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e
INTERSER
&
&
Septiembre 2014
Formato eBook
Autor:
InterSer Ediciones
http://interserediciones.com
BY-NC-SA
Foto de la portada:
Título: I Came Here Looking for money… ended up leaving with love :)
Diseño de la portada:
E-mail: nachusgalaicus@gmail.com
Gracias...
tú me apoyas.
Las distintas culturas humanas están guiadas por los lazos entre sus
miembros, formando comunidades en constante comunicación y
vertebración . Esto nos da una pista de esa fuerza, a veces oculta, que
nos impulsa a la interrelación y a la socialización.
En el marco de esto que llamamos globalización , parece que está
naciendo una conciencia relacional más amplia, que incluye a todos los
habitantes de la tierra. Parece que estamos unidos en el mismo devenir
planetario. Una misma humanidad, que despierta y se descubre a sí
misma.
N o estamos solos. Vivimos en interdependencia unos con otros. Lo
que tú haces me influye a mí, y lo que yo hago también te mueve a ti.
Podemos percibirlo en los daño s que nos infringimos unos a otros, y
también en como nos ayudamos e inspiramos positivamente. Realmente,
estamos ligados unos a otros, queramos o no. Si nos empeñamos en
vivir separados, dentro de nuestra isla egoís ta (o egoisla), sin duda
sufriremos de pobreza vital, de soledad o de falta de sentido.
Lo que me gusta de Internet es que nos señala en esta dirección , nos
muestra lo cerca que estamos unos de otros, y los lazos que nos ligan
tanto en lo virtual como en lo presencial. La Gran Red nos inspira, nos
acerca, nos muestra ejemplos de las grandes capacidades humanas, y
nos ayuda a compartir y situarnos en el mundo junto con el otro. Como
muchos referentes de la cultura digital ya afirman, el uso maduro de
estos entornos tecnológicos potencia nuestras relaciones, y con ello
también nuestra libertad, creatividad, saber y compasión.
P o r fin podemos sentirnos parte de algo mayor a nosotros, una
h u m a n i d a d guiada por un espír i t u humano desplegándose
poderosamente en el mundo. Y aunque todos vemos los problemas y
crisis en que constantemente nos metemos como humanidad, no
podemos negar que hay un movimiento evolutivo global, que sigue su
curso resolviendo los sucesivos retos que se ponen en su camino. Y en
este devenir, cada uno de nosotros es importante como individuo, a la
vez que sirve con responsabilidad a lo colectivo.
Creo que es fundamental que recuperemos este sentido de nuestra
existencia personal y colectiva. Y para ello, debemos re-apropiarnos de
nuestra conexión con la misión común de la humanidad. Sinceramente,
creo que esa sensación de estar fuera del mundo que nos afecta a tantos,
es un sín t o m a de nuestra desconexión con este sentido de
interdependencia global, que es la fuente de toda cohesión.
Para referirnos a todo esto, los humanos usamos todo tipo de términos
sugerentes, como inteligencia colectiva, noosfera, civilización humana,
espacio del bien común , o simplemente mundo. En el fondo estamos
señalando hacia éste algo que nos liga y nos aporta sentido colectivo.
InterSer
¿Qué podemos hacer cada uno de nosotros para liberar el genio que
todos llevamos dentro? Ya he dado algunas pistas de como abrirnos,
relajarnos y entregarnos en la generosidad del Interser, y ahora quería
hablar del proceso de ir sanando lo que nos bloquea. Porque aunque
casi todos queramos abrirnos y ser mejores personas, con más
capacidad para servir y trabajar con dignidad, hay aspectos ocultos en
nosotros que nos lo impiden. Conflictos interiores entre aspectos de
nosotros, que tiran cada uno para un lado. Miedos ante personas en las
que no confiamos. Rabia ante un mundo que sentimos que nos ha
dañad o . Culpa por no ser lo que creemos que deberíam o s ser. O
impotencia e indignidad para emprender nuestros propios proyectos
digitales.
