Está en la página 1de 101

Sanar el alma de la adicción virtual

1
Sanar el alma de la adicción virtual

2
Sanar el alma de la adicción virtual

Padre Gonzalo Ciperiani


APORTES DE TEOLOGÍA MORAL

Sanar el alma de la
“adicción virtual”

A la luz de la ética y de las etapas


de la vida espiritual

ZEIOSIS

3
Sanar el alma de la adicción virtual

4
Sanar el alma de la adicción virtual

5
Sanar el alma de la adicción virtual

En la página anterior
NUESTRA SEÑORA DE GUADALUPE PATRONA DE AMÉRICA
Imagen de la Virgen María no pintada por mano humana

6
Sanar el alma de la adicción virtual

Premisas

Poder determinar concretamente qué signifique “adicción


virtual” no es algo sencillo. En mi investigación he encontra-
do numerosos artículos referidos a la adicción a internet y sus
consecuencias, como también en concreto respecto de la adi-
cción al smartphon.1
Hay un estudio autorizado que ha “intentado”, como dice
el mismo autor, dar contornos a la problemática que elije lla-
mar “nuevas tecnologías”.2
Damos por sentado que nuestro libro tiene que ver con
las llamadas nuevas tecnologías, pero más específicamente
con el mal uso o abuso de ellas.
Como para justificar mi incursión en el tema, debo por
fuerza presumir de ser profesor de Teología Moral. Nuestro
tema tiene que ver con la conducta del ser humano, y eso es,
en pocas palabras, el “objeto” de la Teología Moral.3 Y si ade-
más decimos que la Teología Moral posee un apartado sobre
“Moral Especial” y en ella se incluyen, en la “Bioética”, las
problemáticas de la tecnología y las adicciones,4 ya estaríamos

1 Citaremos algunos a lo largo del trabajo.


2 Cfr. J. ABUD, Educación Real en un Mundo Virtual. Katejon, Tres de
Febrero, 2019.
3 Con mayor precisión el objeto de la teología moral son los actos
humanos libres, valorados a la luz de la razón y la revelación.
4 Cfr. Lino CICCONE, “Bioética”, historia principios cuestiones. Palabra, Madrid
2003, p. 335. Elio SGRECCIA, Manuale di Bioética II, aspetti medico-sociali.
Vita e Pensiero, Milano 1991, p. 365.

7
Sanar el alma de la adicción virtual

mínimamente autorizados a poner a disposición nuestro hu-


milde aporte.
Habiendo hecho esta aclaración inicial, pasamos de lleno
a nuestro ámbito y vamos a decir, en primer lugar, qué es lo
que ‘no’ encontrarás en nuestro escrito.
No encontrarás una receta “rápida” ni simplista para re-
solver la adicción virtual. Aunque si eres audaz podrás sacar,
como las abejas hacen con el néctar, cosas provechosas aún
de un escrito que pudiera no ser atractivo del todo a tus inte-
reses intelectuales. Si eres paciente y si de todas maneras sa-
bes disculpar las limitaciones del autor, seguramente te será
provechoso.
¿Qué es lo que sí encontrarás? ¿Cuál es nuestra modesta
propuesta? Te propongo un camino. Es más, intentaré pre-
sentarte dentro de mi capacidad “el Camino” que es una
Persona que dijo “Yo soy el Camino y la Verdad y la Vida”.5
Por ello haremos uso bastante libremente de ideas inmortales
de ciertos autores de espiritualidad, como Santa Teresa y San
Juan de la Cruz, entre otros. Ellos encontraron el Camino, lo
siguieron hasta el fin y nos dejaron testimonio de cómo debe-
mos transitarlo.
El recorrido que haremos no es, por cierto, el más corto.
Nuestro enfoque será a partir de la fe, y retengo que ello im-
plica un “rodeo” mayor, que el que pudiera dar quizás un psi-
cólogo o psiquiatra que tratara del tema sin esta perspectiva.
Entonces la característica principal de nuestro trabajo puede

5 Jn 14, 6.

8
Sanar el alma de la adicción virtual

ser el hecho de que el que lo escribe es un sacerdote católico


y en una perspectiva de fe.
Vale aquí una aclaración. Debo decir que temo tanto al
psicólogo que tacha de innecesaria la ayuda espiritual, como
al sacerdote o religioso que desdeña que en ciertos casos sea
necesaria la ayuda profesional. Y por consiguiente en nuestro
discurso dejamos siempre la puerta abierta a la ayuda de un
‘buen’ psicólogo o un ‘buen’ psiquiatra, si fuese necesario.6
Estos capítulos estarán cargados del deseo apostólico de
ayudar a las personas respecto de una inquietud actual que
aqueja, diría, a la extra gran mayoría. Vemos con preocupa-
ción a seres allegados afectados, o nosotros mismos hemos
sido “víctimas” de la tiranía del mundo virtual.
Nuestra finalidad principal, por consiguiente, es eminen-
temente práctica. Queremos ayudar a quienes en algún mo-
mento se han visto en la necesidad de ‘tomar las riendas’ en el
asunto del uso del mundo virtual, para no terminar domi-
nados por un conjunto de artefactos y sus respectivas “fun-
ciones” que tienen (y lo decimos sin rodeos, aún recono-
ciendo todas las bondades que poseen si se logra usarlos bien)
el potencial de paralizar nuestro ser personal y libre.
El núcleo de material que encontrarás procede de un re-
tiro espiritual en cuyas pláticas hablé de la detección y proble-
mática de la adicción virtual, e hice una propuesta de sanación
“a la luz de la ética (=moral) y de las etapas de la vida espi-
ritual”.

6 Esencialmente que tenga una buena formación antropolólica y apertura a


la fe, como puede ser los de la escuela de la “Logoterapia” o “psicología
católica.”

9
Sanar el alma de la adicción virtual

Puntualmente al final del libro encontrarás unos “ejerci-


cios” para detectar, y, si fuese el caso, comenzar un camino
de sanación de la adicción virtual.

10
Sanar el alma de la adicción virtual

Introducción

El dilema antropológico y ético del ser humano contem-


poráneo en gran medida, pienso, se debate en el modo en que
se hace la valoración de los diversos bienes que son objeto de
las distintas potencias del alma. Es fácil de entender que en
nuestro mundo postmoderno se ha invertido la jerarquía de
valoración de dichos bienes.
Ello se puede constatar, por ejemplo, en un hecho coti-
diano y masivo. Normalmente los noticieros y programas te-
levisivos de análisis político, dedican la mayoría del tiempo en
hablar de datos de economía, de fluctuaciones de la bolsa, del
precio del dólar, del barril de petróleo o de la tonelada de
soja. Poco se habla de datos sobre el coeficiente intelectual de
los jóvenes, del grado de alfabetización de la población, ho-
nestidad de los empresarios, comerciantes o protagonistas del
ámbito público o político. Menos se habla de la aplicación en
la sociedad de los valores éticos, cuyo estudio, de hecho,
desde hace décadas ha sido borrado de los currículos esco-
lares de educación.
Preocupante es el progresivo proceso de desescolariza-
ción. Actualmente muchos jóvenes no sólo no leen, sino que
menos aún escriben. E incluso parece que hay entre ellos
quienes no saben expresarse, que no saben vocalizar bien,
aunque sí están en condiciones de manejar con suma destreza
la pantalla del celular y sus aplicaciones.7 Estas son proble-

7 Tema aparte sería el estudio del influjo negativo del mundo virtual mal
empleado en relación al creciente proceso de desalfabetización.

11
Sanar el alma de la adicción virtual

máticas más importantes que la misma economía. En síntesis,


vemos que se está valorando el “bien útil” por encima del
“bien honesto”.
Deberemos comenzar entonces por poner en su lugar y
valorar convenientemente los diversos tipos de bienes afines
al ser humano. A ello nos referimos cuando decimos: “a la luz
de la ética”. Consideraremos las adicciones virtuales en el
contexto de la subversión de los valores éticos o morales.
Y para enmarcar dentro de la espiritualidad la proble-
mática de la adicción virtual, daremos un pantallazo de las
etapas de la vida espiritual y nos concentraremos en la etapa
llamada: “vía purificativa”, que coincide con lo que San Juan
de la Cruz llama “noche de los sentidos”. Y a ello nos refe-
rimos con: “y de las etapas de la vida espiritual”.

La “adicción virtual”

Llamamos con el nombre genérico de “adicción virtual”


al proceso que tiene lugar por una tendencia desordenada y
compulsiva a permanecer extensos lapsos de tiempo con
elementos tecnológicos de pantalla, como puede ser el tele-
visor, la computadora, la tablet o el smartphone o celular inteli-
gente. Retenemos que hoy prevalece en modo masivo el uso,
y podemos decir, abusivo de este último.
Además incluimos en el concepto “adicción virtual” el
uso compulsivo y abusivo de juegos electrónicos en o fuera
de red. También la necesidad de estar continuamente conec-

12
Sanar el alma de la adicción virtual

tados a las redes sociales, la compulsión a estar viendo perma-


nentemente la pantalla, ya sea noticias, videos o incluso la adi-
cción más grave de la pornografía.8
De este modo, así como el concepto “adicción al juego”
indica genéricamente la adicción a los juegos de azar de
cualquier tipo, en nuestro trabajo “adicción virtual” signi-
ficará la dependencia a cualquiera de estos aparatos que he-
mos nombrado y la compulsividad que acompaña sus diver-
sos usos, funciones u objetos.

Un disparador9
Encuentro con jóvenes scouts en el
Aula Pablo VI 3 de agosto de 2019

“… la libertad no viene de estar encerrado en una


habitación con un teléfono móvil o de drogarse para
escapar de la realidad. No, la libertad viene en el
camino, paso a paso, junto con otros, nunca solo […]
el Evangelio es el verdadero navegador para el cami-
no de la vida, y hay que abrirlo todos los días, porque

8 Respecto de los juegos en red y de la pornografía debo decir que el


concepto mismo de ambos incluye el de adicción. Son como las sustancias
llamadas “drogas” que las pruebas una o dos veces y tienes una altísima (yo
diría fatal) probabilidad de convertirte en adicto; no sé si decir lo mismo de
las redes sociales, aunque me inclino a decir que pueden ser altamente
adictivas.
9 Colocamos aquí un texto del Papa Francisco que nos parece muy opor-
tuno. Ayuda a contextualizar nuestro intento.

13
Sanar el alma de la adicción virtual

el Evangelio es el mapa de la vida” […] “palabras de


Jesús,[…] fáciles de recordar: ‘Da y se te dará’ […]
inmediatamente pensamos en tener. Mu-chos viven
con el único propósito de poseer lo que les gusta.
Pero nunca están satisfechos, porque cuan-do tienes
una cosa quieres otra y luego otra y así
sucesivamente, sin fin […] No hay saciedad de tener.
Tener más provoca más hambre, más deseo de tener,
sin encontrar aquello que haga bien al corazón […] El
corazón no se hace más liviano con tener, sino con el
dar. El tener engorda el corazón, lo hace pesado, lo
hace mundano. Dar lo hace ligero […] por favor, no
dejen la vida en la mesita de luz, no se conformen
con mirarla en la televisión, no crean que la próxima
aplicación para descargar será la que los haga felices
[…] Dios te da lo que nada puede darte. Porque el
último teléfono inteligente, el auto más rápido o
el vestido de moda, además de nunca ser sufí-
ciente, nunca te darán la alegría de sentirte ama-
do y también la alegría de amar. Esta es la ver-
dadera alegría: sentirse amado y amar”. 10

10 Fuente Aciprensa.

14
Sanar el alma de la adicción virtual

Capítulo I
Entender la vida espiritual

I.1. Un Santuario en el Castillo del Monte

Comenzamos por las etapas de la vida espiritual y concre-


tamente por la vía purificativa como hemos dicho. Lo vincu-
lamos a una visión integral de las dichas etapas, porque rete-
nemos que si bien hipotéticamente se puede salir de las adi-
cciones sin tender a un completamiento del proceso de per-
feccionamiento espiritual, como creyentes debemos tender al
mismo, encaminándonos en modo seguro hacia la salvación
eterna.11 De hecho no sé cómo puede realizarse la sanación
de las adicciones sin la ayuda de la gracia de Dios. Pero en el
caso que fuese posible, por ser nuestra causa final llegar a la
vida eterna, a ella no se llega si no se abandona la vida de
pecado y se recorren estas etapas. Una frase conocida de San-
ta Teresa es: “al final de la vida el que se salva sabe, y el que
no, no sabe nada”. Parafraseándola, nosotros diríamos: “al
final de la vida, el que se salva sana, y el que no, no ha sanado
nada”.
El espíritu humano es como un monte donde en lo más
elevado está la sala central del “Castillo Interior”. Cuanto más

11 Jesús al realizar la curación de un ciego, le dijo luego “no peques más no


sea que te suceda algo peor” (Jn 5, 14) refiriéndose a la condenación eterna,
como fatal desenlace de una vida sin Dios.

15
Sanar el alma de la adicción virtual

alto, más cerca del centro donde se encuentra Dios. Cuanto


más bajo, más alejado del centro y del calor de Dios y de la
perfección espiritual. Pensemos entonces en este “Monte de
Perfección” como lo llama Juan de la Cruz.12
La gracia de Dios de por sí nos lleva hacia el centro. Y
respecto de este “centro” dijo también San Agustín: “¡Tarde
te amé, hermosura tan antigua y tan nueva, tarde te amé! y tú
estabas dentro de mí y yo afuera, y así por de fuera te bus-
caba”.13 De hecho la gracia es esa fuerza de gravedad que nos
impulsa y conduce a la comunión plena con Dios. Enten-
demos así la fuerza de la gracia como una fuerza centrípeta
que nos empuja hacia Dios, si es que no se presentan obs-
táculos.
Por el contrario, el apego desordenado a lo que no es
Dios (y en eso consiste en parte el pecado) es una fuerza de
gravedad centrífuga que nos conduce hacia afuera, como la
del secarropas, y nos arroja, por así decirlo, desparramando
nuestra potencia espiritual en un movimiento rapsódico de
expulsión opuesto a Dios, es decir hacia el mundo y las cosas
mundanas.14
Para que se produzca el ascenso del que hablamos y la ida
hacia el centro del santuario de Dios en lo más alto de nuestra

12 Subir el monte es ir al centro del alma donde se halla el altar del amor de
Dios, mientras que ser lanzado hacia afuera hacia las creaturas es descender
del monte hacia lo mundano y alejarse del centro y cumbre donde habita
Dios.
13 Confesiones libro 7.
14 “Diablo” viene del griego diaballo: “arrojar”, “desparramar”.

16
Sanar el alma de la adicción virtual

alma, debe realizarse el proceso de purificación que inten-


taremos desarrollar a continuación.

I.2. Etapas de la vida espiritual

San Juan de la cruz plantea una división de la purificación


de los sentidos y del espíritu. Es una división sencilla. Habla
de “purificación activa” y “purificación pasiva”, tanto en los
sentidos como en el espíritu:
Noche de los sentidos:
• Noche activa de los sentidos
• Noche pasiva de los sentidos
Noche del espíritu:
• Noche activa del espíritu
• Noche pasiva del espíritu
Si queremos contextualizar aún estos cuatro pasos en la
vida de una persona: antes de ellos se encuentra la conversión
a Dios y después la perfección, la unión con Dios, la santidad
a la que han llegado los santos aún en vida, y que finalmente
es la vida eterna, el cielo.

17
Sanar el alma de la adicción virtual

I.2.1. La purificación de los sentidos


I.2.1.1. Las potencias del alma

Hablamos ahora del organismo psicoespiritual del ser hu-


mano: es decir de las potencias físicas, psíquicas y espirituales
que lo componen. Seguimos usando la imagen del castillo:
tenemos en primer lugar el pórtico, que son los sentidos
externos: vista, tacto, gusto, oído, olfato. Estos sentidos
externos nos ponen en contacto con el mundo exterior. Ellos
tienen diversos objetos según sea el sentido.
Luego tenemos la sala de al lado del pórtico que son los
sentidos internos: imaginación, memoria, cogitativa y sentido
común.15
Dando un ejemplo para que se produzca la idea de
“árbol”, primero es captada con los sentidos externos una
imagen sensible: veo un árbol, su figura, su color, su textura,
luego se produce la elaboración de parte de los sentidos
internos que ‘generan’ el “fantasma” a partir del cual el “inte-
lecto agente” extrae lo inteligible y por un acto espiritual se
produce el concepto universal “árbol”, aplicable a cualquier
árbol. Se trata entonces del resultado final llamado “impre-
sión mental”, “idea” o “concepto” espiritual y universal del
objeto. Así es que nada hay en la inteligencia que no haya
estado primero en los sentidos externos y no haya sido

15 La cogitativa nos ayuda a unir los datos que recibimos de afuera y une
todos los sentidos. La imaginación nos sirve para hacernos una “forma
inteligible” que abstrae luego la inteligencia para generar el verbo mental o
pensamiento. Su función es contribuir a la realización de los conceptos.

18
Sanar el alma de la adicción virtual

procesado por los sentidos internos. De allí que estos sen-


tidos tienen como función poner la inteligencia en contacto
con el mundo exterior. 16
Además de estas potencias, que son como las más exte-
riores del alma, pues están en estrecha relación con el cuerpo,
tenemos las potencias propiamente espirituales, las potencias
superiores del espíritu, que son la inteligencia y la voluntad.
Entre los sentidos y las potencias espirituales, como uniendo
ambos mundos, se encuentra la afectividad donde residen las
“pasiones” y lo que comúnmente llamamos “afectos” o tam-
bién “sentimientos”.

