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Iglesia de los Genuinos Cristianos Ortodoxos de Grecia

Santo Sínodo

Oración en el Tiempo de la Presente Aflicción y Tribulación*

¡Oh! Señor Dios Nuestro, Vida, Auxilio y Esperanza del afligido; Tú, que ofreces la sanación
a aquellos que sinceramente se refugian en Ti; Tú, que sostienes al enfermo y consuelas al
desalentado; Tú, que fortaleces a aquellos que padecen la desolación y sanas a los que caen en
la enfermedad, escucha los ruegos y súplicas de tus siervos y líbranos a ellos y a nosotros del
asalto destructivo de este virus llamado coronavirus.

Así, ¡Oh! Señor y Soberano de Todo, desde tu Santísima Morada vuelve abajo tu mirada y
observa y no pierdas de vista a tu Rebaño, liberándole de las epidemias y de toda intriga de
los enemigos visibles e invisibles. Acepta el arrepentimiento nuestro que humilde y quejum-
brosamente nos sumergimos en el impoluto océano de tu Bondad y perdónanos todo pecado,
voluntario e involuntario, cada pasión y tentación, preservándonos perpetuamente en la Fe
Ortodoxa y en la senda de tus Divinos Mandamientos. Extingue a este virus que ha aparecido
a causa de nuestros pecados y otorga tu completa sanación a quienes sufren la enfermedad y
libéralos de aquella.

A quienes, por amor a cantar las alabanzas a tu soberanía, están en peligro en tus santas y sa-
gradas iglesias y en las casas de oración, salvaguárdales de toda angustia, de cada ataque del
Adversario y de los hombres y circunstancias perniciosas. Fortalece, en medio de la aflicción y
la necesidad, a tus fieles; guardándoles y protegiéndoles de los dolores del cuerpo y del alma.
Expulsa el miedo de sus almas y en estas derrama valentía. Haz que tu Iglesia sea constante,
preservándola de las eventualidades peligrosas y el furor de las enfermedades. Fortalece a los
piadosos, pacifica nuestra situación y dispersa a los impíos y a sus maquinaciones sacrílegas
para que no dañen más tu mundo y tu creación.

Danos, ¡Oh! Señor y Soberano de Todo, iluminación del alma y enmienda de vida, de modo
que, liberados de este mortal virus y de todos sus dolorosos y aterradores síntomas, podamos
glorificar con una sola voz y un solo corazón tu honorabilísimo y majestuoso Nombre del Pa-
dre y del Hijo y del Espíritu Santo, ahora y siempre y por los siglos de los siglos.

Amén.

(*) El original griego de esta oración fue compuesta y aprobada por el Santo Sínodo de la Iglesia
de los Genuinos Cristianos Ortodoxos de Grecia (noviembre de 2020); esta traducción al espa-
ñol es un resultado de la Secretaría del Decanato GOC para América Latina y se les solicita a
los sacerdotes que la reciten en los Servicios Divinos antes de “Mediante (A través) de las oracio-
nes…” Puede y debería ser usada también por los laicos en sus oraciones privadas.

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