Mi vida, como supongo que la tuya, ha estado ligada a estos amarres
dañinos, que me alejaban de mi auténtico potencial hacia mi servicio al
Interser. Durante muchos años he querido librarme de estos fantasmas,
sin acabar de conocerlos. Hasta que empece a hacer terapia grupal,
mover mi cuerpo olvidado, y explorar mi sombra (que son esos
aspectos de mí que no quiero reconocer). No es fácil explicar lo que
ocurre cuando valientemente miramos, con ayuda de otros, lo que nos
pasa dentro, pero ocurren cosas importantes. Los monstruos interiores
acaban por convertirse en amigos, liberando esa energía que antes
usábamos para defendernos de su peligro. La empatía interna aumenta,
reconociendo cada una de nuestras subpersonalidades. Nos damos
cuenta de que tenemos muchos jueces internos que tratan de controlar y
juzgar la realidad, unos miedos que tratan de protegernos a veces de la
peor manera posible, un niño herido y vulnerable que solo quiere ser
querido y protegido. Y que por día s , estos personajes internos o
subpersonalidades, quieren tomar el protagonismo de toda nuestra vida,
aunque sea a la fuerza.
Cuando somos capaces de reconocer todas esas voces y tendencias
internas que todos portamos, y establecemos un diál o g o y una
complicidad con ellos, va naciendo en nosotros voces más maduras, que
funcionan como mediadores y coordinadores de nuestra propia vida.
Voces profundas y centradas que nos integran y alinean por dentro, en
base a un sentido y una misión clara, que nos conecta sabiamente con el
Interser.
De ser personas dependientes y atrapadas en nuestros miedos, odios y
conflictos internos, pasaremos a ser personas libres, preparadas para
cualquier reto, y enfocadas en dar al mundo la belleza, la bondad y la
verdad que portamos.
Este es el regalo que podemos ofrecer al mundo, el ser personas
autén t i c a s , seres humanos integrados, sabios, y responsables,
funcionando con libertad. Y podemos llevarlo a los demás tanto con
nuestro contacto presencial, como apoyándonos en las maravillosas
herramientas tecnológicas de comunicación, aprendizaje, participación y
empoderamiento que el genio de otros seres humanos han puesto en
nuestras manos. Sea como sea, el alma humana seguirá creciendo
catalizada por nuestra entrega.
El proceso colectivo
La humanidad ciborg
Los humanos del siglo XXI estamos metidos hasta el cuello en una
revolución, que no tenemos aún claro hacia donde nos va a llevar, pero
nos empuja con fuerza hacia un futuro de ciencia ficción . Algunos
afirman que nos estamos convirtiendo en algo así como ciborgs, mitad
humanos y mitad máquinas. Estamos empezando, y aunque aún no
tengamos implantes electrónicos directamente en el cerebro, o miembros
artificiales, el uso intensivo de teléfonos móviles, ordenadores o redes
sociales, nos acercan a esta visión. Esto me parece muy interesante, pero
siento que hay que ser muy humano, y tener mucho valor y consciencia
para dar los pasos para manejarse como un ciborg libre y responsable.
Más allá d e esa visión idealizada del ciborg, podemos ver por todas
partes personas que interactúa n con la realidad a través de sus
smartphone. Ciudadanos compartiendo fotos o acontecimientos que
recrean el entorno en el que viven. Profesionales siempre conectados,
que encuentran recursos y soluciones con ayuda de sus comunidades.
Alumnos que complementan lo aprendido en clase desde el móvil. O
turistas que pueden moverse más fácilmente por una ciudad y ampliar la
información de monumentos con los códigos QR.
Estamos en este mundo viviendo una vida humana. Para algunos tal
vez esto de vivir un tiempo y luego morir no tiene sentido, o es algo
confuso. Pero lo que está claro es que en casi todos nosotros hay un
impulso creativo que nos lanza a realizar acciones únicas, hermosas,
descubridoras, poderosas y amorosas. Y que en mayor o menor medida,
estas acciones dejan una huella en el mundo, que transciende la propia
vida limitada de una persona.
Para crear necesitamos inspiración . Esto los artistas lo tienen muy
claro. Sin musas que inspiren el arte no fluye. Por eso los creativos
buscamos por todas partes y en otras personas elementos que nos
inspiren a la acción . Nos inspiramos continuamente unos a otros. Mi
genio se despierta a la luz de otro genio. Los científicos crean a hombros
de gigantes, como ya hemos reseñado.
No s podemos preguntar ¿Qué personas nos inspiran? ¿Qué medios
nos inspiran? Pero si en realidad estamos abiertos y permeables,
veremos que todo nos ilumina, que todo nos pone en movimiento, que
todo nos sirve para despertar nuestro genio interior. Por tanto ante la
pregunta ¿puede aportarnos internet medios de inspiración ? Solo hay
una respuesta posible: La Web es uno de los recursos más inspirativos
que tenemos a nuestro alcance, sin ninguna duda.
