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mejor que sangre hacia afuera que por dentro

para alfon
ese día llegó desde jujuy trayendo para mí
bombones de higo y nuez que en realidad
en la caja decían “hecho en salta”
y es gracioso, quizá te hayas olvidado pero
aquella vez nos dijo que en realidad
los jujeños y los salteños
se detestaban, así que se rió y siguió
sacando regalitos de la mochila, dijo “te traje
un poco de norte hasta bahía blanca”.
hace un tiempo le conté
que andaba triste, ella también
y se sentía cómo si el tiempo
no pasara, yo en el sillón y ella
sentada en frente me contaba
“el trabajo me está drenando” yo decía
que nunca mi cuerpo había sentido
este deseo tan fuerte y no sabía
si estaba sanando o si estaba
abriendo cada vez más una herida
abandonada. a veces pareciera
que seguir con esto es más fácil cuando
nos convencemos de que ya
no es posible ser lugar
para el cariño, pero entonces
te das cuenta y no hay forma de ignorar
lo que tus muslos y clavículas
te reclaman. sí, es que ahí,
te lo juro, es justo ahí
que siento este amor que me angustia
distinto a los demás, que me draga
desde adentro donde está
todo lo que es real y que yo
nunca encontraba. ella insiste
es importante agradecer y comer
cositas ricas, prende un sahumerio, dice
“tiene olor a agosto” y se va
unos días al mar, yo me quedo acá
encerrada y en silencio, acordándome
de esa misma playa, los colores más vibrantes
son los que más sangran
los atardeceres más hermosos también
son los que más sangran
y supongo que es mejor
haber abierto este cuerpo en dos
que haber dejado que se seque
mientras vive, ella me lo dijo
mejor carne expuesta que carne
por pudrirse y empezó
a volver para emprender el irse
dejando para siempre ese lugar
pero sin dejar el acá, sin dejar estas costillas
acá siempre hay una cama vacía
un fueguito y un café con leche para vos
acá siempre estás cantando y estás viva
si te dan ganas.

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