I.2.1.2. Tipos de bienes objeto de los afectos

Para entender mejor la purificación de los afectos debe-


mos primero distinguir tres tipos de bienes:
a) bien útil, que es todo aquello que nos sirve para vivir
en este mundo: el dinero, la casa, un auto, una bicicleta, un
celu-lar, todo lo que ‘usamos’. El bien útil está en el nivel
inferior de bondad respecto de los demás bienes;
b) bien deleitables, en segundo lugar, y en orden superior.
Es el bien objeto del apetito concupiscible o pasiones;17

16 Los sentidos internos son el camino de espiritualización de los datos


recibidos por los sentidos externos para que los pueda abstraer la
inteligencia. A través de la cogitativa la inteligencia abstrae y produce el
concepto mental.

19
Sanar el alma de la adicción virtual

c) bien honesto, que es el bien en sentido más elevado,


que residirá en la inteligencia y la voluntad. Bien honesto es,
por ejemplo, cuando hacemos una obra de bien, de caridad,
cuando actuamos con justicia, practicamos la virtud de la pru-
dencia, de la templanza. El bien honesto nos permite hacer
obras meritorias para la salvación, para el cielo; por ello es el
“bien moral” propiamente dicho. Y bien honesto es la amis-
tad, la caridad, la misericordia, la piedad. El Bien honesto
supremo al que debe aspirar todo ser humano es el mismo
Dios, Suma Bondad, Causa y Fin de toda bondad.

I.2.1.3. Bienes y pasiones o afectos del alma

En los bienes útiles no deberíamos gozarnos, porque


están por debajo incluso de los deleitables. Por eso se suele
decir que quien se goza en los bienes útiles: en el auto, la casa,
en el celular, en el dinero, es, en cierto modo, un perverso.
Esto en el sentido de un desorden profundo, pues el objeto
de gozo de la afectividad está por encima de los bienes útiles.
Por ello a los bienes útiles se los debe apreciar solamente en
la medida en que nos sirven a una vida virtuosa y decorosa, a
mantener nuestras relaciones humanas, a darles sustento y
estudio a los hijos. Es decir que deben ser valorados en cuan-
to que contribuyen a nuestro desempeño laboral y familiar y
nos sirvan para desarrollar convenientemente nuestro deber
de estado.

17 Se relacionan con la conservación de la especie y la conservación de la


propia vida: tienen que ver con la alimentación y la procreación.

20
Sanar el alma de la adicción virtual

Las pasiones o afectos del alma tienen que ver con el


grado de “bien deleitable” que constituye su objeto propio.
Los afectos o pasiones son: en el afecto concupiscible: amor
ante un bien presente. Ante un mal presente: el odio. Ante un
bien posible el deseo, ante un mal posible, el rechazo o aver-
sión. Ante un bien presente actual el gozo, ante un mal pre-
sente actual el dolor. En cuanto al afecto irascible: la esperan-
za cuando aspiramos a alcanzar algo, o la desesperación
cuando no podemos alcanzar ese bien. La audacia cuando es
necesario un gran esfuerzo para alcanzarlo, o la fuga cuando
es necesario huir para evitar el mal. Y ante un mal presente
cuando no se puede evitar, aparece la ira, que no tiene ningún
contrario.
Lo ejemplificamos con el alimento: si gozo de salud tengo
apetito y “amor” al alimento. Cuando tengo hambre “deseo”
el alimento. Cuando como, tengo “gozo” y “deleite”. Si no
como, tengo “tristeza” respecto de este bien ausente. Si un
alimento me cae mal o no me gusta absolutamente, puedo
tener “aversión” o incluso “odio”. Y si me lo quieren impo-
ner pudiera darse el caso que el apetito irascible me impulse a
la “fuga”, cosa común en los niños que en todo caso lloran y
no quieren comer. Podemos ver que estas pasiones están en
la cotidianeidad de nuestra vida, en las pequeñas o en las
grandes cosas.
Estas pasiones en sí mismas no son ni buenas ni malas.
Dependen del objeto. Si el objeto de deseo es bueno y
proporcionado al bien honesto, serán buenas. Por ejemplo si
un matrimonio desea manifestar su amor mutuo, desean en-
gendrar hijos; u otro ejemplo, cuando se desea saciar el ham-
bre para conservarnos en salud y vida; es decir, cuando lo que

21
Sanar el alma de la adicción virtual

se hace es proporcionado a la finalidad de cada cosa, estamos


dentro del orden racional y de la ley moral, y se tratará enton-
ces de actos buenos
Las pasiones empujan a lograr con gozo y alegría las cosas
buenas que tenemos que realizar o lograr. Ayudan a alcanzar
los buenos objetivos de la vida. Allí aparecen el deseo, la
esperanza, la audacia. También ayudan a huir de los peligros,
a evitar cosas malas para nuestra realización como personas y
en definitiva para nuestra salvación.
Las pasiones también están relacionadas con el apetito
intelectual como el deseo o el gozo de estudiar, de conocer la
verdad sobre la creación, sobre Dios. Incluye el deseo de leer
la Sagrada Escritura, de aprender y contemplar a Dios. En-
tonces se unirán al apetito intelectual, a las potencias espi-
rituales. De este modo las pasiones concurrirán al bien inte-
gral de la persona. Y el hombre y sus pasiones tenderán ínte-
gramente hacia Dios, que es su Causa, su Creador y su Sal-
vador.18

18 Dios es la causa y la finalidad de la vida humana en general y debe ser la


finalidad última de todas las actividades humanas que deben conducir al ser
humano por el camino de la salvación. Los afectos pueden convertirse en
enemigos de ese camino de salvación cuando los objetos hacia los cuales se
dirigen son malos o desproporcionados. Por ejemplo, si tengo afecto al
dinero, hay un desorden en este caso; o cuando se busca un uso desor-
denado de la sexualidad, de la alimentación o de la bebida.

22
Sanar el alma de la adicción virtual

I.3. El daño en las potencias del alma

En Adán y Eva el ser humano quedó mal herido, sobre


todo en la afectividad y la voluntad y también, dice San Ata-
nasio, en la inteligencia que degradó hacia la ignorancia.19 Y si
dibujásemos al ser humano como fue creado: en la parte
superior tendremos la inteligencia, más abajo el corazón signo
de la voluntad y afectividad espiritual, y más abajo las pasio-
nes. Luego del pecado es como si hubiese quedado al revés,
dominado por el impulso de las pasiones, habiendo perdido
el gobierno por parte de la razón.20
Usando un poco libremente el lenguaje de Santa Teresa,
digamos que ha sido dañada el pórtico o puerta de entrada de
nuestra alma, que son los sentidos externos, y también la sala
contigua del pórtico, que son los sentidos internos junto con
la cámara más interior de la afectividad. Luego la cámara
central principal, es decir el espíritu, donde residen la inte-
ligencia y la voluntad, ha sido seriamente vulnerada.
Para sanar las adicciones debe ser restaurada en nosotros
principalmente la entrada y la sala de los sentidos internos y
de la afectividad. Ello es necesario para que podamos entrar a
lo profundo del alma, donde debe habitar Dios.

19 Cfr. San ATANACIO, La encarnación del Verbo. Ciudad Nueva, Madrid


1997, p. 47, p. 60.
20 Podemos pensar que la afectividad “se traslada” hacia lo “espiritual” o
hacia lo “carnal” y por ello en Adán de pie se encuentra con la inteligencia y
la voluntad en el corazón. Pero con Adán patas para arriba, la afectividad se
halla desplazada hacia las pasiones

23
Sanar el alma de la adicción virtual

Los sentidos son buenos en sí, pero pueden ser usados


mal por las potencias superiores para gozar pecaminosamente
de un objeto. Por ejemplo, el sentido de la vista, puedo usarlo
bien, pero también lo puedo usar mal por la curiosidad mal-
sana, muy frecuente en el caso de los artefactos digitales de
imagen; lo mismo dígase del oído, del tacto, y así los demás
sentidos. Muchas de las batallas espirituales el maligno las
gana en la primera y segunda cámara de los sentidos y los
afectos.
Por ello en la purificación de los sentidos deben ser
removidos los apegos a los objetos malos o, dicho más
propiamente, de los objetos buenos, pero que usados en
desmesura o desproporción, se convierten en objetos malos.21
De hecho el veneno está en el uso desproporcionado y no
según razón.22 A no ser que se trate de un intrínseco mal.23

21 Dice la Escritura: “Él ha creado todas las cosas para que subsistan; las
criaturas del mundo son saludables, no hay en ellas ningún veneno mortal”
Sab, 1 ,14.
22 San Máximo el Confesor va a decir que la maldad no está en las cosas
sino en el uso irracional de las mismas: “la pasión irracional tiende
desordenadamente hacia la cosa o idea de la cosa”. Cfr. San MÁXIMO EL
CONFESOR, Tratados espirituales. Ciudad Nueva, Madrid 1997, p. 150.
23 Por ello vamos a hablar del ejercicio de detectar en cuál de estos
sentidos me veo afectado por algún tipo de desorden. Por ejemplo si miro
el celular a cada momento, estoy comprometiendo el sentido de la vista, del
oído. Si veo porquerías en internet, involucro también otros sentidos: la
imaginación, la memoria, y afectan luego la inteligencia y la voluntad. Un
ejercicio provechoso puede ser detectar en alguno de estos sentidos algún
tipo de desorden, para rectificar ante el Señor la intencionalidad al respecto
y pedir al Señor la sanación de dicho o dichos sentidos. Debemos purificar
los sentidos y dejar lugar a Dios en la “vía iluminativa” y luego en la “vía
unitiva”.

24
Sanar el alma de la adicción virtual

San Ignacio de Loyola proponía ya en el siglo XVI, donde


no existía ni televisor ni internet, sanar las antesalas del
espíritu, los sentidos y la afectividad desordenada, a partir de
la meditación y contemplación de los misterios de la vida de
Cristo. Esto lo tenemos que tener en cuenta siempre: cuando
hacemos oración, vamos al Santísimo, rezamos el Santo Ro-
sario, cuando meditamos la Palabra de Dios, cuando par-
ticipamos en la Sagrada Liturgia: vivenciamos los “misterios”
de nuestra salvación. Debemos sanar la imaginación, sanar la
memoria, sanar los afectos en esos misterios.24
De algún modo estos sentidos internos y afectos del alma,
son como sus brazos y piernas: quedamos paralizados si so-
mos dañados allí.
Decimos algo más de la relación de las pasiones y las po-
tencias superiores del alma. Las pasiones en sí mismas no son
ni buenas ni malas, dependen del objeto que las mueva. Si en
nosotros existe la primacía de la inteligencia y la voluntad
adherida al bien, las pasiones son atraídas a cosas buenas:
como dice San Pedro “tengan en cuenta todo lo verdadero,
noble, justo y amable”25 y lo demás, es decir los sentidos
inclusive, tendrán orden y estarán bien usados.
La inteligencia y la voluntad, por acción de la gracia de
Dios atraen a las pasiones al goce y deleite del bien. Por eso la
liturgia de la Iglesia une la inteligencia con la sensibilidad, con
las pasiones y sentidos: el canto sacro, el incienso, las imá-
genes sagradas. La plenitud cristiana tiene que ver con gozar-
nos en el bien. Y entonces estas cosas sensibles son objetos

24 En la Iglesia oriental se llama “misterios” a los sacramentos.


25 Fil 4,8.

25
Sanar el alma de la adicción virtual

legítimos tanto de los sentidos como de las pasiones y en fin


se unen con la verdad de la inteligencia: se glorifica a Dios
con todo el ser.26
Por otra parte tenemos la puerta de los sentidos abierta a
las cosas del mundo. Si aún no se ha llegado a la contempla-
ción en cierto grado de perfección y no se coligen satisfacto-
riamente las cosas con su Causa que es Dios, por allí se puede
introducir el maligno y sus tentaciones.
El maligno tienta con imaginaciones y memorias, o con
datos de los sentidos externos: la concupiscencia que hay en
nosotros le abre las puertas de las pasiones eligiendo objetos
de cosas malas o que están fuera del orden racional. Ello
consume las energías espirituales que deberíamos usar en
conocer la verdad y practicar el bien y la caridad. Y en ello
consiste a propósito el pecado.
Así es que en las primeras etapas de la vida espiritual, la
lucha se debate principalmente en que estas pasiones sean
usadas en el gozo del bien y nos ayuden a hacer obras según
la razón y proporcionadas al bien. Por el contrario si son
arrastradas por malos objetos, u objetos indiferentes, pero
queridos no según recta razón, serán llevadas al goce y deleite
pecaminoso.27

26 “Escucha Israel, el Señor nuestro Dios es sólo uno. Amarás al Señor tu


Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu fuerza” Dt 6, 4-5.
27 Por ejemplo el “adulterio” o la “forniión” es hacer uso de la sexualidad
fuera de su orden racional.

26
Sanar el alma de la adicción virtual

Capítulo II
Purificación de los sentidos
y del espíritu

II.1. Las Noches de la purificación


II.1.1. Noche de los sentidos

Para que llegue a su plenitud el perfeccionamiento del ca-


mino espiritual, el espíritu humano debe pasar la purificación
activa de los sentidos quitando los obstáculos, y luego pasar la
purificación pasiva de los sentidos, cuando habiendo dado
lugar a Dios, su presencia sigue perfeccionando los sentidos y
los afectos en la “vía iluminativa”.
A eso se refiere el libro de Isaías cuando dice que sean
allanados los valles y aplanados los montes y colinas para pre-
parar la venida del Salvador: son los montes de los pecados y
apegos que nos impiden ver al Señor, o los valles de las caren-
cias: de amor a Dios y al prójimo, de oración, de buenas
obras, de virtud.28
En la vía purgativa se debe dar lugar a la luz más fuerte de
Dios. “Purificación activa de los sentidos” hace referencia a
lo que la persona realiza en positivo para que estos afectos se
perfeccionen logrando el dominio de las pasiones. Es el es-

28 Cfr. Is 40,4; Lc 3,5.

27
Sanar el alma de la adicción virtual

fuerzo ascético o también conocido como “ascesis”. A ello se


refiere Jesús cuando dice “conviértanse pues el reino de Dios
está cerca”.29 Hacer penitencia es poner en cuarentena, por
decirlo de algún modo, a las potencias del alma de los excesos
pecaminosos: la avaricia, la idolatría, la lujuria, etc.30
San Pablo a propósito pone el ejemplo de los atletas
quienes hacen ascesis, es decir, se privan de cosas y hacen
ejercicios físicos para tener determinada contextura corporal,
fuerza en determinados músculos según su disciplina. Se trata
de un esfuerzo personal para lograr un efecto físico. Ello,
como dice San Pablo, para ganar una corona que se marchita.
Cuánto más nosotros para ganar “una corona que no se ha de
marchitar jamás”,31 es decir el cielo, la comunión plena con
Dios para siempre.
La purificación activa de los sentidos y afectos es, enton-
ces, lo que uno mismo hace o la privación de ciertas cosas pa-
ra lograr orden y dominio de los sentidos, pasiones y afectos,
y así quitar los obstáculos para que se produzca luego la ilu-

29 Mt 4,17.
30 “Porque del interior del hombre salen los malos pensamientos, los
asesinatos, el adulterio, la inmoralidad sexual, los robos, las mentiras y los
insultos” Mt 15,19. Y San Pablo: “Por tanto, mortificad vuestros miembros
terrenos: fornicación, impureza, pasiones, malos deseos y la codicia, que es
una idolatría”. Col 3,5. “¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino
de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los
afeminados, ni los que se echan con varones, ni los ladrones, ni los avaros,
ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino
de Dios. Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido
santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por
el Espíritu de nuestro Dios. Glorificad a Dios en vuestro cuerpo” 1 Co 6, 9-
11.
31 Cfr. 1 Co 9, 25.

28
Sanar el alma de la adicción virtual

minación divina en la noche del espíritu. Uno mismo debe


quitar los impedimentos para dejar lugar a la gracia que debe
obrar la transformación.
De este modo, se hace necesario dejar el pecado mortal
voluntario. Esta purificación implica que se tenga la ‘firme
voluntad’ de evitar el pecado mortal. No significa que alguna
vez se pueda, desafortunadamente y por debilidad, caer en
pecado, aunque se torna probablemente algo raro y con
supremo pesar del sujeto. Para ello es que existe el sacra-
mento de la confesión. Al menos voluntariamente se debe
estar desapegado del pecado para que se inicie este proceso.
Agregamos aquí que a la noche activa de los sentídos, va a
subseguir la noche pasiva de los sentidos. Pero para que suce-
da íntegramente la noche pasiva de los sentidos, hay que pa-
sar a lo que se llama la noche activa del espíritu, donde se tra-
ta ya de un nivel superior, cuando Dios purifica lo más pro-
fundo del alma.
Cuando esto ocurre, se siguen purificando los sentidos,
afectos y pasiones, de un modo pasivo, como si fuese ‘al res-
plandor’ de la luz divina, con el calor de la gracia de Dios que
comienza a transformar todo el ser del sujeto.
Así es que una vez removidos los obstáculos Dios
infunde su luz en el alma y se produce la noche activa del
espíritu, es decir las cosas que la persona va a hacer y los
obstáculos que va a remover para que la luz de Dios pueda
llegarle de un modo más potente. Finalmente también Dios
va a producir la noche pasiva del espíritu. En esta “noche” la
luz de Dios es como un fuego que lleva al alma a la per-
fección espiritual a partir del amor que consume las malas

29
Sanar el alma de la adicción virtual

pasiones y purifica todo el organismo psico-afectivo-espiri-


tual.
En este punto se comprende la necesidad actual de rea-
lizar la purificación activa mediante un esfuerzo personal de
ascesis o ‘asepsia’ espiritual; es decir, la suma delicadeza nece-
saria para tener limpia y en orden la antesala de la que hemos
hablado. De otro modo no se realizará la purificación pasiva y
se apagará, o quedará disminuido, el amor de Dios en la sala
principal.
Por otra parte, si no se tiene la premura conveniente de
esta etapa, por la “antesala” de sentidos y pasiones se podría
fugar todo el bien espiritual del alma.