Podría dar infinidad de ejemplos de pági n a s web, canales de
YouTube, perfiles personales en redes sociales, iniciativas online, etc.
que son muy inspiradoras. Llenaría libros enteros. De hecho es a esto a
lo que más me dedico en mis blogs, en mis páginas de Facebook y en
Twitter, a mostrar los recursos que localizo en internet que a mí me
inspiran. En realidad, éste es uno de los grandes deportes en internet, el
compartir con otros lo que a nosotros nos mueve. Difundir lo que nos
gusta y nos aporta valor. Porque internet facilita formas de aumentar las
capacidades de nuestra creación . Nos trae recursos libres que podemos
remezclar o transformar a nuestro estilo. Así, nuestras capacidades
únicas como humanos, pueden expresarse de forma grácil con ayuda de
la inspiración y de las herramientas expandidas de internet.
Como muchos podéis pensar, esta clasificación solo sirve para intuir
por donde van las cosas, porque la realidad es más compleja que esto.
Además , muchos internautas pasamos por todas las etapas en nuestro
proceso de aprendizaje de la Red, con usos primero más pasivos o
banales, para ir poco a poco asumiendo más compromiso y
participación.
A nivel coloquial escucho hablar de dos tipos de Web. El internet de
pan y circo de las masas ociosas de consumidores, y el internet creativo
de las multitudes inteligentes. Una dualidad un tanto limitada para
resumir algo difícil de explicar.
Capítulo 4. Nuestros sueño s colectivos para un mundo
más pleno. La Red Subjetiva. De las ideas al consenso y
la acción.
Los humanos tenemos una gran capacidad de imaginar y de soñar con
nuestro futuro. Es una gran cualidad que en estos tiempos complejos
hace aún más falta, y no podemos dejar atrás . Todos somos agentes
soñadores, en un grado u otro, y en unas formas u otras. Cada uno
podemos aportar a la inteligencia colectiva, todo tipo de imágenes,
poesía s , sonidos, texturas, reflexiones, sensaciones, significados,
iniciativas, etc. Porque estos sueño s colectivos están inspirados en una
gran diversidad de cualidades subjetivas, que nos ayudan a imaginar
posibilidades, y a ponernos en marcha hacia esos atrayentes nuevos
mundos que asoman en el horizonte.
Sin sueños, el ser humano solo puede sobrevivir como un autómata,
pues no tiene esperanzas de cambiar nada, en una vida sin sentido. En
este entorno vacío, la bondad queda atrofiada, la belleza no se percibe, y
la verdad queda fijada en ideas muertas. Además el progreso y las
nuevas tecnología s se perciben como un peligro que hay que olvidar
como sea.
Todas las grandes creaciones humanas han sido posibles a través de
los sueño s de personas llenas de pasión , amor y ganas de aportar algo
relevante al mundo. Y cuando un grupo de seres comprometidos se
juntan con un sueño común, y aúnan sus esfuerzos hacia su desarrollo,
grandes cosas pueden pasar. Toda empresa, innovación o cultura
humana que conocemos, ha sido posible gracias a esta suma de
imaginación y acción.
La Red Subjetiva.
Cada día es más fácil soñar juntos. Tenemos cada vez más espacios en
nuestra sociabilidad expandida, para interactuar, buscar acuerdos, y
convertirnos en agentes de co-creación de un nuevo mundo. Muchos de
estos espacios han surgido en internet, en forma de webs, plataformas
participativas o redes sociales. Y algunas han dado el salto y se han
materializado también como grupos offline o laboratorios de
creatividad. Cada vez hay más lugares físicos y virtuales donde unirnos
y poner patas a nuestros proyectos.
Para mí e l amor es la base para que cualquiera de estos espacios
sociales sean realmente enriquecedores. Si queremos que sean lugares
de encuentro, apoyo y aprendizaje, el amor es el ingrediente
fundamental. Lo necesitamos para unirnos y crear juntos. Además , el
resultado del intercambio dentro de estos espacios grupales es también
amoroso.
Creo que muchos de los problemas que tenemos al crear tejido social,
son un indicador de que aún no amamos lo suficiente dentro de estos
espacio. Donde hay amor, también hay unión , creatividad y
comunicación. Sin amor, da igual que usemos un internet muy poderoso
o las mejores redes sociales disponibles, ya que las personas seguiremos
viviendo solas y aisladas. ¿Para qué soñar con un mundo compartido si
no nos importa lo que necesita nuestro vecino?
