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Dr. Muy buenos días. Dr.

José, un placer saludarlo, de acá de parte de


Carlos, primero que todo saludarle, no le había podido escribir porque
estaba en la ciudad de Manizales, y pues haciendo cuestiones laborales
pero ya estamos aquí nuevamente.
Bueno Dr. Pues Intentaré mandarle un audio desde el punto de vista legal
sobre lo que pues ya hemos planteado en una conversación sostenida
telefónicamente y que ya han sido enviadas sentencias de la posición
jurisprudencial en la Corte Constitucional, igualmente en la Corte Suprema
de Justicia con relación al otorgamiento de los beneficios que establece el
artículo 351 del Código procedimiento penal del Estado Colombiano o ley
906 del año 2004. En primer lugar mi posición es claramente separada a la
posición que tiene la Corte Suprema de Justicia pero guardando unos
lineamientos que van directamente sujetos a lo que es el procesado, las
calidades que debe tener el procesado en este sistema acusatorio que opera
en Colombia y en vista de las políticas de criminalidad del Estado de cara a
qué el sistema acusatorio, como bien es sabido, es un sistema que pues
primero es adversarial, y que en primer lugar, lo que para mí pretende
como tal el sistema es la economía procesal, la posibilidad de que los
encantados en el proceso solucionen o puedan ser partes activas en el
proceso penal y que el ente acusador como es la Fiscalía General de la
Nación también tenga la posibilidad más abierta de hacer negociaciones
para poder dar alcance a ese principio de economía y de lealtad procesal
que viene destacado desde los primeros artículos de la Ley 906 del año
2004. Entonces en qué sentido va dirigida mi posición, mi posición va
dirigida en dos sentidos fundamentales, el primero de ellos es que
claramente, la Fiscalía General de la Nación a través del artículo 250 y
siguientes de la Constitución de Colombia, fue creada precisamente como
el ente acusador, que su función clara es la de perseguir a las personas que
de una u otra manera atenten contra el ordenamiento jurídico que viene en
la Ley 599 del año 2000. Pues bien, teniendo en cuenta esa posición que
tiene la Fiscalía General de la Nación como sujeto interviniente en el
proceso penal es donde pues voy a afincar una de mis posiciones, la
primera de ellas es que se debería en un primer lugar, dar pues, de forma o
cómo podemos decir, de forma coloquial en que la Fiscalía pueda hacer
negociaciones directas desde el mismo momento en que ocurre ese
fenómeno conocido como es la captura en flagrancia, la ley en este caso, ha
indicado en la jurisprudencia que efectivamente esas negociaciones si se
pueden llevar a cabo de cara a unos elementos materiales probatorios que
tenga la Fiscalía con que de pronto se pueda desvirtuar una presunción de
inocencia que existe y viene destacada desde el artículo 28 de la
Constitución colombiana, y pues bien, lo primero que tengo que decir, es
que hay varias formas de hacer negociaciones con las personas que son
capturadas en situación o bajo ese fenómeno conocido como es la
flagrancia

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