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Obedecer a Dios - Ser integrales

Les voy a decir una serie de palabras y ustedes levanten pulgar arriba si les produce una
sensación buena o pulgar abajo si les produce una sensación mala.

Brócoli
Helado
Estudiar
Dormir
Duda
Disciplina
Flojera
Amor
Trabajo
Obediencia

Si bien las palabras son solo palabras, hay algunas que nos producen un sentimiento lindo y
otras uno feo como vimos en la dinámica anterior. Disciplina, por ejemplo, es una palabra
que siempre nos va a parecer fea aunque se use para describir a un deportista. Vacaciones
siempre nos va a parecer linda, tengamos 15, 23, 40 o 65 años. Una de las palabras que
nos parecen feas es obediencia. ¿Por qué piensan que es eso? Mi tan querida y odiada
RAE define obedecer como “cumplir la voluntad de quien manda”. Creo que una de las
razones por las que no nos gusta esa palabra es porque siempre involucra que haya alguien
superior a nosotros, alguien que manda. Los humanos somos muy egocéntricos y
orgullosos, no soportamos la idea de tener a alguien que nos mande. Se acuerdan cuando
teníamos clases presenciales y los cursos medio que se peleaban por ver quién era el
mejor? Cuando iba a la escuela hubo una época en la que nos la pasábamos escribiendo
“6to manda, 5to obedece”, vivieron esa época? Siempre le tuvimos rechazo a la idea de que
alguien nos mande, de tener un superior. Yo de esto mucho no voy a saber porque soy la
mayor pero pregúntenle a Lali cómo se siente cuando nuestros papás no están y me tiene
que obedecer a mí. El mundo en el que vivimos rechaza totalmente la idea de obedecer a
alguien, aunque tengan que hacerlo igual.

Como cristianos estamos acostumbrados a nadar en contra de la corriente. Así como Jesús
vino a la tierra para romper con un montón de cosas en su época, más de 2000 años
después, seguir los pasos de Jesús sigue rompiendo con un montón de cosas de esta
época. ¿Alguno me tira algún ejemplo de algo que hagamos los cristianos hoy en día que
vaya en contra de lo que hacen todos los demás? Bueno, con el tema de la obediencia
Jesús también tiene algunas cosas que decir.

1. Amar a Dios es obedecerlo

El Boomerang pasado Maui nos habló sobre amar a Dios e involucrarlo en nuestra vida, en
el IRL vimos formas prácticas de hacer eso. Pero en el diccionario de Dios amar significa
una cosa en particular, y podemos encontrar esa definición en la Biblia en Juan 14:21.

¿Quién es el que me ama? El que hace suyos mis mandamientos y los obedece.
¿Qué significa amar según Dios? Obedecer sus mandamientos.

Y acá no se refiere solo a los 10 mandamientos que estamos estudiando los domingos, acá
se refiere a todo que Dios puso en la biblia. Porque ustedes me pueden decir “ah bueno,
genial, yo no mato, no robo, no engaño” pero en Filipenses la Biblia también dice “háganlo
todo sin quejas ni contiendas” y quiero ver si hay alguno acá que va a ordenar su pieza sin
quejarse aunque sea para adentro… Jesús sigue diciendo:

El que me ama, obedecerá mi palabra, y mi Padre lo amará, y haremos nuestra


morada en él. El que no me ama, no obedece mis palabras.

La cosa es clara: amar = obedecer su palabra, no amar = no obedecer su palabra. Y


sabemos que a veces hay cosas en la Biblia que no están muy claras o mismo cosas sobre
las que no se menciona nada de forma directa (busquen en la Biblia a ver qué dice Dios
sobre los tatuajes o los piercings), pero en este caso, Dios siempre fue muy directo sobre lo
que teníamos que hacer siendo sus hijos. Así que no hay excusa, obedecerlo o no va a
depender pura y exclusivamente de nuestra decisión. La Biblia en ese sentido es como un
manual de instrucciones y si queremos vivir como Dios quiere, tenemos que obedecerlo.

2. ¿Por qué tenemos que obedecer a Dios?