Muchas mujeres y hombres ayudan a crear espacios donde otros nos
sentimos cómodos. Los seres humanos queremos expresarnos, amar,
conocer y ser nosotros mismos. Y para ello necesitamos los espacios
que otros gentilmente nos facilitan. En estos paisajes humanos todo es
más fácil, y la inspiración y creatividad pueden fluir abiertamente.
Estos espacios tienen dimensiones externas e internas. En lo externo
pueden verse como asociaciones, cursos, talleres, encuentros, blogs,
redes sociales, revistas, excursiones, salas multiusos, o también como
espacios familiares, artístico s o profesionales. Mientras que en lo
interno, se muestran como almas grupales, y lugares donde el corazón
colectivo se une para inspirar sentido, humanidad, amor, valor, ética,
creatividad y autenticidad. En realidad, estos espacios humanos, son
materializaciones del Interser del que tanto hemos hablado.
¿Y qué es el amor? Para mí es una vivencia profunda que me acerca a
los demás . Una energía vital con la que siento el corazón de mis
hermanos humanos. Desarrollar este arte de amar es todo un regalo para
uno mismo y para el espacio social que nos circunda.
El Procomún
Emprendimiento Social
La historia del ser humano nos demuestra a cada paso, como todo va
cambiando y evolucionando. Los sistemas políticos, la cultura, o la
tecnología han ido transformándose progresivamente en los últimos
milenios. No podemos negarlo. A pesar de esto, en determinados
momentos luchamos por mantener el presente inmóvil, y deseamos que
nada cambie. Mientras que en otras fases, vemos que la transformación
es inevitable y nos esforzamos por imaginar y traer lo nuevo al mundo.
Esta lucha entre conservar lo que ya hemos logrado y el buscar nuevas
respuestas, la hemos vivido de generación en generación. Es la dialéctica
entre el pasado y el futuro. Las dos facetas son importantes, ya que, sin
una historia pasada, nuestro futuro humano no tendría donde asentarse.
Por tanto es bueno un sano equilibrio. El problema surge cuando la
fijación al pasado (y presente) no deja que las nuevas ideas, y una nueva
realidad emerjan. Rompemos el equilibrio, y el miedo al cambio paraliza
la transformación humana. Justo ahora, cuando tanto necesitamos
cambiar y dar un salto evolutivo frente al presumible peligro de la
extinción humana.
Desde los orígenes de Internet, la Red ha sido punto de encuentro de
todo tipo de precursores de este nuevo mundo. El medio digital se ha
convertido en el lugar idóneo para compartir recursos, remezclar arte,
imaginar utopías, buscar soluciones, y movilizarnos socialmente por los
cambios. Esa función evolutiva y transformadora de internet sigue
creciendo, junto con sus adeptos, aunque queden con frecuencia
escondidas entre otras formas más materialistas y conservadoras que
han ido progresivamente entrando en la Web.
S i exploramos con una visión abierta, encontraremos por todos los
rincones de la Red, infinidad de experiencias innovadoras y únicas. Una
gran diversidad de formas distintas de entender y practicar la vida
humana.
Frases como no hay nada nuevo bajo el sol, nos han hecho mucho
daño a los que soñamos con nuevas formas bajo el sol. Nos las hemos
tragado y nos han inmovilizado durante un tiempo. Ahora necesitamos
vomitar este tipo de creencias mortecinas y recuperar nuestro lugar en
un mundo que demanda corazones creativos. Y para ello, afinemos
nuestras cuerdas vocales, conectemos nuestras pasiones, salgamos de
estos trabajos limitantes en los que nos hemos metido, y gritemos
abiertamente nuestros sueño s . Tenemos varios altavoces, y el más
potente en estos momentos es Internet. Y és te a la vez es un gran
conector. Por tanto, encontrém o n o s allí y también en la calle, y
expresemos cada vez más fuerte la belleza del nuevo y del viejo mundo
que reinventamos juntos a cada instante.
Nadie tiene en exclusiva la solución a los retos complejos de nuestro
pequeño planeta. Las soluciones van apareciendo paso a paso en este
punto de encuentro de almas creativas, por todo el mundo. Una red
global de respuestas inteligentes, donde todos podemos aportar, y donde
internet es un espacio fundamental de coordinación del Interser
humano.
