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LA LITERATURA DE HOY EL CONCEPTISMO INTERIOR DE PEDRO SALINAS Dedicedo al poeta como saludo de bienvenide con ocasién de su nombramiento para derempeier la citedra de espatol en le Universidad de Jobns Hopkins. (Septiembre de 1340.) La mission de la potsie: est doffric iu plus solide du longege et plus mystéricux du monde, le lieu d'une miraculeuse coincidence. ‘Tererny MAULNIER Es posible que el estudio que sigue sea leido con algin prejuicio: se trata de un pocta contemporineo que, por afiadidura, es un viejo amigo mio y un compafero en Ia Universidad donde los dos enseiiamos (su oficina en Gilman Hall esté, justamente, pared por medio de la mia). Todo parece, pues, combinarse contra la imparcialidad cientifica y reforzar Ia falta de perspectiva, tanto en el tiempo y en el espacio como en el espiritu del critico. Y, sin embargo, emprendo este estudio, movido no por la vana presuncién que espera salir triunfante, por azar, de una prueba dificil, sino simplemente con Ia conciencia de quien sabe que no- puede ser parcial bajo el imperio de un «parti-pris. Conozco y estimo la poesia de Salinas desde hace unos diez aioe y me habia formado una idea sobre ella antes de haber conocido personalmente a su creador. Podria decir para desarmat a los suspicaces que fué la estimacién por el hombre—el pensador y el pocta—lo que me inspiré el sentimiento de la amistad, no la amistad lo que me hizo estimar al hombre, Afiadiré que ni una sola vez he hablado con Salinas de su propia possia y que desconozco la auto-critica que haya podido hacer de su obra.(!) No he leido tampoco—y esto deliberadamente—ningén estudio critic sobre 1a obra del poeta, No conozco nada de su biografia interior y no co- meteré la indiscrecién, aunque la ¢actitud cientifica> pudiera justificarla, de querer penetrar el misterio biogrifico de ese Ti femenino tan aéreo y tan emocionadamente cantado. Tampoco me ocuparé de los modelos inmediatos del poeta, J. R. Jiménez,{?) a) tio, ne gente publindes, por Sains con el silo de Reality, end se Bact is Spent Boety, Beicore Johns Hopkins 1940, para comprobar I mencalidad su poesia. Es muy significaci ic es decir, en torno iso (2) Te la mpeesién. de ue la poesia de Ji eepaidlncate Tord 1 alse waeal “Oh Toe "nid bp Beclnin ba. while edo eo Sales "82 foc 8 dls el em inelinacisn haci = despierto, Py leitmotifse—pero los origenes simbolizas de cata poesia Ia’ distinguens radicalmente de [a de Salinas. E, Neddermann, he cacalogado estos ele- forces om to ead Die Spmbelischen Stidemente im Werke vm Juen, Ramin Fimbnet, Has burger Studien 20, 1935. Lo vage, Jo vaporaso, lo sin contorno ceden en Salines al relieve bien defi- rida, Asi la Sefiocita Neddermann encuentra sn J. R. Jiméner las preposiciones hacia, entre (entre ia mieble, ete. derivada claramente del permi de los simbolistas Feanceses), por, para i tendencia vaga hacia lon Ingares indeeerminados, en tanto que Salin ie oa vei pnt pre snc san desiey cate le edvesion,Ijor, eld jor, inmensamente Tees, mints que. ea itnas encomramae un is aflf de todo, pero cite’ mds alt tath moka bom emparentedo con'un deeds 34 LEO SPITZER por ejemplo. Las notas que siguen son exclusivamente fruto de observaciones perso ales y estén sacadas directamente de la obra misma. No citaré més que una coleceién de sus poesias: Le voz « fi debide, de 1933, en la edicién de Miss Turnbull, titulads Truth of Two, John Hopkins Press, 1940, Sigo en esto mi norma acostumbrada en los estudios estilisticos que intentan captar lo esencial de un escritor en una imagen acumulada y fija, por decirlo asi, haciendo abstraccién de Ia evolucién del poeta y considerindolo por lo que 2 mi trabajo se refiere como auctor wnius libelli. Una bi- bliografia de los que él no puede rechazar: leo en la cubierta del volumen de ensayos citado el siguiente resumen del problema que ¢l titulo formula: The poet places himself before reality like a human body before light: in order to create something ¢lse, 2 shadow... The poet adds shadows to the world, bright and luminous shedows, like new light... Las palabras subrayadas por mi son. muy de la ‘mistica espafola, Ninguna otra men- talidad nacional comprenderia esta ecuacién brusea y violenta: ‘Sombra’ = ‘luz’, sim- bolo de estas otras: la nade = ef todo, el sueio = vide. (Pensemos, por ejemplo, y como contraste, que en la célebre definicién que hace Zola de la novela slo ve un ¢prismaa transparente en la personalidad del autor interponiéndose entre la realidad y Ja obra.) No seri demasiado atrevido el mencionar aqui el paralelo con el paisaje espafiol donde verdaderamente el exceso de luz no sélo nos hace desear la sombra (por ejemplo Ia de los ML CONCEPTIMO INTERIOR DE PEDRO SALINAS 7 monasterios y conventes), sino que la crea instantineamente; y el otro paralelo con tantos rostros humanos en Espafia, verdaderos paisajes, en los que 1a alegria radiante puede convertirse insensiblemente en matices de sombra: el negro latente en la pintura de Murillo, Zurbaran, Ribera es un chiaroscuro que se halla en la base de todo el paisaje, natural o humano, de Espaia, Cosa curioss, haste la mujer emada es negeda por nuestro poeta; no conozco poesia de amor donde la pareja amorosa se reduzca hasta tal punto al yo del poeta, donde Ia mujer sélo viva en funcién del espiritu del hombre y no sea més que ¢un fendmeno de conciencia> de éste. Una lectora de Salinas, mujer real pronta a percibir inmediata- mente el grado de importancia y Ia naturaleza del papel que las mujeres desempefian en cada autor, exclamaba con acritud: «Pero lz mujer que Salinas ama no es una persona; este poeta no es sino un Narciso que no conoce a nadie que esté fuera de éls.(2) Sin aceptar enteramente este juicio tipicamente fernenino, diremos que el amor ex para nuestro poeta una posibilidad, la més augusta posibilidad del conocimiento de lo real dentro de su propia realidad, del nosce fe ipsum, del noli forss ire: in interiore enimae habitat veritas, Si la realidad de la mujer no debe ser buscada ni en su imagen exterior, ri en su alma, ni siquiera en lo que el poeta siente, sino en el més alld, el detrds de todo que er como la muerte (p. 12), resulta que ess realidad no se asienta verdaderamente mis que en la especulacién metafisica del poeta mismo. Menos mal si el poeta se de- cide a reconocer a la mujer una naturaleza cambiante, cuyo principio de unidad serla precisamente el cambio (p. 20): Fatalmente, te mudas sin dejar de ser ti, en tu propia mudenza, com Ia fidelidad constante del cambier — subrayo esta vez las expresiones que indican Ia estabilidad de la naturaleza femenina, pero esta estabilidad consiste en el cambio, en la multiplicacién de naturalezas varias, que, en su fatalidad, inspiran al poeta un paver metafisico («Miedo»). A veces, por el contrario, la mujer, es toda promesa, fuerza en potencia, mafiene (p. 24), palabra, a I cual Ia mujer afiade un yo ‘cuerda de arco’ que proyecta una flecha en el espacio infinite: —vide en potencis, Los objetos de sus actos, palabras, deseos, no son lo escncial de la mujer: con una expecie de desprecio de todo el contenido del alma de la compafiera y con una negativa completa de asimilarla a su vida intima, el poeta nos dice (p. 114): Yo no miro adonde miras: yo te estoy viendo mirar. no pienso em lo que th quieres... Lo quieres boy, lo deseas: matiana to olvidaris por una querencie nueva. (3). La poesia en la que Salinas confiesa su eestupors y no oye las palabras que le dice la amads, porque d murmuraba dentro de si las palabras que hubiera deseado que ella seria un cent smonio en favor de esta idea. 38 LEO sPrTZER No. Te espero mis allé, de los fines yy de los términos. En lo que no be de paser me quedo, em el puto acto de tu deseo, queritndote, Y no quiero ye otra cose mds que verte @ ti querer— Aqui se afirma el principio activo, el acto puro de la mujer, pero sobre todo la actividad cognoscitiva del poeta (ver mivar, ver querer): es la prevencia de una fuerza y de una sensibilidad que la registra, no de dos seres que se interpenetran: el ser concreto de la mujer viene 2 distraer al poeta, es un impedimento (Lo que eres — me distrae de lo que dices), parece decir lo contrario, pero fo que eres es lo que piensa dz ella el poeta; Ia exencia de ese ser se identifica con el cémo el poeta lo concibe en el mds alld, Ora yer (p. 4) el poeta afirma: Tai vives siempre em tus actos, apresurindose a ver en la ‘vida sin vacilaciones de la mujer cosas muy enigméticas cuyo misterio nunca podré descubrit: por ejemplo, su cuerpo rosa. Es como si se regocijase de este has vuelto Jos misterios de revés, del desacuerdo entre lo que es misterio para Ella, y lo que lo es para El. A veces parece que toda indicacién precisa sobre la amada aligera la pesada carga en el alma del amante (p. 52): 1Qué alegria més alta; vivir en los pronombres! —los pronombres que son més abstractos que los nombres: Quitate 96 Los trajes, Jas sefias, los retratos... Te quiero puta, libre, irveductible: ti y el poeta querria librarse también. del peso de Ia losa que es su propia vida para ser solamente yo. La persona absoluta, sin especificacién ni particularidad y Mena, no obstante, de contenido vital para el poeta, se traduce por el pronombre, vicario del substantive. Una poesia entera (p. 170) contiene un pronombre (las) que sélo al fin evela su incégnito, y esto en un paréntesis como si fuera un enigma (Jas lagrimas). Lo que quieren se quede alld atvés, todo incognito. Y su nombre tembién, ‘Las esencias llegan al maximo de pureza cuando permanecen de incégnito. El nombre -de las cosas es, por lo general, una carga, mata el acaecer, infiltrando en él algo ya vivido (p. 32), algo tout fait, como diria Bergson: Si ti no tuvieras nombre, todo seria primero, inicial, todo inventado bor tbo. EL CONCEPTISMO INTERIOR DE PEDRO SALINAS 39 E]l idioma particular que Ella habla falsifica sus palabras (p. 16): Y equello que elle me dijo fué en un dioma del mundo, con gramética e historia. Ton de verdad, gue parece mentira, Si el poeta ve a su dama mis bien en ¢l més alld, no debe ser, sin embargo, total- mente aérea (recuérdese, no obstante, la frecuencia del neologismo ingrévido, p. 3%, 68, 140): Salinas siente a veces la nostalgia del més acd, del mundo: espera a la amada en este ‘gran centro’ hacia el cual gravitan las masas (p. 122): Armor total, quererse como masas; pero es significativo verle siempre tomar la direccién contraria a la de lo hhumano que acontece en la tierra. Sélo le asustard encontrar a la amadz en un mds alld que esté en el centro de la tierra, en los antipodas del cielo, donde Dante situaba al Diablo. También el tiempo es una carga que el amor del poeta destruiri substituyén- dolo por los cielos intemporales (p. 6): el detrds se convertira en jatras! En el propésito de reducir hasta el limite la materia de la mujer, ni siquiera el hecho de su existencia (no el de su realidad) esté al abrigo de la duda, La mujer seri tan puramente pasiva que ningiin indicio de su amor pueda prestar materialidad 2 su persona, més tenue que la de Laura (p. 124): Jamis palabras, abrazos, me divin que th existies, que me quisiste: jamds... No vaya ser que descubra con preguntas, con caricias, esa soleded inmensa de quererte sélo yo. Amor gratuito que se satisface con la realidad interior y solitaria del yo amante y que ‘sume todo el peso del amor (amor - pondus). La amada es un concepto puro. Esta actitud, tan critica, hacia el amor del hombre por la mujer, que ve precisa- mente en Ia imagen ideal de la mujer a la que el hombre sacrifiea su yo, una creacido voluntaria y viril de este yo poderoso, se vislumbra ya en los clisicos. Un petrarqui- zante tan abandonado a su pasién como parece serlo Garcilaso escribe en un soneto, que Salinas cita en su ensayo (p. 83): Escrito esté en mi alma vuestro gesto y cuanto yo escribir de vos deseo; vos sols lo escribistes, yo lo leo tan solo, que aun de vos me guardo cn esto... Yo no naci sino para quereros; mi alma os ha cortado a su medida, por hibito del alma misma os quiero, Cuanto tengo confieso yo deberos; por vos naci, por vos tengo le vida, por vos be de morir, y por vos muero. 40 LEO SPITZER El porta ha nacido para amar y morir por este mujer—creada por este hibito congé- nito—. Es su alma la que crea la imagen ideal. De aqui a decie ‘td eres una creacién de mi espiritu’, ‘td no existes mis que en mi’, no hay més que tn paso. UL. Et MuNpo EXTERIOR coMo cAOs He subrayado en Ja primera parte las expresiones negativas (sea las negaciones di- rectas como no, nade, jamés, scan expresioncs privativas como abolicién, puro") etc.) que hacen patente la resistencia del poeta a aceptar el mundo. Pero hay todavia una (4) Notemos ain le palabra desnado: (p. 82) irse—a lo desmude y « lo perdurable, que coatinda tun poco mis Iejoe con cal centro puro, inmévil, de ti mismar. (p. 52) ré rompiendo todo lo que encima me echaron desde antes de nacer. Y ruelto ya al anénimo eterno del desudo, dele piedra, del mundo, te dire —evee desoudar lo humane conduce hacia la Esencia, 2) Te vi, me has vito, y chore, deroude ya del equioco, de ta itr, del parade, ' e165 ten antigua mia, te conerco ten de tempo. (p. 142) abe. en diccionerios virgeoes, desnudos 7 sin ducio, esas letras intactas Aue jtindels eae wm te desnudo os to pb nid nna ya oan Jor, anual ea mente. de aleve. Sélo as lengua sian ec ay a ‘expresan por un prefijo el caricter_privetivo de le Srudle (el francés dénué, dénudé es diferente, v. Rhee. meds ion Es 20 Berane < (co de la desnudes’ (por sk anpienes dol A pee Lee eee Sk fupcinit volo lo especie ‘pera hacia las Bsenci > se explicria por on arictslisme, subcoow. Se ee tare Ese desudar la realidad que la Espafia clisica ha expresado por