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ttablecer dos Series de términos andes e expresa y ordena Ia visién del muni cer — juventud — vida — mitt —@ s, por una parte; por otra, saber — vja- clusiones del pensamiento. Si se enpeit de la consumacién y de los Didogs fle estas dos series macstras, emerge ‘Alexandre ras, tendré itt J prmula en palate» sn y de oe 0 const de 4 4 fai? paenas O°, jst cpl pos?" SGatento de formulacién; 1a expresién demasiado ex 7 toma de que se ha alcanzado el estadio de sabidurfa. Las ivas se ordenan en virtud de una légica propia, «més como palabras wt sonido experto», «no con virtud suprema, / pero sf ¢ Cota. infalible, si quieten> («Las palabras del poeta»). on del ‘sabio seré que sus palabras, expertas, recobren el te- i ia falibilidad que tenfan cuando vivas. Porque la sabidurfa mot a entiende Aleixandre proporciona un tipo de verdad que el eT rechaza, después de haberla perseguido: sdlo la verdad incom- aa e imperfecta del conocer tenfa valor, irradiaba luz y vida: «..si se apaga, esté muerta» («La maja y la vieja»). Octavio Paz LA PALABRA EDIFICANTE DE LUIS CERNUDA {la realidad y el deseo puede verse como una biograffa espiti- vitae nee de momentos vividos y reflexién sobre experiencias Sélo a = abf su cardcter moral.] ¢Puede ser poética una biografia? deci, sgh iO", de que Tas anécdotas se trasmuten en poemas, es jmplan eS hechos y las fechas dejan de ser historia y se vuelven Semplares, Peto ; y las fechas dejan de ser historia y se vt "00 en ef de sjemplares no en el sentido didéctico de la palabra ‘accién notable», como cuando decimos: ejemplar tini- « 1 (contre “E2 Palabra edificanten, en Papeles de Son Armadans, XXXV, Scanned by TapScanner aw a. Sei LA PALABRA EDIFICANTE DE CERNUDA 41 + mito, argumento ideal y fébula real, ; . ee co. O sea para ontarns cosas reales; 7 om 1 ones 8 del poeta, la reflesin que cea Ie distancia y wf fee yl on ira mona gers de um poeta moderno de Espata, La realidad 9 e de. fesién no pedida y el consejo no solite s se rpiosralt CY, ‘pioprafia de una conciencia podtica europea DOr no siempre evita estos extremos y NO €s Taro que incurra ay we tambil en poeta europed, en el sentido en gre we nae fdenca y en a moraleja. No importa: To mejor de su oh f@% Soe Cexadd Saft ao, Neruda © Borges.] Cernuda es anevpatel ese espacio, real e imaginario, del mito. Un espacio ambigug tt yope0s LOFE © por espatiolismo polémico y por modemidad, Por ta figura misma que sostiene. Fébula real e historia ideal, fyo,{% por dos MOUNTS’ ea la familia de los heterodoxos espafole; por lo 1.41 deseo es el mito del poeta modemno, Un ser distin, amge® opr" PE ra es una lenta reconquista de la herencia europea, su descendiente, del poeta maldito, Se han cerrado las puget? seg0™4 “Ys? Ge esa costiente central de la que Espaia se ha apar, inferno y al poeta ni siguera le queda el recurso del Bags una DSU C Dicho, No se trata de infuencias —aunque, como Etipia; enrante en os cinco continentes, vive siempre en ely’, _1ad0 desde He Merida varias, casi todas benéficas— sino de una custo, habla con las mismas gentes y su exilio es el de wg rdo posts Baye, She Miya en seatido peicolégico sino de sa ‘Todas las edades del hombre aparecen en La reali ee . , qos cae une ete see ee alided 9 el dy, ‘OEM. deacubre el esplritu modem a través del suralsmo. mundo penidy a se ha referido varias veces a la seduccién secreto se ha ol 1 El libro de la se que vide encanto pares: la adolescent, ls toy de aptcaaeny oe fillitad ts pools de Veep, oeettia is ‘que nos sorprende por su exquisita maesi suyo. [En él aprendié dos cosas que van a ser mento en que descubre a la pasién y se ti ‘ascetismo de medios expresivos y la reticencia.] Pax Cernuda el surrealismo fue algo més que una leccién de estilo, nds que una poética o una escuela de asociaciones ¢ imdgenes ver- in sobre las obras hune aes, fue una tentativa de encarnacién de la poesfa ea la vida, una itada més precisa ye obversién que abarcaba tanto al lenguaje como a las instituciones. Una moral'y una pasi6n. Cernuda fue ef primers, y casi el tinico, que || - hizo suya la verdadera significactén del surrealismo |‘ to de liberacién —no del verso sino de Ta concien- | | ‘gran sacudimiento espiritual de Occidente. A la con- ibre a ne debemos sus blasfemias més hetmosas y sus mej —amor al amor—; Ia madurez, que se dos poderes terrestres y termina en una 29 Sapa ene inte dea ve iva, la vor més real y amarga, Moment: En cada uno hay poemas admirables reared (Los placeres probibidos, Un rio, un amor, Donde babite acta de os) 0 Pere en esos libros el porta sea entranexe ns © precisamente porque todavia no lo es: instante en i ¥xtbiancén sin no se vuelve certidumbre ni a cetidambre, Fema ree la lecaciin