Capít u l o 6. Descubriendo muchas de nuestras
efervescentes iniciativas humanas de creación , unidad,
libertad y sabiduría.
En el capítulo anterior hemos abierto una ventana para ver surgir la
infinidad de iniciativas que están cambiando al mundo. Gracias a
internet, al empuje de millones de personas, y a nuestros nuevos marcos
de referencia, ahora estamos preparados para contribuir en esta
efervescente primavera que está naciendo. Pero para poder colaborar en
esta revolución, primero hay que verla y sentirla por todas partes.
Du d a b a en como mostrar toda esta poderosa diversidad de
inquietudes repartidas por todo el planeta, sin que esto se convierta en
u n listado interminable, y también , algo vacío de emoción . No es fácil
mostrar esto por escrito, por tanto, voy a intentar que sea un viaje
hermoso, motivador e inspirador, que luego puedas complementar por ti
mismo explorando cada iniciativa que señalo y muchas más. Siguiendo
el enlace - http://bit.ly/netser6 - podéis encontrar muchos de los recursos
que nombro en este capítulo.
Seguro que puedes sentir el impulso creativo dentro de ti. Esas ganas
de ensayar soluciones, de crear algo bello, o de aportar algo novedoso.
Somos como pequeño s dioses recreando posibilidades. Nuestro
potencial creativo parece que no tiene límites, siempre en marcha. Como
humanidad soñamos nuevas utopías, para después lanzarnos a innovar y
abrir caminos, en esa búsqueda constante de su consecución . Y todo
ello en una espiral infinita, donde las creaciones del pasado sirven de
inspiración a los descubrimientos actuales.
Internet nos dota de un entorno muy poderoso para la creatividad
humana. Y donde las nuevas herramientas digitales son solo una parte
de este fenómeno. Lo que en realidad está potenciando nuestra creación
es la capacidad de vincularlo todo, y con ello crear infinitos puentes
expresivos. El viaje continúa , y tú mismo lo creas a cada paso que
realizas en interser.
Ecoemprendimientos.
Disfrutemos juntos
Cada vez vemos en el cine más películas que tratan de abrir nuestras
conciencias a esta sensación de que todos estamos unidos de una u otra
forma. Matrix, Avatar, 2001: Una odisea en el espacio, Babel, La
fuente de la vida o El Atlas de las nubes, señalan en dirección al
Interser.
Ya no podemos vivir ajenos a esta realidad compleja e interconectada.
Nuestra supervivencia personal y colectiva depende de ello. Por tanto es
necesario que cada uno de nosotros dedique tiempo a investigar, tanto
fuera como dentro de su conciencia, como funciona todo. Una labor
infinita, llena de matices, que nos prepara para entregarnos con
autenticidad y alegría al destino de la existencia.
Otro aspecto que nos ayuda a percibir las conexiones de todos los
aspectos de la existencia, es percibir los patrones evolutivos. Miremos
donde miremos, podemos intuir como todo cambia y se transforma en
el tiempo, desde las especies biológicas, hasta las culturas humanas.
También internet es un claro ejemplo de evolución tecnológica. Por
tanto, podemos ligar unas cosas con otras en el tiempo, en un proceso
de devenir histórico y continuo. Los sucesos ocurren gracias a otros
sucesos precedentes que fueron preparando el terreno de juego para que
fuera posible.
La fuerza evolutiva nos ayuda a recuperar el sentido y significado de
nuestra vida. Venimos de algo y vamos hacia algo. Puedo agradecer la
cadena humana y natural de procesos que me han hecho posible, y
también puedo responsabilizarme de mis actos como sembrador de
f u tu r o . Mirando el pasado y como emergen las cosas, puedo
comprender que los pequeño s actos mío s actuales, ayudan a crear un
mejor mañana.
Escribir un libro como éste, y publicarlo por internet, tiene su impacto
inspirador. De eso estoy seguro, aunque solo lo leas tu. Este ensayo se
apoya un entorno cultural muy diverso con toda su historia pasada,
lleno de contextos y perspectivas que han evolucionado con el ser
humano, y que han permitido que emerja en mí esta interpretación que
estás leyendo. Sentir como soy parte de una especie de misión colectiva,
a mí me da sentido y, porque no decirlo, mucho gusto.
