Está en la página 1de 6

LOS TRASTORNOS DE LA PERSONALIDAD: GENERALIDADES

Toda la psicopatología integra un espectro en el cual las formas más graves son
las psicosis y las más leves la neurosis- normalidad. En las neurosis los conflictos
afloran en forma de síntomas, en las psicosis no hablamos propiamente de conflictos
sino fallos más graves en la estructuración del psiquismo (déficits) que provocan un
alejamiento de la realidad y que pueden dar lugar a alucinaciones, delirios, trastornos
en el estado de ánimo, etc. Los criterios diagnósticos son características definitorias
que se utilizan para clasificar a las personas dentro de una categoría clínica. Forman un
conjunto de síntomas que deben de estar presentes para establecer un diagnóstico.
Los trastornos de personalidad se incluyen como trastornos mentales del Eje II en el
Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales de la Asociación
Americana de Psiquiatría, y en la sección de trastornos mentales y del comportamiento
en el manual CIE de la Organización Mundial de la Salud.

Entendemos por Personalidad un patrón complejo de características


psicológicas profundamente enraizadas que se expresan de forma automática en casi
todas las áreas de la actividad psicológica, un patrón de características que configuran
la constelación completa. Un rasgo de personalidad es un patrón estable de
comportamiento que permanece a lo largo del tiempo y en situaciones diversas.
Cuando muchos rasgos patológicos de personalidad aparecen de manera conjunta
hablamos de un Trastorno de la personalidad. Si los problemas parecen estar
causados principalmente por factores relacionados con su personalidad nos referimos a
rasgos caracterológicos desadaptativos o trastornos de la personalidad.

Así como todos habitamos en una vivienda también tenemos una estructura de
personalidad, una forma particular de vivir y de relacionarnos con nuestro entorno y con
los demás. Una persona con un Trastorno de la personalidad más o menos acusado
tiende a presentar una frágil estabilidad o una carencia de capacidad de adaptación,
suele ser rígida desde el punto de vista adaptativo, y dispone de pocas estrategias y
conductas alternativas. Cuando el entorno no se adapta a la persona se produce la
crisis. Al no ser capaces de cambiar repiten sus repertorios patológicos, pierden
oportunidades de mejorar, crean nuevos problemas… Y la historia se repite.

1
Los Trastornos de la personalidad son patrones permanentes de maneras de
pensar, sentir y actuar que suelen ser inflexibles y desadaptativos y que suponen un
importante malestar (ya sea de la persona o las personas que le rodean), y un deterioro
de la actividad social o laboral. Las personas que presentan un trastorno de la
personalidad tienen dificultades para adaptarse a los cambios y a las cuestiones que
forman parte de la vida cotidiana. Suelen empeorar las cosas al provocar reacciones
negativas en los demás, tomar decisiones equivocadas y propiciar conductas
repetitivas que se convierten en círculos viciosos que les llevan a confirmar sus
creencias preestablecidas y sus peores presagios y fantasías. El imaginario prima
sobre el principio de realidad.

La personalidad se apoya en la biología y se desarrolla en el entorno


psicosocial. En la mayor parte de los casos, los pacientes sólo van a poder convertirse
en una variable más funcional de ellos mismos, no transformarse de manera profunda.
Cada tipo de personalidad debe aprender a desempeñar sus potenciales y minimizar
sus debilidades. El conocimiento de éstas facilitará la voluntad de interrumpir los
patrones previos en sus relaciones, y aunque no se consiga cambiar la personalidad
básica se les puede conducir a una forma de funcionamiento más normalizado, con
mayores posibilidades adaptativas.

Los trastornos de personalidad ofrecen una serie de rasgos desadaptativos que


se expresan en el plano de los afectos y en sus relaciones con los demás. Las
personas diagnosticadas con un trastorno de la personalidad pueden tener alteraciones
en las cogniciones, emociones, en el funcionamiento interpersonal o en el control de
impulsos. En general, los trastornos de personalidad representan aproximadamente la
mitad de los pacientes psiquiátricos e integran la categoría diagnóstica actual más
frecuente. Podemos encontrar en la nomenclatura psiquiátrica y psicológica diversas
definiciones como Caracteropatías, Perversiones, Neurosis del carácter. Psicopatías,
Estados fronterizos o Cuadros límite que aluden a lo que hoy en día referimos como
trastornos de la personalidad. Esta prolijidad de nombres surge porque existía una
clasificación antes de las DSM que se basa en la definición clásica de las psicopatías:
aquellas personas que por su carácter sufren y/o hacen sufrir a los demás. El carácter
es la unidad fundamental de ese cuadro; posee una serie de rasgos y cualquiera de
ellos caricaturizado, hipostasiado, es susceptible de constituirse en psicopatía. En
psicoanálisis se llamaban inicialmente neurosis del carácter para significar que había
una alteración del mismo y separarlas de las psiconeurosis donde en su base subyace

2
el conflicto. La noción psicopatía es un concepto de la psiquiatría general, no
psicoanalítico.