II.1.2. Noche del espíritu

Nos enfocamos ahora en la ‘noche activa del espíritu’,


paso previo a la ‘noche pasiva del espíritu’ donde se termina
de perfeccionar la obra de Dios.
En la noche activa del espíritu la persona pone los medios
para hallarse en estado habitual de gracia, de amistad con
Dios. Hace oración, tiene vida litúrgica, misa dominical,
confesión periódica, busca conocer la fe, hace buenas obras.
Luego de ello, según hemos adelantado, es como un bollo de
pan crudo que se pone en el horno y Dios empieza a dorarlo
con el fuego del amor divino. Ese calor puro es la luz de Dios
que la llevará a la perfección en la noche pasiva del espíritu.

30
Sanar el alma de la adicción virtual

La Palabra de Dios purifica y toda esta purificación en la


noche de los sentidos y del espíritu, tiene que estar nutrida
por ella. La Escritura misma dice que la Palabra de Dios es
como una espada de dos filos, “divide lo más íntimo del
alma”.32 ¿Por qué es una espada? Porque acusa los vicios, nos
habla de la virtud, nos muestra los ejemplos de las cosas
buenas que hay que imitar, y nos da también ejemplos de las
cosas malas que hay que evitar. Nos enseña el camino de la
oración y de las buenas obras que conduce a la unión con
Dios. Y la Sagrada Escritura nos muestra la voluntad de Dios
sobre el ser humano a través del Verbo hecho hombre,
Jesucristo.33

32 “Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que


toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las
coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del
corazón”. Heb 4, 12.
33 Cfr. GS 22. San Jerónimo decía que quien desconoce las Sagradas
Escrituras desconoce a Cristo: “Cumplo con mi deber, obedeciendo los
preceptos de Cristo, que dice: estudiad las Escrituras, y también: buscad, y
encontraréis […] Pues, si, como dice el apóstol Pablo, Cristo es el poder de
Dios y la sabiduría de Dios, y el que no conoce las Escrituras no conoce el
poder de Dios ni su sabiduría, de ahí se sigue que ignorar las Escrituras es
ignorar a Cristo.” San JERÓNIMO, Comentario a Isaías, n. 1. CCL 73,1.

31
Sanar el alma de la adicción virtual

II.1.3. Las dificultades en la vida espiritual:

A medida que se desarrollan estas “noches” que purifican


el alma, es normal padecer tribulaciones. Se puede llegar a
pensar: “antes de convertirme me sentía mejor y estaba mejor
que ahora”. Pero no es tan así. Probablemente te sentías me-
jor, en un sentido psicológico, pero no necesariamente se
trataba de un estar mejor en un sentido real.
Cuando se comienza a desarrollar la purificación, la per-
sona puede percibir un estado psico-afectivo en que se siente
mal, pero eso no quiere decir que no esté avanzando. San
Juan de la Cruz, en su escrito Noche Oscura va a decir que la
sequedad del alma que a veces aparece es una etapa normal
del desarrollo de la vida espiritual; lo reporto aquí por su
importancia para comprender el progreso espiritual:
“Porque cuando es de puro humor sólo se va en
disgusto y estrago del natural, sin estos deseos de
servir a Dios que tiene la sequedad purgativa, con la
cual, aunque la parte sensitiva está muy caída y floja y
flaca, para obrar por el poco gusto que halla, el
espíritu, empero, está pronto y fuerte. Porque la causa
de esta sequedad es porque muda Dios los bienes y
fuerza del espíritu, de los cuales, por no ser capaz el
sentido y fuerza natural, se queda en ayunas, seco y
vacío; porque la parte sensitiva no tiene habilidad
para lo que es puro espíritu, y así gustando al espíritu,
se halla desabrida la carne y está débil para obrar. Sin
embargo el espíritu que va recibiendo el manjar, anda
fuerte y más alerta y solícito que antes en el cuidado

32
Sanar el alma de la adicción virtual

de no faltar a Dios; el cual, si no se siente luego al


principio el sabor y deleite espiritual, sino la sequedad
y sinsabor, es por la novedad del trueque, porque
habiendo tenido el paladar hecho a esotros gustos
sensibles, y porque también el paladar espiritual no
está acomodado ni purgado para tan sutil gusto, hasta
que sucesivamente se vaya disponiendo por medio de
esta seca y oscura Noche no puede sentir el gusto y bien
espiritual, sino la sequedad y sinsabor, a falta del
gusto que antes con tanta facilidad gustaba.34
En síntesis, es momento de perseverar y continuar en el
camino “a pesar de”. Esto sucede porque la luz de Dios que se
infunde más fuertemente en el alma, produce una cierta
oscuridad. Y digo “cierta oscuridad” porque en realidad lo
que se produce es como un enceguecimiento del espíritu,
comparable al que produce en el ojo humano la luz directa
del sol meridiano: de hecho el ojo humano sano no puede ver
directamente el sol sin sufrir algún daño o quedar encandilado
u oscurecido. Con más razón el ojo humano enfermo.
Nuestra alma humana y todas nuestras potencias inte-
riores, son como el ojo y además están enfermas por la con-
cupiscencia, por los malos apegos. Cuando llega la luz de
Dios tenemos esta primera noche de los sentidos: las poten-
cias, que decimos están enfermas de frente a la luz de Dios,
entran como en un encandilamiento. Esto ¿hasta cuando?.
Hasta que se realice la purificación perfecta o quasi perfecta
de los sentidos, una vez iniciada y encaminada la otra noche
de la que venimos hablando, la noche del espíritu.

34 JUAN DE LA CRUZ, Noche Oscura cap. 9, n. 3-4.

33
Sanar el alma de la adicción virtual

Volviendo al esquema del castillo: siempre hay que avan-


zar y entrar más hacia adentro hacia Dios sin asustarse. Hay
que ir superando las tentaciones. En la noche de los sentidos
es necesario el esfuerzo de evitar las ocasiones de pecado,
dejar también los malos hábitos. Eso es la ascesis donde uno
se niega los objetos pecaminosos disponiendo el alma a
recibir la luz de Dios cada vez más abundante. Debe privarse
de las cosas ilícitas, pero también de cosas lícitas, que
podemos llamar “prescindibles”, y de ese modo encaminarse
mejor a la transformación de esta “noche”, desprendidos en
cuanto sea posible, de las cosas de la tierra.35
Así es que una vez que están más sanas las potencias
interiores, se ingresa en esta noche más profunda del alma, o
noche del espíritu. Dios comienza a transformar el “ojo” que
es el espíritu y todas las demás potencias, preparándolas para
poder ver a Dios. La luz de Dios irrumpe en el alma, y
aunque sea dada en modo ‘dosificado’ produce dolor y oscu-
ridad, pues choca con nuestra manera natural y limitada de
pensar y sentir, con nuestro espíritu que aún no es apto para
soportar la unión plena con Dios.
Entonces uno puede decir: “qué mal me siento, estoy
como seco, peor que antes de convertirme”. O “no siento ya
las cosas que sentía cuando recién me convertí”; “Dios se
alejó de mí”. En absoluto, esto es un error. Contrariamente
de lo que se piensa ¡estás más cerca de Él y Él de ti! En
realidad poco a poco, si se persevera y se va hacia arriba, se
llegará luego a una paz espiritual mayor e inesperada.

35 La misma finalidad tienen los actos de amor a Dios, la caridad y la


limosna.

34
Sanar el alma de la adicción virtual

Al principio se percibe como un estado de pesadumbre.


Tienes una herida: se está por infectar y no te duele, te hechas
alcohol y te duele, pero te va a sanar esa curación. Lo mismo
al hablar de la luz. Uno empieza a caminar en la fe: “¡qué
lindo..!” y se inicia el proceso de transformación de nuestra
alma: el ojo del alma debe “sufrir” una transformación para
poder ver a Dios.
Es importante tener presente los criterios de discerní-
miento espiritual de San Ignacio de Loyola: si uno está en gra-
cia de Dios, vive en oración y viene esa sequedad: está suce-
diendo algo bueno, es para bien. Dios me hace progresar. En
cambio si se vive en pecado y viene esa sequedad: es porque
se está habitualmente en pecado. Hay que cambiar, hay que
dejarlo. Pero si uno está en gracia, no hay que cambiar, sino
que hay que perseverar.
Otro criterio de San Ignacio es que las mociones del
Espíritu de Dios en el alma del justo son como una gota de
agua que cae en una esponja, mientras que las mociones del
maligno en el justo son como una gota de agua que cae en
una piedra.36
Esto vale especialmente, por ejemplo, para los adoradores
perpetuos del Santísimo y también para los religiosos. Co-
mienza la luz de Dios a purificarlos de inmediato y se asustan
“tengo tentaciones cuando voy al santísimo”, “siento como
una angustia”. Y muchos dejan de adorar o abandonan la

36 “En los que proceden de bien en mejor, el buen ángel toca dulce, leve y
suavemente, como gota de agua que entra en una esponja; y el malo toca
agudamente y con sonido e inquietud, como cuando la gota de agua cae
sobre la piedra; y a los que proceden de mal en peor, tocan de contrario
modo” Ejercicios, n. 335.

35
Sanar el alma de la adicción virtual

oración y, lamentablemente, hasta la vida religiosa, no dán-


dose cuenta que la acción del “Sol” que es Cristo vivo los está
purificando con su luz divina. Usando otra imagen similar: se
encuentran en la penumbra del amanecer que precede la luz
del día. En todo caso conviene consultar un sacerdote para
no errar ni tomar decisiones apresuradas.
Debemos hacer a esta altura una aclaración. Todo esto
está relacionado con el estado propio de vida. Este camino no
se da solamente en la vida espiritual de los monjes o monjas,
sino que es un proceso común a la vida de todas las personas.
¿Qué sucede si esta purificación se realiza y se pasa esta
etapa de prueba? La vida espiritual se vuelve más agradable,
llevadera y deleitable y se logra un sano desprendimiento de
las cosas mundanas con un florecimiento de todas las
virtudes y buenas obras, aunque nunca falten pruebas como
dice Santa Teresa hablando de las Cuartas Moradas.37 Pero uno
vive aquí como si ya no viviera: los cristianos viven en el
mundo pero como si no fueran del mundo.38 El espíritu va a
estar más en Dios. Las cosas van a tomar otra dimensión.39

37 Cap. 1 n. 3.
38 : “Viven en la carne, pero no según la carne. Viven en la tierra, pero su
ciudadanía está en el Cielo” dice la Epístola a Diogneto cap. 5-6. Y Santa
Teresa en una poesía: “vivo sin vivir en mí y tan alta vida espero que muero
porque no muero” Santa TERESA DE ÁVILA, Obras Completas, transcr.
intr. y notas Efrén de la Madre de Dios O.C.D. y Otger Steggink, O. C.,
BAC, Madrid 1982, p.502.
39 Allí se aplica aquello: “ustedes son la sal de la tierra, y la luz del mundo”
(Mt 5, 13). Quizás el mundo está tan mal en parte porque no hay cristianos
santos, que hayan pasado estas etapas de la vida espiritual y sean sal y luz.

36
Sanar el alma de la adicción virtual

Capítulo III
Noche activa de los sentidos
y purificación de los afectos

Hemos dado un panorama general de las etapas de la vida


espiritual. Venimos tratando el tema de la purificación de los
sentidos y del espíritu. Pero aquí hacemos como un retroceso
en la temática yendo nuevamente al tema de la “noche activa
de los sentidos”, pues es allí donde se puede contextualizar la
“adicción virtual”.
Hay que tener en cuenta que normalmente, una vez reali-
zada la purificación, una vez sanados los vicios, incluyendo el
de la adicción virtual, nos encaminaremos por gracia de Dios,
a la santidad y unión con Dios.

III.1. Afectos desordenados y vicios:

Es necesario detectar en nuestro interior esas cosas que


son como “garrapatas espirituales”. Se trata de “objetos” o
“cosas” que a raíz del afecto desordenado hacia ellas me para-
lizan en el avance del crecimiento espiritual. Puede ser apego
a los bienes materiales, a la comida en exceso, a la vanidad, al
fútbol. Hay otros apegos peores: garrapatas mayúsculas:

37
Sanar el alma de la adicción virtual

apego al juego de azar, a la pornografía, a la prostitución, al


adulterio.
Principalmente con estas últimas se debe realizar una
especie de “cirugía espiritual” para poder arrancarlas de cuajo.
De lo contrario te consumirán y terminarán contigo y con
todo lo que más amas.40 También, según la propia capacidad,
hay que luchar con las garrapatas menores, apegos menos
gra-ves o menos nocivos.41
Además, hay cosas buenas a las cuales quizás estamos
apegados en modo desordenado. Por ejemplo los bienes ma-
teriales que poseemos, o los seres que tenemos alrededor,
pues sólo Dios merece la adhesión absoluta de nuestra inte-
ligencia y voluntad. Con esto no queremos decir que no se
deban apreciar las cosas en su justa medida o no se deba
querer a los familiares y amigos, sino que se deben querer
bien, según Dios. Si nuestra actitud hacia las cosas y el amor a
nuestros seres queridos es ordenado, hay incluso mayor posi-
bilidad de suceso, también en las relaciones humanas.42

40 Los pecados en general son sanguijuelas espirituales que chupan la


energía vital del alma y la van debilitando al punto de poder dejarla
totalmente muerta.
41 Los autores espirituales dicen que el pecado venial debilita el alma y
puede prepararla para caer en pecados mayores. Y San Juan de la Cruz dice
que un pajarito no puede volar tanto si está atado con una gruesa cadena
como por un delgado hilo.
42 Cuando celebro un casamiento les digo a los novios que ya no son dos
sino tres a partir de ahora: en todos lados y en toda circunstancia va a estar
el Señor entre ellos. El amor a Dios primero, a la familia luego. Ese orden
nos ayuda a prevenir un mal, que son los celos: porque allí el amor es
desordenado. Pienso que todavía no se ha entendido profundamente qué es

38
Sanar el alma de la adicción virtual

Ordenar por tanto las cosas buenas: tengo casa, trabajo,


salud, pero debo tener presente que no son un bien absoluto.
Como fue el caso de Job.43 Porque a veces Dios, en estas
cosas que son lícitas, es donde prueba la “madera” de sus
discípulos: de qué estamos realmente hechos. ¿Por qué yo
que soy tan católico, que voy a misa tengo un hijo con capa-
cidades diferentes, un hijo adicto, me va mal en el ámbito
económico, etc.? Son algunas preguntas frecuentes de los
fieles.
En el caso de Job: Dios le dijo al maligno: “no viste mi
siervo Job, ninguno es como él” y el maligno le dice: “eso
porque lo has llenado de todo tipo de bienes: quítale algo y
verás cómo te maldice”.44 Y entonces empiezan los males so-
bre las ‘pertenencias’ de Job: primero su salud, luego sus bie-
nes y por último sus hijos. Pero Job no maldijo a Dios. En
realidad lo bendijo: “el Señor me lo dio y el Señor me lo
quitó, bendito sea el Señor. ¿Si aceptamos de Dios los bienes
no vamos aceptar los males?45 Por eso dice San Ignacio de
Loyola en el “Principio y Fundamento” de los Ejercicios: no
querer mas pobreza que riqueza, salud que enfermedad,
honor que deshonor:
“Por lo cual es menester hacernos indiferentes a
todas las cosas criadas, en todo lo que es concedido a
la libertad de nuestro libre albedrío, y no le está

el matrimonio. Un poco de celos hay que tener, pero la desproporción no


es buena.
43 Cfr. Job 2, 10.
44 Job 1, 11.
45 Conozco una persona que estuvo muchos meses postrada, y decía: “si
esto me sirve para llegar al cielo, bendito sea Dios”.

39
Sanar el alma de la adicción virtual

prohibido; en tal manera, que no queramos de nues-


tra parte más salud que enfermedad, riqueza que po-
breza, honor que deshonor, vida larga que corta, y
por consiguiente en todo lo demás; solamente de-
seando y eligiendo lo que más nos conduce para el fin
que somos criados”.46
En tercer lugar debemos voluntariamente elegir aquello
que más nos conduzca a la salvación y a la perfección de la
caridad. Si me ofrecen un trabajo, por ejemplo, donde yo sé
que por estar lejos seguramente pondré en riesgo la integridad
de mi familia, si realmente puedo dedicarme a otra cosa aun-
que no tenga tanto beneficio económico, deberé renunciar al
beneficio extra para salvaguardar un valor más alto que es
mantener unida mi familia.47
Volvamos a los ‘sapos’ y las ‘garrapatas’. Quizás creemos
que en nuestro interior está todo en orden, pero hay “sapos”
que sacar de dentro. Me refiero a los malos apegos.
A veces los “bichos” están ahí, pero hay que ponerlos a la
luz de Dios. Nos acercamos a la luz de Cristo y se mani-
fiestan. Van a salir apegos desordenados, sapos o garrapatas,
que no son sólo los demonios, sino los pecados. El pecado es
podredumbre, infección del alma. Es un cáncer que hasta
puede matar el alma. Debemos iluminarlo con la Palabra de
Dios, con la gracia de Dios.

46 Ejercicios 23.
47 Ciertamente la prudencia debe ser la virtud que dirija nuestras decisiones
teniendo en cuenta las circunstancias concretas y las consecuencias de mis
decisiones.