El efecto contagio
Hace año s escuchaba una conferencia de Fredy Kofman (el autor del
libro Metamanagement) en la que hablaba de la necesidad de alinear los
objetivos particulares, con los objetivos globales. Y para ello pon ía un
ejemplo muy didáctico y clarificador basado en el fútbol.
En un mismo equipo, los defensas tienen como objetivo defender la
portería y no recibir goles. Cuantos menos goles mejor. Para ellos,
recibir uno o ningún gol puede ser admisible. Por contra, los delanteros
tienen la meta de marcar cuantos más goles mejor. Con esta lógica, si el
partido acaba perdiéndose por 5 a 6, para los delanteros puede ser un
logro, mejor que ganar 1 a 0, ya que han marcado más tantos. De igual
forma, un perder por 0 a 1 puede ser admisible por la defensa, que
centrados solo en mantener la portería con pocos goles, lo pueden
preferir a ganar por 5 a 4.
Pero todos sabemos que en el fútbol las cosas no funcionan así, que
hay un objetivo global, que va más allá de los objetivos particulares de
los defensas y los delanteros. Ambos grupos se alinean y dan lo mejor
de sí, buscando tanto hacer bien su parte, como el facilitar la meta
colectiva, que es en último termino ganar el partido.
D e forma paralela a este ejemplo, podemos entender que en este
mundo globalizado, cada grupo político, económico y cívico tiene sus
objetivos particulares, que no siempre concuerdan con el objetivo
global. Para un gobierno su meta principal gira en torno a la estabilidad
de una nación. De igual forma, para el sistema financiero y las empresas
su misión va dirigida a fomentar el crecimiento y la ganancia. Y
finalmente, para los ciudadanos y la sociedad civil, lo que buscamos es
que todo el mundo esté bien, tenga medios de vida, y fomentemos
juntos una fraterna cultura colectiva.
Si un grupo, para maximizar sus objetivos particulares, pisa los
objetivos de otro grupo, mal vamos. Y esto está pasando. Hay muchos
grupos ciudadanos enfrentados a los intereses empresariales, poniendo
trabas al crecimiento y a sus licitas ganancias. Por contra, el sistema
financiero y las empresas con frecuencia no se preocupan de los efectos
de sus actos, como cuando un banco desahucia a personas sin recursos
de sus casa por no pagar la hipoteca. Mientras, algunos políticos coartan
las expresiones civiles en aras de mantener la estabilidad del territorio.
En algunos casos la política y la economía se apoya. En otras situaciones
se enfrentan.
Todo esto lo podemos ver bien en la respuesta que da cada grupo ante
esta crisis global que estamos viviendo. Son respuestas contradictorias y
en muchos casos nada alineadas con las necesidades de todos. Para los
políticos, su reto es mantener la estabilidad y que el sistema global no se
rompa. Para ello, si es necesario recortar, se recorta de servicios
importantes para el ciudadano. Y esto para buena parte de la sociedad
civil es inadmisible. Por lo que acaban sintiéndose hartos del sistema, y
luchan para que sea reformado de raíz , sin perder sus logros civiles.
Todo esto agravado por situaciones límites de muchas familias. Por
contra, la tendencia de algunos bancos y empresas, en el mejor de los
casos, es a aprovechar la situación para ganar mercado y beneficios, y
en el peor de los casos sobrevivir sin perder demasiado.
Como podéi s imaginar, estos grupos no son estancos. Somos todos
partes de una sociedad, de una cultura, de un espacio de Interser.
Estamos todos metidos en el mismo barco, y por tanto tenemos que
aprender a alinear nuestros objetivos hacia el bien común de todos. Esto
no es fácil, pero ya hay colectivos enfrascados en esta tarea, como
hemos ido viendo en estas pág i n a s , con iniciativas abiertas,
emprendedoras, sociales y que fomentan el bien común.
Todos juntos, necesitamos aprender de esta crisis y traspasarla. No
podemos hacerlo por separado. La sociedad civil, las entidades públicas,
y las organizaciones empresariales, debemos dialogar y tener en cuenta a
los otros grupos. De la crisis no saldremos solo con recortes políticos, ni
solo con esfuerzos económicos, ni tampoco con revueltas ciudadanas. O
nos salvamos todos a la vez, y para ello necesitamos alinear y
aprovechar lo que cada ámbito humano puede aportar, o posiblemente
colapsaremos en una larga crisis de civilización de resultados
imprevisibles.