Bueno, sabemos que si lo amamos tenemos que obedecerlo, pero ¿por qué? Quiero que
veamos un video de mi personaje fav en el UCM.

VIDEO THOR

Explicar contexto: Thor le hace caso porque sea villano o no, él es el único que sabe cómo
salir de Asgard sin usar el Bifrost.

Hace unos meses empecé el gym, hay muchas máquinas y objetos para ejercitar y cada
uno puede ir las veces que quiera, la cantidad de horas que quieran y hacer los ejercicios
que quieran. Pero también hay un instructor, que te va indicando, en base a lo que querés
trabajar, qué ejercicios hacer y cuántas repeticiones, etc. Obviamente, yo voy con el
instructor, lo que me dice lo hago, la cantidad de veces que me dice y de la forma en que
me dice. ¿Por qué piensan que hago esto en lugar de elegir yo qué máquinas usar y
cuántas repeticiones hacer? La respuesta es: él sabe más que yo. Yo obedezco al
instructor porque él sabe más que yo. En lo que a ejercicio físico se refiere, él es el que
conoce del tema, sabe qué me conviene más, qué no me conviene hacer, qué ejercicios son
los indicados para lo que quiero trabajar. Incluso cuando me duele el cuello o la cintura, voy
a él a preguntarle qué ejercicios para elongar me recomienda. Y yo lo obedezco sin dudar
porque él sabe más de esto que yo, si yo hiciera lo que quisiera en el gym quizás vería
algunos resultados, pero no los mismos que si le hago caso al instructor.

Con Dios pasa lo mismo. Dios sabe todo, Él es el creador de todo. Entonces, ¿cómo no le
vamos a hacer caso al que creó todo lo que vemos, al que nos creó a nosotros? Es como
que conozcan a Bill Gates, el creador de Microsoft y le pidan ayuda con algo de la pc y
después no le hagan caso. La Biblia dice en Isaías 40:28
¿Acaso no lo sabes? ¿Acaso no te has enterado?
El Señor es el Dios eterno, creador de los confines de la tierra.
No se cansa ni se fatiga, y su inteligencia es insondable.

Esta es una de las razones por las que deberíamos obedecer a Dios: Él sabe más.

Además de esto, miren lo que dice Jesús en Juan 10:10:

El ladrón no viene más que a robar, matar y destruir; yo he venido para que tengan
vida, y la tengan en abundancia.

Jesús dijo que vino para que tengamos vida en abundancia, no una vida común, no una
vida meh, ni una vida safable, una vida en abundancia. Piensen en esto un poquito
conmigo: el creador del universo viene y nos dice que nos ama, sacrifica a su único hijo
para que puedan vivir y encima dice que quiere darnos una vida en abundancia… ¿le harían
caso? Obvio que sí. Porque sabemos que con nuestra obediencia Él no busca su beneficio,
sino el nuestro. ¿Cómo podemos resistirnos a eso? Este es otro de los motivos por los que
tenemos que obedecer a Dios: Él busca nuestro beneficio.

3. Obedecer a las autoridades es también obedecer a Dios

Hasta ahora nos centramos solo en la palabra de Dios, pero vamos a trasladarlo un poquito
a nuestro día a día. ¿Qué nombres se les vienen a la mente cuando yo digo autoridades?
Las autoridades pueden ir desde el presi, nuestro pastor, el director del colegio, el profesor,
hasta nuestros padres. Todos ellos son autoridades, y veamos qué dice Dios sobre ellos en
Romanos 13:1

Todos deben respetar la autoridad del gobierno, pues no hay autoridad que no venga
de Dios. Los que están gobernando ahora fueron puestos por Dios.