40
Sanar el alma de la adicción virtual

Los pecados debemos largarlos o, permítaseme decirlo,


“vomitarlos”, con la confesión. No quiere decir que después
no te van a rondar: pero vas a estar más armado. Dicen los
Padres del desierto: hay que vivir con Dios y de vez en
cuando te va a rondar el maligno molestando, en vez de vivir
con el maligno, y de vez en cuando viene Dios y se tiene que
volver a ir a causa de la mala disposición.
Es necesario darle lucha a estos apegos desordenados. Es
como si tuviésemos un enemigo que no vemos porque está
encima de nosotros: entonces hay que empujarlo para poder
luchar contra él. Si somos una sola cosa con el pecado, no
luchamos y no hay posibilidad de vencer.48
Para nuestro consuelo, San Agustín va a decir que es
preferible ir cojeando por el camino y no corriendo fuera de
él; sus palabras son de mucho provecho:
“Efectivamente, si Él [Cristo] no hubiese querido
ser camino, estaríamos siempre extraviados. Así,
pues, se hizo camino por donde ir. No te digo: «Bus-
ca el camino». El camino mismo ha venido hasta ti:
levántate y camina. Camina con la conducta, no con
los pies, pues muchos caminan bien con los pies,
pero mal con la conducta. De hecho, los mismos que
ca-minan bien a veces corren fuera del camino.
Hallarás, sin duda, hombres de una vida recta que no
son cristianos. Corren bien, pero no por el camino.
Cuan-to más corren, más se extravían, puesto que se
alejan del camino. Ahora bien, si esos hombres llegan
al camino y se mantienen en él, ¡qué gran seguridad,

48 De los Apotecmas de los Padres del desierto.

41
Sanar el alma de la adicción virtual

puesto que corren bien y no se extravían! Si, por el


contrario, no se mantienen en el camino, por muy
bien que anden, ¡cuánto hay que compadecerlos! En
efecto, es preferible ir cojeando por el camino que
caminar con energía fuera de él”.49

III.2. Desorden de las pasiones y adicciones

Hemos dicho que las pasiones tienen que ver con el obje-
to y es el objeto el que determina la bondad o menos de las
mismas.
Se puede, por ejemplo, tener amor desordenado por la
comida. Podemos recordar el supuesto caso de los romanos
aburguesados que comían hasta tener que provocarse ellos
mismos el vómito por el simple placer de comer.50 Se trataba
ciertamente de un desorden del apetito, pues no era ni amor
ordenado, ni deseo, ni gozo ordenado. No era satisfacer el
apetito de conservarse en vida, sino un exceso vicioso. Lo
mismo ocurrió cuando el pueblo de Israel murmuró contra
Dios porque, según ellos mismos dijeron, estaban “hartos de
ese pan miserable”,51 refiriéndose al maná. Y Dios les envió
carne que ellos comieron hasta tener un cólico por el

49 Sermón 141 n.4.


50 Suetonio por ejemplo trae un testimonio sobre el emperador Claudio en
la Vida de los Doce Césares.
51 Num 21, 5.

42
Sanar el alma de la adicción virtual

exceso.52 Ese amor desordenado al alimento es entonces


pecaminoso.
Puede suceder también con la sexualidad. Dios hizo todo
bueno pero puede existir el apetito desordenado y despropor-
cionado al placer sexual, hasta convertirse en una verdadera
“adicción al sexo”.53
De igual modo la bebida, el tabaco o incluso cosas más
serias, como pueden ser el consumo de sustancias que alteran
severamente el sistema nervioso, las sustancias alucinógenas,
comúnmente conocidas como drogas. Pueden estar compues-
tas por elementos similares a los de los medicamentos, pero
utilizadas con otro fin: el de la embriaguez, que las convierte
en dañinas. Del mismo modo las adicciones virtuales de las
que nos ocupamos.
La adicción es entonces un mal uso de las cosas, un uso
desproporcionado y dañino. La persona pierde el dominio no
sólo de los sentidos y pasiones, sino también de la voluntad.
La inteligencia queda paralizada y totalmente a la buena de
estos impulsos viciosos y adictivos.
Este desorden en los afectos y pasiones hace que se pier-
da la racionalidad, que es lo propio del ser humano: ser señor
de las cosas, como dice el Génesis, cuando Dios dio a Adán
el gobierno de la creación.54 El afecto será bueno cuando su
objeto sean cosas buenas, en su debido orden y proporción, y
todo ello debe estar regulado por la razón.

52 Cfr. Num 11, 18 ss.


53 Cfr. Miguel A. FUENTES, La trampa rota, introducción. E.V.E., San
Rafael, 2007, p. 10.
54 Cfr. Gn 1, 11.

43
Sanar el alma de la adicción virtual

Por otra parte en el ámbito de las adicciones que tienen


que ver con sustancias, hay una fuerte componente física y
corpórea que no puede ser desestimada. Seguramente reque-
rirá, a la hora de iniciar un proceso de sanación, de la ayuda
en el ámbito psicosomático: del orden psicológico, médico o
psiquiátrico, sin descuidar la ayuda espiritual.
Para las adicciones virtuales, además de la ayuda espi-
ritual, puede que en algunos casos sea conveniente la ayuda
de un buen psicólogo comprometido con dicha problemática.
Se debe poder dominar el llamado síndrome de abstinencia
presente en toda adicción.55

55 Un psicólogo que tenga una sana antropología y el sentido de apertura a


lo sobrenatural, como puede ser de la escuela de la Logoterapia. Hay
también en Argentina una nueva, podemos decir, “escuela” de Psicología
católica: cfr. Andereggen I., Antropología profunda, EDUCA, Buenos Aires,
2008. Andereggen I. (en colaboración), Bases para una psicología cristiana, en
A. V., Bases para una Psicología Cristiana, Actas de las Jornadas de Psicología y
Pensamiento Cristiano del 27 y 28 de agosto 2004 en la Pontificia Universidad
Católica Argentina, EDUCA, Buenos Aires 2005.

44
Sanar el alma de la adicción virtual

Capítulo IV
La adicción virtual

IV.1. Contexto de la adicción virtual

Considero que el naufragio del ser humano en la moder-


nidad y postmodernidad, del que todos nos percatamos, se ha
realizado, entre otras cosas, por dos, llamémoslas, “averías
antropológicas”. La primera en la inteligencia, a través del
error del ateísmo, el pragmatismo, el materialismo y el empi-
rismo cerrado a la trascendencia: cerrando el horizonte a la
fe.56 El hombre recluso en sí mismo, sin un vínculo con
Quien es su causa, queda como colgado de la nada, o en un
tobogán que lo conduce al vacío.
La segunda en los afectos y pasiones y en la voluntad.
Poniéndonos en línea con el Papa Benedicto XVI debemos
decir que se ha producido una especie de radical “revolución
antropológica”57 y pienso que produce un destructivo “cam-
bio antropológico” y en ello parte de la problemática se la
lleva la imagen virtual.58

56 Según ellos es verdad sólo aquello que podemos comprobar empíri-


camente, es decir por experiencia.
57 Papa BENEDICTO XVI, Discurso de a la Curia Romana con motivo de la
Navidad, 2012.
58 Cfr. ABUD D., cit. “El hombre a imagen y semejanza de la máquina”,
p. 56 ss.

45
Sanar el alma de la adicción virtual

Ese “mundo virtual” puede distanciar la persona del


mundo real, dañando principalmente los sentidos internos. La
adicción virtual lesiona la libertad al dejar la voluntad para-
lizada. Considero que se ha convertido en la gran esclavitud
contemporánea.
Hablando con propiedad “imagen virtual” no es sola-
mente la imagen objeto del sentido de la vista, que aparece en
la pantalla. Es el conjunto de elementos, incluida la imagen, el
sonido, etc., que componen un contenido virtual. Pero ade-
más la componen la percepción interior de la persona res-
pecto de dicho contenido, los estímulos y sensaciones interio-
res de quien ‘consume’ el contenido virtual. Dicha percep-
ción involucra tanto los sentidos externos como los internos,
e incluso la inteligencia y la voluntad.59
Debemos comprender el contexto de la adicción a la ima-
gen virtual o, llamémosla simplemente, “adicción virtual”.
Hemos dicho que además de la avería del pecado original, el
hombre postmoderno, es decir nuestra generación, ha sido
gravemente vulnerado en sus facultades internas: la ima-
ginación, la memoria y la afectividad. Y ciertamente no han
quedado inmunes las potencias superiores, la inteligencia y la
voluntad.

59 Con otras palabras podemos decir que ‘imagen virtual’ hace referencia a
impresiones sensibles no solamente del ámbito del sentido de la vista sino
de todos los sentidos y a la imagen interior o “fantasma” de los sentidos
internos con todo tipo de percepciones a partir de una imagen virtual
externa proveniente principalmente de una pantalla y del sonido asociado a
la misma.

46
Sanar el alma de la adicción virtual

La vía purificativa entonces, según el esquema de los teó-


logos espirituales,60 hoy implica una sanación profunda y que
abarcará todos los sentidos externos e internos y la afecti-
vidad completa del hombre, incluida la voluntad. Ello redun-
dará luego en la salud de la inteligencia y del ser humano en
su integridad.
Para pasar esta etapa de purificación hoy hace falta un
esfuerzo especial. Y luego de superados estos escollos la per-
sona jamás deberá descuidarse, porque siempre estarán al ase-
cho estos enemigos del crecimiento espiritual. Dicho cre-
cimiento es necesario para la plenitud humana y la salvación.

IV.2. Adicción virtual y relaciones virtuales

De entre los bienes que hemos hablado, el celular inte-


ligente categoriza como ‘bien útil’. Sin embargo posee una
ductilidad y versatilidad increíbles. Puede tomar virtualmente
el lugar de bien deleitable, y me atrevo a decir que puede
simular incluso el bien honesto. Tal es el caso de las amis-
tades virtuales que sólo existen en la red, pero no en el mun-
do real. Sucede entonces que este artefacto puede abarcar
fácilmente los distintos tipos de bienes, se puede convertir en
objeto de deseo, de placer, de gozo, ciertamente virtuales.
Incluso puede pasar a ocupar el lugar que deberían ocupar

60 Es decir la purificación de las potencias para dar lugar a la gracia de


Dios. Para que la luz de Dios ilumine -vía iluminativa- y se pueda realizar la
unión con Dios -eso es la santidad o vía unitiva-.

47
Sanar el alma de la adicción virtual

personas, relaciones humanas auténticas, es decir el lugar del


bien honesto.61
Si todas mis relaciones humanas se basan solamente en lo
que nos escribimos en los grupos, o lo que hablo a través del
celular, y no propicio los encuentros interpersonales reales,
¡atención!. Si me sucede que estoy todo el día sin el celular, y
no hay red, no hay señal, y me empiezo a desesperar, quizás
esté en proceso de adicción.
Considero muy dañina la costumbre de ir a dormir llevan-
do el celular. Ya no es la esposa, el esposo, los hijos, ya no
son las oraciones de la noche, no es Dios, ni el Evangelio, ni
un libro, sino que es el celular el que tiene la atención de los
últimos pensamiento y quizás también de los primeros del día
siguiente.
Si a esto le agregamos que, como está comprobado, lle-
varse una pantalla a la cama produce insomnio. Y si es de no-
che y antes de dormir se comienza a ver las redes sociales, se
continúa por las noticias, se sigue con los videos graciosos y
luego, cuando ya no queda nada por ver y no se puede con-
ciliar el sueño, se puede caer fácilmente en ver cosas inmo-
rales. Y puede que una persona se amanezca sin haber pegado
un ojo. Ahí tenemos la cadena completa viciosa y adictiva; esa
es la que llamamos “adicción a la imagen virtual” o simple-
mente “adicción virtual”. De hecho el internet y todas las
redes sociales y los juegos en red, como también las páginas
de videos como youtube, etc., tienen esa, valga la redundancia,
“virtual infinitud”. “Virtual” en este caso equivalente a “po-

61 Puede suceder que dos personas son amigas en “face”, y luego en la


calle no se saludan. Son relaciones virtuales, no propiamente humanas.

48
Sanar el alma de la adicción virtual

tencial infinitud”, porque en realidad no se trata de algo


infinito, aunque en la práctica sí lo es para la capacidad
humana. En el dinamismo de curiosidad, interés, búsqueda,
conocimiento, nueva curiosidad, nueva búsqueda, nuevo
conocimiento, no hay potencialmente límites.62
La adicción virtual además tiene la particularidad de que
involucra prácticamente casi todas las facultades físicas, psí-
quicas y espirituales del ser humano: al menos la vista y el
oído de los sentidos externos, la memoria y la imaginación de
los internos. Las pasiones: el irascible (piénsese en las discu-
siones en las redes o en los juegos en red). El concupiscible si
se tratara del llamado flirteo o la muy adictiva pornografía. La
inteligencia y la voluntad quedan fatalmente involucradas,
siendo dominadas por los impulsos descontrolados de los
sentidos y pasiones.
De frente a todo esto, en primer lugar se debe detectar la
adicción o la proximidad de la misma: si no puedo dominar
mi impulso a mirar, a buscar páginas, o a dejar de ver, etc.,
probablemente ya estoy en un proceso adictivo, aunque no
necesariamente sea ya un adicto. Es importante detectar el
síntoma para poder propiciar el remedio.63

62 ¿Quién de nosotros en algún momento no googlea algún video de algún


tema de interés en youtube? Pero ello debe realizarse con objetivos claros y
provechosos, y no estar librados a la buena de “lo que pinta” como dicen
los adolescentes. Debo estar atento de no desperdiciar inútilmente tiempo y
energías que son muy valiosos.
63 Si estoy la mayor parte de mi día o de mi tiempo libre ‘metido’ en el
celular o la PC, en las redes sociales o páginas, probablemente soy un
adicto. En la adicción no solamente no se domina el impulso, sino que
tampoco se puede dejar de consumir “material virtual”, ya sea imagen,
información, datos, contactos, todos virtuales.

49
Sanar el alma de la adicción virtual

Se habla que hay una recompensa afectiva, pues se segre-


gan hormonas del placer con cualquier adicción64 y también
en el caso de la virtual. De hecho no habría adicción si no
causara alguna recompensa o disfrute. Pero el círculo vicioso
hace que al no consumir dicha “droga virtual” la persona cai-
ga en el desánimo y en la necesidad de consumir para “sen-
tirse bien”.
Sin entrar por ahora demasiado en la valoración moral,
digamos que este sentirse bien, será un estado aparente y pa-
sajero, y desaparecido el objeto de adicción volverá la desa-
zón y soledad espiritual y afectiva.
A continuación daremos pautas para salir de la “cadena
de caída” propia de la adicción virtual.

64 Ver infra artículo sobre “la caja de madera” del inventor de facebook.

50
Sanar el alma de la adicción virtual

Capítulo V
Sanar la adicción virtual

V.1. ¿Cómo sanar?

Es necesario desactivar lo que hemos querido llamar


“cadena de caída virtual”. Se debe romper el proceso que
lleva de una cosa a la otra en la adicción virtual, rompiendo
eslabones de la cadena.
Es fundamental este “quiebre” en el proceso que desen-
cadena las caídas continuas, lo que incluso en el lenguaje de
los jóvenes actuales se conoce como “vicio”. Ésta es la cabe-
za de la serpiente: la concatenación virtualmente infinita de
objetos que producen la “cadena virtual adictiva.”
Descabezando la ‘serpiente’ quedarán seguramente resa-
bios, pero se podrá iniciar la sanación que, sin duda, es po-
sible ayudados por la gracia de Dios y por actitudes y dis-
posiciones personales que contribuirán en definitiva a la
recuperación de la libertad. Y si fuese el caso de alguna reca-
ída, que probablemente y en gran medida será por inercia, po-
drá levantarse con facilidad. Esto irá en continua mejoría si se
rompe dicha cadena y se inicia un “plan” de recuperación.

51
Sanar el alma de la adicción virtual

Se debe ser entonces muy objetivo detectando dónde ini-


cia la concatenación y se deben cambiar los hábitos plani-
ficando dicha la recuperación.65
En la práctica, por ejemplo con el celular no estar con-
tinuamente mirándolo. Ponerse un tiempo específico. Que no
sea el celular como el primer ‘pucho’ de los fumadores, cuan-
do apenas se levantan. Dejarlo para luego de las actividades
de aseo, orden de la habitación, oración.
Es de suma conveniencia no mirar cada mensaje que lle-
ga, y para eso se lo puede programar para que no suene con
cada mensaje. Buscar de usarlo para lo estrictamente nece-
sario. No llevarlo a la mesa, es algo fundamental, porque, co-
mo con cada vez mayor frecuencia sucede, si cada uno está
con su celular, se pierde la riqueza del relacionarse humana-
mente en el almuerzo o cena.
Evitar absolutamente llevarlo a la cama. Por eso es con-
veniente proponerse luego de determinado horario, las 22, o
las 23 hs., no responder mensajes para evitar “engancharme”
y caer en el insomnio.
Si tengo insomnio, no por causa del celular, debo evitar
ponerme a ver el celular: un buen libro, un rosario te harán
dormir rápidamente, cosa que quedará excluida si tomas el
celular entre tus manos.
¿Te acuestas tarde o no duermes bien?¿Se te pasan las
horas mirando tonterías? ¡no te darás cuenta al ritmo que

65 Creo que es principalmente en este punto donde puede ayudar el buen


psicólogo.