una palabra intreducible. la palabra desengatio (el francés désilusion es una copia endeble) ha producide en Salinas las forma- ciones verbales con ell prefijo des—: (p. 144) ese gran despintarse del ala y de le flor—que es desengatio de las cosns terrestres—y la abolicién del color y de ti que ex la consecuencia inmediata; (p. 62) ie Sibi va sha ae siglo, frendti desteje, a in ot, se desvive de ansia 3 ne Ta (16) su reloj destejia calendarios. ‘Se puede ver fa desmaterializacién o volatizacién tan sentida por el autor en un pasaje (p. 186) que recuerda al volatinero de Graciat Nos cobijaban techos, meter gee tc, abr, = Gor, tain menor, ae, nade, Como en espaticl la nade con su femenino parece mis misticamente personal que el fr. lo néant, el HL CONCEPTIMO INTERIOR DE PEDRO SALINAS at negatividad mis disimulads, que yo Ilamaria le enumeracién ceétice de los objetos, de las cosas del msindo, cosas contingentes euyo desotden se express con una especie de desprecio. Se puede seguir el desarrollo de este rasgo de estilo en la poesia (p. 46): {Qué gran vispera el mundo! No habia nade hecho. Ni materia, oi mimeros, ni astros, ni siglo, nada. EL carbém wo era negro ani la rose ere tierna, Nads ere made ain... No, el pesado era nuestro: no tenia ni nombre. Podiamos Hamarlo 4 nuestro gusto: estrella, colibri, teorema, en vex de ash, epasado..> Un gran viento soplabe hacia nosotros mins, continentes, motores... aL das Nichis y ol ing, nothingness no nes sorprenderk encontrar un matis postive en ‘ewence’ y ‘tents, nociones peivatives pot (p. 108) Ya no puedo encontrarte alli en exe distancia, precise ) se producen aproxi- maciones fortuitas e inusitadas, se dibujan paisajes siderales y borrosos, y la nade se puebla de grupos atados por el azar. Las aproximaciones siguen el ésquema del des- orden: minas, comtinentes, motores, — estrella — colibri — teorema — materia, nti meros, astros, siglo. Léxico donde las palabras se despojan de su sentido, es decir, cesan de ser ‘palabras’, A veces el poeta parece querer buscar este caos supratemporal, porque renegando del estado creado de las cosas, su imagen de la alegria conoceré una fisice ssustada (p. 54), un mundo trastornado donde Tos trenes se quedan més atrés atin que los-aviones y que la luz. Llenard el mundo de ruinas —érdenes, tiempo penas— en una abolicin triunfal, total... Las cosas y las ideas mis dispares se encontrarin en el mismo plano. Cuando el poets pide a la amada que salga del tiempo: Quitete ye los erajes, las sefias, los reeratos y desea salir 1 mismo del mundo temporal (p. 52}: enterraré los nombres, los rétulos, Ja historia. Y vuelto ya al anénimo eterno del desnudo, de la piedra, del mundo, esta rocas basilticas de nociones muy alejadas figurarin un mundo primitive, como salido de erupciones prediluvianas. El poeta esti siempre a punto de abandonar esta vids nuestra, especie de bazar confuso, para seguir Ia Hamada a lo transcendental: [Si me lamaras] Lo dejeria todo, todo lo firaria: los precios, Hos catdlogos, el azul del océano en los mepes, los dias y sus noches, los telegramas viejos y un amor. EL CONCEPTIMO INTERIOR DE PEDRO SALINAS 43 Luche or no queder donde quieres bi: aqui, en los alfabetos, en Jas auroras, en Jos labios. Ansia, de inse dejando atris angedotas, vestidos 1 cericias. (p. 82) Los besos tos traen los hilos del telégrafo, los roces con moches densas, los labios del porvenir. (p. 90) Sin embargo este desorden ciclépeo y primitive esta visto con los ojos de un poeta que eno es desorden>: las tricotomias cuidadosas acusan, 2 pesar de todo, «un desorden claro> y Salinas no se lanza a um apocaliptico tartamudeo, con Ia refundicién de pa- labras y las cacofonias grotescas, a lo Victor Hugo, Respeta la paz del diccionario y también Ia paz de ta sintaxis, Un detalle de estilo constante es Ia figura que lor gramiticos del sinscrito Haman yatbasemkys muy usada por los poetas del Renacimiento para manifestar la riqueza inmensa del mundo, Implica un arreglo de las cosas del mundo en un desorden claro, ©, mejor dicho, un orden que parece desorden: (p. 164) Y nadie me hizo sefias — wn jardin 0 tus labios, con irboles, con besos — (cl jardin no se agrupa con los irboles; los labios no se unen por los besos) (p. 176) an t8e sordo mundo, sim diferencias, del gramo, de la gota, em el agua, en el peso (el chiasma y el yathasamkya describen el mundo caético sin diferenciet). Si todo el mundo empirico se convierte en un baratillo ante este amor total, en compensacién éste se construye toda clase de medics de comunicacién, adaptados im- periosamente @ sus necesidades: (p. 14) Y atin espero tu vor: telescopios absjo... or espejos, por tiieles, por los afios bisiestos buede venir. El agrupamiento de estas cuatro palabras implica una comunidad de funciéa: ls de propagar Ia vor de la amada. Las palabras pronunciadss por Ella: Yo means... en- 44 LEO sPITzEn gendran (p. 24) toda suerte de esperanzas que se comunican por vias deliciosamente dispares: En trenes 0 en gacelas me Hegaban — agudas, sones de vialines ~- experenzes delgedes de bocas virginales, o veloces y grandes como buques, de lejos, como ballenas desde mares distentes.. Los trenes y las gacelas, al destruir las diferencias de tiempo y de clima y al fandir la navuraleza y fa técnica, el tiempo y el tempo, se aproziman en este mundo nuevo, tan real en la mente del poeta. Entonces, todo se multiplica (p. 70): Si, todo com exceso: Ia luz, la vida, el mart Plural todo, plural, luces, vidas y mares. Tablas, plumas y maquinas, todo a waltiplicer, caricia por caricia, abrazo por voledn. Con la punta de los dedos pedias el mando, ke arrances auroras, triunfos, colores, alegrias: es fu musica, Las palabras abstractas se codean con las concretas y las dos clases aparecen en plural, simbolo de este mundo multiplicado. La ‘enumeracién castica’ es, por lo tanto, ambi~ valence: reagrupa el mundo, sea destruyendo su fisica, sea recreando una nueva por medio del pensamiento. De todas las maneras, ella rechaza lo que existe, presentando las partes del todo como contingentes y accidentales, esparciéndolas, desmenuzindotas, diseminandolas, Se habré notado que Salinas mezcla en sus paisajes asteales con una cierta coqueteria los objetos de Ia técnica moderna con los de la tradicién poética: trenes — gecelas; minas — motores; telegramas, catdlogos — azul del océeno, un amor; plumes — md- quinas. ZEs la influencia de la pintura moderna que nos ha acostumbrado a agrupa- mientos inéditos? Pero es esta misma pintura la que produce en nosotros por la mezcla de objetos heteréclitos, tan distinta de las antiguas naturalezas muertas, una especie de desplazamiento césmico, de elevacién por encima de lo real, de ‘surrealista’ Es un hecho que nuestra clasificacién tradicional: aqui la poesia, alli, la técnica, a la par que va contra Ia civilizacién moderna, se resiente de un falso