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Alumnos:
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Grupo: 0003
5-Junio-2009
Una Relación Entre Ética, Moral Y Política
De igual forma, la relación entre Ética, Moral y Política contiene una serie de
contradicciones claramente delimitadas. Por un lado, pensamos que la Ética y la
Moral están constituidas por toda una serie de enunciaciones y principios que
generan un conjunto de obligaciones éticas y morales dirigidas al individuo o
individuos que aceptan las primicias como válidas. Por otro lado, la Política como
práctica se ve obligada a tomar decisiones que muchas veces son incompatibles con
los valores éticos y morales.
De tal forma, nuestra propuesta sobre “Una Relación Entre Ética, Moral Y Política”
que presentaremos a lo largo de las siguientes líneas, se centra en tratar de
disminuir la distancia entre los valores éticos, morales y políticos que se manifiestan
en los principios y acciones que engloba la Política. En ese sentido, relacionamos la
Ética, la Moral y la Política a partir de la interacción del político con la comunidad
política. Por ello, creemos que el mejor modo de establecer una relación entre estos
tres conceptos, es haciendo un rompimiento con los principios éticos utópicos y la
practicidad política sin límites externos, explicando la relación entre Ética y Política
brindada por Max Weber.
Ello, se debe a que consideramos que Weber realizó un rompimiento radical entre la
ética de la tradición clásica y el ejercicio de la política. Es decir, en este autor se
puede ver que la Ética se encuentra sujeta a la relación del poder con el individuo.
Así, la Ética que se sitúa dentro del Estado se emplea para el mantenimiento del
orden. A partir de este razonamiento, deducimos que para Weber la política toma
una dimensión ética en la medida que se adapta al ejercicio del monopolio de la
violencia, que se convierte en el medio que justifica el uso del poder para establecer
las reglas de justicia que garantizan la vida social ordenada dentro de la comunidad
política.
Sin embargo, no se debe olvidar que esa costumbre que determina la Moral del
individuo está influenciada por el entorno social; en consecuencia, la Moral de cada
individuo está determinada por la estructura social en la que se encuentra inmerso.
Así, ella busca una adecuación de la conciencia individual a comportamientos
socialmente aceptados por todos aquellos individuos que forman parte de la
comunidad política.
1
Beuchot, Mauricio, Ética, México, Editorial Torres Asociados, 2004, p. 74.
2
Ibíd. p. 74.
Por su parte, la Ética es una rama de la filosofía que tiene como objeto de estudio lo
“bueno moral”. “Ética viene de la palabra griega ethike, la cual a su vez viene
de ethos, que significó en un principio el lugar donde vivían los animales de
la casa, como el pesebre o corral; después pasó a significar el entorno
doméstico y finalmente la conducta humana que es la que configura nuestro
entorno.” 3
Pero, ¿Cómo saber diferenciar entre Ética y Moral?, la Moral es la acción primera,
una determinación personal que indica que es lo bueno y que es lo malo, sus límites
son reducidos, ya que se presenta diferente en cada individuo, mientras que “la
Ética comienza cuando reflexionamos críticamente sobre las costumbres, principios
4
y leyes que tenemos, para ver si pueden dirigir nuestra acción.” El proceso
continúa con un juicio que concluye con la exclusión o conservación de éstas
costumbres, principios, normas y leyes. En otras palabras, es “una moral pensada”.
Así, podemos decir que es una disciplina práctica, que antecede a la concreción de
las actividades humanas, por ello, se preocupa de insertar al hombre en un contexto
que se corresponda con su humanidad y el desarrollo de su forma de vivir. Por lo
anterior, la Ética la entendemos como aquel eje rector de la acción moral del
hombre, al que impone una serie de normas enfocadas a regular sus costumbres,
pensamientos y actos.
Ahora bien, la siguiente cuestión es: ¿la Ética debe responder a fines o a principios?
Para poder responder la pregunta es necesario hacer una diferenciación entre una y
otra. Una Ética de fines es la que busca alcanzar una meta. En el caso de los
filósofos griegos la mayoría coincidía que esa finalidad era la felicidad, sin embargo,
se corre el riesgo de “(…) sacrificar al individuo en aras del fin, por lo general es del
5
grupo.” Un buen ejemplo es cuando se envía a un joven a la guerra, éste es
enviado posiblemente a morir, pero su finalidad es defender a la sociedad de la que
3
Ibíd. p. 73.
4
Ibíd. p. 74.
5
Ibíd. p. 96.
forma parte. Por otro lado, la Ética de principios se basa en valores, por ejemplo la
veracidad, el valor o la fortaleza.