¿Jugamos juntos o jugamos fragmentados? Si vamos separados, todo
seguirá igual, con los políticos en la defensa sin visión de juego, las
empresas en la delantera obsesionados por meter y meter, y claro, los
ciudadanos en las gradas esperando que los otros resuelvan el partido.
S i vamos juntos, si nos alineamos, todos participaremos en un gran
encuentro de fútbol, donde hasta el equipo contrario disfrutara de la
sana competición. Con unos delanteros eficaces, que meten goles, pero
que también presionan adelante, roban balones, y bajan a defender. Con
defensores seguros, que saben también provocar salidas rápidas y pases
largos hacia los delanteros. Y un público entregado y activo, que dialoga
con los jugadores y los estimulan, en un creativo espacio de sinergia y
diversión colectiva.
Seguiré repitiendo una y otra vez que para lograr esta alineación hacia
el bien común , es necesario que cada uno de nosotros nos abramos a
éste algo más abarcante que va más allá d e cada uno de nosotros. Sin
ello, no podremos colaborar con autén tico talento, creatividad y
generosidad en su crecimiento.
E s necesario entregarnos a esta fuerza humana que nos moviliza
simultáneamente, readaptando continuamente nuestras civilizaciones.
Hay una coherencia colectiva que responde a los retos grupales como si
fuéramos una sola alma. Donde sentimos esa vivencia libre y relajada de
ser uno mismo, y a la vez ser parte fundamental de algo mayor. Sin
dudas, sin miedos, sin distancias.
Va m ás allá d e la mera comunicación . Es una empatía compleja, una
conciencia de unidad, un sentir al otro y al grupo, y vivir en
consonancia. Vibrar juntos, moviéndonos alineados y plenos, como las
bandadas de pájaros.
Cr ear Comunidades Humanas alineadas y apoyadas en internet,
requiere de nosotros responsabilidad, voluntad y compromiso. Y el
primer paso es vivir en esta entrega generosa hacia otras personas y
seres del planeta. Si no estamos abiertos a éste algo mayor a uno mismo,
seremos como un pulpo vivo dentro de una cacharrería, tirando toda la
vajilla y las cazuelas, porque no está en sintonía con el lugar, ni con sus
objetos. Y la verdad es que aún veo muchos pulpos caminando por las
calles.
Como puedes ver este libro da vueltas sobre los mismos conceptos,
para dejarlos claros, y porque creo que no hay mucho más que decir.
Aunque la realidad es compleja y llena de contextos e interpretaciones,
nuestras respuestas más auténticas son de una sorprendente sencillez.
Nuestros objetivos para desarrollar y alinear el ecosistema humano (en
concordancia con la naturaleza y el sustrato tecnológico) giran en torno
a elementos muy sencillos. Debemos fomentar la aparición de una
diversidad de iniciativas abiertas, flexibles y compatibles, que respondan
a retos y necesidades sociales reales. Dejar que estas se distribuyan por
todas partes y facilitar que puedan vincularse, dialogar y enriquecerse
entre si. Y para ello, crear sistemas y redes organizativos bien diseñados,
sencillos y funcionales (con ayuda de internet) que faciliten la
participación y coordinación de estas iniciativas. También nos ayuda el
dotar al sistema de sentido evolutivo colectivo, que guié y encauce el
funcionamiento autón o m o de cada grupo. Luego insuflar luz y
transparencia por todas partes, para que se muestren las máscaras
sociales y las sombras colectivas. Es necesario utilizar y reutilizar
adecuadamente todo para que no haya desechos ambientales, ni
personas excluidas. También conciliar los desequilibrios que surjan. Y
dejar que la compasión , la inteligencia, el empoderamiento y la
innovación surjan de todas partes. Somos como jardineros de la
sociedad, que tratamos de nutrir tanto a lo individual como a lo
colectivo. Y con ello permitir el florecimiento de la bondad, la belleza y
la verdad por todas partes.
Tal vez para alguno de vosotros no sean unas pautas muy claras, lo
reconozco, pero es que este arte de alinear en muchos casos es más
intuitivo que estratégico. Lo bueno de estas sencillas reglas es que
pueden utilizarse en contextos y situaciones muy concretas, y no por ello
perder la conexión con la totalidad humana. Más adelante hablare de
como usarlas en el contexto de internet.
¿Transparencia radical?
http://bit.ly/internetser