52
Sanar el alma de la adicción virtual

pasan las horas! porque eso produce la adicción virtual, algo


similar al efecto procurado en los casinos para que a la gente
se le pase el tiempo sin saber cuánto han estado allí.
Evitar las redes sociales innecesarias que te hacen perder
tiempo o poner en riesgo tu integridad moral. Desaconsejo
absolutamente facebook o instagram como “vidriera” para la
promoción personal.66 Pienso que estas redes pueden ser bien
utilizado con fines laborales o apostólicos. En tal caso implica
que las relaciones propiciadas deban ser realmente virtuosas.
Usar whatsapp para lo estrictamente necesario. Evitar los
juegos en red, sumamente adictivos y en definitiva nocivos
por la pérdida de tiempo y energía que debiera emplearse en
el estudio, en el trabajo o en las auténticas y virtuosas rela-
ciones humanas familiares, de amistad, laborales.
Si miras noticias, busca de ver sólo un periódico interna-
cional o nacional y si quieres otro provincial o local, sin nave-
gar por todos los periódicos posibles: perderás tiempo y te
empacharás de cosas negativas. Debes comenzar a ser dueño
de tus horarios y de tus actitudes. Debes poner orden no sólo
interior, sino también exterior.67

66 Cfr. J. ABUD, cit. “Pudor y exposición”, p.193ss.


67 Daremos luego algunos tips prácticos también respecto del orden
exterior. Debo confesar que personalmente he optado por no tener celular
inteligente (es decir Smartphon), sino uno tradicional con teclas “reales”.
No tengo redes sociales ni whatsapp. Llamo a mis amigos o familiares
directamente como se dice “por teléfono”. Sí uso el “primitivo” correo
electrónico y leo algún diario digital todos los días. De vez en cuando me
permito algún videíto de youtube de folklore o humor sano, estilo “Luis
Landrisina”. Es una elección muy personal y reconozco que la mayoría no
optará por ella. A mí me ha dado buen resultado: libertad, paz, relaciones

53
Sanar el alma de la adicción virtual

Y como para ejemplificar, quiero terminar este punto con


una noticia curiosa del creador de facebook, quien no se ha
podido sustraer de las dificultades del smartphon de su mujer
que ha tenido problemas a la hora de poder conciliar el sue-
ño. Reproduzco el artículo completo por la trascendencia del
tema:

La caja de madera que Mark Zuckerberg inventó


para que su mujer duerma mejor por las noches: 68

“Y no, no es entrar a facebook a revisar sus noti-


ficaciones. Según explicó en un post de instagram , su
mujer, la pediatra y filántropa Priscilla Chan, tiene difi-
cultades para conciliar el sueño desde que la pareja
tuvo a sus dos hijas. "Ser madre es duro", expli-
có Mark Zuckerberg . "Desde que tuvimos a las niñas
Priscilla ha tenido muchos problemas para dormir".
"Se despierta y mira la hora en su teléfono para ver si
las niñas se van a despertar pronto, y cuando ve la
hora se estresa y no puede volver a conciliar el sueño".
"Así que decidí construir 'una caja de dormir'". No
tiene pantallas. Es, de hecho, muy poco tecnológica.
Se trata de una caja de madera que el creador de
facebook colocó en la mesilla de noche en vez del
celular. Esta caja emite una tenue luz en la parte

más naturales podemos decir. Considero que soy “vegano de redes


sociales”; no sé qué nombre se puede usar para los que no usamos redes
sociales para comunicarnos.
68 LA NACIÓN, 1 de mayo de 2019.

54
Sanar el alma de la adicción virtual

inferior entre las seis y las siete de la mañana. "La luz


es lo suficientemente visible como para que si la ve
sepa que es hora de que uno de nosotros vaya a ver a
los niños, pero lo suficientemente débil como para que
no la despierte si todavía está durmiendo", explica Zu-
ckerberg. De esta forma, si se despierta por la noche y
la luz está apagada, puede seguir durmiendo tranqui-
lamente, pero sin el estrés que le provocaba mirar el
celular para ver qué hora era. "Este invento ha fun-
cionado mucho mejor de lo que esperaba y ahora
Priscilla puede dormir por la noche", aseguró el
creador de facebook. Quita el celular antes de
dormir: Todos hemos experimentado alguna vez ese
círculo vicioso de no poder dormir por la noche y
revisar el celular, que hace que se profundice nuestro
insomnio. Los expertos del sueño avisan que este pro-
ceso disminuye considerablemente la calidad del
sueño. Esto se debe a la luz de las pantallas del dispo-
sitivo, que el cerebro lee como luz diurna. Esto
suprime la melatonina, la hormona relacionada con los
ritmos circadianos saludables. "Como ingeniero, cons-
truir un dispositivo para ayudar a mi pareja a dormir
mejor es una de las mejores maneras en las que puedo
expresar mi amor y gratitud", dijo Zuckerberg. "Varios
amigos me han dicho que les gustaría tener algo pare-
cido, así que lo estoy publicando por si acaso le inte-
resa a algún empresario y se anima construir 'cajas de
dormir' para más personas".”

55
Sanar el alma de la adicción virtual

V.2. Ordenar los bienes

Hemos ya dicho que el uso de los bienes útiles y los bie-


nes deleitables debe ser regulado por la razón. Cuando este
orden se invierte, nos dominan convirtiéndose, por así decir-
lo, en nuestros jefes o gobernantes y quedamos reducidos a
esclavos. Si lo esquematizásemos, el ser humano queda patas
para arriba, al revés. En vez de gobernar con la razón, el ape-
go a los bienes útiles y las pasiones dominan, y no se actúa
como ser humano soberano, sino como esclavo. Se actúa,
mas bien, con semejanza a como lo hacen los animales,
aunque la comparación no vale del todo, porque en la natu-
raleza de los seres irracionales está inscripto obrar así.69
Es necesario ser conscientes y poner en orden los bienes
según la jerarquía de que hemos hablado: en lo más alto debe
estar el bien honesto, luego los bienes deleitables regulados
por la recta razón y por último los bienes útiles. La razón y la
voluntad deben dominar por encima de los afectos o pasiones
y sobre los sentidos, que están en el último lugar, más cerca
de lo externo.
En lo más alto del alma, entonces, se debe hallar el bien
honesto, que es el bien proporcionado al ser humano racional
y libre, sin el cual no se puede alcanzar la plenitud humana ni
cristiana que culmina en la salvación.

69 El ser humano al degradarse, al invertir la jerarquía de valores y bienes


que lo movilizan a actuar, al permitir que su inteligencia y voluntad queden
esclavas de las pasiones y bienes útiles, se degrada a algo peor, pues no
responde a su propia naturaleza. Pierde lo que es propio del ser humano,
dominar sobre la creación, dominar sobre su propio ser.

56
Sanar el alma de la adicción virtual

El bien honesto, de hecho, tiene que ver sobre todo con


la inteligencia y la voluntad, pero con la voluntad ordenada.
Practicar el bien honesto implica la apertura al prójimo, la
amistad, el desempeño del deber de estado: ser buen padre,
buen esposo, buen hijo, responsable y honesto en el trabajo o
el estudio etc. También está resumido en el primer manda-
miento del decálogo: amar a Dios sobre todas las cosas, y en
el mandamiento del amor al prójimo de los Evangelios:
“ámense unos a otros como yo os he amado”.70 El bien
honesto entonces debe encabezar la jerarquía de los bienes
que el hombre debe procurar y practicar.

V.3. Cristo “Médico” del alma

Cristo viene a poner al ser humano nuevamente de pie.


Viene a devolverle la luz de la inteligencia: el conocimiento de
Dios por la fe y la prudencia, la firmeza de la voluntad con la
virtud de la caridad y de la justicia; viene a dar también orden
a la afectividad y el dominio de las pasiones con la virtud de la
templanza.
Cristo, al ser hombre perfecto tiene en su alma humana la
visión de Dios. Restaura el hombre desde dentro. Podemos
decir que también viene a sanarnos del “daño” del mundo
virtual, pues Él abarca toda la historia.
Para que Cristo pueda entrar en nuestro espíritu, debe-
mos desarraigar los malos apegos, ordenar las cosas lícitas,

70 Jn 13,34.

57
Sanar el alma de la adicción virtual

buscar aquello que más agrada a Dios. Dios hizo todas las
cosas buenas: ¿dónde está el pecado? San Agustín decía que él
hacía mal uso de las cosas que Dios hizo buenas.71 Y escuché
una frase atribuida a Cicerón respecto de la sexualidad: “está
bien procrear, pero está mal hablar de ello”, es decir que la
sexualidad es algo bueno, pero está mal el morbo malsano al
respecto.72
El demonio mimetiza la obra de Dios, la imita y le mete el
veneno del engaño, de la desproporción, del pecado.73 El pe-
cado es el afecto desordenado a aquello que no es Dios,74 tro-

71 “¡Tarde te amé, Hermosura tan antigua y tan nueva, tarde te amé! Y tú


estabas dentro de mí y yo afuera, y así por fuera te buscaba; y, deforme
como era, me lanzaba sobre estas cosas hermosas que tú creaste. Tú estabas
conmigo, mas yo no estaba contigo. Reteníanme lejos de ti aquellas cosas
que, si no estuviesen en ti, no existirían”. San AGUSTÍN DE HIPONA,
Confesiones, libro 10.
72 Mi padre es camionero muy veterano. En una fila de espera para
descargar un colega se le acerca y le dice “mirá viejito” y le muestra en su
celular un video deshonesto. Mi papá inmediatamente lo aparta y le dice:
“¿acaso no naciste de una mujer?.” Sabiduría de viejos y ciertamente de otra
generación.
73 En el Medioevo se lo llamaba el “mono” de Dios. Y se pueden apreciar
algunos capiteles medievales representando esta idea. El maligno simula la
obra de Dios: por ejemplo las herejías son simulaciones de la verdad, pero
distorcionada. Tal fue el caso del gnosticismo en la época del cristianismo
primitivo, y es el caso de muchas pseudoreligiones actuales.
74 Dice el Catecismo de la Iglesia Católica (1849-1850): “El pecado es una
falta contra la razón, la verdad, la conciencia recta; es faltar al amor
verdadero para con Dios y para con el prójimo, a causa de un apego
perverso a ciertos bienes. Hiere la naturaleza del hombre y atenta contra la
solidaridad humana. Ha sido definido como “una palabra, un acto o un
deseo contrarios a la ley eterna” (San Agustín, Contra Faustum manichae-
um, 22, 27; Santo Tomás de Aquino, Summa theologiae, 1-2, q. 71, a. 6). El
pecado es una ofensa a Dios: “Contra ti, contra ti sólo pequé, cometí la

58
Sanar el alma de la adicción virtual

cando en nocivas cosas que, bien usadas deberían contribuir a


nuestra plenitud. El desorden y la inversión de valores nos
alejan de dicha plenitud.
Será bueno llegar entonces a poner en lo más alto del
Espíritu a Dios. Debemos ir pensando qué es lo que pone-
mos en Su lugar.
Pedir al Señor sanar las cosas en el Verbo de Dios.
Todas las cosas tienen algo del Verbo de Dios: “por Él
fueron creadas todas las cosas y sin Él no existe nada de todo
cuanto ha sido hecho”;75 “Él es imagen de Dios invisible, es
el prototipo de toda la creación”.76 Hay que pedir al Verbo de
Dios que sane en nosotros la imagen de las cosas de las cuales
Él es causa y fin. “¡Señor saná en mí la soberbia!”, que no es
más que el amor desordenado a mí mismo, “…¡la avaricia!”,
amor desordenado a los bienes materiales. “¡Saná en mí la
lujuria!”, apego desordenado al placer sensible, “¡saná en mí la
imagen de la mujer!”.77 Pedir al Señor que sane en nosotros

maldad que aborreces” (Sal 51, 6). El pecado se levanta contra el amor que
Dios nos tiene y aparta de Él nuestros corazones. Como el primer pecado,
es una desobediencia, una rebelión contra Dios por el deseo de hacerse
“como dioses”, pretendiendo conocer y determinar el bien y el mal (Gn 3,
5). El pecado es así ‘amor de sí hasta el desprecio de Dios’ (San Agustín, De
civitate Dei, 14, 28). Por esta exaltación orgullosa de sí, el pecado es
diametralmente opuesto a la obediencia de Jesús que realiza la salvación
(cfr. Flp 2, 6-9)”.
75 Jn 1, 3.
76 Col 1, 15.
77 La pornografía, pienso, es el odio diabólico a la mujer, a lo que Dios ha
hecho bueno. Todos tenemos mamá, abuela, hermanas, e incluso nuestra
Madre purísima, la Virgen María. Razones más que suficientes para
rechazar la burla respecto de la mujer. Lo que hemos dicho lo podemos
aplicar al varón con las adaptaciones del caso.

59
Sanar el alma de la adicción virtual

su creación, su obra creadora. Y que se cumpla en nosotros la


finalidad para la cual Él nos creó, que es glorificarlo en su
creación y llegar a la vida eterna para gozar eternamente de Él
y en Él de todo lo creado.

V.4. El poder sanador de la confesión

El alma es como una habitación y para que no se abarrote


de cosas desagradables, hay que limpiarla con la confesión.78
Preparar una buena confesión y hacerlo con cierta fre-
cuencia: normalmente cada 15 o 20 días, o al menos una vez
por mes. Eso lo recomendaba el Papa Benedicto XVI en el
Catecismo Joven de la Iglesia Católica.79 Si se trata de
pecados mortales hay que hacerlo lo antes posible.

78 Cinco condiciones para confesarse bien: 1. Examen de conciencia; 2.


Dolor de los pecados; no hace falta más que me lamente interiormente y
sinceramente de haber pecado. 3. Propósito de enmienda: con la ayuda de
la gracia de Dios; lo importante es el propósito; aunque uno sepa que
quizás va a volver a pecar hay que hacer un acto de fé de que Dios me va a
ayudar. 4. Decir todos los pecados al sacerdote: especie y cantidad; no basta
decir “pequé de pensamiento y de obra”, hay que especificar. 5. Cumplir
con la penitencia. Una anécdota de los Padres del desierto: un anciano decía
que el monje debe limpiar frecuentemente su alma que es como una casa a
que metódicamente el maligno lanza sus porquerías. De este modo
mantendría limpia la habitación de su alma (De los Apotecmas).
79 En el 2011, el Papa Benedicto XVI entregó el YOUCAT, Catecismo Joven
de la Iglesia Católica a todos los peregrinos en la Jornada Mundial de la
Juventud en Madrid. Una anécdota de los Padres del desierto al respecto:
un anciano decía que el monje debe limpiar frecuentemente su alma que es

60
Sanar el alma de la adicción virtual

V.5. Ayuda profesional

En un estudio hecho en España se hizo un testeo res-


pecto de la adicción a internet. Arrojó como resultado que las
personas, y sobre todo los más jóvenes y niños que pasan
gran parte del tiempo en internet, principalmente a través del
celular, tienen dificultades tanto en las relaciones humanas
que se vuelven más inconsistentes, cuanto a la capacidad de
asumir responsabilidades, así como la perseverancia en lo que
emprenden, ya sea en el estudio, en el trabajo, etc.80 Todo
esto debido a que en la “era digital” el consumo intensivo de
información produce un continuo desgaste y agotamiento
anímico: las personas no pueden procesar toda la información
que continuamente están recibiendo. El espíritu humano rea-
liza una valoración de cada dato lo que implica un análisis,
una conclusión, una toma de posición. Eso es algo incons-
ciente y por consiguiente las personas pasan a vivir en una

como una casa a que metódicamente el maligno lanza sus porquerías. De


este modo mantendría limpia la habitación de su alma.
80 “Hemos encontrado que aquellos que dieron positivo en el IAT y en
nuestra escala tenían significativamente más problemas para hacer frente a
actividades del día a día, incluyendo la vida en el hogar, en el trabajo, la
escuela y en situaciones sociales […] Las personas con adicción a internet
también tienen más síntomas de depresión y ansiedad, problemas con la
planificación y la gestión del tiempo, así como síntomas de TDAH. Esto
nos lleva a un par de preguntas: en primer lugar, ¿estamos subestimando
extremadamente la prevalencia de la adicción a internet? Y, en segundo
lugar, ¿son esos otros problemas de salud mental una causa o consecuencia
de esta dependencia excesiva en el internet?.” Fuente: heraldo.es

61
Sanar el alma de la adicción virtual

gran superficialidad perdiendo la capacidad de profundizar, lo


que se traslada a todos los ámbitos de la vida. 81
Si quien acompaña el proceso de recuperación es un sa-
cerdote, debe estar en conocimiento de los mecanismo que
generan la adicción, y el modo de interrumpir el proceso
vicioso que desencadena las caídas para poder ayudar a
desactivar dicho proceso. Además, como hemos dicho, si
fuese necesario hay profesionales del ámbito de la psicología
que ya han detectado el problema como tal de la adicción
virtual y pueden ser de gran ayuda a quien necesite recuperar
la libertad y el dominio de sí, proponiendo un replanteamien-
to integral de la vida, las actividades y relaciones interperso-
nales.

81 El artículo completo que reporta el estudio de profesionales


españoles lo puedes encontrar en https://www.heraldo.es/noticias/salud/
2016/09/18/la-adiccion-a-internet-puede-indicar-otros-problemas-de-salud
-mental-en-estudiantes-313757.html.

