Intervención en dificultades alimentarias

Recomendaciones y ejemplos en el área de la alimentación

Recomendaciones Ejemplo práctico

Iniciar la intervención en una sola ingesta. Marisa es una niña de 8 años que le encanta ir a la piscina de
casa de sus abuelos. Además, también le gusta que sus padres
El momento de las comidas suele ser una situación de elevado le hagan cosquillas y le digan frases como “eres la mejor”. La
estrés para el niño y para los familiares. Se recomienda niña comía en el colegio y hacía la merienda con su hermano
establecer un entorno favorable, en el que la comida forme parte y una cuidadora. Era en la cena cuando estaban los padres y
Marisa juntos. Por este motivo, se decidió realizar la
de una rutina diaria agradable sin que sea uno de los momentos
intervención de la alimentación en este momento de la
temidos por los niños y familiares. Seleccionaremos un momento
ingesta, y a medida que se iban introduciendo alimentos, se
del día para realizar una intervención específica, pero el resto de fueron incorporando al resto de las comidas.
ingestas no han de estar condicionadas a una situación de
malestar. Los padres de Marisa hacían uso del refuerzo social para las
ingestas o aproximaciones a ingestas (las previamente
La elección del momento del día, ya sea desayuno, comida, pactadas), y establecieron una economía de fichas con un
merienda o cena, dependerá de varios factores: criterio preestablecido para ir a la piscina de sus abuelos, si
llegaba al mínimo semanal establecido. En su caso, si
● Posibilidad horaria de la familia, ya que requiere un conseguía hacer la ingesta pactada 4 de 7 días, el domingo
tiempo de dedicación adicional. podía disfrutar de la piscina.

● Necesidad de establecer un momento después de la

ingesta en la que se realizará el intercambio de los
reforzadores, por lo que dependiendo de la edad del
menor, así como del momento del proceso,
necesitaremos que el intercambio de los reforzadores sea
lo más inmediato al tiempo a la ingesta realizada, o bien,
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podremos hacer uso de estrategias de economía de fichas

para posponer la adquisición de los refuerzos.

Priorizar objetivos. Será necesario priorizar objetivos

estableciendo una jerarquía de los objetivos a trabajar. Por
ejemplo, trabajar la consistencia, la selectividad alimentaria o la
variedad alimentaria, entre otros. El criterio con el que decidir
por qué objetivo iniciar la intervención no es fijo, sino que puede
responder a diferentes necesidades.
Por ejemplo, podemos empezar por aquel aspecto que limita
de manera más significativa, o por el objetivo que, tras la
valoración inicial, podría indicar que nos permitirá conseguir
metas de manera más inmediata.

Iniciar por el alimento de mayor facilidad. Los alimentos que

seleccionamos pueden ser similares a sus comidas preferidas en Por ejemplo, Marta es una niña de 6 años que actualmente
textura o en sabor. tiene una variedad alimentaria muy limitada. Su comida
favorita son las tortitas de chocolate y el pan de molde con
chocolate. En esta situación podemos iniciar una ampliación
de la variedad de alimentos por otros que contienen chocolate
pero con otras texturas, consistencia, temperatura (frío,
templado, caliente).

Exigencia muy baja. Podríamos empezar por un macarrón, por un mordisco de

judía verde, o por una cucharada pequeña de sopa.
Aunque los posibles retrocesos o progresiones lentas forman Progresivamente, iríamos aumentando la demanda de la
parte del proceso en muchos de los niños con estas dificultades, cantidad ingerida.
es necesario ser convencionales en la demanda para generar los
máximos éxitos posibles y favorecer el aprendizaje sin error.
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Uso de reforzadores. El ejemplo de Marisa expuesto en el apartado “Iniciar la