historicismo y establece cercas impenetrables entre cosas que la vida de hoy reine esponténeamente EL CONCEPTISMO INTERIOR DE PEDRO SALINAS “5 ¥ que sélo estaban separadas por una tradicién académica. El procedimiento de Salinas evita Ia desagregacién del vocabulario poético: las ‘gacelas’ se hacen menos exéticas, menos roménticas, menos ‘estilo Orientales’, a causa de estos ‘trenes’ que insisten sobre la funcién; y los “trenes’, a su vez, se hacen mis potticos. El horizonte del vocabalario se ha entiquecido, se ha descubierto Ia poesia de la técnica. Han pasado los tiempos en los cuales, bajo la influencia de un pseudo-humanismo que, desdeiioso de la técnica, se apropiaba los derechos de Iz antigiedad, se podia murmurar contra la extética del ‘Washington Bridge. En Salinas se funden el llamado «mundo moderno> y el mundo de Ia imaginacién: (p. 134) Sirenas de los cielos atin chorreando estrellas, Hiernas muchachas linguides que salen de aucoméviles me Meman— —. La misma ‘precision que hace sofiar’ se encuentra en las comparaciones tomadas de la fisica. Qué enters cee la piedrat Nada disiente en ella de su destino, de su ley: et suelo... Busca pesos, Jos mds bondos, en ti, que ellos te arrastren ese gran centro donde yo te espero. Amor total, quererse como masas. Le basta al poeta describie Ia ley de Ia gravitacién como un ‘destino’ para pedir al sex amado que se someta a su destino—igual al de una piedra que cae. La introduccién del hecho fisico y de Ia fisica, lejos de hacer a la poesia prosaica y ‘maciza’, le da una rea- lidad imaginativa: Ia ley natural aplicada al alma con esta violencia igualitaria, con este cercenamiento punzante, nos abre perspectivas de nuevos suefios: pero, como el poeta prefiere la vertical espiritualista a la horizontal materialista, su corazén se eleva mas gustoso hacia aquello que esti exento de la ley de la gravedad. No es casual el que hayamos sefialado mis arriba como palabra favorita de Salinas el adjetivo ingrévido, que expresa el deseo de un sentimiento de vida liberada de la pesantez terrestre: que es, por decirlo si, un término de fisica supraterrestre. Los conceptos mis audaces son, como en el siglo clisico, de una precisién minu- civsa: mafiand, palabra pronunciada por la mujer, es una: (p. 26) cuerda del arco donde Si: pusiste, agudisima, arma de veinte aios, BL CONCEPTISMO INTERIOR DE PEDRO SALINAS st le fleche mds segure cuando dijistes "Y0..? meaftane es una cuerda de arco capaz de producic un_ movimiento, yo es Ja flech2 del arco que realiza el movimiento—maziane es lo potencial, yo, la actualizacién—, la flecha, ‘segura’ de alcanzar el blanco, es esta joven de veinte afios evocada por el ‘yo’. La analogis estricta de la comparacién exige una visualizacién que seria penosa, por ejemplo, para una mentalidad, francesa. (Y notemos Ja anfibologia de sgudisima que al mismo tiempo que prepara la comparacién del arco, denota una facultad mental.) A veces un salto hacia lo abstracto se dibuja a partir de lo concreto: se sente Ia aceleracién y Ja intensificacién verbal que acompaiia esta entrada del poeta en su ver- dadero dominio: asi nos dice (p. 84), en una primera estrofa, que querria ser el suelo © Ia arena donde quedase impreso el pie de la Amada; en la segunda estrofa, que quisiera ser un vaso, una tela, madera, o los objetos que la Amada desea tener a su alrededor sin prestarles casi atencién; y luego siguen, dentro del mismo marco, los jAy, como quisiera ser. Y, ay cémo quisiera ser una alegria entre todes, une sola, la alegris con que te alegreras tii! Un amor, xn emor solo: el amor del que bi fe enamorases. Esta alegria, este amor, introducidos por el articulo indefinido, se individualizan en seguida por solo, y después se expresa el hecho de su glorificacion 0 deific ¢] articulo definido y la proposicién relativa que proyecta el esplendor del fi augusto de Is Amada sobre estas abstracciones. Ascensién 0 asuncién que casi nos corta el aliento, dejindonos en pleno cielo mistico: Ja elegria con que te alegraras tsi cs como no olvidemos una de esas manifestaciones del Amor divino que sostiene el amor en si todo el camino recorrido partiendo de 1a arena y de las telas! El deseo de precisién Ilega a infilerarse hasta alli donde el suetio es la unica rea- lidad (p. 86): el poeta desarrolla Ia idea de que, habiendo legado el dia a cortar su suefio, debe él despedirse de la amada vista en lo soiado: Cerca la maitane prepara toda su precision de rayos y de rises. jAfuera, fuera, ya lo sonado, flotente... Las verticales entran a trebajer, sin un dermayo, en reglas.. ~~ E} mundo va 6 funcionar boy bien... La siente buir: Te siento bur, ligera, de la aurora, exactisima, bacia arribe (hacia al “desorden del cielo’ dénde esté su sitio) Y no Ia reconoceria si no estuviere ye tu cuerpo limpio, exacto, ofrecitndome en labios el gren error del dia. ‘Cosa curiosa: el cuerpo femenino del suefio y el de Ja realidad del dia son, los doe, ‘exactos’. La Musa de Salinas ama a tal punto la claridad de las formas, que la nece- ita Jo mismo en el mundo inverso del suefio, considerado por él como el verdadero, que en la realidad ‘errénea’, confusa del dia. El suefio y Ia realidad se destacan en su poesia, de un fondo de claridad limpida. Salinas es, como Géngora segin la definicién de Dimaso Alonso, un poeta ‘dificil’, pero nunca ‘oscuro’, Muy caracteristico de nuestro poeta es un neologismo como tresvisible, por ej. (p. 78) la verdad tresvisible, y podria servir para caracterizarle, El espaol tiene, por un lado, el verbo frasver ‘ver a través de algo’; del otro, trascendente, trasparente; Salinas crea un frasvisible, por el cual la transcendencia se hace transparente, visible (de la misma manera, segiin fondo y fresfondo, forma le noche y le frasnoche, el amor y et frasemor). Es cun hombre para quien el mundo visible existe, pero jsdlo cuando es transportado hacia el mundo transcendente! El ensayista Salinas habla del efrenslucent mystery, almost fransperent mystery» de San Juan de la Cruz. Y el espaol es pro- ‘bablemente la nica gran lengua literaria que conoce el substantivo frasluz. ¢Quién sabe si esta transfiguracién precisa no es ef residuo de una vieja técnica mistica en Espata, de una imaginacién simbélica y figurativa que sabia frenar los vuelos misticos de una Santa Teresa por medio de las necesidades dogmiticas y la coercién de una rea- lidad tangible aceptada rigurosamente por Ja Iglesia? ‘Uno de los aspectos de este punto de partida preciso es la sobrieded de las palabras usadas en el diflogo de los amantes. Hay muchas, especialmente de las que dice Ia Amada, que el poeta recoge como punto de partida. Ellas son precisamente la més sobrias, las més secas, y, podrfamos decir, que las mds triviales, pero también las més Precisas en cuanto se refiere a resumir una situacién dada y a transportarla firme- mente hacia lo esencial. Por