Peres sane Patecen um ejetcicio cuya’perfeccién no extoe sre ae So His "9 aaneramiento del que nunca se desprendié del 08> homosexualismo no ser ni enfermedad ni pecado sino Simo hay att? fozan un clasicismo de yeso, es decir, un nec i E a 1a elocuencia cor gos y ratas Puente entre este mundo de it ‘son a vida terrestre en sueio y la inspi cuyo «sabor in- ‘Scanned by TapScanner S eoitve Oe nis: 4 deseo o de libertad; el instinto no es un impulso ciego: acto. Todo, el cuerpo mismo, adquiere una colo- Scanned by TapScanner 464 ALEIXANDRE Y CERNUDA LA PALABRA EDIFICANTE DE CERNUDA 465 veg del mito, a poesia o la historia) y las creaciones del atte. gent ao ti, homao. rere Sélo en ese desea un set entre todos los ign pleamente, Agu que cones el amor no eg’ cosa. El amor revela la realidad al deseo: esa i n : tdgo sols que un cuctpo que se desvanece: es inte dong Fn una nota que precede a la seleccién de sus poemas en la Gienca, Teinsito del objeto ex6tico a la persona mada," % _gqologia de Gerardo Diego (1930), sefala ue la nica vide que le | el deseo toca al fin Ia reali iste, Heer Slt, -Fuere digas de vivirse os la de fos setes del mito o de la poesia, + Esta revelasin gg St Hiperién de Hilderlin. No debe entenderse esto como un Simultdneamente como un cuerpo que se penetra y some FOS? destio 0 una slide de font meses penet aut le aided dite ai EL amor es la revelacién de lr Hierad gee, thi an abla al poeta cuando conversa con un zoe a we reconocer Ia libertad de los otto, sobre ni, oe “fy literatura? Cada uno de nosotros lleva dentro un inter 4 le eee ta ie ras 2, cea eco is Ta cons _jgcutor secteto. Es nuestro doble y es algo més: nuestro contradictor, Se eee eae ovale mediate la desine puesto confdente, nuestro juez y tinico amigo. Aquel que no habla cado; que ese objeto es inde salay consigo’ mismo serd incapaz de hablar verdaderamente con insustituible. Queda el deseo sin amor o el amor it os otf0s. AI hablar con las ctiaturas del mito, Cernuda habla para eseo. El primero nos condena a la soledad: esos cuerpos intern {pero de esta manera habla con nosotros. Es un dilogo destinado biables son irreales; el segundo es inhumano: gpuede amarse aps 4 provocar indirectamente nuestra respuesta. El tiempo real no_es lo que no se desea? Cernuda fue muy sensible a esta condicin de ‘dela conversacién mundana sino el de la comunicacién veras trfgica del amor, de todo amor. [...] fica: el instante de la Jectura, un ahora en el cual, como en un En la pocsta de Cernuda hay tres vias de acceso al tiempo. la pi expeo, el didlogo entre el poeta y su visitante imaginario se desdo- mera es lo que € llama el acorde, descubrimiento subito.a tates bla en el del lector con el poeta. Bl lector se ve en Cernuda. que >| asma. Y cada uno busca en el personaje imaginario su verdad. Su demonio, en el sentido socritico. ) Junto a personajes histéricos, evoca Cernuda obras de arte.] palssje, un cuerpo o un a lo largo de la vida, adentrarse por otro z Al contemplar esta o aquells ién, adivis fusién entre la a aquella creacién, adivina esa fusién a moras, fae volunt vidual del artista y la voluntad, casi siempre incons- y la nace cereal et tiempo y su mundo, Descubre que no escribe sélo para eLinstante, es el de la contemp! it la «verdad de s{ mismo»; su verdad verdadera es también la —un grupo de fibolés, la sombia'que invade un cuarto al ance a eveue y Ia de su gente. El poeta da vor «alas boces mdas de rmontén de piedras al lado del camino— miramos sin Gjarnos, bes fy a Jentamente aquello que vemos se revela como lo nunca vistO Y> Oias dal Bexmente, como lo siempre visto: mirar: 1a naturlezt 6 eae que Ik ccultarse y hay que sorprender a Largamente, PH, van el deseo y la imaginacidn creadora; exaltacién de los poderes s+: mirada y palabra hacen Miramos 0 808 st tien, ¥ teconocimiento de la tarea del hombre sobre la tierra: fn una spariencia y I : ; jest age Vita del tiempo muerto, dar significado al transcurrir ciegos distancia; el hombre nove : fase fem falta tradicién y descubrimiento de una historia oe crea entre ella y su conciencia un onus SS corde, 4 Y €0 1a cual su vida y su obra se insertan como un nuevo lama Piere Schneider: a mediacgay La werera via. se Sbray py fital de sus dias, Cermuda duda entre la realidad de su -Sbras bumanas “gob onsttaide ee aidad de su vida. Su libro fue su verdadera vida y fue sy dé la Obra propia. A partir de Las nubes temas centrale y se-expresa‘en‘doi divecconer principales: © hora a hora, como quien Jevanta una arquitectura. Edificé los libera. Los «otros» se han vuelto «los suyos>. iciado en los poemas de juventud se cierra: negacién jamamos real y afirmacién de esa realidad real que Scanned by TapScanner

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