Si bien en este caso se menciona específicamente a las autoridades del gobierno (es decir,
es horrible la cuarentena pero hay que hacerle caso al presi), este versículo lo podemos
aplicar a todas las autoridades que tengamos en nuestra vida, especialmente a nuestros
padres porque incluso tenemos uno de los 10 mandamientos que dice que tenemos que
honrarlos. Y acá se complica la cuestión, porque obedecer a Dios es una cosa porque
sabemos que es perfecto y todo lo que nos manda a hacer es para nuestro bien, pero otra
cosa muy distinta es obedecer a un humano imperfecto, porque por mucho que amemos a
nuestros padres, o nuestro profe favorito o a Sebas, siguen siendo humanos imperfectos. Y
muchas veces ellos están buscando nuestro bien pero no lo entendemos en ese momento y
se nos hace mucho más difícil obedecer. Alguno tiene un ejemplo de algo que los mandaron
a hacer sus padres y que no entendían qué sentido tiene pero tuvieron que hacerlo igual?
(Contar historia UPD?). Más allá de que entendamos o no por qué nuestros papás nos
mandan a hacer ciertas cosas, tenemos que obedecerlos, porque aunque ellos no son
perfectos, tenemos a un Dios perfecto que nos mandó a obedecerlos.

4. Reflejamos el amor de Dios siendo obedientes en todos lados


Les voy a hacer una pregunta: ¿de quién estoy enamorada yo? (personas reales, ya sé que
saben que amo a Justin y Loki pero no cuentan como reales) ¿Y cómo se dan cuenta de
que estoy enamorada del eterno? Porque lo demuestro. Hay muchas formas de mostrar
nuestro amor a una persona, una foto, un estado, un mensaje, un beso, un abrazo, etc.
Pero qué pasa cuando no estamos con esa persona en ese momento? ¿Podemos mostrar
que lo amamos igual? ¿Cómo? Cuando yo me fui de viaje de egresados yo ya estaba de
novia con Steve, en el micro los coordinadores hicieron como un juego de prendas y
eligieron a un chico al azar y a una chica para que se dieran un beso. Obvio que siempre
mala suerte, me dijeron a mi, sentada desde donde estaba les dije que no, me preguntaron
por qué y les dije que tenía novio, me preguntaron si estaba en el micro y les dije que no y
me dijeron que entonces no pasaba nada y que podía hacerlo igual porque mi novio no se
iba a enterar, seguí diciendo que no y pasaron a otra persona. Si yo le hubiese dado un
beso a alguien probablemente Steve no se hubiese enterado nunca porque no estaba ahí,
sin embargo, una de las formas de mostrar nuestro amor por alguien es siendo fiel, incluso
aunque no estén presentes. ¿Por qué les cuento esto? Porque en ambientes como la
iglesia, la reunión de jóvenes, Boomerang, incluso viviendo en una familia cristiana es fácil
mostrar que amamos a Dios haciéndole caso. El verdadero desafío es en esos lugares
donde ningún otro cristiano nos ve. Puede ser la escuela, el club, amigas de danza, del
barrio o cualquier otro ambiente no cristiano. Sabemos que si estamos en la escuela y nos
copiamos en un examen, probablemente nuestros líderes no se van a enterar, es fácil ahí
no mostrar que amamos a Dios, pero es en esos ambientes en los que más tenemos que
mostrarlos. Volvamos al primer versículo de todos:

¿Quién es el que me ama? El que hace suyos mis mandamientos y los obedece.
El que me ama, obedecerá mi palabra, y mi Padre lo amará, y haremos nuestra
morada en él.

Jesús no dice “el que los obedece en la iglesia, o en la reunión de jóvenes, o en casa”. No,
él dice obedecer, punto. No importa dónde o con quién estemos. Si obedecemos a Dios,
Dios va a habitar en nosotros y nosotros vamos a poder reflejarlo donde estemos. En la
Biblia Jesús nos dice que somos la sal y la luz del mundo, la sal sala toda la comida en la
que la ponemos, y una luz ilumina el cuarto en el que la prendemos. Eso tenemos que ser
nosotros en todos los ambientes, tenemos que dar luz y reflejar a Dios donde estemos .
¿Cómo? Amándolo, obedeciéndolo en todos los ámbitos de nuestra vida.

CONCLUSIÓN

1. Amar a Dios es obedecerlo


2. Lo obedecemos porque Él sabe más y porque siempre busca nuestro beneficio.
3. Obedecer a las autoridades también es obedecer a Dios
4. Reflejamos el amor de Dios siendo obedientes en todos lados

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