ej. (p. 14 y 134): No te vayas; (p. 26) Yo maiiens..., (p. 48 y 50) Aqui — Ya; (p. $2) Yo te quiero, soy yo; (p. 66) Pera — Eche « correr — Vete; (p. 70) Eso no es nade atin. Buscaos bien, bay mis; (p. 87) ¢Ay, dénde esta?; (p. 92) Soy fuyo, sdlo tuyo; (p. 98) Qué softaste? — No sé, se me be olvidedo; (p. 110) Me quieren los tigres o las sonsbras (quiz la tnica frase que nadie ha podido decir, la nica frase eromintica» de todo el libro); (p. 126 y 152) Te quiero; (p. 132) {Qué pronto! ;Tento que hablar, y tanto que nos quedaba ain!; (p. 146) No somos ella, pero jsi ti vieras qué iguales! Este monosilabismo, que recuerda el didlogo sin sentido impuesto a la pareja amo- rosa por la austeridad del ambiente eclesifstico en la Flamence provenzal, se debe pro- BL CONCEPTISMO INTERIOR DE PEDRO SALINAS 53 bablemente a la tendencia a considerar el monosilabo como una forma pura, elemental, del lenguaje humano (véanse los himnos con el monosilabo si, p. 58, y la frecuencia de pronombres monosilibices) lo que el punto o la linea recta serian en la geometria. Cuanto mis simple sea Ia palabra fonética, tanto mis podré enriquecerse su contenido semintico y emocional; hay como un afin presuntuoso de vencer dificultades “) en esta desproporcién entre el cuerpo fonético y el alma o la importancia de la palabra. Asien el Ye final de una poetia de tres paginas (p. 50 y ss.) que es el Verbo por el cual la Mujer crea el mundo entero, o en este comienzo de la frase Yo maene.. (p. 76) de la eual el poeta hace depender todo un drama de potencislidad y de actualizacién, Un jno te veyes! (p. 134), tus tres altimes palabras, se amplifica, a partic de una simple exclamacién perceptible acisticamente, en un apretar de manos y un beso que envuelven al poets y Ie inmunizan contra los ataques del presente y del porvenir. Hay un eas también en el cual una palabra de la mujer, insignificante y pronunciads al azar como este ¢Ay, dénde esté? (p. 84) dirigido a un objeto cvalquicra extraviado, suscita en el poeta una especie de deseo celoso de ser él mismo el objeto. Es que la mujer es el centro de una energia potente, tanto mis ereadora cuanto sus mis mi- nimos movimientos pueden engendrar ondas de energias incalculables, igual que el mils imperceptible gesto del dedo de un gran director de orquesta puede suscitar tem- pestades en esta orquesta que él dirige. La palabra puede convertirse en el centro creador de un mundo, como el Verbo en el Génesis, como el verbo del poeta que se arrog6 pare sii el poder divino Menando con su soplo poderoso y su vehemente impetu las palabras mis usadas del lenguaje: Victor Hugo.” Pero, por otra parte, esta economia de palabras que se quédan €a este lado» del contenido a expresar, es, segin la definicién de Gide, una actitud eminentemente clisica y que se encuentra en San Juan de la Cruz. IV. Et CONCEPTISMo Y EL INTELECTUALISMO He dicho que la mujer es una nocién més bien abstracta para nuestro pocta, una incitacién a pensar, a escrutarse, a encontrar su propia realidad. Cada trozo de su poesia 8 una organizacién intelectual de una paradoja sentimental o una emocién engendrada por un problema metafisico: engendrada por el contacto de los dos miembros de la pa- (6) Este pasaje 156) dirigido al es significative: » m9 es, que teaa a mando, hela menuda, minima, que quepa en monosilabos, (7) CE. Le Satyre: Hercule, a ce ron qui fendre 'Ossa Se teee speee ‘Sur le grand pavé blew leste «Var, aan Ee Fon vit apperaitre le faune... Ti: La terre sous la plante ouvre son puits nocturne Plein de feuilles, de fleurs el de Vamas mouvant Des rameaux que, plus tard, sowlévera le vent, rare Cee a aw ts Prends, spine! Le forét surgit... Réponse a un ate Caccusation: Zi dit & la narine: ¢Bh mais! ou n'es qu’an neal» £4 to lone fre fon Mais tu er quiune poirels dit a Vaugelar: Tu wer quiune machoire! Fa fe aa wee Se Apalleaet oe La fourmilizre immense, et travaillet! crave, Aimez, viver! 54 180 SPITzEn Feja; no es solamente el sentimiento, sino mis bien fa armazén intelectual de este senti- miento, lo que se transporta a la miisica del verso (musica del verso que, a su vez, es de caracter intelectual: las correspondencias arquitecténicas, las palabras -leitmotifs, las pausas y encadenamientos, sustituyen a los elementos musicgles por excelencia: la fima y la estrofa). Yo podria Uamar a estas poesias romances metefisicos, en vista del caricter que se les ha querido dar de fragmentos separados del gran poema épico y sas gE fetta, uine ponte de Salinas dene une aemaxén verbal gun ele del corpo dee prs: ttises, fo limies ve van dbujendo por le teeta, de ‘pedazon de fram, cotrepondencce var Sisk ce ts ee estribillo por no exagerar el carécter musical, Estas corres: verbales denotan evidentemente simetries u homologias de idess. El lirismo oe revela mds sor medio de na sinters afer de favs simples y sobs, aunque ou contenido inlarual peg ellen frag crept lege gent eget Alea nnn engpeon gras Salo dancer Por ejemplo le poesia de lt pp. 84-5 sch encuadeade por ol “etal Yo no puedo derte mds No soy mds que lo que soy, frases, muy sims lenas de significacién metafisica. El ‘marco’ se llena por medio da eres ‘es tro are ooease pers sata acamcin' (Ase como ane rel, Yate Ss ae ferences del poeta (des, el de ser un objeto materi al seromrs of de in bara): Ia ee side de eras of, de 12, 13 5 ema y la dima grote oo sl oe equpaa ae ones see gun ce muse de su eatilo recortade y de la insensidad, de ln aceleracio, de ls Speen ped meme gral ps oe en deseo spesionada, ‘poesia: la impoubilidad que slate te econ Te sg Realm om a : Pleiead raided limit s fe buscor ere eras eocuadredat pot por 1 ear. de 5 v. Si, por detris de las geates — Detrds, detrds, mas alli Te itce 2 este. de 4 y, Por detris de ti te busco Detrés, més ali 3a. cow. de 8 ¥. También detris, més atris ——_Detrds, mis alld te basco de mi te busce Eas ys rales on chan dine opts bate a ula de a, Amc. Por fi, Glcima estrofa (de siete versos) comienza Por encontrarte... (se advierte ra ae trata de ‘en- one’s na de Sunes}, Cede po le qos ar gue deft rons fn neg ‘precedentes) y termina por los verses: Vivie ye dewés de todo, (iel detrés ampiado!) al" cero lado do todo ~-por encontrarte— fonmande. sateen primer - Sees como si fuere morir (con este dhimno vucbo opuesto « jue supome esta busca de la rea: idea) Huy, poss, en 1 dltime estrofa un sistema de correspondencies intre-estréficas que 1 superpenen a sezo interatrlico, Se advierts tembién el papel de Ta sintasis como elemento. de unién: eo las tres peimeras estrofas se encuentra el indicativo del verbo, como hablado (¢Si... te buscos); pero el infini- tivo de Ia ale ar sie) ce eae alains am carer diario: Secs made une ities epee lo ae Sort coy aif cna. atmbefeca de. eves: Edad ve dela en cate Final de lx possta (eafortade por el wabjuntio iceal como sf fuera: merit). ‘La homologia sintictica en Ia