Estos patrones de conducta están asociados con alteraciones en algunas


tendencias del comportamiento; por lo general, involucran varias áreas de la
personalidad, y casi siempre se unen a perturbaciones significativas en la esfera
personal y social. Además, un trastorno de personalidad suele ser rígido y se extiende
a muchas situaciones, debido en gran parte al hecho de que tales comportamientos
anormales son egosintónicos. Los elementos de la conducta, son coherentes con el Yo
y son percibidos como normales por el individuo que los padece. Son las personas que
le rodean quienes suelen percibir que algo no funciona “correctamente”, que algo no va
bien, que les pasa “algo”... trastorno que se expresa ante todo en la relación, no en la
esfera intrapsíquica.

Existen tres grandes estructuras en psicopatología: psicosis, neurosis y


trastornos de la personalidad. La neurosis podría definirse como la expresión de una
serie de conflictos internos de la persona que se manifiestan exteriormente en forma de
síntomas. La personalidad neurótica mantiene elevados mecanismos de defensa para
no enfrentarse a emociones, pensamientos, o instancias de la realidad (tanto interna
como externa) que le resultan amenazantes. El neurótico aleja de la conciencia
aspectos de su realidad interna, cortando sus sentimientos, pensamientos o deseos,
mediante pautas rígidas de acción o estrategias psicológicas repetitivas automatizadas
que utiliza sin darse cuenta, pese a que de alguna manera es consciente de que hay
algo en su interior que no acaba de resolver y que le impide llevar una vida .

En la neurosis, al contrario que en la psicosis, no hay pérdida de contacto con la


realidad; dicho de otro modo, la concepción de lo que es real se adecúa a lo que la
sociedad define como tal y por tanto su pensamiento es “normal”. En las psicosis
aludimos a una enfermedad mental grave que se caracteriza por una alteración global
acompañada de un trastorno grave del sentido de la realidad. En los trastornos de la
personalidad se suele guardar contacto con la realidad, pero el nivel de desarrollo del
psiquismo y de capacidad de socialización no es el propio del individuo neurótico. En
las neurosis la angustia se metaboliza y expresa a través de un síntoma somático o
psíquico (por ejemplo, un síntoma fóbico), encarnándose en una representación
simbólica. En los trastornos de la personalidad la ausencia de síntoma radicaría en la
falta de elaboración y focalización de la angustia. Desde este punto de vista, es posible
establecer el diagnóstico con carácter positivo al igual que en las neurosis. El criterio

3
diferencial es actuación vs. síntoma. Los trastornos de la personalidad pertenecen a
ese espacio de la conducta que por sus características (ausencia de síntomas) resultan
más difíciles de discriminar frente a los modelos habituales.

Podemos adelantar que existen determinados tipos de trastornos de la


personalidad que se acercan más a lo psicótico y otros que lindan con lo neurótico.
Veamos el siguiente cuadro:

TRASTORNOS DE LA PERSONALIDAD (una clasificación posible)

PSICOSIS
Autismo Esquizofrenia Manía PMD Melancolía Paranoia
T.esquizoide P.explosiva Hipomanía P.dependiente P.paranoide
T.esquizotípico P.sumisa
P.evitadora
TRASTORNOS DE LA PERSONALIDAD
Trastorno narcisista
Trastorno límite Trastorno antisocial
P.Obsesiva P.fóbica-contrafóbica P.Histriónica
Obsesiva Fóbica Histeria
NEUROSIS

Este cuadro puede servir de modelo orientativo para discriminar los trastornos
de la personalidad y sus estructuras de las psicosis y las neurosis: también para hacer
una primera aproximación de una forma meramente descriptiva. En un nivel más
profundo y buscando la estructura de la personalidad, desde el modelo analítico
vincular, se ubican los diversos trastornos a través de las posiciones.
 Esquizoide: trastornos narcisista, esquizotipico, esquizoide, evitador, paranoide.
 Confusional: trastorno límite, personalidades hipomaníaca, explosiva y fóbica.
 Depresiva: personalidades dependiente, histriónica, obsesiva.

