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EMPATÍA- SIMPATÍA –APATIA:

Tres palabras de la misma familia con significados diferentes.


La raíz pathia proviene del latín. Pathos significa emoción. Veamos cómo ese sentimiento,
esa emoción  se modifica según usemos empatía, simpatía o apatía.

Fuente de imagen: instituciones domicilios y teleasistencia- blogger

Para comenzar podemos referirnos a la empatía como  la intención de comprender los


sentimientos y emociones, intentando experimentar de forma objetiva y racional lo que
siente otro individuo. Esta intención ocasiona que las personas se ayuden entre sí. Está
estrechamente relacionada con el altruismo - el amor y preocupación por los demás - y la
capacidad de ayudar por lo que cuando un individuo consigue sentir el dolor o el
sufrimiento de los demás poniéndose en su lugar, despierta el deseo de ayudar y actuar
siguiendo los principios morales.

La persona empática se caracteriza por tener afinidades e identificarse con otra persona.
Es saber escuchar a los demás, entender sus problemas y emociones. Cuando alguien dice
"hubo una empatía inmediata entre nosotros", quiere decir que hubo una gran conexión,
una identificación inmediata.

Apatía y empatía
Por otra parte la apatía es sentimiento radical y opuesto de la empatía tratándose de un
sentimiento de indiferencia, falta de emoción, desapego o indolencia. Mientras la apatía
refleja ausencia de sentimientos, de interés, la empatía, logra una conexión entre una
persona y otra, ya que se dice es capaz de colocarse en la situación del otro, al punto de
lograr sentir la alegría o la tristeza del otro.

El continuum: apatía – empatía – simpatía


Para comprender mejor la empatía, la podemos situar en un continuum cuyos extremos
sean apatía y simpatía.
Fuente de imagen: Human performance.

Por último la simpatía se encuentra en el otro extremo entre apatía y simpatía


refiriéndose a “sentir por”. La simpatía es una vivencia exagerada de la emoción del otro.
Puede contribuir a disminuir la capacidad de “ayudar” justo en el momento que más se
necesita: “He visto personas amables afectadas de tal forma por las desgracias de otros
después de un funeral, que tuvieron que ser atendidas por los mismos familiares del
difunto”.

Aunque no siempre se dé en situaciones extremas, la simpatía, a menudo es condes-


cendiente. Con frecuencia parece que se mantiene una actitud algo similar a: “¡Oh! ¡Pobre
de ti!”. Esto debilita a la persona precisamente en el momento en que ésta necesita
mantenerse fuerte.

La simpatía puede hacernos caer en el sentimentalismo. El sentimentalismo es


experimentar la sensación de las propias emociones. Con respecto a esto, Tolstoi
describió a las ricas aristócratas rusas que lloraban presenciando las representaciones
dramáticas en el teatro y se olvidaban de lo que pudiera sentir su chofer que esperaba
fuera soportando el frío glaciar.

Fuente de imagen: Sooluciona.

Autora: María Macías.

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