funciom de lazo ritmico puede ser observada también (p. 82) en une poesia que es enteramente una pagina de diario de estilo nominal, » le Goncourt: ‘Alin “(ore ache (4 yt) Ansa (7 weron), Ladle enafe (de 12, ves) ek ‘construida sobre lot infinitives haber legado yo... y verte: primero Ia neeacién de tensaciones, luego alain ‘min a Seemed pt a cnc pare 3447 ener io deanado y lo perdurables facie el fin de le equ: eno af centro puto, iamévd. def triomoc ana intacioc de sodas las estates ve\dasrclla ol co ineeable Ge la realidad ddética oe Pcl to La sine ee os reprocha «la lor (exer, 1) “tegrt A EL CONCEPTISMO INTERIOR DE PEDRO SALINAS 55 de su dialéctica interior que hace resaltar [as fuerzas opuestas de una situacién sblida- mente conceatrada; pero al término ‘romance’ en su sentido tradicional, prefiero otro modelado sobre los momentos musicales de Schubert, en los que la palabra momento esté tomada en el doble sentido de ‘parcela de tiempo’ y de ‘motivo importante que causa un desarrollo’ (los dos sentides que Lessing ha reunido en su expresién frachtberer Moment) y por ello calificaré cada poesia de Salinas de momento metafisico. No se ‘trata, como es natural, de un sistema metafisico légicamente elaborado, sino de ‘mo- mentos',® de hojas de ruta de su camino, de los aspectos 0 perspectivas momentineas que puede tomar el problema central. Estos ‘momentos’ son a veces situaciones muy simples, que se reproducen frecuentemente en los hechos de ‘todos los dias’ del dio amo- row (despertar de la mafiana, paseo, adiés, etc.), situaciones desnudas, ‘despojadas’, cuyos aspectos metafisicos explota el poeta, Una vez mis es en esto Salinas un clisico perfecto que extrae de los hechos menudos las mis amplias conclusiones posibles: i telectuales,(}°) especulativas mis que sentimentales o emotivas.(!) Como todo ver- ia ene. 4 eroca un orden atdpico en al que ‘todo': besos y luces, y got0, viene de labees eecapiculan Lap estrofas—y la sintanis laxa, hablada, de los’ comiensoe de eotrof: 1, La lug lo malo que tiene 1 que no viene de tin 2. Le dlegria 10 es munce le misma mano que me la dew 3. Los besos los traen los hiles, {que se podria figurar por interpasicionss: La luz... lo malo que tiene es... {Té hables de] ta luz... {Pues bien] lo que tiene de mslo e+ que.) todo ex seemplizado en la exrofa final por una frase ‘Las res pe- iQué Fermoso el mundo, qué entero si todo, besos 7 luces, see, Joneses de til, (9) Ene carter peopecivna, quick pedcames decir impresinist, ampare la pola de Ihnas un caricter lirica. Si se compatasen ciertos tromos seria ficil dicciones’: unas toces ol poctn ive por la Amede, ours, por el contra, es él quien In crea; unas veces canta ia dicha de la unién, otras, Ia desgracia dela separacién eterna; unas veces es la vida Io que le da el amor, ooras, es la conciencia de la muerte inevitable—todos. los escados de alma virtuelmente por ano ne forme ste Valea fenoe dee dulce yo dance (0 dvunde) he tnconeeda ae (10) Salinas tiene, come todo espasol ‘conceptista nate’, el talento de descubrir los bechos del pensamicaco en las cosas vistes, Quign mo sdmiraré, por ejemplo, este concept sobre el guante que naa cx spine visa? con Ue cee ifn prouane de Te meine (Rely and the Poet p. 33): Though man bas lived for many centuries, his hand has never lost its anatomical charactet of talon. The glove hides and disguises ic, srylizes ic, lends it a momentary sacle, So his Ffwanch cencury courtly yoery seems, wo ce a, glove thet bnights ‘Wore 10 that when they extended « hand to the ladies, the natural hardness of bones aad muscles would not be too apparent. (11) Netemos que hay one perfecta seperacién entre el hecho material y el hecho de pensamiento; 56 LEO SPITZER dadero mistico, Salinas siente y piensa, su éxtasis se duplica con la especulacién. Ati, en todo concepto se encuentran, como explicaremos mis tarde, dos pensamientos reunidos. En Salinas, poeta conceptista si los hay, el dualismo interior es doble: tenemos en él los dos miembros del grupo—el dio (el yo y el ti)—y los dos locutores en el diflogo interior que acontece en el yo del poeta, el desdoblamiento de su persona (sentimiento -intelecto): hay, pues, un conceptismo de segunda potencia. Como la Amada no esti vista mis que por los ojos del poeta que Ia escruta para conocerse a si mismo, e3, por ‘tanto, como uno de los términos de una comparacién persistente, un elemento del com cepto fundamental sobre el que reposa esta poesia. He analizado ya la poesia sobre el suefio (p. 96): la verdadera vide con Ella es la ‘que el poeta vive en suetios, el despertar es una separacién, la mujer del suefio huye hacia el cielo entonces, 12 mujer real que se encuentra carporalmente al lado del despertado, Te sirve, en la copa de sus labios, ell gran error det dis “ el dilema, en ese momento linde entre.la noche y el dia, entre las dos realidades, la del sueio y Ia del mundo empirico; el problema es insoluble, pero esti planteado en términos netos (hemos hablado antes de la repeticién desconcertante de la nocién de ‘exactitud") ¥ se siente con el poeta la belleza de las dos reslidades. El mismo problema, que yo Mamarfa vulgarmente ‘entre el perro y el lobo’ se suscita, p. 100: cuando Ella cierra fos jos, los pirpados, hechos aire, arrastran al poeta hacia el mundo interior de la mujer donde los sentidos terrestres no pueden ya guiarle: cuando Ella los abre de nuevo, él, después de haber permanecido en el interior de Ella, se encuentra ciego para el mundo exterior: Iniitil, desvalido centre los dos. Yendo, viniendo de uno @ ot70 cuando tii quieres, cuando abres, cuando cierras los parpados, los ojos se advertiré la figuracién musical del ritmo perpendicular (entre los dos) en estos al- ‘entre fo que el cbservador encuentza en la realidad exterior y lo que a afade de sa propia cmecha: (Ba) iQué parce de noche con tu ausencia ¢ mi lado! il primer verso es un hecho objetivo, el segundo oftece Ja inverpretecién del posta que cambia esen- aimee le suaciba lamin, (en pone, de con oo Io lane ae oo) oe dite a Ia tuscién emerne (00 te ve mis gut 4 uno slo gus 38 peeal—y ot cde don sicueciones es paumeam lo gun csaseuye el probleme hice cl eco, Bo’ tho Sui, dfre tulsa’ de rocedimiento de Sen Juan de le Cruz que scribe alegéricamente y se complace en la ambigheded: Sa- Ere mimo ee Rey nd the Po, piel ae be mova tie dl‘ bublando de imales, pastores, Rite “Sigétes Und curls cone En la noche dichosa En secreto. que nedie me veia, Ni yo mireba cose Sin otra luz ni guia ino la que en el coraréu ardie epenrinamente de la situacién material a la interptetacién slegérica En Solinas te noche 9 lusivamente la noche (al pan, pon y af vino, vi ‘L prvebio)_y al utr no dvr 4 Ia inserprecacién de, lo reel por Io fictcio: dicho de otra fis oe dos rminos, de une ‘compeesciée, como ecko y tn hipbesi, 5 lh [ dias le hubiese ensefiado « distinguir entre