A primera impresión estas dos Éticas pueden ser contrarias, sin embargo pueden
coexistir. Partiendo de la premisa de que la Ética ha sido una invención de los
hombres para vivir en una sociedad justa, organizada, feliz y en paz. Entonces,
evocando a Aristóteles y al justo medio, se puede generar una Ética Prudencial, y
“(…) se aplicará los principios según los fines, o tratando de no lesionar los fines de
las personas, y tratara de lograr los fines de las personas o de los grupos sin diluir
los principios que han de guiar a la sociedad.” 6
Por su parte, el concepto de Política implica toda una serie de actividades y criterios
independientes y diversos, ya que cada autor entiende y aborda a la Política de
acuerdo con la inclinación filosófica que manifiesta. Por ello, trataremos de definir lo
que entenderemos por Política apoyándonos en Max Weber. En primera instancia,
este autor nos indica que; “(…) este concepto es de tal amplitud que implica toda
índole de actividades directrices autónomas. (…) Es obvio que (…) no he de
basarme en toda la amplitud de este concepto, sino que por política habremos de
entender únicamente la dirección o la influencia sobre la trayectoria de una entidad
política, esto es, en nuestros tiempos: el Estado.” 7
Por lo anterior, podemos decir que a la Política Weber la sitúa dentro de un Estado
en el cual, ésta es la encargada de determinar por medio del poder la disposición
sobre el cimiento y el progreso de la organización política, y fija la trayectoria de
una sociedad humana por medio de un ejercicio de dominio dentro del territorio del
Estado o frente a otros Estados.
Por otra parte, el poder “(…) se define simplemente por la posibilidad que un
actor posee de imponer su voluntad a otro, aun contra la resistencia de éste.
Por lo tanto, se sitúa en el marco de una relación social, y designa la
situación de desigualdad que determina que uno de los factores pueda imponer su
6
Ibíd. p. 96.
7
Weber, Max, El Político Y El Científico, España, Alianza Editorial, 1984, p. 82.
voluntad a otro. Estos actores pueden ser grupos –por ejemplo, los Estados- o
individuos.” 8
De tal suerte, el dominio “(…) es la situación en la que hay un amo. Puede definirse
por la posibilidad del maestro de obtener la obediencia de quienes en teoría se la
deben. La diferencia entre el poder y el dominio es que en el primer caso el mando
no es necesariamente legítimo, ni la sumisión obligatoriamente un deber; mientras
que en el segundo la obediencia se basa en el reconocimiento de quienes obedecen
las órdenes que se imparten.” 9
Para sostener lo anterior, podemos apuntar lo siguiente; “el concepto político habrá
de significar la aspiración (streben) a tomar parte en el poder o a influir en la
distribución del mismo, ya sea entre los diferentes Estados, ya en lo que concierne,
dentro del propio Estado, a los distintos conglomerados de individuos que lo
integran.” 10
En este orden de ideas, podemos ver que la Política también es una habilidad
desarrollada dentro del Estado que está orientada a la obtención del poder por parte
de individuos para ejercer cierto dominio sobre la población y el territorio. Con esto,
los políticos tratan de mantener la armonía dentro de la vida estatal con la obtención
de fines que vayan encaminados a ello. Para que lo anterior sea posible, es
necesario que los ciudadanos acaten la autoridad estatal. En otros términos, para
8
Aron, Raymond, Historia Del Pensamiento Sociológico. Tomo II, Buenos Aires, Ediciones Siglo XX, 1992, p.
28.
9
Ibíd. p. 289.
10
Weber, Max, Op. Cit. p. 83.
Weber la Política es “(…) el conjunto de las formas de conducta humanas que
implican el dominio del hombre por el hombre.” 11
Ahora bien, como hemos señalado, la Moral es un conjunto de reglas internas con
las que cada individuo cuenta para regular sus costumbres y formas de
comportamiento, en consecuencia, la Moral de cada individuo está determinada por
la estructura social en la que se encuentra inmerso. Así, ella busca una adecuación
de la conciencia individual a comportamientos socialmente aceptados. Por su parte,
la Ética es una rama de la filosofía que tiene como objeto de estudio lo “bueno
moral”, es decir, es una “moral pensada”.
Por tanto, la Ética analiza la conducta humana, en tanto que esta última es
merecedora de un juicio de aprobación o desaprobación. Por lo anterior, la Ética la
entendemos como aquel eje rector de la acción moral del hombre, al que impone
una serie de normas enfocadas a regular sus costumbres, pensamientos y actos.
Así, podemos decir que es una disciplina práctica, que antecede a la concreción de
las actividades humanas, por ello, se preocupa de insertar al hombre en un contexto
que se corresponda con su humanidad y el desarrollo de su forma de vivir.