intervención en una sola ingesta”, sería un ejemplo de esto. El
El uso de reforzadores forma parte de las intervenciones refuerzo sería el permiso para ir a la piscina los domingos.
comportamentales que han demostrado eficacia en el área de la
alimentación. Cuando el/la niño/a consiga una de las metas
propuestas, ya sea una meta final o aproximación al objetivo,
debemos dar una consecuencia positiva de manera inmediata,
para reforzar la conducta deseada. Es decir, después de la
conducta deseada se le da al niño su premio, que habrá sido
pactado previamente. Al inicio, la recompensa ha de ser
inmediata y fácil de conseguir, de esta manera conseguiremos
que el niño aprenda esta contingencia. Hay diferentes factores
que influyen en el distanciamiento gradual del refuerzo: edad del
niño, capacidad para asociar su conducta al premio, nivel
cognitivo y momento del proceso, entre otros. La economía de
fichas puede ser una manera de realizar un distanciamiento entre
la conducta deseada y la consecución del refuerzo. Es importante
remarcar que, el refuerzo sólo ha poder conseguirse según la
conducta pactada. Al inicio, quizás se deba utilizar refuerzos
tangibles (siempre acompañado de refuerzo social) y
progresivamente, poder usar refuerzos más naturales/sociales.

Favorecer la estructura en las técnicas y sesiones. Un ejemplo sería favorecer una rutina de ingesta, por ejemplo,
en un lugar en concreto y que sea diferente a la zona de juego
Establecer una estructura que el niño conozca, favorece la o de uso de Tablet. La estructuración también ha de estar
comprensión de las demandas que se le van a realizar y así presente en la secuencia de la ingesta, podemos hacer uso de
favorecer el aprendizaje. Se recomienda organizar el entorno (un apoyo visual (pictograma, escrito...) que le indique la
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lugar conocido por el propio niño), la rutina de la ingesta y el secuencia.

refuerzo contingente con apoyo visual, si fuera necesario, para
favorecer el procesamiento de la información.

Mantener la estructura así como anticipar los cambios puede ser

una herramienta importante en muchos de los niños.

Premiar avances y extinción a retrocesos o no avances.

Desde la visión de las terapias comportamentales, el uso del
refuerzo es básico para la adquisición de aprendizajes.
Tendremos que reforzar cualquier conducta que se acerque a la
conducta deseada, o incluso a aquellas conductas que son
incompatibles a la que queremos eliminar (como podría ser la
conducta de rechazo total a la comida).
Por ejemplo, si un niño muestra una elevada dificultad para
tolerar cualquier alimento de color verde, e inicialmente
tolera que en la mesa esté presente un alimento de color
verde, será importante reforzar esa conducta. Otro ejemplo
podría ser tener en el plato 2 macarrones y tolerar la ingesta
de uno y negarse al otro, tendremos que reforzar el macarrón
que ha tolerado, sin centrar la atención en el que no ha
realizado, por ejemplo.

Uso de soporte visual.

Hacer uso de una ayuda de tipo visual puede ser una herramienta
adecuada, siempre y cuando, se haya valorado así en la
evaluación inicial. Podemos informarle de la persona con la que
va a comer, qué comida le toca, la cantidad, y el refuerzo  Sopa: alimento habitual, ingerido sin dificultad.
posterior. Se trata de recordar al niño a través de imágenes la  Macarrones con tomate: alimento que se está
conducta adecuada que deseamos y que le permitirá acceder al introduciendo.
refuerzo (premio).  Móvil: reforzador de la conducta
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Estrategias específicas

Teniendo en cuenta las condiciones que pueden orientar en la intervención, vamos a describir una estrategia concreta de
intervención para algunas de las dificultades más habituales: dificultad en ingesta de sólidos y dificultad en la variedad limitada.

a) Dificultad en ingesta de sólidos

El objetivo será aumentar el espesor de la ingesta. Progresivamente, iremos presentando el alimento con una textura más espesa.
Podemos pasar de alimentos colados, a posteriormente triturados, progresivamente podemos aumentar el espesor disminuyendo el
nivel de líquido de esa comida o triturando menos.

Por ejemplo, tenemos el caso de Carlos, que merendaba papilla de frutas colada y mezclada con zumo de naranja, en este caso
podríamos aumentar espesor disminuyendo la cantidad de zumo de manera progresiva.

a) Dificultad y variedad limitada

Una manera de aumentar la variedad podría ser introduciendo pequeñas cantidades de alimentos nuevos. Una vez haya probado
una cantidad pactada, el niño podrá comer un poco de uno de sus alimentos preferidos (reforzador).

Si el niño muestra mucha resistencia, podemos empezar por aproximaciones a la meta, por ejemplo, tolerar mirar la comida que
genera malestar, tolerar acercar el alimento a su plato o a su boca. Progresivamente, aumentamos la demanda a otras conductas
como oler, tocar la comida, introducir en boca…para favorecer la ingesta posterior.