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Sección: 5TP
Esta historia relata el trayecto de una vida, la cual se explica desde distintos puntos
de vistas, decisiones y alternativas. ¿Quién se ha llevado mi queso? de Spencer Johnson es
una parábola sobre un lugar que cambió y cómo reaccionaron sus habitantes.
Un día, los habitantes del laberinto se enfrentan a una crisis: se acabó el queso. Los
cuatro personajes deben adaptarse de una forma u otra a sus circunstancias
cambiantes.
Podemos decir que esta historia dejo 3 grandes aprendizajes, el primero de ellos
seria dejar de pensar y empezar a actuar. Los dos ratones pasan sus días buscando su
queso, por la necesidad de que necesitan comer y sin el queso estarían hambrientos, lo
cual seria su necesidad. A diferencia de las personitas, ellos buscan el queso porque
consideran que eso los hará sentir completos y satisfechos con ellos mismos. Aunque
esto sea así, sigue planteándose recurrentemente, cómo pueden encontrar el queso
más rápido, qué estrategias funcionarán mejor para atravesar el laberinto, cómo realizar
un seguimiento de esas estrategias, cómo se sentirá encontrar el queso, cuando
finalmente lo encuentren.
La fiesta del queso que disfrutaban todos los días pronto se convirtió en el centro de
sus vidas, ya que pensaban que era la justa recompensa por todo su arduo
trabajo. Estaban tan preocupados con el queso que no se dieron cuenta de cómo iba
desapareciendo, una pieza a la vez, y cómo algunas esquinas incluso se
enmohecían. Una mañana, se despertaron, solo para encontrar que alguien había
movido su queso .
Esto demuestra que todos debemos de estar preparados para cada momento de
nuestras vidas. Las situaciones cambian, siempre habrá algún tipo de percance, pero
eso no significa que debemos limitarnos a avanzar y crear nuevos caminos para lograr
el éxito deseado.
La tercera lección explica que no importa que haya ocurrido en el pasado, no importa
si perdiste tu queso, siempre puedes encontrar uno nuevo o mejor, solo debes actuar.
Haw se dio cuenta de que los miedos acumulados en su mente eran mucho peores
que incluso los mayores desafíos que encontró. Lleno de confianza, siguió explorando
el laberinto, hasta que finalmente encontró a Fisgón y Escurridizo en la Estación N,
donde los tres compartieron el queso nuevo que habían encontrado.