Por lo antes mencionado, sostenemos que la relación entre Ética, Moral y Política
puede darse en lo que se denomina como Ética Política. A nuestra consideración,
ésta tiene como objetivo insertar la Ética al ejercicio de la Política en lo referente a la
adecuación de los medios a los fines políticos, sin que estos últimos resulten
11
Aron, Raymond, Op. Cit. p 292.
perjudicados. Para sustentar lo anterior, tomaremos como referencia la relación
entre Ética y Política que nos ofrece Max Weber.
De tal forma, el hombre con vocación política que actúa conforme a la Moral de la
Responsabilidad es un hombre de acción que se sitúa en un escenario, en el cual
considerara las consecuencias posibles de las decisiones que pueda emprender,
para tratar de enclavar en la trama de los eventos una acción que determinará
ciertos resultados ó consecuencias buscadas. En pocas palabras, esta clase de
Ética se puede interpretar dentro de la Política como una orientación de la acción del
político en términos de medios y fines.
Acerca de la Ética de la Convicción, Max Weber nos indica que cuando “(…) las
consecuencias de una acción realizada conforme a una ética de la convicción son
malas, quien lo ejecutó no se siente responsable de ellas, sino que responsabiliza al
13
mundo, a la estupidez de los hombres o a la voluntad de Dios que los hizo así.”
Por tal motivo, la Moral de la Convicción incita a los individuos a actuar de acuerdo
con sentimientos, sin referencia explícita o implícita a las consecuencias.
Por consiguiente, “(…) Maquiavelo pone en boca de uno de sus héroes la alabanza
de aquellos que colocan la grandeza de la patria por encima de la salvación de sus
almas. (…) Todo aquello que se persigue a través de la acción política, que se sirve
de medios violentos y opera con arreglo a la ética de la responsabilidad, pone en
14
peligro la salvación de su alma.” Es decir, “quien quiera en general hacer política
y, sobre todo, quien quiera hacer política como profesión, ha de tener conciencia de
éstas paradojas éticas y de su responsabilidad por lo que él mismo, bajo su presión,
puede llegar a ser.
Repito, quien quiere hacer política pacta con los poderes diabólicos que asechan en
15
torno de todo poder.” En otras palabras, “(…) quien se mete en política, es decir,
quien accede a utilizar como medios el poder y la violencia, ha sellado un pacto con
el diablo, de tal modo que ya no es cierto que en su actividad lo bueno sólo
produzca el bien y lo malo el mal, sino que frecuentemente sucede lo contrario.
Quien no ve esto es un niño, políticamente hablando.” 16
A nuestro parecer, esto no quiere decir que Weber elogie al hombre maquiavélico,
ya que una Ética de la Responsabilidad no es siempre maquiavélica en el sentido
vulgar del término. Puesto que esta ética es simple y llanamente la que se inquieta
por la eficacia y elección de los medios apropiados a los fines que desean conseguir
todos aquellos hombres de acción que se desenvuelven dentro de la esfera de lo
político.
14
Ibíd. p. 174.
15
Ibíd. p. 173.
16
Ibíd. p. 168.
17
política.” Por lo anterior, no hay moral de la responsabilidad que no esté inspirada
en convicciones, ya que en última instancia, citada moral busca la eficiencia, por
ello, puede ponerse en duda el objetivo de esta búsqueda sino cuenta con una firme
convicción.
De acuerdo con Weber, podemos concluir que “ninguna ética del mundo puede
eludir el hecho de que para conseguir fines buenos hay que contar en muchos casos
con medios moralmente dudosos, o al menos peligrosos, y con la posibilidad e
incluso la probabilidad de consecuencias laterales moralmente malas. Ninguna ética
del mundo puede resolver tampoco cuándo y en qué medida quedan santificados
por el fin moralmente bueno los medios y las consecuencias laterales peligrosos.” 18
Pese a todo esto, podemos rescatar una idea profunda en la oposición presentada
por Weber referente a la convicción y la responsabilidad. Así, la acción de carácter
político podemos dividirla en un par de cualidades. La primera, puede ser catalogada
como instrumental, con la cual el político profesional debe procurar ocasionar
17
Ibíd. p. 176.
18
Ibíd. p. 165.
resultados conforme a los objetivos que tiene, para lo cual debería tener la
obligación de mirar al mundo y analizar las consecuencias probables, sobre todo, en
aquello que pueda decir o hacer.
Bibliografía
-Aron, Raymond. Historia Del Pensamiento Sociológico. Tomo II, Buenos aires,
Ediciones Siglo XX, 1992.