EL CONCEPTISMO INTERIOR DE PEDRO SALINAS 57 timos versos de dos miembros que resumen las dos estrofas precedentes: cuando cierras Jos ojos, tus pirpados, con sire — cuando vuelves a ebrir los ojos — cuando abres, cuts chervas — los pérpados, los ojos. Es pues, ciertamente, una angustia metafisica — que — si o no — el enamorado se pertenece a si mismo? Es alfa de on pts pados de mujer? — planteada en términos intelectuales (bajo forma de comcepto) y expresada musicalmente (ritmo intelectual). ‘Una poesia que empieza asi, ;Qué probable eres til (p. 126), se afirma, desde el umbral, en el intelecto: se trata de la realidad de la mujer amada. Los testimonios de los sentidos son acogidos con escepticismo; Ia vor que pronuncia Te quiero convence ‘um poco més; el beso parece ya dar vida a la mujer: ella nace, en la confusién de los dos seres, como el dia entre las tinieblas; y el nacer, deja detris de ella su ser opaco para afiemarse la irrefutable tsi, desnuda Venus cierta. Esta poesia seria en los poetas del Renacimiento del tipo de Ja ‘Belle matineuse”: la mujer seria comparada a hh ‘Aurora; pero Salinas afiade Ja duda intelectual sobre la realidad de la aparicién, el pro- blema de los dos seres que concurren a engendrar a la Amante irrefuteble. El misterio irracional se verifica delante de nosotros por Ia alquimia pottiea, pero los términos intelectuales de la cuesti6n permanecen claros: sc6mo es posible este nacimiento por Ja fusign? La especulacién intelectual conduce frecuentemente 4 conclusiones pseudo-logicas, dejando el poeta que subsista la paradoja que ellas encierran (p. 138): ni el cuerpo de la Mujer ni su propio cuerpo pesan sobre el Amante en el momento del beso (que hace el mundo ingrévide); lo que pesa sobre é1 es el alejamiento de la Mujer que hace la tierra pesada. Por tanto lo que pesa es la distencie, es el bueco de tw cuerpo. Si, th munca, ti munca: tu memoria, es materia, Con este concepto, ‘la memoria es materia pesada? el poeta termina dejando subsistir Ja desarmonia paradéjica. ‘Asi también en p. 34: el poeta ha creido que todas las cosas pasajeras de este mundo (tiempo, espuma, mubes, angustia) estaban perdidas para siempre, mas he aqui Ja joven que aparece y, dindole su beso virginal, hace revivie este pasado en él, de modo que el tiempo, la espuma, etc., no se han perdido, sino que se han ‘salvado’ — y ahora veamos cell final: Si de mi se me escaparon, mo fué pare ir @ morirse en le nade. En ti seguian viviendo. Lo que yo Hamaba olvido eras th. La paradoja o paralogismo de los dos ltimos versos ex debids a un sorprendente recor- tamiento: el poeta da un giro inesperado a Ia idea previamente expresads, ‘lo que yo areia olvidado se salva por ti’, y dice: ‘lo que yo llamaba olvido eras ti? que nos lleva 58 Leo sPrTzen a Ia ecuacién ‘olvido’ =: ‘ti’ (cuando lo cue se esperaba era esta obra ecuacién: ‘th eres lo que destruye el elvide"). Es el problenss del desplazamiento de la memoria (ances ésta residia en el poeta, ahora parece haber pasado a Ella) que Ia férmula paradéjica ha hecho necesario. P. 78: el poeta enamorado se siente vivido por otia persons, fuera de él, que ve, ands, habla en su lugar — alegria que confina con el seatimiento de la extincién en Ja muerte: ¥ todo ensjenado podrd el cuerpo descenssr, quieto, muerto ya. Morirse en la alte confianzs de que este vivir mio no era sélo mi vivir: era el nuestro. Y que me vive otto ser por detrds de le no muerte. La paradoja final (le no muerte) deja subsistic las antinomias irreconciliables: una vida vivida por otro ser en lugar nuestro es una muerte; una vida aumentada por la de otro ser es, por el contrario, una vida ‘potenciade’, que, por consiguiente, debe hacer de la muerte misma une vide, En el fondo es el problema de todo misticismo en el que cocxisten muerte y vida, anonadamiento y plenitud, disolucién y potencializaciéa del individuo, un si y un no supremos. El tipo de un concepto desarrollado en todas sus consecuencias aparece en el didlogo de Jos dos amantes, p. 132: Los dias, mis preguntes; oscuras, anches, veges tus respuestes: las noches, los dot términos de Ia ecuacién estin planteados sin cépula, matemdticamente: mis preguntas = los dies (tertium comparationis: tus retguestas = las noche claridad u oscuridad) peto los dias + las woches = el tiempo para ti y pera mi: de esta formula pseudo- aritmética el poeta saca las consecuencias: a luz del dia (= las preguntas) se funde en el infinico de la fu, 12 noche ‘responde’ con las estrellas; 1a luz renace cada mafiana (Baciendo siempre las mismas preguntas) — Ia noche ‘responde’ « medias, estrelleda (juego de palabras con estreller: Ia respuesta es incompleta, mutilada, evasiva). Con- clusién: toda Ja vida es un diflogo angustiado, El poeta juega, por decirlo asi, en dos tableros de ajedrez que se aclarasen entre si — el didlogo de los amantes se amplifica 2 dimensiones césmicas en tanto que el cosmos se reduce en el diélogo de los enamorado: que, entre el dia y la noche, a pesar de su deseo de entenderse, no hacen mas que per- petuar su incomprensién mutus. El lirismo del sufrimiento consigue asi escapar de su prisién en una estructura tan rigidamente intelectual. Otra vez la ecuacién esti indicada por un predicado atribuide a dos términos que se identifican por virtud de este predicado comin: La noche es le gran dude del mundo y de tu amor — EL CONCEPTISMO INTERIOR DE PEDRO SALINAS 59 iQué reduccién enorme: ‘el mundo’ y ‘tu amor’ en el mismo plano! El paralelismo continuaré a través de todo el trozo: la noche es una sbolicién del color y de ti; so sé si faz, amor existen; una afirmacién seri necesaria: ofro dis y tw voz. Al menos la aurora con su Juz, aunque la Amada no deje atin oir su voz, serd el gran sf del mundo al amor que te tengo — este gran si de Ia Aurora se opone a la gran dude nocturna del comienzo. Toda esta arquitectura tan bien trabajada, marzillads, todo este sistema de paralelirmo conceptistat (atravesado por correspondencias verticales, por decirlo asi, en lo interior de la poesia: las dos mitades de la poesia se reiinen por repeticiones de palabras: gran dude — gran si, dos necesito y dos enorme, repeticiones de amor, mundo, luz, noche) cobran vida por up tono hablado, més propiamente lirico, que hace sentir I vor fuerte o debilitada del poeta segiin el diapasén de sus emociones: Necesito que el dia, cada dia, me dige que es el dia, que es 4, que es la luz: y alli tu... dos crescendo Y aunque te calles ti en la enorme distancia, a aurora, por lo menos, la eurore, sin decrescendo que indica Ia resignacién Es el tono del babe corriente de un ser que exhala sus sentimientos aplicado a los pro- cedimientos mis arduos de la introspeccién mistica, por el cual se distingue claramente a Salinas de la poesia escrita de un Mallarmé o de um Valéry. ‘A veces 1a reduccién conceptual se sittia al comienzo de la poesia