PSICOPATOLOGÍA ANALÍTICO VINCULAR (cuadro orientativo).

EDAD 0 3 meses 8 meses 18 meses 2-3 años 3-4 años

Desde la Edipo
POSICIÓN Aglutinada Esquizoide Confusa Depresiva temprano Edipo

4
Desde la ORAL 1 ORAL 2 SADICO SADICO FALICO
FASE ANAL 1 ANAL 2 GENITAL

CUADROS Autismo Esquizofrenias PMD MEL PNOIA N.OBS FOB


Correspon- HIST
dientes

PSICOSIS NEUROSIS

Narcisista Límite Dependiente


TRAST. Esquizotipico Hipomanía Histriónico
PDAD. Esquizoide Explosiva Obsesivo
Evitadora
Paranoide

¿Acaso el paciente sufre un Trastorno de la personalidad? Una vez que se ha


respondido a esta pregunta, el paso siguiente será determinar el tipo de trastorno. En
ocasiones se cumplen los criterios generales pero no los específicos ya que el patrón
no se ajusta a un cuadro incluido en las clasificaciones DSM o porque haya síntomas
de varios trastornos sin ser suficientes para cumplir los criterios de un determinado tipo.
En estos casos hablamos de un trastorno de la personalidad no especificado. El
diagnóstico más certero será a partir de realizar un análisis de la estructura de la
personalidad del individuo, no desde lo meramente descriptivo. Neurosis es un
trastorno del proceso Edípico. Hay que ver qué pasa estructuralmente en las relaciones
triádicas. El diagnóstico neurosis desde el punto de vista estructural no debería
desaparecer. El diagnóstico tiene que tener una base estructural, no descriptiva.

En cualquier trastorno de la personalidad tenemos ante todo que considerar tres


aspectos: naturaleza, la relación con la madre y los acontecimientos ajenos a esta
relación (enfermedades, muertes…). Una gran importancia de los genes reside en que
activan y regulan otros genes, su eclosión está en relación con el medio. Si no entra en
estas situaciones, el gen puede permanecer silencioso y morir silente. La genética es
biología pero se expresa en el medio. Si las alteraciones de este son lo suficientemente
severas y tempranas como para provocar cambios casi desde el nacimiento nos
enfrentaremos a trastornos psico- biológicos. Nos terminamos fuera. Niños que nacen
bien y a los 3/ 4 meses la madre tiene que atender a otro niño enfermo. El primero se
queda abandonado para él aunque no lo esté realmente, o el niño prematuro que nace

5
inmaduro. En los 18 meses hay una extraordinaria evolución: es un momento muy
delicado. Si es prematuro necesitará más cuidados. Los cólicos del recién nacido
pueden requerir hospitalización pues no hay madre capaz de tratarlos (tendría que
estar hasta semanas en vigilia) y necesitan enfermeras que hagan la función materna.
Un niño deprivado desde el nacimiento de los cuidados maternos, si no muere
contraerá alteraciones físicas: retardos de la mielinización, zonas cerebrales
didfuncionales, etc. Niño y entorno pueden sufrir un acontecimiento traumático o una
catástrofe, como, por ejemplo, el niño que a los tres o cuatro meses sufre la
enfermedad de un hermano enferma al que la madre tiene que atender y se siente
abandonado. O ese niño que nace inmaduro y necesita ser terminado fuera en mayor
grado que la mayoría de los niños. El bebé con los cólicos del recién nacido donde la
madre tendría que estar semanas en vigilia para poder atenderle de forma eficaz. Estos
casos necesitan enfermeras que realicen los cuidados y la función materna que aquella
no puede cumplir.

Hay algún gen que sí es responsable de un rasgo biológico. Se activan y


regulan a otros genes en relación con el medio, si no pueden permanecer silenciosos y
morir sin alcanzar la expresión, es decir, permanecen silentes.

En resumen, un Trastorno de personalidad es un modo patológico de ser y


comportarse que se pone de manifiesto en la mayor parte de las situaciones de la
vida cotidiana, no es producto de una situación o acontecimiento concreto,
produce malestar y sufrimiento al individuo y a las personas que le rodean,
provoca desajustes en los ámbitos social, familiar, laboral e interpersonal. Esta
sensación de malestar es más bien consecuencia de la no aceptación por parte
de los demás de su modo de ser. La conciencia de enfermedad o anomalía es
escasa o inexistente.

También podría gustarte