62
Sanar el alma de la adicción virtual

Capítulo VI
Entronización del Amor
de Cristo en el alma

Hemos hablado de la purificación de los sentidos y del


espíritu que son necesarias para dar lugar al amor de Dios.
San Alfonso María de Ligorio dice que el alma tiene una fuer-
za o una energía vital. Cuando su actividad afectiva e inte-
lectual está ordenada, da lugar a la presencia del amor de
Dios. Pero cuando el alma se dispersa en gran cantidad de
objetos, incluso buenos, es como si se derrocharse la energía
y esto la puede llevar a perder la adhesión a Dios e incluso
debilitarla hasta quedar inmóvil ante las tentaciones y el
pecado.
Por eso dice él que se pone en riesgo la continuidad en la
gracia de Dios por el peligro que nosotros llamamos “acti-
vismo”. Al dispersarse en diversos objetos pierde fuerza el
centro del alma donde está la inteligencia y la voluntad, y el
sujeto queda propenso a errar y a pecar. Si se trata de objetos
pecaminosos nos halla-mos en el nivel aún más bajo del
crecimiento espiritual.
Nuestro amor espiritual debe estar orientado al bien
honesto. En primer lugar es el amor a Dios por sobre todo y
por sobre todos: “amar a Dios sobre todas las cosas”,82 y en

82 Cfr. Dt 6,5; Mt 22, 37.

63
Sanar el alma de la adicción virtual

segundo lugar el amor al prójimo: “amar al prójimo como a sí


mismo”.83
Dice San Alfonso María que en el centro de nuestra alma
hay un altar y en él debe ser entronizado el Amor de Dios:
“El amor de Dios establece su morada en la más
alta cumbre del espíritu donde ofrece sacrificios y
holocaustos a Dios como Abrahám realizó el suyo.
Nuestro Señor al inmolarse en la cima del Calvario
puede ser acatado y oído por su pueblo, es decir por
todas las facultades y afectos del alma que él gobierna
con dulzura incomparables”.84
Si se encuentra encumbrado el amor de Dios por sobre
todo, se ordenarán los demás amores. Debemos hacer enton-
ces una elección consciente para que ello suceda. Recordemos
lo que dice la Escritura: “En este día pongo al cielo y a la tie-
rra por testigos contra ustedes, de que les he dado a elegir
entre la vida y la muerte, y entre la bendición y la maldición.
Escojan, pues, la vida, para que vivan ustedes y sus descen-
dientes”.85 O todavía aquello del Libro de Josué: “yo y mi
familia elegimos servir al Señor”.86 Cada uno personalmente
debe hacer esta elección.
San Agustín decía que el espíritu humano es una réplica
de la Santísima Trinidad. La mente humana es como el Padre.
El Hijo que procede del Padre, es como el pensamiento pro-

83 Mt 22, 39.
84 San FRANCISCO DE SALES, Tratado del Amor de Dios, cap. 6. Lumen;
Bs. As., 2006, p. 75. Esa es la finalidad última de la vida cristiana.
85 Dt 30,19.
86 Jos 24, 15.

64
Sanar el alma de la adicción virtual

cede de la mente. Y el Espíritu Santo procede del Padre y del


Hijo como amor, y así el acto de la voluntad, el amor de la
voluntad, procede de la mente y del pensamiento como el
Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo.
El hombre es por tanto imagen de Dios. El objeto y fin
del espíritu humano es el mismo Dios. El corazón humano
está hecho para Dios: “Nos hiciste, Señor, para ti, y nuestro
corazón está inquieto, hasta que descanse en ti” decía el mis-
mo Agustín.87
Nuestro bautismo ha sido una consagración a la Santa
Trinidad.88 Por ello considero que para sanar las potencias del
alma debemos entregarlas consciente y libremente a la San-
tísima Trinidad. Encumbrando de este modo en lo más alto
de nuestro espíritu el amor de Dios no solamente dejaremos
los vicios destructivos, sino que comenzaremos a ser como
Cristo, verdaderamente humanos. Cristo de hecho es “el
Hombre perfecto”.89 Si no eres un buen cristiano, no serás
verdaderamente humano. Solamente si Cristo se forma en ti,
o mejor, sólo si tú reproduces en tus potencias físicas, psí-
quicas y espirituales al mismo Cristo, llegarás a la plenitud
humana y a la salvación. “Tenemos la mente de Cristo”90 dice

87 Confesiones I, 1, 1. Escuché además decir en una homilía a un ilustre


sacerdote: “El corazón humano es como un desierto: un baldecito de agua
no puede saciar la sed del desierto, una cisterna no puede saciar esta sed, un
lago no puede saciar la sed del desierto. Sólo el océano que es amor de
Dios puede saciar la sed del espíritu humano”.
88 De hecho podría traducirse “bauticen en el nombre del Padre…” como
“consagren al Padre …”.
89 Cfr. GONZALO J. CIPERIANI, La Persona de Cristo en la Tradición de la
Iglesia. Gladius; 2019, p. 159.
90 1 Co 2, 16.

65
Sanar el alma de la adicción virtual

San Pablo. “Sufro dolores de parto hasta que Cristo esté for-
mado en ustedes”.91
El encumbramiento del amor de Dios realiza esta seme-
janza divina a imagen de Cristo Hombre perfecto y Dios so-
berano. Hemos sido creados entonces para “conocer, amar,
servir a Dios aquí en la tierra y luego gozar de Él en el
cielo”.92 No se trata de otra cosa que vivir el primer manda-
miento de la Ley de Dios: “amar a Dios sobre todas las
cosas”.93
Valga aquí un párrafo de San Máximo el Confesor, Padre
de la Iglesia, a quien tengo un afecto especial. Al explicar el
Padre Nuestro resume muy bien este encumbramiento:
“[el alma fiel] ha obtenido el Reino preparado
desde el origen y ha sido hecha digna de reposo y
orden en el cielo, como una tierra que ocupa la
posición media del universo, es decir, el principio de
la virtud. Según este principio el manso en medio del
bien y del mal que se dice de él, permanece imper-
turbable, sin ser inflado por aquello que se dice de
bueno, ni entristecido por lo que se dice de malo.
Porque la razón es naturalmente libre, después de ha-

91 Gal 4, 19. Los Padres de la Iglesia dicen que la imagen de Dios la tene-
mos desde nuestro nacimiento. La semejanza se hará por nuestras eleccio-
nes libres.
92 Los de mi edad recordarán que eso lo decía el catecismo de las 100 pre-
guntas.
93 Para ello debemos sanar de nuestros apegos desordenados y de allí la
necesidad de sanar la “adicción virtual”. Ciertamente sanaremos cualquier
tipo de adicción si se realiza en nosotros el encumbramiento del amor de
Dios.

66
Sanar el alma de la adicción virtual

ber rechazados el deseo, no percibe los asaltos cuan-


do estos la turban; ella ha reposado de la agitación
respecto a estas cosas, y ha amarrado toda la potencia
del alma a la inmóvil libertad divina. Y deseando
distribuirla a sus discípulos, el Señor dice: Cargad sobre
vosotros mi yugo y aprended de mí que soy manso y humilde de
corazón, y encontrarán reposo para sus almas. Llama reposo
a la posesión del Reino divino, en tanto que produce
en aquellos que son dignos una soberanía liberada de
toda esclavitud. Si la posesión indestructible del Rei-
no puro ha sido dada a los humildes y a los mansos,
¿quién no amará apasionadamente y deseará total-
mente los bienes divinos, aspirando hasta el extremo
a la humildad y la mansedumbre para llegar a ser –en
tanto es posible al hombre- impronta del Reino de
Dios, llevando en sí por la gracia la inmutable confi-
guración con Cristo en el Espíritu Santo, quien es en
verdad, naturalmente y por esencia, el gran Rey”?94

94 San MÁXIMO EL CONFESOR, Tratados espirituales. Ciudad Nueva,


Madrid, 1997, p. 218-219.

67
Sanar el alma de la adicción virtual

68
Sanar el alma de la adicción virtual

Síntesis final
La tempestad calmada (Mc 4, 35)
“Ese día al atardecer…”95

En los Evangelios la imagen de la barca es muy apropiada


para hablar del itinerario del alma hacia Dios. Don Bosco tu-
vo una visión de la barca de la Iglesia en nuestra época.96
Pero pasando a nuestra vida personal, a la tempestad cau-
sada por las adicciones, por las pasiones, por los vaivenes de
la vida, frecuentemente puede dar la impresión que Jesús
duerme. Todas esas olas, vientos, parece van a hacer nau-
fragar la barca, fracasando la empresa de nuestra realización y
salvación.
Hay en la Biblia muchos hechos relacionados con la bar-
ca. La vida cristiana tiene que ver con esta figura que los
Evangelios utilizan varias veces. Fuera de la barca de la Igle-

95 Puedes buscar en tu Biblia Mc 4, 35ss., y leer el texto.


96 Tuvo un sueño: veía una barca que es la Iglesia, y esa barca era atacada
por todos lados, por muchas naves que querían hundirla. Pensemos que la
Iglesia es una barca como un signo parecido al Arca de Noé, en la que
quien está a bordo, va camino a la salvación. Pero esta barca está siendo
fuertemente agredida. En tanto que a izquierda y derecha de la barca surgen
dos columnas, y se amarra a ellas para no hundirse. Don Bosco ve que en
una de las columnas está la Virgen María y en la otra la Eucaristía. Estas
son las dos columnas que van a sostener y salvar la Iglesia en el combate de
los últimos tiempos: la comunión frecuente y la adoración eucarística, así
como el rezo del Santo Rosario y la consagración al Inmaculado Corazón
de María. Cfr. San JUAN BOSCO, Memorias Biográficas.

69
Sanar el alma de la adicción virtual

sia, desligándote de la vida sacramental, de los mandamientos,


quedas a la deriva bajo el influjo de las fuerzas del mal. Si vas
arriba, en la barca, aunque sientas el rigor de la tormenta, allí
va el Maestro.
Me vienen a la mente las muy conocidas historias de “si-
renas”, donde los marineros, probablemente ya agotados, sin
agua, sin provisiones, veían mujeres acuáticas de hermoso
aspecto; ellos se arrojaban al mar y nada de eso era cierto:
digamos que se los comía el tiburón.97
Imaginemos ir en una pequeña barca en el mar y ver que
se aproxima una tormenta terrible. Los Apóstoles que gritan
al Señor: “¿no te importa que nos hundamos?”98. Entonces
Jesús se levanta e increpa al mar: “calla, enmudece”.99
Pienso que aquí puede estar la clave de nuestra victoria:
“calla, enmudece”. La tempestad puede ser de las pasiones, de
los ataques del maligno bajo muy variadas formas, de las adic-
ciones, etc., preocupándonos en demasía por la bravura de las
olas con el temor a desesperar.
Con la barca sucede algo parecido a lo de la casa cons-
truida sobre arena o aquella sobre roca.100 Allí se comprueba

97 Otra imagen de lo que hace el demonio con quien está dominado por las
pasiones desordenadas, puede ser esta: he visto en un documental una orca
enseñando a cazar focas a su pichón de orca; es impresionante cómo juegan
con la foca lanzándola hacia arriba: varias horas de suplicio hasta que
finalmente la comen. Algo así hace el demonio si nos dejamos arrastrar por
el mal: te tiras de la barca, quedas a la deriva y vienen los demonios que
juegan con tu alma como la orca. Luego si no escapas a tiempo, te devoran.
98 Mc 4, 38.
99 Mc 4, 39.
100 Mt 7, 24.

70
Sanar el alma de la adicción virtual

de qué estamos hechos. Si estamos consolidados en la amis-


tad con el Señor por la vida de oración, podremos despertarlo
lo. Será lo mismo que haber construido la casa sobre roca,
que no es devastada a causa de su solidez. Lo mismo la barca
de nuestra vida, si somos capaces de persuadir al Maestro,
estamos convencidos de ello y lo deseamos con todo el cora-
zón: Él tiene el poder de hacer callar a las sirenas, al mar
bravío, a la tormenta amenazante. De otro modo, sin Su
auxilio, sin duda sucumbiremos.
Cristo tiene el poder de hacerlo, pero si este apóstol no
hubiese ido incluso medio irritado a llamar al Señor, Él quizás
no hubiese acudido. No sabemos cómo hubiera terminado el
relato. Fue necesaria una “zamarreada”. El Señor se la dejó
dar. Somos nosotros los que tenemos que pedirle ayuda. Y
Jesús quiere probar la capacidad de persuasión de sus discí-
pulos.101
En las tormentas de nuestra vida, el Señor quiere que de
algún modo lo increpemos, con la oración, con la súplica, con
el llanto: “Señor no te importa que perezca, no te importa
que me valla al tacho?” hacer esa oración, y Él tiene la fuerza
para vencer sobre todos nuestros enemigos.
San Pablo dice que Cristo en su venida triunfal hará que
todos sus enemigos sean puestos bajo sus pies.102 El escritor

101 Es como si tuvieses que mover un montículo de tierra con la opción de


hacerlo con una pala o con una máquina. La máquina es mejor pero hay
que arrancarla.
102 I Co 15 24-26: “entonces vendrá el fin, cuando El entregue el reino al
Dios y Padre, después que haya abolido todo dominio y toda autoridad y
poder. Pues Cristo debe reinar hasta que haya puesto a todos sus enemigos

71
Sanar el alma de la adicción virtual

Eclesiástico Orígenes interpreta que Cristo entronizado como


Rey en el centro y cumbre del alma, reina sobre los princi-
pados de las pasiones, de los demonios, de los temores. Lo
expresa de este modo sorprendente:
“Por tanto si queremos que Dios reine en noso-
tros, no reine en modo alguno el pecado en nuestro
cuerpo mortal (Rm 6,12) ni sintamos sus preceptos
cuando llama a nuestra alma para obras de la carne y
cosas contrarias a Dios. Antes bien mortifiquemos
nuestros miembros terrenales (Col 3,5) y produz-
camos fruto del Espíritu (Gal 5,22; Jn 15,8) para que
el Señor se pasee dentro de nosotros, como si en
realidad fuésemos un paraíso espiritual (Gén 3,8; 2
Co 6, 16) Reine Él solo sobre nosotros con su Cristo
entronizado en el alma a la derecha del poder espi-
ritual que deseamos alcanzar. Allí reine hasta que to-
dos sus enemigos lleguen a ser escabel de sus pies.
Desaparezcan sus enemigos con su autoridad y poder
(1 Co 15, 24; Mt 26, 64; Mc 14, 62; Lc 22, 69; Sal
110m1; Is 66,1) Esto puede suceder en cada uno de
nosotros llegando a destruir el último enemigo que es
la muerte…”103
En nuestra alma entonces debe ser entronizado Cristo
como Rey. Esa es la grandeza del cristianismo: la revolución
de Cristo que es la gran revolución de la humanidad, empieza

debajo de sus pies. Y el último enemigo que será abolido es la muerte. Cfr.
Heb 10 13.
103 ORÍGENES, Explicación del Padre Nuestro, en (Ed. preparada por) T. H.
MARTÍN, Escritos Espirituales. BAC, Madrid 1999, p.183.

72
Sanar el alma de la adicción virtual

en los corazones: “El Reino de Dios no lo busquen aquí o


allí: el Reino de Dios está dentro de ustedes”.104
En el ‘altar del Amor de Dios’ se sacrificará todo lo que
no es Dios: los apegos desordenados, las malas pasiones, el
espíritu mundano, las tentaciones, los pecados, mi orgullo, mi
soberbia. Y allí será entronizado entonces el Amor de Dios.
Esa es la santidad. Los santos son quienes han instaurado en
la cumbre de su alma a Cristo y Él ha reinado sobre todos sus
enemigos.105
Podemos hacer una oración cuando somos probados o
tentados: “Señor en el altar de tu Amor sacrifico esta tenta-
ción, este apego desordenado, esto que me estás pidiendo,
esta prueba que estoy atravesando”. Debemos saber que
“sacrificio” no es solamente de las cosas que me cuestan.
También debo sacrificar lo agradable. Sacrificar viene del
latín: sacrum facere, “hacer algo sagrado”.106

104 Otros padres y doctores van a tomar esta idea: Evagrio Póntico, San
Máximo el Confesor. También santos posteriores como Santa Teresa en su
Castillo interior, San Juan de la Cruz en su subida la Monte Carmelo. San
Alfonso María de Ligorio que en su Tratado del amor de Dios dice que en la
cumbre de nuestra alma hay un altar, y allí debe ser entronizado el amor de
Dios.
105 El dibujo de San Juan de la Cruz lo expresa en la subida al monte,
donde en lo más alto de la cumbre de la perfección dice: “Solo mora en
este Monte la gloria y honra de Dios”.
106 Por ejemplo el cáliz es ‘sacrificado’ para la Santa Misa. Debemos tener
esta idea amplia de sacrificio. A veces puede significar dolor, a veces placer.
Sacrificar es ofrecer algo a Dios. Dando otro ejemplo: alguien a quien le
gusta tocar el piano, y va de organista a la Iglesia: hace sagrado algo que le
gusta. O también se dice que los bautizados debemos hacer sagrado toda
nuestra vida y así consagrar el mundo a Dios. El matrimonio también tiene
mucho de sacrificio: pero no todo es desagradable. Incluso lo que es

73
Sanar el alma de la adicción virtual

Jesús en la cumbre de nuestra alma debe decir: “calma,


apláquense”, “enmudezcan estas pasiones malas, la ira, la
lujuria, las adicciones”.
Jesús hace un reproche a los discípulos: “¿no tienen fe?”
quizás a nosotros también nos hace ese reproche: “¿no tienes
fe que desesperas?”
Es muy gratificante contemplar a Jesús parado en la bar-
ca. Un momento de turbación puede convertirse en un mo-
mento celestial, si tenemos fe. Es bueno disfrutar esos mo-
mentos celestiales que tenemos a veces, de calma, de bonan-
za: debemos aprender a descansar en Dios.107
El ideal de la vida espiritual es llegar allí, habiendo domi-
nado las pasiones en cuanto sea posible. Llegando a una vida
habitual en la gracia, se puede alcanzar un cierto ameseta-
miento y reposo en el bien. A un cierto punto es como una
plantita que ya creció, pero que no podemos descuidar: no
hay que descuidar la oración ni las buenas obras, sin embargo
se puede gozar de cierta paz, ya aquí desde la vida en la tierra.

placentero dentro del plan de Dios es hecho sagrado. También el


matrimonio tiene su cuota de sacrificio como dolor o renuncia. El amor es
sacrificio entonces, entrega, consagración, el amor verdadero que viene de
Dios, va a los hermanos y vuelve a Dios como “sacrificio agradable”.
107 San Ignacio va a decir: en tiempo de bonanza debemos guardarlo en el
corazón porque vendrá el tiempo de la turbación, y también en tiempo de
turbación recordar que volverá la bonanza. Ello sobre todo en el caso de
nosotros que no hemos llegado a la perfección. Porque en la perfección los
santos llegan a un estado continuo de bonanza y ecuanimidad, de
transformación en Dios, y aunque el mundo se caiga a pedazos ellos no se
inmutan. Para nosotros no es aún así, al menos hasta que alcancemos un
grado más elevado de perfección y con ella vendrá la ecuanimidad de la que
hablamos.

