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SEMINARIO DEL BUEN PASTOR

II de Teología

Escritos Joánicos:
El comienzo de las señales
Jn 2, 1-11

Trabajo

P R E S E N T A:
Moisés Martínez Mendoza

Profesor:

Pbro. Lic. Daniel Martínez López

ACAPULCO, GRO. Noviembre 2021


EL COMIENZO DE LAS SEÑALES

JN 2, 1-11
El evangelio de Juan no utiliza nunca la palabra dynamis para referirse a los
gestos de Jesús, en cambio habla de hechos portentosos de Jesús como signos.
Los dynameis son los actos portentosos que acompañan la presencia activa del
reino entre los hombres, Juan no habla del Reino, lo lógico sería que tampoco
hable de dynameis.

La palabra semeion es utilizadas por los Evangelios Sinópticos en tres


sentidos diferentes, primero en un sentido escatológico haciendo referencia a
los signos de los últimos tiempos, después como prueba apologética,
finalmente en el libro de los Hechos la palabra semeion se une a la palabra
teras con una expresión que designa los milagros de Jesús y de los apóstoles.

Los signos en el Evangelio de Juan es la relación de los signos de la fe,


donde entra el primer signo en las bodas de Caná, podemos decir que el signo
joánico es aquel gesto hecho por Jesús que, una vez visto por los hombres
conduce a la fe. Los signos en Juan son instrumento de manifestación de la
gloria para aquellos que están dispuestos a seguir la dinámica de la fe, estos
tienen dos sentidos: como gesto prodigioso de Jesús y muestran la presencia
de la mano poderosa de Dios en medio de los hombres.

Los signos dan a conocer la fuente y el origen de la actividad de Jesús, lo que


alienta su obrar, la razón más profunda de su presencia entre los hombres.1

El pasaje habla que en una boda se escasea el vino, la madre pide a Jesús que
remedie el apuro, luego de una resistencia inicial y desconcertante, Jesús
asume el mando de la situación y surte la fiesta con vino abundante y de
1
Cf. Josep ORIOL – Xavier ALEGRE, Escritos joánicos y cartas católicas, Verbo Divino, Pamplona 1995, 36-
40.
excelente calidad. Ni si quiera el mayordomo del banquete sabe el origen del
buen vino, sino solo los que atienden la mesa y los discípulos que
presenciaron el hecho.

La edad mínima para desposarse era entre los 12 y los 14 años, de tal manera
que cuando los contrayentes eran niños todavía sus padres pactaban el
contrato de matrimonio, era un contrato de compra-venta donde variaba de
una familia a otra dependiendo de los involucrados. Para la boda, familiares y
amigas bañaban, perfumaban y engalanaban a la novia para su novio. En la
noche se consumaba el matrimonio y se conocían las pruebas de la virginidad.
La fiesta dependiendo de la solvencia económica podía durara hasta ocho días.
En una boda (gámos) los más importantes son los contrayentes y sus familias,
es decir, las gentes que emparentan, pero de ellos nada dice el Evangelio.

En la primera señal ante la solicitud de su madre, Jesús reacciona de modo


inesperado y desconcertante: «¿Qué tengo yo contigo, mujer? Todavía no ha
llegado mi hora». Quiere desentenderse de la situación, aunque al parecer hay
cierto rechazo, la madre indica que obedezcan lo que les diga Jesús. Estas
palabras se repiten en el pasaje de Genesis 41, 55 cuando el faraón de Egipto
dijo cuando le pedían pan a los que pasaban hambruna: «Vayan a José, hagan
cuanto él les diga».

Las tinajas eran de piedras puesto no transmite impurezas, de modo que son
mejores para mantener el agua, denotando el cuidado de los asistentes para
estar en estado de pureza, se puede percibir que Jesús y su grupo es observante
de las estrictas prácticas fariseas.

Hay elementos importantes en la información de saber o no saber, el


mayordomo no conoce el origen (pou) del vino, pero sí los sirvientes que
habían sacado el agua. El no saber del mayordomo lo mueve a reclamar al
novio su extraño proceder y así alerta al lector a lo raro del proceder del novio,
a esto se conecta el saber de los sirvientes que el origen del vino excelentes es
Jesús.2

En el verso final de la perícopa define el hecho como el primer signo, es la


manifestación de la gloria de Jesús, como gesto de poder y de la bondad, el
símbolo por el que los discípulos creen en Jesús. En este caso la bondad
sustenta y unifica los símbolos. La boda en el AT el amor de Dios por la
comunidad, en el NT es el símbolo de la unión del Mesías con la Iglesia, el
vino es el don de amor. En la boda María es una invitada importante, con la
autoridad de trasladar a los criados al servicio de su Hijo.3

En el versículo 5 habla de la Madre de Jesús, cabe destacar que en el


evangelio nunca se le llama por su nombre, María cree en Jesús al principio de
su misión en las bodas de Caná y al final al pie de la cruz.4

La virgen María adopta una función que no sabemos si le corresponde o no:


ordena a los sirvientes que obedezcan a Jesús. Ella se solidariza u luego
desaparece. Los sirvientes saben de donde proviene el vino, pero no dicen
nada, son dóciles a las indicaciones de Jesús

El estudio del relato nos ha llevado a entender cómo es que Jesús manifestó su
gloria, o lo que es lo mismo, cómo es que percibieron los discípulos como una
señal de la gloria del que nos aportó su plenitud de Gracia y de Verdad.5

2
Ricardo López-Pablo Richard, Evangelio y Apocalipsis de san Juan, Verbo Divino, Pamplona 2006, 67- 72.
3
Cf. Luis Alonso SCHÖKEl, Biblia del peregrino, T. III, Estudio, España 1997, 236.
4
Cf. Raymond E. BROWN et al., Comentario Bíblico “San Jerónimo”, T. IV, Cristiandad, Madrid 1972, 541-
542
5
R. López-P. Richard, Evangelio y Apocalipsis de san Juan, 67- 72.

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