rico donde la fantasía es capaz de crear realida- formal que dota a sus composiciones del gesto –¿Recibiste ya la invitación para la boda?
abrió la tumba de Tutankamón, junto a un cofre des paralelas para “convivir” con ellas.4 En este histriónico ligado a lo artificioso, lo quimérico, –Aún no, y eso que llevo vestido de tiros largos
de ropa halló lo que parece haber sido el primer contexto de reproductibilidades, el maniquí –que incluso lo delirante. Fotógrafo de práctica orto- hace tres meses… Se va a pasar la moda y la
maniquí de la historia: un torso de madera poli- guarda cada vez más parecido con el ser humano doxa hasta rozar la inconveniencia, su lente iró- estación… Y tú, ¿cuándo celebras tu despedida
cromada con el rostro y las medidas del faraón, de soltera?
que se cree utilizaba para probar o exhibir sus –¡Calla, por Dios! Si he oído que me van a vestir
atuendos y joyas. Los sastres de la corte tenían de viuda mañana.
prohibido tocar el cuerpo del monarca por con-
siderarse sagrado, así que fabricaron una imita- Algunos comparten falsas impresiones elevando
ción con sus dimensiones para elaborar su ves- su mirada al infinito, se yerguen con ojos escruta-
tuario con exactitud. En el siglo XIV, Carlos VI, dores o sobresalen en actitud retadora increpando
“El Bienamado” de la corte francesa, encarga al paseante. Muchos exhiben su “unicidad” entre
una muñeca de tamaño natural y una colección el conjunto catalogado de cuerpos, perfiles, espal-
de vestidos a la moda de la época para que su es- das, nucas, gargantas, barbillas, torsos y demás
posa, Isabel de Baviera, se los hiciera llegar a la mundanalidades, convertidos en clones humanos
reina de Inglaterra como parte de las negociacio- a punto de romper su cuarta pared para incorpo-
nes de paz durante la Guerra de los Cien Años. rarse a la dimensión del que mira, quien a su vez
En 1496, Ana de Bretaña ordena la confección de asiste como espectador al desenvolvimiento de lo
una figura femenina grande para ser vestida y que ocurre como si de una función de teatro se
enviada a Isabel la Católica, quien ponía especial tratara. Es la vidriera como espacio de represen-
atención en su vestimenta. A finales del siglo XVI tación –de exhibición también, pues algunas esce-
los aristócratas europeos producen “muñecas de nas nos hacen recordar los ventanales del barrio
moda”, manufacturadas en diferentes materiales rojo holandés–, al que concurre la mirada intrusa
y escalas según el momento, que en lo sucesivo de Alexis y con la suya, la nuestra, en calidad de
marcarán el inicio del maniquí como estrategia público de paso. El escaparate como alegoría de la
para la difusión de los modos en el vestir. ventana a la intimidad ajena, que en un contexto
Pero el verdadero impulso al maniquí como el sociocultural donde se cuestionan las lindes de la
instrumento más eficaz para la proyección de la privacidad, nos invita a compartir un acto de in-
moda como un artículo comercializable en todas tromisión colectiva en el que cada uno de nosotros
sus presentaciones y posibilidades expresivas so- se transforma en intruso y se siente irremediable-
breviene a mediados del siglo XIX, de la mano mente atraído a espiar a través del maniquí cómo
de la revolución industrial y los primeros inven- sería la vida enfundado en medidas canónicas, en
tos surgidos en su entorno. La electricidad y las ocasiones superdotadas, luciendo prendas y acce-
bombillas incandescentes abren línea directa a sorios que marcan tendencia.
los avisos luminosos. La fabricación del vidrio
plano y su uso en los escaparates permite a los DE LA SERIE MANIQUÍES / ALEXIS PÉREZ-LUNA (continúa en la página 8)
8 Papel Literario EL NACIONAL DOMINGO 3 DE ABRIL DE 2022
LORENA M. VELÁZQUEZ
E
EMMANUEL MASSÚ Y EDUARDO GIRALT / VAGABUNDA.MX
n la urgencia del contexto latinoamerica-
Acercamiento de un cineasta
no de entablar el diálogo con la noción de
violencia (y las distintas acepciones que
esta pueda manifestar) y la noción de po-
der, circunscritas ambas al ámbito de la represen-
tación, la crónica roja y la narconovela resultan
venezolano al engranaje
ser los discursos más conocidos, que encarnan
esta problemática. En el caso de Los plebes, es
inevitable darnos cuenta que estamos frente a
uno de los derroteros más crudos que ha adqui-