de suerte que e! lector tiene que recorrer un camino mental inverso al del autor: Para vivir no quiero isles, palacios, torres. alegria mis alta: vivir en los pronombres! Este eérmino gramatical inesperado acta sobre nosotros como una detonacién: sélo al Iegar al fin de la poesia comprendemos que lo que el poeta opone a las cosas y a los nombres (los lingiistas diciamos: Wérter und Sachen), son los pronombres que, pars el gramitico mistico que es Salinas, ‘no reemplazan a les nombres’, sino que son subs- fantivos, lenos de las Substancias mas concentradas: el fii ‘irreductible’, el yo “des- nudo’. Por rebote, ahora, esta frase curiosa vivir em los pronombres se transforma en tun ‘vivir entre las Esencias, las Ideas preexistentes del ‘Yo! y el ‘Ta’. Salinas ha evi- vide los pronombres> verdaderamente (sélo los pronombres de 1a. y 2a. persona de singular, los pronombres . Se trata, sin embargo, de un pensamiento tan simple como éste: “Mi retrato pintado por ti es tan perfecto que me hace el efecto de un doble de mi mismo (Doppelganger) y yo no sé ya cual de los dos sea yo mismo’. Copio aqui el fin del soneto: Y contra veinte y nucve eftos de trato [mi alma] entre tu mano y la de Dios perplejs, cudl es eb cuerpo en que be de vivir dude. 6 180 sprrzen El tema mismo de la poesia muestra la complacencia del poeta en un estado de ‘per- plejidad’, 1 tendencia completamente intelectual a recteatie en la incertidumbre, en esa especie de vértigo que nos turba deliciossmente cuando percibimos una imagen que rivaliza en veracidad con el original. Esta poesia, repitiendo, implicitamente, el antiguo precepto, ars naturem sequitur, desarrolla la idea de la ‘copia’ basta el fim, asi como la idea del artista creador como Dios es seguida también hasta el fin, al punto de pre- sentar una imaginada rivalidad entre Dios y el pintor. No estamos, pues, ante un ‘pen- samiento simple’ expresado initilmente de manera alambicada, sino ante un pensamiento paradbjico que ha encontrado su forma concordante: la metifora llevada beste ef fin. Hay evidentemente un espiritu de juego, en el pensamiento y en la lengua; un deseo de seguir todas las posibilidades dadas por el espiritu, que tiende a destruir la realidad y que ha podido degenerar en pura virtuoridad verbal. Pues bien, una complacencia en las perplejidades semejantes se encuentra en toda la poesia de Salinas: 4 también, y él muy particularmente, sobresaldri en el concepto, el csinnreiches Wortspiel», en la expresién lacénica, la «Wechselseitige Erhellung zweier invellekeuell verbundener Gedanken». Yo pongo all lado del soneto de Paravicino ox versos siguientes de Salinas: ‘duda’ ante un Doppelganger, ante un ménéchme que es, en ai, Ia Amada y que se expresa en la forma del concepto: Ls vide—, jqué transporte ys! — ignorancia de lo que son mis actos, que ella hace, en que elle vive, doble, y suya y mia. Y cuando ella me buble de un cielo oscuro, de un paissje blanco, recorderé estrellas que wo vi, que elle mirabe, y nieve que nevabs alld en sw cielo (alld en su cielo es evidentemente una metifora seguida hasta el fin; mis actos que elle ace es una paradoja realizable solamente por intelecto). Queda, pues, bien establecido el hecho de que el conceptismo del Siglo de Oro esté todavia en plena floracién en Salinas. Pero, todo lector convendra en que la atmésfers del juego intelectual ya no subsiste més que con tintes negros, serios, es decir, tragicos. Aqui no sirve ya a un elogio de humanista sino a una meditacién sobre el problema me- tafisico del doble, de la segunda personalidad que se inserta o se incrusta en Ia del amante, de Ia identidad del Yo y del Té, una meditacién que se resiente del sufrimiento de la duds. Desde lor trovadores y desde Petrarca los poetas no cesaron de intimar que, como Ia amada les habia ‘arrebatado’ el corazén, este corazén estaba ahora ‘en la amada’ y que ellos, los poctas, arrastraban una pobre vida sin este Grgano tan necesario: si Sa- linas se apoderase de este concepto, se convertiria en un concepto trigico donde veriamos una verdadera ‘vida sin corazén’ con todo el exceso y toda la amargura de este estado paradéjico. El espiritu de juego intelectual est todavia presente en Salinas, pero es un juego macabro que se complace en lo ineluctable y en Jo irreversible. E incluso cuando Salinas juega y sonrie—lo hace frecuentemente con gracia, como en Ja poesia sobre Jos pronombres—el sentimiento de la vida que ha engendrado esta expresiin espiritual 8 de los mis serios, de los mis necesarios a la existencia y el brillo perlino de la forma RL CONCEPTISMO INTERIOR DE PEDRO SALINAS 6s ‘nos parece una conquista artistica sobre las lagrimas. Vivir en los pronombres no es mis que una piradoja verbal para auestro poets, pero es también una actitud vital hecha de desencanto y desesperaciém, en la que el hombre, habiendo perdido la fe en las substencias, se mantiene en los bordes de la realidad, agarcindose, frente al precipicio, 4 un aspecto intelectual, formulable en términos exactos, pero que, sin embargo, se matiza de la atmésfera de juego: le queda la Jengua humana, su lengua, expresiéa de su intelectualidad, creadora de relaciones de pensamiento nuevas. Vivir en los pronombres es un hecho observado en si mismo por el poeta al mismo tiempo que una posibilidad de vida que sugiere la lengua. La paradoja vivida se traduce en paradoja verbal: la correspondencia no es arbitraria, es exacta. Hemos hecho notar la simplicidad, la nitidez y sobriedad, el patos de Ia desnudez, la necesidad de exactitud y de precision en fa notacién de los hechos interiores: Salinas busca la expresién rigurosamente necessria ¥ conscientemente sincera, clisica en suma, no la forma sorprendente y sobrecargada. Existe probablemente en nuestra generacién una conciencia de la miseria humana que no se acomodaria al ‘oropel del Tasso’. Lo que en Salinas reemplaza al culteranismo ton los términas cientificos y técnicos. E) humanismo del Siglo de Oro podia com- placerse en el lujo del aristocratismo filolégico, en los embellecimientos decorativos y en los realces de estilo, hoy estamos en los tiempos de las Realwissenchsften y la téc- ica es propiedad de Todo el Mundo. Quizé haya, a veces, en las enumeraciones de objetos de Salinas un débil recuerdo de las telas y de las piedras preciosas que tanto prodigaban los poetas del Siglo de Oro, pero gno hemos empleado el término ‘enumeraciones caéticas’ cuyo epiteto evoca un mundo diferente, desarticulado ya, sin unidad? Las auroras, triunfos, colores, alegrias de Géngora o Lope lucen atin en Salinas sobre un mundo desencantado religiosamente: ef poeta vive todavia ela realidad exaltada», colores y esplendor, con la mirada de un peregrino del més alli, mirando el mundo como desde la otra orilla, pero Dios ya no esté presente: solamente el hombre moderno,

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