74
Sanar el alma de la adicción virtual

Conclusión
Subir el Monte y entrar en el
centro del Castillo

Hablábamos más arriba de las pasiones. San Juan de la


Cruz piensa nuestra alma como algo circular. En el centro del
alma está Dios. Decía San Agustín “fuera de mi te buscada y
estabas más dentro de mí que cuanto soy íntimo a mí mis-
mo”.108 Entonces Dios tiene que residir en el espíritu huma-
no en lo más profundo, que algunos llaman “memoria espi-
ritual” y está muy cerca o se identifica con la esencia o centro
del alma. Podemos pensarlo como un primer anillo céntrico
en el alma. Si encontramos a Dios, quiere decir que allí
también reposa nuestra inteligencia y voluntad, no sólo en su
ser potencia o facultad, sino en su actividad.109 Y eso es entrar
uno mismo hacia el centro de la propia alma. Es la “morada
interior” de la que habla Santa Teresa, cumbre de la cima del
alma y del “monte de perfección” del que habla Juan de la
Cruz.
En el segundo anillo están las pasiones que hemos dicho,
donde reside la vida afectiva, los sentimientos. Más afuera, en
otro anillo están los sentidos externos e internos. Fuera de los

108 Confesiones 10.


109 Porque puede suceder que dichas facultades radiquen allí como es
natural, pero en su acto u operación se vayan rapsódicamente hacia afuera,
hacia lo que no es Dios.

75
Sanar el alma de la adicción virtual

anillos se hallan: “demonio, mundo y carne”. El maligno


quiere entrar por los sentidos y quiere chuparnos la energía
hacia afuera: “diablo” significa “arrojar hacia afuera” despa-
rramar. Lo contrario es “símbolo”, que quiere decir unir, uni-
ficar.
El pecado desparrama nuestro “ser espiritual”, mientras
que la gracia, el crecimiento hacia Dios, lo unifica. Cierta-
mente que es la gracia, la acción de Dios, la que va logrando
nuestra unificación aún cuando, por desgracia, pudiéramos
“desparramarnos” circunstancialmente por el pecado mortal.
En su misericordia el Señor nos puede llevar a la unificación
no obstante todavía debiéramos lamentar alguna caída. Si hay
crecimiento espiritual auténtico serán cada vez menos fre-
cuentes, incluso hasta llegar a desaparecer.
Para sanar entonces de la adicción virtual debemos rom-
per la cadena de caídas impidiendo el movimiento rapsódico
hacia las creaturas. Si procuramos retornar a la gracia, a la
oración, recibiendo la Eucaristía, esa gracia será como la
fuerza de gravedad que nos conducirá cada vez más hacia el
centro. Ahora, si estamos habitualmente exteriorizados hacia
lo mundano, la fuerza no será el movimiento de la fuerza
centrípeta sino ‘centrífuga’.110 Y la adicción virtual, como toda
adicción, puede perfectamente compararse a un destructivo
torbellino.
Estas son también las dos fuerzas que mueven las dos
ciudades y de las que habla San Agustín en su escrito La Ciu-

110 Tenemos el efecto del ‘remolino’ de agua del amor de Dios que nos
empuja al centro y a lo alto, contra el efecto “secarropas” de las fuerzas del
mal, o del pecado que nos quiere sacar hacia afuera, para ejemplificarlo.

76
Sanar el alma de la adicción virtual

dad de Dios. Dos fuerzas opuestas pero contemporáneas: el


amor de sí hasta el desprecio de Dios, y el amor de Dios hasta
el desprecio de sí:
“Dos amores han dado origen a dos ciudades; el
amor de sí mismo hasta el desprecio de Dios, la ciu-
dad terrena; y el amor de Dios hasta el desprecio de
sí, la ciudad celestial. La primera se gloría en sí
misma; la segunda se gloría en el Señor”.111
El primero surge del amor a lo mundano y a lo que no es
Dios. El segundo nace del amor de Dios que conduce a Dios.
Mientras que el maligno disgrega la persona, el trabajo de
Dios es la “congregación”.112 Dios nos atrae como un imán.
Si nos ponemos en buena disposición, si quitamos los obstá-
culos, Él nos atrae hacia adentro, que también, si lo pen-
samos en tres dimensiones, es un ir hacia arriba del monte.
Mientras que ir hacia afuera, es bajar del monte.

Eucaristía y oración

La oración, la intimidad con Dios, nos lleva entonces


hacia el centro, hacia donde está el calor del amor divino.
Como en el sistema solar: los planetas cercanos al sol son más
calientes, y están más contenidos por la gravedad. Los de más

111 San AGUSTÍN DE HIPONA, La ciudad de Dios XIV, 28.


112 Iglesia viene del griego Ekklesía. Significa “congregación”, “reunión de
fieles”.

77
Sanar el alma de la adicción virtual

afuera están más helados, y podemos pensar que corren más


riesgo de salir disparados por la Vía Láctea.
La adoración eucarística produce la concentración hacia
Dios. Si ya hay buena disposición, apenas llegas a la adora-
ción, Jesús te atrae irresistiblemente.113
San Máximo el Confesor dice que el amor de Dios entro-
nizado en el espíritu humano produce “amor y ternura”, ven-
ciendo los enemigos, y se realiza también la “contemplación
de los seres” ¿Qué es la contemplación de los seres? Percibir
la conexión de todas las cosas con su Causa, que es el Verbo
de Dios; es el “vuelo” del alma en dulzura y humildad por en-
cima de todas las cosas:
“En esta configuración [con Cristo] no hay más
que la razón sola, que se ha despojado por la sobrea-
bundancia de virtud que produce esta ternura y dis-
posición en el cuerpo, ternura y disposición que son,
no sólo imperturbables, sino también, connaturales.
El Espíritu domina totalmente a la naturaleza, persua-
diendo al intelecto a abandonar el discurso racional,

113 Es verdad que las primeras veces hay gente que tiene malos
pensamientos o tentaciones, pero es necesario vencerlo, porque para estar
ante el Señor vivo, como es Jesús Eucaristía, es necesario ser purificado.
Muchos adoradores dejan la adoración por esa razón, creyendo que estaban
mejor antes. No saben que deben pasar por ese proceso: “es vencer el
desierto”. San Máximo el Confesor habla de la necesidad de sanar las
potencias del alma en Dios y sus objetos. Pues en definitiva Dios es la
causa de todas las cosas, incluso de las que son objeto de pecado. El
pecado está en amarlas en lugar de Dios. Por eso sanarlas será ponerlas en
su orden después de Dios.

78
Sanar el alma de la adicción virtual

cuando debe unirse al Lógos [=Verbo] suprasustancial


por la contemplación simple e indivisa”.114
Superar las tentaciones. Levantarse de las caídas. Cuando
vengan tentaciones entonces debemos hacer oración a Quien
es la “Causa” de todo y en Quien todo subsiste:
“Señor Jesucristo, Verbo de Dios, Tú que eres la
Causa de todas las cosas, sana en mí la imagen de
todas las cosas”
El alma, con toda seguridad, no tardará en sanar.115
Sanando de este modo, con la ayuda de la gracia del Espí-
ritu Santo, en gran medida, el alma será imperturbable y
podrá entregarse al amor de Dios y servicio del prójimo.
Es muy aconsejable hacer al menos una hora de adora-
ción al Santísimo Sacramento semanal.116 Hay quienes la ha-
cen diariamente, principalmente religiosos o sacerdotes, y es
fuente de perseverancia y fecundidad apostólica. De todos
modos serán muy provechosas las “visitas al Santísimo” fre-
cuentes, aunque sean más breves.

114 P. 219.
115 El Abad Pastor habla de los malos pensamientos. Le pregunta un
monje: “tengo malos pensamientos”: no les des importancia: “tenés un
montón de víbora, lagartijas, alimañas: las metés en un frasco, lo tapás y
con el tiempo se van a ir asfixiando. También en los Apotecmas se cuenta
que San Antonio Abad estaba muy turbado y un día se vio a sí mismo e iba
a tejer unas esterillas, luego subía y rezaba unos salmos. Volvía a hacer
esterillas. Comía algo, descansaba.. y una voz le dijo: “haz eso y te salvarás”.
116 Las capillas de adoración surgen en Hiroshima, donde los sacerdotes
estaban haciendo adoración y no les sucedió nada: sólo quedó en pie esa
Iglesia. Las capillas de adoración son un polo de atracción e irradiación
espiritual. Allí se encuentra paz.

79
Sanar el alma de la adicción virtual

Si eres un “alma eucarística”, se resolverán con facilidad


las complicaciones de la vida, y serás fuente de luz para los
demás. Cristo Eucaristía, “pan vivo bajado del cielo” sacia el
“hambre” y la “sed” y todos los anhelos y deseos más pro-
fundos del ser humano. Se dice en una oración de adoración
eucarística: “nos diste Señor el Pan del cielo, que en sí
contiene todo deleite”. Santo Tomás de Aquino decía que
este pan es capaz de saciar los anhelos y deseos más profun-
dos del ser humano y es el único que en realidad puede
saciarlos plenamente.117
Jesús nos atrae. Ese poder magnético lo tiene la Euca-
ristía: “cuando Yo sea elevado sobre la tierra, atraeré a todos
hacia mi”.118
Es necesario ejercitarse haciendo actos de amor al Señor
cuando vengan pruebas, y lanzar con la mayor fuerza posible
en el Corazón Eucarístico de Jesús esas porquerías que me
lanza el maligno. Y así hasta las tentaciones pueden con-
vertirse en ocasión de mérito y de crecimiento en el afecto y
el amor hacia el Señor y de Él hacia nosotros. Lo mismo
dígase de las desgraciadas caídas: con mayor humildad y afec-
to del alma pedirle misericordia al Señor que nos dice: “en ese

117 “Nos diste Señor el Pan del cielo, que contiene en sí todo deleite”
versa el responsorio del Pange Lingua compuesto por el Santo. Cfr. Santo
TOMÁS DE AQUINO, In De Divinis Nominibus 10, lec. 1; Summa Contra
Gentiles, Cap. 48 y 50.
118 Hay ejemplos que nos muestran este poder: conversiones a la sola
mirada de la Eucaristía: aquel pastor Evangélico que entró un día en una
Iglesia, y cayó de rodillas al reconocer finalmente que allí estaba Jesús: el
buscaba “el pan de vida” de Jn 6.

80
Sanar el alma de la adicción virtual

pondré mis ojos, en el humilde y abatido que se extremece


ante mis palabras”.119
Se puede hacer esta oración:
“¡Señor, desde lo más profundo de mi nada y de
mi miseria te adoro, te amo y te pido perdón! No
dejes que me domine el pecado. Toma mis miserias y
cámbialas en mayor entrega, en amor hacia Ti ¡Señor
poderoso y misericordioso! y hacia mis hermanos”

Piedad y buenas obras

La purificación activa del Espíritu implica obras meri-


torias, obras buenas que tienen que ver con el bien honesto.
Es a lo que nos exhorta la carta de Santiago cuando dice que
“la fe sin obras está muerta”.120 ¿En qué consisten las buenas
obras? En primer lugar el bien que hay que hacer en la vida
cotidiana, en el propio estado de vida: la caridad entre los
esposos, entre padres e hijos. La caridad con el prójimo.
Podríamos decir, en síntesis, la práctica de las obras de mise-
ricordia. Algún apostolado también que tenga que ver con la
generosidad puesta en obra de nuestra parte. Hacer el bien a
los necesitados: la limosna: que no es solamente a los pobres

119 Is 16,2.
120 St 2, 14.

81
Sanar el alma de la adicción virtual

materiales. Dar catecismo, por ejemplo, es una obra de mise-


ricordia espiritual excelente.121
Hacer caridad es un modo inteligente y audaz de ganarse
el cielo: varias parábolas de Jesús hablan de esto. Los pobres,
las personas a las que hayamos hecho el bien, dicen los santos
Padres, son los que nos recibirán en las moradas eternas.122
San Máximo el Confesor dice además que el ejercicio de
la caridad mitiga las pasiones: principalmente la ira, e incluso
la concupiscencia.
“Quien ha renunciado sinceramente a las cosas de
este mundo y sirve sin hipocresía al prójimo mediante
la caridad, se libra rápidamente de toda pasión y es
constituido partícipe de la caridad y ciencia divina”123
Es decir que la caridad y la humildad ayudan a crecer en la
virtud de la templanza incluida la castidad.
“Rompe tus pecados con obras de justicia y tus iniqui-
dades con misericordia” dice el Libro de Daniel;124 “si rompes
las cadenas injustas […] entonces brillará tu luz”.125

121 Repasamos las obras de misericordia: Físicas: dar de comer al ham-


briento, de beber al sediento, vestir al desnudo, hospedar al forastero, visi-
tar a los enfermos, asistir los encarcelados, sepultar cristianamente a los
difuntos. Espirituales: enseñar al que no sabe, corregir al que yerra, conso-
lar al triste, soportar con paciencia los defectos ajenos, perdonar las ofen-
sas, orar a Dios por vivos y difuntos.
122 Cfr. San JUAN CRISÓSTOMO, Homilía sobre San Mateo, Hom. 50, 4,
Hom. 52, 4. BAC, Madrid 2007, pp. 83 ss., 114ss.
123 San MÁXIMO EL CONFESOR, Tratados espirituales. Ciudad Nueva,
Madrid 1997, p. 99.
124 Dn 4, 24.

82
Sanar el alma de la adicción virtual

Orar por todos también es una obra de misericordia espi-


ritual. Siempre tenemos algún amigo enfermo o solo a quien
visitar, a quien se puede hacer una llamada telefónica. Tam-
bién la oración: por la Iglesia, por el Papa, por la Patria, por
los gobernantes. Nadie puede sustraerse a las buenas obras de
este tipo.

125 “El ayuno que he escogido, ¿no es más bien romper las cadenas de
injusticia y desatar las correas del yugo, poner en libertad a los oprimidos y
romper toda atadura? ¿No es acaso el ayuno compartir tu pan con el
hambriento y dar refugio a los pobres sin techo, vestir al desnudo y no
dejar de lado a tus semejantes? Si así procedes, tu luz despuntará como la
aurora, y al instante llegará tu sanidad; tu justicia te abrirá el camino, y la
gloria del Señor te seguirá. Llamarás, y el Señor responderá; pedirás ayuda,
y él dirá: “¡Aquí estoy!” »Si desechas el yugo de opresión, el dedo acusador
y la lengua maliciosa, si te dedicas a ayudar a los hambrientos y a saciar la
necesidad del desvalido, entonces brillará tu luz en las tinieblas…” Isaías
58, 6-11)

83
Sanar el alma de la adicción virtual

84
Sanar el alma de la adicción virtual

Apéndice
“Luces” para sanar la
adicción virtual

Una anécdota de los Padres del desierto: había un monje


que había descuidado mucho la vida espiritual. Fue a decirle a
otro viejo monje que regresaba al mundo porque era un
desastre, no tenía orden ni en la oración, ni en el descanso, ni
en las comidas. El monje viejo le relató una anécdota: “un
muchacho heredó un terreno y cuando llegó vio que era bas-
tante grande y estaba todo lleno de malezas; se desanimó de
tal modo que inmediatamente se tiró a descansar abatido.
Entonces un amigo le dijo: limpia cada día donde te eches a
descansar. Así hizo y en unos meses tenía todo limpio”. El
Monje aplicó eso en su vida: hoy ordenó su oración, mañana
el trabajo y el descanso, luego las comidas, y así sin querer
reordenó su vida y llegó a ser un monje ejemplar y virtuoso.
Estos “consejos”, aunque puedan repetir ideas que ya
hayamos mencionado, podrán ser de utilidad para ordenar
nuestra vida humana y cristiana. Prudentemente verás cómo
puedes aplicar algunos o muchos de ellos, realizando tu pro-
pio “plan de recuperación”. ¡Manos a la obra!

85
Sanar el alma de la adicción virtual

Detectar y comenzar a
sanar la adicción126

1. “Ver” el problema.
a. ¿Hay algo que me amarra y me hace perder
mucho tiempo?: “whatsapp”, “facebook”, “net-
flix”, juegos en red, telenovelas, programas de pa-
parazzi.
b. De todo esto ¿hay algo que inhibe o coarta mi
libertad interior? Es decir que comienzo a con-
sumirlo, y no puedo dejar de consumir.127
c. Cosas muy concretas:
- Suponiendo que he dormido de noche
como es normal ¿Es el celular lo primero
que tomo en manos apenas me despier-
to? ¿Es la pc o la tv lo primero que en-
ciendo? Como hacen los muy aficio-
nados al tabaco: ese primer pucho en
ayunas, es sumamente nocivo; lo mismo
si se trata de revisar las redes sin haber
elevado la mente al Creador, sin haber

126 Puedes hacerlo en tu casa, o aprovechar la ida a algún lugar de oración,


santuario, casa de retiro. Sería bueno que lo hagas con la ayuda de un Sacer-
dote.
127 Una característica de los contenidos de la era digital o de las “nuevas
tecnologías” es que las posibilidades dentro de ellas es prácticamente infi-
nita: infinidad de aplicaciones e infinidad de posibilidades dentro de ellas.
Está pensado para que, si quieres, nunca dejes de consumir.

