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II de Teología
Escritos Joánicos:
El comienzo de las señales
Jn 2, 1-11
Trabajo
P R E S E N T A:
Moisés Martínez Mendoza
Profesor:
JN 2, 1-11
El evangelio de Juan no utiliza nunca la palabra dynamis para referirse a los
gestos de Jesús, en cambio habla de hechos portentosos de Jesús como signos.
Los dynameis son los actos portentosos que acompañan la presencia activa del
reino entre los hombres, Juan no habla del Reino, lo lógico sería que tampoco
hable de dynameis.
El pasaje habla que en una boda se escasea el vino, la madre pide a Jesús que
remedie el apuro, luego de una resistencia inicial y desconcertante, Jesús
asume el mando de la situación y surte la fiesta con vino abundante y de
1
Cf. Josep ORIOL – Xavier ALEGRE, Escritos joánicos y cartas católicas, Verbo Divino, Pamplona 1995, 36-
40.
excelente calidad. Ni si quiera el mayordomo del banquete sabe el origen del
buen vino, sino solo los que atienden la mesa y los discípulos que
presenciaron el hecho.
La edad mínima para desposarse era entre los 12 y los 14 años, de tal manera
que cuando los contrayentes eran niños todavía sus padres pactaban el
contrato de matrimonio, era un contrato de compra-venta donde variaba de
una familia a otra dependiendo de los involucrados. Para la boda, familiares y
amigas bañaban, perfumaban y engalanaban a la novia para su novio. En la
noche se consumaba el matrimonio y se conocían las pruebas de la virginidad.
La fiesta dependiendo de la solvencia económica podía durara hasta ocho días.
En una boda (gámos) los más importantes son los contrayentes y sus familias,
es decir, las gentes que emparentan, pero de ellos nada dice el Evangelio.
Las tinajas eran de piedras puesto no transmite impurezas, de modo que son
mejores para mantener el agua, denotando el cuidado de los asistentes para
estar en estado de pureza, se puede percibir que Jesús y su grupo es observante
de las estrictas prácticas fariseas.
El estudio del relato nos ha llevado a entender cómo es que Jesús manifestó su
gloria, o lo que es lo mismo, cómo es que percibieron los discípulos como una
señal de la gloria del que nos aportó su plenitud de Gracia y de Verdad.5
2
Ricardo López-Pablo Richard, Evangelio y Apocalipsis de san Juan, Verbo Divino, Pamplona 2006, 67- 72.
3
Cf. Luis Alonso SCHÖKEl, Biblia del peregrino, T. III, Estudio, España 1997, 236.
4
Cf. Raymond E. BROWN et al., Comentario Bíblico “San Jerónimo”, T. IV, Cristiandad, Madrid 1972, 541-
542
5
R. López-P. Richard, Evangelio y Apocalipsis de san Juan, 67- 72.