86
Sanar el alma de la adicción virtual

desayunado siquiera. Absolutamente des-


aconsejable tener tv en la habitación. “La
cama es para descansar”, y la habitación
debe ser mi santuario más íntimo, donde
puedo encontrarme conmigo mismo y
con Dios. Este era el concepto de los
Padres del desierto de la llamada “cel-
da”.128
- Durante mi día ¿estoy a cada momento
abriendo la pantalla del celular o estoy
largas horas delante de la pc? Dicen los
expertos que ante la pc no debiéramos
estar en modo intensivo más de media
hora sin tomar un recreo, tomar aire, ver
la luz natural: no solamente por proteger
el sentido de la vista sino también a favor
de nuestra salud psíquica y mental.
- ¿Tengo activado el sonido de la mensa-
jería a tal punto que cada vez que suena
miro la pantalla?
- ¿Me llevo el celular al almuerzo? Si vivi-
mos en familia, debemos almorzar juntos
y estar allí donde estamos “haz lo que ha-
ces”, decían los romanos. Porque si estoy
con el celular, aunque esté allí física-

128 Y si se tratara del matrimonio, de todos modos debe ser un lugar


sagrado. Lo dice Hebreos 13, 4: “Sea el matrimonio honroso en todos, y el
lecho matrimonial sin mancilla, porque a los inmorales y a los adúlteros los
juzgará Dios.”

87
Sanar el alma de la adicción virtual

mente estaré ausente: la mente humana


puede viajar en el tiempo, en el espacio,
introducirse en mundos reales y virtuales
prácticamente infinitos. Muchas personas
pueden vivir físicamente en una casa,
pero estar dispersadas rapsódicamente
por infinitos, llamémoslos, submundos.
Y eso es altamente patológico para un
individuo, una familia o una sociedad.
- Has almorzado. Tienes el sol a pleno en
tu patio, o en la plaza de enfrente, o tie-
nes un parque a unas cuadras. No te tires
en el sillón a oscuras a ver el celular o te
apoltrones a ver una “serie”.
- Saliendo a caminar no lleves el celular en
tu bolsillo. Procura literalmente “liberar”
tu mente y tu cuerpo.
- Quieres descansar haciendo una siesta
reparadora (recomendada por San Benito
en su Regla hace mas de 1300 años). No
te lleves el celular a la cama. Ponte boca
arriba (o como te guste), cierra los ojos,
pon tu mente en “gris” y descansa.
- A la tarde, si ya cumpliste con tu trabajo
o estudio ¿te la pasarás enchufado a un
aparato electrónico? ¿No hay un patio
que ordenar, árboles que regar, un jardín
que mejorar? ¿Un amigo que visitar, un
familiar?; ¿un arte que perfeccionar?¿un

88
Sanar el alma de la adicción virtual

vehículo que mantener? No derroches tu


tarde detrás de una pantalla.
- Si hago una estadística ¿Cuánto tiempo
de mi vigilia (despierto) me la he pasado
con la tecnología y por tanto en el
mundo virtual? ¿cuánto dediqué a las
relaciones humanas: conversaciones, un
mate, un te o un café con familiares, con
amigos? ¿Cuánto tiempo hice actividades
de recreación, trabajo manual, hobby?
¿Dediqué tiempo a estar al aire libre, una
caminata, una rutina deportiva?
- En definitiva: estoy viviendo una “vida
real” o una “vida virtual”?
- ¿Cuánto hace que no tengo una comu-
nicación directa con familiares y amigos
distantes? ¿No será que me conformo
con un mensajito de voz dejado en su
whatsapp? Creo que eso no es una con-
versación real. Es más real la llamada
directa, telefónica, o de whatsapp, pero
simultánea.
- Me voy a dormir: ¿me llevo el celular a la
cama, continuando la cadena infinita?
¿me amanezco con el celular y termino
durmiendo solamente dos o tres horas
cada día?

89
Sanar el alma de la adicción virtual

2. Querer sanar

Dios ha puesto en nuestra naturaleza ciertas reac-


ciones o anticuerpos a todo lo que envenena el alma. Por
consiguiente hay avisos internos que nos dicen: esto no
está bien, esto no va bien. Es nuestra conciencia y las
gracias actuales del Espíritu Santo. Hay que oírlos y ser
consecuentes. Porque si no salimos de la adicción quedará
truncada nuestra realización como personas. Un niño
pondrá en riesgo su desarrollo normal, su salud psico-
lógica. Un adolescente pondrá en riesgo, además de su
salud psicoespiritual, sus objetivos de educación de estu-
dio, de maduración. Un adulto pondrá en riesgo su esta-
bilidad emocional y sus relaciones laborales y familiares.
Un anciano pondrá en riesgo todo lo bueno que ha lo-
grado en la vida, y seguramente todos pondrán en riesgo
su salvación eterna.
Hay que pensar que todo esto se convierte en una
“gran oportunidad”. Hay que querer sanar, y hay que
saber que, con voluntad y disciplina, y con la gracia de
Dios se puede sanar, y lograr una “vida plena”.
Y aquí entra el llamado de Cristo: “Conviértanse y
crean en la Buena Noticia”. Y aquello de San Pablo: “ni
los fornicarios, ni los adúlteros, ni los borrachos”129 here-
darán el reino de los cielos. Y tantos pasajes de la Escri-
tura que hablan de la ruina como consecuencia de una
vida dedicada al vicio. Si somos adictos y hemos perdido

129 Cfr. 1 Co 6,9-10.

90
Sanar el alma de la adicción virtual

la soberanía sobre nuestras facultades, hemos perdido la


libertad: llevamos una vida menos humana.
Con mucha probabilidad y lamentablemente veremos
derrumbarse nuestra “casa”: nuestra persona, todo lo que
amamos, porque hemos fundado la casa sobre “arena” y
no sobre roca.130 La roca simboliza los fundamentos
sólidos de relaciones humanas fuertes, la roca es la fe. La
roca es Jesucristo “Camino, Verdad y Vida”.131

3. Poner los medios:

Cuando se ha caído muy bajo, no hay prácticamente


más posibilidad que mejorar. Es bueno tener la idea de
que cuando bajamos por una piscina profunda hasta el
fondo, hacemos pie, tomamos impulso y comenzamos
luego a subir a la superficie.
Si queremos realmente mejorar, con trabajo y oración se
pueden lograr fantásticos resultados, recuperar la libertad
espiritual y psíquica y volver a la alegría de vivir bien.
De allí que Jesucristo diga que “ciertos demonios se
espantan con ayuno y oración”.132 Podemos aplicarlo aquí
“con trabajo, con orden, con disciplina y oración”. Y a ello se
aplicaban los Padres del desierto y esa es la finalidad de la vi-
da monástica: lograr el dominio de sí para que pueda en el al-

130 Cfr. Mt 7, 21 ss.


131 Jn 14, 6.
132 Mt 17, 21.

91
Sanar el alma de la adicción virtual

ma habitar Dios. La máxima de San Benito sintetiza este


estilo de vida: “ora et labora”: haz oración y trabaja”. Y es allí
donde llegaremos a una vida humana auténtica.133

a. Medios naturales

- Fomentar relaciones humanas sanas, au-


ténticas y reales: familia, amistades, rela-
ciones laborales, comunitarias (parro-
quia, club, deporte, etc.) En primer lugar
aquellas por las que estamos obligados
por parentesco. Pero también las amis-
tades que sean de encuentros y visitas
reales (tomar mates, un café, comer unas
pizzas). Es muy importante tener buenos
amigos y hacerles agradable la compañía.
- Desempeño del deber de estado: estudio,
trabajo, deberes de familia.
- Hacer orden y mantenerlo: habitación,
cocina, baño. Ambientes iluminados y
ventilados. Renovar lo que tiene dema-

133 Y ello configuró toda la cultura occidental prácticamente desde la caída


del imperio romano. Así es que si estamos viendo hoy “caer” una
civilización. Receta: “ora et labora”. Lo propio del ser humano es gobernar,
ser soberano sobre lo creado (Gn 1), ser soberano sobre las propias
inclinaciones o pasiones. Ellas deben ser purificadas, ordenadas, estar al
servicio del hombre y no al revés. Deben contribuir a la realización humana
y cristiana y a la salvación y no impedirla.

92
Sanar el alma de la adicción virtual

siado aspecto envejecido y decadente o


darle un “toque” de buen gusto.
- Actividad manual y física:
- Tener contacto con la naturaleza: por
ejemplo tener un espacio verde y arre-
glarlo. Al menos plantitas aún en un es-
pacio reducido. Puede ayudar incluso te-
ner alguna mascota.134
- Perfeccionar algún arte: música o pintura,
escultura, etc. Tener algún hobby.
- Hacer deporte, caminata al aire libre.
- Descansar las horas convenientes: por lo
menos 7 por la noche y media o una hora
de siesta. Hay que desconectar la mente
de todas las ideas reales o virtuales para
descansar. Te debes, literalmente, “de-
senchufar” de cualquier idea o actividad.
Evitar llevar el celular a la cama. Cam-
biarlo por un libro sano y distendido, o
por la Sagrada Biblia.
- Idear un horario básico para mi día, aun-
que con el cuidado de no pegarme tanto
que me deprima si no lo cumplo. Puedo
escribirlo o tenerlo en mente. Ayuda el
ser metódico sobre todo en la fase de

134 Un gato, un perro, pero desaconsejo tenerlo dentro de la casa, donde


dificulte la relación con las otras personas. Cuidar la limpieza es
fundamental.

93
Sanar el alma de la adicción virtual

dejar la adicción. Somos “hijos de la cos-


tumbre”.
- Usar bien los aparatos tecnológicos de
pantalla. Ordenar mis horarios: hacer uso
racional del celular, de la pc.
- Tener una sola red social si fuese posible:
elegir whatsapp. Si por circunstancias la-
borales debes tener otra red social, desa-
consejo usarla también para pantalla de
promoción personal.
- Seleccionar una película con contenidos
para ver determinado día de la semana,
en familia. Planificar el horario para ver
la película o capítulo de serie, y no pasar-
me varias horas delante de la tv viendo
todos los capítulos posibles. Evitar pelí-
culas o series con contenido inmoral o de
terror.
- Es importante para la vida en general y
para el crecimiento espiritual que “lo que
me hace bien, lo que está funcionando
bien no lo debo dejar o modificar”.
- Ayuda profesional, si fuese necesaria. Un
psicólogo que tenga el sentido de la mo-
ral y de la espiritualidad como por ejem-
plo de la escuela de la “Logoterapia”.

94
Sanar el alma de la adicción virtual

b. Sobrenaturales o espirituales

- Organizar la oración: relación personal


con el Señor. Oración de la mañana, de
la noche.
- Escribir propósitos concretos: “leeré la
palabra de Dios del día a la mañana con
el matecito o el cafecito”, “iré al Santísi-
mo tal día o a tal hora”.
- Lectura de la Palabra de Dios. Buscar el
mejor horario del día, con un mate, con
un te, un café. Se convierte también en
un descanso del alma. Se pueden leer los
Evangelios, las cartas de San Pablo, los
Proverbios, etc.
- El Santo Rosario: la Virgen María pro-
mete la salvación al que reza el Rosario
todos los días. La contemplación de los
“misterios” nos pone en sintonía con el
Señor y su Madre que es también Nues-
tra Madre.
- Vida de gracia: consiste en comunión sa-
cramental frecuente que puede ser como
mínimo el domingo, pero si es posible
también en la semana.
- Hacer confesión frecuente, cada quince o
veinte días, no dejar pasar más de un
mes.

95
Sanar el alma de la adicción virtual

- Tener paciencia consigo mismo. Si se


cae, levantarse, confiando en la miseri-
cordia del Señor, sabiendo que la llaga no
tardará en sanar a raíz de la buena volun-
tad y de las buenas obras.
- Puedes hacer todos los días las oraciones
de sanación interior que hay al final del
libro.
- Apertura a los demás y a sus necesidades.
Practicar obras de caridad físicas o espi-
rituales con mis familiares, mis vecinos,
con los necesitados.
- Algún retiro espiritual de conversión o
sanación. Luego también de perseveran-
cia.
- Recuerda siempre que “al final de la vida
el que se salva sana, y el que no se salva,
no se ha sanado nada”. Y aquello de San
Juan de la Cruz: “al final de la vida te
juzgarán en el amor”.

96
Sanar el alma de la adicción virtual

Oraciones para fomentar la amistad con Dios y


la sanación de las potencias y afectos del alma135

Todo el proceso deberá estar marcado por esta ora-


ción espontánea:

“Jesús Verbo de Dios sana en mi tu obra, sana en mi


la imagen de todas las cosas”

Y allí uno puede poner concretamente en el corazón


de Jesús qué cosas debo sanar:

“Saná en mí la afición a la bebida, al tabaco, a las dro-


gas, al mundo virtual. Saná en mí la imagen de la
sexualidad humana, la imagen de la mujer”, etc.

Invocación del Espíritu Santo

Ven Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y


enciende en ellos el fuego de tu Amor.
Envía Señor tu Espíritu para darnos nueva Vida. Y
renovarás la faz de la tierra.

135 Puedes hacerlas todos los días de ahora en adelante. Personalmente


hago estas oraciones apenas coloco mis pies en el suelo.

97
Sanar el alma de la adicción virtual

¡Oh Dios! que has iluminado los corazones de tus


fieles con las luces del Espíritu Santo, concédenos
gustar todo lo bueno y recto según el mismo Es-
píritu y gozar siempre de sus divinos consuelos.
Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
Pueden decirse tres “Gloria al Padre, al Hijo y al Espí-
ritu Santo…”

Consagración breve de san Luis María


para todos los días

«Te elijo hoy ¡oh María! en presencia de toda la


corte celestial por Madre y Reina mía. Te entrego y te
consagro con toda sumisión y amor mi cuerpo y mi
alma, mis bienes interiores y exteriores, y hasta el va-
lor de mis buenas acciones pasadas, presentes y fu-
turas, dejándote entero y pleno derecho de disponer
de mí y de todo cuanto me pertenece, sin excepción,
según tu agrado, para mayor gloria de Dios en el tiem-
po y en la eternidad. Amén».

98
Sanar el alma de la adicción virtual

Consagración afectuosa a Jesús

Esta oración a Jesús es para mover el afecto hacia Él que


dijo: “vengan a mí los que estén afligidos y agobiados y yo los
aliviaré”.136

«Señor Jesús:
Nada ni nadie más deseable que Tú. A Ti te busco
por sobre todo.
Nada ni nadie más deleitable que Tú. En Ti me delei-
to por sobre todo.
Nada ni nadie más amable que Tú. Te amo por sobre
todas las cosas y personas.
Señor Jesús que tu Amor abrace mi vida, que colme
todo mi ser. Que ni un solo instante obre si no es
impulsado por tu puro Amor. Amén».

Consagración de las potencias del alma a la


Santísima Trinidad

Dice san Agustín que nuestro espíritu humano es reflejo


de la Trinidad. La mente representa al Padre, el pensamiento
al Hijo y el acto de la voluntad, el amor, al Espíritu Santo.
Para sanar las potencias del alma del apego al pecado y a lo

136 Mt 11, 28.

99
Sanar el alma de la adicción virtual

que nos aleja de Dios es bueno consagrar conscientemente


dichas potencias a la Santísima Trinidad.

«Santísima Trinidad un solo Dios, yo te adoro:


Te entrego Padre lo más íntimo de mi ser, mi cuerpo y
mi alma, mi mente y mi memoria.
Te entrego Hijo mi inteligencia, mis pensamientos,
mis intenciones, mis sentidos externos e internos.
Te entrego Espíritu Santo mi voluntad, mi afectividad,
mis pasiones, mi libertad, mis decisiones, mis
deseos.
Que todo en mi sea Dios mío según tu Voluntad.
Santísima Trinidad, ¡Salva mi alma! ¡salva las almas!
Amén».

Jaculatoria a la Madre de Dios


eficaz contra las tentaciones

V. ¡Bendita y alabada sea la Inmaculada Concepción


de la Santísima Virgen María Madre de Dios!
R. ¡Sea por siempre bendita y alabada! 137

137 Se dice que el Cura de Ars recitaba cada día seis de ellas seguidas de
una Salve para implorar la virtud de la castidad.

100
Sanar el alma de la adicción virtual

Índice

Premisas 7
Introducción 11
Capítulo I Entender la vida espiritual 15
Capítulo II Purificación de los sentidos del espíritu 27
Capítulo III Noche activa de los sentidos y purifica-
ción de los afectos 37
Capítulo IV La adicción virtual 45
Capítulo V Sanar la adicción virtual 51
Capítulo VI Entronización del Amor de Cristo en el
Alma 63
Síntesis final La tempestad calmada (Mc 4, 35) 69
Conclusión Subir el Monte y entrar en el centro del
Castillo 75
Apéndice “Luces” para sanar la adicción virtual 85
Oraciones para fomentar la amistad con Dios y la
sanación de las potencias y afectos del alma 97
Índice 101

Contacto: gonzaciperiani@gmail.com

101

También podría gustarte